HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
La aprobación por el Real Decreto 689/2021, de 3 de agosto, del título en especialista en psiquiatría infantil y de la adolescencia estuvo motivada por una parte por las “necesidades de atención de la salud mental en la infancia y la adolescencia”, y por otra parte el “desarrollo armónico con los sistemas formativos de los países de nuestro entorno”. Este número de la revista HDIA da cuenta de la creciente demanda asistencial de los trastornos mentales de niños, niñas y adolescentes. Sobre todo, como efecto de la situación social generada por la pandemia al reducirse las interacciones sociales y la presencialidad en la sociabilidad en la infancia y la adolescencia tanto con familiares como con sus pares etarios. Aunque las circunstancias sociosanitarias han motivado la aprobación del título mencionado, esta aprobación se vincula a la incorporación en el ordenamiento jurídico español de una directiva europea del 20 de noviembre de 2013. Así se formaliza la necesaria formación de profesionales en salud mental en la infancia y adolescencia, y las posibilidades que suscita esta reforma para la prevención e intervención precoz con niños y niñas que, en otras circunstancias, se les negó su enfermedad. Sustituir la medicalización por prevención no sólo es un avance y un paso de justicia con todos los niños, y niñas afectadas por patologías mentales, sino cubrir el derecho del paciente a estar informado, a elegir o rechazar el tratamiento, etc. Bienvenido es este paso para consolidar los derechos de los ciudadanos a la salud en todas las etapas de su ciclo vital, y superar la estigmatización de los niños y niñas que no eran tratados de sus problemas mentales por suponer que la negación de sus trastornos era un beneficio debido a su edad. Estaremos atentos a las medidas y planes que fomenten actuaciones necesarias por el bienestar social y la salud de la ciudadanía.
Equipo GSIA.
Además este nº de HDIA de Septiembre, en EL GSIA OPINA, nos habla del uso de la infancia y adolescencia por los poderes fácticos. En Escaparate GSIA se habla de dos iniciativas de dos socios de GSIA en Alemania y Chile: uno la publicación "LA NIÑEZ POPULAR...", y el otro la posición ante el derecho al voto de la niñez en el proceso constituyente de Chile; asunto que también se trató en el nº de julio de HDIA.
La infancia y la adolescencia están demostrado ante la COVID-19 mucha más responsabilidad y solidaridad intergeneraciones que otras generaciones que se dicen mayores, adultas.
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Mientras a algunos de esos mayores de edad les entra el "juicio" que con demasiada frecuencia se niega a niños y adolescentes, cuídense/cuidemos la salud!
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
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La vacunación contra la COVID-19 de los adolescentes ha
alcanzado tal agilidad en España que este grupo de edad, el de 12 a 19
años, supera ya con primeras dosis a los que van de los 20 a los 40
años.
Y eso que su plazo para inmunizarse, especialmente entre los
menores de 16 años, se abrió mucho más tarde, durante el mes de agosto.
Pocos días después de iniciarse el curso escolar,
los datos del Ministerio de Sanidad reflejan que la velocidad a la que
se han vacunado los menores de edad merece un capítulo aparte dentro de
la campaña de inmunización contra el coronavirus. Actualmente, el 79,4%
de estos jóvenes –esto es, más de tres millones–, ha recibido ya la
primera de las dos inyecciones, mientras que este porcentaje se reduce
al 76,3% y el 76,1% si se observa a los de 20 a 29 años y los de 30 a
39, respectivamente.
Este sorpaso se ha producido en todas las comunidades autónomas
por igual excepto en Madrid. En algunas, como Galicia o Asturias, los
adolescentes superan el 90% de cobertura con primera dosis, con más de
diez puntos de diferencia en ambos casos respecto a la franja de edad de
los treintañeros.
