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Se acerca el Día de Internet Segura 2024, 6 febrero. Concovatoria INCIBE para Centros Educativos.

Y recuerda que puedes apuntarte con tu centro educativo 
a tallares en línea,
al concurso “¿Qué es para ti el 017?”


El 6 de febrero se conmemora en todo el mundo el Día de Internet Segura, SID 2024 (por sus siglas en inglés, Safer Internet Day) y desde INCIBE nos unimos como cada año a la iniciativa
.

Para nosotros es muy importante compartir esta iniciativa con vosotros y vuestros alumnos y nos encantaría que nos acompañarais. Os animamos a que lo comentéis con el equipo docente de vuestro centro y reservéis un hueco la mañana del martes 6 de febrero porque ¡no podéis faltar!

Nuevos talleres online

Estamos preparando un completo programa de actividades que incluirán nuevos talleres online adaptados a distintas franjas de edad con el objetivo de seguir avanzando en el desarrollo de competencias digitales para la ciberseguridad y el uso seguro y responsable del alumnado, de forma dinámica, interactiva y entretenida.

En ellos se tratarán temáticas como la importancia de comunicarse con respeto y responsabilidad en Internet; cómo evitar virus y detectar fraudes online y buenos hábitos al utilizar y configurar dispositivos y servicios en la red.

¿Contamos con vosotros? Permaneced atentos a nuestra web, suscribiros al boletín de INCIBE Menores, y seguid nuestras redes sociales X (antes Twitter) y Facebook, porque próximamente os daremos más información de los talleres online.

Y como muestra de lo que podréis encontraros en esta edición, os dejamos los talleres online del Día de Internet Segura 2023.

Concurso ¿Qué es para ti el 017?

Además, recordad que aún estáis a tiempo de apuntaros al concurso “¿Qué es para ti el 017?”, la iniciativa que INCIBE ha puesto en marcha para dar a conocer el servicio del 017, Tu ayuda en ciberseguridad entre los centros educativos y sus alumnos. ¡Podéis participar con vuestros vídeos hasta el viernes 12 de enero de 2024 a las 13:00 y ganar una impresora 3D para vuestro centro escolar!

Estas son las bases del concurso donde encontraréis todos los detalles para poder apuntaros, si no lo habéis hecho ya.

Una revisión de estudios indica que los efectos del uso de pantallas en los niños y adolescentes son pequeños.

 Los expertos afirman que, por el momento, 
los datos no justifican la alarma sobre el uso de pantallas 
y llaman a no juzgar los dispositivos 
sino el uso que se hace de ellos.

Llevamos una temporada de fiebre aterradora sobre los efectos perversos para la infancia y la adolescencia de las pantallas y la realidad y/o su  digitalización que se muestra a través ellas... . Ahora en la palestra están los efectos del porno en la violencia sexual; unos echan la responsabilidad en la inmigración; otros al porno por el fácil acceso de los niños a los pantallas, smartphones, redes, tiktokes...

Danos acceso a un artículo que, tras contrastar y comparar más de 100 investigaciones, no justifica tanto terror como el que se hace circular para crear opinión pública angustiada.

El artículo completo de los investigadores internacionales, que da pie a este post, y  se puede leer on line aquí 

Daniel Mediavilla.

En el siglo XVI, la invención de la imprenta facilitó el acceso a los libros y, con ellos, al conocimiento. Sin embargo, muchos eruditos de la época se alarmaron ante los efectos de la nueva tecnología. Conrad Gessner, que elaboró una lista todos los libros publicados en el primer siglo tras la invención de la imprenta, decía en 1545 que la abundancia de libros era confusa y dañina para la mente y pedía a reyes y príncipes que tomaran medidas para controlar el guirigay. Más recientemente, en el siglo XIX, se temía que la escolarización agotaría los cerebros infantiles, y, a principios del XX, que la radio distraería a los niños de la lectura. En 1985, Neil Postman, director del Departamento de Cultura y Comunicación de la Universidad de Nueva York, acusaba a la televisión de empujar a la sociedad a la “estupidez colectiva” y de crear un futuro en el que los ciudadanos vivirían en un marco de libertades formales inútiles porque nadie las podría ejercer por puro desconocimiento.

