La democracia participativa combate la desafección política entre los niños. Estudio.

Javier Ramajo.
Andalucía.


.- Un proyecto piloto de participación ciudadana destinado a chicos y chicas de entre 10 y 12 años concluye que se sienten más escuchados y tenidos en cuenta, y que mejora la confianza en su Ayuntamiento

.- La evaluación de Ágora infantil, ejecutada por las universidades de Huelva y Málaga, señala que los niños "disfrutan y aprenden expresándose en sociedad y teniendo un papel activo en la misma"
.- Tanto el personal docente como el equipo político de siete municipios andaluces consideran que el proyecto es útil para el centro educativo y el Ayuntamiento, y que también han aprendido como instituciones.
Chicas y chicos de 5º y 6º de primaria realizaron un Pleno Infantil en el Ayuntamiento de El Burgo (Málaga) para presentar sus propuestas / Ágora Infantil
Chicas y chicos de 5º y 6º de primaria realizaron un Pleno Infantil
en el Ayuntamiento de El Burgo (Málaga) para presentar sus propuestas / Ágora Infantil


La desafección política, ese concepto que trata de describir la creciente desconfianza y el distanciamiento entre la ciudadanía y sus representantes en los últimos años, se puede combatir. Y se puede combatir, digamos, como otras tantas cosas, si se coge a tiempo, si se educa. Un proyecto piloto de democracia participativa destinado a chicos y chicas de entre 10 y 12 años del último ciclo de educación primaria (5º y 6º) ha demostrado que los niños participantes sienten una mejora en la percepción de sentirse escuchados y tenidos en cuenta, así como en la confianza que tienen en su ayuntamiento. Igualmente positivos son los resultados sobre el conocimiento de la política local.

"Se observa cómo les ha gustado la experiencia, han aprendido, se han sentido con libertad para decir lo que opinaban, consideran que este proyecto servirá para mejorar sus respectivos pueblos y conocen mejor su municipio tras haber participado en el mismo. Estos resultados y la evaluación tan positiva muestra la buena acogida que tiene este tipo de proyectos dentro de la población infantil, quienes disfrutan y aprenden expresándose en sociedad y teniendo un papel activo en la misma", según se recoge entre las conclusiones del proyecto.


La evaluación completa del Ágora Infantil, cuyos primeros resultados ya avanzó eldiario.es/andalucia hace unos tres meses y que han llevado a cabo alumnado y profesorado de la Universidad de Huelva y de la Universidad de Málaga, señala que el proyecto ha provocado un cambio en el alumnado que sí ha participado activamente en el mismo (denominado 'grupo diana'), en comparación con el alumnado del 'grupo control' (de características similares al 'grupo diana' en cuanto edad, curso, colegio y localidad), que en general no ha mostrado diferencias para las variables medidas en los mismos tiempos que el grupo diana.
En la evaluación participaron 369 niños y niñas (224 del 'grupo diana' y 145 del 'grupo control'). Si bien el alumnado contaba en general con conocimientos de política local a priori, tras el proyecto estos conocimientos aumentaron en el 'grupo diana', especialmente en lo referido al uso del dinero público y al conocimiento del nombre del alcalde.

Empoderar a los más jóvenes a través de la construcción colectiva

De acuerdo con los resultados obtenidos se puede afirmar que el proyecto Ágora ha alcanzado sus objetivos (construir un proyecto de participación destinado a niños y niñas; empoderar a los más jóvenes a través de la construcción colectiva de una iniciativa concreta para el municipio; obtener conocimientos y aprendizajes desde la experiencia práctica concreta; y acercar la administración municipal a los niños y niñas del lugar) y ha mostrado "la eficacia de este tipo iniciativas participativas para en muy poco tiempo (cinco sesiones de trabajo) potenciar un amplio abanico de habilidades, conocimientos y actitudes en adultos y jóvenes", señalan las universidades en el documento evaluativo.
Mientras en Andalucía se saca del cajón el anteproyecto de Ley de Participación Ciudadana, aprobado en julio de 2014 y que ahora trata de rescatar Izquierda Unida, "los resultados y la evaluación tan positiva muestra la buena acogida que tiene este tipo de proyectos dentro de la población infantil, quienes disfrutan y aprenden expresándose en sociedad y teniendo un papel activo en la misma".
Las sesiones de trabajo, basadas en técnicas participativas, tuvieron lugar en los colegios, en horario escolar, desde el mes de enero al mes de mayo de 2015, en siete municipios andaluces: Ardales, Archidona, Casabermeja, El Burgo y El Secadero de la provincia de Málaga, Puente Genil (Córdoba) y Trigueros (Huelva).
En el caso de los adultos los resultados son igualmente ilustrativos de la calidad y la eficacia de la intervención llevada a cabo, según la evaluación del proyecto. Tanto el personal docente como el equipo político considera que el proyecto es útil para el centro educativa y el Ayuntamiento, que los alumnos han aprendido mucho, pero también ellos como instituciones.
Podría decirse que quienes han participado en  el proyecto Ágora infantil expresan tener un mayor conocimiento de su propio territorio, se han sentido libres en las deliberaciones, encuentran que el proyecto supondrá un beneficio para su pueblo y manifiestan haber aprendido con la experiencia. Además, están bastante satisfechos/as tanto con las personas que han dinamizado las sesiones, como con el personal técnico del ayuntamiento que ha participado en el proyecto. Igualmente, valoran de forma muy positiva la experiencia.

más INFO


Consumópolis, concurso sobre consumo responsable


Cada año, de octubre a marzo, 
este concurso escolar on-line reúne a más de 10.000 alumnos 
en torno al consumo responsable. 




