HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
de las Ciberpatologías de la Infancia y Adolescencia.
Dirigida a: Pediatras, Médicos de Familia, Enfermeras, Trabajadores sociales, Psicólogos, Psiquiatras,Terapeutas Ocupacionales, Sociólogos, Educadores, Alumnos... Información Gral. de la Jornada- Inscripciones:. PROGRAMA PRELIMINAR • 08:30 - 09:00 h. > RECOGIDA DE DOCUMENTACIÓN • 09:00 - 09:30 h. > INAUGURACIÓN
• 09:30 - 10:30 h. > MESA 1: REPERCUSIONES DE LAS TIC EN LA SALUD DE LA INFANCIA Moderadora: Sofía Mesa García. Pediatra. Servicio Urgencias Pediátricas. Hospital Infantil Universitario 12 de Octubre (Madrid) - INFLUENCIA DE LAS TIC SOBRE EL SUEÑO Milagros Merino Andreu. Neurofisióloga. Coordinadora de la Unidad de Trastornos Neurológicos del Sueño. Hospital Universitario la Paz (Madrid) - CIBERADICCIONES Y TDAH Javier Goti Elejalde. Médico Psiquiatra-Especialista Senior. Unidad de Conductas Adictivas en Adolescentes (UNICA-A). Servei de Psiquiatria i Psicologia Infantil i Juvenil Hospital Clinic (Barcelona) • 10:30 - 12:00 h. MESA 2: LAS TIC EN LA INFANCIA Moderador: Jorge Olivares Ortiz. Pediatra. Hospital Universitario de Torrejón (Torrejón de Ardoz, Madrid) - NETIQUETA Carlos Represa Estrada. Director general y socio fundador del Instituto para la Competencia Digital ICD - LEGISLACIÓN: DELITOS E INFANCIA Paloma Llaneza González. Abogada especializada en evidencias electrónicas. Senior partner and head of Information Technology de RAZONA - “YO A ESO NO JUEGO” Almudena Escorial Senante. Coordinadora de relaciones institucionales en Save the Children • 12:00 - 12:30 h. DESCANSO • 12:30 - 14:30 h. MESA 3: COORDINACIÓN DE PROTOCOLOS DE CIBERACOSO Y ACOSO ESCOLAR EN SANIDAD, EDUCACIÓN, SERVICIOS SOCIALES Y POLICÍA NACIONAL. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA Moderador: Antonio Gancedo Baranda. Pediatra. Urgencias Pediátricas. Consulta de Pediatría Social. Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Alcorcón, Madrid) Ponentes: - José Antonio Luengo Latorre. Asesor Técnico Docente de la Subdirección General de Inspección Educativa. Consejería de Educación. Comunidad de Madrid - Esther Arén Vidal. Inspectora Jefa de la Policía Nacional. Delegada Provincial de Participación Ciudadana de Madrid. - Justina de Pablo Arenales. Trabajadora Social del Ayto. de Madrid (Responsable del Programa de Familia e Infancia en el Distrito de Fuencarral-El Pardo). Socia de la Asociacion GSIA - M.ª Angustias Salmerón Ruiz. Pediatra de la Unidad de Medicina de la Adolescencia del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
Un
“enfoque basado en los derechos” deriva de la idea de que los niños son
titulares de derechos y de que para que se produzca un cambio real
debemos promover y proteger sus derechos, no tratarles como meros
objetos de caridad.
El objetivo de esta guía es explicar cómo todas las
acciones adoptadas por y para los niños, deben basarse en el
conocimiento y el reconocimiento de que tienen derechos.
Esta colección de guías incluye una serie de recomendaciones y
consejos como, por ejemplo, la forma en que los diferentes artículos de
la Convención sobre los Derechos del Niño
se aplican a las distintas profesiones y técnicas e ideas sobre cómo
aplicar un enfoque basado en los derechos en el día a día.
No está
diseñada para enseñar a las personas cómo deben realizar su trabajo,
sino que ofrece una serie de herramientas para que comprendan cómo
encajan los derechos de los niños en los mismos.
Las leyes pueden ser una herramienta
poderosa para fomentar los derechos humanos, pero el sistema de justicia
también puede desencadenar algunas de las violaciones más devastadoras
de los mismos
Dirigido al
profesorado y alumnado universitario, profesionales de entidades
públicas y privadas que trabajan en el ámbito de infancia y público en
general.