Ahora, algunos expertos advierten de que las pantallas de los dispositivos electrónicos han creado la primera generación de hijos menos inteligentes que sus padres y esos padres se organizan para restringir el uso de dispositivos electrónicos entre los escolares. Sin embargo, pese a la alarma generalizada, no existen estudios abundantes y de calidad que ayuden a entender el problema. En un editorial de 2019, la revista médica The Lancet afirmaba que “nuestra comprensión de los beneficios, daños y riesgos de nuestro rápidamente cambiante paisaje digital es dolorosamente escaso”. Hoy, la revista Nature Human Behaviour publica una revisión de estudios sobre este asunto con conclusiones poco dramáticas. En un trabajo que recoge los resultados de 2.451 estudios y casi dos millones de participantes menores de 18 años, los autores concluyen que el uso de pantallas se asocia con riesgos y algunos beneficios, pero que, en cualquier caso, los efectos son pequeños.

Los resultados muestran que la habilidad para leer y escribir y el aprendizaje en general empeora ligeramente cuando se pasa más tiempo frente a pantallas, que los anuncios de comida basura en los medios digitales favorecen que los niños la consuman o que el uso de redes sociales incrementa levemente el riesgo de depresión. Había algunos efectos positivos, que más que de las propias pantallas dependen de la utilización que se haga de ellas. Ver televisión con los padres aumentaba la capacidad de lectura y escritura y el uso de pantallas para programas educativos de realidad aumentada tenía efectos positivos en el aprendizaje.

“No creo que el tamaño de los efectos que hemos encontrado en este artículo apoyen [que las pantallas] supongan una preocupación tan grande”, afirma Taren Sanders, investigador de la Universidad Católica de Australia y primer autor del artículo. “Encontramos efectos, como la relación entre depresión y uso de redes sociales que eran algo preocupantes, pero en la mayor parte de casos no encontramos grandes efectos que nos harían pensar que este debería ser la preocupación número uno [para los padres]”, añade. “Eso no significa que para algunos niños no sea un gran problema, pero de media, probablemente, no es lo que más influye en la vida de los chicos”, concluye. La correlación más fuerte encontrada en todos los estudios es de 0,2, la misma que otros estudios han hallado entre la inteligencia y una mayor estatura.

Entre los principales efectos negativos, el uso de redes sociales mostró una relación fuerte con conductas arriesgadas, abuso de sustancias o sexo sin precauciones. Los autores apuntan a que las propias compañías sugieren que sus productos pueden tener efectos negativos para la salud mental de los jóvenes, especialmente de las adolescentes. Entre los efectos positivos, se destacan las intervenciones que emplean pantallas para promover el aprendizaje o los hábitos saludables, aunque insisten en que el beneficio puede no deberse tanto a la pantalla como el empleo que se le da.

“Yo soy padre de un niño de dos años y trato de no contagiarme de esta histeria, porque sé que no hay justificación científica”, afirma Borja del Pozo, investigador de la Universidad de Cádiz y coautor del estudio. “Ni los efectos negativos son tan grandes, ni toda pantalla es mala, es más complejo que eso”, añade. Guías con recomendaciones de uso de pantalla como la de la OMS son muy restrictivas, pese a que no se hayan encontrado pruebas sólidas del daño de las pantallas, por miedo a que la falta de evidencia se deba a que hay daños que no se están midiendo bien. “Con este metaanálisis hemos visto que los efectos de la pantalla dependen de qué se mira, con quién y con qué objetivo. Si se miran contenidos educacionales acompañados de los educadores, el efecto es positivo”, afirma Del Pozo. En el artículo sugieren que estas guías adviertan frente al uso excesivo de las redes sociales, pero consideren adaptar sus recomendaciones para promover el uso de aplicaciones educativas o videojuegos.

