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'La juventud es más que una palabra', estudio REDR sobre recursos para la juventud rural.


El estudio REDR 'La juventud es más que una palabra', que recoge las líneas comunes de los programas de juventud desarrollados por las CCAA, así como el marco normativo y la legislación existente, los planes o estrategias de juventud puestas en marcha a nivel regional..., con el fin de crear un catálogo sistematizado, actualizado y comparado de recursos disponibles para la juventud rural; del que Propuestas para un futuro con jóvenes rurales
  • Para reconocer la importancia del bienestar, desarrollo, implicación y participación de los jóvenes en la sociedad, la Unión Europea ha decidido que 2022 sea el Año Europeo de la Juventud.
  • REDR publica un estudio con el objetivo de formular conclusiones y recomendaciones que sirvan para reforzar el papel de la juventud rural en los territorios y crear una base documental con capacidad para apoyar políticas e iniciativas que promuevan su empoderamiento.
  • El estudio sistematiza un catálogo de políticas de juventudrecursos y legislación existente en cada una de las 17 CCAA.
  • María Gafo, jefa adjunta de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE; María Teresa Pérez, directora general del INJUVE; o Fernando Soriano, presidente de la Comisión de Juventud e Infancia de la FEMP, son algunos de los participantes que comparten sus propuestas y visiones sobre la realidad de la juventud.
  • Descarga el estudio completo aquí [PDF] o accede online / 
  • Descarga aquí el resumen ejecutivo [PDF] o accede de manera online.

La juventud rural española debe ocupar un papel fundamental en el presente y el futuro del desarrollo de nuestras áreas rurales y protagonizar la lucha contra el reto demográfico, pese a los múltiples desafíos a los que se enfrenta. Estimular el emprendimiento juvenil, apostar por la digitalización de la economía o impulsar el papel del asociacionismo para integrar a la juventud en los procesos de toma de decisiones, son algunas de las principales alternativas que pueden ayudar a garantizar la supervivencia de las zonas rurales y mejorar la calidad de vida de la juventud rural.

Sin embargo, la complicada situación que atraviesan los jóvenes, marcada por las dificultades de acceso al mercado laboral y a la vivienda y una sensación de crisis económica crónica, se ve agravada en las zonas rurales por problemáticas endógenas -envejecimiento de la población, brecha digital...-, una realidad que evidencia más que nunca la necesidad de elaborar políticas públicas dirigidas a corregir esta desigualdad y apostar por la juventud.

Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio que acaba de publicar la Red Española de Desarrollo Rural. La publicación 'La juventud es más que una palabra', es una radiografía sobre la realidad de los/as jóvenes rurales de nuestro país. A partir de un diagnóstico actualizado sobre la situación de la juventud española y una recopilación de recursos y testimonios de jóvenes y actores vinculados con el medio rural, el estudio quiere servir como base documental para apoyar políticas e iniciativas que contribuyan a mejorar de manera significativa la calidad de vida de nuestros jóvenes, y otorgarles herramientas para que su voz sea escuchada. El estudio de REDR aspira a llamar la atención sobre la necesidad urgente de empoderar a la juventud rural, y otorgar a nuestros y nuestras jóvenes un mayor peso en las instituciones y en los espacios de toma de decisiones.

Propuestas para un futuro con jóvenes rurales

Además de ser uno de los países más envejecidos y con menor tasa de natalidad del mundo, España también ocupa el ranking europeo con mayor porcentaje de población joven en regiones predominantemente urbanas. Siendo un grupo social cada vez menos numeroso, la juventud española lidera asimismo una de las mayores tasas de desempleo juvenil de la UE (30%). Ante esta situación que, a su vez, ven agravada respecto a sus homólogos urbanos, la juventud del medio rural necesita palancas y herramientas para liderar el desarrollo de sus territorios. Si queremos ofrecerles un futuro, es imprescindible cambiar nuestro paradigma de desarrollo y sostenibilidad y apostar por nuestra juventud sin perder más tiempo.

En primer lugar, reforzando el emprendimiento juvenil como principal vector de desarrollo socioeconómico: el medio rural ofrece infinidad de oportunidades de emprendimiento para todos los sectores, especialmente para aquellos centrados en la sostenibilidad y la oferta de servicios de calidad. Para ello, es necesario apoyarse en la digitalización de la economía y en garantizar una cobertura de banda ancha en todo el territorio, lo que generará un espacio óptimo para la innovación y el desarrollo de nuevas actividades económicas.

Para reactivar e impulsar el regreso de nuestros jóvenes al territorio, es necesario asegurar su participación activa en los procesos de toma de decisiones, a través del fortalecimiento del asociacionismo y el trabajo en red. La existencia de Grupos de Acción Local representa una oportunidad única para los jóvenes que quieran involucrarse en el diseño de sus territorios y participar de manera activa en la configuración futura de sus municipios y comarcas.

Existen tres vías principales de participación: integrarse en el Grupo de Acción Local como asociación conformada; recibir apoyo para la creación de una asociación y solicitar apoyo para el desarrollo de iniciativas o proyectos de emprendimiento. Es necesario destacar que las asociaciones juveniles son uno de los colectivos más demandados por los Grupos de Acción Local y existe una voluntad general de integrar a este colectivo en el nuevo período de programación. Para ello, la implementación de la Metodología LEADER supone una gran oportunidad.

Políticas públicas existentes, pero insuficientes: el papel de LEADER y los grupos de acción local

La transferencia de competencias en materia de juventud a las comunidades autónomas ha provocado un alto grado de variabilidad en su marco normativo. El estudio de REDR analiza las líneas comunes de los programas de juventud desarrollados por las CCAA, así como el marco normativo y la legislación existente, los planes o estrategias de juventud puestas en marcha a nivel regional..., con el fin de crear un catálogo sistematizadoactualizado y comparado de recursos disponibles para la juventud rural.

Otro de los aspectos relevantes de la publicación es la inclusión de entrevistas en profundidad actores fundamentales en el desarrollo de políticas de juventud. María Gafo, jefa adjunta de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE; María Teresa Pérez, directora general del INJUVE; Fernando Soriano, presidente de la Comisión de Juventud e Infancia de la FEMP; o Anna Sanmartín, Subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, son algunos de los participantes que comparten sus propuestas y visiones sobre la realidad de la juventud. Asimismo, el estudio recoge los testimonios de varios jóvenes rurales, divididos por temáticas, con la participación de Borja Castro, Alcalde de Alcocer (Guadalajara), que aporta su experiencia sobre el papel de la juventud rural en las administraciones públicas; Patricia Alonso, creadora del Proyecto Kinesfera Artística en Sobarzo (Cantabria), en materia emprendimiento juvenil en el medio rural; Ana M. Corredoira, Ganadera en A Cernada, Palas del Rei (Lugo), que reflexiona sobre el sector primario y el relevo generacional; y Enrique Collada, Carlos Llobregat, Carlo Stella y Elsa Arnaiz, de la asociación Talento para el Futuro, que elaboran cuatro propuestas para el futuro de la juventud rural.


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El mundo rural reclama medidas para los niños ante el revulsivo de la covid.

 Ayuntamientos, productores, maestros y gestores de proyectos europeos 
reivindican servicios y conexiones, con el fin de llenar los pueblos de niños y niñas, 
ante la oportunidad que ha dado la pandemia a las zonas rurales.
El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Secundino Caso,
defiende que la enseñanza a distancia ha aumentado la socialización de estos preadolescentes 
y recuerda la llegada de la fibra óptica, que "cambió la vida familiar". 
 "Pero hay muchos sitios sin fibra, sin cobertura del móvil o señal de televisión (...), 
luego llevas al niño a la cabecera de comarca y parece que su amigo habla otro idioma", apunta.

Reportaje de Mercedes Salas, 

Profesionales rurales que defienden el entorno para sus hijos declaran a Efeagro que hacen falta políticas de refuerzo, porque para frenar la despoblación es decisiva la presencia de los niños y las niñas en los padrones.
Así lo perciben dos madres, dos padres y un maestro de Aragón, Cantabria y Castilla y León.
La pandemia puede aumentar las matrículas rurales "porque hay familias que consideran la escuela rural positiva por las vivencias, los resultados y la seguridad sanitaria y ambiental si en el pueblo hay servicios, vivienda, trabajo, comunicaciones e Internet", según el Informe España 2020 de la Universidad Pontificia Comillas.

Reactivación demográfica
El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, Secundino Caso, asegura que en zonas como Castilla-La Mancha se han reabierto colegios y que este curso hay más escolares en los pueblos de Madrid o de la costa rural cántabra.
Alcalde de Peñarrubia (Cantabria) y padre de dos chicos (11 y 12 años), defiende que la enseñanza a distancia ha aumentado la socialización de estos preadolescentes y recuerda la llegada de la fibra óptica, que "cambió la vida familiar".
"Pero hay muchos sitios sin fibra, sin cobertura del móvil o señal de televisión (...), luego llevas al niño a la cabecera de comarca y parece que su amigo habla otro idioma", apunta.

Brechas entre pueblos
La infancia en un municipio pequeño turolense no se puede comparar con la vivida a pocos kilómetros en Calanda o Alcañiz, o en un pueblo de Andalucía, según el gestor del grupo de acción local Cuencas Mineras de Teruel -del programa europeo Leader-, José Manuel Llorens.
La ganadera María Gómez Arredondo, de Soba (Cantabria), incide también en las diferencias entre pequeños núcleos -en el suyo hay tres vecinos- y las cabeceras comarcales.
Debido a la pandemia, sus hijas -de 12 y 8 años- no asisten a las actividades extraescolares como baile o carreras de "mountain bike" para las que debe recorrer muchos kilómetros al día y acudir precisamente a esos centros de comarca.
Gómez describió a Efeagro hace un año el confinamiento "privilegiado" en las montañas y once meses después sigue valorándolo, pero señala que el campo "no es tan idílico".
Al referirse a la brecha digital, remite a las dificultades para completar la entrevista telefónica por varias interrupciones debido a la poca cobertura en su explotación.
El horario de los deberes coincide con el del ordeño de vacas, en su caso, lo que condiciona la conciliación.