Se propone un curso que aborde de manera integral la situación de la
infancia, con especial referencia al caso de Navarra, y que tiene como
objetivo sensibilizar y formar en temas de infancia, así como socializar
algunas de las buenas prácticas que ya se están poniendo en marcha.
Para ello se contará con una serie de profesores de gran prestigio
internacional en la materia de derechos de la infancia y con otros
ponentes con una amplia experiencia en la ejecución de políticas de
infancia.
A las 10.00hrs. del jueves día 8: Conferencia Inaugural.
EL EJERCICIO DE LA CIUDADANÍA EN LA INFANCIA.
Ponente: Dña. Lourdes Gaitán Muñoz.
Doctora en Sociología y Diplomada en Trabajo Social.
El congreso internacional sobre el concepto y determinación del interés superior del niño en la jurisprudencia internacional, comparada y española se celebrará en Valencia (España) durante los días 17 y 18 de Octubre,
donde se expondrá cómo los órganos internacionales de protección de
derechos humanos judiciales y cuasijudiciales (universales –en el marco
de Naciones Unidas -y regionales europeos y americanos –en el marco de
la UE, del Consejo de Europa y de la Organización de Estados
Americanos-), así como los órganos judiciales de distintos países (Perú,
Chile, México, Marruecos e Italia) y los tribunales españoles
identifican, definen y aplican el interés superior del niño en su
práctica diaria. El Congreso pertenece al proyecto del MINECO
DER2013-47866-C3-2-P
La temática del congreso se desarrolla a lo largo de tres ejes fundamentales:
- El interés superior del niño en la jurisprudencia comparada (de un Estado, o Región si cuenta con una regulación específica).
- El interés superior del niño en la jurisprudencia de un Tribunal u Órgano Internacional.
- La evaluación y determinación del interés
superior del niño ante una problemática jurídica concreta, como por
ejemplo en materia atribución de la guarda y custodia; acogimiento y
adopción; interrupción voluntaria del embarazo en menores de edad; o
cualesquiera otras situaciones en las que haya tomarse una decisión que
afecte a un niño o niña.
"Dar limosna a un niño, según nuestra opinión, es condenarlo de por vida.
Que del bolsillo de un turista salgan unas monedas, puede hacer que el niño no vaya a la escuela porque entenderá que es más rentable mendigar que ir al colegio.
De hecho, probablemente no será él quien lo decida.
Serán sus padres que, al ver que su hijo es capaz de traer unas monedas a casa y solventar así parte de la economía familiar, le exigirán que siga haciendo de pedigüeño..."
Es bastante frecuente que viajando por países en vías de desarrollo
que nos han salido al paso niños pidiéndonos algún pequeño regalo, ya
sea una simple una chuchería, un bolígrafo, una camiseta o tal vez un
dolar.
Si te has encontrado en esa situación seguramente ta
hayas planteado que hacer y este dilema es aún más acuciante si cabe si
viajamos acompañados de nuestros hijos pues seamos más o menos
conscientes, lo queramos o no nuestra comportamiento es modelo de
conducta para nuestros hijos también viajando:
¿qué puede haber de malo
en hacer una pequeña dádiva a un niño que lo necesita?.
A continuación podéis leer la trascripción completa del capítulo ” La influencia del viajero” de Todo al 69, un libro que puede conseguirse aquí en el que la intrépida pareja formada por los recientemente papás viajeros Xavier y Carme de la Vuelta al Mundo
trazan un relato tan cercano como bien escrito de su tercera vuelta al
mundo compartiendo sus alegrías sin escatimar hablarnos también de todos
esos malos ratos y las contradicciones que afloran en todo viaje que se
precie.
Xavi y Carme, a los que en su día ya entrevistamos aquí, nos han dado permiso para reproducir ese texto porque explica de una forma magistral un punto de vista que suscribimos totalmente en Familias en Ruta
sobre la conveniencia o no de dar regalos y/o limosnas a los niños que
nos salen al paso durante los viajes por países en vías de desarrollo.
El debate está servido.
TODO AL 69: LA INFLUENCIA DEL VIAJERO
“Muchas de las personas que viajan, no son conscientes del gran poder
de influencia que tienen sobre la cultura que visitan. Es muy probable
que si lo supieran, actuasen de diferente manera.