Pese a no encontrar datos que justifiquen la alarma, Sanders reconoce que el campo de investigación cambia rápido y es difícil para los investigadores seguir los cambios tecnológicos y de contenido. “Las redes sociales tienen a las mentes más brillantes del mundo pensando continuamente en cómo hacer que permanezcamos 30 segundos más en Facebook, así que no es sencillo para los investigadores mantenerse a la par”, concede.

Los ejemplos históricos muestran una tendencia a preocuparse por los efectos de las nuevas tecnologías en la mente humana, pero, en opinión de Sanders ese no es motivo para descartar sin más los riesgos potenciales de tecnologías tan potentes como los móviles. “Históricamente, nos preocupamos por las novedades y, cuando aprendemos más sobre ellas, nos adaptamos y las integramos en nuestras vidas”, afirma. “Esto no quiere decir que no debamos preocuparnos, sino que debemos parar, respirar y mirar a las pruebas antes de ponernos demasiado nerviosos con el tiempo de exposición a las pantallas”, concluye.

Luisa Fassi, una investigadora de la Universidad de Cambridge que no ha participado en el estudio, también cree que la información que aportan los estudios hasta el momento sugiere que es necesario una toma de posiciones “más matizada”. “Si aún no hay evidencias, deberíamos esperar antes de hacer grandes declaraciones porque es podría generar pánico y una restricción de la tecnología con efectos negativos”, opina. “En este asunto las pruebas no son claras, así que entiendo que los responsables de las políticas públicas lo tengan difícil para decidir”. Fassi considera que los padres tienen derecho a preocuparse y que es necesario que los investigadores analicen los efectos de una tecnología tan poderosa. Sin embargo, al tratarse de unos dispositivos omnipresentes, es difícil establecer relaciones de causa-efecto. Una persona que puede tener peor salud mental o peores notas en clase por el efecto de las pantallas o puede refugiarse en las pantallas ante determinadas situaciones difíciles. El campo, con un interés social creciente, aún tiene mucho trabajo por hacer para evaluar cómo afecta el uso de qué pantallas y en qué circunstancias a la salud o el aprendizaje de niños y jóvenes.

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Como es costumbre, el mundo adulto sigue escudando su intervención no en el "perverso" producto, servicio... que llega a través de las pantallas, sino en que eso no llegue a las personas menores porque lo dicen ellos... 

Si es malo puede ser igual de malo para un niño que para un adulto (ambos pueden ser "inmaduros" para usarlos); y poner como barrera una edad no deja de ser una escusa, cuando sobre la "madurez" de muchos de ellos, se puede poner en duda en todo momento.

Recomendamos el informe UNICEF:
 IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA ADOLESCENCIA. RELACIONES, RIESGOS Y OPORTUNIDADES.
El objetivo fundamental de este estudio ha sido llevar a cabo un diagnóstico del uso e impacto de la tecnología en la adolescencia.


Kids Media Day Spain 2023, Jornada "Niñ@s, Jóvenes y Medios". Cátedra-Chair, RTVE-USAL


Evento Kids Media Day Spain 2023, 
2ª Edición, presencial y virtual
el 16 de noviembre de 2023,  de 10:00 a 18:00h
en  Universidad de Salamanca,
Salón de Actos Colegio Arzobispo Fonseca,
 Plano de ubicación del evento aquí.
 

Evento orientado a los investigadores, creadores y las startups, educativas, culturales, comunicativas y tecnológicas del sector Media orientado a la creación y producción audiovisual para el público infantil y juvenil.

. Acceso presencial y virtual hasta completar ambos aforos, 
   sala virtual en este enlace http://bit.ly/3QoU0RK  y en el QR de lmagen.

. Ver programa completo de la jornada  aquí. 

Presentación del Barómetro el 19 de mayo de 2023








 

"¡Puto móvil!". He leído y acepto que el puto móvil dañe la salud mental de mis hijos.

que crean adicción intencionadamente y ponen en peligro a niños y adolescentes.

