¿Debemos mantener a los niños alejados de las pantallas durante el verano?

El período de mayor tiempo libre del año aumenta la preocupación por los efectos del uso del móvil en la salud mental infantil y adolescente. Los expertos apuntan a los adultos, para que revisen sus propias formas y tiempos de uso.



EL PAÍS

DIANA OLIVER

22 JUL 2024




Se desaconseja el uso de los dispositivos durante las comidas y se sugiere aprovechar esos momentos para conversar
 y disfrutar en familia. 
RIDVAN_CELIK (GETTY IMAGES)

La preocupación por los efectos del uso del móvil en la salud mental, especialmente en niños, niñas y adolescentes, no es nueva. Según un reciente informe de la organización Save the Children, el 58% utiliza internet de manera habitual desde los 11 años, y casi uno de cada tres la emplea frecuentemente desde antes de cumplir los 10. A medida que crecen, pasan más horas conectados: hasta cuatro horas al día, sin contar con el tiempo de conexión que dedican a deberes o tareas escolares.


Los niños comienzan cada vez antes a relacionarse con la red, llegando a los 7 años de edad. Y no solo eso, sino que llegan a tener un teléfono inteligente en propiedad demasiado pronto. Así lo señala una investigación recientemente publicada en la revista Journal of Youth and Adolescence. Una de sus autoras, Mercedes Martínez, investigadora de la facultad de Psicología de la UNED y secretaria ejecutiva de la asociación Infancia y Comunicación, explica que han encontrado que la edad no determina una mayor vulnerabilidad en el consumo de contenido online. Sin embargo, sí parece influir la propiedad del teléfono: tanto en los niveles de malestar de los menores de edad, que son más elevados, como en las estrategias de educación de los padres, cuya eficacia se reduce.


Esta investigadora admite, como madre de dos hijos de 12 y 14 años, que puede ser complicado retrasar la edad de cesión de esa propiedad: “Para ellos es una cuestión de ser mayores, algo así como la graduación, y desde luego es una cuestión determinante frente a sus iguales”. También reconoce que si no acceden a esos canales de comunicación compartidos, probablemente estarán o se encontrarán más aislados. Pero, con los datos en la mano, considera que “cada día que pasan sin pantallas es un regalo para ellos, algo así como darles de comer verduras buenas y no solo chuches. En nuestra investigación, su malestar estaba relacionado con sentirse peor consigo mismos, admitir tener problemas de consumo e imitar comportamientos peligrosos de los influencers que seguían”.


La idea del desplazamiento


El verano trae consigo más tiempo libre, pero ese tiempo extra ha sido colonizado por lo digital, desplazando otras actividades fuera de la pantalla y afectando hábitos saludables, como el sueño o la alimentación. Algunos estudios apuntan que, quizás, el aumento de problemas y patologías de salud mental en la infancia y adolescencia podría no ser solo consecuencia del uso de pantallas, sino de falta de calle, de juego físico, de contacto con iguales.


“Si hago una cosa, no puedo hacer otra. Si paso todo el tiempo mirando el móvil, no salto, no corro, no juego, no hablo, no conozco amigos nuevos”, señala Martínez. Esto, para la investigadora, no ocurre solo en la infancia e invita a los adultos a preguntarse qué actividades han sido desplazadas: “Habría que ver cuántos de nosotros admitimos que pasamos más tiempo del que deberíamos mirando las pantallas y cuánto de ese tiempo no estaría mejor invertido en hablar, jugar, correr y compartir el tiempo con nuestros hijos. Ellos aprenden por modelado, no por lo que decimos, sino, sencillamente, por lo que nos ven hacer”.


