Lo raro sería que fueran felices

El Informe Mundial de la Felicidad, con encuestas en 143 países, desvela que los jóvenes entre 15 y 25 años son cada vez más infelices y lo son en mayor proporción que los mayores

12 abril 2024



Con frecuencia, por pereza o por falta de imaginación, establecemos vínculos absurdos. Por ejemplo, asociamos adversidad con infelicidad, cuando realmente puede ser incluso lo contrario, según qué casos. Hay personas que solo descubren su propósito en la adversidad. Porque la felicidad, de hecho, está más emparentada con la conciencia de los márgenes de nuestro mundo y la capacidad de maniobrar en ellos que con la ausencia de un marco o, sobre todo, la falta de un propósito.


Al hablar de su infancia miserable, el cineasta Werner Herzog se rebela contra la condescendencia retrospectiva hacia el «pobre boomer»: «Todos mis amigos que crecieron en Múnich recuerdan con entusiasmo los años de la posguerra. Tenían verdaderos patios de recreo para sus aventuras (…) Tenían que hacerse responsables de sí mismos a una edad muy temprana y estaban entusiasmados con ello. Sigo oyendo voces que se compadecen de estos niños, pero eso no se corresponde con la realidad de sus experiencias. Al igual que yo en las montañas, los niños de ciudad de los primeros años de la posguerra tuvieron la infancia más maravillosa que cabe imaginar».


Herzog creció feliz entre los cascotes de un país demolido y el asedio cotidiano del hambre. Parece ridículo, contraintuitivo, pensar que los niños de hoy puedan ser más infelices, mucho más, de hecho, que aquellos salvajes harapientos. El Informe Mundial de la Felicidad, con encuestas en 143 países, desvela, un año más, lo que ya intuimos a pie de calle: los jóvenes de entre 15 y 25 años son cada vez más infelices y lo son en mayor proporción que los mayores, revirtiendo la tendencia anterior a 2017. El colapso de la felicidad es más acusado en España que en otros países del entorno.


Llevo unos días leyendo interpretaciones «materiales» del asunto: las redes sociales (es evidente), la falta de acceso a la vivienda, el desempleo y la caída de los sueldos. Pero igual que es absurdo vincular adversidad con infelicidad, es empobrecedor e ingenuo pensar que un contexto de depresión material explica por sí solo una tendencia tan tremenda como esta. Antes de que vinieran mal dadas ya se venía fraguando algo mucho más devastador, una inmensa atonía que tiene más que ver con la falta de sentido y propósito que con los indicadores de bienestar.


Decía Camus que hay que imaginar a Sísifo feliz. Suena aberrante, pero es clarividente. Sísifo, al menos, tiene un propósito. Trabaja dentro de un marco, conoce sus límites y qué se espera de él. En caso de rebelarse, sabría contra qué hacerlo. Viktor Frankl opinaba que «el hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida». Es en ese sentido que cita a Nietzsche: «Quien tiene un por qué puede soportar casi cualquier cómo». Para los pequeños boomer de posguerra la miseria era un incentivo para responsabilizarse de su mundo, sacarse las castañas del fuego. Eran, como suele decirse, pobres pero felices porque sabían, intuían al menos, hacia dónde debían ir.

Ahora consideremos el caso de nuestros jóvenes. ¿Qué tienen aparte de dos o tres cosas tangibles y un aceptable bienestar material? ¿Cuáles son sus «porqués»? Su infelicidad, creo, radica en su falta de propósito, en la enorme ignorancia de su entorno. Durante años han asistido, tomando nota mental, al desmontaje de todos los sentidos, de cada uno de los referentes y asideros.


Les han dicho que el pasado es matizable e incluso condenable, que el presente es una construcción de su voluntad pero que el futuro de todos modos no existe. Les han dicho que su género es lábil, que su amor es líquido, que la meritocracia no existe, que la formación es un trámite, que todo es problematizable y todo es patológico, que todas las cosas se crean de cero en base a una afirmación espontánea, sin relación con los demás, sin contexto. Les han eximido de responsabilidad y de autonomía real, porque la autonomía solo existe donde hay límites contrastables, en base a esos límites. Les han infantilizado por encima de sus posibilidades, les han capado el proceso de maduración, la propia idea de maduración, brindándoles la apariencia de una infancia alargada hasta donde quieran. Les han dicho que podían ser lo que quisieran ser aunque luego, en la arena común, nadie quiera de ellos nada de lo que sueñen con ser. Les han mentido.


