Lucía Martínez Odriozola.
Sábado, 6 de febrero,
Cada minuto, 6 niñas sufren la mutilación de sus genitales, algunas de ellas menores de cinco años. Más información en stopablacion.org World Vision.
La ablación es una violación de los derechos humanos que se realiza impunemente en 28 países en aras de la tradición.
De 100 a 130 millones de niñas, sobre todo
preadolescentes, pero en general, de edades comprendidas entre las pocas
semanas de vida y los 20 años; en 28 países.
¿Cómo lo hacen? Arreglan
una cita y convencen a la niña de que, una vez suceda, será ya mujer. A
veces, las engañan y las llevan a la fuerza.
En ciertos países, según
datos de la Organización de las Naciones Unidas, tres de cada cuatro
citas son con personal médico, preparado para gestionar la salud y curar
enfermedades. El procedimiento comienza inmovilizando a la niña. Dos
personas, por lo general mujeres, la sujetan con fuerza agarrándola de
los brazos y las piernas. La persona encargada de proceder a la
intervención, que se hace sin anestesia alguna, usa, en el mejor de los
casos, unas cuchillas, o cualquier objeto cortante que tenga a mano.
Siempre sin esterilizar. ¿Oyes los gritos? ¿Todavía no? Escucha, imagina
que te mutilan a ti los órganos sexuales. ¿Has oído tu alarido?, ¿has
cerrado las piernas? Pues eso mismo a millones de niñas, desde hace
siglos. La ablación genital femenina es una violación de los derechos
humanos en víctimas sujetas a gran protección que se realiza impunemente
en 28 países en aras de la tradición.
No se realiza de la misma forma en todas partes. Se practican distintas
modalidades. La cliterodictomía consiste en la extirpación del
clítoris; y algunas muy pocas veces, en extirpar solamente la piel que
lo rodea. El clítoris es un órgano que tiene un única función:
proporcionar placer sexual. Y punto. De modo que cabe preguntarse cuál
es la razón de que se haya originado tal crueldad. Cuando no se disfruta
del sexo, su práctica se reduce única y exclusivamente a la
reproducción. O al placer del otro. No hay viceversa en los hombres: A
ellos no se les priva de ese disfrute en ninguna de las sociedades
conocidas.
Un segundo procedimiento
consiste en la extirpación del clítoris, de los labios menores, e
incluso de los mayores. Todo en uno. El órgano sexual femenino es
borrado del cuerpo. Similar es la infibulación, mediante la cual se
estrecha la abertura vaginal. Se realiza cortando y recolocando los
labios menores o mayores. Las consecuencias lógicas de estas prácticas
son terribles dolores durante el coito, de modo que imagina cómo se
desarrolla el parto. Si estos procedimientos no fueran ya
suficientemente salvajes, aún se han concebido otros como la perforación
e incisión, el raspado y la cauterización de la zona genital.
Estas prácticas tan lesivas, realizadas casi siempre en condiciones de
insalubridad, pueden provocar fuertes hemorragias seguidas de
infecciones y tétanos. Si las heridas curan, esa niña puede padecer
quistes, infecciones crónicas y hasta infertilidad. Sufrirá dificultades
para orinar, además de esos dolores durante el coito. Si se queda
embarazada, las dificultades en el parto pondrán en riesgo su vida y la
del neonato. Y además, tiene asegurado un gran trauma que la perseguirá
durante toda su vida.
Qué
difícil entender las razones de semejante suplicio, de al menos 100
millones de suplicios sufridos por mujeres que viven en esos países. Y
en la civilizada Europa, cuna de los derechos humanos. Digan lo que
digan quienes la defienden y practican, no hay texto religioso alguno
que la respalde. De ahí que no todos los líderes sean favorables a ella;
los hay que se oponen.
En algunos países es considerado un rito iniciático, por eso algunas
niñas acuden casi contentas: Serán ya consideradas mujeres. La
mutilación genital adquiere carácter de un adecuado comportamiento
sexual. Estos es, es un rasgo de buena crianza. Los resurgimientos
religiosos han provocado que, por emulación, comience a practicarse en
sociedades en las que la costumbre carecía de raigambre.
Las campañas desarrollas por diversos organismos internacionales con la
colaboración de mujeres jóvenes residentes en la zona ha logrado que se
cuestione y que incluso se prohíba. No obstante, en los casos más
acérrimos, de poco sirve la prohibición. Se resuelve con un viaje a uno
esos países en los que se mutila sin dificultad.
Este sábado, 6 de febrero, está señalado en el calendario como el día
mundial contra la mutilación genital femenina. Cuando nos informamos de
ciertas cosas, ya no podemos hacer como que no sabemos. Al encender las
alarmas, quizá evitemos que esas niñas que tienen escrita la palabra
ablación en su futuro se libren felizmente del trauma. Ojalá.
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