La jornada continua es un caramelo para un profesorado descontento.

Entrevista a Mariano Fernández Enguita.           

1.- ¿Cuál es su punto de vista sobre la jornada continua?
Es un privilegio laboral que muchos profesores quieren vender como una mejora pedagógica, una vía de las familias de clase media profesional para aliviar el aburrimiento escolar de sus hijos y un factor de riesgo añadido para los alumnos y familias más vulnerables.
2.- ¿Considera que se está gestionando de una forma adecuada por parte del Gobierno?
No. Los gobiernos solo huyen del problema. Los de izquierda porque son rehenes del profesorado, que consideran su base electoral; en el caso valenciano, con un consejero originario del STEPV, no cabía esperar sino complacencia con esa vieja reivindicación corporativa sindical. Los de la derecha no tenían esa motivación, pero han visto en la JC un caramelo para un profesorado muy descontento y una cuña entre este y las familias.
3.- ¿Qué ventajas y desventajas puede ocasionar al alumno? ¿Y al seno familiar?
Si el alumno va a una escuela buena, con una educación desafiante, no hay ventaja ninguna. Si la escuela le hace perder tiempo y lo aburre, cuanto antes pueda salir para dedicarse a otra cosa, mejor. Si ya tiene dificultades para seguir el ritmo, mantener la atención, etc., solo se agravarán. En cuanto a las familias, dependen del tiempo y el dinero de que dispongan, dos cosas que están mal distribuidas. Para las familias de los docentes, en todo caso, bien.
4.- Los profesores de hoy en día, ¿están preparados para hacerse cargo de una jornada así? ¿Cuál es su consideración sobre las quejas del personal de atención especial? (Afirman que la jornada continua no regula sus horas laborales ni se les tiene en cuenta)
¿Quién no está preparado para irse a casa a las tres y, si te dejan, a las dos? Para ese viaje no hacen falta alforjas. Lo que no creo es que estén preparados para mantener una atención tan continuada del alumnado, pero eso se arregla con unos descansitos informales, aunque se pierda tiempo de clase. Los grupos profesionales auxiliares o de apoyo cuentan poco, porque son muy reducidos.
5.- La continuidad en una jornada escolar, ¿puede ocasionar más irritabilidad en los niños? ¿Está de acuerdo con los pediatras que alertan de que retrasar el horario de comida puede ser perjudicial para los niños?
La continuidad produce saturación. Madrugar más generará algún déficit adicional de sueño en los mayores (como ya sucede en la ESO, aunque a nadie le importe ese secreto disparate a voces). Y comer más tarde contraviene todo lo que sabemos sobre nutrición.
6.- ¿A qué países debe ‘imitar’ España en cuanto a modelos de educación?
No hay un país al que imitar en especial, pero si un amplísimo elenco de experiencias. Medio mundo desarrollado se pregunta hoy cómo ampliar el tiempo escolar (vía horario o calendario), aunque sin tenerlo muy claro y habitualmente con la resistencia sindical, y el otro medio mira o espera. En el mundo menos desarrollado se pugna por doquier por ampliar el tiempo y, con él, el salario docente (como aquí en los sesenta). Solo España se dedica a comprimirlo y reducirlo
7.- Para educación Infantil (aulas de niños de dos años) se plantea un horario de jornada partida, mientras que Primaria se fijaría la jornada continua. ¿Qué opina de que un centro comparta dos horarios?
Un centro pude tener no dos, sino una docena de horarios dentro de un lapso razonable. Lo más chirriante de la polémica actual es que consiste en saber qué horario único vamos a imponer a todos. Es irónico que la institución y la profesión se llenen la boca constantemente hablando de la “diversidad”, tan difícil de percibir y de abordar en muchos aspectos, mientras ignoran lo que sería más fácil: ofrecer distintos horarios para distintas edades, distintas capacidades, distintas condiciones de vida o, simplemente, distintas preferencias.
8.- ¿Conoce la situación de la Comunidad Valenciana? ¿Cuál es su opinión?
Ciñéndome al tema vertebral de la entrevista, se me antoja algo irresponsable que, con los niveles de fracaso y abandono existentes –que no pueden atribuirse a un bajo nivel económico–, la gran innovación vaya a ser la concentración del horario formal y consecuente reducción del horario real.
9.- ¿Cree que las actividades extraescolares gratuitas pueden ser un aliciente?
Las AAEE deberían servir precisamente para diversificar el horario a lo largo del día, es decir, para descansar de un tipo de actividad con otra. Puestas todas tras la comida perderán público, en consecuencia calidad y, en última instancia, desaparecerán o se reducirán a maneras de matar el tiempo.