Han desencantado su mundo, lo han vaciado de sentido, han ido cuestionando primero, revisando después y finalmente demoliendo cada uno de los viejos mojones del itinerario. Los han condenado a una existencia sin amarres, novísima y en bucle, donde no hay propósito porque no hay linealidad. No existen los caminos entre los que escoger porque todos llevan al vacío. Tampoco existen los referentes ni las recetas del pasado. La vida es odiosamente performativa: la construyes a tu modo sin manual de instrucciones.


Realmente los han lanzado a una libertad impotente, la peor de las libertades, la que se hace de proclamas sobre el alambre de un funambulista. Ahí arriba, penduleando entre dos abismos, le han dicho: ahora escoge tu camino, eres inmensamente libre.


No concibo otra manera de rebelarse ante tanta frivolidad durante tanto tiempo por parte de tanta gente que no sea la de los jóvenes de hoy: la anhedonia, la ansiedad y la depresión. Su respuesta a tanto estímulo falaz, agravada por el contexto de decadencia general, es la más lógica posible: sentarse a llorar en el sofá (a llorar y a postearlo) hasta que alguien les diga qué se supone que se pretende de ellos en una sociedad en la que cada quién se construye solo para sí.

La infancia en Gaza y el trauma del genocidio: "Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña"

"Una persona de 18 años que vive hoy en Gaza, habrá vivido conflictos en 2006, 2008, 2012, 2014, 2021 y desde octubre de 2023, presenciando cosas que ningún niño o niña debería vivir. Esto tiene un impacto muy profundo y duradero en una mente joven", denuncia Unni Krishnan, director humanitario de Plan International. En otras palabras, un joven gazatí de 18 años ha presenciado un conflicto armado cada tres años, de media. 


Público

ADRIANA RODRÍGUEZ

MADRID, 08/04/2024



"En este momento, Gaza es el contexto de respuesta humanitaria más intrincado del mundo. Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña y para el personal humanitario", añade Krishnan. La ONG alerta, además, de que las personas que logren sobrevivir quedarán dañadas psicológicamente.


Tras seis meses de genocidio, los bombardeos de Israel han hecho que casi toda la población civil de Gaza dependa de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Sin embargo, "las agencias humanitarias solo han logrado permisos para entregar una pequeña parte de los suministros necesarios", incide Plan Internacional en un comunicado.


Gaza, un mal lugar para la infancia


Según la ONG, además del riesgo de morir en los ataques, la infancia se enfrenta al hambre, la falta de asistencia médica y a sufrir consecuencias psicológicas de por vida tras presenciar la muerte de familiares, amistades y el propio contexto de guerra. Se teme que el número de personas asesinadas en Gaza ya son 33.175, entre ellas 14.500 menores, 484 trabajadores médicos y más de 100 periodistas, según el Ministerio de Salud Palestino. Además, se intuye que hay otros 8.000 cuerpos bajo los escombros.


"El tiempo se acaba para los niños y niñas en Gaza. Es crucial y urgente que se produzca un aumento significativo en la ayuda humanitaria", explica Krishnan. "A pocos minutos en coche de Rafah, donde las familias se refugian en condiciones inimaginables y rudimentarias, hay miles de camiones que contienen alimentos y otros suministros que salvan vidas. Es absolutamente crítico que se garantice un acceso humanitario seguro a Gaza rápidamente", añade.


Hambruna en Gaza


Después de que siete trabajadores de la organización World Central Kitchen murieran en un ataque aéreo de Israel, otras ONG se han visto obligadas a salir de la Franja. De 2,3 millones de gazatíes, dos millones están forzosamente desplazados. Organizaciones humanitarias y la ONU acusan a Israel de usar el hambre como arma de guerra, y la mitad de la población del enclave está en riesgo de hambruna.


