Aislamiento penitenciario en Adolescentes y Jóvenes. Un asunto de agenda pendiente. Webinar Internacional
El consumo excesivo en los países ricos destruye el ambiente de los niños en todo el planeta.
UNICEF/Khan La incineración de basura contribuye gravemente a la contaminación del aire y al calentamiento global. |
El medio ambiente tiene una gama de influencias en la salud física, el bienestar mental y el desarrollo pleno de los niños, pero la infancia mundial crece en entornos poco saludables, rodeada de contaminantes nocivos y otros elementos que la perjudican, debido a las prácticas consumistas de los países más ricos, revela un informe divulgado este martes(24/05/22) por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El estudio alerta de las condiciones insalubres, peligrosas y nocivas creadas por las naciones industrializadas, que incluyen una alta exposición al aire tóxico, los plaguicidas, la humedad y el plomo, y sin acceso a una luz adecuada, espacios verdes y carreteras seguras.
Estos daños ambientales, afirma UNICEF, son consecuencia del consumo excesivo en los países más ricos, que contribuyen enormemente a la emergencia climática, agotan los recursos naturales y generan grandes cantidades de residuos electrónicos que se vierten el mundo en desarrollo.
Aunque el informe de UNICEF se limita a examinar comparativamente los casos de 43 países de la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Unión Europea, da una idea de la situación en la que se pueden encontrar los niños de las economías más pobres del mundo.
La agencia de la ONU explica que si bien en una niñez sana el hogar es un lugar seguro y estable, con alimentos suficientes y saludables, agua limpia y una familia armónica, muchos niños, incluso en los países más ricos, carecen de estos elementos y están rodeados de aire tóxico, contaminación por plomo, ruido fuerte o paredes con moho. Otros viven en casas demasiado oscuras, frías o abarrotadas.
Daños irremediables
“Las condiciones de vida insalubres dañan irremediablemente el bienestar mental y físico de los niños, su desarrollo cognitivo y sus perspectivas de una vida feliz y saludable. Para un niño que vive con altos niveles de tráfico o sin suficiente espacio verde para jugar, las opciones para escapar o contrarrestar estos peligros son pocas”, señala Gunilla Olsson, directora de la Oficina de Investigación de UNICEF.
Los datos muestran que los niños de las familias más pobres y grupos marginados no tienen una vivienda adecuada, lo que profundiza la desventaja y perpetúa los ciclos de pobreza.
Fuera de la casa, el aumento de las temperaturas, la pérdida de biodiversidad, los fenómenos meteorológicos extremos, la presión sobre los recursos naturales y el creciente desperdicio son perjudiciales tanto para los niños como para el planeta.
Harían falta varios planetas
El nivel de consumo en la mayoría de los países ricos requeriría 3,3 planetas Tierra si se replicara en todos los países. Y si el ritmo universal fuera igual al de Canadá, Luxemburgo y Estados Unidos, se necesitarían más de cinco planetas.
Además, los desechos electrónicos, el tipo de desechos domésticos de más rápido crecimiento, contienen sustancias peligrosas que dañan el cuerpo y el cerebro, y cobran el mayor número de víctimas entre los niños.
Conscientes de los perjuicios que causan, las naciones más ricas, -como Finlandia, Islandia, los Países Bajos y Noruega-, organizan entornos más saludables en sus territorios para proteger a su infancia mientras ponen en riesgo el presente y el futuro de los niños del resto del mundo al seguir destruyendo desproporcionadamente el medio ambiente global.
El análisis muestra que si se toman en cuenta los indicadores de emisiones de CO2, residuos electrónicos y consumo general de recursos per cápita en los países más ricos -como como Australia, Bélgica, Canadá y Estados Unidos-, se observa que el impacto sobre el medio ambiente mundial es grave y generalizado.
En cambio, en las naciones menos ricas de América Latina y Europa incluidas en el estudio, el impacto ambiental mundial es mucho menor.
