The Guardian
El polémico plan del juez Roberto Di Bella
para detener la influencia de
la ‘Ndrangheta en la provincia de Reggio Calabria
consiste en alejar a
los menores de sus padres y
enviarlos a familias o instituciones de
acogida
Un fotograma de la película Calabria, de Francesco Munzi,
sobre una familia perteneciente a la 'Ndrangheta
|
Darse cuenta de aquello fue como una "especie de epifanía" para este
juez de 52 años, que ha pasado gran parte de su carrera (salvo por una
temporada de cinco años en Sicilia) en esta región montañosa y algo
aislada de Italia, en donde la mafia 'Ndrangheta demostró tener una
inmunidad persistente a las tácticas de los cuerpos policiales que han
ayudado a frenar la cultura del crimen organizado en otras plazas
fuertes de la mafia.
En 2014 la sociedad italiana se horrorizó con el hallazgo de un coche con tres cuerpos carbonizados, uno de ellos un niño de tres años, en un presunto ajuste de cuentas entre miembros de la Ndrangueta.EFE |
"La juventud perteneciente a la 'Ndrangheta es un
fenómeno endémico que ha sido subestimado por mucho tiempo. Debemos
detener esta espiral de violencia", sostiene Di Bella.
El juez ha adoptado un nuevo enfoque: desde 2012, el tribunal de
menores que preside Di Bella quitó la custodia de unos 30 menores "en
situación de riesgo" a sus familias, pertenecientes a la 'Ndrangheta. En
algunos casos se reubicó a los menores con familias del norte de
Italia; en otros, se trasladó a los jóvenes a centros de menores o se
los dejó en manos de organizaciones que luchan contra la mafia.
En cada caso, explica Di Bella, el objetivo es claro: mostrarle al
menor –que el tribunal cree que está, de alguna manera, siendo educado
para una vida delictiva– que hay otras opciones. "La meta es resguardar a
esos niños, darles la oportunidad de tener acceso a la cultura y a la
socialización, que son totalmente opuestas a la realidad en la que
viven. Queremos alejarlos del destino inexorable que son la cárcel o la
muerte a temprana edad", asegura el juez.
Se trata de
un enfoque novedoso en la lucha contra una organización criminal con
fama de ser despiadada, que tiene una sociedad de confianza con
traficantes de drogas sudamericanos, y que es la fuente de
abastecimiento de cocaína más grande de Europa.
Se
cree que la 'Ndrangheta se ha infiltrado en empresas, partidos políticos
y organizaciones de toda Italia, y se sabe que tienen representantes en
otros países, entre ellos, Alemania y Estados Unidos. El hecho de que
opere, en gran parte, bajo un sistema de familias, hace que sea muy
difícil para las autoridades lograr persuadir a los miembros de que se
delaten unos a otros.
Una iniciativa polémica
En un principio, la iniciativa del juez Di Bella fue muy criticada por
los medios de comunicación locales (Di Bella cuenta que lo llamaron
nazi) pero según el juez, el programa no es un intento de "limpieza
étnica" o de "deportación" de niños de la mafia. Se buscan ciertos
indicadores, como, por ejemplo, si el menor estaba bajo los efectos de
un "lavado de cerebro" para unirse al sindicato criminal, o si su
actividad criminal (son principalmente varones) iba en aumento. El
tribunal también toma en cuenta las disputas entre clanes familiares
como un riesgo para los menores.
"A veces, en algunas
escuchas telefónicas, oímos como un padre le dice a su hijo de 13 o 14
años que cuando ingrese en la 'Ndrangheta, tendrá tal rango", relata Di
Bella.
El juez insiste en que los menores todavía
pueden ser "moldeados" y en que, hasta ahora, los resultados de este
experimento judicial han sido "extremadamente satisfactorios". Tan solo
uno de los adolescentes que regresó a la región ha cometido un crimen
desde que empezó el programa, pero no era un delito relacionado con la
mafia.
En particular, las mujeres han pedido ayuda al
tribunal, incluso después de cumplir los 18 años. Según Di Bella, en
algunos casos, las mujeres jóvenes se han librado de matrimonios
arreglados entre familias, que se realizan con el propósito de expandir
las influencias de su propia familia.
"La primera
etapa del desarraigo de los jóvenes es muy difícil", admite Di Bella.