Sin embargo, el hambre ya es una realidad: 27 niños y niñas han muerto por desnutrición hasta la fecha. Mientras, otros 28.180 menores padecen malnutrición, según la ONU, que también expone que, entre los menores de dos años, la cifra de desnutrición se eleva a uno de cada tres


Durante el mes de marzo, unos 161 camiones de media con ayuda humanitaria cruzaron cada día a Gaza, lo cual es un cifra muy por debajo de la capacidad que tienen los pasos de Kerem Shalom y Rafah, por donde podrían pasar unos 500 diarios. Este agravamiento de la situación ha impulsado que Plan International, junto con otras organizaciones humanitarias, haya hecho un llamamiento "a todas las partes involucradas en el conflicto a garantizar la seguridad del personal humanitario y la población civil, de acuerdo con el derecho internacional humanitario".

La crisis climática también es una crisis de los derechos de la infancia

El cambio climático, o crisis climática, hace referencia a “los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos”, según Naciones Unidas. Desde el siglo XIX, explica el organismo, “las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas”. Las principales consecuencias de esta crisis climática se expresan en toda la Tierra a través del ascenso de las temperaturas medias, la subida del nivel del mar, el deshielo en el Ártico o el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. 


Save the Children

09 Abril 2024



¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS? 


Hace unos años publicamos el informe Born into the climate crisis en el que se mostraba cómo los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarán de media a siete veces más olas de calor abrasadoras durante su vida que sus abuelos, con el nivel actual de cumplimiento de los compromisos actuales de reducción de emisiones del Acuerdo de París.  


La crisis climática no solo está cambiando el mundo que conocemos sino también está afectando a nuestro bienestar, porque afecta a nuestra salud mental y física, y, en especial, la de los niños y niñas. Diferentes estudios muestran que “desde el momento de la concepción hasta la edad adulta, la salud y el desarrollo del cerebro, los pulmones, el sistema inmunitario y otras funciones fundamentales de los niños y niñas resultan afectados por el entorno en el que crecen”. Por ejemplo, los más pequeños son más propensos a sufrir los efectos de la contaminación atmosférica que los adultos. Por lo general, respiran más deprisa que los adultos y sus cerebros, pulmones y otros órganos aún se están en crecimiento. 


Por dar otro ejemplo, los bebés, los niños y niñas pequeños tienen menos capacidad para regular su temperatura corporal y son más propensos a sufrir casos de deshidratación, lo que aumenta su vulnerabilidad durante las olas de calor extremo. Además, los niños y niñas que sufren la desnutrición infantil ven como su salud empeora por los efectos de las malas cosechas y el aumento de los precios de los alimentos, que al mismo tiempo son una consecuencia de la subida de las temperaturas y el aumento de las precipitaciones vinculadas al cambio climático.  


¿POR QUÉ LAS NIÑAS SON LAS MÁS AFECTADAS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO?  


Las niñas son los más afectadas por la crisis climática. El  informe mundial sobre la infancia 2023  muestra que, de aquí a 2030, aproximadamente el 60 % de las niñas (931 millones) vivirá al menos un fenómeno meteorológico extremo, como una inundación, una sequía o una ola de calor. Estos desastres climáticos provocarán un aumento de casos de matrimonio infantil.   


Aproximadamente 2 de cada 3 matrimonios forzados de niñas tienen lugar en las regiones con un alto riesgo climático, como Sudán del sur, Burkina Faso, entre otros. Estos desastres pueden dar lugar al cierre de escuelas, con el riesgo que conlleva para las niñas, porque está demostrado que salir del sistema educativo las aboca a menudo al matrimonio forzado. “Los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y sequías, también implican la pérdida de las cosechas, que se traducen en una disminución en los ingresos de las familias. Y para sobrellevar la situación económica, toman la dolorosa decisión de casar a sus hijas”, dice el informe. Además, en época de crisis, la violencia de género aumenta y es probable que las familias decidan no enviar a sus hijas a la escuela u  obligarlas a casarse  para evitar esa violencia o asegurarse de que otra familia las mantenga.


¿CÓMO ES EL IMPACTO DE LA CRISIS CLIMÁTICA EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE ESPAÑA? 


El 86% de los niños y niñas de nuestro país sufren al menos un fenómeno climático extremo al año -sequías, olas de calor y lluvias torrenciales-. La infancia que vive en familias con ingresos bajos y medios, así como en comunidades desfavorecidas, es la más afectada al tener ya un riesgo mucho mayor de padecer enfermedades, y sus hogares suelen ser más vulnerables a las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos como las olas de calor.  


