“Las TIC son un fenómeno en auge en LATAM”
Entrevista a Kepa Paul Larrañaga *
Responsable de Vocalía de TICs de GSIA
¿Qué papel juega la tecnología en la consolidación de los derechos de la infancia?
El concepto tecnología tiene en esencia
un carácter polisémico. Casi nadie, en la actualidad, lo pensaría en el
sentido de la ‘techné’ aristotélica, como esa acción productora de una
realidad anteriormente inexistente. Esta idea de lo producido queda
atrapada en la asimilación de técnica y arte. Pero como toda acción
productora es instrumental.Reservando la anterior observación y al
intentar equiparar tecnología y derechos de infancia, podemos y debemos
(haciendo memoria) recordar el año 1989, determinante con la aparición
de una Convención de Naciones Unidas que fija sobre la agenda
internacional la carta de los derechos humanos de los niños y las niñas.
Y la aparición de un sistema para la distribución de hipertextos a
través de internet que se denominó ‘World Wide Web’. Pero, centrándonos
sobre nuestra cuestión, las coincidencias históricas no son razón de un
desarrollo temporal equivalente.Simplemente si hiciéramos el ejercicio
de preguntar a adultos y a niños por su definición de las TIC
(Tecnologías de la Información y de la Comunicación), que es sobre el
tipo de tecnología que estamos tratando, llegaríamos a plasmar un
universo de respuestas quizá semejantes al ser verbalizadas, pero
diversificables al formularse la pregunta: ¿qué vertebra el uso de las
TIC en la realidad inmediata o en su interpretación, para el que define?Habrá quienes respondan que las TIC sean
un lugar para construir relaciones de confianza o un espacio de
comunicación de personas en el espacio virtual o lo distinto a la
realidad o compartir experiencias o una amenaza o simplemente el lugar
donde se desarrolla la actividad cotidiana. No es baladí la cuestión
porque en la respuesta podríamos encontrar el tipo de categorización del
lector o del interlocutor sobre la interpretación de la respuesta: ese
es un ‘nativo digital’ o este es un ‘inmigrante digital’ (siguiendo la
clasificación de Prensky). Pero recordemos que sobre esta determinante
clasificación podríamos localizar fácilmente el supranivel de la ‘brecha
etaria’, para quienes crean que ser usuario (que es definir las TIC de
una manera determinada) nos posiciona como adultos frente a los que
aún-no-son-adultos (para muchos la definición de niño).Pocos (de los que he conocido) hablan de
‘discriminación por edad’, ni tan siquiera la propia Convención de
Derechos del Niño (celebramos su 25 aniversario) hizo referencia a esta
cuestión. Pero parece ser que la evolución de las tecnologías o
concretamente las TIC han supuesto la observación de categorías sobre la
‘discriminación por edad’, en el sentido del sesgo negativo sobre el
usuario niño o niña ante su propia experiencia digital.Entonces, ¿se discurre sobre un camino
afarente o eferente, cuando tratamos la relación entre TIC y Derechos de
la infancia en su recorrido histórico?Retomando la idea de lo instrumental,
internet, las TIC o las tecnologías no son un ente que provocan
situaciones que las propias tecnologías (las que sean) hayan
preestablecido. Lo determinante es el uso, porque este es el acto de
producción de realidad… si estudiamos el concepto ‘hacking’, en esencia
delata esa posibilidad de hacer cosas diferentes con herramientas
pensadas para otros usos. Son los ‘hackers’ quienes más se acercan a la
idea de Aristóteles de ‘Arte’.