Clara Burriel, especialista de Save the Children en protección de la infancia frente a la violencia, también cree que las personas adultas tenemos un papel clave en el ejemplo que damos a niños, niñas y adolescentes en relación con el uso de estos medios: “Las tecnologías y el entorno digital se han convertido en una parte más de nuestras vidas y, poco a poco, la línea que separa el mundo físico del virtual ha ido desapareciendo: el mundo digital está intrínsecamente ligado a nuestra cotidianeidad, a nuestras rutinas y a casi todas las facetas de nuestra vida”.


Sobre esto, Kepa Paul Larrañaga, sociólogo de la infancia y vicepresidente de la asociación Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), arroja una crítica a “la visión simplista que en muchas ocasiones se da a este asunto” y considera que proponer medidas restrictivas, como prohibir el uso de móviles hasta los 16 años, sin considerar la complejidad social y la necesidad de estos dispositivos por parte de niños de familias con pocos recursos, es un error. “Hay una falta de enfoque en los derechos de los niños en el debate social y en las medidas legislativas, además de una tendencia a patologizar y a estigmatizar a la infancia y adolescencia en lugar de centrarse en su bienestar”, opina.


Normas consensuadas y alternativas saludables


El verano también puede ser una oportunidad para restablecer las reglas familiares sobre el tiempo de uso del móvil y aprovechar para intentar que el desplazamiento de lo offline por lo online sea menor. Burriel anima a los padres a aprovechar este periodo para revisar junto a los hijos las normas de uso de dispositivos por parte de todos los miembros de la familia; o para crear esas normas, si no se había hecho aún. “Es interesante fomentar un diálogo intergeneracional para encontrar soluciones consensuadas y sostenibles. Por supuesto, sin olvidar la necesidad de pensar en alternativas saludables al ocio digital que nos permitan disfrutar del tiempo libre sin depender exclusivamente de la tecnología”, señala esta especialista.


Adoración Díaz, profesora e investigadora del grupo de ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), añade que, además de fomentar en el hogar hábitos de ocio saludables, tales como la lectura o los juegos de mesa, los progenitores deben actuar como modelos. “Los niños copian lo que sus padres y madres hacen. El verano es una época para descansar, expandirse y disfrutar del tiempo libre. En este sentido, no parece una opción realista privarnos del uso de los dispositivos; sin embargo, debemos estar atentos para no consumir los meses de julio y agosto entre reels y TikToks”, apunta.


Desde la Asociación Española de Pediatría animan a la elaboración de un plan digital familiar, a través del cual las familias pueden establecer unas normas de uso y disfrute para toda la familia. Para ello, ofrecen información, herramientas y una plantilla desde la que poder trabajar con ideas como aumentar el ejercicio físico en familia, evitar tiempos prolongados de pantallas, establecer zonas libres de pantallas o límites de tiempo, entre otros. Y advierten de que el primer paso, por supuesto, es la revisión de los adultos de sus propias formas y tiempos de uso


El móvil, fuera de la mesa y de la cama


Adoración Díaz recuerda que es importante saber que hay dos barreras que no deberían pasarse: el descanso y las comidas en familia. “No se recomienda el uso de dispositivos durante la noche, ya que pueden interferir en la calidad del descanso y se relacionan con problemas de insomnio”, dice esta investigadora. También señala que se desaconseja el uso de los dispositivos durante las comidas y sugiere “aprovechar esos momentos para conversar y disfrutar en familia”.


Según Mercedes Martínez, los hallazgos de su estudio sobre la propiedad de los smartphones destacan la necesidad de que los padres, madres y educadores dialoguen abiertamente con los niños y niñas sobre los riesgos y falsedades del contenido de influencers, y consideren cuidadosamente la decisión de proporcionar a los menores un teléfono inteligente. “No se trata de juzgar, sino de advertir que es deseable retrasar todo lo posible la posesión del móvil; además de un diálogo constante sobre lo que es real y no en redes sociales”, afirma Martínez. 