Los hallazgos
Entre los principales hallazgos, el estudio destaca los siguientes:
- Más de 20 millones de niños de los países evaluados presentan niveles elevados de plomo en la sangre
- Finlandia, Islandia y Noruega se sitúan en el tercio superior en la provisión de un medio ambiente saludable para sus niños, pero se encuentran en el tercio inferior mundial en materia de contaminación, con altos índices de emisiones, residuos electrónicos y consumo
- En Islandia, Letonia, Portugal y el Reino Unido, un 20% de los niños está expuesto a la humedad y el moho en su casa, mientras que en Chipre, Hungría y Turquía esa exposición alcanza al 25%
- Muchos niños respiran aire tóxico fuera y dentro de sus casas. México es uno de los países con más años de vida saludable perdidos por la contaminación atmosférica, con 3,7 años por cada mil niños. Finlandia y Japón se registran los datos más bajos, con 0,2 años
- En Bélgica, Israel, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suiza, más del 8% de la infancia está expuesta a una elevada contaminación por plaguicidas
Cómo reparar la injusticia y los daños
UNICEF sostiene que rectificar la injusticia y los daños causados por las economías más ricas a la infancia de los países más pobres y hacer realidad los derechos ambientales de los niños, requiere una acción política a todos los niveles.
“La cooperación internacional es necesaria para encontrar soluciones globales. Pero algunos problemas pueden y deben ser abordados por cada Estado. Todos los países deben tomar medidas tanto individual como colectivamente”, asevera.
El informe concluye con cinco recomendaciones concretas para todos los países:
- Concentrarse en los niños ahora y proteger su futuro. Los gobiernos a nivel nacional, regional y local deben liderar las mejoras en los entornos de los niños hoy, reduciendo los desechos, la contaminación del aire y del agua, y asegurando viviendas y vecindarios de alta calidad donde los niños puedan vivir, desarrollarse y prosperar
- Mejorar el entorno de los niños más vulnerables. Los niños de familias pobres tienden a enfrentar una mayor exposición al daño ambiental que los niños de familias más ricas. Con el fin de reducir las desigualdades, los gobiernos y autoridades nacionales, regionales y locales deben priorizar las inversiones para optimizar la calidad de la vivienda y las condiciones de los barrios más marginados
- Garantizar que las políticas ambientales tengan en cuenta a los niños. Los gobiernos y los responsables de las políticas deben asegurarse de que las necesidades de los niños estén integradas en la toma de decisiones. La adaptación al cambio climático también debe estar a la vanguardia de la acción tanto para los gobiernos como para la comunidad mundial, y en varios sectores, desde la educación hasta la infraestructura
- Involucrar a los niños, que actualmente son los menos escuchados. Los adultos que toman decisiones en todos los niveles, desde padres hasta políticos, deben considerar las opiniones de la infancia en incluirlas al diseñar políticas que afectarán a las generaciones futuras. Los niños deben participar en los debates y decisiones ambientales y en el diseño de sus entornos inmediatos
- Asumir la responsabilidad global hoy y en el futuro. Los gobiernos y las empresas, a través de regulaciones o incentivos, deben identificar y mitigar su impacto global en el medio ambiente. Los gobiernos deben implementar medidas efectivas ahora para cumplir sus compromisos ambientales planteados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050
.- la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y
.- la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
36ª reunión del Comité de Lanzarote, marzo de 2022, documentación.
La protección de los niños contra la explotación y el abuso sexuales facilitada por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
Hablando de Infancia y Adolescencia, Revista GSIA, mes de Mayo 2022
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“Nunca he pensado en lo del aborto, pero sé que a los 16 no querría ser madre”, Adolescentes sobre la nueva ley.
María, de 18 años; Alba, de 16, y Rosario, de 19. El País. |
“Seguramente me harían tenerlo”
Marta y Mía saben que la decisión de su familia pesaría más que la suya, y sienten además que así debe ser. Marta tiene 16: “Me parece bien [la bajada de la edad] por un lado, por otro no tanto. Al ser menor quizá el control lo deberían tener los padres”. Ella se lo contaría “primero” a su madre: “Sabría guiarme. Aunque seguramente me harían tenerlo”. Mía, que cumplió 18 en abril, es la única que no está de acuerdo con el límite en los 16: “Los padres están para algo. A la primera que yo avisaría sería a mi madre. A los 16 hubiese abortado seguro, ahora con 18… Creo que no”. Y Lucía, de 17, piensa “en todas esas que no tienen la confianza con sus madres”.
