Pilar Lara
Programa educativo Ayuda en Acción.
La pobreza es en sí misma un fenómeno de violencia, en tanto en
cuanto provoca exclusión, precariedad e indefensión en quien la padece.
Cuando
las personas no pueden ejercer libremente la toma de decisiones que
afectan a su propia vida, la lucha contra la pobreza es un elemento
indispensable.
El Día Escolar de la Paz y la No Violencia se
celebra a iniciativa del maestro Llorenç Vidal, un educador pacifista
que hace más de 50 años realizó un llamamiento para que los centros
escolares dedicaran una jornada a reflexionar sobre la cultura de paz,
la hermandad universal y la no violencia como vía de solución de
conflictos. El día elegido fue el 30 de enero, coincidiendo con el aniversario del asesinato de Gandhi.
Así, esta iniciativa conmemora a un hombre que hizo de la no violencia
su forma de vida y su forma de lucha contra la injusticia. La paz se
afronta como una forma de convivencia que asume que los procesos cuentan
tanto o más que los resultados. Si queremos una sociedad justa,
tolerante e inclusiva, solo podremos conseguirla a través del respeto,
el diálogo y la confraternidad.
Este llamamiento,
realizado de forma independiente y voluntaria, fue extraordinariamente
acogido en los centros docentes y poco a poco se fue extendiendo por
todo el mundo. Cuando Naciones Unidas proclamó 2000-2010 como el Decenio Internacional para una cultura de paz, los centros educativos llevaban años promoviendo estos valores.
Lo que el Día Escolar por la Paz y la No violencia puso de manifiesto en su día fue que los centros educativos son mucho más que un espacio en el que se transmiten conocimientos académicos.
Así se entiende la educación como un concepto amplio que incluye entre
otros aspectos el dotar al alumnado de herramientas para el
entendimiento entre personas, la empatía o la resolución de conflictos.
La transmisión de valores se convierte en elemento fundamental de la
educación.
Hoy este concepto está plenamente asumido.
La importancia de la educación en la configuración y transformación
social y el papel fundamental que juega para la cohesión social y la
transmisión de valores están incluso reglados curricularmente. Extraño
sería encontrar un centro educativo que no cuente con un plan de
coeducación, de convivencia, que no forme parte de una red como las
Escuelas Espacio de Paz o se configure como Comunidad de Aprendizaje.
Hablar de participación democrática en las aulas o de educación
inclusiva es hablar de la educación de hoy.
¿Cómo se trabaja la cultura de paz en los centros escolares?
El 30 de enero, Día Escolar de la Paz y la No Violencia, ha pasado de
ser una jornada en la que los centros escolares celebran la cultura de
paz a través de distintas actividades, a ser el momento en el que ponen
de relieve una forma de hacer y estar por la que trabajan los 174 días
lectivos que tiene el año.
Son muchos los conflictos
que seguramente trabajarán los escolares estos días: el terrorismo, la
crisis de los refugiados en Europa… pero quizás deberíamos detenernos
también en una forma de violencia, silenciosa y menos reconocida, frente
a la que algunos centros educativos en España están ya jugando un papel
fundamental: la pobreza infantil. Con cada vez más frecuencia,
entendemos la pobreza como un fenómeno de violencia en tanto en cuanto
provoca exclusión, precariedad e indefensión en quien la padece.
Podríamos citar casos extremos de menores que, en el contexto de la
crisis económica, han visto a su familia expulsada de su vivienda, que
sufren pobreza energética, que se alimentan en casa de lo que recogen en
los comedores sociales… Cualquiera de estos casos podría ser un ejemplo
de cómo la pobreza se ha convertido en España en una forma de violencia
hacia la infancia a la que ni la sociedad ni sus administraciones han
sabido responder.
Si coincidimos en que la paz es
algo más que la ausencia de guerra, en que deben darse unas condiciones
de seguridad, bienestar y posibilidad de crecimiento para reconocer un
entorno de paz, desgraciadamente serán muchos más los menores que no
tienen garantizados estos mínimos. Solo un ejemplo; según la Agencia de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (ACOESAN),
el 45% de los menores en España presenta carencias alimentarias que
pueden afectar a su desarrollo físico, intelectual y emocional a lo
largo de toda su vida.
Si entendemos un estado de paz cuando las personas pueden ejercer libremente la toma de decisiones que afectan a su propia vida,
cuando no existen obstáculos para el desarrollo personal y social, la
lucha contra la pobreza y en especial contra la pobreza infantil es un
elemento indispensable. Frente a la crisis económica, la sociedad y sus
administraciones no han sabido dar respuesta a las necesidades de la
infancia y algunos centros educativos se han convertido ya en algo más
que transmisores de conocimiento, valores e ideales. Los colegios se han
vuelto también refugio frente a la pobreza como forma del sufrimiento,
del maltrato, que muchos menores están padeciendo en nuestro país.
Organizaciones como Ayuda en Acción han reconocido este papel y, por
eso, la mayoría canaliza los programas dirigidos a la lucha contra la
exclusión y la protección de la infancia a través de los centros
educativos. Ante una respuesta global que no llegaba, con un 35,4% de la
infancia en riesgo de pobreza y exclusión (según la Encuesta de Condiciones de Vida del
INE publicada en 2015), muchos centros educativos, directivas,
claustros, AMPAS se han convertido en microespacios empeñados en
aportar su dinero, esfuerzo y tiempo, en combatir esa tozuda estadística
que nos dice que si una familia vive en la pobreza, es muy probable que
sus niños acaben siendo también adultos pobres.
Pero los centros educativos, siendo un elemento fundamental para la
transformación social, no pueden ni deben ser el único refugio frente a
este tipo de violencia estructural como es la pobreza. Por eso en Ayuda
en Acción consideramos que más allá de programas asistenciales que
sirvan de colchón y apoyo en determinados casos, es fundamental una
apuesta estructural que revierta la situación de indefensión a la que
puede verse abocada un tercio de la infancia en España. Mediante
campañas como Candidatos a la Pobreza , buscamos apoyos en la ciudadanía para que se impulse un Pacto de Estado por la Infancia
que incida en las políticas que deben garantizar de forma activa y
concreta la protección de los niños y las niñas en riesgo de exclusión.
Ojalá que lo podamos celebrar en el próximo Día Escolar por la Paz y la
No Violencia.
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