La quinta edición del informe sobre el Estado del Aire en el Mundo, conocido como SoGA, realizado por primera vez en colaboración con UNICEF, concluye que la contaminación atmosférica causó 8,1 millones de muertes en todo el mundo en 2021. Además, concluye que los niños y las niñas menores de cinco años son especialmente vulnerables, con efectos sobre la salud como el nacimiento prematuro, el bajo peso al nacer, el asma y las enfermedades pulmonares.
En 2021, la exposición a la contaminación atmosférica se relacionó con más de 700.000 muertes de niños y niñas menores de cinco años, lo que la convierte en el segundo factor de riesgo de muerte en el mundo para este grupo de edad, después de la malnutrición. 500.000 de estas muertes infantiles estaba relacionada con la contaminación del aire en los hogares debido a la cocción en interiores con combustibles contaminantes.
La contaminación atmosférica procede de la quema de combustibles fósiles y biomasa en sectores como el transporte, los hogares, las centrales eléctricas de carbón, las actividades industriales y los incendios forestales. Estas emisiones no sólo afectan a la salud de las personas, sino que también contribuyen a los gases de efecto invernadero que están calentando el planeta. Las poblaciones más vulnerables se ven afectadas de forma desproporcionada tanto por los riesgos climáticos como por el aire contaminado.
Neumonía, asma y otros efectos
Algunos de los mayores efectos sobre la salud de la contaminación atmosférica se observan en la infancia. Los niños y las niñas son especialmente vulnerables a la contaminación atmosférica y los daños de ésta pueden empezar en el útero, con efectos sobre la salud que pueden durar toda la vida. La exposición de los niños y niñas a la contaminación atmosférica está relacionada con la neumonía, responsable de uno de cada cinco muertes infantiles en el mundo, y con el asma, la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en los niños mayores.
En este mismo sentido, desde Children The City, advierten de que “la evidencia es absolutamente condenatoria: la salud de los niños se está viendo dramáticamente afectada por contaminantes del aire que tienen un impacto devastador en la salud de la raza humana y se convierten en el segundo factor de riesgo de muerte a nivel mundial”. En referencia al informe SoGA enfatizan que el grupo de edad de menos de cinco años es particularmente vulnerable a los efectos en cadena, entre ellos el nacimiento prematuro, el bajo peso al nacer y los problemas pulmonares. enfermedades.
“La salud de los niños se está viendo dramáticamente afectada por contaminantes del aire que tienen un impacto devastador en la salud”
“A pesar de los avances en la salud materno infantil, cada día mueren casi 2.000 niños menores de cinco años debido a los impactos en la salud relacionados con la contaminación del aire. Nuestra inacción está teniendo efectos profundos en la próxima generación, con impactos en la salud y el bienestar para toda la vida”, afirmó Kitty van der Heijden, directora ejecutiva adjunta de UNICEF. “La urgencia global es innegable -continuó-. Es imperativo que los gobiernos y las empresas consideren estas estimaciones y los datos disponibles localmente y los utilicen para informar acciones significativas y centradas en los niños para reducir la contaminación del aire y proteger la salud de los niños”.
Una preocupación también para ellos y ellas
Desde el Grupo asesor de Medioambiente de UNICEF, no pasan por alto esta realidad y se muestran preocupados de que no todo el mundo tenga en cuenta esta crisis climática. En concreto, piensan que en general muchos chicos y chicas no están interesados en el tema, no están suficientemente informados (convenientemente, tal vez por culpa de la desinformación) y también pueden pensar que no les afecta tan directamente. El negacionismo climático también preocupa a los jóvenes, niños y niñas más comprometido con este tema.
Desde el grupo quieren generar más conciencia sobre ello y reivindicar que el movimiento climático debe ser inclusivo. Entre los temas que quieren trabajar a partir de septiembre está reducir la desinformación o el desinterés sobre el cambio climático y generar contenido práctico para que todo el mundo esté concienciado.
Una realidad que concuerda con lo que advierten muchas otras organizaciones internacionales. Desde ISGobal advierte de que “nuestra población más joven y vulnerable, que es nuestro futuro, no dispone de los entornos que merece y que necesita para crecer bien. La mayoría de los niños y niñas viven en ciudades que son focos de contaminación atmosférica. Y, además, pasan hasta una cuarta parte del día en escuelas que suelen ser ‘puntos calientes’ urbanos de exposición medioambiental, en zonas densas y muy contaminadas. Esta situación en las ciudades es especialmente grave. Se calcula que el 33% de los casos de asma infantil en Europa pueden atribuirse a la contaminación atmosférica.
“La salud mental de los y las adolescentes también se ve afectada, ya que los estudios demuestran que la exposición a la contaminación atmosférica”
Los efectos más graves también pasan por la afectación de la memoria y las dificultades e el aprendizaje de los niños y niñas. Así lo constata un estudio realizado en Barcelona que relaciona directamente la contaminación atmosférica en sus escuelas con su desarrollo cognitivo. “La salud mental de los y las adolescentes también se ve afectada, ya que los estudios demuestran que la exposición a la contaminación atmosférica está asociada a síntomas de depresión, ansiedad, trastornos psicóticos y una peor salud mental general”, explican.
El camino a recorrer para mejorar eta situación puede verse en iniciativa de toda Europea como la campaña de Clean Cities, la iniciativas Streets for Kids o y Schools Streets. Trabajando en diferentes sectores para hacer frente a la contaminación atmosférica se puede marcar un cambio significativo en la infancia con beneficios duraderos.
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