El sociólogo Kepa Paul Larrañaga insiste en que se debe distinguir entre adicción y uso intensivo de actividades digitales, y recuerda que, si bien la Organización Mundial de la Salud clasificó la adicción a videojuegos como enfermedad en 2022, estos nacen en los años 70 del siglo pasado y, a partir de esa época, fue frecuente tenerlos en locales específicos en muchos barrios de las ciudades españolas. “Aquellos salones de máquinas recreativas eran lugares sórdidos donde acudían, en mayor o menor medida, los actuales madres y padres. Los comentarios de la época tuvieron que ser negativos ante el vicio de los entonces adolescentes de jugar a los videojuegos, tanto en máquinas en establecimientos como a través de consolas”.


Larrañaga propone aprovechar para comparar el uso de pantallas entre adolescentes y adultos para una evaluación justa, y repensar cómo les estamos acompañando para un mejor uso. “Tenemos una oportunidad de acompañamiento de los hijos para que adquieran de manera progresiva su autonomía y emancipación digital, que es lo que pide el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, en su observación general 25 sobre el entorno digital. Mejor preguntarles, escucharlos y, sobre todo, acompañarlos sin el ejercicio de un paternalismo rampante”, afirma. 

Se dispara el número de víctimas infantiles en Cisjordania en los últimos nueve meses, según UNICEF

El ataque israelí en Cisjordania provoca 
un aumento del 250% en los asesinatos de niños palestinos.
Desde octubre de 2023, un niño palestino muere en promedio cada dos días 
en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, 
una cifra casi tres veces y media superior a la de los nueve meses anteriores.
"Estamos viendo frecuentes denuncias de niños palestinos 
que son detenidos cuando regresan de la escuela a sus casas 
o que reciben disparos mientras caminan por la calle"

Una niña palestina lleva el sudario representativo de un niño durante una manifestación de niños
en el "Día del Niño Palestino" en Ramallah, Cisjordania, el 4 de abril de 2024. (
Foto: Wisam Hashlamoun/Anadolu vía Getty Images)

Tres días después de que la Corte Internacional de Justicia emitiera una opinión consultiva que declaraba que la ocupación de Cisjordania y Gaza por parte de Israel es ilegal, la agencia de derechos del niño de las Naciones Unidas dijo que después de décadas de estar "expuestos a una violencia horrible", el número de niños que han sido asesinados en Cisjordania desde octubre pasado se ha disparado.

Desde que Israel comenzó a bombardear los territorios palestinos hace casi 10 meses (con Gaza como principal objetivo de los ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), pero con las comunidades de Cisjordania también sujetas a redadas y otros tipos de violencia), 143 niños palestinos han sido asesinados en Cisjordania, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La cifra representa un aumento del 250% en comparación con los nueve meses anteriores al ataque liderado por Hamás al sur de Israel, después del cual las FDI comenzaron a tomar represalias en los territorios ocupados.

"La situación se ha deteriorado significativamente, coincidiendo con la escalada de hostilidades dentro de Gaza", dijo Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. "Estamos viendo frecuentes denuncias de niños palestinos detenidos cuando regresaban de la escuela a sus casas o que reciben disparos mientras caminan por la calle. La violencia debe terminar ya".

Más de la mitad de los asesinatos se han registrado en las ciudades de Nablus, Tulkarem y Jenin, la última de las cuales fue escenario de una importante incursión de las fuerzas israelíes a principios de este mes, en la que murieron 12 palestinos. Las tres ciudades han experimentado un aumento de las "operaciones de aplicación de la ley militarizadas" en los dos últimos años, según UNICEF, a medida que los soldados y colonos israelíes han asaltado partes del territorio "para asustar a los palestinos y obligarlos a abandonar" sus hogares, como informó el año pasado el International Crisis Group.

Algunos de los asesinatos de niños en Cisjordania durante los últimos 10 meses han recibido atención internacional, como el tiroteo a manos de las fuerzas israelíes contra dos niños, Basil Suleiman Abu al-Wafa y Adam Samer al-Ghoul , durante una redada en el campo de refugiados de Jenin en noviembre.

