Hablando de Infancia y Adolescencia.
La Asociación GSIA edita esta Revista de Prensa, bimensual y digital,
que analiza la actualidad recogida por los medios
en relación a la infancia y la adolescencia,
aportando nuestro propio enfoque
con distintos secciones, artículos y columnas de opinión.
Acceso desde aquí.
Dejamos de verlos como sujetos
(con derechos, deseos, opiniones propias…),
para contemplarlos como objetos, recipientes..,
en los que introducir pensamientos, aprendizajes..,
para que maduren, y se conviertan en adultos.
Así les estamos arrebatando su consideración como personas autónomas.
Existe un pensamiento que se transmite generacionalmente, que determina que la niñez y la adolescencia
son tránsitos en la vida, camino de un culmen construido en nuestro imaginario.
Es decir, sin que seamos conscientes, dejamos de verlos como sujetos (con derechos, deseos, opiniones
propias…), para contemplarlos como objetos, recipientes, en los que introducir pensamientos, aprendizaje,
conocimientos, etc. para que maduren, y se conviertan en adultos.
Por tanto, si consideramos que un/a niño/a o adolescente es un ser que se encuentra en tránsito de convertirse
en un adulto, le estamos arrebatando su consideración como persona autónoma, ya que lo entendemos como
un ser incompleto, a falta de convertirse en lo que debe ser y aún no es.
Esto no quita que como a cualquier persona, adulta o niña, deba de protegerse, y que desde el concepto de
ciudadanía, se garanticen sus derechos y su participación en sociedad. Que niñas y niños necesitan del apoyo
de adultos, es tan cierto como que quienes somos adultos necesitamos también del apoyo, ayuda, o cuidado de
otras personas… Es lo que tiene vivir en sociedad, a pesar del concepto individualista de libertad que maneja
un espectro social adulto –que reclama sus derechos, pero parece olvidar sus obligaciones-, que desde nuestras
relaciones de vecindad y ciudadanía, debemos tener en cuenta el respeto y bienestar de nuestros semejantes.
Posiblemente, y reiterando lo ya comentado, este es el quid de la cuestión, ¿consideramos a niñas, niños
y adolescentes nuestros semejantes?
Muchas son las noticias que recogemos en nuestra sección ‘Se ha dicho’ que transmiten un extrañamiento
de todo lo que sucede a niñas y niños, especialmente si hablamos del uso de las tecnologías de la
información, donde se está produciendo un debate reduccionista dicotómico (si o no), sin contemplar las
aristas y complejidades existentes en nuestra convivencia con las pantallas y su uso. Hay muchas noticias que
alertan de los riesgos, y pocas son las noticias como la que recoge la demanda de 850 niños y niñas que han
participado en la elaboración de un manifiesto reclamando más derechos digitales.
Este extrañamiento genera, como se recoge en esta sección, una visión determinista y monolítica que proyectan
los medios audiovisuales, que los convierten en un “otro”, en muchos casos incapaz o amenazante, sobre el que
hay que decidir.
Más si cabe, en estos casos, en aquellas zonas del mundo que padecen la concepción occidental de la infancia,
cargada de una consideración de marginalidad fruto de los procesos de colonización, a la que a la condición de
“niño o niña como ser inferior”, se agregan las realidades de los países del sur global, o las condiciones de vida
en sus procesos migratorios a los países occidentales.
Sobre este contenido se encuentran dos fantásticas reseñas en nuestro ‘Escaparate’, que analiza sendas obras en las que participa nuestro socio de honor, Manfred Liebel, dedicadas a las infancias en el sur del mundo.
Junto a esta mirada crítica hacia la concepción de la infancia en estas zonas, el otro libro habla sobre
protagonismo infantil centrado en los grupos de niñas y niños que en estas sociedades se encuentran en
situación de vulnerabilidad. Recomendamos estas lecturas para profundizar y superar las visiones limitantes
hacia niñas, niños y adolescentes.
Sobre el ejercicio y el respeto a sus derechos, así como a su integridad, nos hacemos eco en nuestro
‘Destacados del Blog’, que destaca, como recogemos literalmente, que de acuerdo con un informe publicado por la “Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género (FEMM). De los 27 Estados integrantes de la Unión, solo ocho siguen sin implementar la educación afectivo-sexual en sus centros educativos de forma obligatoria, y España se encuentra en esa lista”. Es un hecho preocupante que todo en lo que se piensa en materia infantil y juvenil sea el control y la limitación, y no en facilitar el acceso a conocimientos y herramientas que les ayude a desenvolverse en los nuevos entornos relacionales y de consumo que trae consigo la era digital.
En lugar de pensar en ellos como nuestros semejantes, para hacerlos más competentes y capaces en su autonomía, los convertimos en esos “otros” no completos –en contraposición con ser adultos- que necesitan de limitaciones para desarrollarse…
Una paradoja interesante: para el desarrollo de una persona, se deben limitar sus derechos (acceso)…
¿Qué pensaríamos si nos aplicáramos ese razonamiento los adultos?
Equipo GSIA
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GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace
12 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos
en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación,
la sensibilización y la difusión de los mismos.