Plataforma de información y concurso escolar interactivo sobre el consumo responsable.

Ofrece a profesores y a alumnos de Educación Primaria y Secundaria una herramienta para formar a consumidores reflexivos potenciando el consumo responsable.


Contenido:

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- Concurso escolar desarrollado a partir de un circuito de pruebas de diversa índole (preguntas, minijuegos, etc.) adaptado a cada ciclo escolar.



Consumópolis es un proyecto iniciado en 2004 en el que participan anualmente más de 10.000 alumnos de todo el territorio nacional. 

Un proyecto del Instituto Nacional de Consumo



"Garantizar el nivel de vida adecuado para la Infancia es apostar por el Presente".

Jornada Servicios Sociales Mejorada/Velilla.
Dia 18 de Noviembre, 9 hrs.
Auditorio de la Casa Grande.
Mejorada del Campo.






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“DERECHO A UN ENTORNO DE PROTECCIÓN EN LA INFANCIA. 
CAMINANDO BAJO PARAGUAS QUE PROTEGEN” 



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Fecha límite de inscripción: 12 de noviembre de 2015

“Nuestra cultura debe pasar a ser el centro del desarrollo”, Mensaje de los niños y niñas peruanos a BM.

Los niños reconocieron la importancia de crear un sistema educativo
 que no los aleje de la realidad de los pueblos.

Nuestra cultura debe pasar a ser el centro del desarrollo”

Niños peruanos al Banco Mundial

Fotos: Jhirely Díaz / REDCIP





Nosotros también debemos dar el consentimiento junto a nuestros padres, abuelos, amigos; porque nosotros tenemos voz y voto, podemos participar. 
El enfoque de los derechos humanos siempre debe estar presente porque también somos humanos que piensan, sienten, sueñan

Nosotros afirmamos que nuestra cultura debe pasar a ser el centro de desarrollo y no solo lo sea la economía, como se piensa. 
Desde nuestra cultura se debe definir qué tipo de desarrollo queremos, cómo lo queremos y por qué lo queremos”.

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Foto: Jhirely Díaz / REDCIP
Pocas veces se tiene la oportunidad de escuchar la opinión de los más chicos sobre los llamados temas grandes que afectan a la sociedad y al mundo. No obstante, durante el evento “Desmintiendo el milagro peruano” el público tuvo el privilegio de conocer lo que piensan. 
Recogemos a continuación lo que dijeron. 
El citado evento se desarrolló la segunda semana de octubre en la ciudad de Lima, con una importante afluencia de público.
Niños de esta misma ciudad y de Iquitos, ubicada en la selva norte del Perú, plantearon sus ideas respecto a la función del Banco Mundial (BM), como parte de la mesa “Protección de los Derechos del Niño en las Salvaguardas del Banco Mundial”.
El mensaje de los menores: 
Que el actual modelo de desarrollo humano empiece a respetar la diversidad cultural.

Desarrollo, derechos humanos y cultura

Franz Navarro, de 13 años de edad, de la comunidad iquiteña de Belén, planteó, por ejemplo, que el BM tome en cuenta, en los proyectos que saque adelante, las opiniones de las poblaciones locales para construir un modelo que considere su diversidad y sabiduría ancestral.
Advirtió en ese sentido que los derechos humanos, la identidad y la cultura no son negociables en estos procesos y que si se presenta una amenaza, hay que actuar.
Queremos ser una población confrontadora, a la que le digan ‘yo confío en ti y quiero que te empoderes’ y que a partir de ese empoderamiento nuestra población se vuelva autónoma y sostenible”, dijo.

Séfora Amias, de 11 años, llamó la atención a su turno sobre el modelo propuesto por el BM, que carece de un enfoque de derechos y no protege a la niñez, ni a la infancia.

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En ese marco, planteó que en adelante se consideren sus opiniones y que no prime lo que denominó ‘la dictadura del adulto’. Sobre otro punto, Séfora sostuvo que para que los proyectos se realicen no basta con consultar a las poblaciones locales sino que se debe lograr su consentimiento.
Nosotros también debemos dar el consentimiento junto a nuestros padres, abuelos, amigos; porque nosotros tenemos voz y voto, podemos participar. El enfoque de los derechos humanos siempre debe estar presente porque también somos humanos que piensan, sienten, sueñan”, opinó.