La primera responsabilidad es de esas compañías cuyo modelo de negocio busca 
maximizar beneficios a costa de la salud pública, también de los menores
y de los gobiernos que no las regulan ni sancionan como deberían. 

Pero las familias también deberíamos darle una vueltecita al asunto.
Le regalaste a tu niño su primer móvil, le diste permiso a tu hija adolescente 
para que se instalase la misma red social que usan todas sus amigas, y como de costumbre
 marcaste la casilla de “He leído y acepto los términos y condiciones de uso” 
sin leer ni el primer párrafo. 
Total, para qué, si van a hacer lo que quieran, tanto las empresas como los hijos. 
“El puto móvil”, así lo llamas tú también en casa, ¿verdad?.
Una joven revisa su teléfono móvil, en una fotografía de archivo. EFE/Robert Ghement
Si hubieras echado unos minutos en leerte las condiciones, te habrías llevado una sorpresa: en el largo contrato pone cosas como que “esta aplicación está diseñada conscientemente para atraer, captar y atrapar a los más jóvenes”, “esta plataforma se aprovecha del dolor de los niños manipulándolos psicológicamente y manteniéndolos adictos a la vez que rebaja su autoestima”, “su uso prolongado por menores de edad tiende a correlacionarse con depresión, ansiedad y problemas de imagen corporal”, o que “la compañía busca maximizar el beneficio a expensas de la salud pública, poniendo a los niños en peligro”.
Espera, que el documento que aceptaste y firmaste sin leer es muy largo, hay más: “esta plataforma implementa funciones para extraer tiempo y atención adicionales de usuarios jóvenes cuyos cerebros en desarrollo no están preparados para resistir estas técnicas manipuladoras”“la empresa explota de manera desmedida las vulnerabilidades psicológicas de los usuarios jóvenes”, y la guinda: “nuestro algoritmo ofrece contenido de acuerdo con programas de refuerzo variable, manipulando la liberación de dopamina en los usuarios jóvenes, induciéndolos a usar repetidamente nuestros productos, como un jugador en una máquina tragaperras”.
Venga, ahora que ya lo has leído, dale a “aceptar” y deja a tu niño o tu niña que sigan con su móvil y su TikTok o su Instagram.
No, por desgracia los documentos de condiciones de las redes sociales no son tan sinceros y transparentes. Los párrafos anteriores los he copiado de la demanda que los fiscales de más de cuarenta estados norteamericanos acaban de presentar contra Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram o WhatsApp. Se unen a las decenas de demandas que hace meses presentaron también familias y centros educativos, contra Meta y también contra TikTok, Snapchat o Youtube, por el daño a la salud mental de los más jóvenes, pero también por el destrozo educativo y el mayor esfuerzo y gasto que tienen que soportar las escuelas públicas por “los crecientes costes atribuibles a la crisis de salud mental”.
No lo pone en ningún contrato, pero lo sabemos de sobra y no podemos seguir haciéndonos los tontos: llevamos años leyendo noticias sobre investigaciones que vinculan las redes sociales con daños a la salud mental de los adolescentes, además de trastornos alimentarios, suicidios, ciberacoso, insomnio, menor rendimiento escolar o hasta la captación y explotación de menores para el tráfico sexual.
Las familias no tenemos la culpa, pues la primera responsabilidad es de las empresas, y de los gobiernos que no las regulan ni sancionan como deberían. No es un problema de abuso o mal uso de su tecnología: es un modelo de negocio, su beneficio se basa en promover en los usuarios el abuso y el mal uso. Pero las familias deberíamos darle una vueltecita al asunto, desde que les ponemos el móvil a los bebés para que coman o no molesten, hasta regalarles su primer smartphone a edades cada vez más tempranas (en la comunión ya), y permitir o desentendernos de que usen redes sociales sin estar preparados para ello.
Llevamos años sospechando que no es bueno, leyendo noticias al respecto, viendo en vivo cómo afecta a nuestros hijos, cómo nosotros mismos nos convertimos en yonquis. Llevamos años refiriéndonos al aparato como “el puto móvil”, motivo frecuente de bronca familiar. Llevamos años comentando que, fíjate, los dueños e ingenieros de las grandes tecnológicas no dejan que sus hijos tengan pantallas, y en las escuelas de Silicon Valley usan pizarra, tiza y papel. ¡Qué curioso!. 
Nos hace mucha gracia cuando vemos a un niño, nativo digital, hacer el pellizco con los dedos sobre un libro buscando ampliar o reducir una página. Pero cada vez tiene menos gracia. Y menos que va a tener si en el futuro se confirman las consecuencias de la adicción y la toxicidad de plataformas y pantallas para toda su generación. Igual un día nos lo echan en cara: “¿por qué me disteis el puto móvil cuando no tenía edad para ello?” Y no podremos defendernos diciendo que hicimos clic en lo de “he leído y acepto las condiciones…”