Aunque todavía no ha ocurrido lo mismo con la pauta completa,
que por ahora alcanza al 60,3% de los jóvenes de 12 a 19 años –muchos de
quienes tienen una dosis no han cumplido el plazo para recibirla–, los
expertos consultados coinciden en que su respuesta a la llamada de la
vacunación está siendo "ejemplar". Al menos inicialmente. Y en la
mayoría de los casos no ha sido necesaria una búsqueda activa,
puesto que las autoridades sanitarias regionales han optado por
ponerles la inyección en los mismos puntos de vacunación masiva que a
los demás y que hoy ya se están desmantelando por falta de demanda.
¿A qué responde esta mayor predisposición de los adolescentes?.
Como es habitual en la epidemia, de entrada hay pocas certezas y varias
hipótesis. Pero la principal es que el horizonte del principio de curso
escolar le ha dado un empuje decisivo. A ello habría que sumarle que los
menores de edad son más localizables por parte de los centros de salud o
que en ellos pesa sobre todo lo que deciden sus progenitores, que a su
vez tienen edades en las que empieza a haber más riesgo de infecciones
graves.
De la vuelta al 'cole' al vínculo con el ambulatorio
"Una vuelta al cole más segura y cercana a la normalidad es un
importante incentivo para la vacunación", apunta el epidemiológo y
pediatra Quique Bassat, del Instituto de Salud Global de Barcelona, que
recuerda que los protocolos escolares para el curso 2021-2022 establecen
que los vacunados no tendrán que hacer confinamiento, mientras que los
demás sí. "Esto puede haber tenido peso en la decisión de muchos padres,
que saben perfectamente lo disruptiva que es una cuarentena", completa
este experto.
Esto conecta con otro gran factor decisivo, que es el hecho
obvio de que la decisión de vacunar a los menores de edad recae casi
siempre en sus progenitores. Unas familias que, por edad de sus hijos,
suelen pasar de los 40 años, una franja con una mayor cobertura vacunal
(87% con primera dosis y 85% con pauta completa). "A los menores de edad
nos los traen sus progenitores y en general no les han consultado si
quieren o no recibir la inyección", explica Pepi Estany, enfermera de un
Centro de Atención Primaria y miembro del Consejo Asesor de
Vacunaciones de la Generalitat.
Estany, que trabaja en un ambulatorio en Artesa de Segre,
localidad leridana de 4.000 habitantes, añade además que los menores de
edad son más fácilmente localizables que los más mayores, porque todavía
viven en casa de sus padres, van al instituto y no se han marchado del
pueblo. "A los de más de 20 a veces cuesta más localizarles, tienen
teléfonos obsoletos o viven en otros sitios", resume esta enfermera.
Bassat, por su parte, le añade otra idea: "Creo que a los adolescentes
se les ha dado mucha caña y se les ha culpabilizado parcialmente de la
quinta ola, y eso ha provocado que como grupo hayan reaccionado
demostrando que se toman las cosas en serio".
En este sentido, la quinta ola también ha influido en el ritmo
de vacunación de cada franja de edad. En descargo de la franja de 20 a
30 años, por ejemplo, esta fue la más golpeada por la COVID-19 a
principios de julio, justo cuando les iba a tocar recibir el primer
pinchazo, aunque los adolescentes no andaban muy lejos. Entre el 20 de
junio y finales de agosto se contagió el 4,7% de la población de 10 a 19
años y el 5,7% de los de 20 a 29. Todos ellos pueden comenzar a recibir
la primera dosis dos meses después del contagio (o un mes en el caso de
algunas autonomías).
Vacunación en universidades y todavía no en institutos
Los buenos datos de vacunación entre los menores de edad han
diluido hasta el momento las escasas voces que pedían que se pusieran
puntos de vacunación en los centros de Secundaria. Por ahora ninguna
comunidad los ha puesto en marcha, aunque la Generalitat catalana
aseguró que se lo plantearía en los próximos días, sobre todo, en
aquellas zonas donde la cobertura vacunal sea muy reducida. Es decir,
dentro del plan para llegar a los grupos de población más rezagados.
Lo cierto es que, pese a que la comparativa con los de 20 y 30
años les deja en buen lugar, todavía hay hoy un 20% de adolescentes sin
primera dosis. Y la curva de vacunados diarios de esa edad también se ha
ido aplanando, recuerdan los expertos.