Al-Ghoul, que tenía nueve años, fue mostrado en imágenes de CCTV tratando de huir de los soldados de las FDI cuando fue abatido a tiros.

"El derecho de los niños a la vida debe ser respetado y los niños nunca deben ser el blanco de la violencia, sin importar quiénes sean o dónde se encuentren", dijo UNICEF en una declaración, señalando que más de 440 niños palestinos también han resultado heridos por munición real en Cisjordania desde octubre pasado.

La agencia dijo que a medida que el número de muertos ha aumentado en Cisjordania, los niños han informado que tienen miedo de caminar por sus propios vecindarios o asistir a la escuela.

Los niños asesinados allí desde octubre se encuentran entre los más de 500 palestinos muertos en incursiones de las FDI y ataques de colonos durante los últimos 10 meses, más de tres veces el número de muertos allí en 2022.

Desde octubre, dos niños israelíes han muerto en combates en Cisjordania, afirmó UNICEF.

"El verdadero costo de la violencia en el Estado de Palestina e Israel se medirá en las vidas de los niños, de los que se han perdido y de los que han cambiado para siempre a causa de ella", dijo Russell. "Lo que los niños necesitan desesperadamente es el fin de la violencia y una solución política duradera a la crisis, para que puedan alcanzar su máximo potencial en paz y seguridad".


Fuentes UNICEF y Julia Conley es redactora de Common Dreams.

Revista HDIA, mes de julio, revista GSIA.

   Hablando de Infancia y Adolescencia. 
La Asociación GSIA edita esta Revista de Prensa, bimensual y digital,
que analiza la actualidad recogida por los medios 
en relación a la infancia y la adolescencia, 
aportando nuestro propio enfoque 
con distintos secciones, artículos y columnas de opinión.

      Acceso desde aquí.


Escenarios violentos impactan la vida 
de la infancia y adolescencia

Las noticias nos dan una mirada importante sobre eventos y hechos que suceden y  que desafortunadamente más veces de lo que quisiéramos, nos estremecen y nos muestran una sociedad y un mundo que vive inmerso en una espiral violenta y que en ella hay víctimas, victimarios y cómplices. Felizmente, también nos muestran cada vez más esfuerzos, logros, iniciativas que realizan individuos, colectivos, entidades y que muchos de estos son protagonizados por personas menores de edad, que nos alegran e iluminan, nos aportan enseñanza y sobre todo nos dan esperanza.

La violencia es la expresión del ejercicio del poder, de dominación ante al que se le considera inferior o
vulnerable. Dentro de las diferentes formas de violencia y ámbitos donde se desarrolla, los niños, niñas y adolescentes son mayoritariamente víctimas que se ven afectados de manera directa y en muchas ocasiones, hasta pueden llegar a perder la vida. Asimismo, y cada vez más, escuchamos y observamos situaciones donde personas menores de edad protagonizan y ejercen de manera individual o colectiva actos violentos; son utilizados como mercancía; blanco directo en bombardeos en contextos bélicos o bien; discriminados y odiados por su procedencia, su color de piel, su condición... 
- Sigue leyendo la sección GSIA OPINA 

En este número, el ESCAPARATE GSIA ofrece dos interesantes apartados. Por un lado, el análisis de la premiada película “Close” que, aunque no se trata de una película del 2024, nos conduce a una temática actual, que debe continuar ocupando espacios de diálogo y reflexión con y para los niños, niñas y personas adolescentes quienes en su día a día, vivencian las atrocidades de los modelos hegemónicos que les violentan. Por su parte, el contenido segundo reseña el interesante proyecto cubano Mi Raza, implementado en Santiago de Cuba, para la comprensión de las bases estructurales que sostienen la discriminación racial.
Como se ve, dos pertinentes temas que conducen a la generación de más y nuevas interrogantes.

Accede desde aquí a las demás secciones de este número HDIA de julio.

Buen Verano,

Equipo GSIA.

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GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 12 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.

Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.

Reconocimiento de diversidad sexual y de género de niñez y adolescencia les protege de discriminación

Se garantizan sus derechos humanos a la dignidad humana, la igualdad y no discriminación, la vida privada y familiar y el derecho al libre desarrollo de la personalidad


Gobierno de México

Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes

18 de julio de 2024




Niñez transgénero


Desde la publicación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) en 2014, se han registrado avances en el reconocimiento de estas poblaciones como titulares de derechos, así como su materialización en su vida diaria. Sin embargo, aún existe un sector que sufre los efectos de una discriminación y vulneración sistemática a sus prerrogativas legales por su orientación sexual y/o identidad de género: la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, intersexual, queer y otras (LGBTTTIQ+) de la que forman parte niñas, niños y adolescentes.


Para asegurar el reconocimiento y la expresión de la diversidad sexual y de género hay que considerar derechos y principios indispensables al diseñar y ejecutar políticas públicas, así como el análisis de casos en la materia, señaló durante la Sesión Permanente de la Comisión de Secretarías Ejecutivas de Protección Integral de los Sistemas Nacional y de las Entidades Federativas (Comse) la encargada de la Secretaría Ejecutiva (SE) del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), adscrita a la Secretaría de Gobernación, Constanza Tort San Román.


Apuntó que entre ellos se encuentra la dignidad humana, la igualdad y no discriminación, la vida privada y familiar y el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Este último destaca porque es el reconocimiento por parte del Estado de la facultad de toda persona para ser individualmente como quiera ser, sin coacción ni impedimentos de otras personas, con el fin de cumplir las metas o el proyecto de vida que cada sujeto se ha fijado.


Especificó que este mandato legal incluye orientaciones sexuales, identidad de género y relaciones familiares que las personas LGBTTTIQ+ establecen dentro de la sociedad; es en este sector de la población en el que el derecho al libre desarrollo de la personalidad ha evolucionado con mayor rapidez.


Enfatizó que a pesar de contar con normativas y criterios jurisprudenciales en la materia, niñas, niños y adolescentes aún no cuentan con lineamientos sólidos para enfrentar las dificultades que implican la diversidad sexual y de género.


Las y los menores de 18 años son personas en desarrollo, por lo que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad respecto a la población adulta. Esto comprende la expresión de la diversidad sexual y de género, por lo que enfrentan acciones de acoso dentro de centros de enseñanza, marginación y exclusión de servicios como educación y asistencia médica, expulsión de sus hogares, formas de intimidación, violencia física y sexual; así como internamientos o terapias para “corregirles”.


Expuso que en espacios como la Comse se difunden marcos conceptual y jurídico del tópico y datos estadísticos de diversidad sexual y género de esta población etaria. Solo así se reconoce esta diversidad y se identifican recomendaciones para reducir la discriminación, la estigmatización y la exclusión que enfrentan niñez y adolescencia LGBTTTIQ+ en el país.


En la sesión intervinieron Gloria Careaga Pérez, directora de Fundación Arcoíris; Enrique Minor Campa, profesor en la  Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública (EGAP) del Tecnológico de Monterrey (ITESM), campus Ciudad de México; Tania Morales Olvera, directora y fundadora de la Asociación para las Infancias Transgénero, A.C.; Enrique Ventura Marcial, director general adjunto de Quejas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).


Para mayor información se presentan los siguientes materiales:


Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Comunicado prensa.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Marco conceptual.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Prontuario de resultados.


Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022. Presentación de resultados.


Cientos de niños y niñas en prisiones israelíes, las otras víctimas de la represión sionista contra palestinos.

Varios testimonios dan cuenta del maltrato físico y psicológico que sufren los menores encarcelados en prisiones israelíes, en las que pueden terminar por el mero hecho de lanzar piedras contra un tanque o manifestarse contra la ocupación.



