“La especialización de los juzgados de familia disminuiría la violencia de género”, Entrevista Encarnación Roca.

Encarnación Roca cree que los políticos no prestan atención a este problema «porque los niños no votan». 
Una entrevista con Encarnación Roca, vicepresidenta emérita del Tribunal Constitucional, exmagistrada del Tribunal Supremo y catedrática de Derecho Civil, es siempre muy interesante porque es muy directa, muy clara. Siendo catalana, podríamos decir también que es muy castiza, porque llama al pan, pan, y al vino, vino.


También es una mujer muy pegada a la tierra, a los problemas de nuestra sociedad. Su salida del máximo tribunal de garantías no ha supuesto su retiro.   Al contrario, sigue muy activa.
Ha vuelto a la Comisión General de Codificación del Ministerio de Justicia, el cuarto de calderas donde se elaboran las nuevas leyes, a la Academia de Jurisprudencia y Legislación y ha retomado un proyecto, que es una realidad y en cuyo nacimiento tuvo que ver, ha entrado en la Junta Directiva de la Plataforma Familia y Derecho.
El objetivo de esta asociación, de la que forman parte más de 1400 personas –todas ellas pertenecientes a las profesiones implicadas en el derecho de familia– es lograr la especialización de determinados juzgados para procedimientos de familia.

Para acabar con la realidad actual, en la que unas familias –parafraseando a George Orwell en su celebérrima fábula «Rebelión en la granja»– son «más iguales que otras».
Porque viven en partidos judiciales donde hay jueces y equipos especializados en esta jurisdicción frente a aquellas otras en las que dicha especialización no existe.
Es una idea que le ilusiona mucho. 

Entrevista

Entonces, ¿después del Constitucional, hay vida?

Siempre hay vida. Lo que pasa es que una se tiene que acostumbrar a la nueva vida. Estoy adaptándome. Tengo bastantes proyectos en la cabeza.

Uno de ellos es este. La Plataforma. Usted estuvo, precisamente, en el origen de la creación de la Plataforma. ¿Por qué?

Porque, desde mi experiencia en derecho de familia desde el Supremo, creí en el proyecto cuando vinieron a proponérmelo. Porque intenta reconducir la solución de todos los conflictos matrimoniales y no matrimoniales, que son muchos e importantes.
Afectan a lo profundo de la vida de las personas y esto necesita una especialización. Si se han creado juzgados especializados para resolver las cláusulas suelo, ¿por qué no se crean para una cosa mucho más importante?
Las cláusulas suelo son una cuestión contingente. Pasa y dejará de pasar. En cambio, el derecho de familia es para siempre.

¿Por qué cree usted que la política no presta atención a esta problemática?

Porque los niños no votan, siempre lo digo. Y los padres están tan preocupados con sus litigios personales que les importa poco. Lo que quieren es que resuelvan a favor suyo. Siempre a favor de uno, claro.
Y en el derecho de familia no hay ganadores ni perdedores. Quién gana y quien pierde es el pobre niño, que se convierte en una especie de bicicleta que llevan de aquí para allá.
Lo que quieren los padres es que se resuelva el asunto, sobre todo por la cuestión del piso y de los alimentos.

Una vieja amiga, ya desaparecida, la magistrada Raimunda de Peñafort, decía que los niños eran como los caracoles, porque iban con la casa a cuestas. Ella decía que había que romper con todo eso. ¿Está de acuerdo?

Sí, claro. Hace tiempo que se está diciendo esto. Yo conozco otras experiencias en otros países en las que cuando el juez ha decidido el divorcio y sus consecuencias, de su ejecución no se encarga el juez.
De eso se encargan servicios sociales específicos, dentro del juzgado.
Al juez no se le puede tener como la «muchacha para todo».

¿Usted cree que debía haber servicios de ejecución para esto?

Sí, servicios de ejecución dentro del juzgado. Porque tiene que haber una supervisión. Ahora mismo no existen.
El problema de la ejecución de las sentencias en el derecho de familia es de lo más complejo. Por eso creo que los juzgados especializados en temas de familia son indispensables. ¿Que son caros? Nadie ha calculado, hasta ahora, lo que están costando las consecuencias de los enfrentamientos entre los miembros de una pareja que se odia. Esto sí que es carísimo.

Es un hecho que a lo que a Juzgados de Familia se refiere, España tiene juzgados de primera y juzgados de segunda. Dependiendo de donde viva la persona hay juzgados especializados de familia o, por el contrario, juzgados mixtos. El tiempo de resolución en los juzgados mixtos es el doble o el triple que en los especializados.

Lo ha explicado usted muy bien.

Y lo mismo ocurre con los Juzgados de Violencia sobre la Mujer. Depende de donde viva la persona. El tratamiento es de primera o de segunda.

Yo creo que los Juzgados de Violencia sobre la Mujer tendrían que estar dentro de una misma estructura. Porque todo es lo mismo.

Está hablando de redefinir, organizativamente todo el sistema, ¿no?

Sí.

Aparte de lo que Justicia invierte en el mantenimiento de estos Juzgados, el Ministerio de Igualdad ha aumentado 29 millones de euros, a 209 millones el dinero destinado a la prevención integral de la violencia de género para 2022.

¿Y se ha acabado la violencia sobre la mujer?

¿Por qué el legislador se resiste a incluir en el Código Civil la jurisprudencia de la Sala de lo Civil del Supremo sobre la custodia compartida?

¿Quiere mi opinión sincera?

Sí, claro.

No tienen ni idea. Primero, porque no es un tema que les preocupe de forma prioritaria. No les preocupa en absoluto. Luego, porque piensan que les va a costar mucho dinero. Y tercero, porque no tienen bien estudiado lo que es la custodia compartida.
Ahora la cosa se ha modificado un poco, pero la primera idea de la custodia compartida era que el niño dormía unos días en casa de su madre y otros días en casa de su padre.
El problema de la custodia compartida siempre es el tema de la casa y las pensiones. Mire, hay un dato esclarecedor. En 2020, según el INE, los jueces acordaron un 41,4 % de custodias compartidas. En 2010 fueron un 10,5 %. En diez se ha cuadruplicado. Eso dice mucho del cambio de la sociedad, ¿no le parece?
Yo siempre ha dicho, y he escrito, que la custodia compartida no significa que el niño vive en casa de uno y luego se va a casa de otro, sino que las consecuencias de la patria potestad, que son la educación, la alimentación, etcétera, deben ser compartidas.
Si el padre vive fuera porque trabaja fuera este señor no puede tener –en el sentido que nosotros le hemos estado dando– una guarda compartida. Porque físicamente no puede.
Pero, a partir de aquí, por ejemplo, se le puede decir, los estudios los vas a supervisar tú. Lo que en Cataluña se ha venido denominando el plan de parentalidad en el que los padres comparten una serie de consecuencias de la separación y el divorcio en relación con los niños.
Yo creo que esto está teniendo un efecto muy positivo.