Con el fin de la etapa de vacunaciones masivas, los expertos
coinciden en que tiene sentido estudiar la inclusión de los centros de
Secundaria dentro de las estrategias de instalar puntos de inmunización
temporales o itinerantes. "Todavía quedan menores de 18 años que no
hemos podido localizar y, además, la vacunación en el instituto le da
valor a la fuerza del grupo. Los que no se han vacunado piensan: 'Si
este se vacuna, yo también", reflexiona la enfermera Estany.
Sin embargo, ahora mismo las autoridades sanitarias están más
preocupadas por el grupo que va de los 20 a los 30, también de los 30 a
los 40, que por los menores, con lo cual muchas autonomías han
priorizado poner puntos de inmunización en los campus universitarios.
Catalunya lo está llevando a cabo esta semana en casi todas las
universidades, sin cita previa y abierto también a gente de fuera de la
comunidad académica. Entre las comunidades que están impulsándolo están
también Madrid, Cantabria o Castilla-La Mancha. En Navarra han vacunado a medio millar de estudiantes extranjeros.
El Consejo de Ministros de este 3 de agosto ha dado "luz verde" al Real Decreto por el que se establece el título de la especialidad de Psquiatría Infantil y de la Adolescencia.
El Consejo de Ministros aprueba el Real Decreto "en una apuesta por la protección de niños y jóvenes".
Así lo ha anunciado Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, que ha asegurado que la aprobación responde "a una clara conciencia por parte del Gobierno de la importancia de la salud mental y de una apuesta por la protección de niños y jóvenes".
Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno
"El Gobierno pretende mejorar las vías de desarrollo psicológico sano desde la primera infancia interviniendo de forma precoz en los trastornos de salud mental de niñas, niños y adolescentes, evitando, en la medida de lo posible, su progresión a la etapa adulta", asegura el Ejecutivo en un comunicado.
"Del mismo modo, -continúa- busca reducir las complicaciones de los problemas de salud mental de las niñas, niños y adolescentes, facilitando la integración familiar, social, educativa y laboral. Entre otros, esta nueva especialidad también pretende optimizar el uso de psicofármacos, reducir su uso cuando éste no sea necesario y potenciar el uso de técnicas terapéuticas no farmacológicas".
Además, la norma promoverá la detección e intervención temprana de trastornos mentales y del neurodesarrollo incluidos los trastornos adictivos en la niñas, niños y adolescentes (tóxicos, juego patológico, videojuegos, internet) y repercutirá en la reducción de la hiperfrecuentación a los servicios de urgencias y el número de ingresos hospitalarios.
Mediante este Real Decreto quedan definidos tanto los perfiles como el ámbito de actuación de la especialidad de Psiquiatría como de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. Asimismo, se establece que los programas formativos tendrán una duración mínima de cinco años. Los dos primeros comunes ambas especialidades. En el plazo de seis meses desde su entrada en
vigor se elaborarán los nuevos programas formativos de estas dos especialidades.
También se crean dos nuevos órganos asesores: la Comisión Nacional de la Especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia -que deberá constituirse en el plazo de tres mmeses-; y una Comisión Delegada de Psiquiatría del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, integrada por cuatro vocales de las comisiones nacionales de las dos
La
pandemia de la COVID-19 ha afectado significativamente a la percepción y
valoración que los y las jóvenes realizan de la tecnología, debido a la
importancia de las TIC en su vida cotidiana durante este periodo: un 47,4%
de los y las jóvenes españoles entre 15 y 29 años valora más que antes
el tiempo de desconexión de Internet y redes sociales. Y algo más de un tercio (37,1%) también destaca que aprovecha mejor su tiempo en la red desde la llegada de la pandemia.
A pesar de ese cierto grado de saturación de pantallas, los y las jóvenes siguen siendo “tecno optimistas” y para el 57,1%
la tecnología contribuye claramente a mejorar la calidad de vida de las
personas, lo que supone un aumento de 7,4 puntos con respecto a 2020.
Mayoritariamente
(71%) creen que tienen competencias digitales elevadas y el 88,2% actúa
como mediador experto para apoyar a su entorno social en el uso de
Internet y TICs.
Estos son algunos de los principales resultados del “Barómetro Jóvenes y Tecnología 2021. Trabajo, estudios y prácticas en la incertidumbre pandémica”, una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, financiada por Google, y realizada a través de 1.200 entrevistas a jóvenes entre 15 y 29 años.
En
el estudio se ahonda en las percepciones sobre la tecnología en el
futuro, en las experiencias de trabajo y educación durante la pandemia,
así como en sus usos tecnológicos.
Según
el estudio, en general la percepción de la tecnología entre los y las
jóvenes es positiva, destacando aspectos que tienen que ver con la
innovación (45,8%), el futuro (44,5%) y el progreso (44,4%). También son
mayoritarias ideas como que la tecnología “mejora la calidad de vida de
las personas” (57,1%) y que “permite participar social y políticamente”
(50,6%). Ambas afirmaciones han subido más de un 7% en el último año.
Sin embargo, un 47,4% valora más el tiempo de desconexión de Internet y redes sociales después de la pandemia.
En cuanto a las formas de uso,
las actividades de ocio y entretenimiento son las más comunes: por
encima del 60% de jóvenes escuchan música, ven películas, series o
siguen a creadores de contenido de manera frecuente. La búsqueda de
información, así como las actividades prácticas, administrativas y
comerciales, también son frecuentes para más de la mitad.
A reseñar:
La investigación analiza las experiencias de trabajo,
educación y usos tecnológicos durante la pandemia de los y las jóvenes
entre 15 y 29 años.
Un 52,2% de los y las
jóvenes han tenido una experiencia positiva con la formación online y un
61,8% con el teletrabajo durante la pandemia. Sin embargo, también
destacan sensaciones negativas como el agobio y la saturación.
La percepción general de la juventud sobre la tecnología es
positiva: la asocian con la innovación (45,8%), el futuro (44,5%) y el
progreso (44,4%).
El 71% de la juventud percibe
que su nivel de competencias digitales es elevado e identifica una
importante brecha generacional con progenitores, profesores y
empleadores. El 88,2% actúa como mediador experto para apoyar a su
entorno social en el uso de las TIC.
Se han
identificado 5 perfiles tecnológicos juveniles sobre el uso que hacen de
las TIC: sociales y audiovisuales (24,8%), gamers (22,2%), minoritarios
(19,9%), prácticos (18,1 %) y múltiples (15,2%).
* Autoría: Calderón, D., Kuric, S., Sanmartín, A., Megías, I., (2021). Barómetro Jóvenes y Tecnología 2021: Trabajo, estudios y prácticas en la incertidumbre pandémica. Madrid. Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Fad. DOI: 10.5281/zenodo.507815
En consonancia con esta idea, la Declaración de San Mamés
pretende consolidar unas bases mínimas en las cuales se deba asentar
cualquier acción encaminada a la protección y buen trato a la infancia
en el ocio y en el deporte. Programa ATERPE del Athletic de Bilbao
Además, se subrayan otras tres ideas que resultan claves:
El deporte es, sin duda alguna, un elemento esencial para el desarrollo integral de la infancia.
El deporte y el juego suponen un cambio fundamental para el aprendizaje y la transmisión de valores.
El deporte es una herramienta de extraordinario valor que permite
visibilizar la necesidad de seguir trabajando en materia de protección a
la infancia.
Es innegable que la protección y el buen trato a la infancia es un
elemento importante dentro del trabajo diario de cualquier agente que
trabaje en el deporte y ocio infantil.
La labor de todos los agentes resulta importantísima y tiene que
estar fundamentada en la construcción de una política integral de
protección a la infancia para que la actividad de ocio o deportiva pueda
ser disfrutada y vivida de manera sana.
Para lograr dicha finalidad hay que ser conscientes de la existencia
de riesgos que pueden afectar a los niños y a las niñas en las
actividades de ocio o en la práctica deportiva. Asimismo, puede que los
pequeños bajo la supervisión de estos agentes evidencien situaciones de
desprotección que se dan en otros ámbitos de su vida ante las que
necesariamente se deben de aportar apoyo y una respuesta adecuada.