Este poder de influencia se basa en las conductas mostradas, que
serán capaces de modificar el estilo de vida de las personas oriundas.
El impacto sociocultural que el viajero causa en el país que visita,
puede a veces ser gravemente dañino. Por eso es muy importante ser
conocedor de lo que significa nuestra presencia en las culturas que
visitamos y tratar por todos los medios que nuestros actos sean los más
adecuados en cada momento. Una acción desacertada, la mayoría de veces
hecha con buena intención, puede acarrear consecuencias nefastas.
Uno de los comportamientos donde se puede observar más claramente
esta tesis, es la desafortunada acción de dar limosna a los niños, un
acto que desgraciadamente es demasiado habitual, especialmente en la
India.
Dar limosna a un niño, según nuestra opinión, es condenarlo de por
vida. Que del bolsillo de un turista salgan unas monedas, puede hacer
que el niño no vaya a la escuela porque entenderá que es más rentable
mendigar que ir al colegio. De hecho, probablemente no será él quien lo
decida. Serán sus padres que, al ver que su hijo es capaz de traer unas
monedas a casa y solventar así parte de la economía familiar, le
exigirán que siga haciendo de pedigüeño.
Eso en el mejor de los casos. En el peor de ellos, son mafias las que
están detrás de los pequeños, obligándoles a pasarse todo el día
mendigando. En la India es sabido de la existencia de estas mafias. La
parte más desagradable del asunto es que, en algunos casos, no dudan en
amputar una pierna o un brazo a los chiquillos, para que así sean más
lastimosos y recauden más dinero. En cualquier caso, la idea de darle
una limosna a un niño es perpetuar su pobreza, privándole de su derecho a
ser escolarizado.
Hemos presenciado muchísimas escenas desagradables en este sentido.
Hemos visto turistas llegar a un poblado muy humilde, sacar la cartera y
empezar a repartir billetes de un dólar como si fueran Papá Nöel. Los
hemos visto asomados a la ventana del autocar lanzando a un grupo de
niños bolígrafos y caramelos como el que lanza comida a animales. Lo más
doloroso para nosotros ha sido constatar que esas personas hacen estos
gestos totalmente convencidos de que realizan un acto de bondad… pero lo
cierto es que el daño que hacen es irreparable. Están hipotecando el
futuro de aquellos muchachos, porque acostumbrándoles a recibir por
parte de los turistas lo que se hace es perpetuar estas situaciones de
mendicidad.
Si lo que queremos es ayudar a esos niños con recursos materiales, lo
más sensato es hacer una donación a una organización: a una escuela...
Ellos se encargarán de comprar los materiales necesarios, o repartir los
materiales que hemos donado. Ellos conocerán realmente las necesidades
de los niños y actuarán en consecuencia.
Saltarse este paso y dar
caridad directamente a los niños que vemos en la calle, es crear
actitudes de dependencia hacia los forasteros.
Además de empujarlos a la
ignorancia, fomentaremos comportamientos que resultan indignos.
Nosotros, como viajeros, lo hemos sufrido, pues cada vez que hemos
pasado por pueblos pequeños donde suelen pasar grupos de turistas, hemos
visto cómo los niños se abalanzaban hacia nosotros mendigando.
Sucede diferente cuando te encuentras chiquillos en lugares donde
todavía nadie los ha aleccionado. Se acercan a ti curiosos, ríen, te
preguntan tu nombre, te preguntan extrañas cuestiones acerca de la vida
en tu país, y vuelven a reír… se crea una situación muy bonita, de
aquellas que hacen que viajar valga la pena. Hay un intercambio cultural
precioso, porque ambas partes ven en el otro un mundo diferente.
Eduardo Galeano, escritor uruguayo a quien admiramos, dijo una frase
que rebosa sabiduría: ‘La caridad es humillante porque se ejerce
verticalmente y desde arriba, la solidaridad es horizontal e implica
respeto mutuo’.
Dar limosna a un niño es la caridad llevada a su lado
más desafortunado, por todo lo que implica este acto en una persona que
aún no tiene la capacidad de entender lo que significa, y mucho menos la
potestad de decidir cómo quiere vivir el resto de su vida.