«La clave está en especializar órganos de los tribunales de instancia, concentrando en ellos las competencias de infancia, familia y capacidad, descargando a los restantes tribunales del entorno de esas materias»

Precisamente en Cataluña echó a andar en 2015 la figura de la coordinación parental que contribuye a reducir el daño emocional a todo el grupo familiar. Una figura que ya tenemos en Madrid.

Todas estas medidas tienen relación con lo que le he explicado antes. Es la ejecución de la sentencia en la que se establecen unos tiempos, unos derechos, unas obligaciones… Pero lo que pasa es que se van haciendo a base de poner un parche aquí y otro parche allí.
No hay una idea global de lo que debe ser una guarda compartida, las consecuencias de un divorcio, etcétera.
Se van poniendo parches. A ver si funcionan, porque cambiar, de pronto, todo el sistema a mí me parece un poco bestia. Lo tengo que decir.
Pero que hay que ir a esta idea de un juzgado de familia con varias secciones y que en estas secciones haya una de coordinadores de parentalidad. Y, además, como tienes al juez allí, si hay alguna cosa que el coordinador de parentalidad vea que afecta radicalmente a derechos del niño o del otro progenitor, pues envía directamente el caso al juez.

Esto conllevaría una redefinición de los partidos judiciales.

Sí, claro que sí.

Los actuales partidos judiciales se crearon en España hace 187 años, en 1834. Y nos encontramos, por ejemplo, con referencia a los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, exclusivos, que no llegan a 50 % de la carga de trabajo o menos. Esa redefinición de partidos judiciales, fusionados, ampliados, haría que más personas pudieran ser atendidas por órganos especializados.

Cuando fui vicerrectora de la Universidad de Barcelona aprendí que, con un mismo presupuesto, sin necesidad de aumentarlo, si eres capacidad de reconducir, reorganizando un escenario como ese, obtendrás mejores resultados.
La clave está en redistribuir el presupuesto de una manera más racional. Lo que tienes que hacer es una planificación en el ámbito de familia, básicamente.
Porque le digo que esto se ha demostrado en otros países, en los que hay estudios sociológicos más solidos –que aquí no hay–, que una buena planificación en la solución de los conflictos de familia lleva a una sociedad menos crispada y más estructurada.
Esto es así en todos los niveles.
Un buen sistema de derecho de familia, de resolución de conflictos, la especialización de los juzgados de familia, disminuiría la violencia de género. Lo dice José Antonio Seijas, que fue mi compañero en la Sala de lo Civil del Supremo. Y es cierto.

Ya sabe que uno de los proyectos de ley en marcha es el de la eficiencia organizativa del servicio público que prevé la creación de los tribunales de instancia. Los juzgados de lo civil de cada uno de los 431 partidos judiciales se convertirán en 431 tribunales de instancia.

Bueno, la Plataforma ha hecho una propuesta de mapa judicial que, en su momento, era aplicable a los partidos judiciales y que está siendo readaptada a los nuevos tribunales de instancia.
La clave está en especializar órganos de los tribunales de instancia, concentrando en ellos las competencias de infancia, familia y capacidad, descargando a los restantes tribunales del entorno de esas materias.
Vamos a por todas en la especialización de los juzgados de familia.


La vicepresidenta emérita del Constitucional vería muy bien una reunión con la ministra de Justicia, Pilar Llop, para explicarle por qué es importante que la especializacion de los Juzgados de Familia sea una realidad. Foto: Carlos Berbell/Confilegal

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Supongo que, a usted, y la Junta Directiva de la Plataforma, no tendrían ningún inconveniente en explicárselo a la ministra de Justicia, Pilar Llop, ahora que está metida en cambios de raíz en la organizacion de la Justicia, ¿verdad?

Sí, claro. La ministra es una mujer moderna, de su tiempo, y supongo que le interesará. No puede haber un momento mejor que este.

Recientemente publicamos en Confilegal la historia del español Borja Brañanova, residente en Dubái, quien consiguió, por vez primera en la historia, una sentencia de custodia compartida en un país islámico. Se quejaba de que nuestro Código Civil no está redactado de forma clara, como el francés o el alemán, y que no tiene asimilada, lo que le explicaba antes, la jurisprudencia de la Sala de Civil del Supremo sobre la custodia compartida. El Código Civil sigue diciendo que la custodia compartida con carácter excepcional. ¿No le parece que toca ya reformar el Código Civil español a fondo?

Un Código tiene que ser claro. Yo siempre pienso que la normativa de familia tiene que ser por principios. Es decir, la guardia y custodia compartida, como dice el Código Civil de Cataluña, la preferente. Pues ya está.
No es necesario que tenga que ser complejo. Pero eso no quiere decir que siempre se escapen cosas.
Para mí es un error que la pertenencia a la Comisión General de Codificación sea incompatible con ser juez. Es de locos.

¿Y es incompatible?

Claro que lo es. Cuando yo entré en el Supremo, en 2005, Luis Díez-Picazo, entonces presidente de la Sección Primera de Derecho Civil de la Comisión General de Codificiación dijo “esta es la sesión de despedida de doña Encarna porque a partir de aquí la tenemos que declarar en excedencia”.

O sea, ¿ningún juez en ejercicio puede estar en la Comisión de Codificación?

Esto es absurdo. Estando en el Constitucional eso es normal porque tú luego tienes que pronunciarte sobre la constitucionalidad o no de una ley. Si no creas una incompatibilidad.
También es posible que, estando allí, si viene un caso sobre una ley en la que has intervenido es lógico que te apartes. Es lo normal.
Pero en el caso del Tribunal Supremo, ¿que es el que tiene que aplicar la ley? Esto no tiene ninguna lógica.
En el ámbito del derecho civil en general nosotros estamos perdiendo terreno. Seguramente porque nosotros mismos no nos hemos hecho valer, también es verdad.
Pero que el derecho civil, en estos momentos, no tenga ningún representante en el Tribunal Constitucional. Y prácticamente haya solo un letrado en la lista de letrados, me parece una aberración. Y no porque sea una aberración. Es porque el Civil es la madre de todos los derechos.
Yo puedo hacer Constitucional sin haber estudiado Constitucional. Uno de Constitucional no puede hacer Civil sin haber estudiado a fondo derecho civil.