¿Qué aplicaciones son las que han supuesto una mayor revolución en este sentido?Hay que comenzar diciendo que la
participación infantil en internet es un fenómeno imparable. Yendo
desde planos más abstractos a concretos, y según la mayor parte de las
investigaciones de vanguardia en este terreno sobre el uso de internet y
las redes sociales por niños, niñas y adolescentes (entre éstas EuKids
Online), hay que señalar, que nos encanta comunicar con otros
situaciones experimentadas, emociones, logros, metas, ideas… además es
lo que nos convierte en seres sociales. Comunicar no es un defecto o un
efecto de un uso determinado de las redes sociales sino una peculiaridad
del ser humano en su deseo de expresar y sentir el feedback durante el
proceso del desarrollo constante de su identidad personal. Quizá (como
factor peculiar) podemos mencionar la intensificación en la aparición
de oportunidades de poder comunicar con otros a través de las TIC. En
sí, el fortalecimiento de las redes sociales, en el sentido de redes de
pertenencia, es un efecto positivo de la adecuación de nuestra identidad
a un entorno identitario o a una comunidad de pertenencia o de
referencia (esta última desde el punto de vista del cambio), al poderse
asumir valores no sólo del entorno local próximo sino por poder
compartir valores (y generar identidad diversificada) con respecto a
normas locales, donde el individuo se socializaba, y ahora se
resocializa distintamente con el uso de las redes sociales de internet.Internet redimensionaliza los parámetros
espacios-temporales. Entre lo local y lo global resurgen diversidades
posibles de apreciaciones sobre información o datos, que al asimilarse y
al experimentarse producen, a su vez, transformaciones sociales en el
espacio social local. Haciendo desarrollar, o en todo caso, potenciar el
desarrollo de las redes comunicativas personales y/o grupales de
colectivos con fines comunes.La aparición de los videojuegos supuso
para gran parte de la población (en este caso videojugadora) su
alfabetización digital. El videojuego se ha visto y aún se sigue viendo
por parte de la población adulta como subcultura, cuando subcultura en
muchos casos se corresponde para otros muchos con movimientos
contraculturales (en su desplazamiento respecto de su grupo de
pertenencia). La aculturalización de gran parte de la población
infanto-juvenil en subculturas, por ejemplo las relacionadas con el
videojuego, ha supuesto su marginalidad social o su marginalidad al
suponerse la infancia y la adolescencia un espacio-temporal determinado
hasta lograr la adultez.Cuando nos referimos a aplicaciones o
software específico dirigido a sectores poblacionales determinados,
deberíamos comprender o que se trata de estrategias de marketing (objeto
de observar a los niños y niñas como grandes consumidores) o que se
trata de una continuidad con esa concepción del espacio infantil
determinado: familia, escuela y espacio urbano acotado, (en esa
limitación y separación entre espacios público y privados); o la
realización de aplicaciones informáticas educativas desde un punto de
vista didáctico, que es una forma particular de entender el currículo.Tenemos el caso de lo sucedido con los
terminales ‘Blackberry’, que se idearon para un target
empresarial-adulto y finalmente fueron mayoritariamente los adolescentes
y jóvenes sus compradores. O el desarrollo del concepto de videojuego
desde su fin para el entretenimiento hasta la gamificación, el proceso
de introducción del juego en entornos y espacios que no lo eran. De la
misma manera, la realización de aplicaciones informáticas o servicios
informáticos más o menos privativos como solución a fenómenos vinculados
al ciberdelito: cyberbullying, grooming, sextorsión… no atiende a la
demanda real de aplicaciones por parte de la población
infanto-adolescente pues el niño o el adolescente apuesta por la
aplicabilidad o (en el caso de los videojuegos) por la jugabilidad, que
atender a un producto específico. Además en el momento de gestar el
concepto de lo prohibido (tabú) estamos generando la curiosidad por
imitarlo o descubrirlo.En esta línea de razonamiento, tiene más
sentido, no sólo pensar cómo la población adulta dota de aplicaciones
determinadas sino cómo la población infanto-adolescente es capaz de
aprender a crear y a programar software y aplicaciones que sean la
exteriorización de sus particularidades y de su interpretación de su
propia realidad. Y que sirva para el desarrollo del pensamiento
computacional de los discentes niños y niñas.