Y finalizó mencionando que los proyectos deberían tener indicadores relacionados 
.- al respeto a las poblaciones; 
.- al desarrollo armónico con la naturaleza; 
.- a la sabiduría cultural; 
.- a la felicidad y ternura para que haya menos estrés, más buen humor, 
.- a la cero violencia y amor por el otro.
.- al Sumak Kawsay o Buen Vivir

Luego fue el turno de Gabriel Herrera, de 12 años, delegado del Consejo Consultivo de Niños, Niñas y Adolescentes (CCONNA) de Lima Metropolitana, quien indicó que el desarrollo debería estar enfocado en cuatro ejes: educación, naturaleza, salud y trabajo.
Sobre el primer eje educación, Herrera mencionó la trascendencia de crear un sistema educativo que no los aleje de las realidades de los pueblos, y que respete la naturaleza y saberes culturales. “Nosotros tenemos muy presente el Iskay Yachay que es la unión de dos saberes culturales implicando el respeto. Es una clara forma de plantear una perspectiva inclusiva que conlleve a nuestra conservación de lo tradicional con las costumbres nuevas”, acotó.
Respecto al eje de naturaleza, el joven indicó que se debe dar el cuidado adecuado de ésta para tener un mundo mejor, y criticó que los proyectos de extracción sean prácticos pero no sustentables.
También sugirió que se priorice al concepto de Sumak Kawsay o Buen Vivir, que significa generar el “bienestar de nuestros pueblos y nuestras comunidades con el medio ambiente”.
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Se debe respetar el tipo de desarrollo dándole prioridad a la valoración de nuestras sabidurías culturales exigimos y proponemos controlar la contaminación que sufren los pueblos andinos y amazónicos”.

En salud y trabajo, Gabriel pidió reflexionar sobre cómo inciden en las comunidades los proyectos de inversión para combatir la desnutrición crónica infantil, la explotación laboral de niños y adultos, así como ver otros temas como la implementación de seguros de salud, entre otros.
Nosotros afirmamos que nuestra cultura debe pasar a ser el centro de desarrollo y no solo lo sea la economía, como se piensa. Desde nuestra cultura se debe definir qué tipo de desarrollo queremos, como lo queremos y porque lo queremos”, concluyó.

El desarrollo que queremos

Por su parte, Alfredo Pérsico Gutiérrez, experto en derechos de la infancia, comentó sobre la responsabilidad de los adultos de aprender a dialogar, no solamente escuchar a los niños sino generar espacios de co-construcción y de co-creación en conjunto.
Resaltó el valor del documento “La unidad y la diversidad de las culturas”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que plantea al BM cómo se tiene que convivir entre culturas con una estrategia intercultural que permita definir el tipo de desarrollo que queremos.
Para finalizar, Pérsico determinó que se espera que “el Banco Mundial tenga a bien de dialogar y que cada derecho sea un eje de desarrollo para que los niños puedan ejercer sus derechos con igualdad”.
La participación de los menores fue posible gracias al apoyo del Bank Information Center, el Instituto de Formación para Adolescentes y Niños Trabajadores (INFANT), y la organización Save The Children International.
Invitamos a escuchar parte de lo dicho en la mesa haciendo clic en el siguiente enlace:

Cómo responder a las preguntas de los niños cuando muere un ser querido

Patricia Díaz, 
psicóloga infanto-juvenil.


Uno de los problemas más habituales que nos encontramos los adultos a la hora de comunicar o explicar la muerte a los niños tiene que ver con las preguntas que hacen estos sobre detalles o aspectos que consideran relevantes y que, en ocasiones, el adulto se ve incapaz de resolver.
© Malagón
Dado el elevado número de consultas que recibimos acerca de estas cuestiones, hoy abordaremos cómo responder a las preguntas concretas que suelen hacer los niños y resolveremos otras dudas comunes que les surgen a los adultos en estas situaciones.

“¿Dónde está?”

Si el niño nos hace esta pregunta sobre la persona fallecida, es porque aún no tiene claro que en la muerte se produce una interrupción definitiva de las funciones vitales y que es irreversible.
Podemos iniciar nuestra respuesta con: “Verás, no sé exactamente dónde está, lo que a mí me gusta pensar es que…” y entonces le explicamos que nos gusta pensar que está en el cielo y le describimos cómo lo imaginamos, o en un lugar mejor, y le explicamos las características que nos imaginemos. Es muy importante dejarle claro que eso que nos imaginamos tiene que ver con su recuerdo.

“¿Cuándo vuelve?”

Esta pregunta está relacionada igualmente con el hecho de que los niños piensan que la muerte es un estado temporal, que no es definitiva. Hay que aclararles precisamente que la persona que ha fallecido no va a volver, que quien fallece no regresa nunca. Podemos decirle: “Cariño, a mí también me gustaría que fuera posible, pero cuando alguien se muere no puede volver, así que aunque lo deseemos mucho no vamos a volver a verle”.

“¿Cómo se sube al cielo?”

Hay que tener en cuenta que el concepto que tienen los niños sobre el cielo es literal, es decir, no es como el concepto abstracto que manejan los adultos. Por este motivo, hay que aclararles que no se puede subir, ya que no hacemos referencia al cielo por el que vuelan los aviones, sino que es un lugar en el que a nosotros nos gusta recordar al fallecido: un lugar que está en nuestra imaginación, en nuestro recuerdo, que no está arriba ni abajo, nadie sabe dónde está, sino que es el modo que tenemos de referirnos al lugar donde nos gustaría que estuviera o donde nos gustaría recordar al fallecido.

Llegados a este punto podemos preguntarle en qué lugar quieren recordar al fallecido, dónde creen que se sentía feliz y, con lo que nos digan, les devolvemos que seguramente ese será su cielo y comprobaremos si esa idea más abstracta del cielo les deja tranquilos o no.

“¿Por qué no me contesta?”