¿Eso se debe al desconocimiento por parte de los políticos?

Sí. A su desconocimiento y a que nosotros, los civilistas, no nos hemos sabido vender bien. Las luchas entre las denominadas “escuelas” –escuelas en el ámbito del derecho significa a ver quién coloca más de los suyos– nos ha hecho mucho daño. No somos poderosos. Y estamos muy divididos.

¿Ha vuelto a la Comisión General de Codificación?

Sí me he vuelto a incorporar.

«Que el derecho civil no tenga ningún representante en el Tribunal Constitucional me parece una aberración porque el Civil es la madre de todos los derechos»

¿A qué se debe que haya decidido dar el paso para formar parte de la Junta Directiva de la Plataforma Familia y Derecho, de la que usted fue fundadora, por cierto?

Cuando los promotores de la Plataforma me vinieron a ver, en 2019, yo estaba en el Tribunal Constitucional como magistrada. Me ofrecieron la Presidencia pero era incompatible con mi destino en aquel entonces. Les dije que cuando dejara el Tribunal nos pondríamos de acuerdo. Y ha llegado el momento.

Usted es consciente de que tiene una voz, una influencia, una auctoritas sobre la Academia y sobre la Justicia. Y de que la Plataforma es una herramienta o una palanca para cambiar las cosas, ¿verdad?

Esa es la idea. Desde que estuve en Oxford, donde estudié estos temas a fondo, y desde otra perspectiva distinta, me he convencido absolutamente de que hay que hacerlo. Para eso hay que crear un estado de opinión, desde un plan, para poder conseguir este objetivo.
Y cuando lo consigamos, es como cuando alguien consigue la Presidencia de un Gobierno: entonces tendremos que trabajar mucho más.

¿Sus esperanzas de que esto salga bien son fundadas?

Yo creo que sí. Es una cosa bastante obvia. Porque, aunque yo no he ejercido, siempre tienes amigos que te vienen a preguntar cosas. La gente se queja mucho de que los abogados siempre están enfrentados. Bueno, eso es normal, protegen a su cliente.
Luego, no hay un seguimiento de si se cumplen o no las sentencias.
Sobre los informes psicológicos, cada uno aporta el suyo. Y el suyo le pone a él, o a ella, como si fuera san, o santa, o y al otro, o a la otra, como si fuera el demonio con cuernos.
Todo lo que se juega en el derecho de familia es muy delicado. Por lo tanto, hay que analizar los diversos elementos que juegan en un conflicto para para llegar a una solución.
A una solución no definitiva, porque las circunstancias van cambiando. Me acuerdo de que una vez un señor muy importante en Madrid me preguntó por el caso de su nieto, que no había cumplido un año.
La madre estaba como una chota –diagnosticada–, las cosas como son. Le dije, mira, tu nieto tiene un año, ¿no? Pues te quedan 17 años de aguantar. Porque el niño va cambiando, crece…
Una sociedad bien estructurada requiere unas familias que tengan vías seguras y rápidas para resolver sus conflictos. El conflicto no lo puedes evitar.

Y para eso, tiene que haber personal especializado.

Exactamente.

Que no esté resolviendo un robo, por una parte, y por otra una guardia y custodia.

Así es.

Con lo que, si hay que redefinir todos los partidos judiciales y centrarlos en zonas más grandes, pero mejor estructuradas esa sería la salida.

Para mí esa sería la solución. En estos momentos en que estamos metidos en un mundo con los sistemas tecnológicos más avanzados, ¡por favor!, los jueces ya deberían planteárselo.
Actualmente formo parte de la Sección de Derecho de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, en la que tratamos todos los problemas que se plantean, problemas que no se huelen en el Consejo General del Poder Judicial.
Estamos en el siglo XXI, disponemos de recursos, de herramientas modernas. No podemos seguir trabajando como nuestros abuelos.
La Ley de Enjuiciamiento Civil, de 2000, es un fracaso de entrada porque no previó para la informatización de los procedimientos, de las comunicaciones… Nada.Esto es un parche detrás de otro.

Estamos hablando de grandes reformas estructurales y organizativas. Reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil, del Código Civil, de ir directamente a la madre del cordero.

Sí. Yo cogería el Código Civil y lo cambiaría radicalmente.

Recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño para proteger los derechos de la infancia en el entorno digital.

Durante el mes de marzo de 2021, El Comité de los Derechos del Niño publicó su Observación General núm. 25 sobre cómo proteger los derechos de la infancia en el entorno digital. 

El objetivo de esta observación general es otorgar directrices interpretativas sobre cómo los Estados parte deben aplicar la Convención sobre los Derechos del Niño en relación con el entorno digital, así como ofrecer orientación sobre las medidas legislativas y normativas para que las niñas, niños y adolescentes puedan hacer uso de su derecho a la información y comunicación, a través del entorno digital, de una manera segura. 

Es importante señalar que, en la elaboración de estas recomendaciones, el Comité realizó un proceso de consultas que tuvo en cuenta las opiniones de más de 700 niños y niñas de diferentes edades y países. Desde la Plataforma de Infancia hicimos llegar al Comité las aportaciones propuestas por los 70 chicos y chicas participantes en el VIII encuentro estatal de la red Cibercorresponsales en 2019.

Cibercorresponsales es la red de la Plataforma de Infancia en la que participan alrededor de 900 chicas y chicos de 12 a 17 años a través de blogs en los que tratan cuestiones que les interesan, les preocupan o les afectan directamente. En el Ciberencuentro los chicos y chicas reflexionaron sobre la ciberseguridad y elaboraron un posicionamiento consensuado respecto al borrador del Comentario General. Este posicionamiento incluía, entre otras cuestiones, su preocupación sobre «cómo afrontar los bulos, las cadenas de mensajes, los contenidos ofensivos y con cualquier expresión de violencia”, así como propuestas como «fomentar una enseñanza adecuada a los usuarios, que permita un aprendizaje progresivo a todas las edades, permitiendo así tener un mayor conocimiento sobre el verdadero uso de las redes y también sobre los medios que existen para protegernos”. 