Estudios psicológicos realizados a los jóvenes demuestran que éstos
sufren trastornos en varios niveles: sufren pesadillas y dolencias
físicas, y tienen una enorme dificultad para demostrar emociones.
"La rígida estructura de la ‘Ndrangheta sofoca la necesidad que tienen
los jóvenes de ser libres y expresarse", afirma Di Bella. El magistrado
recuerda haberle pedido a un adolescente (un joven que parecía muy
"sincero" y que usaba gafas), que luego sería trasladado, que le cuente
qué música le gustaba. "Me dijo que solo escuchaba tarantela (la música
tradicional de Calabria). Eso es una locura para un adolescente normal
de 16 años. Un año y medio después, el joven usaba lentes de contacto,
uno de esos peinados extravagantes y escuchaba la música que ahora está
de moda. Cuando cumplió 18 años, me invitaron a su fiesta", cuenta Di
Bella con un dejo de orgullo.
"Empiezan a mostrar un
gran potencial, el mismo que ha sido reprimido por las familias. Retoman
sus estudios, hacen trabajo voluntario y, por supuesto, experimentan
relaciones de afecto que no podrían llevarse a cabo en este lugar. Pero
necesitan buenos psicólogos y trabajadores sociales que tengan
capacitación específica".
"Mi hijo cree que es un honor ir a la cárcel"
Enrico Interdonato es un psicólogo de 31 años, que ha trabajado como
voluntario en tres casos en la localidad cercana de Messina, Sicilia, a
tan solo un corto viaje en bote. "Es verdad que si quitas a un
potencial asesino de las calles, estás debilitando la estructura
criminal, pero esa no es la cuestión. Lo único que queremos hacer es
salvar vidas. Si ven a un padre dándole whisky o una jeringa a su hijo,
eso se trata de un caso de maltrato. En esta región sabemos que los
padres ponen una kalashnikov en manos de sus hijos, o los llevan a una
reunión de la 'Ndrangheta. Eso también es abuso y maltrato", afirma.
El terapeuta, que aspira a convertirse en un hermano mayor para sus
pacientes, saca a los niños del ambiente al que están acostumbrados y
los lleva de "incógnito" a eventos con temática antimafia. "Generalmente
tenemos historias de gente que se ha infiltrado en la 'Ndrangheta (como
agentes de encubierto) pero, ahora, tenemos gente que trabaja de
encubierto con las víctimas, y ellos escuchan las historias", explicó el
psicólogo.
Aunque no cree posible que puedan
cambiar, Interdonato asegura que su meta principal ha sido mostrar a los
menores que hay otras posibilidades en la vida e infundirles la idea de
que pueden elegir.
En algunos casos, los menores que
habían sido trasladados temporalmente (el programa puede durar hasta
tres años), no tenían idea de lo que era la vida fuera del mundo
criminal. Sus padres, abuelos y hermanos han estado en prisión, han
muerto o se han dado a la fuga.
Recientemente, Di
Bella se dio cuenta de otro fenómeno emergente: ha crecido el número de
madres con mucho interés en que sus hijos salgan de esa vida. Con unas
notas que saca de su escritorio, Di Bella explica cómo, hace poco, una
madre se acercó hasta él a pedirle que interviniera en su familia porque
estaba preocupada por su hijo de 14 años, cuya fascinación por las
armas y por la cultura de la 'Ndrangheta crecía a pasos agigantados. "La
mujer me dijo que su hijo pensaba que ir a la cárcel era un honor, pero
que no tenía idea del sufrimiento que eso causaría", dijo Di Bella.
Para el juez, no está claro si el programa puede llegar a hacer mella
en la 'Ndrangheta, pero espera que tenga el resultado esperado si se le
brinda el apoyo necesario. Di Bella confía en que el gobierno italiano
(la justicia y los ministerios del interior) apoye un programa para
ayudar a los trabajadores sociales y a los terapeutas en su trabajo de
campo y que, al mismo tiempo, ayude a encontrar casas de acogida.
Además, pretende que los menores tengan más ayuda luego de cumplir los
18 años, ya que, para ese entonces, dejan de estar bajo la supervisión
de su tribunal.
"En 100 años, no ha cambiado nada en
este lugar", reflexiona Di Bella. Los niños que han sido separados de
sus familias son las semillas. Esto puede tener efectos a largo plazo,
porque las familias se desintegran".
Traducción de Francisco de Zárate
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