Tres razones por las que una adolescente palestina está volviendo loco a Israel.

El martes pasado* (19 de diciembre) los soldados del ejército israelí dispararon a Hamed al-Masri a la cabeza, hiriendo severamente al niño desarmado de Salfit. 
 El viernes los soldados dispararon al desarmado Mohammed Tamimi, también de 15 años, en la cabeza, hiriendo gravemente al niño de Nabi Saleh. También el viernes los soldados mataron a Ibrahim Abu Thuraya, un amputado de las dos piernas a quien también dispararon en la cabeza. 
El mismo día Ahed Tamimi**, de 16 años, estaba en el patio de su casa con su prima y abofeteó a un oficial del ejército israelí que había invadido la casa de ella.

Israel despertó de su sueño enojado: ¿Cómo se atreve? 
Las tres víctimas de los bárbaros disparos no interesaban a los israelíes y los medios ni siquiera se molestaron en informar sobre ellos. Pero la bofetada (y patada) de Tamimi provocó furia. ¿Cómo se atreve a abofetear a un soldado del ejército de Israel? Un soldado cuyos compañeros abofetean, golpean, secuestran y por supuesto disparan a los palestinos casi todos los días.

Ahed Tamimi año 2016
Desfachatez palestina. Se suponía que Tamimi se enamoraría del soldado que invadió su casa, le arrojaría arroz, pero como es una ingrata lo recompensó con una bofetada. Todo se debe a la “provocación”. De lo contrario, ciertamente no odiaría a su conquistador.
Pero hay otras fuentes de la desenfrenada pasión de venganza contra Tamimi. (Ministro de Educación Naftali Bennett: “Debería terminar su vida en prisión”). La niña de Nabi Saleh destrozó varios mitos de los israelíes. Lo peor de todo es que se atrevió a dañar el mito israelí de la masculinidad. De repente resulta que el soldado heroico, que nos vigila día y noche con osadía y coraje, se enfrenta a una niña con las manos vacías. ¿Qué va a pasar con nuestro machismo, que Tamimi rompió tan fácilmente, y nuestra testosterona?

De repente los israelíes vieron al enemigo cruel y peligroso al que se enfrentan: una niña de 16 años con el cabello rizado. Toda la demonización y la deshumanización en los medios aduladores se hicieron añicos al enfrentarse con una chica con un suéter azul.

Los israelíes perdieron la cabeza. Esto no es lo que les dijeron. Están acostumbrados a oír hablar de terroristas y comportamientos asesinos. Es difícil acusar a Ahed Tamimi de todo eso, ni siquiera tenía unas tijeras en sus manos. ¿Dónde está la crueldad palestina? ¿Dónde está el peligro? ¿Dónde está el mal? Podrías perder el entendimiento. De repente, todas las cartas se reorganizaron, por un extraño momento, el enemigo parecía muy humano. Por supuesto, se puede confiar en la maquinaria de propaganda y lavado de cerebro de Israel, que son tan eficientes, para asesinar al personaje de Tamimi lo suficientemente pronto. Ella también será etiquetada de cruel terrorista que nació para matar, se dirá que no tiene motivos justificables y que no hay contexto para su comportamiento.

Ahed Tamimi es una heroína palestina. Logró volver locos a los israelíes. 
¿Qué dirán los corresponsales militares, los incitadores de derecha y los expertos en seguridad? ¿Por qué son buenas 8200, Oketz, Duvdevan, Kfir y todas estas otras unidades especiales si al final del día el ejército se enfrenta a una población civil indefensa que está cansada de la ocupación, encarnada en una chica con un kufiya en el hombro?
Si solo hubiera muchos más como ella. Tal vez las chicas como ella podrán sacudir a los israelíes. Tal vez la intifada de las bofetadas tenga éxito donde todos los demás métodos de resistencia, violentos y no violentos, han fallado.

Mientras tanto Israel ha reaccionado de la única manera que sabe hacerlo: un asalto nocturno en su casa y la detención de ella y su madre. 
Pero en el fondo de su corazón, todo israelí decente probablemente sepa no solo quién tiene la razón y quién no, sino quién es fuerte y quién es débil. 

¿El soldado armado de pies a cabeza que invade una casa que no le pertenece 
o la niña desarmada que defiende su casa y su honor perdido 
con sus propias manos, con una bofetada?

Fuente/PalestinaLibre.org, Gideon Levy, Haaretz


¿Por qué Occidente alaba a Malala pero ignora a Ahed?


El 19 de diciembre de 2017  AhedTamimi fue detenida por las fuerzas policiales israelíes​. El día anterior a su detención, Tamimi había abofeteado a un soldado israelí . Un vídeo de los hechos fue filmado y transmitido en vivo El hecho se produjo en el contexto del conflicto que se suscitó entre el gobierno de Israel y el pueblo palestino, tras la decisión del presidente norteamericano Donald Trump de trasladar su embajada a la ciudad de Jerusalén.