De acuerdo con el Comité de los Derechos del Niño, el entorno digital ofrece nuevas oportunidades para hacer efectivos los derechos de la infancia, aunque también plantea riesgos relacionados con su violación o abuso. El reconocimiento del derecho de los niños, niñas y adolescentes en un entorno digital debe tener muy presente los cuatro principios generales de la Convención:

  • No discriminación.
  • Interés superior del menor.
  • Supervivencia y desarrollo.
  • Respetar el punto de vista de los niños y niñas.

En este sentido, el Comité establece las recomendaciones del Estado para dar cumplimiento a dichos principios, así como a las medidas generales de aplicación, requiriendo una amplia gama de medidas legislativas, administrativas y de otra índole, incluidas medidas preventivas.  

Asimismo, el Comité hace una mención especial a las obligaciones de los Estados en relación con las empresas, de forma que estas cumplan con sus obligaciones de respetar los derechos de la infancia e impedir y reparar toda vulneración de sus derechos en relación en el entorno digital.

Si bien el Comité se pronuncia sobre los derechos de la infancia en el entorno digital en relación con cada una de las áreas temáticas, una de las principales preocupaciones del Comité es la violencia que se ejerce contra la infancia en internet, en particular en épocas de crisis, como la actual pandemia. Por ello, se insta a los Estados a diseñar y ejecutar normativa que proteja a los niños de contenidos engañosos y nocivos, de todas las formas de violencia que se producen en el entorno digital como, por ejemplo, ciber agresiones, trata de niños o extorsión por información.  

Durante la pandemia, la brecha digital, que afecta a más de un millón de niños, niñas y adolescentes en España se ha hecho más visible, especialmente por las dificultades para acceder a internet, la falta de dispositivos adecuados, supresión de recursos de apoyo, entre otros. Esta situación supuso que, debido a las diferencias socioeconómicas, muchas niñas y niños no pudieron seguir su formación como lo hacían sus compañeros y compañeras. Es importante destacar que España aún no ha traspuesto la Directiva (UE) 2018/1808, cuyo objetivo, entre otros es, evitar de forma efectiva el acceso de los niños y niñas a contenidos adultos. España además se comprometió en 2018 a elaborar una ley dirigida a garantizar los derechos de la infancia ante el impacto de internet y garantizar su seguridad.  

«Un acceso significativo a las tecnologías digitales puede empoderar a los niños, niñas y adolescentes y ayudarles a realizar toda la gama de sus derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales. Si estas tecnologías sólo están disponibles para algunos niños y no para otros, se producirán mayores desigualdades y se verán afectadas sus oportunidades de futuro», explicó Luis Pedernera, presidente del Comité. 

El texto completo de la Observación General 25 del Comité de los Derechos del Niño puede consultarse en español en el apartado Observaciones Generales de nuestra web.

Fuente web de la Plataforma de Infancia

Respuesta con enfoque de derechos de la niñez frente a la pandemia por COVID-19 en Chile, Colombia y Perú.

Latinoamérica y el Caribe (LAC) ha sido una de las regiones del mundo más afectadas por el coronavirus (COVID-19), representado en el número de casos como de muertes. 
En este contexto, la región enfrenta el complejo desafío de controlar la pandemia sin dejar de garantizar el ejercicio de derechos de su población. 
La propagación del COVID-19 y sus consecuencias se ven agravados por problemas estructurales internos de los países de la región, como son los elevados niveles de desigualdad, informalidad laboral, pobreza, vulnerabilidad y asentamientos urbanos marginados, así como sus sistemas de salud, educación y de protección social débiles y fragmentados.
El escaso reconocimiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) como sujetos de derechos en las políticas públicas ha dificultado el ejercicio de los derechos consagrados en la Convención de Derechos de la Niñez (CDN). La pandemia y las medidas tomadas por los gobiernos para su control han amplificado aún más esta brecha en función de proteger la salud de la población. Por esto se hace relevante comprender el impacto de la COVID-19 en NNA en la región, considerando un enfoque de derechos de la niñez, entendido como un marco conceptual normativo y operacional -basado en la CDN-, que brinda orientaciones para la promoción y la protección de los derechos en propio articulado, así como mediante las observaciones generales del comité de derechos del niño de la Organización de Naciones Unidas.

Resumen. 
 Objetivo. Describir y comparar las estrategias que fueron establecidas por Chile, Colombia y Perú durante el primer año de la pandemia por COVID-19 y compararlas desde el enfoque de derechos de la niñez.

Métodos. Se realizó un estudio cualitativo de análisis comparado de políticas públicas, tomando como eje siete categorías construidas por el Capítulo Latinoamericano de la International-Society-for-Social-Pediatrics-and-Child-Health a partir de la Convención de Derechos de la Niñez (CDN). La selección de los documentos de los países se realizó por conveniencia y su análisis en diálogos deliberativos.

Resultados. Se revisaron 173 documentos de los tres países. Destaca como convergencia la priorización de la prevención de la transmisión comunitaria del virus, por sobre la promoción del ejercicio de derechos de la niñez, la falta de participación de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el proceso de elaboración de las políticas públicas, y la falta de avance en el reconocimiento y protección del ejercicio de todos sus derechos. No hubo mayores divergencias más allá de brechas de desigualdad identificadas con base a la realidad de cada país. 

Conclusión. La pandemia ha afectado el funcionamiento de los sistemas económicos, sociales, de salud, educación, medioambiente y gobernanza de estos tres países. Si bien este estudio muestra un avance en la inclusión del enfoque de derechos de NNA en las políticas formuladas, su comprensión como sujetos sociales y políticos titulares de derecho podría permitir la construcción de alternativas colectivas que garanticen la salud y el bienestar para todas las personas en el curso de vida.

Participación de la infancia y la adolescencia. Guía para las Administraciones Públicas

 Participación de la infancia y la adolescencia. 
Guía para las Administraciones Públicas.

El documento ha sido elaborado con las conclusiones y experiencias adquiridas tras el 
pionero, ambicioso y satisfactorio proceso de participación con niñas, niños y adolescentes
 que se llevó a cabo en la elaboración del anteproyecto de la ley foral de la infancia. 

Autor: Bernia, Elena ; Cruz, Paloma de la,
Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior. 
Gobierno de Navarra.