A veces caemos en el error de decirle al niño que puede hablar con el fallecido, que puede contarle sus cosas. El niño entonces entiende que habrá respuesta, ya que sería lo esperable. Además, cuando los niños cuentan alguna cosa, esperan siempre una respuesta de la persona que les está escuchando. El hecho de haberle dicho al niño que puede establecer un diálogo con el fallecido puede llevar al menor a enfadarse con él creyendo que le ignora, o que ya no le quiere y de ahí su negativa a contestar.
Lo mejor que podemos decirle es que las personas que mueren no pueden hablar, ni tampoco contestar, porque ya no oyen, ni hablan, ni ven. Pero que hay personas que dicen que se puede hablar con el fallecido porque esa idea les consuela. Una vez explicado eso, hay que dejarle claro que cualquier cosa que ocurra nos la puede contar a nosotros, que intentaremos escucharle siempre que sea posible.

¿Les afecta a los niños el hecho de ver a un muerto?
Esta duda nos la plantean muchos adultos, ya que en estas situaciones surgen muchas preguntas sobre todas las consecuencias físicas, psicológicas e incluso espirituales que pueden darse si un niño ve a un enfermo terminal, a un muerto o si participa de los ritos funerarios.
En estos casos nuestra respuesta siempre es contundente: Al niño no le va a pasar nada, siempre que con anterioridad se le explique claramente qué va a ver, cómo va a ser y que podamos garantizar que las reacciones de las demás personas presentes no van a ser exageradas, tal y como os hemos explicado en artículos anteriores.
No pasa nada porque los niños participen en ritos de despedida, o acudan a hospitales y/o tanatorios. No van a sentirse afectados ni impactados, a no ser que sean incapaces de prever aquello que van a ver.

Si no sabemos responder a una pregunta del niño

Estas son algunas de las preguntas a las que nos puede someter el niño, no hace falta contestar a todas perfectamente. De hecho, habrá ocasiones en las que no sabremos qué decir y la mejor respuesta será: “Lo siento, cariño, pero no sé qué contestarte. No son respuestas exactas, ni pretenden ser ideas fijas, sino que se basan en las preguntas más habituales que nos encontramos en nuestro trabajo diario con niños.
Para saber más sobre el duelo infantil y adolescente os recomendamos la lectura de nuestra guía Explícame qué ha pasado, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y adolescentes, y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad. 
La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

Cuentos que nos ayudan a hablar de la muerte a los niños.

por    

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Nueve títulos que nos ayudarán a hablar de ella con los más pequeños, 
pero también con los mayores y con nosotros mismos.


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Existe desde el mismo instante en que existe la vida y, aun así, no somos capaces de hablar de ella de tú a tú. La vida y la muerte son las dos caras de la misma realidad y muchos artistas y escritores la han abordado a través de los libros ilustrados. En este artículo sugerimos nueve títulos que nos ayudarán a hablar de ella con los más pequeños, pero también con los mayores y con nosotros mismos.
La curiosidad natural de los niños es insaciable, y sobre todo respecto a esos temas que los adultos y la sociedad tienden a evitar. La muerte en muchas civilizaciones es un tema tabú, y en la nuestra en particular. Y mucho más cuando se trata de explicársela y acercarla a los niños. Pero ocurre algo curioso, y es que los niños son conscientes de ella mucho antes de que nos demos cuenta. Deberíamos saber que la muerte es parte de su vida cotidiana, a diario ven insectos muertos en el patio del colegio, se cuelan en sus vidas docenas de muertos a través del cine y la televisión y en ocasiones fallece alguien cercano y querido. Y es aquí donde más problemas nos surgen. No hablar del tema genera en los niños muchas inquietudes y dudas. El temor a lo desconocido es peor que la propia realidad. Es injusto que vivan en silencio este tipo de situaciones, porque en su cabecita aparecerán muchas preguntas que van a necesitar respuestas. Si ya para los adultos es difícil encontrar las respuestas y verbalizarlo, para un niño es una montaña rusa de emociones completamente desbocada.

Y es que a pesar de ser un hecho ineludible de la vida, tememos enfrentarnos a ella y, por extensión, tendemos a sobreproteger a los más pequeños de la casa. Vivimos en una sociedad donde la muerte cada vez se vive más lejos de la cotidianidad; antes se moría en casa, se velaba en comunidad…, ahora todo eso queda alejado de nuestro entorno. Y lo más habitual es tratar el tema a través de terceras personas y con una representación reconfortante del cielo. Muchas veces, intentando evitar el tema y tratando de impedir que sufran, transmitimos ideas equivocadas, temores, aumentamos sus preocupaciones y no ayudamos a que superen su propio duelo.

Es cierto que hablando no vamos a solucionar el problema, pero al no abordarlo con madurez, lo único que hacemos es limitarnos en nuestra capacidad de poder ayudar y de dotar a los niños de recursos y palabras que les puedan ayudar a comprender y a vivir con el concepto de la muerte y con las situaciones que acarrea. Si no, van a sentir y vivir experiencias que no sabrán muy bien cómo gestionar.

Para un niño no es fácil comprender que la muerte es el final natural del recorrido de todo ser vivo. En los primeros años entienden la idea de la muerte como algo reversible, atemporal e impersonal. Esta idea se ve reforzada en parte al ver dibujos animados que vuelven a la vida tras ser aplastados o explotados. Pero será un poco más adelante, entre los 6 y los 9 años, cuando empiecen a sospechar que la muerte es algo definitivo y es ahí donde comienza la verdadera angustia.

