La nueva Ley de Infancia y Adolescencia de Castilla y León priorizará a las familias de acogida

 El borrador del anteproyecto busca garantizar la atención integral de los menores de edad y prevenir las causas que sean un "obstáculo", "limitación" o "impedimento" para su pleno desarrollo e integración socio familiar

La Razón 25. Castilla y León

R. Travesi

Valladolid Creada: 12.10.2023 13:33

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, 

Isabel Blanco, visita un centro de acogida de menores  Ical


La futura Ley de Atención a la Infancia y a la Adolescencia en Castilla y León priorizará a las familias de acogida en detrimento de los recursos residenciales, ya que el texto recoge que no se acordará el acogimiento residencial para los niños menores de tres años, “salvo en los supuestos de imposibilidad, debidamente acreditada, de adoptar la medida de acogimiento familiar o cuando esta medida no convenga a su interés superior, en atención de sus circunstancias personales, familiares y sociales”. Una limitación que también se aplicará a los menores de seis años cuyo acogimiento residencial será por el plazo “más breve posible”.


El borrador de anteproyecto, consultado por la Agencia Ical, recoge que la Junta podrá prestar a los acogedores “apoyos” y “ayudas”, además de recibir una compensación económica por los gastos de manutención de la persona menor y otros gastos extraordinarios que se generen durante el acogimiento. También, el anteproyecto del texto recoge que la administración autonómica impulsará campañas de sensibilización para fomentar el acogimiento familiar y evitar la institucionalización de los menores de edad, sin olvidar las actuaciones de captación y formación de familias acogedoras.


Además, se dará prioridad a la promoción del acogimiento de los menores con menos posibilidades de ser acogidos, por su edad, discapacidad u otras circunstancias especiales. Por otro lado, deja claro que el acogimiento residencial , como forma de ejercer la guarda, “solo” se acordará en casos en los que se acredite que no es “posible” ni “viable” un recurso de protección de naturaleza familiar. De no haber otra opción, el acogimiento residencial tendrá carácter provisional y la menor duración posible.


La Junta procurará, como hasta ahora, que todos los hermanos puedan alojarse y ser atendidos en el mismo centro, con el ánimo de fomentar su convivencia y su relación filial. El acogimiento familiar de menores con necesidades especiales, por razón de discapacidad, toxicomanías, problemas de salud mental o enfermedades crónicas de carácter grave dispondrán de servicios especializados, debiendo garantizarse una calidad y nivel de las prestaciones asistenciales, educativas y terapéuticas adecuados y adaptados a sus necesidades.


También se destaca que el centro deberá proporcionar el estilo de vida más “normalizado” y “adecuado” a las circunstancias del niño o adolescente, lo que obligará a que mantenga la “proximidad” al entorno familiar y social, “ a fin de no alterar ni interferir en sus relaciones y actividades anteriores, siempre que no sea contrario a su interés”. Para ello, la entidad pública de protección promoverá modelos de acogimiento residencial con núcleos reducidos de menores que convivan en condiciones similares a las familiares.


Este criterio de prevalencia de las medidas familiares frente a las residenciales se mantiene para los casos de protección cuando hay una separación de su familia biológica. No en vano, el borrador reitera que se procurará evitar el ingreso de los menores de 12 años en centros y, cuando no sea posible, se tratará de que no permanezcan más tiempo del que se fije reglamentariamente.


Por último, la Junta podrá optar por la concertación de plazas con entidades públicas y privadas para llevar a cabo “adecuadamente” la media del acogimiento residencial. A efectos de asegurar la protección de los derechos de los menores, la administración deberá realizar la supervisión de los centros semestralmente y siempre que así lo exijan las circunstancias.


El texto, según Ical, tiene un apartado para los centros específicos para menores con problemas de conducta, cuya finalidad será la integración social, lo que obliga a elaborar un plan de intervención individualizado. El ingreso en estos dispositivos, que requerirá una autorización judicial, se limitará al tiempo necesario para abordar la problemática y “solo” será posible cuando la intervención no pueda realizarse a través de otros recursos de protección.