Las directrices sobre IA desatienden los derechos de la Infancia y Adolescencia (IA).

genéricos y sin regulación jurídica vinculante.
La mayoría de las directrices mundiales sobre el uso ético que debe regir la Inteligencia Artificial atienden adecuadamente valores como la privacidad o la responsabilidad
pero no otros como la veracidad, la propiedad intelectual o los derechos de la infancia.
Los derechos de la Infancia los últimos, casi ni se tienen en cuenta en la IA
Figura 5. Número de veces que se citó un principio agregado

Los investigadores han concluido que la mayoría de las directrices describen principios y valores éticos de forma genérica, pero sin proponer métodos prácticos para aplicarlos y sin impulsar una regulación jurídicamente vinculante.

A partir de ahí, el investigador James William Santos, de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur (Brasil), ha corroborado en establecer unas directrices éticas «claras» y unas estructuras de gobernanza para el despliegue de la IA en todo el mundo debe ser el primer paso para promover la confianza, mitigar sus riesgos y para garantizar que sus beneficios se distribuyan de una forma equitativa.

El autor principal del trabajo, el profesor Nicholas Kluge Corrêa, de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul y la Universidad de Bonn, ha observado que los trabajos anteriores sobre la misma materia se centraban predominantemente en documentos norteamericanos y europeos, lo que impulsó a los investigadores a incidir en la perspectiva de regiones como Asia, América Latina y África.

Hicieron una revisión de directrices políticas y éticas sobre la IA que se habían publicado entre 2014 y 2022 e identificaron 200 documentos relacionados con la ética y la gobernanza de la IA procedentes de 37 países escritos o traducidos a cinco idiomas (inglés, portugués, francés, alemán y español) y que incluían recomendaciones, guías prácticas, marcos políticos o códigos de conducta.

Descubrieron que los principios más comunes en esos textos son la transparencia, la seguridad, la justicia, la privacidad o la responsabilidad, y los menos comunes son los derechos laborales, la veracidad, la propiedad intelectual y los derechos de los niños y los adolescentes.

Y que la mayoría de las directrices analizadas eran «normativas» -describían valores éticos que debían tenerse en cuenta durante el desarrollo y uso de la IA-, pero solo el 2 por ciento recomendaba métodos prácticos para aplicar la ética de la IA y solo el 4,5 por ciento proponía formas jurídicamente vinculantes de regulación de la Inteligencia Artificial.

Los investigadores también identificaron una disparidad de género en cuanto a la autoría, y aunque en el 66 por ciento de los documentos no contenían información sobre la autoría, entre los autores del resto de textos había más nombres masculinos que femeninos (549 frente a 281).

Geográficamente, la mayoría de las directrices procedían de países de Europa Occidental y Norteamérica, y menos del 4,5 por ciento eran originarios de Sudamérica, África y Oceanía.

Según han plasmado los investigadores en la misma publicación, algunos de esos desequilibrios se pueden deber a limitaciones lingüísticas y de acceso público, pero también que muchas partes del mundo están infrarrepresentadas en el discurso global sobre la ética de la Inteligencia artificial.