En España, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia, Castilla La Mancha y Extremadura son las comunidades con más niños y niñas a los que les impacta a la vez la pobreza y los fenómenos extremos causados por la crisis climática.

 

¿QUÉ MEDIDAS DEBEN IMPLEMENTARSE PARA PROTEGER A LOS NIÑOS Y NIÑAS PEQUEÑOS FRENTE A LOS IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO?  


Desde Save the Children sabemos que tenemos que eliminar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, establecer redes económicas de seguridad y apoyar a las personas más afectadas, como son los niños y niñas y pasar a la acción. Si conseguimos no superar el límite de 1,5 grados de calentamiento global, incluyendo el progresivo abandono de los combustibles fósiles, aumentar la financiación para el clima para ayudar a la infancia y a las comunidades a adaptarse a la crisis climática, poner las voces, las demandas y los derechos de la infancia en el centro de los compromisos climáticos e invertir en redes y sistemas de protección social para la infancia y sus familias amenazadas por la crisis climática habrá muchas más esperanzas de un futuro justo y sostenible para los niños y niñas que aún no han nacido. 

“Inconcebible y reprochable”: así calificó la Procuraduría el panorama de violencia infantil en el país (Colombia)

La Procuraduría General de la Nación ha emitido una fuerte condena ante lo que considera una situación intolerable de violencia contra la infancia en Colombia, subrayando el contraste entre este grave problema y las disposiciones de protección y prioridad de derechos para niños, niñas y adolescentes consagradas en la Constitución y la legislación colombiana.


infobae

Santiago Neira

07 Abr, 2024


El ministerio Público ha recalcado la obligación de padres, sociedad y Estado de asegurar la protección integral
de los niños, niñas y adolescentes - crédito Colprensa

Este órgano de control ha hecho énfasis en que, contradictoriamente, muchos menores son sometidos a distintas formas de maltrato precisamente por aquellos que deberían garantizar su seguridad: sus padres y cuidadores. Además, ha señalado una serie de situaciones de riesgo adicionales, como el matoneo escolar, el abandono, el trabajo y el matrimonio infantil, así como el reclutamiento forzado por grupos armados, entre otros, que amenazan el bienestar de la juventud colombiana.


Datos alarmantes respaldan estas afirmaciones. Informes recientes indican un elevado número de menores afectados por muertes violentas y suicidios, así como una alta incidencia de casos de violencia intrafamiliar. Estas cifras destacan la vulnerabilidad específica de los niños y adolescentes frente a tales agresiones.


“Los registros del Boletín Estadístico del Instituto de Medicina Legal de diciembre 2023, en donde 607 menores de edad, la mayoría adolescentes (531), fueron víctimas de muerte violenta, (47) en etapa de primera infancia y (29) en infancia; periodo en el que también se registraron 280 casos de suicidio. En enero de 2024, (44) fueron los casos reportados por lesiones fatales, 40 de los cuales fueron de adolescentes”.


El Boletín Estadístico del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar indicó que 69.660 menores de edad ingresaron a Procesos de Restablecimiento de Derechos (PARD) por diversas razones, siendo las principales la omisión o negligencia y la violencia sexual. Entre enero y febrero de 2024, se registraron 7.433 nuevos casos.


Por tanto, la Procuraduría ha urgido a entidades gubernamentales clave y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar a adoptar medidas efectivas de inmediato, con el fin de mitigar estos factores de riesgo y mejorar la protección y garantías de los derechos de los menores.


Para cerrar, la entidad reafirmó la importancia primordial de resguardar la integridad personal de niños, niñas y adolescentes como una responsabilidad ineludible del Estado, la sociedad y las familias, instando a un esfuerzo colectivo y persistente para prevenir cualquier forma de amenaza o violación de sus derechos fundamentales.


El triste panorama de Antioquia


En La Estrella, Antioquia, se ha dado un caso que ha alarmado a la comunidad: un hombre de 27 años fue detenido en un motel en compañía de dos adolescentes, un hecho que actualmente está siendo investigado por las autoridades. Este individuo fue llevado a una Unidad de Reacción Inmediata (URI) para los trámites legales pertinentes, mientras que las menores están recibiendo atención psicosocial para evaluar su estado de salud y bienestar. La rápida actuación de la policía, motivada por información previa sobre actividades sospechosas, permitió la intervención oportuna en este caso, subrayando la importancia de la vigilancia y pronta respuesta ante situaciones de riesgo para menores.