Cambio de mentalidad
"Que mis hijas sean astronautas o ganaderas, pero con buena educación; estudié Gestión Comercial y Marketing, volví con las vacas y no me arrepiento", subraya Gómez, en alusión a la necesidad de dotar a los niños rurales y urbanos de los mismos recursos.
Laura San Felipe, doctora, estudió Publicidad en Madrid, vivió en Ecuador y regresó a su comarca en Segovia, donde creó una agencia de comunicación para negocios rurales, que combina con teletrabajo para la Universidad Internacional de la Rioja.
En Cantalejo, con 4.000 habitantes, puede dejar a su hijo de dos años en una guardería y tiene buena conexión digital, a diferencia de su pueblo, Cabezuela (700 habitantes).
Aprecia la atención "personalizada" de los colegios rurales y el privilegio de que los niños jueguen en la calle y pasen la pandemia entre pinares.
Pero casi todas sus amigas viven en Madrid y reconoce que "la mentalidad" es pensar que "si quieres prosperar, tienes que irte".
En sentido inverso, Llorens, licenciado en Historia, se considera un urbanita atípico que hace 13 años aterrizó en Torrevelilla (200 habitantes) siguiendo a su mujer, farmacéutica rural.
Valora llevar a "Eva y Anaís", mellizas de seis años, al colegio de 20 niños adscrito al Centro Rural Agrupado (CRA) del Mezquín y la crianza en el pueblo, con más libertad e independencia.
Relativiza las carencias en Internet, porque en las ciudades "también hay diferencias", según el poder adquisitivo familiar, y defiende la escuela de sus hijas, con pizarras digitales y enseñanza bilingüe.
Pero ve un inconveniente en la alta rotación del profesorado.

El maestro que se queda
Patxi Artigot es maestro en Camarillas (Teruel), en un colegio adscrito al CRA de Aliaga, con "seis alumnos y seis niveles" de un pueblo de 86 habitantes; el curso pasado trabajó en prácticas en otro pueblo, en Allepuz.
Asegura que se quedará allí el año que viene y que en su círculo hay más colegas que piensan igual, porque en Teruel muchos jóvenes proceden del entorno rural como él, que aún tiene una abuela en el campo.  

Un año sin pisar la escuela.

365 días sin clase para 114 millones de niños en Latinoamérica y Caribe, 
la región que más ha tardado en abrir los colegios  por el coronavirus. 

En este especial de El País, Planeta Futuro es una inmersión en la realidad de Latinoamérica y el Caribe y los efectos colaterales de este paréntesis educativo sin precedentes.
Sobre los  temas de Brecha Digital, de Familia, de  Educación, de Profesores y de Nutrición se ve la panorámica, no muy alentadora, que la pandemia ha hecho en esos países con sus peculiaridades.

La crisis del coronavirus ha puesto patas arriba las vidas de millones de estudiantes en América Latina y el Caribe, pero no ha afectado por igual. Chile logró llegar a la mayoría de sus alumnos a pesar de la pandemia, mientras que los de Bolivia perdieron un año completo. Para un país fueron 365 días de educación ininterrumpida; para otro, 365 días en los que el sistema educativo pareció haber caído en el olvido.

Hoy Ingrid Graciela tampoco irá al colegio. Ni mañana. Tiene nueve años y ha pasado los últimos 365 días en casa, una humilde construcción hecha de adobe, sin electricidad ni agua. Allí viven “como pueden” los siete miembros de la familia de agricultores guatemaltecos Pop Chó. 

Tal día como hoy de aquel fatídico 2020, cuando la palabra coronavirus empezó a ser cotidiana, todas las clases escolares en Latinoamérica y el Caribe habían echado ya el candado –a excepción de Nicaragua, el único país de la región que no cerró– sin saber muy bien cuándo volverían al bullicio de los recreos, los comedores llenos y las mochilas repletas de metas. 
Un año después, la escuela es apenas un recuerdo para cerca de 114 millones de niños y adolescentes. 
En agosto, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), llegaron a ser 160 millones.

“Migraciones y primera infancia en América Latina y el Caribe...."

Elaborado en el marco del Convenio entre 
 Diciembre 2019.

Equipo de investigación del IIN/OEA:
Dirección: Víctor Giorgi,
Adrián Rozengardt,
Esteban de la Torre,
Julia Fonseca,
Katherine LLanos.


INTRODUCCIÓN, 
IMÁGENES DEL NAUFRAGIO.