Y en ese sentido, los investigadores han subrayado la importancia de incorporar más voces y más regiones al debate sobre la aplicación ética de la Inteligencia Artificial, y de tender un puente entre los principios abstractos de la ética y el desarrollo práctico de sistemas y de aplicaciones basadas en la IA.

Llamada a Contribuciones Revista Sociedad e Infancias, plazo hasta el 30 de Septiembre.

Presentación de artículos para el Vol 7(2) 
de la Revista Sociedad e Infancias de la Universidad Complutense Madrid sobre 
"Digitalización del aula en el proceso de innovación educativa...", 
hasta el 30 de septiembre 2023

Artículos para el Volumen 7(2).  Segundo semestre 2023 sobre 
"LA DIGITALIZACIÓN DEL AULA EN EL PROCESO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA: 
LOS DESAFÍOS PARA LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA"

Proceso de participación, envío de artículos: El registro y el inicio de sesión son 
necesarios para enviar elementos en línea y para comprobar el estado de los envíos recientes.  
Ir a Iniciar sesión a una cuenta existente o Registrar una nueva cuenta. 


Las directrices y normas para autores y autoras se encuentran en la página de la revista: 

https://revistas.ucm.es/index.php/SOCI/about/submissions.   

Se aceptarán trabajos escritos en español, portugués e inglés en las condiciones señaladas.


Para cualquier consulta por favor dirigirse a la secretaría de la revista:  sociedadeinfancia@ucm.es

CONVOCATORIA ABIERTA SIN LÍMITE DE FECHA PARA OTRAS SECCIONES:
MISCELÁNEA
• RECENSIONES
• OTRAS COLABORACIONES.

Este monográfico se desarrolla en el marco del proyecto europeo SIC-Spain 3.0 “Safer
Internet Centre Spain 3.0” proyecto cofinanciado por la Unión Europea (UE) por medio del
programa Digital Europe y coordinado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE)

Se ruega difusión entre investigadores/as, profesores/as de su institución y demás personas interesadas.  Agradeciéndoles de antemano su colaboración.
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Última hora:
La Revista Sociedad e Infancias ha recibido 
el Sello FECYT de Calidad Revistas Científicas Españolas,   
que otorga el Ministerio de Educación e  Innovación.

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Plan de publicaciones para 2024La Revista Sociedad e Infancias

al objeto de facilitar la previsión y la administración de sus tiempos a las autoras y autores interesados 

en aportar sus trabajos de investigación, ensayo, proyectos o noticias de publicaciones.

A continuación Plan de publicaciones 2024 en el que se detallan los títulos de las secciones monográficas 

previstas


Volumen 8(1)

Publicación: Primer semestre 2024

LA INFANCIA Y LA CIUDAD, PERSPECTIVAS INTERDISCIPLINARES 

Volumen 8(2)

Publicación: Segundo semestre 2024 

ACTIVISMOS INFANTILES POR LA JUSTICIA SOCIAL Y POLÍTICA (CHILDISM)

Sociedad e Infancias
e-ISSN 2531-0720  |  ISSN-L 2531-0720
https://dx.doi.org/10.5209/SOCI
© 2021. Universidad Complutense de Madrid
Ediciones Complutense











 

Las interacciones sociales de los jóvenes: cara a cara, entre amigos y familiares, y poca presencia del móvil.

Parece que hemos aceptado que las personas jóvenes se relacionan solo a través del móvil. 

Sin embargo, este estudio muestra que 
dos de cada tres de sus interacciones sociales son cara a cara. 
¿Cómo y por qué interaccionan los jóvenes?.

   En el 70% de las 8.289 interacciones cara a cara registradas, 
los adultos jóvenes no utilizaron el móvil en absoluto.

"Las interacciones sociales de los jóvenes: cara a cara, entre amigos y familiares, y poca presencia del móvil".
Proyecto seleccionado en la convocatoria Flash sobre Tecnología y Sociedad (FS21-1B).