En cuanto a los menores de 14 años no sujetos al sistema de responsabilidad penal, los que hayan cometido delitos contra la libertad sexual o de violencia de género, la Junta se compromete a desarrollar programas formativos en igualdad y de respeto a la libertad sexual.


El anteproyecto expone en el título preliminar que la futura ley busca garantizar la atención integral de los menores de edad que pasa, por ejemplo, por regular las actuaciones y medidas dirigidas a prevenir las causas y los factores que puedan suponer “obstáculo”, “limitación” o “impedimento” para su pleno desarrollo e integración socio familiar. También, establecer el marco jurídico de actuación para la atención de los niños y adolescentes que se encuentren en situación de riesgo o desamparo así como la protección, tutela y ejecución de medidas penales impuestas por los jueces. Otro de los objetivos es fijar los cauces para la colaboración con las familias, las entidades del tercer sector y canalizar la participación social en todas las actuaciones de promoción, prevención y protección de los menores de edad pero también fijar las competencias de las entidades locales en relación a la atención y protección a la infancia y la adolescencia.


Identidad de género y orientación sexual


En el apartado de los derechos, el borrador precisa que los menores de edad tienen derecho a su identidad de género y a la expresión de su orientación sexual, sin ninguna discriminación. En este sentido, añade que las administraciones públicas de Castilla y León adoptarán las medidas “necesarias” para garantizar su derecho al reconocimiento de su identidad de género y al libre desarrollo de su personalidad, de conformidad con la normativa vigente.


Además, los menores extranjeros residentes en la Comunidad tendrán derecho a los recursos públicos que faciliten su atención e inclusión social, lingüística y cultural, respetando su propia identidad y al margen de su situación administrativa así como la asistencia sanitaria, de salud mental infanto-juvenil y de rehabilitación. De ahí que apunte que las administraciones públicas deben prestar el servicio de atención inmediata y primera acogida a los menores migrantes no acompañados, de acuerdo a la normativa y la ley.


Lo mismo ocurre con las víctimas de violencia de género y de trata que deberán recibir las atenciones necesarias para su recuperación e inclusión social y los que tengan necesidades especiales o dificultades de inserción social para que se les preste una formación educativa y profesionales para lograr una inclusión plena.


Avanzando hacia un pacto vasco por los Cuidados. I Congreso sobre cuidados.

El Congreso pretende ser un hito 
en el camino hacia un modelo público y comunitario de cuidados
Un espacio de prospección, debate y propuestas

15 y 16 de noviembre 
en Tabakalera, 
de Donostia.


El trabajo de cuidados sostiene la vida y vertebra las sociedades, al tiempo que expresa y reproduce las distintas desigualdades. “Avanzando hacia un pacto vasco de los cuidados” es el título de este encuentro que marcará un hito en el camino hacia un un modelo público y comunitario de los cuidados en Euskadi. Durante dos días, contará con la presencia de personas expertas, de talla estatal e internacional, que nos ayudarán a identificar retos y buscar respuestas innovadoras para hacer frente a este desafío desde el principio de igualdad, liderazgo público, colaboración público-social y sostenibilidad.

ABIERTAS INSCRIPCIONES inscripción gratuita, plazas limitadas, desde aquí.

Puedes consultar aquí el programa completo y no pierdas de vista las actualizaciones que iremos compartiendo a través de la página web. También, por favor, síguenos en el hashtag #ZainketaKongresua para no perderte nada. Es importante remarcar que las plazas son limitadas, por tanto, te invitamos a inscribirte cuanto antes.

La salud mental y las adicciones centran el VII Encuentro de Consejos de Infancia y Adolescencia de Huelva

 Un total de 125 niños y niñas de toda la provincia intervienen este fin de semana en el VII Encuentro de Consejos de Infancia y Adolescencia de Huelva, un espacio para el debate y la reflexión sobre los asuntos que centran el interés y la preocupación de los menores, que ha quedado inaugurado este viernes en Moguer y que se va a desarrollar hasta el domingo 8 de octubre.