Descarga de la Guía para Administraciones Públicas

Resumen:

Siendo conscientes de la dificultad de llevar a cabo procesos participativos en asuntos públicos, y en especial en colectivos en donde la participación no ha sido la forma habitual de relación, como es el de la infancia y la adolescencia desde el Servicio de Gobierno Abierto y Atención a la Ciudadanía, adscrita a la Dirección General de Presidencia y Gobierno Abierto, se ha elaborado la presente herramienta de apoyo para avanzar en este tipo de procesos. El documento que ahora se presenta ha sido elaborado con las conclusiones y experiencias adquiridas tras el pionero, ambicioso y satisfactorio proceso de participación con niñas, niños y adolescentes que se llevó a cabo en la elaboración del anteproyecto de la ley foral de la infancia. 

La guía se ha divido en dos volúmenes, uno dirigido a las administraciones públicas y otra para las personas educadoras y facilitadoras de los procesos de participación con la infancia y la adolescencia. En este volumen, se comparte la guía y varios materiales para que desde las administraciones públicas se le pierda el miedo a la participación de la infancia y la adolescencia y les facilitemos el ejercicio de sus derechos en el diseño, elaboración, desarrollo, ejecución y evaluación de aquellos servicios públicos y decisiones que les afecten, consiguiendo así que éstos sean percibidos como algo común. Desde la práctica entenderemos que la participación infantil conlleva mejores decisiones y pone en valor su capacidad como ciudadanos y ciudadanas de hoy.




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Jugar en la calle para salvar el planeta. Jugar en entornos naturales debería ser un derecho de la infancia.

Hoy la infancia tiene menos oportunidades de conectar con la naturaleza que las que tuvieron otras generaciones. Una tendencia que es necesario revertir por su salud y la del planeta.la naturaleza no es un lujo estético para urbanitas sino un factor indispensable para nuestro bienestar.

DAVID F. SABADELL

Trepar a los árboles, bañarse en ríos, recoger piedras o comer moras parecen actividades propias de la infancia
Sin embargo, cada vez está más lejos de la realidad. Hoy en día, los niños y niñas pasan menos tiempo del recomendado al aire libre y su contacto con el medio natural es, a menudo, escaso. La recomendación de jugar más de una hora al día en espacios abiertos no la cumplen el 82 % de los y las niñas españolas y ello a pesar de que es importante para su desarrollo físico, mental y social. Durante el confinamiento de 2020 los más pequeños estuvieron semanas sin poder salir a la calle y en muchas ciudades los parques infantiles estuvieron cerrados durante meses. En el medio rural, donde parece que las cosas deben ser diferentes, la ausencia de servicios públicos obliga a pasar bastante tiempo al día en un autobús o un coche para poder llegar al colegio.
Los tiempos han cambiado y el vínculo que nos une a la naturaleza parece estar más roto que nunca. Esto afecta especialmente a las generaciones más jóvenes. En 2005 el periodista y escritor, Richard Louv, publicaba el libro “Los últimos niños en el bosque” en el que introducía el concepto “Trastorno por déficit de naturaleza” y reivindicaba la necesidad de recuperar el contacto directo con el medio natural para garantizar un mejor desarrollo social, emocional y físico de las niñas y niños. Este autor ha estudiado la ruptura generacional con el medio natural, de manera que las más jóvenes han ido perdiendo la cercanía que las generaciones mayores tuvieron en su infancia con la naturaleza.
Que hayamos llegado a este punto tiene que ver con varias cuestiones, pero sin duda es reflejo de un sistema de valores que nos ha hecho creer que podemos vivir de espaldas a ella. Parece, como señala Louv, que jugar en la naturaleza es improductivo. La relación disfuncional que tenemos con el medio ambiente también la investiga Lucy Jones en su libro “Perdiendo el Edén”. Esta autora británica nos recuerda que la naturaleza no es un lujo estético para urbanitas sino un factor indispensable para nuestro bienestar. Como no podía ser de otra manera, la infancia ocupa una parte importante del libro.
La ausencia de vínculo con el medio natural tiene repercusiones sobre nuestras vidas y afecta de manera importante en la infancia. La relación con la naturaleza y el juego al aire libre en las etapas tempranas de la vida facilitan el desarrollo y el aprendizaje. El juego creativo se estimula más en las zonas verdes y es beneficioso para el crecimiento emocional, social y psicológico. También se ha relacionado el contacto con el medio natural con la reducción de los niveles de estrés y el aumento de la confianza. Y teniendo en cuenta lo sedentario que es nuestro modo de vida actual salir al campo implica una actividad física muy beneficiosa. 
Además, Jones plantea que de la misma manera que pasar tiempo al aire libre sirve para que niñas y niños fomenten sus relaciones sociales, como miembros de su comunidad, también es necesario para que tomen consciencia de que forman parte de una comunidad más grande: la Tierra. Y esto, en su opinión, es una cuestión de salud pública porque es necesario conocer y amar la naturaleza, entender nuestra ecodependencia, para poder protegerla.
No es tan fácil crecer al aire libre
Sin embargo, salir a jugar a la calle (y no digamos al campo) resulta bastante complicado. En el diseño de las ciudades (donde vive la mayoría de la población) se ha prestado muy poca atención a las necesidades de las más pequeñas. Teniendo en cuenta que el 80 % del espacio público de la ciudad está destinado a los coches (aparcados o en movimiento) y que las ciudades de nuestro entorno están diseñadas para facilitar el tráfico a motor, resulta fácil comprender por qué la ciudad no está diseñada para la infancia. De la misma manera, también es fácil entender que hayan surgido movimientos como la “revuelta escolar” para reclamar espacios más saludables y vivibles. 
La OMS recomienda que en las ciudades haya entre 10 y 15 m2 de espacio verde por habitante y que estén a menos de 300 metros de distancia de su hogar. El Instituto de Salud Global de Barcelona ha realizado una clasificación en la que analiza la disponibilidad de zonas verdes en diferentes ciudades europeas. Su estudio arroja la conclusión de que el 62 por ciento de las personas de los lugares estudiados viven en sitios con menos acceso a zonas verdes que lo que recomienda la OMS. Además, como señala Jones en su libro, las personas que viven en zonas con bajos ingresos tienen aún menos posibilidades de acceder a zonas verdes, más aún si es necesario desplazarse para ello.
Las escuelas no están preparadas para hacer frente a esta necesidad de naturaleza. Cuanto más edad se tiene, más tiempo de estudio se pasa dentro del aula (las clases en el exterior son excepcionales o directamente inexistentes) y hay que dedicar más tiempo a las tareas escolares. Si pienso en los colegios de la ciudad en la que vivo, a todos se puede llegar en coche hasta la entrada y unos cuantos están situados junto a vías con mucho tráfico. En sus patios apenas hay árboles y, desde luego, el patio escolar es de cemento. El Real Decreto 132/2010 que recoge los requisitos mínimos que deben cumplir los centros escolares sólo establece que cuenten con un patio de recreo, sin necesidad alguna de que cuente con zonas verdes. Es evidente que no es lo mismo jugar en un espacio verde que en uno árido. Más, cuando en muchos casos, el tiempo de recreo es el único rato al día que muchos menores pasan al aire libre.
Lucy Jones duda en su libro de si nuestra sociedad está decidida a impedir que los niños jueguen en la naturaleza al aire libre. Una afirmación devastadora en tiempos de crisis ambiental y que se traduce no solo en la pérdida de experiencias sino también de conocimiento. El analfabetismo ecológico, fruto de la desconexión con la naturaleza, recuerda Jones, hace aún más peligrosas las consecuencias derivadas de la pérdida de biodiversidad y de la crisis climática.  
Es difícil proteger algo que ni conoces, ni amas y menos aún cuando se educa en la idea de que la naturaleza es ajena, sucia, peligrosa. Richard Louv reflexiona en su libro sobre la idea de que las generaciones más jóvenes son más conscientes de los problemas globales que amenazan a nuestro planeta, como la pérdida de biodiversidad o la crisis climática, pero han perdido intimidad y experiencias directas en el medio natural. Justo al contrario que las generaciones mayores (como la suya) que pasaron su infancia jugando al aire libre, pero no eran conscientes de la conexión global. Así quizá no sea tan casual, que muchas de las activistas y ecologistas adultas lo sean por “inspiración temprana”, llamadas a proteger lo que amaron de peques.
Jugar en entornos naturales debería ser un derecho de la infancia
Se hace necesario facilitar poder jugar más en espacios verdes al aire libre y aumentar el conocimiento de nuestro entorno. Naciones Unidas establece que una de sus Objetivos del Milenio sea proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos, ya que ofrecen “oportunidades para mejorar la salud y la calidad de vida de todos los habitantes de las ciudades”. Existen iniciativas que Lucy Jones narra en su libro, como es el caso de Suecia, que ha puesto en marcha iniciativas para el juego al aire libre con el objeto de que se recupere el “juego simbólico y la recuperación contemplativa”. Otro ejemplo que muestra como hay un interés por recuperar los espacios de juego naturales son las escuelas de bosque en Reino Unido, dedicadas a aprender y jugar en un área natural. Las reglas del juego que cuenta Jones en su experiencia en una de ellas: “Nada de pelear con palos. Nada de niños por un lado, niñas por otro. Sed amables y considerados. No os metáis en la boca nada que no sepáis qué es”.
Una de las niñas entrevistadas por Richard Louv para su libro, Lorie, reclama: “Tendríamos que tener los mismos derechos que tenían los adultos cuando eran pequeños”. Las oportunidades de conectar con la naturaleza son mucho menores para los y las niñas de hoy en día que lo que era hace unas décadas. Así que es necesario encontrar maneras de que puedan volver a disfrutar de los juegos en el exterior, investigar y estar en el campo, y hacerlo de forma autónoma.
Esto pasa por rediseñar las ciudades, en las que las zonas verdes no sean un trozo de césped, sino un espacio seguro y saludable en el que recuperar la conexión con la naturaleza independientemente del lugar en que vivas o la renta disponible. Pero no solo hay que recuperar los espacios, sino también el momento. Es necesario facilitar los tiempos de juego al aire libre, como una parte vital del desarrollo infantil, concediéndoles la importancia que merecen y ocupando su momento dentro de sus actividades diarias, incluso en la escuela.

