Todos los derechos deben ser aplicados a todos los niños, sin excepción alguna, y es obligación del Estado tomar las medidas necesarias para protegerle de toda forma de discriminación.
Existen compromisos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM), los protocolos de Derechos Humanos, la Carta de las
Naciones Unidas, o el Protocolo de Kyoto, por mencionar algunos, que
sistemáticamente se incumplen, dentro y fuera de nuestro país.
Ahora nos encontramos ante un momento de crisis sistémica en el que
se puede dar un cambio de rumbo hacia el cumplimiento de todos los
derechos humanos o continuar por la misma senda del aumento de las
desigualdades, pobreza y del autoritarismo. No bastan las buenas intenciones: queremos cambios reales para el futuro que deseamos.
Es urgente cambiar este sistema que genera riqueza para el 1% y un
empobrecimiento generalizado para el resto de la población, tanto en
nuestro país como en el resto del globo. Un sistema que fomenta la
guerra para el control geoestratégico de los recursos, la destrucción de
la naturaleza y las desigualdades sociales.
El proceso de acumulación del capitalismo, reforzado por la dinámica
financiera, ha generado un modelo económico que ejerce una fuerte
presión en el conjunto de los límites físicos del planeta (agotamiento
de los recursos no renovables, falta de acceso al agua, contaminación
atmosférica, etc.) y los equilibrios ecológicos.
Es imperativo poner freno a las políticas
locales, estatales y globales, que polarizan la sociedad e incrementan
el sufrimiento de las personas. En concreto,se necesitan
cambios radicales en dos frentes: la obtención de los recursos públicos y
la manera de invertirlos a través de los servicios públicos y el
sistema de protección social.
Es necesario un reparto justo de las riquezas y que este
reparto se visibilice en políticas públicas sociales como la Sanidad,
Pensiones, Educación, Cooperación, Servicios Sociales, Igualdad,
Dependencia, entre otras.
Sabemos cuáles son los problemas y conocemos muchas
de las causas estructurales que generan desigualdades; pero también
sabemos que existen soluciones reales y factibles. No pararemos hasta
conseguir el mundo que queremos. Queremos un compromiso real a través de
la participación y movilización colectiva, con el fin de:
- Acabar con la economía especulativa y tener una economía al servicio de las personas.
- Potenciar alternativas que permitan a la naturaleza regenerarse y a todas las personas mantener una buena calidad de vida.
- Desarrollar servicios públicos, de calidad y universales para que todas las personas tengan una vida digna.
- Crecer para el buen vivir y no para la acumulación de riqueza y el consumo irracional.
- Dejar atrás el individualismo y la competitividad y cambiarlos por la cooperación y la solidaridad entre las personas y los pueblos.
- Reconocimiento del valor y fomento de la paz como bien intangible para personas, pueblos y con la naturaleza.
Éstas son nuestras reivindicaciones políticas para conseguir este cambio:
- Una fiscalidad justa y equitativa, con un sistema tributario y un gasto público que redistribuyan la riqueza y combatan las desigualdades, invirtiendo en los servicios públicos, la protección social y la promoción del empleo decente con el fin último de luchar contra la pobreza y la exclusión, y garantizar la justicia y la cohesión sociales de nuestros barrios, pueblos y ciudades.
- Políticas y presupuestos cuyo eje principal sea la lucha contra la pobreza y la desigualdad, y la garantía de unos servicios sociales básicos de calidad.
- Es necesario crear mecanismos internacionales que puedan mejorar y ampliar los marcos teóricos y científicos con los que se toman las decisiones políticas globales en el contexto de la nueva agenda. Desde la Alianza, proponemos la creación de un Panel Internacional para Erradicar la Pobreza y la Desigualdad que asuma, junto a otras instituciones, esta función.
- Transparencia y rendición de cuentas en éstas y todas las medidas que puedan tener consecuencias en materia del disfrute de todos los derechos humanos.
- Queremos que el Estado cumpla con su compromiso de lograr el 0,7% AOD/RNB de acuerdo con los compromisos internacionales adquiridos. La crisis económica no debería ser causa de una regresión respecto al porcentaje del RNB dedicado a la cooperación internacional.
- El gobierno español y los gobiernos autonómicos y locales han de cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos, sin olvidarse de que éstos son civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, laborales, medioambientales, de género, y que conllevan obligaciones aquí y más allá de sus propias fronteras.
- Es imprescindible apuntar hacia la completa erradicación de los paraísos fiscales. A corto plazo es imperativo actuar decididamente contra la impunidad y la opacidad.
- Es necesario que se implante el Impuesto sobre las Transacciones Financieras y se aplique en su totalidad, incluyendo la compraventa de acciones, bonos y derivados, y que su recaudación sea destinada a las políticas sociales, a la cooperación al desarrollo y a la protección del medio ambiente.
- Es necesario frenar el avance desmedido de la desregulación de los mercados, por los efectos que esto puede tener en el mundo entero aumentando las desigualdades y la pobreza. Es necesario que se frene el Tratado Transatlántico de Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea que se está elaborando a espaldas de la ciudadanía.
En definitiva,
cambiar LA RIQUEZA QUE EMPOBRECE
POR LA OTRA RIQUEZA
DE LA COLABORACIÓN, PARTICIPACIÓN Y CREATIVIDAD
QUE NOS PROCURA UNA VIDA
DIGNA DE SER VIVIDA POR TODAS LAS PERSONAS.