HUELVA INFORMACIÓN

06 Octubre, 2023- 20:50 h



La salud mental y las adicciones centran la temática sobre la que se va a trabajar en esta edición, a propuesta de los propios menores, áreas sobre las que van a poder adquirir competencias y conocimientos a través de talleres y un amplio programa de actividades en las que además compartirán experiencias, que combinarán durante tres jornadas con tiempo para la convivencia y la diversión.


En el acto oficial de apertura del encuentro, en el Teatro Felipe Godínez de Moguer – municipio anfitrión este año-, la diputada provincial de Servicios Sociales, Drogodependencia y Bienestar Social, Carmen Díaz Soriano, quien ha dado la bienvenida a los niños, niñas y adolescentes participantes junto a otras autoridades, ha remarcado la necesidad de que “los menores sientan que no están solos, que además de sus padres y familiares, tienen detrás al profesorado y estamos también las administraciones públicas, que trabajamos y velamos por su bienestar y para que se desarrollen sin temores”.


Díaz ha considerado “muy importante” que chicos y chicas se expresen y “que no se sientan diferentes porque sientan algo distinto, así como la necesidad de escucharlos”. “Las administraciones tenemos una corresponsabilidad con los menores y, en este espacio, asumimos el compromiso de que lo que ellos y ellas exponen y nos plantean debe traducirse en acciones siempre en pro de su bienestar”.


Tras la inauguración, se ha realizado una visita cultural por la localidad juanramoniana y, posteriormente, los menores se han desplazado hasta Mazagón, donde se van alojar y van a desarrollar las actividades hasta el domingo. En total, según la organización, van a ser 160 personas que las participan en el encuentro de este año.


Los miembros de los consejos locales participantes se encargarán después de trasladar a sus compañeros y compañeras las conclusiones del encuentro y los conocimientos adquiridos a lo largo estos días de análisis y concienciación. “Me siento muy ilusionada con las conclusiones, que de seguro nos darán una grata sorpresa”, ha manifestado la diputada.


La existencia de los consejos locales de infancia en la provincia de Huelva es una apuesta pionera en Andalucía que se enmarca en el II Plan de Infancia y Adolescencia de Andalucía, que promueve la inclusión de la perspectiva de la infancia en las políticas públicas, a través del compromiso de las administraciones para garantizar el derecho a la participación de las niñas y niños en la sociedad, y que sus opiniones sean tenidas en cuenta en la adopción de medidas que les afecten en sus vidas cotidianas.


“La falta de tiempo para el juego tiene un efecto catastrófico para la salud de niños y niñas”, entrevista a Imma Marín.

 “Jugar es un asunto muy serio”.
Tan serio que el juego es un derecho de la infancia que no admite prórrogas. 
Porque jugar, además de ser importante para el desarrollo físico y emocional, 
es ese lugar seguro y feliz al que siempre podremos regresar 
cuando, quizás ya de adultos, se nos haya olvidado su papel.

Imma Marín David Hierro.
Imma Marín (Barcelona, 1957) ha hecho del juego su vida: estudió Magisterio en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero se ha especializado durante décadas en juegos y juguetes; es fundadora de una empresa dedicada a la educación a través del juego; presidenta de la Asociación IPA (International Play Association) en España; y miembro del Observatorio del Juego Infantil. Tras ¿Jugamos? (Paidós, 2018), Marín acaba de publicar Jugar (Paidós), un libro que recorre el juego en las distintas etapas de la infancia –desde los seis meses hasta los once años–, invitándonos a cambiar la mirada que como adultos tenemos de esta actividad.

Entrevista A Imma Marín.