Diario Público

EMILIA G. MORALES

13/07/2024



Soldados israelíes detienen a un joven palestino/ Abed Al Hashlamoun (EFE).

En 2018, la imagen de una niña rubia gritando y abofeteando a un soldado israelí mientras este ríe dio la vuelta al mundo. La niña era Ahed Tamimi y, con sólo 11 años, desafiaba a un miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) por tratar de detener a su hermano. Tres años más tarde, la escena se repitió: Tamimi pateó a un soldado israelí que había disparado una bala de goma a su primo. Por estos actos, la preadolescente estuvo presa durante ocho meses, convirtiéndose en un icono de la causa palestina. Siempre en el ojo del huracán por su activismo contra la ocupación israelí, Tamimi volvió a ser detenida tras los atentados de Hamás del 7 de octubre en una redada en Nabi Saleh (Cisjordania) donde reside. Semanas más tarde, fue liberada.


Las detenciones de menores de edad son una práctica común en esta región de Oriente Próximo. Aproximadamente entre 500 y 700 niños palestinos son detenidos cada año por las FDI, según los datos de la organización local Defense for Children International Palestine (DCIP). Algunos de ellos tan sólo tenían 12 años en el momento de su arresto, edad mínima con la que los niños y niñas palestinos pueden ser juzgados y encarcelados según la legislación israelí. La estimación de la organización palestina es similar a la que hace la internacional Save The Children (STC), que en su informe de 2023 sobre la situación de los niños palestinos estimaba que Israel arrestaba a entre 500 y 1.000 menores anualmente.


Tras los atentados del 7 de octubre, la situación ha empeorado considerablemente. A inicios de julio, 250 niños y niñas palestinos se encuentran entre rejas, según el recuento de la Asociación palestina de Apoyo a Prisioneros y Defensa de los Derechos Humanos (Addameer). Ellos son el 2,5% de las 9.700 personas que Israel mantiene encerradas en prisión, algunos de ellos sin siquiera acusación. También organismos internacionales como la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) hablan de niños y niñas detenidos, maltratados en las prisiones de Israel, aunque no se aventuran a dar cifras concretas.


"Lanzar piedras" contra tanques o soldados, o "manifestarse" son las razones más comunes por las que los menores palestinos son detenidos por Israel, según STC. En otros casos, la mera sospecha de que hayan delinquido es suficiente para arrestarlos, gracias a la figura de la detención administrativa, que permite a las FDI arrestar a palestinos sin que se hayan presentado cargos contra ellos. Mientras que los actos de vandalismo o protestas son considerados como desobediencia civil y juzgados por la Justicia ordinaria en la mayoría de los países democráticos, Israel los somete a la justicia militar.


Tribunales militares para menores


Que militares juzguen a menores "es algo muy anómalo", evidencia a Público Vicente Raimundo Núñez-Flores, director de Cooperación Internacional de Save The Children.  Tanto es así que Israel es el único país del mundo que mantiene este modelo en la actualidad. Dicho de otra manera, los niños y niñas palestinas son los únicos en todo el mundo en ser juzgados por militares. "Cuando un menor comete un delito en cualquier otro país, el sistema judicial es profundamente garantista y más respetuoso precisamente por su condición de niños, que los hace muy vulnerables", abunda Núñez-Flores. En cambio, "el sistema procesal militar es mucho más agresivo a todos los niveles: tienen menos garantías procesales, las sanciones son mayores, las condiciones de detención y reclusión son más duras... todo es peor".


Estas premisas hacen que algunos niños pasen años en prisión. Es el caso de Ahmad Manasra, quien este año ha cumplido 22 años de edad en la cárcel después de ser detenido siendo un niño de 13. Según denuncia Amnistía Internacional, Manasra fue insultado y amenazado durante su interrogatorio cuando era apenas un niño. Además, en aquellos momentos no estuvo acompañado por sus padres ni por un abogado. Este abuso de poder se repite constantemente, de acuerdo a los testimonios recabados año tras año por Save The Children. Según la investigación publicada por esta ONG en 2023, al 58% de los niños y niñas palestinos se les prohibieron las visitas y la comunicación con sus familias mientras estaban detenidos.