¿Qué amenazas suponen para los menores las redes sociales y cómo se combaten? ¿Y qué oportunidades?No podemos seguir suponiendo que la
calidad de la interacción humana es peor por internet. Estamos en un
momento muy favorable para el desarrollo y potenciación de las redes de
comunicación, como de las redes de aprendizaje. Ciertamente, internet es
una infraestructura crítica. Pero, a su vez, nos obliga a decidirnos
entre más libertad o más protección.La actualización del discurso
proteccionista frente a la infancia no deja de ser más que una
actualización de este discurso. Pero debemos comenzar a entender que las
TIC y su uso por parte de niños, niñas y adolescentes, nos aproxima
demasiado a la solución de un reto. Si entendemos por reto que el
parámetro o la medida desde la cual nos hemos aproximado a los niños es y
ha sido su protección.El mayor reto que enfrentamos no son
cuestiones particularistas de las TIC. Perderíamos perspectiva para la
solución. Y por supuesto existen problemas, y a veces graves, por
ejemplo vinculados con la pederastia en internet y, en este caso, con
fenómenos como el ‘grooming’, que es el chantaje a una niña o niño por
parte de un adulto (que se hace pasar por niño o niña) a través de
internet y las redes sociales con el objetivo de llegar a mantener
relaciones sexuales. O el ‘Cyberbullying’, que es el acoso entre pares
niños y/o adolescentes a través de las TIC y su uso en ese sentido.También debemos tener en cuenta que este
tipo de delito es minoritario si analizamos los anuarios, por ejemplo
en España del Consejo General del Poder Judicial. Otra cuestión sería
hablar de su impacto informativo y del uso inapropiado de esta
información por parte de informadores (ya sean profesionales o no). Así,
habría que cubrir las demandas de códigos deontológicos profesionales
en este sentido.Pero, retomando el argumento anterior,
hay que matizar qué es perspectiva para tratar este tipo de cuestiones.
Primero las Fuerzas de Seguridad del Estado son los profesionales
habilitados para realizar estas labores contra el delito, y segundo ya
no nos sirve esta querencia por ese lugar común, la separación entre eso
denominado la realidad y la virtualidad. No deja de ser la realidad un
continuo si es experiencia e interacción.Siempre deberíamos comenzar a entender
que la perspectiva adecuada se sitúa y debe situarse sobre la pregunta:
¿qué es la participación social infantil? En el momento en que el uso de
las TIC por parte de niños, niñas y adolescentes es, realmente, la
posibilitación de su participación social (esta es la oportunidad).
Además, desde el momento que calificamos a los niños y niñas de menores
(aparte de ser una expresión de marcado carácter jurídico) olvidamos que
sumado al concepto, minoría de edad, discriminamos al no suponer que
los niños son protagonistas de su propia realidad y la infancia un grupo
social en sí mismo.
¿Y qué particularidades se dan en Latinoamérica en la relación entre infancia y TIC?Las TIC son un fenómeno en auge en
LATAM. El proyecto ‘One laptop per Child’ ha tenido y sigue teniendo un
impacto significativo en la dotación de computadoras portátiles a niños y
niñas latinoamericanas para su proceso educativo. Proyecto que suponía y
supone superar un posible problema infraestructural, al carecer
demasiadas comunidades de acceso a internet por cable.La gran evolución de la tecnología móvil
(smartphones y tablets) así como la diversidad de terminales de coste
reducido disponibles posibilitan la adquisición de los mismos. Así, un
importante segmento de la población de LATAM se han convertido en
internauta con el uso de tecnología móvil.Vinculado a los procesos migratorios, y
al ser Latinoamérica una región donde el fenómeno de la migración es
relevante, hay que destacar cuál es la experiencia migratoria de la
población infanto-adolescente latinoamericana y cómo se adapta a este
proceso, vinculado a la aculturalización a entornos, a veces diferentes
en los países de acogida. La pregunta es conocer qué suponen las redes
sociales para esta población migrante para la conservación y
mantenimiento de los lazos con la familia en origen. Y, a su vez,
conocer su experiencia y su afectación en la conservación de valores
identitarios de la cultura de origen.También vinculado a los procesos de
adopción internacional de niñas y niños de países LATAM, es interesante
conocer el efecto emocional que supone para el adoptado la posibilidad
de usar las redes sociales de internet para localizar a su familia
biológica frente a la familia adoptante. Al ser las redes sociales
posibilitadoras sobre esta iniciativa.En todo caso, cuestiones que son
relevantes, y que supone analizar el impacto del desarrollo de las TIC
tanto en origen y en destino, atendiendo al tipo de experiencia de la
población migrante general como de la población infanto-adolescente
migrante y adoptada en particular, y su efecto.