“Jugar es un asunto muy serio”, dice. Tan serio que insiste en recordar que el juego es un derecho de la infancia que no admite prórrogas. Porque jugar, además de ser importante para el desarrollo físico y emocional, es ese lugar seguro y feliz al que siempre podremos regresar cuando, quizás ya de adultos, se nos haya olvidado su papel. Dice Imma Marín que tiene muchos juegos favoritos, que depende de con quién esté y del momento, pero le encantan las peonzas. Tanto le gustan que las colecciona: “Me gustan por la metáfora que representan en el juego (se puede dar la vuelta a cualquier situación). Me fascina que en cada ciudad, en cada cultura, sean de una forma diferente, que las hagan girar de una forma diferente”. Pero si algo ha explorado y disfrutado en los últimos años son los areneros en los que hace flanes con sus nietas.

Empecemos por el principio: ¿qué es jugar?

Jugar es una de las principales actividades del ser humano, sobre todo en la infancia, aunque no solo en la infancia. Es una capacidad a lo largo de toda la vida, pero la infancia es el momento clave porque es la forma habitual que tienen los niños y las niñas para comunicarse, para expresarse, para explorar, para conocer. Para aprender. Jugar es imprescindible, es un asunto muy serio, por eso está recogido como derecho en la Convención de Derechos del Niño de 1985.

“La necesidad del juego es tan grande que es un derecho”, escribe en el libro.

Sí, tomar conciencia de esto fue la motivación que me llevó a meterme en este tema. Es muy evidente a ojos de la sociedad que los niños y las niñas tienen derecho a una buena alimentación, a la salud, a tener una familia, pero quizás no lo es tanto que el juego es tan importante para un desarrollo saludable que debe ser protegido como un derecho tan importante como todos los demás.

Y, pese a los esfuerzos, recuerda también que hoy los niños y las niñas no solo no tienen asegurado ese derecho, sino que dejan de jugar a edades cada vez más tempranas. ¿Por qué ocurre esto?

Yo creo que nos esforzamos poco para que esto no ocurra. El juego requiere de tiempo, requiere de espacios, requiere de una actitud por parte de los adultos de permitir que se dé ese juego –que muchas veces es ruidoso, es sucio–, pero los niños molestan menos pegados a una pantalla. No creo que esto lo hagamos de forma consciente. Está claro que todos los padres y las madres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero hay mil razones que nos llevan a no permitir que se dé ese juego (el estrés, la ausencia de conciliación, el ritmo rápido al que estamos sometidos…). Hay otra razón: vivimos en una sociedad basada en lo útil. Todo tiene que servir para algo y el juego, pese a ser tan importante, es aparentemente inútil. “Deja de jugar que ya te has hecho mayor” o “Al colegio se viene a trabajar y no a jugar” son algunas de las frases que aún seguimos escuchando.

A propósito de esta sociedad que solo valora lo útil, lo productivo, de la que habla, ¿qué consecuencias tiene para la infancia la pérdida de tiempo de juego en beneficio de esta hiperagendización con actividades “para algo”?

Tenemos ya evidencia científica de que la falta de juego, de tiempo para el juego, tiene un resultado catastrófico para la salud física y mental de los niños y de las niñas. Un estudio de finales de 2018 de la Academia Americana de Pediatría relaciona por primera vez la falta de juego con trastornos de salud mental como el estrés y la depresión en niños. Estamos hablando de cosas muy serias, ya no es que los niños y las niñas se lo pasen mejor jugando: estamos hablando de su salud metal y de su salud física (la obesidad infantil es ya considerada una pandemia y viene, en parte, por la falta de movimiento).

¿Cómo debe ser el juego en la infancia?

El juego debe ser, sobre todo, espontáneo y libre. No se trata de un juego organizado por el adulto que “sabe cómo hacer las cosas”, sino que el adulto es el que debe disponer el tiempo y los espacios para permitir que el juego se dé.

¿Son adecuados los espacios que ponemos a su disposición para que se dé ese juego?