**  AhedTamimi ha participado desde 2010, a la edad de once años, en las protestas que se organizan cada viernes en su poblado. Originalmente los manifestantes declararon como motivo de estas manifestaciones la confiscación de un manantial por parte del asentamiento de Halamish....

Diploma de Especialización en la Infancia en la Sociedad Vulnerable: Intervención, Inclusión y Participación

Universidad de Salamanca

El Título Propio “La infancia en la sociedad vulnerable: intervención, inclusión y participación” nace con el fin de formar profesionales que puedan participar en diferentes equipos multidisciplinares y en las diversas modalidades de atención a la infancia que se llevan a cabo a través de las acciones de promoción y defensa de sus derechos, de las actuaciones para la prevención de todas las situaciones que interfieren en el normal desarrollo personal y social del niño o adolescente, de la acción de protección en los casos de riesgo y desamparo, así como en la promoción de buenas prácticas que estén relacionadas con la Convención sobre los Derechos del Niño, que sean creativas o innovadoras y potencien la coordinación entre organismos, la participación ciudadana y las alianzaz a favor de la infancia y la adolescencia.

Congreso de Educación Infantil: "Ser y Crecer Felices".


Niños en un mundo digital: Estado Mundial de la Infancia 2017.




¿Recuerda la primera vez que se conectó a internet?.

Jóvenes con acceso a internet

Puede que usted conociera la vida antes de la llegada de internet, pero para los niños que crecen en un mundo conectado, sería inimaginable vivir sin la red.

La tecnología digital ha transformado el mundo en el que vivimos: ha cambiado industrias enteras y ha alterado el paisaje social.

La infancia no es la excepción. Uno de cada tres usuarios de internet de todo el mundo es un niño, y los jóvenes representan el grupo de edad más conectado.Desde las fotos que comparten hasta el historial médico que se guarda en la nube, la huella de muchos niños está presente en el mundo digital antes, incluso, de que aprendan a andar o a hablar.La tecnología digital puede ser un punto de inflexión para los niños desfavorecidos, pues les ofrece nuevas oportunidades de aprender, interactuar y hacerse escuchar. Sin embargo, también puede convertirse en una brecha divisoria: millones de niños se encuentran aislados en un mundo cada vez más conectado. Además, la brecha de género de los jóvenes conectados está aumentando: en todo el mundo, hay un 12% más de hombres que de mujeres en línea, y la brecha es mayor en los países de bajos ingresos.

A la misma velocidad a la que se desarrolla la tecnología digital, aumentan los peligros a los que se enfrentan los niños cuando se conectan: desde el acoso cibernético hasta el uso inadecuado de información privada, la explotación y el abuso sexual en línea.

Ya sea para bien y para mal, la tecnología digital ocupa, irreversiblemente, el centro de nuestras vidas. El modo en que minimicemos los riesgos al tiempo que ampliamos el acceso a sus beneficios contribuirá a configurar la vida y el futuro de una nueva generación de nativos digitales.

El objetivo de UNICEF es desvelar cómo internet y la tecnología digital están facilitando y entorpeciendo al mismo tiempo el aprendizaje, el bienestar y las relaciones sociales de los niños.

Explore estas historias y descubra la urgente necesidad de hacer de internet un lugar más seguro para los niños y, a la vez, de ampliar el acceso a la tecnología digital para cada niño, especialmente para los más desfavorecidos.

Conoce a los niños detrás de la digitalización mundial

En Camerún, Waibai está mejorando su educación y ampliando su visión del mundo con ayuda de la tecnología












Para cada niño | igualdad digital
En la India, descubra cómo internet ha ofrecido a Vikas nuevas oportunidades para trabajar y jugar












Para cada niño | seguridad digital
En Malasia, una investigación encubierta sobre la corrupción de menores inspira a Angeline a tomar medidas

La ciudad grande de los ciudadanos pequeños, Documental.

Los niños no miden la ciudad como un adulto.
Y es que al pensar y construir una ciudad a la medida de un niño 
estamos haciendo una ciudad de escala universal que será buena para todos. 
Así de simple. Es un asunto más de voluntad y sentido común que de recursos.

Tuline Gülgönen y Ana Álvarez,
documental La Ciudad Grande

El Documental se adentra en la Ciudad de México a través de las miradas y actividades paralelas de diversos niños, en sus horas de ocio, de niños haciendo nada con un ...


Para un adulto, moverse en la ciudad generalmente se reduce al acto de conectar un punto de origen con un punto de destino para realizar una actividad específica. Mientras menos dure el desplazamiento, mejor. 
Para un niño en cambio, el viaje es toda una experiencia que brinda la oportunidad de descubrir, aprender, fantasear y jugar con todo eso que en el caso de los mayores cae en el aburrido saco de lo cotidiano. 
Para los niños cada paso es una meta en sí misma, y el camino puede revestir mucho más interés que el lugar de destino. Actitud zen en estado puro.

Las percepciones propias de la experiencia del habitar urbano también son distintas. Los niños no miden la ciudad como un adulto: todavía no han desarrollado ese radar interno que nos permite estimar la velocidad de los objetos, y por eso tienen dificultades para determinar si un vehículo está detenido o en movimiento. Les cuesta distinguir de dónde vienen los sonidos. Su comportamiento es poco previsible, se distraen (o mejor dicho, se sienten atraídos) fácilmente, y cuando caminan rara vez mantienen un ritmo constante. Todo les puede llamar la atención. Otras veces nada. Pueden encontrar el mismo atractivo en un globo de colores que en una ramita tirada en el suelo. Recogen corcholatas, flores, insectos muertos. Pasan de la euforia a la más profunda apatía en unos pocos minutos. Los más pequeños se cansan rápido. Se tropiezan, se caen, se mojan, se ensucian.

De nadie he aprendido más de diseño urbano que de mis hijos. Siempre he creído que observarlos, escucharlos, y meterse en sus zapatos es la mejor manera de pensar y concebir una ciudad verdaderamente incluyente. Y sin embargo las ciudades no miran ni escuchan a sus habitantes más pequeños. Menos aun se meten en sus zapatos. Esto es precisamente lo que hacen Tuline Gülgönen y Ana Álvarez en su recientemente estrenado documental La Ciudad Grande, que se adentra en la Ciudad de México a través de las miradas y actividades paralelas de diversos niños. De niños en sus horas de ocio, de niños haciendo nada con un propósito específico, de niños sin plan, tratando de armarse la tarde con lo (poco) que la ciudad les ofrece, inventándose y adaptando espacios que no fueron creados de acuerdo a sus medidas y necesidades.

Ciudad grande

En los 30 minutos de documental la ciudad descarga toda su hostilidad en el interminable viaje en patín del diablo de Jonás por unas aceras llenas de obstáculos en Coyoacán (Hoyoacán), en las que no puede andar diez metros sin tener que parar y bajarse. Este accidentado viaje tiene su correlato en Braulio y su bicicleta, que de útil vehículo se transforma en pesado lastre al momento de cruzar un puente elevado en las fragmentadas callejuelas de Xochimilco. La agresividad de la Ciudad de México hacia sus niños se reparte democráticamente. Andrea sólo ve la luz del sol cuando juega tenis en la azotea del lujoso edificio donde vive en Polanco. Ella deambula, siempre sola, por las amenidades de un condominio construido para prescindir de la ciudad que le rodea: la tienda, la peluquería, la alberca que se balconea sobre los patios donde juegan otros niños (¿menos afortunados?) que viven en casas amenazadas por el avance inmobiliario. La única compañía de Andrea es el walkie-talkie con el que comunica cada uno de sus pasos a un alguien indeterminado (¿su mamá, una empleada doméstica, una grabadora?)

La cámara juega con las escalas: el columpio chirriante por la falta de mantenimiento es un engranaje más de un mecanismo mayor en que la ciudad está lejos de ofrecer un espacio para el gozo y la vida en comunidad. A los niños se les segrega donde no había algo mejor que poner: los juegos en medio de un páramo de pavimento, la cancha aislada sin la vigilancia pasiva de los vecinos, donde la presencia de alguien “sospechoso” basta para frustrar toda una tarde al aire libre. La ciudad es permanentemente hostil con los protagonistas, que sin embargo se las arreglan para apropiarse de ella a través del juego: un viaje en pesero es una aventura, todo es cancha en los empinados cerros de Iztapalapa, mientras los contaminados canales de Xochimilco son el escenario ideal para todo tipo de fantasías. La pendiente, el agua encharcada, los múltiples rincones olvidados de la infraestructura no son obstáculos para desatar la imaginación, para apoderarse a través del juego de los interminables espacios residuales que la ciudad ofrece.

El relato de múltiples voces de La Ciudad Grande finalmente vuelve a las raíces de lo que debiera ser la construcción de una ciudad de acuerdo a los sueños, aspiraciones y necesidades de sus habitantes. 

Y es que al pensar y construir una ciudad a la medida de un niño 
estamos haciendo una ciudad de escala universal que será buena para todos. 
Así de simple. Es un asunto más de voluntad y sentido común que de recursos.

Espacios-tiempos de la infancia Terena:

Del patio de casa a la escuela indígena.

Naine Terena de Jesús,
Ediciones Complutense,
Vol 1 (2017),

Este artículo ofrece información sobre los espacios de la infancia del pueblo indígena Terena, bajo la perspectiva de los profesores Terena de la aldea Limón Verde, localizada en el municipio de Aquidauana, en el estado de Mato Grosso do Sul (Brasil). 
El texto es el resultado de la inmersión realizada durante el trabajo de campo para el doctorado en educación concluido en el año 2014. 
A través de la aplicación de cuestionarios, entrevistas grabadas y visitas a la escuela municipal indígena Lutuma Dias, este texto reúne parte del material utilizado en la construcción de la tesis de doctorado y busca presentar cómo las narrativas de los profesores indígenas construyen los espacios-tiempos de la infancia de los niños Terena. Además de las informaciones recogidas de los profesores, se utilizan las observaciones anotadas en el cuaderno de campo y las referencias teóricas que ayudan a la problematización de las diferentes infancias, en especial la indígena, a fin de acercar al lector a una de las diversas infancias existentes, proporcionando argumentos para la problematización de lo local en la estructura social de cada pueblo y en las instituciones dirigidas a los niños.
es una revista interdisciplinaria e iberoamericana, cuyo objetivo es promover el conocimiento científico sobre las vidas de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en el ámbito español, portugués e iberoamericano y orientado en la línea de los nuevos estudios de infancia.

© 2017. Universidad Complutense de Madrid
Está permitida la difusión y reproducción no comercial de este artículo siempre citando al Autor, a la Revista Sociedad e Infancias y a Ediciones Universidad Complutense.

Desde 1965 el tiempo invertido por los padres en los hijos no ha dejado de crecer.

Authors  Giulia M. Dotti Sani, y Judith Treas.
Journal of Marriage and Family, 
Volume 78, Issue 4. August 2016 . Pages 1083–1096.


"El tiempo de los padres con niños conduce a resultados positivos en el niño. Algunos estudios han reportado un gradiente educativo posivo: los padres más educados dedican más tiempo a los niños que otros padres. Además, algunas investigaciones encuentran que el cuidado infantil parental aumentó con el tiempo. Menos cierto es si los padres más educados aumentaron su tiempo más que los menos educados, si las tendencias parentales para madres y padres son las mismas, y si los patrones observados caracterizan a todos los países occidentales o solo a algunos. Las hipótesis inspiradas en las teorías de difusión social, diferenciación de clases e ideologías de la crianza infantil se prueban con datos de uso del tiempo para 11 países occidentales entre 1965 y 2012. Tanto para madres como para padres, los resultados indicaron un gradiente educativo generalizado y un aumento en tiempo de cuidado. En varios países, el gradiente educativo posivo aumentó; en ninguna parte fue servida. Por lo tanto, las ventajas de la crianza intensiva continuaron acumulándose para la elite bien educada".

La multiplicación del tiempo que madres y padres están dedicando al cuidado de los hijos es uno de los cambios culturales más profundos y también más sorprendentes de la sociedad occidental. El concepto de parentalidad intensiva no es nuevo pero hoy hay que verlo no sólo como la elección de unos pocos, sino como una corriente de fondo que recorre la sociedad occidental. El estudio de las sociólogas Judith Treas (Univesidad de California-Irvine) y Giulia M. Dotti ( Collegio Carlo Alberto ) analiza los cambios en los últimos 50 años partiendo desde 1965 hasta el 2012. El tiempo de dedicación a los hijos sube y sube sin haber tocado techo.

V Encuentro Estatal de Consejos de Participación Infantil y Juvenil: Oviedo 2018.





La cita será en Oviedo. El próximo mes de mayo, la ciudad asturiana acogerá la quinta edición del Encuentro Estatal de Consejos de Participación Infantil y Adolescente, el mayor evento nacional en el ámbito de la participación infantil. Con una gran novedad: serán los niños, niñas y adolescentes quienes preparen su propio encuentro. Hasta ahora, chicos y chicas de toda la geografía española se reunían cada dos años para buscar soluciones posibles a los problemas que les afectan en unas jornadas organizadas por adultos. Oviedo será diferente. Serán los jóvenes quiénes definan el encuentro a través de un grupo impulsor con representantes de todo el país.
La propuesta nació tras el encuentro de Santander. La Plataforma de Infancia y UNICEF Comité Español, con el apoyo de los consejos participantes, propusieron la creación de un grupo de alcance estatal, integrado por chicas y chicos participantes en los consejos, que se hiciera cargo de definir el siguiente encuentro. Integrado por 20 chicos y chicas, el grupo impulsor se configura además como canal de comunicación y coordinación con sus compañeros en cuanto al diseño metodológico de procesos y propuestas de trabajo.
Grupo impulsor

Feliz Año Nuevo!, desde la Asociación GSIA.

Desde la Asociación GSIA os deseamos felices fiestas y que en 2018 sigamos construyendo (y mejorando) el mundo que heredarán niñas y niños.

También os ofrecemos nuestra revista de prensa de noviembre, que se hace eco de las noticias relacionadas con la infancia y la adolescencia en un mes de especial significación para ellos.
LEER LA REVISTA

El lenguaje muro:


Lara Alonso,
The Graduate Center, CUNY.









The Journal of the Students of the Ph.D. 
   Program in Latin American, Iberian and Latino Cultures.


Una herida abierta de 2.500 kilómetros
divide un pueblo, una cultura,
recorre la longitud de mi cuerpo,
me clava estacas de valla en la carne,
me parte     me parte
me raja      me raja

Gloria Anzaldúa

La frontera 

No todos los muros se ven. Algunos se oyen. El pensamiento calcificado en palabras levanta muros simbólicos, edificados con la lengua a partir del impulso del miedo. Ante una supuesta necesidad irreal de defensa, la rigidez mental la disfraza de odio y construye barreras lingüísticas que la aíslen de lo “diferente”. Estos muros de lenguaje, o el lenguaje muro, construido a partir de metáforas que separan y quiebran, es un arma que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sabe manejar.

“There are some bad hombres here and we are going to get them out” (“Hay algunos hombres malos aquí y los vamos a echar”[ii]) dijo Trump en su último debate preelectoral ante Hillary Clinton y toda la audiencia que lo seguía por televisión en octubre de 2016. Un año después, tras la catástrofe del huracán María en Puerto Rico, el ya presidente en una rueda de prensa pronunció hasta tres veces de manera paródica y jocosa la palabra “Puerto Rico” con un exagerado acento español[iii]. En ninguno de estos ejemplos estamos ante simples ocurrencias de un personaje controvertido, sino ante actos glotopolíticos de reproducción del racismo. Cada uno funciona como ladrillo simbólico que levanta el lenguaje muro, cuyas metáforas sólidas y recias alejan al “otro”, expulsándolo al lado opuesto del “muro” que marca las fronteras entre “nosotros” y “lo ajeno”.

Las prácticas lingüísticas son, ante todo, prácticas sociales. Es decir, al hablar, comunicamos a un interlocutor un mensaje a través de un código compartido, pero al hacerlo, estamos haciendo mucho más que eso. El lenguaje es, de hecho, la principal herramienta social mediante la cual conseguimos llevar a cabo nuestra vida en comunidad. Para ello, construimos mensajes a partir de símbolos cuyo significado depende de muchos elementos (entre ellos la manera en la que los reconstruya el oyente). Este significado es, por un lado, directo: un símbolo señala de manera directa una realidad determinada. Por ejemplo, la palabra “hombre” hace referencia en nuestra mente a una persona adulta de género masculino. Pero, además, los símbolos contienen y producen de manera indirecta mucha más información (Silverstein 1976). En esa declaración de Donald Trump la palabra “hombre” en español remite no solo a personas de género masculino, sino a personas hispanohablantes de género masculino, es decir, a una imagen concreta de “personas hispanohablantes de género masculino” que tiene sentido político en Estados Unidos y que se construye a partir de ideologías racistas y machistas. Donald Trump utilizó esta estrategia semiótica en un debate preelectoral seguido por todo el país, lo cual influye en su significado y sus consecuencias.

Consecuencias porque el lenguaje no solo representa, sino que además es performativo: hace cosas (Austin 1962). Aunque los mensajes de Trump tiendan a ser ambiguos y metafóricos, con significados capaces de variar según el contexto que se les asigne[iv], el muro simbólico que construyen es firme e impenetrable. Una declaración racista (como la mencionada de Donald Trump) además de representar un mensaje racista, genera racismo (Flores y Rosa 2015), puesto que el proceso de representación crea al objeto que representa (Hall 1997). Pero además del poder de las palabras para crear y modificar la realidad social, debemos tener en cuenta la capacidad que tienen como vehículo de ideologías lingüísticas (conjunto de representaciones que construyen la intersección entre el lenguaje y los seres humanos en una realidad social (Woolard 1998:3)) que subyacen a lo dicho. En este caso, estos ejemplos de lenguaje muro estarían basados en una ideología lingüística de raciolingüismo, que produce a través de la lengua a sujetos racializados por sus prácticas lingüísticas (Flores y Rosa 2015:150). Con sus palabras, Trump levanta así su muro metafórico, que separa a estos sujetos racializados de la población anglohablante del país, cuyas prácticas lingüísticas se consideran “normales”. Aquellos que por su lengua quedan al otro lado, son silenciados simbólicamente por el lenguaje muro que les sitúa en ese ese espacio de marginalidad y otredad.

En Estados Unidos el 17’8% de la población se identifica como latina (57’5 millones) y el 13% habla español en casa (US Census 2014). Este dato no ha pasado desapercibido para la mayoría de políticos estadounidenses, que han utilizado el español en discursos y campañas para ganarse el voto de la población hispanohablante. Ya en año 2000 Bill Clinton afirmó que “esperaba ser el último presidente de Estados Unidos que no habla español” (Univisión noticias), y desde entonces, los siguientes presidentes George Bush y Barack Obama, a pesar de no dominar el español, lo utilizaron en discursos públicos, al igual que hacen otros políticos del país, tanto bilingües (como Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida, o Jeb Bush, exgobernador republicano de Florida) como no hablantes de español (como Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York).

Sin embargo, con su lenguaje muro, Donald Trump revierte esta tendencia. En uno de los debates preelectorales[v], Trump acusó a Jeb Bush (precandidato republicano) de hablar español en la campaña, lo que para él iba en contra del proyecto asimilacionista de Estados Unidos. A la pregunta de la presentadora del debate Dana Bash de: “What´s wrong with speaking Spanish?” (¿Qué hay de malo en hablar español?) Donald Trump contestó:

We have a country, where, to assimilate, you have to speak English. (…) We have to have assimilation — to have a country, we have to have assimilation. I’m not the first one to say this, Dana. We’ve had many people over the years, for many, many years, saying the same thing. This is a country where we speak English, not Spanish.

Tenemos un país donde, para asimilar, tienes que hablar inglés. (…) Tenemos que tener asimilación- para tener un país, tenemos que tener asimilación. No soy el primero en decir esto, Dana. Ha habido mucha gente diciendo lo mismo durante años. Este es un país en el que hablamos inglés, no español.

En realidad, Estados Unidos no tiene una lengua oficial. Sin embargo, se caracteriza por una ideología lingüística monolingüe (Silverstein 1996) reflejada en las numerosas iniciativas que tratan de restringir el uso público de otras lenguas. Donald Trump ha contribuido con su gobierno en este tipo de medidas que tratan de invisibilizar a las otras lenguas habladas en el país. Entre sus decisiones más controvertidas en este terreno, destaca el cierre de la versión en español de la página web de la Casa Blanca, que llevó a cabo el mismo día de su investidura como presidente.

El marco asimilacionista en el que Trump sitúa su lenguaje muro permite a sus defensores no verse como racistas sino como “patriotas” que defienden la unidad nacional que, según ellos, requiere el uso de una sola lengua (Hill 2008:126). Sostienen que su objetivo es que los inmigrantes aprendan la lengua para que disfruten de todas las ventajas que Estados Unidos les ofrece (Woolard 1989). Este tipo de discursos mistifican la falsa creencia de que la capacidad de hablar “bien” una lengua depende únicamente de la voluntad del individuo para lograrlo, y con ello justifican la estratificación social, construyendo jerarquías lingüísticas que aparentan ser democráticamente accesibles (Heller y Duchêne 2012).

A pesar de su postura, el presidente Donald Trump sí ha utilizado el español en escasas y polémicas situaciones como parte de su lenguaje muro.  En el caso de su declaración “there are some bad hombres here and we are going to get them out”, hemos observado que a través de la indexicalidad indirecta el mensaje apela a un imaginario racista sobre los hombres hispanohablantes[vi] que están en Estados Unidos. Si bien la población hispanohablante se auto adscribe en diferentes categorías raciales, a través de comentarios como este Trump unifica a esta diversa comunidad en una sola categoría racial construida a partir de la lengua que hablan. Trump edifica así su muro lingüístico entre ellos y los “otros”; unos “otros” dentro de las fronteras, definidos como ajenos y enemigos. El oyente erige el significado de este lenguaje muro sobre los estereotipos xenófobos que ya conoce: los latinos como criminales; la masculinidad latina como violenta (Mendible 2007).

Un año después, Donald Trump, ya como presidente en funciones, compareció públicamente tras la devastación de Puerto Rico por el huracán María en septiembre de 2017. El escenario: una crisis humanitaria en la isla destruida por el huracán y una crisis política tras la polémica respuesta del presidente a la tragedia: acusaciones a Puerto Rico sobre su estatus económico, escasa ayuda enviada al territorio, peleas por Twitter con la alcaldesa de la capital puertorriqueña y lanzamiento de rollos de papel higiénico a la población durante su visita a la isla. En plena controversia y solo unos días después de la destrucción del huracán, en esa comparecencia Donald Trump pronunció en un tono paródico[vii] tres veces seguidas “Puerto Rico” con un exagerado acento español.