A un niño la muerte le genera sentimientos de culpa, de ira; en ocasiones se producen regresiones en su estado evolutivo y hasta pequeñas depresiones y problemas de comportamiento. Sobre todo si no hay a su alrededor adultos que le ayuden a afrontar el tema, que le ofrezcan palabras para definir lo que sienten, que les dejen llorar a gusto… Un buen recurso para esto pueden ser los cuentos y los libros infantiles. Historias que contadas por otros puedan ayudarles a comprender el proceso y a elaborar el duelo, el concepto… La distancia que aporta la fantasía resulta básica para ayudarles a entender la pérdida de un ser querido.

No pretendo con esta selección de nueve títulos abarcar todas las situaciones. Pero son historias que van a poder ayudar a los niños a superar el proceso del duelo. Y seguramente también a muchos mayores.

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No es fácil, pequeña ardilla’. Elisa Ramón y Rosa Osuna. Kalandraka.
Perder a alguien querido no es nada sencillo, y esta inteligente historia contada con gran elegancia permite a los niños y niñas a que perciban de un modo natural la experiencia de la muerte. Una pequeña ardilla vive su particular duelo, donde inevitablemente aparecen sentimientos de ira, tristeza… Tan triste se siente que piensa que nunca jamás volverá a ser feliz. Y aunque con esta historia puede que los niños sientan cierto desasosiego, irán comprendiendo página a página cómo la pequeña ardilla es capaz de ir superando su propio duelo.

Nana vieja’. Margaret Wild y Ron Brooks. Ediciones Ekaré.
Nana Vieja y su nieta habían vivido juntas durante mucho, mucho tiempo. Habían compartido infinidad de cosas de la vida, pero una mañana Nana Vieja no se levantó como de costumbre para ir a desayunar; estaba enferma, muy enferma… Hasta que un día, haciendo un gran esfuerzo, pone con calma todas sus cosas en orden y realiza con su nieta un largo paseo para ver cosas maravillosas a modo de despedida. Esta historia que habla de la vida, de los momentos que compartimos con los demás, es de una belleza casi infinita. Ayuda al niño a disfrutar de los momentos del día a día y a ser capaz, aunque duela, de poder despedirse.


el arbol de los recuerdos
‘El árbol de los recuerdos’
El árbol de los recuerdos’. Britta Teckentrup. NubeOcho.
Este álbum, reciente finalista del premio del Gremio de Libreros de Madrid 2014, nos cuenta el final de la larga y feliz vida de un zorro que, cansado, decide ir a buscar su lugar favorito en el claro del bosque para observar por última vez sus árboles y quedarse dormido para siempre. La nieve, junto con los animales del bosque, serán los encargados de ir despidiéndose del zorro. El silencio invade este historia hasta que cada animal que ha compartido la vida con el zorro van desgranando sus recuerdos. Esta historia, dulce y reconfortante, celebra la vida y todos los recuerdos que permanecen en nosotros tras la muerte de un ser querido. Y lo importante que es mantenerlos y compartirlos para que esa persona no muera definitivamente.

Una casa para el abuelo’. Grasa Toro e Isidro Ferrer. Libros del Zorro Rojo.
Una familia sale de paseo en busca de un lugar para enterrar al abuelo. Y tras mucho buscar, encuentran el lugar perfecto, un campo de girasoles. Allí darán sepultura al abuelo, pero a la vez también construirán una nueva casa donde todo continuará viviendo. Esta historia, simbólica y sutil, sobre los recuerdos y los seres queridos que permanecen en nuestras vidas, nos va a permitir hablar de la muerte desde otro punto de vista. Isidro Ferrer utiliza personajes afables para representar el ciclo de la vida, donde el pasado se convierte en el motor del futuro.


'La balada del rey y la muerte'
‘La balada del rey y la muerte’
‘La balada del rey y la muerte’. Koos Meinderts, Harrie Jekkers y Piet Grobler. AH Pípala.
Un rey muy poderoso quiere comprender por qué se mueren las personas -los niños se hacen esta misma pregunta a menudo-. No entiende que en los tiempos que estamos no se haya encontrado un remedio para ello y conmina a sus sabios a deshacerse de ella, pues él no quiere morir. Con un buen plan, logran capturarla, pero aquello que parece tan bueno y divertido, la vida eterna, tal vez no lo sea tanto. Toda una reflexión al más alto estilo filosófico, que aparece en todas las cabecitas menudas de los niños. Una historia que aborda el tema cara a cara y que permite a los niños verbalizar aquellas cuestiones que se les plantean y que necesitan compartir para seguir creciendo y madurando.

¿Qué viene después del mil?’. Anette Bley. Takatuka.
“¿Qué viene después del mil?”, le pregunta la pequeña Lisa a su amigo Otto, con el que está aprendiendo a contar las estrellas. Lisa ya sabe contar hasta 16, pero en el cielo hay muchas más, por lo menos mil, le ha dicho el viejo Otto. Con Otto pasa ratos muy divertidos, pero un día se pone enfermo y muere al cabo de un tiempo. A Lisa le cuesta acostumbrarse a su ausencia. Es la mujer de Otto quien le hace comprender que, aunque no podamos ver a una persona, ésta puede seguir presente dentro de nosotros. Este álbum, galardonado con La Pluma de Plata, premio del libro infantil y juvenil de la Asociación de Médicos Alemanes, cuenta con gran habilidad lo importante que es hablar y sentirse arropado en los momentos del duelo. Lo reconfortante que son los buenos recuerdos. Este poético libro puede servir de consuelo para todas aquellas personas que hayan perdido a un ser querido.