Dos imágenes podrían sintetizar la metáfora del horror del siglo XX. La primera es el hongo de la muerte, la columna de humo incandescente elevándose hacia el cielo sobre Hiroshima
el 6 de agosto de 1945: el hongo de fuego. La segunda no es tan precisa, porque resulta de la suma de los perfiles de los diferentes campos de concentración que el nazismo instaló en
Europa durante la segunda guerra mundial: la síntesis del holocausto. La ciencia y la cultura al servicio del poder y sus delirios. La representación de habernos convertido en la única
especie capaz de extinguirse por voluntad propia. Aborrecemos la Bomba y los Campos de Exterminio, pero preferimos soslayar sus efectos, dirá Jorge Volpi en el prólogo a Lluvia Negra, (Ibuse, 2007)
“Nadie quiere acordarse ya de las quemaduras, de los cadáveres. Menos aún de los sobrevivientes. De aquellos que vivieron para contar el asombro y el horror. Ellos son los últimos testigos de lo que somos, en realidad, los humanos”.
A comienzos del siglo XXI otras dos imágenes pueden servir, también, como representación del actual desprecio de un mundo poderoso y cada vez más rico, por sobre otro más débil,
cada vez más vulnerado y vulnerable. La primera es la imagen de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que apareció ahogado a orillas del Mediterráneo, cuando intentaba, con parte
de su familia escapar, de la guerra que está regando de bombas casas, campos, escuelas y hospitales de su Siria natal. La otra es la que retrata a Valeria Martínez Ramírez, que antes
de cumplir dos años, y luego de recorrer tres mil doscientos kilómetros junto a su padre, escapando de la pobreza y el sinsentido de la violencia salvadoreña, murió ahogada en las
aguas del río Bravo, sin enterarse nunca de cómo hubiese sido su futuro.
Ambos retratos acercan como nunca una relación particular, la de los niños y niñas más pequeños y pequeñas, con el fenómeno global creciente de la migración internacional. Este
vínculo, primera infancia y migración, representa un entramado de complejo abordaje. Es un campo de lo social atravesado por diversos actores, tensiones, representaciones, con un
alto nivel de heterogeneidad en las respuestas normativas y en la implementación de políticas públicas destinadas a reconocer y garantizar derechos de niñas, niños y sus
familias, principalmente mujeres, que asumen el mandato cultural de sostener el cuidado de las nuevas generaciones.
¿Seremos capaces de aceptar, sin rebelarnos, que estas representaciones de la realidad se inserten como parte del lienzo donde se retrate esta época de la historia?, ¿será qué, así
como incorporamos al hongo atómico y los campos de concentración como expresiones asumidas de la cultura humana, permitiremos que miles de niñas y niños pierdan sus vidas
y sus derechos intentando alcanzar contextos familiares y económicos diferentes al que se les ofrece en sus tierras de origen?, ¿O lograremos ofrecer una alternativa que los incluya,
los cuide, garantice su presente y su futuro?

Milanovic, en su trabajo “Desigualdad mundial” (2017) llama la atención de la existencia de muros, rejas y campos minados, allí donde el mundo rico y el mundo pobre se encuentran
en cercana proximidad física. No fronteras, sino barreras más visibles: “…donde veamos a países contiguos (ya sea por tierra o agua) con grandes diferencias de ingresos, allí
encontraremos los lugares con las mayores barreras a la migración” (pág. 169).
Este trabajo, impulsado por la Fundación Horizonte Ciudadano, en el marco del proyecto “Convergencia para la acción: red de líderes por un comienzo con futuro”, e implementado
en alianza con el “Instituto Interamericano del Niño, la Niña y el Adolescente”, de la OEA, tiene por objetivo definir y caracterizar el fenómeno de la migración internacional en
América Latina en la última década, dando cuenta del entramado de relaciones complejas que se establece entre los procesos migratorios y las niñas y niños que atraviesan la primera
infancia y sus familias en términos de su caracterización, los flujos migratorios en que se ven involucrados, el número de migrantes por país, las razones o causas de la migración, las
consecuencias e impacto en la primera infancia, entre otros. La gestión de la migración y de los fenómenos sociales que esta conlleva es, sin duda alguna, uno de los mayores retos de las sociedades contemporáneas.
En ese sentido se plantea caracterizar las principales ideas, definiciones y tensiones que sobre este fenómeno se reconocen en el mundo académico, desde los Estados nacionales
en general, y desde algunas voces significativas de la comunidad internacional. También se propone presentar una serie de datos sobre el fenómeno de la migración internacional en
la región, así como las principales relaciones que se establecen entre los procesos de movilidad humana y la primera infancia.
Este primer acercamiento permitirá concentrar posteriormente la mirada sobre los dos grandes instrumentos con que cuentan los Estados para intervenir en tan complejo
fenómeno: las normas jurídicas, y la identificación de las políticas públicas que promueven garantizar los derechos de las niñas, los niños y familias migrantes.
El estudio se propone aportar al proceso de reconocimiento de la vastedad de este problema público para enfrentarlo, y poder ofrecer a las nuevas generaciones un mundo
accesible, amigable, inclusivo y feliz.....



La lucha contra la pobreza infantil debe tener un enfoque local.

Las ciudades juegan un papel clave en en la ruptura 
del ciclo intergeneracional de la pobreza, como se ha visto durante la pandemia.
Estas son las estrategias de los municipios europeos 
en la lucha contra la pobreza infantil.  

 Ciudades Amigas de la Infancia, UNICEF.

La pobreza en la infancia y adolescencia supone uno de los mayores retos de la actualidad. En Europa, un total de 19,4 millones de niños y niñas (uno de cada cuatro) está en riesgo de pobreza o exclusión social en Europa, como ha recordado Olivier De Schutter, relator especial de las Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, en un comunicado. En España hoy, 3 de febrero, el presidente del Gobierno ha presentado la Alianza de país Pobreza Infantil Cero, formada por 75 entidades, para realizar avances en la lucha contra esta lacra y que parte de la idea de que la pobreza infantil es un problema estructural.

Pero la pobreza infantil tiene, además, una fuerte dimensión territorial. Es decir, que la oportunidad de un niño o niña de realizar todo su potencial o bien de sufrir riesgo de pobreza y exclusión está muy ligada a aspectos como su situación socio-económica y, también, la ciudad, el vecindario o las características del hogar donde vive.

Las ciudades tienen una tasa de pobreza infantil más alta que el resto del país, según el estudio de Eurocities Fighting child poverty in European cities, Lessons from cities for the EU Child Guarantee, publicado en diciembre de 2020. Nueve de cada 10 ciudades encuestadas para este informe confirmaron tener una mayor proporción de niños que viven en la pobreza que el promedio de su país. Esto se debe a que las familias que viven en ciudades enfrentan desafíos urbanos específicos que aumentan su riesgo de pobreza, como un coste de vida más elevado, falta de vivienda asequible y de lugares de cuidado infantil, etc. Para los autores del informe esto es, en parte, el resultado del crecimiento dinámico de los núcleos urbanos, que ahora albergan al 75% de la población europea.

Además, dentro de las propias áreas urbanas también hay fuertes desigualdades: casi todas las ciudades encuestadas para el estudio (32 de 35) señalan que en algunos de sus distritos urbanos la pobreza infantil es considerablemente más alta que el promedio de la ciudad, y en la mayoría existen grandes disparidades entre sus distritos o vecindarios.

 Qué pueden hacer las ciudades: aprendizajes de la pandemia

Esta dimensión territorial de la pobreza infantil tiene, en la otra cara de la moneda, un aspecto esperanzador: las ciudades y municipios juegan un papel clave en la lucha contra la pobreza en la infancia y en la ruptura del ciclo intergeneracional. Al ser el gobierno más cercano a la gente, las autoridades locales son las primeras en ver y responder a las necesidades de sus habitantes: es algo que quedó patente durante la crisis del COVID-19.

Para hacer frente a esta realidad, muchos gobiernos locales están llevando a cabo una estrategia local integrada para reducir la pobreza infantil, combinando a menudo un enfoque sistémico de apoyo a las familias con medidas específicas para abordar las necesidades concretas de los niños de grupos particularmente vulnerables (familias monoparentales, inmigrantes, romaníes, necesidades especiales).

¿Qué se ha hecho en esta línea desde la llegada de la pandemia? Las ciudades han actuado para mitigar el gran impacto que esta está teniendo en la infancia y adolescencia, especialmente desde el cierre de escuelas y guarderías en 2020. Lo han hecho con medidas como proporcionar ayuda alimentaria, equipos y dispositivos digitales para ayudar a los niños a seguir las clases en línea, e incluso apoyo a los ingresos, asesoramiento psicológico y recursos de juego, etc.

 Estrategias municipales para luchar contra la pobreza infantil

 De acuerdo con el informe de Eurocities, todas las ciudades encuestadas trabajan activamente para prevenir o reducir la pobreza infantil y la mayoría de tienen una estrategia específica para reducir la pobreza infantil a nivel municipal. Estas son las más comunes:

 1. Un enfoque holístico, integrado y transversal: es, según el informe, especialmente efectivo para mejorar la situación de las familias (por ejemplo, mejorar el acceso a la vivienda, el empleo y los ingresos dignos para los padres). Entre los ejemplos de este enfoque, el informe menciona el Plan Local de la Infancia y la Adolescencia de Madrid, que incluye la participación infantil, el mantenimiento de un entorno urbano saludable y una línea de acción estratégica para la evaluación de las intervenciones en curso. También, el ejemplo de «Thriving«, estrategia contra la pobreza infantil de la ciudad de Leeds (Reino Unido), centrada en la creación de «asociaciones» entre todos los actores locales relevantes que trabajan con la infancia, incluyendo niños y jóvenes, para fomentar la responsabilidad conjunta y la propiedad compartida para abordar los problemas que afectan la pobreza infantil.

2. Otra tendencia es centrarse en mejorar el acceso a la educación y el cuidado de la primera infancia y la educación escolar (por ejemplo, aumentar el número de plazas en el cuidado de los niños, reducir las tarifas para las familias de bajos ingresos, proporcionar beneficios en especie como comidas escolares gratuitas, o apoyar el acceso a los deportes, la cultura y el ocio). El informe aporta el ejemplo de la ciudad de Liubliana, en Eslovenia, donde el cuidado infantil y la educación preescolar son asequibles y accesibles para todos.

 3. Adoptar un enfoque local. La mayoría de las ciudades del informe, tres cuartas partes de la muestra (26 de 35), aplican un enfoque territorial basado en el lugar para abordar las necesidades específicas de los niños en los vecindarios con las tasas más altas de pobreza. Algunas han puesto en marcha planes territoriales integrados para cerrar las brechas en las condiciones de vida entre las diferentes áreas urbanas. Otras ciudades han desarrollado programas específicos para la regeneración urbana de sus zonas más desfavorecidas, que incluyen acciones para reducir la pobreza infantil.

Un ejemplo de esto último es la estrategia ‘Pla de Barri‘ de Barcelona para 2016-2020, consistente en «planes de vecindario» con acciones para mejorar las condiciones sociales de los niños y cuyo objetivo es reducir las desigualdades sociales en 16 barrios de la ciudad.

 4. Prevención e intervención temprana. Las ciudades pueden adoptar mecanismos para identificar los factores de riesgo, como la vulnerabilidad económica debido a bajos ingresos familiares, las dificultades sociales familiares (estrés de los padres, conflictos familiares, violencia doméstica, etc.) o las dificultades educativas. Un ejemplo: para prevenir la vulnerabilidad económica, muchas ciudades han implementado ayudas como comidas escolares gratuitas, subsidios para familias, becas sociales, etc.

 5. Promover la participación infantil. Los responsables de la formulación de políticas a nivel local, nacional y de la Unión Europea deben involucrar a los niños y niñas en las decisiones que los afectan directamente. Para ello, es importante garantizar que las voces de los niños y niñas se escuchen y representen la diversidad de la infancia. Un elemento clave para esta estrategia son los consejos infantiles y juveniles.

De acuerdo con el informe, tres cuartas partes de las ciudades consultadas han establecido estructuras o procesos específicos para la participación de niños y jóvenes en sus políticas. Los enfoques más comunes son los Parlamento y consejos de infancia, los procesos participativos (encuestas, grupos focales de niños y niñas para co-crear ideas para nuevas políticas…), o los presupuesto participativos.



Los niños pequeños son planificadores urbanos intuitivos: todos nos beneficiaríamos de vivir en sus ciudades 'llenas de cuidados'.

 En una era de crisis climática, viviendas inasequibles y crecientes disparidades de riqueza, la habitabilidad y funcionalidad de nuestras ciudades son más importantes que nunca. 
Y, sin embargo, faltan voces importantes en los debates sobre planificación urbana: 
las voces de quienes algún día heredarán esas ciudades.

Boletín Niño en la Ciudad.

Según la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y la iniciativa de ciudades amigas de la infancia de UNICEF , los niños de cualquier edad o capacidad tienen derecho a utilizar, crear, transformar y desarrollar sus entornos urbanos.

A pesar de esto, la opinión generalizada es que los niños en edad preescolar carecen de la competencia para reflexionar sobre entornos más allá de sus patios de recreo o jardines de infancia. A los niños pequeños prealfabetos se les niega una participación significativa en el diseño de la ciudad.

Pero nuestro trabajo, el estudio de niños en edad preescolar de Dunedin:"Yes we can! Pre-schoolers as competent evaluators of their city", muestra que debemos incluir las voces de estos planificadores urbanos intuitivos que piensan de manera integral sobre lo que una ciudad necesita para funcionar bien y ser segura, saludable y divertida..... Seguir leyendo el artículo.


Otros Artículos del Boletín.


La Fundación Internacional Niño en la Ciudad y la Ciudad de Cascais en Portugal lo invitan a enviar su resumen Seminario para el niño en la ciudad ¿Cómo incorporar los derechos del niño en la planificación de políticas locales ? del 17 al 18 de junio de 2021. Seguimos de cerca los desarrollos relacionados con el coronavirus y seguimos las pautas establecidas por los expertos.
Por lo tanto, este seminario se organizará como un evento híbrido: en vivo (si está permitido) y en línea.
Haga clic aquí para obtener más información sobre el seminario y los criterios para enviar su resumen.
La convocatoria de resúmenes se cierra el 26 de febrero a las 1700 horas CEST.

El miedo de los niños. "Las calles fueron privatizadas y entregadas al tráfico y los niños desaparecieron de ellas".

Muñoz Molina publica 'El miedo de los niños', 
un cuento largo sobre los temores infantiles en la España pobre y rural de los años 60.
"Los adultos tenemos lógicamente otra sensibilidad y además tendemos a invadir 
el espacio infantil con clases de ballet, de inglés y con mil actividades. 
Pero los niños forman una tribu a la que los mayores debemos respetar y cuidar, nunca invadir. 
En ese sentido resulta muy enriquecedor el diálogo entre generaciones y el papel de los abuelos".

Miguel Ángel Villena,  

El escritor Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) se sorprendió hace unos meses, cuando acudió a ver una exposición en Madrid sobre la fotografía y las ciudades, porque se percató de que a partir de los años 70 los niños habían desaparecido de las fotos de las calles. Durante décadas y siglos calles y plazas fueron el espacio donde los niños jugaban, se relacionaban entre ellos y creaban sus propios mundos. "Pero las calles", comenta el autor, "fueron privatizadas y entregadas al tráfico y los niños desaparecieron de ellas a partir de esa época".

"De hecho, los proyectos más innovadores en la actualidad pasan por redescubrir una ciudad en la que se pueda vivir en espacios públicos. Todo ello nos lleva a remarcar que la idea de progreso como un valor absoluto se está poniendo en tela de juicio. En todo progreso encontramos ganancias y pérdidas y sin nostalgias ni prejuicios podemos afirmar que, sin duda alguna, una de las pérdidas fue la autonomía del mundo infantil". Muñoz Molina, uno de los escritores españoles más reconocidos por el público y por la crítica, acaba de publicar El miedo de los niños (Seix Barral), un cuento largo basado en su memoria de sus años de niñez y adolescencia en su Úbeda natal.

"Los miedos que yo recuerdo", señala el escritor en una entrevista con elDiario.es, "tenían una gran fuerza narrativa y se referían, por ejemplo, a los tísicos de los que se decía que chupaban la sangre a los niños, a los casos de catalepsia o a canciones y leyendas que realmente inspiraban mucho terror". En realidad eran metáforas de miedos verdaderos de la época pero pasados por el filtro de la fantasía. Por eso, según Muñoz, también estaba "el temor a contraer la poliomielitis, que había arrasado medio mundo, o como la traslación de angustias de los adultos que se filtraban hacia los más pequeños como la evocación de los miedos de la Guerra Civil. Sin olvidar, por supuesto, el miedo a los adultos depredadores y acosadores que está presente en tantas culturas y países con una figura como el hombre del saco". 

El miedo de los niños, un libro que incluye ilustraciones de María Rosa Aránega, narra la relación entre dos primos, uno de ellos poliomielítico, en un pueblo en los años 60 cuando todavía los pequeños podían disfrutar en la calle con juegos sencillos y a la vez muy elaborados e imaginativos. El autor de novelas como La noche de los tiempos o Tus pasos en la escalera rechaza que estos recuerdos signifiquen una idealización del pasado.

"Ni mucho menos idealizo esa época", afirma, "porque era un mundo de pobres, donde muchos niños y niñas empezaban a trabajar en el campo, en los talleres o en las fábricas con apenas 10 o 12 años". Añade que lo que sucedía en aquellas sociedades es que estaban fundamentadas en una muy necesaria transmisión oral que ahora se ha perdido y que por aquel entonces hacía que el conocimiento se transmitiera de abuelos a hijos y nietos. "Aquella oralidad estaba presente hasta en las películas, porque nos las contábamos de unos a otros. Esos recuerdos se graban con mucha fuerza en la memoria y debo reconocer que suponen una parte muy profunda de lo que soy y cómo soy", considera.

Gran caminante, aficionado al ciclismo y activista contra el cambio climático, articulista de periódicos desde su juventud, académico de la RAE, cultivador de diversos géneros que van de la novela al ensayo pasando por el reportaje, Antonio Muñoz Molina reflexiona sobre el mundo de los niños en la actualidad desde su perspectiva de padre y abuelo. Así las cosas, se muestra muy satisfecho por el regreso de los niños a los colegios tras largos meses de confinamiento y opina que "los pequeños necesitan estar con gente de su edad".

"Los adultos", añade, "tenemos lógicamente otra sensibilidad y además tendemos a invadir el espacio infantil con clases de ballet, de inglés y con mil actividades. Pero los niños forman una tribu a la que los mayores debemos respetar y cuidar, pero nunca invadir. En ese sentido resulta muy enriquecedor el diálogo entre generaciones y el papel de los abuelos".....

                       

“La escuela rural tiene las respuestas para los desafíos educativos de la pandemia”.

Entrevista Juan Manuel Trujillo*, quien defiende las bondades de unos centros 
con ratios bajas y en los que los alumnos pasan mucho tiempo al aire libre:
“Deberíamos mirar más a la escuela rural porque allí están muchas de las respuestas 
para los desafíos educativos ante los que nos ha puesto la pandemia”.


Juan Manuel Trujillo trabajó 14 años en escuelas rurales de Ciudad Real y Granada y es el director de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Granada.
Juan Manuel Trujillo*
Pregunta. ¿Qué ventajas tiene la escuela rural en este contexto?
Respuesta.
Pone el foco más en las capacidades y competencias que en los contenidos, lo que llamamos el desarrollo competencial. Y construir ciudadanos capaces es clave para hacer frente a situaciones como esta. Las escuelas rurales suelen trabajar por proyectos, retos, resolviendo problemas de su entorno, involucrando a la comunidad. Eso desarrolla todas las competencias del currículo con alumnos muy implicados. El contacto con el medio, con el entorno, es más fácil y directo ofreciendo oportunidades mucho más significativas que en la escuela urbana. Por eso suelen ser más innovadores.

P. ¿Es más segura?
R. Por supuesto. Tienen ratios muy bajas y están constantemente saliendo al exterior y aprendiendo al aire libre, dos elementos condicionantes en la evolución de la pandemia. Deberíamos mirar más a la escuela rural porque allí están muchas de las respuestas para los desafíos educativos ante los que nos ha puesto la pandemia.

P. ¿Cuáles?
R. Que funcionan mejor los grupos con menos alumnos, que es más eficaz trabajar por proyectos, que debemos incorporar el entorno y el aire libre en la escuela... Y, además, es una oportunidad para que se engrandezca el entorno rural, para que volvamos a lo esencial. La gente está volviendo a los pueblos porque garantiza la salud, ofrece otro ritmo de vida y de aprendizaje más flexible

P: ¿Y qué inconvenientes tiene?
R. La inestabilidad del personal, que no suelen ser del propio pueblo y están de paso. También hay algunos problemas de conectividad, según dónde se encuentren, y quizás el acceso a la cultura que está centralizada en las zonas urbanas, aunque también se pueden organizar actividades complementarias puntuales.

P. Las escuelas que trabajan por proyectos fueron las que tuvieron menor porcentaje de alumnos desconectados cuando cerraron los colegios. ¿Ocurrió también en la escuela rural?
R. Los problemas en la escuela rural fueron de conexión, pero también vimos a comunidades enteras volcadas en sacar adelante a sus alumnos con alcaldes llevándoles las tareas a sitios remotos. Porque la escuela rural no es solo el colegio, es la garantía de futuro, es una forma de vida, una manera de entender la comunidad y la responsabilidad comunitaria. Hay una mayor conciencia de colectivo que en la ciudad, donde esa responsabilidad se disipa.
“Deberíamos mirar más a la escuela rural porque allí están muchas de las respuestas para los desafíos educativos ante los que nos ha puesto la pandemia”

P. ¿Qué ventajas tiene para los alumnos?
R. Al ser grupos reducidos, es mucho más personalizada la educación, es más habitual que trabajen en torno a los intereses de los estudiantes. Al trabajar resolviendo problemas, los alumnos son mucho más autónomos, y eso, por ejemplo durante el cierre de las escuelas, se notó; eran menos dependientes. Otra ventaja es que, al ser grupos intergeneracionales, hay un proceso de aprendizaje entre iguales que hace la enseñanza más efectiva. Y la escuela los capacita como agentes del cambio. En realidad, el colegio rural es la prolongación de una forma de vida que se relaciona con su entorno y su comunidad. Hay más compromiso para lo social, un mayor orgullo de pertenencia. Y eso fomenta un alumnado más responsable de lo que son los niños de la ciudad. Les importa mucho lo próximo, su localidad, su colectivo y ejercen un ejercicio de ciudadanía más responsable, más de cuidados, que en tiempos de pandemia es clave.

P. ¿Qué recuerda de su etapa de maestro rural?
R. Me viene a la cabeza la palabra felicidad: la unión de la persona con su entorno, un entorno en el que todos cuentan y todos son partícipes de los procesos. También recuerdo mucha libertad e imaginación en el desarrollo curricular. No necesitaba demasiados materiales, la gente se valía de lo que había, y los alumnos tenían necesidades más sencillas. Todo es más vital, más esencial, menos materialista. Y me hacía mucha gracia que el programa favorito de mis estudiantes era Jara y Sedal. ¡No se lo perdían!

*Juan Manuel Trujillo (Heidenheim, Alemania, 1972) es director del departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Granada. Con más de 14 años de experiencia previa en escuelas rurales de Granada y Ciudad Real, asegura que el sistema educativo debería aprender de las fortalezas de estos colegios de pueblo para superar muchas de las dificultades surgidas durante la pandemia.

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The Kind City: renaturalizar las ciudades, que sean más amables con la infancia.

¿Somos conscientes de cómo nuestra movilidad y ritmo de vida está afectando a la salud de las niñas y niños?.
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Queremos iniciar un movimiento de familias, niñas y niños para crear consciencia social de la necesidad de renaturalizar las ciudades y municipios, de manera que sean más amables con la infancia.

Por eso, hemos creado #TheKindCity, una campaña de sensibilización para dar a conocer los perjuicios que sufre la infancia en sus ciudades y reivindicar el derecho de niñas y niños a que las ciudades piensen en ellos y en sus necesidades de desarrollo, crecimiento y bienestar a la hora de replantear los proyectos urbanísticos.

¿Por qué sumarte a #TheKindCity?

Hi Little! es un proyecto que a través de la moda une a una comunidad de familias que forman parte del cambio y fomenta el liderazgo infantil hacia un mundo más justo, amable y sostenible.
Esta campaña nace gracias a la participación más de un centenar de familias que el año pasado apoyaron nuestra campaña solidaria #MediterraneanFragility, en beneficio de Open Arms y Open Cultural Center. Esta campaña de Crowdfunding, es el pistoletazo de salida a un proyecto de sensibilización y un movimiento de reivindicación que pretende implicar a niñas, niños, a sus familias, sus escuelas y a todas aquellas personas que se sientan identificadas con la necesidad de ciudades y municipios más verdes y amables.

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El 10% de la recaudación de la campaña se destinará a realizar acciones para renaturalizar los espacios y hacerlos más amables para la infancia