A Manasra se le acusó de intento de asesinato y se le impuso una condena de 12 años de prisión que finalmente fueron rebajados a nueve. Ocho años después de su detención –dos de los cuáles los ha pasado en régimen de aislamiento– las secuelas psicológicas de Manasra son brutales. Así lo demostró un informe psiquiátrico que le fue realizado durante su hospitalización a finales de 2022. A pesar de ello, como informó en su momento la organización internacional, cuando pudo recuperarse, Manasra fue llevado de nuevo a su celda de aislamiento.


"Por eso ningún otro país del mundo aplica regímenes militares a niños", defiende Núñez-Flores. "Es como si te hacen un consejo de guerra por hacer un grafiti en el metro", compara. El único avance que ha emprendido el Estado sionista para mejorar la situación de los menores es designar un tribunal militar específico para los casos de menores. Pero la realidad es que lo sustancial no ha cambiado y que, en la actualidad, Israel sigue aplicando condiciones de detención aterradoras a los menores palestinos. Ellos mismos dan cuenta de ello, testimonio tras testimonio, tras ser liberados.


Manual de represión: palizas, desnudos y aislamiento


Llegan en mitad de la noche y los sacan de sus camas a rastras. Después de reducirlos, les atan las manos tras la espalda y colocan una venda en sus ojos. Probablemente, permanecerán cegados y maniatados durante las primeras 24 horas de su detención. Tampoco les dan de comer. Dará igual su condición de niños cuando, durante las primeras horas de su arresto, sean sometidos a trato vejatorio e interrogatorios intensivos sin defensa. Podría ser esta madrugada o la siguiente, en esta casa o en la del vecino. Nunca se sabe cuando vienen, pero sí que tarde o temprano lo harán.


Así son la mayoría de las detenciones de menores de edad palestinos que llevan a cabo las FDI, de acuerdo al estudio publicado el pasado año por Save The Children. De nuevo, no es el único organismo que ha recopilado numerosos testimonios que apuntan al sometimiento de los menores a estas violencias. El trato que reciben los niños y niñas al ser detenidos por el autodenominado "ejército más moral del mundo" dista mucho de hacer honor a su nombre. Las cifras de STC son contundentes: cuatro de cada cinco niños son golpeados durante su detención o estancia en prisión y el 42% son heridos en el momento en el que son arrestados. "Hablamos de heridas de bala o fracturas de huesos, no de cualquier cosa", aclara Núñez-Flores.


El 70% de ellos son desnudados, el 86% sufren palizas y el 60% son amenazados con algún objeto, incluidas armas. Además, un número indeterminado de menores denuncian algún tipo de violencia sexual. Si bien la investigación que sacó a la luz estas cifras se llevó a cabo antes de los atentados del 7 de octubre, todos los reportes apuntan a que la violencia contra los menores no ha hecho más que crecer.


Todas estas prácticas tienen un impacto durísimo en la salud mental de estos menores, aunque algunas están específicamente destinadas a maltratar psicológicamente a niños y niñas. Así, el 60% de los menores palestinos detenidos han sido sometidos a régimen de aislamiento durante un periodo que oscilaba entre uno y 48 días. En algunos casos, como el de Ahmad Mansara, esta situación se alarga durante años. Su caso es un claro ejemplo de cómo el encierro extremo y la incomunicación genera daños gravísimos en la salud mental de los más jóvenes.


Esto contraviene la Convención sobre Derechos del Niño de la ONU y, por tanto, el derecho internacional. "Si tu quieres quebrar a alguien psicológicamente para siempre y reducir su esperanza de vida, sólo tienes que aislarlo", denuncian desde STC. Y sentencian: "Todo esto es tortura psicológica, ya lo sabemos".