Inés Azul’. Pablo Albo y Pablo Auladell. Thule.
Con Miguel se pueden hacer muchas cosas, siempre hay lío. Mandar a las hormigas a que caminen en fila india, pedir a los caracoles que no corran, que las piedras se estén quietas… Pero de pronto Miguel ya no está. Y unos dicen que no lo podemos volver a ver porque se quedó dormido. Y eso parece imposible: ¿cómo se puede ir alguien con la de cosas que aún quedan por hacer? La muerte siempre interrumpe y deja los finales abiertos. Por eso tenemos que aprovechar cada minuto de vida que tengamos, con nosotros mismos y con la gente que nos quiere y nos rodea.


'Jack y la muerte'
‘Jack y la muerte’
Jack y la muerte’. Tim Bowley y Natalie Pudalov. OQO editora.
Jack traza un plan al encontrarse con la muerte y enterarse que va en busca de su madre enferma. Con gran astucia, Jack logrará atrapar al siniestro personaje en un frasco. Pero encerrar a la muerte en un tarro traerá consecuencias imprevisibles. Desde ese momento, nada se podrá morir y el mundo termina convirtiéndose en un caos. Esta versión del tradicional cuento británico La muerte atrapada en una nuez, creada por el prestigioso narrador Tim Bowley, ha logrado recorrer toda Europa y América hechizando al público con su historia.

El pato y la muerte’. Wolf Erlbruch. Barbara Fiore Editora.
El personaje de la muerte en este libro de Erlbruch es una acompañante silenciosa y leve como una pluma, siempre presente aunque no la percibamos. Desde hace un tiempo el pato notaba algo raro a su alrededor. “¿Quién eres? ¿Por qué me sigues tan cerca y sin hacer ruido?”, pregunta. Y la muerte le contesta: “Me alegro de que por fin me hayas visto. Soy la muerte”. El pato se asusta: “¿Ya vienes a buscarme?”. “He estado cerca de ti desde el día que naciste…, por si acaso…”. Este libro responde con sencillez y reflexión a las grandes preguntas a través de la poesía de sus ilustraciones y de su historia. Un libro para niños y también para adultos. Perfecto para esos padres que no saben qué contestar o no tienen preparada una respuesta simple y convincente para cuando los niños preguntan sobre la muerte.

Derechos de las Generaciones Futuras: Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de garantizar la plena salvaguardia de las necesidades y los intereses de las generaciones presentes y futuras.

Proclama solemnemente, 
en este día 12 de noviembre de 1997, 
la presente Declaración 
sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales 
para con las Generaciones Futuras

Artículo 1 - Necesidades e intereses de las generaciones futuras
Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de garantizar la plena salvaguardia de las necesidades y los intereses de las generaciones presentes y futuras.

Ciclo de Cine: “Desafíos de la adolescencia”.


dias 4, 6, 11, 18 y 25 de Noviembre



Precio 3 Euros

Ver Venta anticipada y Horarios 


“Somos lo que hacemos 
con lo que hicieron de nosotros”,
 Jean-Paul Sartre.

Los adolescentes del siglo XXI se enfrentan tanto a los retos habituales de la transición hacia la edad adulta, la construcción de su identidad entre iguales y la relación referencial de su familia, como a los de la sociedad digital que les ha tocado vivir. 

Se les han abierto nuevas maneras de relacionarse con el mundo, al tiempo que se les suman presiones difíciles de manejar incluso para los adultos. Ante este desafío, ¿qué repuestas está ofreciendo el ámbito educativo y familiar? ¿Cómo podemos favorecer su desarrollo y evolución como individuos autónomos? ¿Podemos sacar mejor partido a las nuevas tecnologías que les acompañan en ese desarrollo?

El ciclo “Desafíos de la adolescencia” propone una selección de dos largometrajes de ficción, un documental y una videoplaylist que servirán como punto de partida para reflexionar sobre estos temas acompañados por especialistas y educadores de reconocido prestigio

Selección de películas: Victor Berlin (Asociación Kinora)
Coordinación de coloquios: Maite Rodríguez Estévez, máster en Neuropsicología y Educación, pedagoga formada en Sistémica y docente en seminarios universitarios sobre estas especialidades. Instructora de Brain Gym y especialista en desarrollo psicomotor y visual. Incluye la mirada a la historia perinatal y las emociones en el aprendizaje.
Paloma Rosado, periodista y especialista en Trastornos Psicológicos del Niño y el Adolescente, y colaboradora de la Asociación para la Salud Mental Infantil desde la Gestación. Ha publicado recientemente La revolución de la fraternidad y colabora desde hace más de veinte años en varias publicaciones.


Mi4.y Vi6.Noviembre
Proyección de “The Wolfpack”, de Crystal Moselle. 
Coloquio con Juan Carlos Calvo

Mi11.Noviembre
Proyección de “Videofilia (y otros síndromes virales)”, de Juan Daniel F. Molero. 
Coloquio con Ángela Matallanos

Mi18.Noviembre
Proyección de “Después de Lucía”, de Michel Franco. 
Coloquio con Victoria Noguerol

Mi25.Noviembre
Sesión videoplaylist con Isabel Aranda sobre liderazgo positivo en la adolescencia 


Contacto
Ángeles Tébar Medina
La Casa Encendida
Educación
T.   91 3686354

"¿Por qué estudiamos si al final va a haber una guerra?", Palestina, bajo la mirada de una niña.