10.- ¿Las instituciones deben hacerse cargo de este pago? Por ejemplo, en Castellón, el ayuntamiento lo plantea, al ser muchos colegios los que desean jornada continua
Yo creo que las instituciones deben hacerse cargo de todo lo que ordinariamente acompaña a la escolarización reglada no universitaria, por tanto también las AAEE, pero la JC, al empujar a una parte del alumnado a casa (y veremos qué pasa con los comedores pequeños), erosiona las economías de escala, lo hace todo más caro e introduce desigualdad.
11.- ¿Qué le parece el requisito de que para someter a voto la jornada continua deban votar sólo el 55% del total de los padres censados?
Cualquier sistema de votación es malo, pues impone la preferencia de unos a otros. Si el 100% votase, el 51% podría imponerse al 49%. Si la participación es menor, una minoría mejor organizada puede imponerse a una mayoría desorganizada. Los centros y las zonas deberían simplemente preguntar a las familias qué quieren, acumular las preferencias y formar los grupos en función de estas. Excepto en zonas rurales muy dispersas, las ratios que hoy tenemos permitirían dar satisfacción a todos.
12.- ¿Puede darse un escenario de competencia entre centros al desear algunos colegios jornada continua y otros no?
Si distintos centros en una zona, o distintos grupos en un centro, llegan a tener distintos horarios será una suerte, pues permitirá atender a alumnos y familias con distintas situaciones o preferencias sin enfrentarlos ni perjudicar a nadie. Veo más preocupante la “competencia” entre algunos docentes por ir a los centros con JC, incluso el clamor por el “agravio” comparativo de algunos que no la tengan, pero prefiero pensar que nadie caería intelectual ni éticamente tan bajo.
14.- La FAMPA ha denunciado que algunos proyectos de colegios presentados son un ‘corta y pega’ de otros aprobados. ¿Qué opina al respecto?
Algunos no, la inmensa mayoría. He visto muchos y sé cómo se hacen y cómo llegan a los centros. Tampoco importa mucho porque, salvo notables excepciones, no se van a cumplir: en un año serán papel mojado.
15.- ¿Existe algún modelo provincial que considere ideal? ¿Por qué cree que los colegios concertados no piden esta jornada?
No hay modelos provinciales. Lo que debería hacer pensar a todos es que se esté extendiendo un modelo que viene de sur a norte, del campo a la ciudad, de las CCAA de peores resultados escolares a las de mejores, de la escuela pública a la privada, etc. En la España democrática el Estado tiene la misma dimensión y fuerza en todas partes, pero economía y la sociedad civil no. La JC no es una revuelta de los pobres, sino una exhibición de poder de los funcionarios.
En cuanto a la escuela privada, para ella esta situación es el mejor de los mundos posibles. Una parte de las familias de la pública acudirá a ellos huyendo de la JC, y ellos no se aventurarán con esta si no hay una demanda prácticamente unánime de su público, lo que hoy no es el caso. De hecho, si no se ha producido una fuga mayor hacia concertada y privada es porque los mismos gobiernos que conceden la JC, habitualmente de izquierda, apuestan por la pública reforzando su financiación y limitando la autorización de conciertos.
16.- ¿A quién beneficia más la jornada continua, a padres o profesores?
A los profesores, sin ningún género de dudas. El efecto sobre los padres es errático y casuístico: dependerá de dónde viven, dónde y con qué horario trabajan, el número y la(s) edad(es) de los hijos, los medios de transporte y la oferta cultural locales. Sabemos mejor lo que será para los alumnos: tiempo que dedicar a actividades y aprendizajes que la escuela no ofrece para los que ya viven con ventaja y tardes ante la televisión y la videoconsola o en la calle para los que están en desventaja; un alivio para los primeros y más presión escolar para los segundos.
17.- ¿Qué papel pueden tener las nuevas tecnologías en la optimización del tiempo escolar?
La tecnología permite una mayor personalización del aprendizaje y multiplica los recursos y contextos posibles para este: audiovisuales que se añaden al texto, recursos interactivos que sustituyen a la mera transmisión, colaboración no condicionada por tiempo y lugar, etc. En la escuela, por ejemplo, rompe la dependencia del libro de texto, el aula, la lección expositiva, la hora de clase, combinando trabajo individual, en equipo o en gran grupo, dentro y fuera, etc. Permitiría, por ejemplo, flexibilizar los horarios de entrada y salida de los alumnos sin ningún problema, como ya hacen algunos centros en el mundo.

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