El documental Dreams Behind the wall
narra un día en la vida de una niña y un niño palestinos: Shada y Ahmed.NOMINADA EN SEMINCI 2015 (DOC ESPAÑA).
eldiario.es
.- El documental Dreams Behind the wall,
dirigido por la periodista Elena Herreros,
narra un día en la vida de una niña y un niño palestinos: Shada y Ahmed
.- La
rutina de los habitantes de Gaza y Cisjordania queda retratada desde la
visión de los menores, de ocho años: "Son niños que han vivido tres
guerras"
.- "Los niños que tienen un trauma no tienen tiempo de
recuperarse porque llega otra guerra y se tira por la borda todo el
trabajo de los psicólogos", explica la directora
Los dos menores viven bajo la presión militar israelí y
la película muestra sus consecuencias: "La educación se para con las
bombas. Con la guerra se acaba todo y luego hay que ver qué trastornos
quedan. Shada era una alumna 10 hasta la operación israelí Margen
Protector. Ya no", explica la directora.
La selección
del documental para la Seminci ha sido una alegría para Herreros y el
equipo, pero también para las familias de Shada y Ahmed.
"Lo de la Seminci nos lo dijeron en septiembre y avisé a las familias.
Cuando fuimos allí, nos metimos en sus vidas, en sus casas, en su baño. Y
ellos te preguntan: 'pero esto, ¿adónde va?", explica deprisa Herreros
en una entrevista telefónica con eldiario.es. Ahora, les ha podido decir
que el estreno ha sido en un festival de prestigio. "Les vamos
manteniendo informados".
La periodista –que trabaja
algunos meses como freelance para varios medios y otros para La Sexta–
ha buscado con este trabajo las historias rutinarias en Palestina, el
qué pasa cuando no hay bombas ni muertos diarios. "Quería mostrar el
lado humano de Gaza y Cisjordania. Los periodistas, y me incluyo, cuando
cubrimos un conflicto, nos vamos cuando se termina la guerra. Quería
contar qué pasa entonces, lo que no enseñamos porque no sale rentable a
las televisiones y a los medios", afirma la directora.
Los protagonistas del filme documental son dos niños porque Herreros
quería buscar "su inocencia, la transparencia" propia de la infancia
ante los hechos y huir de los enfrentamientos enraizados entre las
personas que defienden la política israelí con Palestina y el sector que
la condena y apoya al pueblo palestino. "Cuando haces una información y
lees los comentarios de un sector, de otro... Es tema es muy
conflictivo, que te van a mirar con lupa, así que prefería la mirada de
dos niños porque es transparente, inocente. Ingenua en ocasiones",
indica.
Levantarse tras la guerra
Y a una niña, Tuqa, escuchamos en el documental decir una frase que explica los traumas que viven los niños en la Franja de Gaza y Cisjordania. La próxima generación de palestinos. Casi con una sonrisa, más pendiente de la cámara que la enfoca de cerca que de la dureza de sus palabras, Tuqa dice que tiene "nueve años y he vivido tres guerras, en 2008,2012 y 2014".
La directora recuerda que uno de los problemas
de la sucesión de conflictos armados que ha sufrido la población
palestina es la dificultad para cerrar heridas. "Los niños que tienen un
trauma no tienen tiempo a recuperarse porque llega otra guerra y se
tira por la borda todo el trabajo de los psicólogos. Es primordial el
trabajo temprano con los niños tras la guerra, para prestarles al ayuda
psicológica lo antes posible".
Herreros elige como ejemplo el caso
de Shada, "que era una niña 10 en el colegio antes de la operación
israelí Margen Protector". Ahora, su maestra cuenta en el largometraje
que le cuesta más. "Es una de las alumnas que se ha vuelto lentas. Les
pasa a todas, se pregunta:
'¿por qué estudiamos y aprendemos esto si al
final va a haber una guerra?",
dice la profesora.
La
ocupación y la guerra marcan la forma de pensar de los palestinos, su
manera de asumir el día siguiente. "Fui a un hospital que estaban
rehabilitando tras la ofensiva del año pasado y el responsable me dijo
que estaban haciendo la sala de urgencias más grande 'para la próxima
guerra', porque habían comprobado que se había quedado pequeña en la
ofensiva Margen Protector. Ya piensan que va a haber una próxima", añade
Elena Herreros.
Romper estereotipos
La
periodista habla del cansancio, de la enorme desilusión que hay en Gaza y
en Cisjordania, ambas zonas que soportan la presión y el asedio militar
israelí, "pero de maneras muy diferentes, por eso elegí a una familia
de cada zona. En Gaza, los israelíes van un día, o una temporada, y
arrasan con todo y en Cisjordania es un goteo constante: hoy metemos en
la cárcel a tres niños de 14 años por tirar piedras, hoy derribamos una
casa, todos los días hay incursiones de soldados israelíes en los campos
y echan gas lacrimógeno, ...".
La cinta busca
también "romper estereotipos". "La mitad del documental está rodado en
Cisjordania, con la familia de Ahmed. En el campo hay cada día
incursiones militares. Todos los días al final del día, los jóvenes van a
tirar piedras, en señal de protesta. Lo que dicen es 'estamos aquí y no
estamos bien. Es una reivindicación'. Pero hay estereotipos como de que
todos los palestinos parecen terroristas, con los pañuelos tapándose la
cara y demás. Llevan pañuelos en la cara para que no los reconozcan
porque, si tienes más de 14 años, te pueden caer hasta 20 años de cárcel
por tirar piedras. Los militares graban y hacen fotos a los chavales
para buscarlos después", explica Herreros.
Las
familias de Shada y Ahmed muestran en el documental –que aún tendrá que
terminar la gira de festivales para llegar a las salas– "que la gente
quiere tener una vida normal, pero que cuando llega una bomba, la
guerra, se acabó la fiesta".
La pequeña Tuqa lo dice muy claro,
"que
solo quiere ser una niña más en el mundo".
Para ello, hasta ella es
consciente, debe deshacerse de la guerra y la presión militar.
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