El documental Dreams Behind the wall
narra un día en la vida de una niña y un niño palestinos: Shada y Ahmed.NOMINADA EN SEMINCI 2015 (DOC ESPAÑA).
eldiario.es  


.- El documental Dreams Behind the wall
dirigido por la periodista Elena Herreros, 
narra un día en la vida de una niña y un niño palestinos: Shada y Ahmed
.- La rutina de los habitantes de Gaza y Cisjordania queda retratada desde la visión de los menores, de ocho años: "Son niños que han vivido tres guerras"
.- "Los niños que tienen un trauma no tienen tiempo de recuperarse porque llega otra guerra y se tira por la borda todo el trabajo de los psicólogos", explica la directora

Los dos menores viven bajo la presión militar israelí y la película muestra sus consecuencias: "La educación se para con las bombas. Con la guerra se acaba todo y luego hay que ver qué trastornos quedan. Shada era una alumna 10 hasta la operación israelí Margen Protector. Ya no", explica la directora.

La selección del documental para la Seminci ha sido una alegría para Herreros y el equipo, pero también para las familias de Shada y Ahmed.
"Lo de la Seminci nos lo dijeron en septiembre y avisé a las familias. Cuando fuimos allí, nos metimos en sus vidas, en sus casas, en su baño. Y ellos te preguntan: 'pero esto, ¿adónde va?", explica deprisa Herreros en una entrevista telefónica con eldiario.es. Ahora, les ha podido decir que el estreno ha sido en un festival de prestigio. "Les vamos manteniendo informados".

La periodista –que trabaja algunos meses como freelance para varios medios y otros para La Sexta– ha buscado con este trabajo las historias rutinarias en Palestina, el qué pasa cuando no hay bombas ni muertos diarios. "Quería mostrar el lado humano de Gaza y Cisjordania. Los periodistas, y me incluyo, cuando cubrimos un conflicto, nos vamos cuando se termina la guerra. Quería contar qué pasa entonces, lo que no enseñamos porque no sale rentable a las televisiones y a los medios", afirma la directora.
Los protagonistas del filme documental son dos niños porque Herreros quería buscar "su inocencia, la transparencia" propia de la infancia ante los hechos y huir de los enfrentamientos enraizados entre las personas que defienden la política israelí con Palestina y el sector que la condena y apoya al pueblo palestino. "Cuando haces una información y lees los comentarios de un sector, de otro... Es tema es muy conflictivo, que te van a mirar con lupa, así que prefería la mirada de dos niños porque es transparente, inocente. Ingenua en ocasiones", indica.

Levantarse tras la guerra

Y a una niña, Tuqa, escuchamos en el documental decir una frase que explica los traumas que viven los niños en la Franja de Gaza y Cisjordania. La próxima generación de palestinos. Casi con una sonrisa, más pendiente de la cámara que la enfoca de cerca que de la dureza de sus palabras, Tuqa dice que tiene "nueve años y he vivido tres guerras, en 2008,2012 y 2014".

La directora recuerda que uno de los problemas de la sucesión de conflictos armados que ha sufrido la población palestina es la dificultad para cerrar heridas. "Los niños que tienen un trauma no tienen tiempo a recuperarse porque llega otra guerra y se tira por la borda todo el trabajo de los psicólogos. Es primordial el trabajo temprano con los niños tras la guerra, para prestarles al ayuda psicológica lo antes posible".
Shada, en una de las escenas del documental 'Dreams Behind the wall', dirigido por Elena Herreros.
Shada, en una de las escenas del documental 'Dreams Behind the wall', 
dirigido por Elena Herreros.
Herreros elige como ejemplo el caso de Shada, "que era una niña 10 en el colegio antes de la operación israelí Margen Protector". Ahora, su maestra cuenta en el largometraje que le cuesta más. "Es una de las alumnas que se ha vuelto lentas. Les pasa a todas, se pregunta: 
'¿por qué estudiamos y aprendemos esto si al final va a haber una guerra?", 
dice la profesora.
La ocupación y la guerra marcan la forma de pensar de los palestinos, su manera de asumir el día siguiente. "Fui a un hospital que estaban rehabilitando tras la ofensiva del año pasado y el responsable me dijo que estaban haciendo la sala de urgencias más grande 'para la próxima guerra', porque habían comprobado que se había quedado pequeña en la ofensiva Margen Protector. Ya piensan que va a haber una próxima", añade Elena Herreros.