Delegado de protección a la infancia
La Ley Orgánica de Protección a la Infancia y a la Adolescencia frente a la violencia
supone un fundamental paso adelante en materia de derechos de infancia,
también en el deporte. Dicha ley contiene un capítulo íntegramente
dedicado al deporte, en concreto el capítulo 9, en su artículo 48,
en el que se establece la necesidad de que los clubes deportivos tengan
un delegado/a de protección a la infancia y lleven a cabo una política
de protección a la infancia desarrollada mediante un protocolo de
actuación para diferentes tipologías de violencia.
Esta figura será a la que las personas menores de edad puedan acudir
para expresar sus inquietudes y quien se encargará de la difusión y el
cumplimiento de los protocolos establecidos, así como de iniciar las
comunicaciones pertinentes en los casos en los que se haya detectado una
situación de violencia sobre la infancia o la adolescencia.
Los expertos inciden en los factores de protección y en la formación
como elementos de prevención. En este sentido, cuando hablamos de
prevenir pensamos en evitar que suceda lo malo, es decir, que no llegue a
pasar aquello que queremos que suceda.
Pero, ¿prevenir consiste en esto? No, prevenir significa fortalecer
los factores de protección. De ahí que sea necesario ampliar el radio de
acción de las medidas de prevención para que se intente dar una
solución desde la raíz. Así, el ocio y la práctica deportiva es otro de
los importantes focos en los que hay que centrar la atención con el
objetivo de prevenir situaciones de vulnerabilidad.
Una respuesta académica
La formación es muy importante en el ámbito de la protección y buen
trato a la infancia en el deporte. Esta formación debe ser diversa:
específica y completa para los/las delegadas de protección por un lado, y
genérica para todos los agentes que rodean la practica deportiva
infantil.
En relación, a la necesidad de formar a estos imprescindibles
delegados en protección del menor, abre nuevos escenarios formativos, y
una oportunidad para implementar en proyectos reales esta formación. En
este sentido, hace dos años la Facultad de Educación de Bilbao junto con la Fundación Athletic comenzaron un proceso de análisis y de trabajo con la intención de crear un título de postgrado.
El objetivo era el de formar a profesionales del deporte, deporte
escolar y federado desde un enfoque innovador, inclusivo y atendiendo a
unos valores de convivencia que fomenten el desarrollo integral de las
personas.
Una titulación específica
Este título es ya una realidad desde el curso académico 2019/2020 y lleva por título: “Deporte, Educación y Convivencia: Protección de la Infancia y la Adolescencia”.
Esta titulación tiene entre sus competencias la de conocer el marco
legislativo relativo a la protección de la infancia y la adolescencia y
vincularlo al ámbito deportivo; reconocer buenas prácticas en la
protección del menor e identificar intervenciones de carácter
preventivo; ser capaz de diseñar, desarrollar y evaluar procesos
formativos que tienen lugar en los entrenamientos y disponer de las
herramientas para la resolución de conflictos; desarrollar espacios de
aprendizaje que garanticen la igualdad de derechos y oportunidades desde
una especial atención a la educación en valores, la equidad y el nivel
emocional e identificar el deporte escolar y federado como una
herramienta para el desarrollo de las habilidades sociales y críticas, y
el servicio de la ciudadanía.
Asimismo, este título cuenta con varios módulos teóricos centrados en
la protección de la infancia y adolescencia, el entrenador/a como
educador o la dimensión social y comunitaria del deporte; además de un
módulo de prácticas que se realizan en diferentes proyectos gestionados y
coordinados desde la Fundación Athletic.
Con todo, esta formación pretende atender a una necesidad subrayada
ya en el nueva ley, y que hará común la presencia de los delegados y
delegadas de protección en las entidades deportivas. En definitiva, el
objetivo fundamental, que también se traslada desde esta Ley, es la de
erradicar cualquier tipo de violencia de la práctica deportiva y
trabajar por intentar convertir todos los espacios deportivos infantiles
en espacios de bienestar, seguros y protectores para la infancia.