Esas, dice Ada Santana, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes, son la parte vulnerable: “Es preocupante que una mujer de 16 años se quede embarazada, pero las que nos preocupan más son las que no podrán contarlo en casa, es a ellas a quienes tenemos que proteger”. Juan José, padre, le da vueltas a eso: “El problema está en familias en las que si el padre se entera de que la hija está embarazada, le pega una paliza... Y si el embarazo se vuelve peligroso, ¿depende de que ese padre la autorice?”. Pueden parecer situaciones extremas, pero ocurren.
Santana apunta a las muchas madres que defienden su derecho a “proteger a sus hijas”. ”¿Entienden que sus hijas no tienen capacidad para decidir abortar pero sí para ser madres a los 16?”. Marina, que cumplirá 16 años el próximo agosto, habla de “locura” y de cómo “es comprensible lo que sienten los padres”, pero “en ningún caso se puede permitir que decidan” sobre eso: “Me pongo en la situación de que me obligaran a tener un bebé el año que viene y se me viene el mundo encima”.
En las últimas décadas las generaciones han crecido y se han socializado de otra manera. Sobre todo las mujeres. “Las chicas jóvenes rompieron ya casi del todo con aquel patrón de que a los 18 el sueño es casarse y tener hijos”, expone Santana. Las mujeres han conquistado espacio público y libertad. “Las nuevas generaciones no están dispuestas a renunciar a eso, hay un cambio de concepción que pasa por crecer, desarrollarse profesionalmente, encontrar su autonomía...”, añade.
El estudio de maternidades juveniles de la Fundación Fad Juventud, de 2017, que recogió datos de mujeres entre los 18 y los 35 años, refleja que la inmensa mayoría entre los 18 y los 24 no querían ser madres en ese momento (64,8%), un 12,8% no sabía si le gustaría o no ser madre y un 10,2% tenía claro que no quería tener hijos. Solo un 8,1% respondía “pronto” a la idea de tenerlos. Rosario, que con la ley actual puede abortar desde el año pasado, tiene claro que hace tres años, cuando tenía 16, hubiese ido “de cabeza” a contárselo a su madre: “Y abortar. No tenía el cuerpo, ni la mentalidad, ni el dinero, ni nada para tener hijos. Si tengo uno para que lo cuiden mis padres no quiero”.
Según el último informe del Ministerio de Sanidad sobre interrupción voluntaria del embarazo, con datos de 2020, la tasa de mujeres por cada 1.000 que abortan por debajo de los 19 años es la segunda más baja, con un 7,41 y ha descendido a casi la mitad desde 2011 (13,68). Solo la de mujeres por encima de los 40, con un 3,97, es menor. Y la más alta está en la de 20 a 24, con 15,81.
El borrador de la reforma de la ley del aborto de Igualdad tiene esta cuestión como prioritaria. Y no es nueva. Esta formación está desde hace años en la teoría y las políticas de los gobiernos progresistas. Sin embargo, en la práctica, jamás se ha materializado. En una entrevista con este periódico el pasado marzo, la ministra, Irene Montero, hacía referencia a esa educación con la palabra “fundamental” y “obligatoria”.
En el documento que maneja su área, se hace referencia a que la reforma “viene a cubrir las lagunas de la regulación anterior”. Y se lee: “Se amplía el objeto de la norma, dando un mayor peso a la educación sexual, que pasa a ser obligatoria en todas las etapas educativas”. También se alude a campañas periódicas institucionales y contempla “la incorporación de contenidos de calidad, adaptados y suficientes sobre salud, derechos sexuales y reproductivos en las carreras relacionadas con las ciencias jurídicas, las ciencias de la educación, las ciencias sociales y en los currículos de oposiciones vinculada a estas”.