Este tipo de pronunciación exagerada y caricaturesca de una palabra en español es una estrategia llamada “español paródico” (Mock Spanish) (Hill 1999,2008), que consiste en una apropiación burlesca del español por parte de la población blanca anglohablante de Estados Unidos que el hablante emprende con el fin de reforzar su propia identidad mostrándose como una persona cosmopolita y divertida (Hill 1999). Mientras que los hablantes que utilizan el “español paródico” negarían su carácter racista y de hecho lo considerarían reflejo de su mentalidad abierta (Barret 2006:165), se trata en realidad de un discurso racista encubierto que lleva a cabo la racialización del grupo subordinado a través de indexicalidad indirecta (Hill 1999:683). Esta pronunciación exagerada en español se considera divertida cuando la realizan hablantes blancos y se condena cuando la producen los hispanos (Hill 2008), como cuando varios periodistas latinos fueron criticados por decir sus nombres con su pronunciación en español (Tanno en Hill 2008). La continua supresión del español en espacios públicos del país en paralelo a su uso con efectos cómicos sugiere la apropiación por parte de los anglohablantes blancos, entre ellos Donald Trump, de los recursos simbólicos del español, que emplean en su propio beneficio (Hill 2008).

En definitiva, una definición del lenguaje es siempre una definición de los seres humanos en el mundo (Williams en Woolard 1998), y, en este caso, analizar los usos lingüísticos racistas del presidente Donald Trump con el español revela no solo una manera de hablar, sino una determinada visión de la sociedad. Tratándose del presidente actual de los Estados Unidos, esta perspectiva no es solo un asunto personal, sino que las ideologías lingüísticas racistas que subyacen a declaraciones como estas son inseparables de las ideologías políticas sobre las que Donald Trump construye su gobierno.


En la sociedad estadounidense, donde los latinos y latinas representan a la minoría demográficamente más numerosa y económicamente más desfavorecida (US Census), este tipo de comportamientos lingüísticos cobran una importancia aún mayor, pues contribuyen a la subordinación racial de esta comunidad. En este sentido, el lenguaje de Donald Trump no solo reproduce estereotipos negativos sobre los latinos/as, sino que es un componente en la perpetuación de la desigualdad racial. Con su lenguaje muro, Trump construye barreras que quiebran, aíslan y hieren al “otro”, levantando otro tipo de muros que, aunque simbólicos, también dividen.

Jóvenes Españoles "entre dos siglos" (1984/2007).



Juan González Anleo y Jose A. López-Ruiz.





Publicado por la Fundación SM.

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En la presente investigación, se ha querido dar prioridad al análisis de tipo longitudinal que comprende una línea temporal de más de 30 años, desde la publicación del primer informe de Jóvenes españoles, en 1984, hasta la actualidad. 
Sin olvidar el análisis de los datos obtenidos en el momento presente, que constituyen una foto fija de la realidad de los jóvenes españoles en 2017 con respecto a las siguientes dimensiones: integración política y social, valores, relaciones familiares, religión, cultura y ocio juvenil.

Los resultados de 2017 muestran un renovado interés de los jóvenes por la política. Actualmente, solo un 43% suscribe la afirmación: “la política no tiene nada que ver conmigo, no afecta para nada mi vida privada”; frente al 56% que lo hacía en 2010.

La confianza de los jóvenes en las instituciones sociales disminuye desde 2005; descienden especialmente, la prensa (un 10 %), el Parlamento del Estado (un 10 %), la monarquía (un 9 %), el Parlamento de la comunidad autónoma (un 8 %) y los Sindicatos (un 7 %).

La familia se presenta como el mayor referente del joven para entender su posición en el mundo, actualmente es considerada por el 97% de los jóvenes como “muy “o “bastante” importante en sus vidas.

Los jóvenes se consideran de forma predominante “consumistas”, “rebeldes” e “independientes”.  Los resultados de 2016 caracterizan también a los jóvenes como: “demasiado preocupados por la imagen” que proyectan a los demás (47 %), algo “egoístas” (35 %), pero también “indignados por la situación sociopolítica” (32 %).

La religión ocupa uno de los últimos lugares en la escala de las cosas importantes para los jóvenes (16 %).  No obstante, un 40 % se define como católico.

Nuevas ideas para implicar a los niños en la planificación de las ciudades.







Cuando una localidad es amigable para los niños también lo es para el resto de la ciudadanía. Sin embargo, no es fácil encontrar ejemplos de ciudades donde los habitantes más jóvenes participen activamente en la planificación urbana.


8 80 Cities / Building Betrer Cities
“Las voces de los niños pequeños, de sus padres y cuidadores y de las mujeres embarazadas han estado generalmente subrepresentadas en los procesos tradicionales de construcción de la ciudad y en las estrategias generales de participación ciudadana”, afirma el estudio Construyendo mejores ciudades con niños pequeños y sus familias, un trabajo impulsado por la organización 8 80 Ciudades y la Fundación Bernard van Leer para implicar a los ciudadanos más jóvenes en la planificación urbana. 

Además, se añade, cuando los gobiernos municipales han realizado esfuerzos conscientes para buscar activamente la participación infantil, gran parte de las metodologías existentes no tienen en cuenta a los más pequeños, ya que tienden a centrarse casi exclusivamente en los mayores de cinco años.

Para la elaboración del informe, la entidad recopiló 21 estudios de caso en 16 países diferentes durante los últimos 50 años con el fin de dar a conocer estrategias y principios para involucrar a familias con niños pequeños. Su principal descubrimiento no fue muy alentador: “Lamentablemente, el bienestar de los niños no ha sido la piedra angular de ninguna política de planificación urbana significativa y las ciudades no están haciendo lo suficiente para involucrar a los niños en la construcción de la ciudad”.

Esos pequeños objetos de la Navidad

Kepa Paul Larrañaga* 



Iluminación navideñaHay (y los conozco) quienes compraron libros para ‘oler papel’. Por supuesto, no estoy en contra de los instantes perfumados de lo nuevo. Es otra forma de concebir que el deseo pretende a la novedad. Desenvolver papeles, cintas y lazos donde ponga: “tú eres merecedor del cariño, por eso te lo compro”.
Entusiasmado por el olor de los libros, pude clasificar el fetiche del aroma, entendiendo otro nuevo olor. Esta es la clave, los olores. Los olores del papel. Y como ‘en barrica’ hay contenedores de objetos que fecundan ‘impactos mentales’: los lugares donde estuvieron ubicadas las bibliotecas, las manos de los lectores, el tamaño de las letras (para leer más o menos distante), las hojas seleccionadas, las veces que se han leído… Creo que existen menos lectores que libros. Éstos, los libros, han sabido contener relatos pero aquéllos, los lectores, confundieron los relatos con ser dictados. Es el eufemismo de la ‘educación’ de los más niños: repetir palabras sin más conexión que decir o pronunciar en silencio. Pero, ¿cómo conservamos lo dicho en el espacio de lo decible? A veces, como un mal recuerdo.
Procedemos de una tradición de exégetas cuando la glosa era de otros, cuando la Universidad pudo mantener su propia jurisdicción, aunque ésta, a su vez, cayó en la exégesis monopolizada. Para que uno sólo al dictado, haya definido los ‘espacios educativos’.
Aprender a leer se convirtió en el ejercicio de ocultar las palabras. Pero la lectura debe de ser como los olores de los libros, dicha y resonante. En nuestra pretérita cultura oral todo se interpretaba para resonar en el ‘pathos’ del público, y sentir los diferentes tonos de las palabras y de las ‘cosas’. Pero la ‘lectura conceptual’ aprende a conversar sólo consigo misma pensando que por repetir aprende sin otro. La educación es compañía, una grata compañía. Desde la lectura del gesto de los labios hasta la pléyade de sonidos posibles donde pronunciar una sola primera consonante.
Debemos aprender y educar a reprogramar conocimiento para orientarlo a otros objetos. Por esto -y descifrando lo dicho- la memoria es saber experimentar algo, contraponiendo objetos. Ubicar. Pero, si se fijan, la mayor parte de los objetos están programados, están porque los objeto-máquinas ‘se suponen que hacen lo que deben hacer’ o ¡no!. Si no observen lo pluriempleados que se encuentran los fabricantes de ‘smartphones’ y demás artilugios sin otro destino que la felicidad de la Navidad, intentando convencer a los pluri-consumidores para que elijan la bandera de quien quieran que les espíen. Los objetos estrictamente programados siempre tuvieron ‘puertas traseras’. ¡Elijan, elijan!… bonitos ‘smartphones’ que les asegura un confortable servicio de su espía favorito incluido.
No les quiero aburrir con su ‘James Bond’ particular. Para esto no escribo. Quería anunciarles, simplemente, que la libertad siempre ha tenido como vecina su vigilancia. Pared con pared.
‘Orientarse a objetos’ es reprogramar el uso del objeto, transformándolo. Relatar a ‘viva voz’ es reprogramar el relato en un nuevo espacio. Conjugar la ‘orientación a objetos’ y el ‘relato’ es sentirse incluido con los ‘hacedores’ de las cosas. Para poder llamar al después, su-saber-del-recuerdo-en-ese-genuino-espacio-hecho. Aprender no es la suma de sus letras o palabras. Aprender es entender cómo suena la articulación de las palabras y las letras: rehaciendo los actos, desmenuzando complejos. Y proponerlo en público a sabiendas. Frente a los adversarios.
Habrá que leer en público, sin vergüenza. Imitando la algarabía de los niños cuando se juntan para pintar libros. Por esto, no necesitamos tantos objetos, sólo los necesarios para aprender a convertirlos en otros. Yo así es como aprendí y he aprendido. Leyendo en voz alta. Escuchando las noticias y pistas de sus entornos. Sobre lugares inhóspitos, frugales, sin cuerpo.
Aunque también tienen esa otra posibilidad, no la mía, comprar objetos. Y si entre éstos incluyeran algún libro, lo podrán utilizar de podio para elevar la altura de la pantalla del ordenador para cuando deseen leer mejor.

¡Felices Fiestas!
*Kepa Paul Larrañaga es presidente de la Asociación GSIA