* Este artículo se ha redactado en coautoría con Iñaki Alonso, responsable de la protección de la infancia del Athletic Club.
Coautores Asier Romero Andonegi, Profesor Titular de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, y
Mari Mar Boillos Pereira,Profesora adjunta de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
En 2019 se produjeron 53,6 millones de toneladas de esos desechos
y sólo el 17% se procesó adecuadamente.
La salud de niños, adolescentes y mujeres embarazadas de todo el mundo está en riesgo por el procesamiento ilegal de dispositivos eléctricos o electrónicos viejos, alertó este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS),
en un nuevo informesobre la toxicidad de esos aparatos.
La OMS señaló que la basura de aparatos electrónicos es el desecho
doméstico que crece más rápidamente en el planeta y detalló que los
datos de la Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos
(GESP) indican que, en 2019, por ejemplo, se produjeron 53,6 millones de
toneladas de esos desperdicios y apenas el 17,4% se registró como recolectado y reciclado de manera adecuada.
Si bien se desconoce el destino de los desechos electrónicos
restantes, es poco probable que se hayan gestionado y reciclado
respetando el medio ambiente, dice el estudio.
En este sentido, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que la amenaza para la salud aumenta a la par del “tsunami creciente de desechos electrónicos”.
“De la misma manera que el mundo se ha unido para proteger los mares y
sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, debemos unirnos para proteger nuestro
recurso más valioso, la salud de nuestros niños, del peligro cada vez
mayor de los desechos electrónicos”, puntualizó Tedros.
Envío ilegal a países de renta baja
Aunque los desechos electrónicos generalmente terminan en vertederos,
hay cantidades significativas que a menudo se envían ilegalmente a
países de ingresos bajos y medianos donde los trabajadores informales,
incluidos niños y adolescentes, recogen, desmantelan o utilizan ácido para extraer metales y materiales valiosos de esa basura.
De acuerdo con los datos de la OMS, unos 12,9 millones de mujeres trabajan en el sector informal de desechos, exponiendo su salud y la de sus hijos, que pueden nacer dañados por los productos tóxicos.
Además, el informe estima que más de 18 millones de jóvenes y niños, algunos de hasta cinco años,
están involucrados activamente en el sector industrial, del cual el
procesamiento de desechos electrónicos es sólo una pequeña parte.
Las evidencias han mostrado que los métodos informales de eliminación
de materiales de los desechos tiene una variedad de efectos en la
salud, especialmente en la salud infantil.
La OMS explicó que el reciclaje de desechos electrónicos afecta particularmente a quienes se encuentran en etapas vitales de desarrollo físico y neurológico, por lo que los niños, los adolescentes y las mujeres embarazadas los más vulnerables.
Los niños son más susceptibles a los productos químicos tóxicos
porque absorben contaminantes en relación con su tamaño. Y como algunos
de sus órganos no están completamente desarrollados todavía, son menos capaces que los adultos de eliminar las sustancias nocivas.
Problema no reconocido
“La gestión inadecuada de los desechos electrónicos es un problema creciente que muchos países aún no reconocen como una cuestión de salud”, apuntó la autora principal de la investigación, Marie-Noel Brune Drisse.
La experta advirtió que si no se toman medidas ahora, “su impacto será devastador para la salud de los niños y supondrá una pesada carga para el sector sanitario en los próximos años ”.
El informe “Niños y vertederos digitales” plantea las múltiples dimensiones del problema y recomienda acciones y prácticas que los gobiernos y otras partes implicadas pueden emprender para evitar los riesgos.
Instrumento vinculante
Entre otras disposiciones, pide un instrumento vinculante con el
objetivo de que los exportadores, importadores y gobiernos garanticen
que los desechos electrónicos se eliminen de forma racional y benigna para el medio ambiente, la salud y seguridad de los trabajadores y las comunidades.