Pienso, por ejemplo, en los parques que encontramos en cualquier ciudad o en los patios escolares. Creo que se van haciendo esfuerzos en muchas ciudades –algunas de ellas inspiradas en las ideas de Francesco Tonucci– para hacerlas más amigables para la infancia. Sin embargo, ocurren varias cosas. Por un lado, que haya menos niños y niñas, debido a la preocupante bajada de la natalidad, hace que parezca que tenemos que controlarlo más, cuidarles del peligro. Con esto no quiero decir que deba haber cosas peligrosas para los niños, pero sí que debe haber un margen para el reto, para el riesgo, de forma que el juego pueda ser considerado realmente como tal.

Hay una ultraprotección por parte de los adultos, pero es una protección muy falsa porque, al mismo tiempo que estamos columpiando a la criatura, estamos con la vista puesta en el móvil. Esto es muy dañino: estamos metidos en su juego sin estar presentes, pero al mismo tiempo no les damos la confianza y el contexto para que el juego se pueda dar.

¿Sabemos jugar los adultos, con o sin nuestros hijos e hijas?

Jugar nos saca de nuestra zona de confort, de lo que podemos controlar, nos sitúa en el aquí y el ahora. Y a los adultos nos cuesta mucho estar en el presente y dejarnos llevar. Nuestros hijos necesitan el juego, pero es que los adultos también necesitamos espacios y tiempos sin obligaciones ni preocupaciones. Momentos para reír, para respirar, para estar sin más. Jugar no es solo ponernos alrededor de un juego; jugar es una manera de vivir. En lo cotidiano hay muchas formas de jugar, de relacionarnos con nuestros hijos a través del juego. O simplemente estando presentes. Eso ya es un lujo.

Una de las cosas que usted suele pedir en sus conferencias y cursos a los asistentes es que piensen en algún momento de juego de su infancia y que lo sientan. En realidad, estamos fabricando los recuerdos de nuestros hijos e hijas.

Cada momento compartido con tus hijos es un recuerdo para toda la vida. Si sabes esto, vas a incorporar seguro juego compartido y presencia a tu cotidianidad. No se trata de tener que pensar juegos muy elaborados, ni de dados o juegos de mesa, hay muchas formas de juego. Muchas veces son solo vivencias del día a día que hemos vivido como si de un juego se tratara.

¿Qué opina de introducir el juego en el aula como recurso educativo?

El juego es la mejor manera de aprender porque el juego es exploración, investigación. Y no es que no requiera un esfuerzo, que también hay esfuerzo en el juego, pero ese esfuerzo se puede sostener en el tiempo porque lo estás disfrutando. Además, cuando estás jugando, si algo te sale mal, lo que solemos hacer es pedir la revancha. Un fracaso, un error, en el juego, te motiva a seguir intentándolo, algo muy diferente a lo que ocurre en la dinámica de la escuela. Yo menciono a menudo que no se trata solo de pensar en las metodologías lúdicas, sino de incorporar una actitud lúdica: no todo en la escuela se puede enseñar a través del juego, pero sí que toda la vivencia de aprendizaje se puede vivir desde el juego. Por ejemplo, si en lugar de un “problema”, te pongo un “reto”, la cosa cambia. ¿Quién quiere tener problemas? Ponme un cuaderno de retos, de desafíos. Cuidar el lenguaje, la narrativa, es muy importante.

¿Cree que los docentes son cada vez más conscientes de todo esto?

Bueno, supongo que, como en todo, los hay más y menos conscientes. No es fácil cambiar el chip. Piensa que un aula con metodologías lúdicas es un aula que se mueve bien entre el orden y el caos. El excesivo orden y la necesidad de control matan el juego. Esos docentes deben hacer un trabajo personal y profesional enorme porque en la facultad han aprendido a tener la clase controlada y organizada, pero no a moverse en ese escenario que combina orden y caos

¿Cómo afecta la represión de ayer a nuestra sexualidad de hoy?: 'Creatura'.

De niñas se nos pide borrar la sensibilidad sexual. 