El niño que levantaba la mano.

La participación es fundamental en el desarrollo integral de las niñas y niños.

Presidente de UNICEF España. 

España acaba de dar un paso de gigante para avanzar en el cumplimiento de los derechos de una parte especialmente sensible de la sociedad: la creación del Consejo Estatal de Participación Infantil y Adolescente, un hito en el avance de la Convención sobre los Derechos del Niño
Se trata de un órgano permanente y estable de consulta, representación y de participación de las niñas, niños y adolescentes, adscrito al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. A partir de ahora, 8,3 millones de niñas y niños tendrán un foro de participación en el que expresar libremente sus ideas. El Consejo nace con el fin de ser portavoz e interlocutor de la infancia ante las instituciones públicas y su puesta en marcha da respuesta a una demanda que las organizaciones de infancia vienen reclamando desde hace tiempo.

No son pocos los motivos por los que es necesaria la apuesta por la participación infantil: La Convención sobre los Derechos del Niño señala que todas las niñas y niños tienen derecho a ser escuchados, a expresar su punto de vista libremente sobre todo asunto que les afecte. El de la participación es un derecho transversal que facilita el ejercicio del resto de los derechos recogidos en esa Convención y hace referencia a estar informado, involucrado y tener influencia sobre las decisiones y asuntos que afectan a su vida.

La participación es factor fundamental en el desarrollo integral de las niñas y niños. La experiencia de participar es algo personal e intransferible, promueve habilidades de protección, resiliencia, comunicación y fomenta la iniciativa, el pensamiento crítico y los sentimientos de compromiso y responsabilidad. Es un mecanismo de gobernanza y capacidad democrática. Mediante el ejercicio del derecho a la participación, los niños y niñas experimentan un rol activo y útil en la familia, en sus centros, en su comunidad, en su país. Pero es que, además, la participación implica o facilita las relaciones de poder más equitativas entre los adultos y la infancia. Esto no supone que los niños deban asumir responsabilidades que les corresponden a los adultos, pero el desarrollo saludable de la infancia depende también de que se les permita relacionarse con el mundo, tomar decisiones de manera independiente. ¿No son los niños, niñas y adolescentes expertos de lo que necesita la infancia y la adolescencia? En ese caso la sociedad debe tener en cuenta sus propias visiones. El derecho a ser escuchado o a la participación es un elemento esencial que da legitimidad, coherencia y fomenta el respeto de los derechos humanos en cualquier proceso, iniciativa, política o ley. Y para que sea real debe garantizarse con políticas apoyadas con inversión suficiente.