También insta al sector de la salud a que reduzca los efectos
adversos de los desechos electrónicos mediante la creación de capacidad
para diagnosticar, monitorear y prevenir la exposición a tóxicos,
y aboga por mejores datos e investigaciones de salud sobre los riesgos
que encaran los trabajadores informales que lidian con desechos
electrónicos.
“Los niños y adolescentes tienen derecho a crecer y aprender en
un ambiente saludable, y la exposición a desechos eléctricos y
electrónicos y sus muchos componentes tóxicos incuestionablemente
impacta ese derecho”, sostuvo Maria Neira, directora del Departamento de
Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS. .
Agregó que el sector de la salud puede proporcionar liderazgo y
promoción, realizar investigaciones, influir en los responsables de la
formulación de políticas, involucrar a las comunidades y
llegar a otros sectores para exigir que las preocupaciones de salud se
conviertan en un elemento central de las políticas de desechos
electrónicos.
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
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Adolescentes con mascarilla contra el coronavirus.J. L. CEREIJIDO. EFE
Primero, Matteo se rebela contra sus padres antivacunas. "Quiero vacunarme, mamá y papá están en contra", explica, "pero están cometiendo un error descarado. Y voy a desobedecer aunque sea menor de edad". Matteo (nombre ficticio) tiene 17 años, vive en Florencia, estudia en un instituto y ha decidido que ha llegado el momento de la protesta constructiva. "Y no sólo porque quiero viajar, bailar, hacer deporte, vivir con una sonrisa y no tener miedo al virus", dice, "vacunarse es también y sobre todo un acto de amor hacia los demás . No quiero contagiar a nadie: ni a amigos, ni a familiares ni a mis padres".
Matteo es solo uno de los adolescentes dispuestos a enfrentarse a sus padres y madres antivacunas. Son muchos los casos, pero la mayoría de las veces quedan silenciados entre las paredes de casa. Pero el estudiante florentino es un joven luchador y ha decidido ir más allá. Ha preguntado por sus derechos y ha llamado al despacho del abogado Gianni Baldini, presidente de la Asociación Toscana de Abogados Matrimoniales y de Protección de Menores. No ha sido el primero.
Simone, de 16 años y residente en la provincia de Arezzo, en el este de la Toscana, también preguntó a la asociación cómo sortear la prohibición de sus padres y vacunarse. "No es sencillo", explica Baldini, "porque lamentablemente en Italia no existe la figura del abogado de menores que, como ocurre en otros países europeos, interviene en estos casos para resolver disputas en favor de los niños sin que la autoridad judicial tenga que intervenir. Pediremos hablar con sus padres, pero además he sugerido a los chicos que contacten con los servicios sociales a la espera de la decisión judicial".
La reacción de los padres
¿Y cómo han reaccionado los padres? "Es absurdo", responden Matteo y Simone, "somos libres para drogarnos en la discoteca y luego no podemos decidir sobre nuestra salud. Pero no nos detendremos y si es necesario escribiremos al presidente de la República".
Matteo subraya, eso sí, que ama la libertad y no quiere oponerse al movimiento antivacunas. "Dicen que son personas libres y, si no hacen daño a los demás, está todo bien", explica, "pero si imponen sus ideas a otros, incluidos los niños, sus normas se vuelven incorrectas e incluso groseras".
La sensación es que en este asunto hay muchas normas que cambiar. No sólo para proteger a los niños a favor de la vacunación, sino también para intervenir cuando los padres, casados, separados o divorciados, tienen puntos de vista contradictorios sobre la vacunación.
"En nuestro sistema judicial los menores no pueden decidir sobre su propia salud", explica el abogado Baldini, "y tampoco pueden designar un abogado. Sería deseable otorgar un cierto poder a la escuela para que pueda activar a los servicios sociales y presentar una apelación en los tribunales. Pero habría un conflicto, mientras que la figura del abogado de menores podría resolver el caso por consenso sin acudir al juez".
GSIA es una asociación sin ánimo de
lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño
pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
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contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la
adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la
difusión de los mismos.
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Cómo pueden los niños luchar contra el coronavirus?.
