Desmontando a Greta.
Una niña con dos trenzas que quiere salvar la tierra no puede tener vínculos con un empresario
que quiere forrarse a base de alternativas a los combustibles fósiles.
Debe ir sola, ser humilde y sobre todo, pura.
Una líder ecologista como ella debería ganarse el poder de influencia al estilo Jesucristo.
Anda, Greta, díselo tú: madurad un poco, tíos. We are in capitalismo.
.- Aunque Greta Thunberg fuera una heroína de Marvel tendría sentido apoyarla:
representa la acción ante la pasividad generalizada, la utopía frente a la distopía
.- Mientras los medios
escenifican la gran decepción con la niña activista,
muchos usuarios de
las redes sociales han empezado a jugar a lo contrario:
ellos ya lo
sabían.
Greta Thunberg. EFE |
Hablemos, pues, de Desmontando a Greta.
Ya tengo algunos personajes preferidos. Por ejemplo, los medios de
comunicación que tratan de ensombrecer la imagen de Thunberg sin negar
el calentamiento global, es decir, sin perder la compostura.
Ellos son
mis favoritos: "La huelga escolar estuvo coordinada", "Hay un entramado
de multinacionales ecológicas apoyándola", "¡Al Gore!", "Ese barco no es
tan ecológico como parece". Candor puro. 2019 y aún hay quien se
sorprende de que detrás de una líder global de dieciséis años haya
inversión, estrategia e intereses.
En el fondo, lo que estos medios tratan de decirnos es que un movimiento ecologista y progresista —hippie—
no puede tener inversores, estrategia ni intereses. Dicho de otro modo:
una niña con dos trenzas que quiere salvar la tierra no puede tener
vínculos con un empresario que quiere forrarse a base de alternativas a
los combustibles fósiles. Debe ir sola, ser humilde y sobre todo, pura.
Una líder ecologista como ella debería ganarse el poder de influencia al
estilo Jesucristo. Anda, Greta, díselo tú: madurad un poco, tíos. We
are in capitalismo.
Una de las cosas más divertidas de Desmontando a Greta
es la inversión de roles. Mientras los medios escenifican la gran
decepción con la niña activista, muchos usuarios de las redes sociales
han empezado a jugar a lo contrario: ellos ya lo sabían. "Todo es
marketing. Me pinchas y no sangro", "La niña es una víctima desde el
principio", "¿De verdad alguien pensaba que era espontánea?". En
internet hay una máxima: el desconfiado parece siempre más inteligente.
Hay que desconfiar de todo porque vivimos en la era de las fake news,
nos vigilan y nos manipulan. Vale, de acuerdo, nosotros permitimos que
nos hagan todo eso, pero en las redes sociales debemos parecer muy
críticos y muy escépticos. Aunque eso implique caer en una trama
conocida: la del árbol que no deja ver el bosque. Y sí: el bosque es el
futuro de la vida en este planeta.
Supongamos que
muchas de las informaciones negativas o realistas —según se mire— sobre
el equipo y los aliados de Thunberg se han llevado a cabo por simple
criterio periodístico: ella es una figura relevante a la que hay que
investigar, como se hace con todas. Estoy de acuerdo. Pero también puedo
decir que nada de lo publicado es realmente grave o sorprendente. Otro
asunto son los titulares o el framing de esas
informaciones: nos hacen creer que se ha desenmascarado a la niña
marioneta, nos hacen sentir, incluso, que tiene objetivos maléficos —¿es
que no habéis visto la cara de pérfida que tiene en esta foto?—.
En lo
que estos artículos son realmente efectivos es en crear un debate
paralelo —¿Es Greta una gran mentira?— para desviar la atención sobre la
urgencia de presionar a nuestros líderes y conseguir paliar los efectos
del calentamiento global. Y este es, en esencia, el cometido de Greta
Thunberg.
Dudar de todo es una actitud interesante. En
tiempos de sobreinformación y redes sociales, la hiperconciencia sobre
nuestra propia manipulación—con mayor o menor grado de postureo— no es
infalible a la hora de ayudarnos a discernir lo importante o formar
nuestro propio criterio. Al parecer, mucha gente piensa que no creerse
nada y desconfiar de todo en internet es un no-posicionamiento, algo así
como el voto en blanco, un mantenerse al margen del sistema. Bueno,
pues malas noticias: no es así. De hecho, los usuarios ultraescépticos
son un caramelo para ciertos grupos de poder reaccionarios aficionados a
intervenir en elecciones democráticas. Buscan usuarios dispuestos a
decir que dudan de todo excepto de las teorías conspirativas.
Desmontando a Greta
es canela fina. Yo creo que está a punto de adentrarse en el terreno de
la metaficción y que nos va a involucrar aún más como espectadores. Si
dos cosas hemos aprendido durante la segunda década del siglo XXI, esas
son: 1. Hemos sido engañados y 2. El relato es importante. Una mente
conspiranoica de altísimo nivel tuitearía hoy mismo lo siguiente: "Ya
verás como Netflix acaba sacando un documental sobre cómo nos tragamos
la historia de la niña ecologista". Piénsalo bien. Es posible que Greta
tuviera más fans y menos haters si fuera un
personaje de ficción. Se hablaría mucho más de la niña con síndrome de
Asperger que cruzó el Atlántico para avergonzar a decenas de políticos y
entregarles un dossier con cientos de datos científicos tan sombríos
como incuestionables. Diríamos: ojalá tuviéramos líderes como Greta.
Lo
que quiero decir es que aunque Greta Thunberg fuera una heroína de
Marvel tendría sentido apoyarla. Representa la acción ante la pasividad
generalizada, la utopía frente a la distopía, o algo mucho más sencillo:
que aún deseamos algo, que aún estamos vivos. Que queremos vivir.
Para
pasar a la acción necesitamos, entre otras cosas, datos fiables y
necesitamos un relato.
https://www.fridaysforfuture.org/news |
Pues bien, Greta Thunberg es una opción. Una de
muchas. No debemos verla como una mesías: solo es una niña valiente e
inteligente que soporta una gran atención mediática. Tampoco debemos
creer que los jóvenes activistas contra el cambio climático son los
nuevos hippies buenistas abraza-árboles, solo que
más depresivos y con purpurina esparcida por la cara. No lo son.
Greta y
los chicos y chicas de su generación saben perfectamente que ya no
estamos a tiempo. Son conscientes de que no habrá salvación y que solo
habrá adaptación. Y si son realistas es porque ellos y ellas serán
quienes vivan aquí. Muchos lucharán por ganar el máximo de tiempo
posible.
La aventura de Greta Thunberg empezó hace
unos tres años, en su casa de Estocolmo. Greta veía las noticias sobre
el deshielo del Ártico y pasaba días devastada. Su síndrome de Asperger
la impulsó a buscar compulsivamente toda clase de artículos e informes
científicos y, como ella dice, a "no creerse las mentiras". Puede que
Thunberg sea una niña adorable con dos trenzas y un chubasquero
amarillo, pero desde luego ha visto la oscuridad que se aproxima. Creer a
Greta es cosa tuya.
Nadie niega el cambio climático. El clima siempre ha ido cambiando. De lo que si se duda son de 2 cosas; 1. Que sea debido a la actividad humana y 2. Que las medidas propuestas sirvan de algo. Ahí es donde está el debate y donde se debería centrar el debate y no en publicidad de unos intereses tanto de una parte como de la otra. Y cuando hay intereses de por medio nunca hay objetividad, y así es imposible tomar medidas que realmente ayuden a resolver el problema si lo hubiera.
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