Este no es un hecho aislado en la región, ya que se han reportado otros incidentes preocupantes en Antioquia, incluyendo la detención en Medellín de un joven colombo-australiano de 19 años acusado de abusar de un niño de 12 años. Este caso siguió a otra situación alarmante vinculada al turismo sexual con menores. La captura del sospechoso se produjo después de que el menor afectado buscara ayuda, lo que llevó a su rescate y a la posterior investigación del acusado. Estos incidentes han resaltado la necesidad de una mayor conciencia y acciones concretas para proteger a los menores de potenciales abusadores, especialmente en el contexto de la era digital y la facilidad de contacto a través de redes sociales.


Estos eventos han conmocionado a la comunidad y han puesto en evidencia la cresciente preocupación por la seguridad de los niños y adolescentes en la región, enfatizando la urgencia de implementar políticas más estrictas y reforzar los mecanismos de prevención y denuncia para combatir el abuso infantil y garantizar un entorno seguro para los menores.


*Esta nota fue hecha con ayuda de inteligencia artificial


Juzgado de Familia de Castro inicia capacitaciones y reuniones de coordinación por los derechos de la infancia en la provincia de Chiloé (Chile)

Una serie de coordinaciones interinstitucionales inició en marzo el Juzgado de Familia de Castro, con el fin de promover y garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes, en el marco del programa de trabajo correspondiente al primer semestre.

PODER JUDICIAL DE CHILE

05-abril-2024


De esta manera, el 18 de marzo, la jueza encargada de redes, María Carolina Prieto Saldivia; y la consejera técnica Daniela Oyarzún Loayza, dictaron una capacitación de la Ley 21.430 sobre garantías y protección integral de los derechos de la niñez y adolescencia, organizada por el Servicio de Salud de Chiloé y dirigida a los profesionales del Programa Chile Crece Contigo en la provincia.


“La instancia permitió, no sólo ahondar el cambio de paradigma frente a la protección de los niños, niñas y adolescentes, sino establecer los deberes y responsabilidades personales e institucionales, en especial de aquellos que guardan relación directa con el abordaje de niños niñas y adolescentes en sus diversas áreas de desarrollo”, indicó la magistrada.


Además, se abordó el rol e incorporación de las oficinas locales de la Niñez (OLN) y el deber de intersectorialidad y mirada integral de las instituciones, para hacer efectivas las garantías de protección.


Así también, el 19 de marzo, la jueza María Carolina Prieto y las consejeras técnicas del Juzgado de Familia de Castro sostuvieron una reunión informativa con el equipo de la Dirección Regional del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, Mejor Niñez.


En la ocasión, se dio a conocer un diagnóstico de la oferta regional de programas y la implementación de la modalidad Acompañamiento Familiar Territorial (AFT). “En esta valiosa instancia se entregó información sobre la focalización de los nuevos proyectos del programa de Acompañamiento Familiar Territorial, a instalarse próximamente, siendo un importante recurso en beneficio de los niños, niñas y adolescentes y las familias de la jurisdicción del tribunal y la Provincia de Chiloé”, destacó la magistrada.


Asimismo, el 21 de marzo, se llevó a cabo una reunión informativa y de coordinación con la nueva gestora del Sistema Intersectorial de Salud Integral (SISI) Servicio de Salud Chiloé, Paz Vargas Hernández, tras asumir funciones recientemente, en la cual participaron la jueza María Carolina Prieto, la consejera técnica coordinadora Karin Marín Villarroel y las profesionales de Servicio de Salud Chiloé Sennia Godoy González y Evelyn Alvarado Subiabre.


En la oportunidad, se establecieron diversos compromisos de trabajo conjunto, con el fin de formalizar a mediano plazo, protocolos de colaboración enmarcados en el principio de intersectorialidad de la Ley 21.430, orientados a favorecer la protección integral de los derechos de los NNA.


