La cuestión es:
¿si los adultos también pueden ser percibidos como “niños defectuosos”?
Se replica aquí la traducción del artículo de Anca Gheaus,
Adultos inacabados y niños defectuosos: sobre la naturaleza y el valor de la infancia.
Este artículo aborda, desde una perspectiva filosófica y sin duda original,
el concepto de infancia y su valor comparado con el valor atribuido a la adultez.
Anca Gheaus,
Publicado en la Revista.
Según Gheaus, el concepto de infancia, al igual que los conceptos de adolescencia y juventud, está car-gado de historias e ideas ontológicas y epistemológicas sobre la “verdadera infancia”, y necesita ser reconsiderado una y otra vez.
La contribución de Anca Gheaus muestra de qué modo la filosofía como disciplina puede romper las actitudes establecidas, los binarios, las categorías, los conceptos y los paréntesis desafiando los límites de las construcciones establecidas. Desde la perspectiva de la autora, la filosofía representa una oportunidad disciplinaria para teorizar y desglosar los conceptos de niño/infancia a nivel ontológico, epistemológico y ético.
El modelo dominante de la infancia, explica Gheaus, denota una fase de la vida que está separada del mundo de la vida adulta y tiene un estatus inferior en comparación con la fase de la vida de la edad adulta. Las personas jóvenes asignadas a la infancia se consideran inmaduras y subdesarrolladas. En consecuencia, deben someterse a un proceso de socialización que les conduzca al estadio superior de adulto funcional. Según este punto de vista, que Gheaus remonta a Aristóteles, los niños no son más que “adultos inacabados”, o se les atribuye, como se ha señalado crítica-mente desde hace tiempo en la sociología de la infancia, estar en la etapa de “llegar a ser”, mientras que los adultos se consideran “seres” acabados.
Gheaus le da la vuelta a la visión y explora la cuestión de si los adultos también pueden ser percibidos como “niños defectuosos”. Desde esta perspectiva, el crecimiento se ve como una pérdida de capacidades (por ejemplo, la imaginación, la curiosidad, la plasticidad mental, la percepción sinestésica).
El artículo de Gheaus anima, con argumentos filosóficos, a reflexionar sobre el valor, el trasfondo y las funciones sociales de ambas conceptualizaciones.
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