Daños colaterales de la deshumanización


Cómo ha llegado Israel a este punto de deshumanización de los palestinos es algo que se preguntan los sectores más críticos de la sociedad israelí, al que pertenece el exsoldado y activista Yehuda Shaul, así como miembros antisionistas de la comunidad judía en el resto del mundo. En una entrevista concedida a Público a principios de julio, Shaul se mostró consternado por "el deterioro moral que hemos atravesado [los israelíes]" y que calificó de "alucinante y vergonzoso".


Yehuda usa un suceso acaecido durante la operación militar israelí de 2002, Escudo Defensivo, para explicar esta degradación. El 22 de julio de aquel año, las FDI bombardearon un edificio en el que se encontraba Salah Shehade, jefe del brazo armado de Hamás. En el ataque también fueron asesinados su esposa y nueve niños y niñas. La fuerte oleada de indignación que desataron aquellos asesinatos corrió como la pólvora, llevando el caso a instancias judiciales en el propio Israel. Fuera de Próximo Oriente el ataque también fue duramente criticado, incluso por el entonces presidente de EEUU, el republicano y firme defensor de Israel, George Bush, quien pidió explicaciones al primer ministro sionista Ariel Sharon. Israel terminó reconociendo un error de cálculo, y aseguró que, de haber sabido que morirían inocentes, no hubiese llevado a cabo el ataque. Esta empatía, al menos narrativa, está a años luz del escenario actual, donde 14.000 menores han sido asesinados sin que nadie detenga la matanza.


No hay cifras claras del número de menores detenidos durante aquella operación militar, si bien la ONU reconoció que entre los 7.000 arrestados en aquel contexto había menores de hasta 15 años. A finales de 2008 y principios del 2009 se produjo otra operación militar, llamada "Plomo Fundido", en la que alrededor de 1.400 palestinos perecieron bajo las bombas israelíes. Entre ellos unos 400 niños. El año 2008 fue el primero en el que la organización Defense for Children International Palestine (DCIP) comenzó a recoger datos de menores de entre 12 y 17 años encarcelados. Febrero de 2009, mes de la finalización de la operación, fue uno de los meses con más niños y niñas palestinos detenidos hasta la actualidad según el registro de la ONG: un total de 423 menores. Esta cifra sólo ha sido superada durante los primeros meses del 2016.


Sin embargo nunca, siquiera durante este conflicto, se han vuelto a alcanzar esas cifras. Al menos, que se sepa, ya que, al igual que ocurre con los datos de fallecidos, las cifras de detenidos también bailan. Israel no aporta datos claros sobre los detenidos y sólo las ONG locales hacen como pueden recuentos de los arrestos de menores. Save The Children ha estimado que actualmente hay 20.000 menores palestinos desaparecidos. Es posible que muchos de ellos se encuentren bajo los escombros, mientras que otros se hayan perdido en el transcurso de alguno de los muchos desplazamientos que sus familias se ven obligadas a hacer para huir de las bombas. Por último, explica a Público Núñez-Flores, otra cantidad indeterminada de niños y adolescentes se encuentran detenidos secretamente en prisiones israelíes.


Mientras las fotos, nombres e historias de vida de los menores israelíes asesinados o secuestrados por Hamás se reproducen constantemente en todos los medios israelíes, un manto de silencio y anonimato cubre los cuerpos con o sin vida de los niños y niñas palestinos desaparecidos. Para una cooperante vasca que ha vivido en Cisjordania y la Franja de Gaza durante años —y que prefiere no dar su nombre—, esta invisibilizarían de forma parte de la estrategia de deshumanización que Israel lleva años desarrollando. Sin cifras claras, ni nombres, paradero, defensa o garantías procesales, estos niños y niñas, no existen.