Las niñas, niños y adolescentes tienen hoy más cerca la participación real en la construcción de la sociedad en la que viven y cuyo futuro representan. La niña o el niño que levante la mano en ese Consejo tendrá que ser escuchado para avanzar en la creación de un entorno político, social y cultural donde se fomente la ciudadanía y donde los adultos y la infancia puedan tomar decisiones conjuntamente para el bien común.

La nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso.

Niños ‘influencers’( niños influyentes) y regalos de Navidad: 
¿dónde está el límite de la nueva publicidad de juguetes?. 
¿Niños Trabajadores en la Publicidad?. ¿...en la publicidad dirigida a sus coetáneos?

Llega la Navidad un año más y con ella la publicidad de juguetes. Más allá de los anuncios tradicionales, la nueva publicidad infantil entra en los hogares a través de vídeos divertidos y cotidianos protagonizados por niños reales de carne y hueso. Este artículo analiza el papel que están ocupando los kid influencers –niños influencers– en Youtube, por qué resultan tan atractivos y ofrece evidencias de su influencia.

El objetivo es hacer una llamada a una mayor regulación de este tipo de publicidad y, sobre todo, al fomento de una educación digital publicitaria en familia y en la escuela, la mejor y más útil herramienta que tenemos a nuestra disposición.


Los reyes del consumo de medios infantil

Youtube se ha convertido en el rey del consumo infantil, por encima de la televisión tradicional e incluso de las plataformas de streaming. Durante el confinamiento de 2020, el 78 % de los niños veían con asiduidad vídeos de Youtube. Ahora es la plataforma favorita de los niños entre 5-14 años, que pasan en ella una media de 85 minutos al día.

Dentro de este medio de comunicación es creciente la presencia de los llamados kid influencers. Son niños y niñas que graban actividades cotidianas (jugar, comer…) en vídeos de formato corto y divertido. Muchas veces, ayudados por sus padres y con contenido de marcas incluidos. Estos influencers tienen millones de visualizaciones e incluso están doblados en múltiples idiomas.

No consuma noticias, entiéndalas.

Algunos de los kids más populares en Youtube son El mundo de Ryan, con 30 millones de suscriptores (y que ha dado el salto a la televisión: en España lo podemos ver en Clan TV) o Sis and Bro, con más de 16 millones. En español, son muy conocidas Las Ratitas (24 millones de suscriptores) o Dani y Evan (3,16 millones), que han sacado incluso libros de sus aventuras.

Esta plataforma basa sus recomendaciones en algoritmos e insiste en el contenido que sabe que gusta a cada niño. Así, hace que nuestros hijos puedan pasar horas “pegados” a una pantalla viendo a otros niños abrir sobres sorpresa o jugar con sus juguetes en bucle. Horas y horas de los mismos impactos. Pero ¿saben los niños identificar que muchos de esos vídeos son publicidad?, ¿influyen en sus decisiones de compra?, ¿debemos ponerles límites?

Influencia probada: “Quiero eso”

La influencia de la publicidad en los niños es uno de los temas más trabajados desde la comunidad científica. 
Las investigaciones nos dicen que los niños a partir de cinco años empiezan a distinguir la publicidad tradicional de otro tipo de contenido. Pero hasta los 9-11 no comprenden correctamente la intención persuasiva de estos mensajes. Además, los niños en edad escolar pueden diferenciar la publicidad, pero no muestran resistencia cuando el mensaje persuasivo viene de sus redes de confianza o celebridades. Es decir, les influye más un contenido que viene de un influencer que de un spot tradicional.

La influencia de los kid influencers se produce en un proceso persuasivo de diferentes capas:

  1. Los niños quedan fascinados por una estética divertida e inmersiva que les hace tener una actitud positiva hacia el personaje y lo anunciado.

  2. Se crea una ilusión de intimidad que genera una relación especial con esos personajes en el tiempo (algo que se llama parasocial interaction).

  3. Se produce una identificación aspiracional con ellos, tal y como también sabemos que ocurre con los personajes de ficción seriada. De ahí que muchos padres y madres habrán escuchado a sus hijos decir “quiero eso” cuando ven este tipo de vídeos. Quieren tener lo que tienen ellos y, finalmente, ser como ellos.

Con la señalización no es suficiente

Aunque algunos de estos vídeos estén identificados como publicidad cuando hay una marca (no lo están todos), su influencia comercial sigue siendo predominante en unos niños que no tienen la madurez crítica necesaria para entender completamente un mensaje publicitario. Muchos de ellos ni siquiera saben leer de manera correcta, por lo que habría que armonizar una señalización que incluyera avisos orales, entre otras cuestiones. Es necesaria más regulación de este tipo de contenido publicitario por parte de las plataformas: reducir la presencia de marcas, las recomendaciones que hace el algoritmo y valorar qué tipo de productos es adecuado que se publiciten. Mención especial se llevarían, por ejemplo, la comida ultraprocesada que tan presente está en estos contenidos y que puede promover un estilo de vida poco saludable entre los pequeños, aunque no haya una marca concreta detrás.

Fomento del consumismo exacerbado

No podemos poner vallas al campo inmenso que es Youtube. Tampoco hay que alarmarse porque mucho del contenido de juguetes que ven es inofensivo, aunque de manera reiterada puede fomentar un consumismo exacerbado, especialmente en esta época del año, o no coincidir con los valores que quieren inculcar los padres.

Se recomienda ampliar el contenido que los niños pueden ver en Youtube y reducir o negociar el cambio de vídeos si han estado mucho tiempo viendo un tipo de contenido específico como los kid influencers. Sobre todo, es bueno sentarnos con ellos para reflexionar cuando aparezca una marca en ese contenido y reflexionar con ellos sus decisiones de consumo.

Por otro lado, es muy recomendable analizar este tipo de contenido en los colegios desde las primeras etapas de Educación Infantil, ya que la reflexión pausada con otros compañeros reforzará la actitud crítica y una auténtica alfabetización mediática que irá creciendo con los años.

Tal y como nos muestra la ciencia, los niños pueden aprender a entender la publicidad, también en los complejos escenarios en línea. Y es lo más efectivo que tenemos por el momento.