Mesa local


Finalmente, el 26 de marzo se realizó la primera sesión del año de la Mesa Local de Infancia que dirige la magistrada Prieto, en la cual participa la Delegación Presidencial Provincial, el Servicio Mejor Niñez, con todos sus programas de intervención especializada, y las oficinas locales de la Niñez (OLN). Como invitadas al encuentro, en tanto, asistieron las gestoras referentes de salud para la infancia del Servicio de Salud de Chiloé.


“El objetivo de la reunión fue conocer las características del cargo de los referentes de salud y el programa de las actividades inmediatas del cargo, lo que generó espacios de retroalimentación intersectorial, una oportunidad para unificar lenguajes y criterios con los operadores de infancia, y así también observar la concordancia frente al nuevo paradigma que implica la Ley N°21.430”, informó la jueza de Familia.


En la sesión, se dio a conocer el equipo del Sistema Intersectorial de Salud Integral (SISI), los avances del “Sello Protege” y la implementación del “Circuito de Protección Chiloé” como piloto en la provincia. Además, se anunció la próxima visita de la directora nacional del Servicio Mejor Niñez a Chiloé, ocasión en que participará en un conversatorio con la Mesa Local.

Adolescentes, de señalados en la pandemia a salvadores del mundo en las distopías de la literatura juvenil

Las novelas ‘Solos [13-18]’, de Rafael Salmerón, y ‘Reyes de la montaña’, de Daniel Hernández Chambers, coinciden en convertir a los jóvenes en la única esperanza de la humanidad


EL PAÍS

Mamás & Papas

ADRIAN CORDELLAT

Madrid, 2 de abril de 2024


Los adolescentes son los protagonistas de varias novelas de literatura juvenil.
BOONCHAI WEDMAKAWAND (GETTY IMAGES)

Los adolescentes fueron los grandes señalados de la pandemia de la covid, sobre todo tras la relajación de las estrictas medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno de España entre el 15 de marzo y el 21 de junio de 2020 para intentar poner freno al número de contagios y muertes. Cada vez que hubo un rebrote de contagios a partir del verano de 2020, todas las miradas apuntaban a este grupo de población: que si no cumplían las medidas de seguridad, que si eran irresponsables, que si solo pensaban en ellos…


No es de extrañar: los adolescentes siempre han sido sospechosos habituales. “La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores y chismea mientras debería trabajar”, escribía Sócrates hace 2.500 años. Pareciera que nada ha cambiado desde entonces. O sí. Dos novelas distópicas juveniles publicadas recientemente en España —aunque concebidas antes de la pandemia— coinciden al convertir a los adolescentes en la única esperanza para la humanidad. De señalados a salvadores del mundo.


Solos [13-18] (Loqueleo), del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Rafael Salmerón, es una asfixiante y adictiva distopía que sitúa al lector en un fin del mundo al que misteriosamente solo sobreviven los adolescentes de entre 13 y 18 años. “Pensé que, si quedaban supervivientes adultos con las habilidades para intentar recuperar la civilización actual, lo iban a intentar; así que como necesitaba que eso no ocurriera, me libré de los adultos. Los adolescentes podrían recordar cómo era el mundo antes de, pero no tendrían la técnica, el conocimiento, la teoría y la práctica para recuperar el mundo tal y como era”, explica Salmerón a EL PAÍS.


Ambientada en Estados Unidos, en un pueblo de Carolina del Norte próximo a los montes Apalaches (“ambientarla allí me permitió que los personajes tuviesen más movilidad, ya que pueden conducir desde los 16, y que, además, la lucha por los pocos recursos fuese más desequilibrada al tener acceso a las armas”), la muerte de niños y adultos sitúa a sus protagonistas en un mundo absolutamente salvaje en el que la ley del más fuerte de los institutos se eleva a la máxima potencia. “Todo adolescente ha soñado alguna vez con un mundo sin adultos (…) Sin embargo, eso que parecía un sueño se ha hecho realidad. Y ya no es un sueño. Es una pesadilla. Una pesadilla en la que no hay reglas, no hay mañana, no hay más que violencia y muerte”, reflexiona Sam, el narrador y protagonista.


