Los conflictos bélicos tienen sin duda algunas consecuencias nefastas para la población civil. Pero son los niños los que sufren en mayor medida las atrocidades de la guerra. Indefensos y completamente vulnerables, presencian horrores que a tan temprana edad son incapaces de comprender.
EL GENERACIONAL
Paola Santos García
31 de enero de 2024
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Niños soldado reclutados | Fuente: @altamiranoMLG (X) |
Estas situaciones macabras son acompañadas de torturas, violaciones y explotación. Son forzados a abandonar sus hogares, obligados a participar en el flagelo de la guerra y en el peor de los casos perecen durante el conflicto. A lo largo de su infancia sufren prácticas inhumanas muchas veces vinculadas a castigos.
Según UNICEF, en los últimos dieciséis años, sólo los datos oficiales cuentan con más de 93.000 niños reclutados y 25.700, mutilados. Han masacrado a más de 104.100 y 14.000 han acabado siendo víctimas de violencia sexual.
Qué dice la Ley sobre la protección del menor
Hace ya más de veinticinco años que, según UNICEF, las Naciones Unidas emitieron un informe sobre “El impacto de la guerra en los niños”. Hace más de dos décadas que la comunidad internacional pedía que se incrementasen las medidas que protegiesen a los niños de las atrocidades de la guerra. Aun así, sólo la guerra de Gaza se cobró durante los cien primeros días del conflicto la vida de 10.000 niños. Desde el inicio de la ofensiva de Israel 8.000 cuerpos se encuentran aún sepultados o sin identificar. Estos datos suponen que casi el 70% de las muertes en Gaza sean de niños. Pero no hace falta irse a Oriente Medio, en Ucrania la ONU reportó cifras de hasta 525 muertes de menores en junio de 2023.
A pesar de estos datos atroces la ley internacional se ha posicionado conjuntamente para proteger al niño en múltiples convenciones. Las más importantes son la Convención sobre los derechos del niño (1989) y su protocolo sobre la participación de los niños en conflictos armados (2000). También legisla sobre este tema el Estatuto de Roma, los Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales. Numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad han abogado por la protección del menor, así como los Principios de Paris.
Niños soldado
Son múltiples las formas en las que los niños terminan siendo víctimas de la guerra: niños huérfanos, desplazados, heridos, encarcelados, explotados o en el caso que nos acontece niños soldados. Todos ellos tienen una cosa en común: se les ha arrebatado la infancia. Sin embargo, los Principios de Paris prestan especial atención a un tipo de víctima, a menores asociados a fuerzas o grupos armados. Esto es lo que comúnmente se conoce como niños soldados.
Estos niños proporcionan a ejércitos y milicias la inocencia necesaria para posicionarles en las primeras líneas de fuego. Su temprana edad les vuelve dóciles, baratos y extremadamente útiles a ojos de la guerra. No comprenden la magnitud de la muerte
Fue Kapuscinski, en su libro Ébano, quien explicó cómo la guerra entre niños se ha masificado gracias a la tecnología. Ésta ha adaptado las armas a las manos de los niños como si de juguetes infantiles se tratasen, más livianas, más pequeñas, más infantiles.
Pero ha sido principalmente África quien la ha legitimado. Ha convertido los conflictos en guerras de niños contra niños. Cuando ya los adultos perecen, solo quedan los niños para librar sus batallas.
Qué hay detrás de estas prácticas
Estas guerras son, en muchas ocasiones, producto de la pobreza o de conflictos armados que han escalado. También son la consecuencia directa de la inestabilidad política de muchas regiones, principalmente africanas. Pero no debemos olvidar que en un porcentaje claramente mayoritario tenemos los intereses político o económico. Esto hace que a menudo estas prácticas se financien por empresas occidentales o por China. El resultado es claro: niños sometidos en Sierra Leona por los diamantes de sangre, en la República Democrática del Congo por el coltán o en Sudán del Sur por la riqueza del petróleo. Los minerales que llegan a occidente en muchas ocasiones vienen manchados de sangre.
A esta lista podemos sumar el comercio de armas que se usa en combates donde participan niños. España, según Amnistía Internacional es uno de los principales exportadores de armamento y munición ligera a África y también a otras regiones del mundo de forma legal y en algunas ocasiones ilegal.
El reclutamiento
En la mayoría de las situaciones los niños son forzados e incluso secuestrados con el fin de afiliarlos a las fuerzas armadas. Los procesos de coacción y coerción a menudo presentan las armas como medio de supervivencia. El miedo, las heridas emocionales o la violencia empujan a los menores a participar en estos conflictos atroces.
A menudo luchan en el frente convirtiéndose en escudos humanos. Pero también son explotados como colaboradores, portadores y espías. Las niñas, especialmente, además acaban siendo esclavas de violencia sexual como castigo.
Consecuencias físicas y psicológicas de esta práctica
El impacto de la guerra durante la infancia es brutal para los menores. No sólo a nivel físico siendo víctimas de lesiones crónicas y torturas, sino también psicológico. La brutalidad que presencian, la privación de comida y el abuso de sustancias derivan en trastornos psicológicos. Estos traumas son a menudo irreparables. A su vez, aquellos niños y principalmente niñas víctimas de violencia sexual sufren secuelas y lesiones. Además, se ven privadas de atención sanitaria. Frecuentemente son incapaces de combatir enfermedades de transmisión sexual, partos a edades inimaginables y recuerdos verdaderamente traumáticos.
En caso de ser liberados el trastorno sufrido puede aumentar. En algunas comunidades sufren rechazo y discriminación al intentar reinsertarse en la sociedad. Especialmente las niñas al haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio o incluso con el enemigo. Su propia sociedad las empuja a la prostitución. Los grupos armados les roban la infancia, pero sus comunidades les condenan de por vida. Los niños terminan siendo criminalizados. A ojos de estas sociedades un asesino es un asesino
Por todo esto que estas prácticas han de ser completamente abolidas. A pesar de las múltiples legislaciones y de la consternación a nivel internacional se debe prestar una atención inigualable y una cooperación sin precedente para su erradicación.
El aumento de conflictos armados, la pobreza extrema y los intereses políticos y económicos conllevan la masificación de esta práctica. Pero es la desinformación y sobre todo la impunidad la causante de que la infancia de miles de niños se convierta en un infierno.