Por una Evaluación al servicio
de una Educación emancipadora
Manifiesto desde Latinoamérica
Se reciben adhesiones en: declaraciongtpoleduc@
Los y las abajo firmantes,
reunidos en Salvador, Bahía,
los días 11 y 12
de agosto de 2014,
en la reunión del Grupo de Trabajo de CLACSO
"Políticas Educativas y Derecho a la Educación en América Latina y el
Caribe", analizamos las propuestas que plantean
los operativos
estandarizados de evaluación
como clave para el mejoramiento de la
educación,
frente a las cuales sostenemos una perspectiva crítica.
Consideramos
que la evaluación es un proceso integral orientado a producir
información para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Mientras las visiones tecnocráticas intentan instalar una evaluación
sustentada en un modelo pedagógico descontextualizado social y
culturalmente, quienes defendemos un proyecto educativo democrático y
emancipador sostenemos una perspectiva radicalmente distinta sobre los
contenidos, métodos y sentidos de la evaluación.
Para nosotros,
la evaluación es parte constitutiva del proceso formativo en las
instituciones educativas y una herramienta para reconocer sus avances y
dificultades. La evaluación permite identificar los múltiples factores y
actores que inciden en ese proceso y diseñar políticas y estrategias
orientadas al mejoramiento de la educación desde una perspectiva de
derechos con un sentido pedagógico y no culpabilizador de escuelas,
docentes y estudiantes.
Entendemos que el Programa para la
Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, PISA (por sus siglas en
inglés) constituye una referencia paradigmática, como símbolo y como
dispositivo, de un proyecto político educativo de efectos enajenantes,
mercantilistas y estigmatizantes.
En este sentido cuestionamos:
a) Los supuestos que sustentan el dispositivo de
evaluación de acuerdo con los cuales una buena educación es aquella que
constata la adquisición de conocimientos presuntamente universales,
objetivos y apolíticos, trasmitidos por docentes, adquiridos por
estudiantes y medidos por el Ministerio.
b) La
supuesta identidad entre el acto de medición y su capacidad de reflejar
los procesos de aprendizaje y su mejora. Las miradas tecnocráticas dejan
entrever que la evaluación es un fin en sí mismo. Sostenemos, por el
contrario, que es un medio que puede contribuir a mejorar las prácticas
pedagógicas.
c) Su condición de dispositivo
“único e inapelable de medición”, homogéneo, estandarizado, que opera
propiciando la competencia, clasificación y rotulación jerarquizante a
partir de la publicidad de los puntajes. Como lo muestran múltiples
investigaciones, la aplicación del dispositivo está provocando la
uniformización de las prácticas docentes en vistas a lograr un mejor
desempeño en las pruebas.
d) La relación entre
el uso del dispositivo y las condiciones laborales docentes, en tanto
impone orientaciones e incentivos por rendimiento, incrementando la
precarización, intensificación y empobrecimiento del trabajo de enseñar.
e) El
impacto de esta pedagogía de la respuesta correcta sobre la
subjetividad de docentes, estudiantes y familias que viven en una
presión constante por el rendimiento. Las pruebas PISA – y sus variantes
nacionales- afectan el deseo de enseñar y de aprender.
f) La
mercantilización que supone la creación de un dispositivo gerenciado
globalmente en tanto profundiza una lógica de financiamiento educativo
transnacional en clave de lucro. El círculo se cierra con la
tercerización del diseño y aplicación de la evaluación a través de la
contratación de agencias privadas.
g) La
asociación entre la aplicación de las pruebas y la evaluación de la
calidad de la educación, en tanto el concepto de calidad educativa no es
unívoco; está inserto en una red compleja de significación histórica,
social y política. Cuestionamos también la validez de las pruebas PISA y
sus resultados para conocer y resolver los problemas de la escuela
pública en América Latina y El Caribe preocupada por asegurar el derecho
a la educación.
Este instrumento de evaluación ha sido cuestionado en los países donde
se ha aplicado, generando pronunciamientos críticos de pedagogos,
intelectuales y comunidades educativas, como ocurrió en Chile y en EEUU.
Reducir
la calidad a la evaluación y la evaluación a la medición constituye un
fraude epistemológico, político y pedagógico, con consecuencias en el
empobrecimiento de los proyectos educativos y en la formación de seres
humanos enajenados.
Rechazamos la idea de una PRUEBA PISA formulada especialmente para los países “en desarrollo” (PISA for Development).
No aceptamos la ecuación subyacente entre este tipo de evaluación y el
desarrollo de los países. En los años 60 del siglo XX se verificó el
fracaso de los modelos desarrollistas y de sus recetas tecnocráticas y
se planteó una crítica estructural. Como entonces, en pleno siglo XXI,
reivindicamos una perspectiva político-pedagógica capaz de denunciar las
condiciones desiguales en las que se llevan adelante los procesos
educativos y de reconocer y valorar el vínculo de docentes y estudiantes
con una diversidad de saberes.
Concebimos a la educación como
una construcción colectiva que debe promover la soberanía cognitiva, el
desarrollo integral de los seres humanos, la formación para el trabajo
liberador y una ciudadanía plena. Por todo ello, la evaluación debe
constituir una herramienta para facilitar un proyecto pedagógico
democrático y liberador.
Por todas estas razones nos oponemos
enfáticamente a las Pruebas PISA (y su versión para países en
desarrollo) y denunciamos la aplicación de fórmulas de sometimiento
cultural.
Estamos a favor, en cambio, de modalidades y experiencias de
evaluación que sean parte de una pedagogía emancipadora que potencie el
derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes de nuestra América.
Coordinadoras del GT: Myriam Feldfeber (UBA, Argentina) y Jenny Assael (UCH, Chile)
Andrade Oliveira, Dalila (UFMG, Brasil)
Araujo, Heleno (CNTE, Brasil)
Augusto, María Helena (UFMG, Brasil)
Birgin, Alejandra (UBA, Argentina)
Campos, Javier (PIIE, Chile)
Cardona,Dayana (UPN/UNAL, Colombia)
Carli, Sandra (UBA, Argentina)
Celman, Susana (UNER, Argentina)
Cornejo, Rodrigo (UCH, Chile)
Duarte, Adriana (UFMG, Brasil)
Duhalde, Miguel (CTERA, Argentina)
Feldfeber, Myriam (UBA, Argentina)
Francia Costa, María Teresita (I.P.E.S, Uruguay)
Gatti, Elsa (Uruguay)
Gentili, Pablo (CLACSO, UERJ, Brasil)
Gluz, Nora (UNGS, UBA, Argentina)
Hillert, Flora (UBA, Argentina)
Imen, Pablo (UBA. CCC, Argentina)
Karolinski, Mariel (UBA, Argentina)
Marrtinez, Deolidia (UNRC, Argentina)
Portacarrero Quintana, J. Mario (UCH, Perú)
Reyes, Leonora (UCH, Chile)
Rodríguez Martínez, Carmen (UMA, España)
Rodrigues,Cibele (FUNDAJ, Brasil)
Saforcada, Fernanda (UBA, CLACSO, Argentina)
Sisto, Vicente (PUCVP, Chile)
Vassiliades, Alejandro (UNLP, UBA, Argentina)
Se reciben adhesiones en: declaraciongtpoleduc@ gmail.com