En mitad de esa espiral de violencia adolescente sin sentido, un grupo de cinco chavales atraviesa las montañas de Carolina del Norte luchando por sobrevivir y con la esperanza de refundar el mundo desde la sencillez y la humildad de sus orígenes. “Yo soy una especie de optimista patológico. Y aunque conozco muy bien cómo es el mundo, no pierdo nunca la esperanza. La esperanza en los adultos sí que la he perdido, pero las nuevas generaciones aún pueden tomar dos caminos: el de la repetición de los mismos errores, que nos llevará al desastre absoluto, o elegir hacer todo lo contrario. Espero que haya una parte suficientemente significativa de las próximas generaciones que cojan este camino para poder poner el mundo en otra dirección”, afirma Salmerón, que impregna su novela de reflexiones con una gran carga ambientalista y de crítica hacia el insostenible modo de vida occidental (consumismo, obsolescencia programada, productividad, prisas, pantallas...), hacia todas esas cosas que, como reflexiona su protagonista, “antes eran importantes y ahora no son nada”.


También un grupo de 10 adolescentes conflictivos que cumplen condena en un centro de menores son la única esperanza humana en Reyes de la montaña, la novela distópica con la que Daniel Hernández Chambers ha conquistado recientemente el Premio Edebé 2024 de Literatura Juvenil. El hecho de estar de convivencia, aislados en la montaña, les salva de un virus mortífero que, en su ausencia, aniquila a un ritmo vertiginoso a toda la humanidad. La novela recuerda por momentos, inevitablemente, a la película La Sociedad de la Nieve de Juan Antonio Bayona. Incluso dos de los protagonistas, como en el filme ganador del último Goya, asumen el riesgo de volver a la civilización arrasada en busca de víveres y ayuda (con menos suerte que en la tragedia de Los Andes). Sin embargo, ahí acaban las comparaciones.


“Al principio los chavales intentan formar un equipo, que es lo que les ha inculcado el monitor que les ha llevado hasta allí, pero al final sale la naturaleza de cada uno. Algunos de ellos, a pesar de que todos han acabado en un correccional por diferentes delitos, tienen un fondo bueno; a otros, sin embargo, una situación tan brutal les hace sacar lo peor de sí mismos”, cuenta Hernández Chambers. El autor explica que eligió como protagonistas a un grupo de chavales conflictivos “porque quería mostrar a gente con problemas, dada a la violencia”, cuyo perfil, además, le servía para representar la realidad de la adolescencia, “ese momento vital en el que cualquier problema se nos hace una montaña insuperable”.


“La acelerada evolución de la sociedad en los últimos años, sobre todo desde las dos últimas décadas del siglo XX, había llevado a que una gran mayoría de las personas careciera de una mínima urdimbre de cariño. Había adultos que no eran capaces de sobrellevar esa falta, pero en los adolescentes la cosa empeoraba”, afirma el narrador de Reyes de la Montaña. “Hoy muchos adolescentes han perdido esa red de relaciones, ya no solo la de los amigos, sino las relaciones en casa: muchas veces los padres les empujamos al móvil, a Netflix o a lo que sea porque siempre tenemos cosas que hacer; y es una pena, porque todos necesitamos cercanía, afecto y cariño, pero sobre todo en la adolescencia, porque es el momento en el que todo parece mucho más exagerado de lo que realmente es y cualquier cosa se vive de un modo mucho más magnificado”, sostiene Chambers. El escritor tinerfeño considera que tras muchos de los comportamientos problemáticos de chavales como los protagonistas de su novela se esconde esa ausencia de una mínima urdimbre de cariño: “Si nos ponemos a escarbar, casi siempre encontramos una familia desestructurada o problemas inimaginables que han sufrido y que los convierten en víctimas; lo que pasa es que no somos capaces de ver a esa víctima, sino a un culpable”.


Aunque la novela de Hernández Chambers deja entrever la posibilidad de un nuevo comienzo, de unos nuevos Eva y Adán, el texto y los sucesos que tienen lugar en el grupo de supervivientes irradian cierto pesimismo, ya que parecen dar la razón al filósofo británico Thomas Hobbes y a su “el hombre es un lobo para el hombre”. “El ser humano es un ser bélico. Solo hay que echar un vistazo a la historia. Pero desde luego tengo esperanza en las futuras generaciones. Cuando tengo encuentros con adolescentes veo a chavales que me hacen pensar que el futuro va a ser mucho mejor que el presente que tenemos ahora ―sin pensar que lo que tenemos ahora es tan malo, que a veces somos excesivamente negativos―”, considera.