En cambio,
ejercer la solidaridad con él es la manera de que salga victorioso,
creando lazos de igual a igual, mirando de frente.
Porque al fin y al
cabo, la mejor manera de ayudar a un niño no es darle limosna, sino
contribuir a que pueda vivir sin tener que recibirla.”
Las niñas, niños y adolescentes constituyen uno de
los grupos más afectados por diversas formas de violencia y de
vulneraciones a derechos, así como por el actuar del crimen organizado. Las respuestas de los Estados no son
suficientes para prestar una adecuada protección a la niñez, para
garantizar sus derechos y prevenir que sean captados, utilizados y
explotados por el crimen organizado....
Las políticas de control y de represión hacia los grupos
criminales han llevado en la práctica a frecuentes abusos y
arbitrariedades ejercidos por las fuerzas de seguridad del Estado en
contra de los adolescentes....
Los adolescentes suelen ser estigmatizados por la sociedad Los varones de los barrios pobres y periféricos,
que pertenecen a grupos tradicionalmente excluidos y discriminados, son
responsabilizados por el clima de inseguridad y señalados como
“potenciales peligros sociales” que deben ser controlados.....
Existe una conexión entre los contextos de inequidad y exclusión social y los contextos de violencia La desigualdad, la baja movilidad social, la
precariedad en el empleo y la transmisión intergeneracional de la
pobreza siguen siendo graves problemas en América. Las cifras macroeconómicas arrojan resultados globales
positivos, pero la distribución de la riqueza y del ingreso, el acceso a
servicios básicos de calidad y el goce de derechos evidencian profundas
diferencias e inequidades entre grupos y sectores poblacionales.....
En España, el 70% de los escolares de 15 años ha sido víctima o verdugo (en muchos casos, ambos) de bullying, tanto de forma presencial como mediante nuevas tecnologías.
Los expertos señalan que este tipo de acoso existe en todas las sociedades humanas,
y han pedido a las escuelas que acepten el problema para poder estudiar
e implementar medidas dirigidas a prevenirlo allí donde puede aparecer y
hacerlo desaparecer allí donde existe.
El método KiVa es una de las propuestas más prometedoras en este sentido.
Finlandia
es un país que destina grandes recursos a la educación, al ser
considerada esta última un asunto de Estado de gran relevancia. En los
últimos años el país nórdico se ha propuesto acabar con el acoso escolar y mejorar el sistema educativo en sus distintas vertientes.
Reflejo
de ello es que Finlandia ha conseguido en los últimos años el digno
primer puesto en educación superior, educación primaria y formación en
el Índice de Competitividad Global (ICG) gracias a la
importancia que se le da a la educación en los últimos tiempos. Todas
las medidas destinadas a la educación han contribuido a crear una
potente fuerza laboral con las competencias adecuadas para adaptarse a
un contexto socioeconómico en constante cambio y que ha causado altos
niveles de desarrollo tecnológico.
El sistema educativo finlandés: uno de los mejores del mundo
Finlandia
es actualmente una de las naciones más creativas y innovadoras de la
U.E y del mundo, posicionándose en el segundo puesto en el ranking, (el
primer puesto lo ostenta Suiza). En el momento en que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) elaboró elinforme PISA, el país nórdico consiguió los primeros puestos en educación.
No
obstante, el sistema educativo finlandés no es perfecto: Finlandia
también sufre la nefasta epidemia del acoso escolar. ¿Con qué
herramienta solucionan el bullying en Finlandia? Pues con el programa KiVa.
El programa KiVa
El término KiVa surge de la unión de las palabras “Kiusaamista Vastaan” (en finlandés, contra el acoso escolar).
Gracias a esta propuesta, Finlandia está consiguiendo erradicar el acoso escolar. Este método es aplicado en el 90% de las escuelas de educación básica,
y su éxito es tal que se ha convertido en una herramienta
imprescindible a la hora de valorar y escoger cualquier centro del
sistema educativo finlandés, tanto para trabajar, en el caso de los
profesores, como para estudiar, en el caso de los alumnos.
La etapa de experimentación
El programa KiVa fue creado a propuesta del gobierno finlandés y la
comunidad educativa; “El proyecto comenzó a introducirse de forma
aleatoria en los colegios finlandés”, explica Christina Salmivalli,
profesora de Psicología y una de las inventoras del programa.