Aurelio Fernández, Univ. de Navarra y Univ. de Gante; 
Charo Sádaba, Universidad de Navarra; 
Javier García-Manglano, Universidad de Navarra; 
Marieke Vanden Abeele, Universidad de Gante.
 

Los seres humanos tenemos una necesidad básica de pertenecer a un grupo, lo que nos lleva a establecer relaciones interpersonales. Estas se generan y se fortalecen por medio de interacciones sociales en la vida cotidiana, las cuales varían entre sí, pues interactuamos con distintas personas, a través de distintos canales y con propósitos diversos. También varía el esfuerzo requerido por cada interacción y el grado en que estas satisfacen la necesidad de pertenecer a un grupo, comúnmente estudiado por medio de la percepción de cercanía con otras personas. En este artículo analizamos 12.421 interacciones sociales de 257 adultos jóvenes en España (18 a 25 años) para entender cómo interactúan: con quién, a través de qué medio, con qué propósito, cuánto esfuerzo les requiere y en qué medida cada interacción se asocia a la percepción de niveles altos de cercanía. Estos datos se recogieron durante cuatro semanas mediante una innovadora metodología que permite analizar fenómenos que varían momento a momento gracias al uso de una aplicación en el móvil. 


 Puntos clave
  • Hay diferentes tipos de interacciones: las más frecuentes son las que buscan mantener relaciones (54%), seguidas de las que buscan un fin práctico (34%). Con menor frecuencia se dan las interacciones para fortalecer las relaciones (9%) y, en último lugar, están las negativas, que buscan gestionar dificultades en la relación (3%).
  • El 67% de las interacciones sociales de los adultos jóvenes españoles se establecen cara a cara y, entre las mediadas por la tecnología, un 19% se hace por mensajería, un 11% por llamada o videollamada y solo un 3% por redes sociales.
  • El 81% de las interacciones sociales se realizan con una mayor familiaridad (amigos o familiares), mientras que un 16% se da con simples conocidos y solo un 3% con totales desconocidos.
  • Las interacciones sociales para gestionar dificultades en una relación requieren significativamente más esfuerzo que otros tipos de interacciones.
  • Mostrar cariño es la interacción que conduce a mayores grados de cercanía y que requiere menos esfuerzo, siendo la más eficiente en la ratio entre la cercanía y el esfuerzo requerido.
  • 6 En el 70% de las 8.289 interacciones cara a cara registradas, los adultos jóvenes no utilizaron el móvil en absoluto; en el caso de las interacciones de mayor calidad, este porcentaje sube al 80%.

En el análisis de las interacciones sociales tiene especial importancia el medio mediante el cual estas ocurren. Un poco más de dos tercios del total fueron cara a cara: 8.289 interacciones de un total de 12.421. Entre las interacciones mediadas, el medio más frecuente (19% del total) ha sido las aplicaciones de mensajería (WhatsApp, iMessage, etc.). Las interacciones menos frecuentes son las que se establecieron por medio de las redes sociales, representando solo un 3% del total.

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Puede  ser de interés relacionado con el anterior estudio, esta investigación que también del mismo Observatorio Social de la Fundación la Caixa,

"Estilos de apego: los vínculos afectivos condicionan el uso del móvil entre los jóvenes y su satisfacción relacional."



La revolución de la Inteligencia Artificial: cómo va a afectar a nuestros hijos, Coloquio 6 junio.



¿Te interesa saber cómo afectará la inteligencia artificial a tus hijos?
El próximo 06 de junio organizamos una masterclass y coloquio en Madrid,

Participan David Hurtado, , Carmen Reina, y
@gentrala
Te invitamos a esta masterclass y coloquio sobre la Inteligencia Artificial y nuestros hijos, que tendrá lugar el próximo martes 6 de junio de 2023 a las 19:00h en Orange Digital Center (Calle San Bernardo, 101, Madrid).
📲 Podrás seguirlo en directo aquí: youtube.com/watch?v=Uvjgdk https://www.youtube.com/live/UvjgdkHdum4?feature=share