De adolescentes controlarnos, controlar a los otros 
y ocultar el deseo propio para no ser “unas guarras”.

 Luego de adultas la demanda es que, en el sacrosanto espacio de la pareja, 
disfrutemos de todas las prácticas y nos mostremos disponibles casi siempre. 

  Represión, violencia y culpa acompañan la primera educación sexual 
estrangulando nuestra sexualidad adulta.
 
'Creatura', Elena Martín Gimeno (2023).                            


'Creatura' es una película que necesitamos ver porque rompe con un tabú fundamental en la constitución de nuestras sociedadesla representación de la pulsión sexual en la infancia, una pulsión desvinculada del coito, de la heterosexualidad y de los fantasmas pornográficos de los adultos
 
Una pareja joven, en una relación “estable”, sale de la ciudad, se muda al pueblo de la familia de ella y accede así a la posibilidad de una intimidad propia, en una casa propia. El inicio del relato en Creatura nos suena, es el camino a la supuesta felicidad adulta. Un novio sensible, unos padres generosos, tiempo y espacio para construir una vida entre dos. La sexualidad de Mila, sin embargo, irrumpe en escena para molestar el camino hacia una madurez esperada y feliz –¿acaso no molesta siempre la sexualidad femenina cuando no actúa para el deseo de otro?–.

Hay amor, sí, hay apreciación de la belleza compartida, pero ocurre una imposibilidad de abandono y gozo en la relación sexual. Esta incapacidad de acceso al placer se convierte en algo demasiado real; no hay teatro de género que la sostenga. El deseo de Mila se contorsiona entre la búsqueda de satisfacción y la imposibilidad de encontrar un escenario en la pareja donde tenga lugar. Un novio paciente, que no se hace muchas preguntas, permanece a su lado a costa de perder su masculinidad: “soy un tonto”, pronuncia en ese estado de espera o esperanza por el que él también renuncia a la sexualidad a favor del apego y el proyecto convencional de pareja. 

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? La historia del deseo se cuenta hacia atrás…

En el filme la directora, actriz y coguionista Elena Martín Gimeno consigue representar de forma inaugural el modo en que represión, violencia y culpa acompañan la primera educación sexual estrangulando nuestra sexualidad adulta. Creatura es una película que necesitamos ver porque rompe con un tabú fundamental en la constitución de nuestras sociedades: la representación de la pulsión sexual en la infancia, una pulsión desvinculada del coito, de la heterosexualidad y de los fantasmas pornográficos de los adultos. Una sensibilidad que existe y que el mundo adulto violenta por negación o por abuso. Vivimos en la falsa creencia de que tabús como este nos protegen, pero: ¿Protegen el bienestar de los cuerpos o, más allá de eso, su objetivo es proteger el orden social bajo una norma determinada? 

Vivimos en la falsa creencia de que tabús como este nos protegen, pero: ¿Protegen el bienestar de los cuerpos o, más allá de eso, su objetivo es proteger el orden social bajo una norma determinada?

Mila es una protagonista que incomoda en todas sus edades. Sus necesidades y su pasión son irreductibles, y la expresión de su pasión rebosa los límites del molde social. Mila es amada, por su familia, por su pareja, pero para sostener ese amor pronto aprende que ha de contenerse, silenciar, cooperar respetando el tabú de su grupo social. A través del bloqueo y la no-representabilidad de las fuerzas y pasiones que nos mueven, el tabú constituye la identidad subjetiva y la social. Su poder, mientras se mantiene el silencio, es absoluto, pero su encantamiento, que pareciera total, se rompe de forma sencilla una vez que un grupo comienza a hablar de un aspecto de lo real que se había mantenido soterrado en el cuarto de atrás de las conciencias.