Años
después se realizó un estudio (uno de los mayores del país, por cierto)
para ver cómo evolucionaba el programa y la incidencia que este tenía
en los alumnos. Los resultados fueron apoteósicos: el programa KiVa
había disminuido todos los tipos de acoso en los institutos y colegios.
El cerco al bullying había empezado a funcionar. De hecho, el acoso escolar desapareció en el 80% de los centros escolares. Cifras espectaculares que, lógicamente, han despertado el interés de la comunidad educativa internacional.
Resultados a largo plazo contra el bullying
Al
cabo de un año los investigadores se percataron que el número de niños y
adolescentes que padecían acoso escolar habían disminuido un 41%. Pero
el método no sólo resolvió el problema sino que el programa también
potenció el confort de los alumnos y la motivación de estos a la hora de
estudiar, disparándose a través de este modo las buenas calificaciones.
La embajada de Finlandia en Madrid afirma que un
98 por ciento de los 1.000 colegios que colaboraron en el programa en
2009 creyeron que la vida escolar había mejorado significativamente durante el primer año en el que se comenzó aplicar el método KiVa, algo que confirman numerosos estudios.
Es tal el éxito del programa que el método KiVa ha recibido el Premio Europeo de Prevención del Crimen en 2009, entre otros.
Una
de las mejores maneras de entender el potencial de este programa KiVa
contra el acoso es a través de un ejemplo. En la escuela Karamzin tenían
un problema grave de acoso escolar, por lo que el programa KiVa se puso
en marcha en la escuela durante el 2008: durante el primer año de implantación se redujo el acoso escolar en un 60%.
¿Cómo funciona el método KiVa?
El
método utilizado en el programa KiVa consiste en no centrarse en la
dialéctica de la confrontación entre víctima y acosador (ni tratar a la
víctima para que sea más extravertida ni intentar cambiar al acosador para que desarrolle empatía) sino que se basa en la actuación sobre los alumnos testigos que se ríen de tal situación.
En
muchos casos, estos espectadores interiorizan que lo que pasa es
normal, incluso divertido, aunque tengan una opinión subyacente
diferente. Lo que se pretende hacer a través del método es
influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en
el acoso. Si esto se consigue, el acosador, que necesita de
reconocimiento para proseguir con el bullying, deja de acosar a causa de
que no le aporta ningún beneficio.
En resumen, el programa de
basa en intentar que los espectadores no les rían las gracias a los
jóvenes que son la parte agresora en el acoso. Sencillo, pero eficaz.
Los detalles del programa
En
el programa KiVa los estudiantes son instruidos en unas 20 clases a los
7, 10 y 13 años (edades clave en el desarrollo del menor) para
identificar las diferentes formas de bullying. De este modo ya son
concienciados desde bien pequeños.
Hay diez temarios y trabajos
que se realizan a lo largo del curso y en donde se enseñan valores
morales como la empatía y el respeto por los demás. Se utilizan gran
cantidad de recursos: charlas, videojuegos,
manuales para el profesorado, vigilancia en el recreo,
largometrajes... incluso un buzón virtual para denunciar si son testigos
o víctimas de acoso escolar.
El equipo KiVa
En toda escuela el director elige un equipo KiVa integrado por tres adultos que detectan y investigan los casos de acoso escolar.
Primero determinan si el acoso es puntual o continuado. Después hablan
con la víctima para tranquilizarla. Posteriormente hablan con los
acosadores para sensibilizarlos y con los testigos, que son la piedra
angular del programa, de esta forma se consigue reducir el acoso
escolar.
El potencial del método
Este drástico cambio en
una serie de escuelas finesas puede dar una idea de los cambios
cualitativos a nivel social que este tipo de programas podrían tener no
solo en las escuelas, sino en los diferentes estratos culturales de
personas adultas educadas mediante estos métodos.
Si ya desde las
etapas más tempranas somos educados para no apoyar pasivamente actos de
violencia de este tipo, es concebible que la mentalidad de los adultos
también cambie en muchos sentidos. Solo el tiempo dirá si este tipo de cambios culturales repentinos llegan a darse.
Las repercusiones del programa KiVa pueden ir mucho más allá de la
lucha contra el bullying, pueden ser la semilla para una sociedad más
justa, solidaria y cohesionada.
Alicia* estaba embarazada de seis meses cuando la
detuvieron por tráfico de estupefacientes. Le dieron a elegir entre
quedarse con su hija, entregarla a un familiar o darla en acogida cuando
naciese. Ella decidió permanecer con su bebé: "Ya me habían quitado la
libertad, no me iban a quitar también a mi hija".
Cualquier reclusa puede pedir el ingreso de su hijo en prisión.
Según la Ley, basta con que éste sea menor de tres años -la edad máxima
permitida para que estén en la cárcel-, se acredite la filiación y el
centro estime que no hay riesgo para el menor.
Un año después de cumplir su condena, Alicia echa la
vista atrás y reconoce que ahora actuaría de otra manera. "La prisión no
es el lugar para una niña, no hay juguetes, no hay actividades",
relata, aunque añade que la pequeña no se daba cuenta de dónde estaba,
ni añoraba salir a un mundo exterior que apenas conocía más allá de las
salidas con ONGs los fines de semana.
A finales de 2015 vivían en centros penitenciarios en España un total 111 niños.
La mitad de ellos se encontraba en un módulo de madres de una prisión
común. Todas las partes consultadas para esta investigación coinciden en
que, de las alternativas existentes, ésta es la que influye de manera
más negativa en los niños, por la convivencia con elementos carcelarios y
la falta de autonomía de la madre.
De los demás menores, una treintena vivían en unidades externas.
Estos centros fueron un proyecto del anterior gobierno socialista que
tenía como objetivo sacarles de las prisiones, pero cuya implementación
se ha quedado a medias y no contempla todos los casos.
La tercera opción oficial son las unidades dependientes, pisos tutelados por ONGs donde la madre tiene más libertad y en los que a finales del año pasado sólo vivían diez niños.
Perdidos dentro de la cárcel
A pesar de las tres alternativas existentes, hay
niños que han pasado por cárceles españolas en los últimos años que no
figuran ni en módulos internos, ni en unidades externas, ni en centros
dependientes. Vivieron, en contra de lo que dicta el reglamento penitenciario, en departamentos de mujeres con el resto de las reclusas.
En total, 11 cárceles distribuidas por toda la
geografía española han acogido a niños en estos departamentos en algún
año desde 1999, según los datos a 31 de diciembre de 2015 que
proporciona Instituciones Penitenciarias. "A lo mejor nació un niño allí y se quedó hasta el traslado", aventura Javier Nistal,
subdirector general de Tratamiento y Gestión penitenciaria. "Es raro
porque cuando la mujer está embarazada de determinados meses ya la
trasladamos para que cuando den a luz tenga atención".
Algunos de esos niños no aparecen siquiera en muchos
de los informes anuales que hace públicos Instituciones Penitenciarias.
Es el caso de los pequeños en la cárcel de Málaga en los años 2005 y 2006; en Alcalá de Guadaira y La Moraleja en 2010; en Pamplona en diciembre de 2012; o los tres que estaban en Tenerife en 2014.
Canarias es precisamente donde más se repite esta situación.
En diciembre de 2015 seguían viviendo tres niños en la prisión de
Tenerife, aunque no dispone de módulo de madres. Sin embargo, en esta
isla existe una unidad externa cuya edificación costó a las arcas públicas al menos 4,4 millones de euros, pero que no se ha abierto desde que se construyó en 2012. Los gastos de mantenimiento superan los 17.000 euros anuales.
"Entre dos males escogemos el menos malo", afirma
Nistal. Según el subdirector general de Tratamiento, son las mismas
madres las que prefieren estar allí "en peores condiciones" antes que
desplazarse hasta la península. Asegura que es una situación
provisional: "Estamos pendientes de abrir la Unidad de Madres en
Tenerife. Mientras, estamos aguantando".
Ana María García, subdirectora de Tratamiento de esta prisión, explica que en estos casos las madres comparten el patio y otras zonas comunes con el resto de las presas. Y no todas tienen un arraigo familiar, pues también pasan por allí extranjeras. Concha Yagüe,
subdirectora de Tratamiento con el PSOE, reconoce que en su época
también existía este problema: "Buscábamos familiares o nos poníamos en
contacto con jueces para plantear la libertad provisional. Hemos hecho
de todo para evitar esas situaciones".
A finales de 2015 vivían en centros penitenciarios en
España un total 111 niños. La mitad de ellos se encontraban en un módulo
de madres de una prisión común.
Diferencias entre modelos
La vida en los módulos de maternidad y en las unidades
externas es muy distinta. En ambos casos, madres e hijos se encuentran
aislados del resto del centro penitenciario, pero los módulos se integran dentro de la prisión y conservan la arquitectura, las rutinas y el ambiente carcelario.
En cambio, las unidades externas son edificios separados concebidos
para que vivan niños en su interior y donde se han eliminado las
referencias carcelarias.
"Se cuida mucho que los elementos de la prisión no sean visibles para el niño", explica Estrella Carrasco, subdirectora de la Unidad de Madres Jaime Garralda
en Delicias, Madrid. "Los funcionarios no llevan uniforme ni se usa la
megafonía. Se cuida también la terminología. Ya no se habla de internas
sino de residentes, no se habla de celdas sino de habitaciones". Además,
en estas unidades externas la madre se compromete a asumir responsabilidades como acudir a cursos y talleres ocupacionales. A cambio disfruta de una mayor autonomía con la vista puesta en su reinserción.
El cambio de gobierno en 2011 cambió la situación de
las unidades externas. Además de reducir el número de presas derivadas a
estos centros, la iniciativa se ha quedado a medias también en sus
infraestructuras.
De las seis unidades que se proyectaron para toda España, sólo tres están en uso:
Aranjuez (Madrid), Alcalá de Guadaira (Sevilla) y Palma de Mallorca.
Una más se planteó para León, pero el proyecto fue cancelado antes de
tomar forma. Otras dos, en Tenerife y Alicante, están construidas y sin
utilizarse desde 2012. La ejecución de estas dos unidades costó más de 7.701.000
y los motivos que esgrime el actual gobierno penitenciario para
mantener su cierre son cuestiones económicas y la falta de oferta de
empleo.
A ello se suma la disminución general de la población
penitenciaria que tiene lugar en España desde hace seis años, a raíz de
la reforma del Código Penal de 2010. El nuevo texto legal reduce de nueve a seis años la pena máxima por transportar droga, uno de los delitos que más se repite entre las mujeres.
Cuando se empezó a plantear el proyecto de las
unidades externas los centros se distribuyeron geográficamente para que
fueran sustituyendo progresivamente a los módulos de las prisiones,
según relata Mercedes Gallizo, ex
directora general de Instituciones Penitenciarias con el PSOE e
impulsora de la iniciativa. Con la paralización del proyecto muchos
módulos internos se cerraron sin que las nuevas unidades se abrieran,
lo que ha reducido las opciones geográficas y ha generado dispersión entre las reclusas que son madres en España. Los módulos de Albolote en Granada, Teixeiro en Galicia, o La Moraleja en Palencia, fueron algunos de los que se clausuraron y obligaron a las presas a elegir entre estar con su hijos o cerca de sus familias.
En la actualidad sólo cuatro ciudades cuentan con
alguno de los modelos que existen, y ya que no todas las madres pueden
acceder a las unidades externas o dependientes, muchas sólo pueden
elegir entre las tres primeras.
De las 119 madres con niños en prisión a principios de año, 81 eran de nacionalidad española.
Las más afectadas por la dispersión, según la distribución y los datos
demográficos del INE, son las presas de la zona norte de España. En
comunidades como Castilla y León o Galicia existe históricamente más
población carcelaria femenina que, por ejemplo, en Baleares, pero no
disponen de ninguna alternativa penitenciaria cercana.
La reforma del Código Penal de 2010 redujo de nueve a
seis años la pena máxima por transportar droga, uno de los delitos que
más se repite entre las mujeres.
El hecho de estar en un módulo interno para madres y
no en una unidad externa o dependiente puede perjudicar a los menores.
Aunque según los expertos esto dependerá en gran parte de su madre.
"Para los niños, cuanto más pequeños, menos relevancia tiene el mundo
exterior. La persona más importante para su desarrollo es su madre o la
persona más cercana. Hasta los dos años todo lo que ven, sienten y les
estimula llega a través de esta persona", explica Jesús Giménez, psicólogo y autor del estudio 'Niños y madres en prisión' (1998).
Javier Nistal reconoce que la prisión no es el sitio para un niño: "Se contagian de alguna manera del elemento penitenciario. Lo ideal sería que no hubiera ningún niño dentro de prisión, pero si tienen que estar, que estén de la mejor forma posible, que creo que es en las unidades externas y Dependientes".
La situación de las madres es, por tanto, fundamental, y esto varía según el tipo de centro donde se encuentre. María Yela,
psicóloga que ha trabajado en el módulo interno de Aranjuez y
actualmente en la unidad externa de Madrid, considera que "toda la
ansiedad que puede producir la prisión, la depresión, la angustia o la
sensación de impotencia repercuten en el niño y en su educación". Según
su experiencia, una madre en un régimen abierto como el de las unidades
externas tiene más capacidades y autonomía para estimularle y criarle
mejor.
A veces la solución -acceder a las unidades externas o dependientes- llega con retraso. "Las
personas que están en prisión preventiva en ocasiones pasan varios
meses e incluso dos años esperando a que les llegue el juicio", cuenta Yela. Margarita Aguilera,
abogada de la ONG ACOPE, que ha trabajado con madres en prisión,
coincide en esta consideración y lamenta que no se potencien
alternativas al cumplimiento de la condena, como sí sucede en otros
países.
Comparativa europea
La edad máxima permitida para que un menor permanezca
en prisión varía mucho según la consideración de cada país. En Irlanda
del Norte los niños pueden estar con sus madres hasta los nueve meses,
mientras que en España pueden hacerlo hasta los tres años. En Estonia el
límite de edad son los cuatro años y en Alemania puede llegar hasta los
seis. Cada país -o a veces cada región- coloca el límite, las
condiciones y las alternativas según su propio criterio, aportando
visiones diferentes al debate de qué es lo mejor para madre. LEER MÁS.
Condicionados por los grados
En febrero de 2016, sólo 43 de las 119 internas madres o embarazadas estaban en uno de los dos grados que permiten acudir a estos centros: el tercer grado -semilibertad- o un 100.2 -segundo grado con beneficios de tercero que se estudia de manera individualizada¬.
Una situación muy distinta a la que planteaba en 2008 -año en el que se inauguró la primera unidad externa- Mercedes Gallizo. El
objetivo era que la mayoría de las madres que no supusiesen un riesgo
para la sociedad alcanzasen los grados que permitiesen sacar a los niños
de prisión. "Hicimos estudios individualizados y prácticamente
todas, a excepción de casos muy singulares de larguísimas condenas o
delitos muy graves, podían convivir en estos hogares, más que
prisiones", explica Gallizo.
El cambio de gobierno, y con éste de la dirección y
política penitenciaria, también modificó ese objetivo y en la actualidad
las presas preventivas ya no pueden acudir a estos centros.
Concepción Yagüe,
subdirectora de Tratamiento con Gallizo, cree que se debe a una cuestión
eminentemente política y, en parte, económica. "Era el proyecto
estrella del anterior gobierno y ahora no se está potenciando por una
consideración ideológica. Además es más caro de mantener". Para Nistal,
miembro de la nueva dirección, el cambio se ha debido a la experiencia y a que el planteamiento original no se ajustaba a la realidad: "Se hizo la teoría para vender el modelo de construcción, pero una cosa es la teoría y otra la práctica".
A todo lo anterior se suma que, si
la madre debe permanecer en prisión cuando su hijo cumple los tres
años, deberá ser un familiar el que se haga cargo del pequeño. Un familiar que hasta ese momento ha podido vivir a cientos de kilómetros. Así le sucedió a Claudia*,
que tenía que hacer cerca de 400 kilómetros hasta la cárcel de Aranjuez
cada vez que quería visitar a su hija y a su nieta. "Al principio no se
quería venir, porque no me conocía de nada, pero a la segunda visita no
quería volver a la cárcel, aunque su madre estuviera allí, por lo que
decidimos sacarla con dos años", explica esta mujer, que ahora compagina
su trabajo con el cuidado de su nieta. "Consideramos que no era
oportuno para ella por las cosas que veía ahí. Se daba cuenta de todo,
de cuando la funcionaria hablaba mal a su madre, de cuando su madre
lloraba...". Lo que la niña vivía en prisión es un capítulo aparte de
esta condena invisible.
*Nombres cambiados a petición de las entrevistadas.