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N.R.: En todo esto hay  un trasfondo que recorre toda esta sociedad: estos fenómenos que "padecen" los niños, ¿no son similares a los que "disfrutan" los mayores de edad?. Usando indebidamente el concepto "infantilización"  hay estudios y se han hecho análisis similares sobre los adultos y la publicidad, en los que la posición de una parte no pequeña de la sociedad adulta se vería perfectamente y similarmente retratada. 
Si parte de la sociedad importante adulta no está madura para soportar, analizar y comprender la presión, los significados y la potencia persuasiva de la publicidad, por qué hemos de hacer lo "apropiado" con los niños, y no con los adultos?. 
Y si un ejemplo vale más que mil palabras,  qué pretendemos con sermonear, restringir a los niños..., si los adultos se dejan llevar, alucinan... con los anuncios igual que aquellos?.
¿No estará esta contradicción más allá de donde la estamos planteando?.

Otro punto importante es la perspectiva de niños trabajadores de estos niños influyentes.

Mi pregunta sobre la vacuna es…

 ¿Qué es importante que niños y niñas sepan sobre la vacuna contra el coronavirus?

Hemos pedido a las familias amigas que forman parte de la Comunidad de Mientras Creces que nos trasladen las dudas que sus hijas e hijos pudieran tener sobre esta vacuna. A sus inquietudes ha respondido Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo, investigador del equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y coordinador del grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría para la Reapertura de la Escolarización.
Video preguntas de los niños
El 15 de diciembre comenzó en España la vacunación infantil contra la Covid. A 27 de diciembre, cuando se cumple un año de la vacunación masiva en el país, un 23% de los 3,3 millones de niños y niñas entre 5 y 11 años ya han recibido al menos una dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, según el informe de vacunación del Ministerio de Sanidad. Esta vacuna contiene una tercera parte del compuesto activo de las dosis de los adultos.

El impacto leve o asintomático del virus en este grupo de edad, los miedos a posibles riesgos de la vacuna y las dudas que se han generado fruto de la infodemia llevan a muchos adultos a plantearse si es idóneo o no vacunar a sus hijos e hijas.

El último informe Covid-19 del Instituto de Salud Carlos III, con fecha 9 de diciembre, señala que desde el inicio de la pandemia se han producido 20 muertes en niños de 0 a 9 años, 188 ingresos en UCI y 3.457 hospitalizaciones (tabla 7). Desde el 14 de octubre de 2021, las defunciones en este grupo de edad (de 0 a 9 años) han sido 3, los ingresos en UCI 8 y 184 hospitalizaciones (tabla 4).

Lejos de imponer una decisión, nuestro objetivo desde Mientras Creces es preceder la decisión final de un diálogo familiar, donde niños y niñas sean participantes -si así lo requieren- y puedan plantear no sólo preguntas sino también sus opiniones.

¿Qué es importante que niños y niñas sepan sobre la vacuna contra el coronavirus?

Preguntamos a Bassat, quien también es director del programa de Malaria en ISGlobal, cuáles son los aspectos que, en su opinión, debieran conocer niños y niñas sobre la vacuna contra el coronavirus cuando reflexionen si es importante o no vacunarse.
1. La vacuna contra el coronavirus duele… como todas las vacunas
«La primera pregunta que me hacen todos niños es si va a doler», confiesa Bassat, quien no duda en responder con un sí. «No os puedo mentir, dolerá un poquito cuando os pongan esa vacuna, igual que os duele cualquier otra vacuna, pero el beneficio que recibiréis al poneros la vacuna es tan grande que vale la pena aguantar esos pocos segundos de pupa que hace la inyección, porque luego estaréis bien protegidos contra este virus», explica Bassat.
2. Es bueno estar protegidos contra la enfermedad
Bassat entiende que niños y niñas tengan dudas de por qué es necesario vacunarse ahora, casi dos años después del inicio de la pandemia, y cuando siempre se ha dicho que los niños tienen poca enfermedad por el coronavirus. «Quizá lo más importante es que en unos pocos niños la infección por coronavirus puede causar una enfermedad muy grave. Y es verdad que es poco frecuente, y es verdad que las posibilidades de que eso ocurra son muy bajitas. Pero si tienes la mala suerte de ser tú el que va a ingresar en el hospital por culpa del coronavirus, seguro que tú y tus padres querrían evitarlo», argumenta.
Para Bassat también es importante tener en cuenta no sólo la enfermedad aguda que puede producir el virus, sino los efectos de la enfermedad a más largo plazo. Se refiere al covid persistente, que es cuando semanas o meses después de haberse infectado, la gente sigue teniendo problemas. «Y eso pasa también en los niños, y es algo que las vacunas también pueden evitar», recuerda.
Por todo ello Bassat insiste que «es muy bueno que estéis protegidos contra la enfermedad, aunque la enfermedad en vuestro grupo de edad sea una cosa muy poco frecuente».
3. Vacunados, contribuimos a evitar la infección en otras personas
Los menores de 12 años, al ser el grupo de edad que queda por vacunar, es quien ha acumulado más infecciones en las últimas semanas. «Vacunaros a vosotros ayudará a que no haya tanta transmisión y haya menos infecciones. Y si hay menos infecciones estaremos un paso más cerca de que este virus deje de ser un problema como país», alienta el epidemiólogo.
Además de prevenir la infección y evitar que las personas se pongan enfermas, la vacunación también busca romper con la cadena de infecciones y proteger a las personas sobre las que este virus tiene un mayor impacto y causa más muertes, especialmente las personas mayores. En este sentido, para Bassat es importante señalar que la vacuna en niños ayudará a evitar que muchos de sus abuelos y abuelas se infecten en caso de que los más pequeños tengan la mala suerte de tener coronavirus.
Si bien las vacunas sí evitan la infección, aún no se sabe cuánto. En esta sexta ola de la pandemia hemos visto cómo personas vacunadas se han contagiado y han transmitido el virus. Por eso, desde el ámbito sanitario se insiste en mantener las medidas de prevención que nos han acompañado todo este tiempo de pandemia: mascarilla, lavado de manos y distancia.
4. Todas las vacunas tienen riesgos
«Todas las vacunas tienen riesgos, a veces después de ponerte una vacuna tienes fiebre, o te encuentras mal. Son los efectos secundarios. Hay efectos secundarios que son más graves y otros más leves. Lo que sabemos hasta ahora es que la vacuna, en la edad de menos de 12 años, es una vacuna muy segura, y que causa muy pocos problemas», reafirma Bassat, consciente de que esta es una de las mayores preocupaciones de niños y padres.