El acto rompedor de representación de la intimidad que tiene lugar en la película nos recuerda que la frase ya clásica de Audre Lorde: “Tu silencio no te protegerá” tiene relevancia mucho más allá de la denuncia en casos concretos de abuso. El deseo de conversación y de reparación de Mila moviliza la transformación propia y la de las personas de su alrededor. Creatura, con una delicadeza fiera, defiende que ser capaces de hablar, representar e indagar es el movimiento definitivo frente al tabú. Hablar, no necesariamente en voz alta, en la velocidad de las redes o frente a una audiencia. En Creatura el tabú se transgrede en espacios interiores, llevando un poquito más lejos la conversación con los padres, las madres, lxs amantes.

Desde lo femenino aprendemos muy pronto que la represión de nuestro deseo se premia con amor. Es un intercambio: tú controlas y ocultas tu deseo y yo te valoraré positivamente, te querré más

Desde lo femenino aprendemos muy pronto que la represión de nuestro deseo se premia con amor. Es un intercambio: tú controlas y ocultas tu deseo y yo te valoraré positivamente, te querré más. Así lo vive Mila, pues la represión es la demanda que recibe de dos de sus grandes amores: el padre a quien incomoda la niña como ser sexual y el novio que se siente violentado por la forma en que Mila busca la excitación a través de la fantasía. 

De niñas se nos pide borrar la sensibilidad sexual. De adolescentes controlarnos, controlar a los otros y ocultar el deseo propio para no ser “unas guarras”. Luego de adultas la demanda es que, en el sacrosanto espacio de la pareja, disfrutemos de todas las prácticas y nos mostremos disponibles casi siempre.

Elena Martín y su equipo (el guion lo escribe junto a Clara Roquet y la fotografía es de Alana Mejía González) nos recuerdan que la represión no hace desaparecer la sexualidad, sino que la convierte en tensión, en conflicto. El filme se aproxima a lo sexual como una energía cuya represión no implica su agotamiento, sino su transformación en síntoma, en expresión del cuerpo incómodo. El sarpullido en la piel acompaña a la protagonista desde el surgimiento del impulso libidinal en la infancia y reaparece cada vez que el cuerpo encuentra obstáculos –moralistas, patriarcales– para su satisfacción.

El filme, con una delicadeza fiera, defiende que ser capaces de hablar, representar e indagar es el movimiento definitivo frente al tabú. Hablar, no necesariamente en voz alta, en la velocidad de las redes o frente a una audiencia

El deseo toma forma a través de la fantasía, el juego, el placer y sus posibilidades, pero también a través del daño, del susto y de la culpa. La realidad dura detrás del relato de Creatura es que nunca sabremos cómo sería nuestro deseo si de pequeñas no nos hubiesen hecho sentir culpables por tener placer, si de adolescentes no nos hubiesen llamado “guarras” por mostrar nuestro deseo. Algunas aspiramos a un ideal de alegría y libertad sexual, pero la amante que queremos ser hoy no olvida lo que fuimos, lo que fueron con nosotras. Tal vez la pregunta generacional que nos toca hacernos sea: ¿Cómo vamos a vivir, follar y amarnos con esta realidad que ya no es reversible? 

Y aquí el potencial radical de comenzar juntas, caminos distintos...

¡La infancia y la adolescencia alzan la voz en Europa!

Educación, salud mental y protección fueron algunas de las temáticas que se trataron en el Encuentro europeo de participación


UNICEF / Noticias

02/10/2023



Este fin de semana hemos tenido en Alcalá de Henares un acto muy especial: 30 chicos y chicas de 10 países europeos se han reunido para tratar las cuestiones que les preocupan y que España debería priorizar en su mandato.


Su participación, salud mental, educación y protección han sido las cuestiones priorizadas. Pero, tratar estas cuestiones no ha sido fruto de la espontaneidad. En los meses previos, un grupo asesor de 17 chicos y chicas han mantenido reuniones online para definir las temáticas de interés y lanzar una encuesta para conocer la opinión de otros chicos y chicas europeos.


Con esta información previa, han podido profundizar, validar y concretar mejor sus propuestas y conclusiones. ¿Cuáles han sido sus propuestas?


