Compromiso con la infancia y sus derechos de ciudadanía

“Los niños tienen que tener una libertad también en el ejercicio de sus propios derechos. 
Los límites que pongamos en el ejercicio de los derechos deberían ser para cualquiera, no valen para los niños solo por su condición de niños." Ignacio Campoy




Antonio López Fonseca, Jesús Leal, Paloma Román


Niños, niñas y adolescentes: ciudadanos sin participación y mirados desde arriba

¿Dejamos ejercer la ciudadanía a los niños y las niñas de forma activa, como ciudadanos de pleno derecho, en condiciones iguales que el resto de ciudadanos?”. La pregunta la lanza Carles López, presidente de CANAE y las respuestas nos devuelven una infancia que sufre la crisis, los umbrales de la pobreza, la adultocracia, el “mirar desde arriba” y a la que no se ofrece una forma participativa de ejercer sus derechos.
En el Encuentros Complutense Compromiso con la infancia y sus derechos de ciudadanía Jesús Leal (catedrático de Sociología UCM) apuntó que las “políticas de infancia es algo que hay que empujar por parte de la Universidad”, porque “el principal actor son los niños y niñas” y la comunicación que tienen entre sí. La oportunidad es también necesidad porque para Paloma Román “estamos en un momento necesario para cambiar una realidad que resulta algo injusta con la infancia y con sus derechos” aunque haya habido “una reducción del umbral de tolerancia”. Los datos nos devuelven una falta de recorrido en “ese compromiso con las personas de edad temprana” y Román nos recuerda que “la crisis ha sido especialmente dolorosa en niños y adolescentes”. En 2007, España se situaba en la quinta posición de los  21 países desarrollados en bienestar infantil; ahora la directora del CSEG complutense recuerda nuestras altas tasas de pobreza infantil, con sólo Rumanía y Grecia a la zaga.



De ahí la iniciativa de un master propio en Políticas sociales de infancia y adolescencia de próxima implantación o la Revista Sociedad e Infancias de acceso abierto y gratuito –con licencia Creative Commons-que publica Ediciones ComplutenseAntonio López Fonseca la enmarca en “el compromiso con los nuevos estudios de infancia”, una “infancia en la sociedad, frente a la sociedad y constructora de la sociedad”. “No nos basta con ser transmisores, el editor es un mediador con la sociedad”, afirma el director de la editorial complutense.
Una sociedad que tiene por “acotar qué estamos entendiendo por ciudadanía. Si los niños y niñas quieren ser ciudadanos”, el ámbito de esa “ciudadanía: legal o política, escuela, local, estatal, el ámbito de los cuidados y las familias”, nos explica la periodista y escritora Heike Freire. Quien lo conoce de primera mano es Carles López, preside la CANAE (Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes), cuando van a los centros y hablan del pacto educativo les plantean numerosas propuestas y cuando preguntan a esos mismos adolescentes de 15-16 años “por qué no participas”, la respuesta es “porque no me han enseñado. Se debe enseñar a participar. Es una condición básica para el ejercicio de la ciudadanía”. La paradoja es que, por ejemplo, no se pueden asociar si tienen menos de 14 años, “la sociedad le pide ser ciudadano activo, pero no le deja asociarse”-continúa-, de forma que “si son el futuro parece que ahora no tienen nada que decir. Y son el presente y, en el presente, tienen muchas cosas que decir”.



La raíz está para el profesor Ignacio Campoy en la incorporación de niños y niñas al “modelo de los derechos más como titularidad que como ejercicio”. “Los niños tienen que tener una libertad también en el ejercicio de sus propios derechos. Los límites que pongamos en el ejercicio de los derechos deberían ser para cualquiera, no valen para los niños solo por su condición de niños. Realmente limitar a un niño de 14 el derecho de asociación en su instituto sería una limitación injusta (¿va a dañarle?). Se acepta acríticamente por un sentido de protección”, explica Campoy al tiempo que reclama “empoderar a los niños para poder ejercer esos derechos. La solución: la educación inclusiva y de calidad ya que para este docente de la UC3M “la educación inclusiva sería el paso definitivo, una generación o dos de educación inclusiva… es un cambio enorme”.

El freno: “Vivimos en una adultocracia en la que ponemos barreras y nos da miedo que conquisten o avancen en cualquier esfera de poder”. Freno y diagnóstico de la socióloga Lourdes Gaitán que denuncia “un anacronismo histórico, los adultos nos agarramos a un modelo de infancia funcional para nuestros intereses”. Frente a una Convención de Derechos del Niño que “se ha contado como si fueran las escrituras y ha dado lugar a un modelo muy estático” o un “participas por el caminito que te llevo” porque “que se hable de la rebaja de la edad del voto parece una cosa folclórica”, Gaitán reivindica el “derecho a una vida decente, a que no te quedes sin casa,…” e incluso “a una muerte decente” mientras relata el reciente caso de un niño en Fuenlabrada que permaneció en casa 20 horas “sin llevar a enterrar los padres no tenían dinero. Eso está pasando aquí”

Ignacio Campoy, Heike Freire, Carles López, Lourdes Gaitán


Heike Freire incide en que “los niños y las niñas son ciudadanos, son agentes” frente a “los usos y costumbres de los adultos que quieren proteger su poder”. Y “recojo de Lourdes el derecho a una vida. Hoy en día niños y adolescentes atribuyen más al exterior lo que pasa en su vida”. Un paradigma que construye también desde el modelo en las aulas “desde lo débil”, reclama la profesora complutense Marta Domínguez, “devolver ese modelo público que equipara y hace equivalentes unos a otros y hace posible el encuentro”; porque según Domínguez nos encontramos un “niño orientado hacia un mundo pautado, como consumidor,…” y al que se mira desde arriba-una mirada que infantiliza y victimiza-, no se les escucha a nivel individual y social”.
Miradas atentas al cambio como la de Aldeas Infantiles colaboradora de la Revista complutense Sociedad e Infancias”, que observa que los niños y jóvenes que atendemos no tienen que ver con los de hace 27 años”, en la experiencia de su presidente Pedro Puig y “tenemos que ir adaptándonos a estas nuevas circunstancias de la infancia vulnerable”. Para ello la interacción con la Universidad es importante “necesitamos profesionales bien formados, preparados, profesionales con rostro. Si importante es saber hacia dónde vas, importante es con quién. Los adultos tienen que acompañarles y dejarles que vayan descubriendo lo que están llamados a ser”.

Pedro Puig, Marta Domínguez, Kepa Larrañaga.


La revista cuenta también con “parte de nuestro ADN en GSIA, dos cuestiones básicas: investigar y sensibilizar”. El ADN es el de la Asociación Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia y quien lo afirma el sociólogo Kepa Larrañaga, que añade: en el proceso de investigación los niños tienen que participar, a otros investigadores les parece extraño. Eso propicia o no propicia un acercamiento adecuado a la infancia, intentamos que los niños opinen y nos acerquen a su forma de ver el mundo”. Larrañaga critica el acento que se pone –citaba un estudio muy reciente- en presentar a los niños como “acosadores en Internet o practicantes de sexting,…” ya que “estamos aportando un mensaje no positivo”.
Texto: Celia Sánchez   
Fotografía: Diego García (DEIC)28 de febrero 2018 

El encuentro tuvo lugar Fecha: 
28 de febrero 2018, 19:00 horas
Lugar: Salón Actos Pabellón Gobierno UCM (c/ Isaac Peral s/n)

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