Sobre la desinformación y la enseñanza

La desinformación debería ser una asignatura más en la educación en las escuelas, al mismo nivel que leer, escribir o matemáticas., y concluye que es crítico que los escolares del país desarrollen las habilidades para discernir hechos de ficción y mantenerse seguros y bien informados.

 Enrique Dans

La llamada media literacy es, sin duda, una necesidad fundamental en los tiempos que vivimos. Se calcula que más de setenta países en todo el mundo han experimentado ya campañas organizadas de desinformación, en algunos casos con resultados desastrosos. La desinformación con respecto a las vacunas durante la pandemia, por ejemplo, provocó que la mortalidad en los estados de mayoría republicana fuese significativamente más alta que en los de mayoría demócrata, y los casos de manipulación electoral a lo largo del mundo son ya incontables y han dado lugar a toda una industria dedicada a ello.

Además, la popularización de la inteligencia artificial ha rebajado dramáticamente las barreras de entrada a la desinformación: simplemente, no estamos mentalmente preparados para asumir el mundo de la llamada post-verdad. Prácticamente cualquiera puede ser fácilmente engañado. Por otro lado, hay fuertes intereses en contra de la investigación o de la educación en desinformación: el auge de los populismos y la polarización que promueven intentan mantener una población más fácilmente manipulable, más influenciable por determinadas campañas de todo tipo.

Sin duda, la educación en la prevención de la desinformación y en el fomento del pensamiento critico es fundamental, y de hecho, hay países como Finlandia que llevan tiempo trabajando en ello a varios niveles con un éxito bastante importante: el país está primero en los rankings de resiliencia contra la desinformación, pero en muchos sentidos, es cierto que lo tiene más fácil que otros: por un lado, su prestigioso sistema educativo facilita que sus profesores introduzcan el tema en sus clases, y por otro, el hecho de que el finlandés sea un idioma minoritario hablado únicamente por 5.4 millones de personas en el mundo permite que los mensajes falsos escritos por no nativos sean en muchos casos fácilmente identificados debido a la presencia de errores gramaticales o de sintaxis. Además, Finlandia ha desarrollado iniciativas de alfabetización en pensamiento crítico a todos los niveles, desde las escuelas de Primaria hasta los cursos abiertos para adultos.

Sigue leyendo desde aquí,   o desde la fuente: This article is also available in English on my Medium page, «Why the rise of online disinformation is an opportunity to change how we teach our children«

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