¿Cómo sabemos si nuestro menores están haciendo un uso racional de internet?La proliferación de controles
parentales, que en muchos casos vienen por defecto, por ejemplo, en la
instalación del antivirus en la computadora, debe de ser analizada (en
su uso) desde dos vertientes: padres y madres que lo conciben como la
solución definitiva para garantizar sin su presencia física un tipo de
navegación por internet determinada de su hijo o hija; o padres y madres
que lo conciben como solución parcial.El llamado control parental como idea, a
veces se contrapone a la mejor interacción intrafamiliar como idea.
Debemos saber que una, el control parental, no es sustitutiva de la otra
y en muchos casos son contradictorias. La brecha etaria es una brecha
intergeneracional que supone la distancia o el distanciamiento entre
generaciones, por el hecho de ser distintos grupos de edad. El control
parental es la manera negativa de nombrar la solución ante la supuesta
brecha intergeneracional, y la mejor interacción intrafamiliar es la
manera positiva de nombrar la solución ante la supuesta brecha
intergeneracional.
Una de
las preocupaciones (reflejo de los estereotipos sobre el uso de las TIC
por parte de quienes mantienen un discurso internet-fóbico) es la
adicción a las TIC o a los videojuegos de los niños, niñas y
adolescentes. En este caso, deberíamos saber discriminar qué es un
trastorno conductual o de la personalidad que tiene tratamiento
psicológico, de qué es un ‘residente digital’ atendiendo a la
clasificación de David White entre ‘visitantes’ y ‘residentes’
digitales.Así,
ante la hibridación constante entre interacciones en espacio físicos y a
través de las redes sociales de internet, aparte de ser valorado de
‘mala educación’, debemos entender que si la racionalidad es la medida
del tiempo determinado de conexión, es un supuesto de racionalidad
anclada sobre un modelo de interacción sin TIC. La racionalidad no deja
de ser más que la expresión de una lógica de acción social o la asunción
de esta lógica por un sector más conservador o menos conservador de la
población. En todo
caso, la racionalidad también debe de ser una medida sobre qué y cómo
impacta un programa informático (en su defecto una aplicación) diseñado
por una empresa sobre la sociedad. Desde este punto de vista, es
importante su regulación por las autoridades competentes, en el caso
europeo por las Leyes nacionales de sus Estados Miembros o por las
Directivas Europeas en este sentido. Podemos destacar, a su vez, las
medidas sobre PbD (Privacy by Design), ‘Privacidad por Defecto’ en su
traducción española. Medidas que suponen que cuando alguien abre un
perfil, por ejemplo en una red social, tenga por defecto la privacidad
más restrictiva.
* Kepa Paul Larrañaga Netólogo y experto en TIC y derechos de infancia, es especialista en ‘Gestión estratégica y liderazgo social’ por el Programa del Departamento de Gestión Pública del IESE. Actualmente dirige un curso sobre derechos de la infancia de la Fundación Internacional O’Belen (FIOB), y otras acciones formativas de ICADE-Universidad Pontificia Comillas y Aranzadi-Lex Nova. Es miembro del Grupo de Trabajo Público-Privado de Menores e Internet’de Red.es para la Agenda Digital española.
Del 26 al 28 de noviembre, estará en Salamanca para impartir el workshop titulado ‘Las aplicaciones tecnológicas en el fortalecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes’. Dicha actividad se enmarca dentro del Seminario Internacional ‘Políticas de Ciudadanía e Inclusión Social de la Infancia y de la Juventud’ de REDidi.