Una educación ajustada a la realidad


Manifiestan que necesitan tener información, no solo en la escuela, necesitan algo más que libros y exámenes. Quieren aprender cosas que les ayuden en la vida real y tomar decisiones importantes en la escuela, es decir, tener voz y voto en relación con su aprendizaje.


Plantean una educación basada en proyectos prácticos, con igualdad de acceso para todos y todas, una escuela segura y protectora, que les prepare para un futuro y con docentes preparados que puedan manejar cuestiones actuales (salud mental, tecnología…).


Comentan además, que los adultos, cuando terminan su jornada laboral, no se llevan el trabajo a casa, cosa que a ellos no les pasa con las tareas escolares.


La salud mental es importante


Los niños y niñas europeos se preocupan por la salud mental y física. Plantean la necesidad de asegurarse que cuentan con la ayuda adecuada cuando se necesita, que ir a terapia sea algo socialmente aceptado. Plantean que, en el ámbito educativo, docentes se formen también en psicología. Para proteger la salud mental de la infancia hay que abordarla de forma integral (protección online, control de los medicamentos que se recetan a niños y a niñas, mayor coordinación entre profesionales).


Invertir en entornos seguros


Quieren sentirse seguros en casa, en la escuela y cuando salen. Les preocupa el acoso escolar y hay que incidir en la eficacia de programas para evitarlo.


Muchos niños y niñas se enfrentan a diversas formas de violencia física o psicológica, como el acoso y la presión de grupo, en su entorno escolar. Las redes sociales y otras plataformas online pueden ser inseguras para la infancia, pero también docentes y familias tienen un papel importante a la hora de educar a los niños y niñas para que naveguen por el mundo online con medidas de seguridad.


Sus voces deben ser escuchadas


Los niños y niñas tienen derecho a ser escuchados en las decisiones que afectan a sus vidas, y este derecho debe recibir la consideración que merece. Expresan su deseo de que se les escuche en todos los aspectos de su vida.


Sin embargo, la realidad es que la mayoría de los niños y niñas no tienen suficientes oportunidades para expresar sus opiniones sobre las decisiones que afectan a sus vidas. Plantean que niños y niñas tengan acceso a leyes y normativas que puedan entender (adaptaciones amigables), que cada país promueva estructuras de participación infantil, poder votar a los 16 años y que políticos rindan cuentas de forma frecuente.


En la presentación de sus conclusiones, por parte del Gobierno de España estuvo presente, Lucía Losoviz, Directora General de Derechos de Infancia, Leander Price, como representante del Gobierno Belga, el cual asumirá el siguiente mandato de Presidencia europea y Marie-Cécile Rouillon, coordinadora de derechos de infancia de la Comisión Europea.


Este proceso ha sido organizado por la Dirección General de los Derechos de Infancia y adolescencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en colaboración con la Plataforma de Infancia y UNICEF España. Han participado delegaciones de Alemania, Austria, Irlanda, Francia, Luxemburgo, Malta, Polonia, República Checa, Portugal. En la delegación de España, han participado representantes del consejo estatal de participación infantil y adolescente, grupo de participación de la Plataforma de infancia y del grupo asesor de UNICEF España.


Ahora es tiempo de compartir sus conclusiones y propuestas para que se tengan en cuenta sus prioridades y Bélgica pueda considerar este proceso de participación en su mandato que empezará en enero de 2024.


Asamblea anual de la Asociación GSIA.

Hoy día 7 de octubre, los miembros de la Asociación GSIA 
nos reúnimos en Asamblea General ordinaria

Vamos a valorar el trabajo realizado por parte de todas las Vocalías y de los máximos responsables de la misma. La aprobación de las cuentas y, además, este año tocar  renovar los cargos de la Junta Directiva.

Luego nos reunimos con chavalas y chavales para debatir con ellos el estado en que se encuentra la infancia y la adolescencia, y sus preocupaciones. 

Y con ello poner en perspectiva lo que queda pendiente y lo que se pueda seguir realizando para el próximo reciente.