“Lo que sí sé seguro es que una chica de 16 años no está capacitada para ser madre”
Álvaro García es profesor de secundaria en un instituto madrileño y cree que “hay niveles de madurez distintos a los 16 años”. Pero lo que “sí” sabe, “seguro”, es que una chica de 16 “no está capacitada” para ser madre. “Tiene que aprender y experimentar muchas otras cosas antes. Además, los cuidados no recaen solo en ella sino en la familia”.
Para este educador, “es preferible que con esa edad reciba atención psicológica pública de un profesional que la ayude a valorar su situación y tomar una decisión a que la familia, que muchas veces por convicciones no piensa en las consecuencias, decida por ella”. La confianza que se haya trabajado en cada casa es fundamental. Cristina, madre, tiene “abierta” la puerta a sus hijas, “para todo, y ellas lo saben”. Pero es consciente de que “no en todas partes es igual”. Gaitán, la socióloga, se decanta por que “no necesiten permiso pero sí consulta, apoyo”.
Paula, que cumplió en marzo la mayoría de edad, cree que “los padres son tutores y no estaría bien hacerlo sin que lo supieran”. Alba, de 16, “jamás lo haría” sin decírselo a su madre: “Ella me acompañaría, yo me sentiría más tranquila”. María, ya con 18, va más allá, pero también con su madre: “Eres tú quien tiene el bebé, es tu decisión. Eso sí, yo se lo diría a mi madre, sería la única persona a la que se lo diría”.
Hace unos días, Leslie Jamison, ensayista estadounidense, escribía en este periódico: “La crianza de los hijos cambia completamente los pilares básicos de la experiencia: tiempo, sueño, dinero, soledad. En otras palabras: cada momento del cuidado de los hijos —cada hora, cada día— es un argumento de por qué es importante que la maternidad y la paternidad sean una elección. El aborto no tiene que ver únicamente con el embarazo o el parto; tiene que ver con toda esa vida que le sigue: una vida de responsabilidad absoluta, sin paliativos, sin interrupciones; y también con la vida del niño”.
“La cosa es no llegar ahí, digo yo”. Habla Bea rapidísimo, a punto de cumplir los 18, en un audio de Instagram: “A veces el problema es cómo no llegas ahí, porque no veas si hay trampas por el camino: cuando hay que convencer a tu novio, o no tu novio, de que o con condón o nada”, o “cuando te crees que porque estás enamorada ya no hace falta”.
El informe Entre la confianza y la violencia: ambivalencias en las sexualidades juveniles, de Fad Juventud, ahonda en “la carga que se traslada a las mujeres, en muchos de los casos, a la hora de conseguir que se introduzca el preservativo dentro de la relación sexual”. Eso genera, según el informe, “un escenario de fuerte desigualdad" a la hora de "abordar la prevención en el marco de sus relaciones sexo afectivas”.
Mercedes no sabe explicar “por qué, pero está como la cosa de que si le dices lo del preservativo se va a molestar” y “a veces, cedes”. Pero sí sabe que “al final, si pasa algo, a la que le caen las consecuencias es a ti”. El estudio de Fad constata “los procesos de dominación y las situaciones de desprotección a las que se enfrentan las jóvenes hoy día donde ellas aún siguen soportando, en muchos casos, todo el peso, simbólico y físico, tanto del uso del condón como de asumir las consecuencias”.
Constitucionalización de los derechos de la infancia.
"Manifiesto Infancia y Pantallas, 0-6"
Places & Spaces: Shaping policies for environments and children's well-being. A Policy Panel Discussion
This panel discussion, timed with the global launch of Report Card 17, comes at a moment when policymakers are seeking to ensure child well-being during a protracted global pandemic and with mounting climate change challenges. Join us for a rich discussion with youth activists, policymakers, researchers, and practitioners on shaping better policies for environments and children’s well-being. Panelists to be announced.
Libro Blanco de la Educación Digital para una Reflexión Comunitaria.
La Universidad Complutense de Madrid ha realizado este Libro Blanco de la educación digital en el marco del proyecto del Safer Internet Centre, Spain (SIC-Spain 2.0), que lidera el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE).