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Jóvenes, policía y suburbios en Madrid y París. ¿Ruptura o acercamiento?.

en las "banlieues" francesas y barrios periféricos madrileños
El 14 de octubre de 2008 Abdoulaye Fofana llegó a su casa, situada en el bloque 5 de la cité de Les Bosquets, a eso de las 22 horas para ver el partido que jugaban Francia-Túnez con unos amigos. Cruzó el salón, saludó a su madre, a su hermana y a sus dos hermanos pequeños y se encerró en su cuarto para encender la tele. Al rato escuchó un golpe fuerte que venía de la entrada. Salió para ver qué pasaba y vio que dos policías habían entrado en su casa tras haber roto la cerradura de la puerta. Le preguntaron su apellido. Adboulaye les contestó y ellos dijeron: “no es él” y se dieron la vuelta para irse por donde habían venido. El joven les siguió hasta la salida y les preguntó: “¿rompen la puerta de nuestra casa y se van como si no hubiera pasado nada?”. Entonces se dieron la vuelta de nuevo, le miraron y uno de ellos dijo: “¡a este nos lo llevamos!”.
“Me cogieron y empujaron a mi madre que gritaba desesperada. Me bajaron por las escaleras hasta el portal dándome porrazos. Yo recuerdo que no paraba de gritar. Sólo oía gritos. Mis hermanos pequeños me seguían, gritaban y lloraban… ¡Fue horrible!… Me llevaron a comisaría y estuve desde el martes hasta un viernes encerrado. Yo pensé: ya está, ¡me meten en el trullo! Me acusaban de haber tirado proyectiles contra un coche de policía y de haber pegado a uno de los dos policías”.
Abdoulaye participó con otros 15 jóvenes (8 chicas y 7 chicos de entre 18 y 25 años) en la Intervención Sociológica que organicé durante el invierno de 2014 en el barrio de Les Bosquets. En ese momento tenía 25 años y trabajaba como animador en el patio de un instituto. Relató estos hechos durante la sesión número 5 dedicada al análisis de la relación entre los jóvenes y la policía. El invitado era un policía nacional “de los buenos”, como decían los jóvenes, uno de los pocos que ha escogido la prevención como prioridad de intervención en los barrios. En concreto, trabajaba en el Centre de Loisirs et de la Jeunesse de la Police Nationale, el único centro de prevención de la delincuencia que hay en la banlieue norte de París. En Madrid, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, también reuní durante el verano de 2014 a un grupo de 15 jóvenes (9 chicas y 6 chicos) con dos agentes tutores, miembros de la policía municipal y encargados de crear un vínculo entre la policía y el ciudadano.
En París, el agente de policía terminó la sesión confesando a los jóvenes su sorpresa por la violencia de los relatos de los jóvenes: 6 de los 7 jóvenes presentes en la sala habían sido maltratados físicamente por las fuerzas del orden en la calle, cuando les pedían la documentación, cuando volvían solos a su casa por la noche, cuando les paraban mientras conducían su coche o cuando pasaban el rato en el centro comercial del barrio con sus amigos. Por una vez, la situación se invertía y quien bajaba la cabeza y permanecía en posición reflexiva era el agente. Según él, las causas de esa agresividad por parte de la policía eran fundamentalmente dos. La primera es la idea enraizada de que en las banlieues aumentaba cada año la delincuencia y que los jóvenes son cada vez más violentos, por lo que los agentes deben actuar en grupo, ser contundentes y agresivos para evitar conflictos. Este nuevo paisaje hiperviolento parece dudoso cuando en el distrito 93, Seine-Saint-Denis, hubo 20 asesinatos en 2013, 4 más que en 2012 pero los mismos que en 2008 y 7 menos que en 2009. Además, en Francia desde hace 10 años los crímenes descienden de manera estable, como lo muestra este informe de la Documentation Francaise.
La segunda causa que nos explica el policía invitado es el cambio que supuso la nueva política securitaria implantada por Nicolas Sarkozy cuando era ministro del interior. “Se trataba de una policía que actuaba bajo el lema “la mejor prevención es la sanción”. Una política de tolerancia cero que tiene una consecuencia directa en la actuación cotidiana de los agentes ya que, a partir de 2003, estos tuvieron que demostrar su eficacia a través del número de multas, controles de identidad, registros y detenciones que realizaban a diario. Una cuantificación que recrudece el acoso hacia los jóvenes en la calle, acorta los tiempos en las investigaciones policiales y hace aumentar el porcentaje de falsos culpables. En estas circunstancias, el hecho de ser arrestado o maltrato por la policía se convierte para los jóvenes en un riesgo cotidiano. “Recuerdo un colega que salió de casa una mañana para ir a hacer un stage de profesor de fútbol y como llevaba las mismas zapatillas que uno al que estaban buscando, se lo llevaron directo a la cárcel”, cuenta un joven que trabaja por temporadas en el aeropuerto de Roisy.
Todos los jóvenes del grupo de Les Bosquets dicen no confiar en la policía y temer su violencia. Las chicas permanecen calladas buena parte de la sesión y finalmente dicen que a ellas no les paran ni les molestan, pero hablan de experiencias que también les marcaron en el pasado. “En mi casa entraron cuando yo tenía 9 años de pronto en el salón buscando a un tal Ndiaye. Buscaban al vecino de abajo que se apellida igual que mi familia porque también es senegalés. Uno de los policías encontró el Corán de mi padre y lo tiró al suelo y escupió encima. Me dio mucho miedo”, cuenta una joven de 24 años y estudiante de contabilidad. Desde que Sarkozy acabó con la policía de proximidad, la policía nacional ha roto completamente su relación de confianza con la ciudadanía, un vínculo que según Le Goff (2010:98) es algo fundamental para el buen funcionamiento de la democracia. Un hecho que indica el grado de desconexión entre las fuerzas del orden y la policía fue lo que pasó antes de los atentados de Charlie Hebdo. Dos meses antes del ataque, un matrimonio, de origen tunecino, vecinos de los hermanos Kouachi en Gennevilliers, decidió entrar por la fuerza en su apartamento mientras estos hablan salido a comprar. Llevaban tiempo oyéndoles rezar sin parar y estaban seguros de que tramaban algo. Efectivamente, en el piso encontraron un arsenal, pero tuvieron la mala suerte de ser sorprendidos por los Kouachi que les arrinconaron y les amenazaron de muerte si iban a la policía. La pareja guardó silencio hasta el día siguiente de los atentados, cuando llamó a un periodista del Canadiense De Globe and Mail para relatar lo sucedido. Sorprendentemente, los medios franceses no se hicieron eco de esta noticia, la cual revela que la confianza en la policía es muy escasa en determinados entornos.
En los suburbios de Madrid no se puede decir que el vínculo esté completamente dañado entre los jóvenes de origen inmigrante y la policía. Los jóvenes de San Cristóbal no dicen sentir desconfianza y miedo hacia la policía. Tampoco hacen una diferencia tan clara entre el trato de la policía cuando se la cruzan en el centro de Madrid o en San Cristóbal, como sí denuncian los jóvenes en París. Las violencias policiales en España, como también lo indica el último informe de Admitía Internacional, las sufren sobre todo los militantes de movimientos sociales y los inmigrantes indocumentados. “Cuando vemos un coche de policía sabemos que nos van a parar, por la pinta que llevamos… Somos negros y llevamos roba ancha, gorra, pantalones caídos. No falla. Pero como tenemos papeles no suele pasar nada”, cuenta un joven de 19 años y de origen maliano.
Los jóvenes hacen una distinción clara entre la policía nacional y la policía municipal.  De los segundos valoran su trato y su cercanía— “son como policías de barrio”— y su talante de diálogo y de ayuda a los vecinos. Los agentes tutores invitados les explican durante la reunión que el objetivo de la policía municipal es conocer la diversidad de vecinos que hay en cada distrito, sus problemas y dificultades para prevenir posibles conflictos. En algunos municipios de la Comunidad de Madrid se está tratando de gestionar la diversidad de otra forma. En Fuenlabrada se ha implantado un Servicio de Asistencia a las Víctimas por Delitos de Odio y los agentes cuando realizan controles de identidad entregan a las personas una recibo donde se les explican sus derechos y obligaciones. Esto ha reducido los controles a la mitad y ha creado una relación mucho más cercana con la comunidad y las minorías étnicas. Los agentes visitan las mezquitas, las sinagogas y las iglesias como parte de su rutina. El 27 de enero pasado, el delegado del área de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero, anunció que se pondrá en marcha el mismo servicio en toda la ciudad de Madrid.
A pesar de estos cambios, los jóvenes no creen que la policía pueda cambiar de mentalidad fácilmente. Según ellos, los agentes nacionales seguirán siendo agresivos, represivos y sobre todo racistas. Kawtar, una joven de 21 años y camarera en un restaurante explica una situación en la que dice haberse sentido humillada por la policía.
“Un día me atacaron en el restaurante en el que trabajo, una tía con una navaja y me hicieron un corte en un mano. Vino una ambulancia, me curaron y luego vino la policía nacional. Uno de ellos me pidió el DNI y se lo di. Entonces me dijo: “¡ah, que eres mora!”. Y me molestó, sabes, porque si te doy el DNI español es que soy española y no tiene por qué venir a decirme que si soy mora… ¡no viene a cuento!”.
Una prueba de que las cosas no han cambiado mucho es la reacción de uno de los agentes tutores al relato de Kawtar. El agente no entiende por qué la joven se siente ofendida y le pregunta por qué se enfada tanto si seguramente se trate de un apelativo que oye a diario. La joven le explica que eso para ella significaba un desprecio, un insulto, una discriminación: “no es lo mismo que me llame mora mi mejor amiga a que me lo llame la policía, ¿no cree agente?”, explicaba con determinación. Finalmente, los agentes aconsejan a Kawtar no sobrerreaccionar en esos casos, no darle importancia y sobre todo evitar la confrontación con la policía. En otras palabras, le explican que es mejor no señalar ni denunciar el racismo.
En esa sala, excepto Kawtar, nadie denunciaba claramente el racismo, sino al contrario, le la mayoría le restaba importancia. Dicen haber vivido situaciones parecidas, pero las aceptan como otra característica más del paisaje. Esta resignación podría ser propia del hecho de tener que ser los primeros en romper el silencio y de denunciar un maltrato que podría estigmatizarles aún más. Un silencio que sí rompieron los jóvenes franceses en los suburbios hace 35 años, tras la muerte de Ahmed Boutelja que fue disparado por un policía tres veces por la espalda en una banlieue de Lyon. El Movimiento Beur en los años 90, las reivindicaciones desde las asociaciones locales a finales de los 90, la creación de organizaciones políticas con representantes en instituciones locales como ACLe Feu después de las revueltas de 2005 y hoy organizaciones políticas como Les Indigènes de la République o el Collectif contre l’Islamophobie en France (CCIF) muestran que el racismo ya no puede esconderse y que ya no hay marcha atrás. Los jóvenes franceses de origen magrebí y subsahariano “han dejado de bajar la cabeza”, como explica un adulto de origen argelino que vivió su juventud en Les Bosquets. “Nosotros tratábamos de pasar desapercibidos, ocultabamos que éramos árabes, musulmanes. Hoy los jóvenes reivindican sus orígenes, su religión, su color de piel. Han dejado de estar acomplejados y denuncian la violencia de la policía”.

Fue lo que hizo Abdoulaye tras ser arrestado. Tuvo la suerte de que su vecino, el realizador de televisión Ladj, llegaba a su casa en el momento en que la policía le daba los últimos golpes y grabó lo sucedido. El caso fue muy mediático, el video distribuido y la denuncia de Abdoulaye hizo que la violencia tuviera consecuencias: ambos policías fueran inhabilitados y condenados a cuatro meses de prisión. El  2 de febrero en Aulnay-sous-Bois (Seine-Saint-Denis) Théo, un joven de 22 años, fue maltratado e incluso sodomizado por un policía con una porra. La policía francesa de nuevo se ha equivocado, pero ya no hay silencio. La denuncia tanto mediática, como de los movimientos sociales y en general de los ciudadanos individuales a través de las redes sociales se oye a un volumen tan alto que será difícil para la justicia mirar hacia otro lado. La violencia policial en las banlieues continuará si la policía en estos barrios sigue comportándose como un ejercito en una zona de combate, pero las víctimas parece que ya no se volverán a callar. En España la confianza se está construyendo poco a poco en ciudades como Madrid. Veremos si está tendencia se consolida en futuro.

La vida es dura, Gestionar la frustración es importante y necesario.


Los niños que no toleran las desilusiones pueden convertirse en adultos "emocionalmente discapacitados". Así puedes evitarlo..
Los niños, especialmente los más pequeños, tienen conductas que son consideradas por los adultos como egoístas o egocéntricas. Y, efectivamente, así es, sin embargo, es necesario quitarle a esa forma de comportarse la connotación social o el juicio peyorativo que nosotros ponemos. Este forma parte del desarrollo normal del ser humano que va alcanzando progresivamente mayores niveles de madurez neurológica, tanto a nivel motriz como intelectual o cognitivo. 
Entre los tres y los seis años, los niños se consideran el centro del mundo, los demás no existen. A esta edad la capacidad empática es aún un proceso muy precario e indefinido y no es hasta los seis años cuando se inicia la etapa de la empatía cognoscitiva o la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva del otro, que alcanzará su madurez definitiva en torno a los 10-12 años con la empatía abstracta o social.

Algunos de los comportamientos típicos de niños que no han aprendido a gestionar la frustración son:
  • .- Agresividad: reaccionan de forma agresiva o con rabietas cuando sienten frustración.
  • .- Abandono de la tarea, no persisten.
  • .- Impaciencia e impulsividad.
  • .- Búsqueda de refuerzo o gratificación inmediata.
  • .- Demandan de forma exigente.
  • .- Pensamiento polar o radical, poca flexibilidad.
  • .- Intolerancia al error o al fracaso.
  • .- Dificultad para adaptarse a los cambios.
  • .- Ansiedad.
  • .- Inseguridad.
La vida frustra. Por ello es imprescindible tolerar la frustración y eso se aprende. Hay niños con tendencias de personalidad que estarán más predispuestos y otros más resistentes, pero esta es una aptitud, una habilidad que como tantas otras necesita modelaje y herramientas para ser incorporada.

No ser capaces de tolerar la frustración nos convertirá en adultos emocionalmente discapacitados, ineptos vitales. La vida va a traer frustraciones sí o sí, no siempre nos va a dar aquello que deseábamos incluso esforzándonos mucho. Esto es una realidad y no preparar a nuestros hijos para ello es debilitarles, es dejarles sin recursos de afrontamiento

El respeto al profesor. Entrevista

Es, según Inger Enkvist, la clave del éxito educativo en Finlandia.








Se ha convertido en uno de los sistemas más admirados del mundo 
por sus buenos resultados y su calidad.
Al hablar de educación siempre miramos al modelo educativo finlandés.
¿Cómo es la educación de este país nórdico?
Imagen de la pedagoga sueca Inger Enkvist
en la charla de la Universidad Internacional de La Rioja. UNIR
Inger Enkvist es catedrática de español, y asesora del Ministerio de Educación sueco. Está casada, tiene dos hijos y cinco nietos. Para ella la educación debería estar por encima de la política de partido.
La ensayista y pedagoga sueca es experta en la comparación de sistemas educativos occidentales, y el pasado martes dio en Logroño una conferencia titulada Los secretos del milagro del sistema educativo finlandés, organizada por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).



En el programa La Ventana Inger Enkvist ha explicado las causas fundamentales del éxito educativo finlandés. 

Este es un resumen de la interesante entrevista:

¿Cuál sería, en tres o cuatro palabras, o conceptos básicos, la clave de este éxito del modelo de Finlandia al que siempre miramos?
En Finlandia la docencia está considerada cómo una de las profesiones más respetadas.
Lo más importante es la calidad de los profesores. Los jóvenes que se dedican a la docencia están entre los mejores que salen del bachillerato.

¿Ese respeto incluye reputación social, retribución económica…?
Sí. Sobre todo incluye el respeto social.
La retribución se podría decir que es normal para gente con una larga preparación universitaria. Nada del otro mundo, pero muy decente.

¿Hay muchos profesores interinos, de esos que tres días antes de empezar el curso no saben si les tocará en un pueblo, o en una ciudad a 500 kilómetros?
Hay algunos, pero quizás no tantos como en España. Hay puestos fijos y los profesores no se mueven tanto.

¿Qué deberíamos cambiar para intentar parecernos al modelo finlandés? ¿Dónde está la clave? ¿En los recursos económicos, en la mentalidad de los  padres, de los profesores, de los alumnos?
Es muy complejo -explica Inger Enkvist-, y no se puede dar una sola respuesta.
Es importante el tener una meta clara en la educación. La base del éxito finlandés es que tanto los alumnos como los padres respetan al profesor, respetan al sistema educativo. Y el Estado también respeta al profesor.
Todos los que se mueven en el ámbito de la educación tienen, más o menos, la misma meta. Es algo fundamental.

¿Sería posible traspasar el modelo educativo finlandés a España?
Podría funcionar. Depende de si realmente hay voluntad de hacerlo.
Hay un informe muy famoso, el informe McKinsey. Está el número 1 y el número 2. En el número dos se dan ejemplos de países o regiones que han cambiado su nivel educativo en unos seis años. Es posible.
Imagen de la serie Pippi Calzaslargas

¿Por ejemplo? ¿Qué países o qué regiones?
Los países bálticos, Colonia, Alemania, y regiones como Minas Gerais en Brasil. Es posible si realmente se quiere cambiar.

¿Cuántos niños hay por aula, como máximo, en la escuela de Finlandia?
En general hay 25 alumnos.

¿Hacen deberes los niños al salir de clase?
Sí.

¿Cuántas horas de deberes hacen cada día?
Varía según la edad. Normalmente les enseñan a hacer deberes desde el primer año. Pero entonces son deberes muy breves. Se piensa que es una costumbre útil aprender a tener algo que hacer cada tarde.
Hay ahora una campaña de publicidad que se está emitiendo en España, de la marca sueca IKEA, que anima a que haya menos deberes para que los padres puedan compartir con los hijos las tardes y las cenas. Obviamente estamos hablando de interés comercial de una empresa que vende mesas  para las cenas.
Pero el mensaje es bueno: menos deberes.

Para Inger Enkvist esto es una tontería.
Claro que es muy importante compartir la cena y conversar durante la cena. Nadie tiene nada en contra de eso. Pero el tema de los deberes es algo más complicado de como se explica en España.
Lo ideal es tener clases con un profesor inteligente y que haya concentración por parte del alumno.
Debe haber buenas clases, concentración, y después recreo. De nuevo clase, concentración, recreo… Y por la tarde ha de haber recreo y también un rato para hacer los deberes. Y cenar con la familia si es posible.

Ilustración de Robert Neubecker
Entonces, la opinión respecto a esta campaña que está en marcha en España, de huelga de deberes los fines de semana del mes de noviembre…
Es un disparate. Ningún país con altos niveles educativos prescinde de los deberes.
Lo que hay que añadir es que los deberes pueden ser más o menos inteligentes.
Si el profesor manda hacer deberes muy mecánicos, aburridos, rellenar páginas en un libro de ejercicios… quizás no sean tan estimulantes.
Un buen profesor varia los deberes. Propone tareas que hagan reflexionar al alumno. Así que no son los deberes en sí, sino la calidad de esas tareas.

Volviendo a lo que Inger Enkvist decía al  principio:
La clave principal es el respeto a los profesores y el respeto al sistema educativo.
Hoy por hoy, aquí, no vamos muy sobrados de eso.

Sobre los deberes y la huelga, Carta.

Respuesta a David. 


Heike Freire
"La huelga no es ir en contra de los profesores, 
de hecho muchos la apoyan, 
sino a favor de los niños y las niñas..."

Estimado David: 
Dices que te surjen muchas dudas y me preguntas mi opinión sobre los deberes. Aunque ya la he expresado en varios lugares, voy a decirte lo que pienso al hilo de un par de intervenciones que últimamente se han expresado en contra de la huelga en las redes.

Personalmente, estoy a favor porque creo que suscita dudas y preguntas, justo lo que te ha pasado a tí, y aunque a veces sean incómodas, pienso que reflexionar sobre algo, no darlo por cerrado y evidente siempre es saludable. Pero tengo varios amigos, algunos profesionales a los que admiro, que están en contra y respeto su opinión, y cuando podemos debatimos. 
Porque si en algo estoy de acuerdo con esta madre es en la necesidad de diálogo que tenemos en este país...También creo que tiene mucha razón cuando señala lo negativo que es para niños y niñas que convirtamos su vida en un campo de batallas adulto: con la pareja, con los abuelos, con los profesores...
Es verdad que a veces somos inmaduros, proyectamos nuestras insatisfacciones sobre los pequeños y los utilizamos para no enfrentar nuestras debilidades, nuestros miedos. Pero, afortunadamente, la mayoría intentamos hacerlo lo mejor posible. 
Me parece que tanto padres como profesores y también los niños y niñas, merecemos todo el respeto, y es fundamental que trabajemos juntos, codo con codo, en la educación de las criaturas y en nuestra propia educación. 
Como ya he señalado, desde mi punto de vista la intención de la huelga no es ir en contra de los profesores, de hecho muchos la apoyan, sino a favor de los niños y las niñas. Y en este sentido, si las batallas no son saludables para ellos, la disensión y el diálogo sí que lo son: mostrar cuando estamos en desacuerdo es ser un buen modelo, dar un magnífico ejemplo. Si no decimos lo que pensamos, con todo el respeto, les estamos enseñando a callar sus propias ideas y sentimientos, en lugar que se sientan libres para expresarlas, en una sociedad más igualitaria y democrática. Pero como te decía, es una cuestión muy personal. 
Generalmente, nos referimos a nuestro pasado, a nuestra propia infancia para hallar una respuesta, y si nuestra educación ha sido convencional, con deberes y exámenes y no nos ha ido demasiado mal, concluimos que deben ser buenos. Quienes hemos tenido la suerte de vivir otra escuela, aunque fuese solo unos pocos años, sabemos que se puede aprender, incluso mejor, con mayor bienestar, sin todas esas cosas. Una de las principales razones por las que estoy en contra de los deberes, en general, es porque nunca he visto a un niño o una niña que estuviera feliz haciéndolos. Y sin excepción, todas las niñas y niños con los que he hablado, hecho entrevistas, grupos de discusión etc, siempre me han dicho que son demasiados (la presión académica que soportan los niños y niñas de hoy no tiene comparación con la que recibíamos antes), que les parecen repetitivos y aburridos, que no suelen estar coordinados entre los profesores y que les quitan tiempo de juego y descanso. 

Sobre la presión recuerdo a un niño que me dijo: si no hago los deberes y saco buenas notas, de mayor seré mendigo y tendré que dormir en la calle. Hace tan solo unos días en Perú, cuando les pregunté a unas niñas que llevaban uniforme si preferirían ponerse pantalones en lugar de falda, me contestaron que sí pero que nunca lo harían porque les bajarían la nota o las suspenderían. No creo que sea bueno para los niños que vivan, crezcan y se eduquen con miedo. 
Después está la situación particular de cada familia (a algunas les sirven tal vez, a otras se les quedan cortos y a otras posiblemente les sobrepasen), así como el tipo de tareas que se plantean, su sentido etc. Hay muchas cosas que revisar, y estoy totalmente de acuerdo con Jaume Funes en que deben convertirse en una vía más para transformar la escuela, para adaptarla cada vez más no a lo que pensamos los padres y madres, ni los profesores, ni los políticos de turno, sino a las necesidades auténticas de cada niño y de cada niña. Como ves podría seguir escribiendo sobre esto toda la noche, pero tengo que descansar. Espero que te sirva. Un fuerte abrazo a toda la familia

Heike Freire

La defensora de los derechos de los niños que apoya el trabajo infantil.

   Patricia Ruiz, 
      



Tania Pariona, lider indígena y de los derechos de los niños y niñas trabajadoras de Latinoamérica y diputada del Frente Amplio de PerúLa diputada indígena peruana Tania Pariona, líder de los derechos de los niños y niñas trabajadoras de Latinoamérica y diputada del Frente Amplio de Perú. 

Tania asegura que "siempre que sea digno, el trabajo infantil puede ser positivo para los niños".

"Diferenciamos entre la explotación y otras formas de trabajo en las que los niños tienen poder de decisión y un papel importante para su país y su familia".

"Un niño trabajador es visto siempre como un pobre, excluido y explotado, pero nadie cuestiona en Europa que un niño sea actor".

Captura del documental de los niños trabajadores de Bolivia.
Vídeo: Polémica sobre la ilegalización del trabajo infantil en Bolivia
Cuando tenía 10 años, Tania Pariona trabajaba y estudiaba. 

El peso de esa experiencia, asegura, recae sobre su defensa del empleo infantil en condiciones dignas. Sus recuerdos de aquella época, en la que se organizaba con sus compañeros para defender sus derechos por sí mismos, le empujan a cuestionar desde el Congreso peruano el "paternalismo" con el que, dice, suele observarse a los niños trabajadores. 


La diputada indígena peruana y líder del movimiento de los niños y niñas trabajadores de Latinoamérica defiende que no se incluya en el saco de la explotación infantil muchos trabajos que, en su opinión, "dignifican a los niños, les hacen crecer en valores y mejoran su desarrollo educativo".

Insiste en que bordar tejidos durante su niñez le permitió aprender el arte de sus antepasados indígenas. Vender gelatinas en el mercado, añade, contribuyó a comprar su material escolar. "Lo hacía porque quería, y lo hacía feliz", reitera la líder indígena. En ningún momento dejó de estudiar. 

No siempre ocurre así. Alrededor de 17 millones de niños indígenas trabajan en América Latina en labores agrícolas o desempeñan en las ciudades actividades domésticas, en la construcción o como vendedores ambulantes, según datos de la OIT. "Parte de ellos pueden estar sometidos a labores que se identifican dentro de la explotación infantil", recuerdan desde la Agencia de la ONU para la Infancia.

La distribución que Unicef considera necesaria para el correcto desarrollo de un niño consiste en ocho horas para estudiar, ocho horas para jugar, ocho horas para dormir. "No es que un niño no pueda ayudar a sus padres en una tienda los sábados por la mañana o colaborar en el campo, pero hay que tener siempre en cuenta que si está trabajando, alguna de esas tres partes se resiente", puntualizan desde Unicef.

Invitada a Madrid por Podemos, Tania  Pariona responde a las preguntas de eldiario.es para exponer su enfoque y explicar sus diferencias con respecto al punto de vista de otras organizaciones. Incide en diferenciar entre trabajo infantil en condiciones de explotación y el empleo digno, reiterando que la clave de la protección de la infancia está en ellos mismos: "Basta con saberles escuchar".

¿En qué se diferencia el discurso de su colectivo sobre el trabajo infantil del que hacen otras organizaciones como la OIT, el Banco Mundial o Unicef?
La consideración de la niñez que hacemos nosotros es distinta. Actualmente el discurso sobre la infancia es muy paternalista, sobreprotector y adultocentrista. El niño es visto como un objeto de sobreprotección, sin capacidades, no preparado, incapaz. Su opinión no vale. Y con ello se invisibiliza la capacidad de los niños para ser actores que construyen y defienden sus propios derechos, que eligen. La escucha y el derecho a participación de los niños en la sociedad actual están anulados.
En este sentido, un niño trabajador es visto como un pobre, excluido, explotado y, además, sin capacidades. Y esto no siempre es así. Se asocia al niño que trabaja con aquel que no va a la escuela, sin futuro, y todos esos clichés que, por lo general, han tenido un impacto fuerte dentro de la manera de abordar las políticas públicas de protección de la infancia.

¿Por qué no abogan por la abolición del trabajo infantil?
El trabajo infantil en sí mismo no es malo, pero sí algunas formas en las que se da. Ahí es cuando hay que denunciar y condenar la explotación. Nadie está de acuerdo con que se explote a los niños en ningún contexto. Pero tampoco se puede echar en el mismo saco todas las formas de trabajo, sin diferenciar cuáles pueden contribuir a la educación de estos niños, porque algunas pueden sumar al desarrollo de su conocimiento y sus capacidades.

¿En qué casos consideran positivo que un niño trabaje?
Bueno, pensemos en los niños en el campo, por ejemplo. En zonas donde la agricultura es la base de la subsistencia, ellos van creciendo y aprendiendo colaborando en la chacra, aprendiendo de las labores que hacen sus padres. Ese aprendizaje es mucho más que solo verlos labrando la tierra, porque tiene que ver con su entorno, su cultura, la relación del hombre con la naturaleza, con las responsabilidades que van adquiriendo en un contexto familiar y comunitario.
Nuestra crítica pasa precisamente por saber diferenciar entre aquellas formas de trabajo que sí son explotación, y otras en las que los niños tienen poder de decisión y una autoría importante para su país y su familia. Y no pierden su dignidad, por supuesto, sino todo lo contrario. Yo cuando era niña crecí en un espacio organizativo. Trabajaba y estudiaba a la vez, y eso me permitió educarme en valores y en derechos, en reciprocidad y hermandad con otros niños y otras culturas.
[La OIT reconoce que "no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar". En su último informe, la organización señala que "la participación de los niños en trabajos que no atenten contra su salud y desarrollo personal ni interfieran en su escolarización se consideran positivos. Ver también reciente doc de la OIT "Abordaje contra el trabajo infantil desde el Mercosur. Sistematización de la experiencia regional en prevención y erradicación del trabajo infantil" ].

La infancia es un colectivo especialmente vulnerable, ¿cómo se garantiza que no se les exponga en mayor medida a situaciones de explotación en un entorno laboral?
Yo no diría que la infancia es vulnerable, sino que está en una situación de vulnerabilidad. No es que sean de por sí seres indefensos, sino que los estados no garantizan sus derechos adecuadamente. En Perú, por ejemplo, tenemos una política nacional de protección de la infancia, con un plan escrito y concreto, pero que no está ni presupuestado.
Para mejorar esto hay que escuchar a los niños, dejar que se organicen. Un ejemplo de buena práctica en este sentido, también en mi país, es el de los 'CONOS', en Lima: consejos de niños y adolescentes dentro de las autoridades municipales, donde ellos mismos ponen la agenda de las cosas que les afectan, son consultados y opinan sobre las medidas políticas que les afectan.

¿Dónde está la línea roja en el trabajo infantil?
En el trabajo digno. Porque la explotación no es un trabajo, es explotación. Para que un trabajo sea digno para un niño debe tener garantizados todos sus derechos: acceso a la educación, a la sanidad, a la salud, a ser escuchados y a participar.
Si esto se logra, el trabajo permite el crecimiento de las capacidades de un niño, no las limita. Siempre que ellos decidan, claro. Porque trabajo digno también es eso: cuando un niño opta, elige, se siente feliz porque nadie le impone y nadie le dice "a ti te toca hacer esto". 

¿Y eso cómo se logra? ¿Cómo se asegura que un niño trabaje porque quiere y no por una situación de pobreza o necesidad?
Es evidente que hay contextos en los que esas situaciones de necesidad se dan, y tiene que ver con un problema de pobreza estructural. ¿Cómo se mide la libertad de un niño en esos casos? Yo creo que haciendo más estudios cualitativos que evalúen las circunstancias, para saber en qué medida estos chicos tienen opción de sentirse bien y de decidir.
En mi caso, por ejemplo, nunca tomé como obligación contribuir a la economía familiar, lo decidí libremente. Mi mamá tenía un puesto en el mercado donde vendía quesos y gelatinas, y yo quise ir a vender a las losas deportivas porque sabía que ahí habría más compradores. Conseguí vender en un día unos 200 helados, apenas gané 20 soles (unos 10 dólares), pero me sentí superbien porque sabía que con eso podía contribuir a que todos juntos tomásemos algo un domingo, o a tener más útiles en la casa.

Su postura es crítica con la prohibición de todas las formas de trabajo infantil. Hablan de excluir la explotación, pero, ¿por qué no concretan límites en la edad mínima o el tipo de trabajo?
Porque hay realidades que sobrepasan los marcos legislativos, y no por ello podemos invisibilizarlas o hacer que el Estado no cumpla con su responsabilidad política. ¿Qué pasa con los niños que trabajan con menos de 14 años, la edad mínima legal para trabajar en Perú? ¿No existen? ¿Están desprotegidos? ¿Son niños a los que hay que borrar? ¿A los que hay que sacar de las calles? Eso es por lo que se está optando ahora, una limpieza social. En lugar de proteger sus intereses y estudiar sus casos, los estamos tratando como un estorbo, porque están "faltando a la imagen pública del país".
Sobre las formas de trabajo, a veces tiene que ver con lo que está bien o mal visto. ¿Qué ocurre, por ejemplo, con los niños actores? ¿Por qué esas formas de trabajo no entran en la discusión sobre el trabajo infantil? Claro, les vemos actuar y nos encanta, pero lo que hacen es trabajo también. Nadie pone en duda en estos casos que lo que están haciendo les está aportando cosas buenas, y que pueden estudiar a la vez.
¿Condiciona el trabajo infantil las oportunidades de futuro de ese niño?
Cuando escucho algunos discursos de la OIT o el Banco Mundial, en los que se tacha al niño que ha trabajado como un niño fracasado, no es tan cierto. Los jóvenes de mi generación que hemos estado involucrados en el movimiento por la defensa de nuestros derechos como niños y trabajadores hoy estamos mucho más comprometidos con el cambio social, hemos accedido a estudios superiores y alcanzado niveles grandes de profesionalización. 
Limpiabotas, niños que vendían helados en la zona, vendedores ambulantes... hoy son chicos profesionales, antropólogos, facilitadores de procesos, etc. En todos esos casos, el hecho de haber trabajado y haberse organizado para defender sus derechos como niños trabajadores ha hecho de ellos mejores ciudadanos.

¿Es posible compaginar los trabajos de estos niños con el colegio sin que esto repercuta en su rendimiento?
Depende mucho de los horarios. Yo, por ejemplo, trabajaba en mis días libres y los fines de semana, pero siempre tenía y sabía que debía responder a la escuela. Claro que es posible, y no es una carga o una obligación. Muchos se sorprenderían al hablar con ellos y ver cómo estos chicos se organizan tan bien ellos solos, sin que sea una carga.
Yo invito a todo el mundo a que conozca la situación a través de lo que explican ellos. Solo así podemos evitar un discurso sesgado y conocer las realidades de las infancias, porque no hay una única infancia homogénea y monocultural.

El discurso actual y legislativo sobre el trabajo infantil y la protección de la infancia, ¿tiene en cuenta esta multiculturalidad de la infancia?
No siempre. Recuerdo un profesor de una escuela rural que estaba en contra de que los niños aprendieran el arte de su pueblo porque decía que "eso ya no servía". Pese a que es el saber más cercano y que tiene un vínculo identitario enorme para el niño.
En las políticas públicas hacemos algo parecido. Estamos asistiendo a un discurso mayoritario que construye cómo debe ser la niñez a partir de un único niño modelo, basado en una visión casi europea. Así estamos creando niños sin voz, invisibles.

Isidoro Martínez planta cara a la reválida. Video entrevista. 246.000 firmas contra las reválidas


Fuente La Sexta 
El Intermedio

Tres estudiantes de 14 años han recorrido 650 kilómetros en autobús desde Cádiz hasta Madrid para entregarle al Ministro de Educación 246.000 firmas contra las reválidas.

Los jóvenes creen que estas pruebas pueden cerrar las puertas de la universidad a miles de alumnos que durante años han obtenido buenas notas. "Es una barrera más, un examen que limita el futuro", explican.

Acceso al Video de la entrevista 
de Gonzo en El Intermedio, La Sexta


Sin embargo, es una idea que no comparte Méndez de Vigo, quien ha accedido a reunirse con ellos en su despacho. "Él piensa que esto puede llegar a motivar al alumno para que estudie, pero nosotros no pensamos eso", comenta uno los jóvenes.


Con el nuevo decreto, a partir del curso 2017-2018, los alumnos tendrán que aprobar las reválidas de la ESO y de bachillerato para obtener los títulos de cada etapa y poder pasar a la siguiente. El actual año académico será de transición.

Ana García, portavoz del Sindicato de Estudiantes ha recalcado que es algo "totalmente injusto porque incluso estudiantes que hayan aprobado todas las asignaturas, tanto de la ESO como del Bachillerato, verán negado, no solamente la posibilidad de seguir estudiando, sino el propio título". Además, ha añadido que así "quedas completamente fuera".

El curso arranca plagado de incertidumbre. 
Desde la CEAPA, José Luis Pazos, asegura que no saben "cuándo, cómo, con qué contenidos, con qué metodología ni cómo se van a evaluar" las reválidas.

Mientras tanto, la comunidad educativa planea nuevas movilizaciones contra la política educativa del Gobierno. 

Intervenciones y comentario (algunos) 
en el Foro de facebook de esta noticia en Diario.es

Gerardo Abascal Perez 
La cultura es poder ,los niños tienen un gran aliado las redes ,estoy convencido esta generación no necesitas mas que internet ,es el mejor medio lo tienen todo,ciencia,física,libros,etc.la capacidad de cada cual determinara su nivel académico,el futuro es de ellos ojala cambien la firma de gobernar el mundo,un saludo

Los quieren manipulables y dociles, con trabajos precarios.
Los jovenes deberian salir en masa cuando hay votaciones, esta en juego su futuro.

Benjamín M Iglesias Pero que BANDA de sinvergüenzas, chorizos, mafiosos y mentirosos, son unos prepotentes y creen q el hecho de tener un puñado de votos más, en su saca, se creen q tienen derecho a tratarnos a todos, como imbéciles.

Adela GP Lo del lenguaje corporal es digno de estudio y de ser resaltado, no solamente en este tipo, en muchos otros como él, q se repanchingan en los sofas como si fuera el del salón de su casa. Tertulianos, políticos, y muchos otros.

Ricardo Martinez Tomas Y que esperaban....en este pais de ladrones y sinvergüenzas??

Lola Ruiz Gonzalez No os dejéis engañar. Habéis sido muy valientes y todos los españoles con una cierta sensibilidad hacia el bien y el futuro de nuestro país, os agradece vuestra valentía y concienciación. Gracias

Vicky Cabanas Seijas El lenguaje corporal de ese impresentable habla por él...... Las prepotencia que muestra ante los estudiantes, es ofensiva.....

Antonio Bayo Datos de la OCDE España (la cuarta potencia europea) recortes en educación 7 500 millones de Eur/ PIB 4,2 media europea 5,2 , por detrás de países tan pobres como Grecia o Portugal.

Gil Carmen Caballero Bravo, buena generación que merecen "despejemos el camino de trastos inútiles" y no pierdan el tiempo que precisan para su formación, ánimo y adelante...

Nuria Fernández Fernández Estos jóvenes nos demuestran que el mundo funciona pese al gobierno en funciones. Sí se puede.

Joaquin Blazquez Lopez En vez de copiar a países donde la educación es puntera, digase Finlandia y alguno mas, en vez de eso, ponemos en marcha la máquina del tiempo y retrocedemos 60 o 70 años atrás. Y luego se quejan de no poder formar gobierno.

Mp Miguel Acaso creian que les iban a hacer caso?se llevan riendo de todos nosotros muchos años,no les importamos nada,la gente de a pie somos subditos a sus ojos,asi que hasta que no los larguemos no hay nada que hacer,seguiran amargandonos la vida

Francisco Sanchez Esto es una muestra mas de la poquísimo vergüenza de Ministros del Gobierno en suma. Solo esto seria suficiente para que, al menos , UnidosPodemos y Psoe y los que quieran sumarse, se unan y desbanquen a estos canallas y sinvergüenzas del Gobierno. Les...

Eloy Alonso Navarrete No me creo que les haya mentido porque, en caso de que se demostrase que ha sido así, dimitiría inmediatamente como es norma en el PP.

Jose Ramon Moracho Sanchez Simplemente la fotografía muestra como ha podido ser la reunión. La postura lo dice todo: el ministro repanchigado y en tono paternal, y los estudiantes acobardados

Joan Anton Forcada Cuidado chavales éstos solo saben MENTIR,y liaros a la mas mínima,son unos sinverguenzas disfrazados de corderitos,pobrecitos,y a la que pueden te saltan al cuello.

Alejandro Martinez Martinez el ministro pasa del tema los del PP creen con derecho de pernada

Pilitxo Perez Los vió jovenes y pensó a estos me los meriendo pero han sido listos y nos han hecho ver (una vez más) que tipo de gentuza tenemos en el gobierno.

Antonio Perez Rocoso Que os pensabais, no les interesan chicos como el, los quieren analfabetos y manipulables.

Nila Ruiiz Es una vergüenza que padres de familia puedan dar sus votos al PP FASCISTA FRANQUISTA," quienes quieren quitarles a sus hij@s tener las mismas oportunidades que la clase capitalista, burguesa y caciquil.Un capitalismo burgués y caciquil que sus hijos no han de estudiar si no balen para sacar una carrera," pues sus papas se la compran...Lamentable...

Juan López Aguilar Y que esperais de los descendientes de Franco!!!!!!!!!!!!!! mentiras y engaños

Marian Marti Diego Muy bien chavales con dos cojones adelante muchos estamos a vuestro lado....seguir


Isabel Cortizas Gomez Nos toman a todos por todos y no todos nos creemos sus engaños..bueno algunos si..claro y esos son sus votantes...

Antonio Gomez Villalba Que sigan recogiendo firmas haber si los echamos pero no solo del gobierno también del país

Maria Angeles Martinez Munoz Este joven ha experimentado la prepotencia de la clase dirigente. Espero la experiencia le sirva cuando tenga la edad de votar

Nani Navarro Molina Ole x la madurez de esos adolescentes que comienzan a luchar x sus intereses. Quizá sea verdad que otro mundo es posible y ellos lo están construyendo.

Manuela Chga les habran dado la informacion a ver si la erronea es la que tenia el jajaj

Maribel Alonso Rodriguez Después de esta reunión más recortes en educación porque se habrán dado cuenta de que los estudiantes saben más de lo que conviene al PP

Dory Paz Animo a estos chicos, que sigan adelantes, esta ley tenemos que cambiarla entre todos.

Fernando Rubio Gracias a esta iniciativa he recuperado un poco la fe en los jóvenes de mi país.

Encarni Lozano Francés AL PP HAY QUE ECHARLOS YA! Y DEROGAR LA LOMCE. ESTAMOS EN ELLO.

David Ortolá Noguera Deberían haber llevado abogado, a estos hijos de puta les da igual que sean niños.
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