Romper estereotipos

La periodista habla del cansancio, de la enorme desilusión que hay en Gaza y en Cisjordania, ambas zonas que soportan la presión y el asedio militar israelí, "pero de maneras muy diferentes, por eso elegí a una familia de cada zona. En Gaza, los israelíes van un día, o una temporada, y arrasan con todo y en Cisjordania es un goteo constante: hoy metemos en la cárcel a tres niños de 14 años por tirar piedras, hoy derribamos una casa, todos los días hay incursiones de soldados israelíes en los campos y echan gas lacrimógeno, ...".
La cinta busca también "romper estereotipos". "La mitad del documental está rodado en Cisjordania, con la familia de Ahmed. En el campo hay cada día incursiones militares. Todos los días al final del día, los jóvenes van a tirar piedras, en señal de protesta. Lo que dicen es 'estamos aquí y no estamos bien. Es una reivindicación'. Pero hay estereotipos como de que todos los palestinos parecen terroristas, con los pañuelos tapándose la cara y demás. Llevan pañuelos en la cara para que no los reconozcan porque, si tienes más de 14 años, te pueden caer hasta 20 años de cárcel por tirar piedras. Los militares graban y hacen fotos a los chavales para buscarlos después", explica Herreros.
Las familias de Shada y Ahmed muestran en el documental –que aún tendrá que terminar la gira de festivales para llegar a las salas– "que la gente quiere tener una vida normal, pero que cuando llega una bomba, la guerra, se acabó la fiesta". 
La pequeña Tuqa lo dice muy claro, 
"que solo quiere ser una niña más en el mundo"
Para ello, hasta ella es consciente, debe deshacerse de la guerra y la presión militar.

Los niños sin fotos: El derecho a tener historia e identidad.

Cerca de tres años permanece un niño en un hogar de menores. Saber quién lo cuidó, cuándo dio sus primeros pasos y tener fotos, es un derecho que un grupo de psicólogos busca resguardar. El derecho a tener historia e identidad.

Paulina Sepúlveda Garrido 
Fuente La Tercera
Libros de Vida


Desde la primera ecografía, su primer mechón de cabello o cuando comienza a caminar. 
No hay evento en la vida de un niño que no tenga registro. Tarea que generalmente hacen los padres. 
¿Pero qué ocurre con niños en hogares o instituciones? 
¿Quién los fotografía? 

Para resguardar ese registro emocional e historia de niños en situaciones vulnerables, el psicólogo Matías Marchant, director de la Corporación Centro de Salud Mental Casa del Cerro, creó los denominados Libros de la Vida, en los que se van registrando los acontecimientos importantes de estos menores y en los que se incluyen fotografías. 
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Hace cuatro años que en Casa del Cerro desarrollan estos libros, gracias al apoyo financiero de la Fundación San Carlos de Maipo. Camilo Morales, psicólogo coordinador del programa de revinculación familiar de Fundación Casa del Cerro, dice que trabajan con menores separados de su familia de origen, por lo que esta herramienta busca revincularlos. 
El proyecto se inició en el hogar de menores Santa Catalina, y se ha replicado en otros tres. A la fecha ya se han confeccionado 80 Libros de Vida.
Los niños son acompañados en la creación de estos textos con psicólogos o tutores garantes de derecho. Estos se reúnen semanalmente por cerca de una hora con el menor. Si este tiene más de tres años, juntos van construyendo cómo ha sido su experiencia de internación y su historia previa. En el caso de los más pequeños, quienes los cuidan van anotando cada uno de sus eventos. 
“Los niños proponen temas que para ellos son importantes. Uno de los primeros es hablar de su familia, cuál es el vínculo que tiene con su papá, mamá y hermanos”. Todo acompañado de dibujos o fotografías. Esa preocupación de guardar fotos de los niños de sus primeros años de vida, de sus familias, les da sentido de pertenencia y les permite formar su identidad.
Esta herramienta rescata sus orígenes, sostiene Morales, independiente de que haya sido una historia dolorosa y de abandono: “Él tiene una historia que le da un lugar en el mundo”.

El derecho a la historia
Esteban Gómez, psicólogo y director ejecutivo de Fundación América por la Infancia, dice que los tiempos de permanencia en una institución son en promedio 2,7 años. “Es mucho tiempo, para un bebé o para un niño de tres años. Se supone que la medida es transitoria”.
Por la lógica de las instituciones se tiende a uniformar todas las rutinas y procesos, dice Gómez. Pero no se ajustan al interés superior del niño. “Antes del año 2000 todo estaba bien si tenía pan, techo y abrigo. Hoy se obliga a mucho más que eso. Se entiende que es dueño de una continuidad histórica que se debe proteger. Para construir esa identidad tiene que tener recuerdos”.
Camila de la Maza, abogada de la Facultad de Derecho de la U. Diego Portales, y autora principal del capítulo “Derechos humanos de la infancia y adolescencia: ¿Asegura el Estado a los niños, niñas y adolescentes el derecho a vivir en el seno de una familia?”, del Informe de DDHH 2015, destaca que el derecho a identidad no se limita a tener un nombre y conocer su origen. “La Ley 19.620 reconoce que es parte de los derechos de los niños conocer su origen. Esta iniciativa los observa desde sus inicios como objeto de derecho, para que sepan cuando grandes quién los cuidó y quién los contuvo. 
Es determinante saber que alguien se preocupó de ellos y fueron importantes para un otro”.
En el seguimiento de niños en adopción, destaca Gómez, se ha visto que dos de cada tres tienen posteriormente problemas en la construcción de su identidad. Y de eso no somos  conscientes, advierte. “Se asume que cuando un niño es adoptado es como borrón y cuenta nueva. Pero eso no es así, hay que entender que somos responsables no sólo de lo que ocurre ahora con ese niño, sino lo que pasará en 10 ó 15 años más. Cuando crezca hará preguntas y esto los ayudará a conocer su historia”, aclara.