Fuente Unicef.
En los primeros meses tras la irrupción de la pandemia de coronavirus, un grupo internacional* del que forma parte en UNICEF, preguntamos a un total de 1700 niñas, niños, madres, padres y cuidadores cómo se estaban enfrentando a esa nueva realidad mundial tan extraña y llena de incertidumbre.
Con los resultados de la encuesta se elaboró un marco de temas que se abordan en la historia. El libro fue compartido a través de cuentos a niños de varios países afectados por la COVID-19.
La retroalimentación de los niños, progenitores y cuidadores se usó luego para revisar y actualizar la historia.
A partir de esa interacción, la autora Helen Patuck editó e ilustró el precioso cuento “Mi heroína eres tú” (puedes descargarlo en este enlace), en el que, a través de una historia de dragones y viajes, los propios niños lanzan sus dudas y reciben respuesta sobre las medidas sociales y sanitarias que se están tomando en todo el mundo para terminar con esta pandemia. Aunque el libro está destinado para niñas y niños de 6 a 11 años, te aseguro que tu “yo adulto” también puede encontrar en él una forma de contar -de contarnos- la realidad que estamos viviendo desde otro punto de vista.
“la infancia después de la pandemia: claves para una nueva era”.
Revista Sociedad e Infancia. UCM
2021-06-10
Ciertamente, todas las sociedades se han visto impactadas por la pandemia y la vida infantil se ha alterado considerablemente. Sin embargo, ya existían voces que alertaban sobre los riesgos que amenazan unas formas de vida basadas en la desigualdad entre los seres humanos y la falta de respeto al planeta que nos soporta a todos. Por citar algunas de esas amenazas se puede hablar de la crisis de legitimidad de las democracias representativas, debilitadas por los continuos casos de corrupción política, la persistente desigualdad social y económica que privilegia a ciertos sectores (o países) en desmedro de una gran masa de población que vive en condiciones precarias, la supeditación a los vaivenes del mercado, o la baja participación electoral.
La destrucción del equilibrio entre las especies que habitan la Tierra, ha tenido una expresión dramática en la pandemia provocada por un virus, el COVID19 que, del mismo modo que las manifestaciones del calentamiento global nos hacen enfrentarnos a un hecho incuestionable esto es, que lo queramos reconocer, o no, todos estamos sometidos a las leyes sujetos a la de la naturaleza.
Unido a lo anterior, la discriminación por razón de sexo-género sigue provocando situaciones de desigualdad entre niñas y niños, mujeres y hombres, lo que repercute en que el cuidado que nos debemos unas personas a otras (así como al medio ambiente que nos acoge) sigan siendo una responsabilidad femenina.
La pandemia vino a alterar todo lo que se daba por sabido, lanzándonos a un mar de incertidumbre que debemos gestionar echando mano de nuevos paradigmas y nuevas sensibilidades para responder a la altura de las circunstancias. Las niñas, niños y adolescentes no están siendo ajenos a la búsqueda de caminos para el cambio. Impulsados por adolescentes como Greta Thurberg han surgido movimientos sociales transnacionales que llaman la atención sobre el cambio climático y la protección de la naturaleza, o acciones de reivindicación de los derechos de las niñas y las mujeres, de las que se convirtió en icono Malala Yousafzai. También, en los últimos tiempos, en ciertos contextos regionales, se ha visto la participación protagónica de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en revueltas populares como el movimiento Indignados (España), Estallido Social (Chile, Perú, Colombia) o en las travesías migratorias que realizan adolescentes no acompañados o de forma autónoma en las fronteras de México/EEUU, Marruecos/España o Bolivia/Chile.
Sin embargo, la democracia representativa sigue restringiendo el estatus de ciudadanía a la mayoría de edad y, salvo contadas excepciones, el derecho a voto sigue siendo un derecho exclusivo para las personas mayores de 18 años. Así, paradójicamente la infancia se ha configurado como un grupo social que tiene una gran capacidad de voz, acción y movilización, pero sin disponer de legitimidad simbólica en el sistema democrático.
Es evidente que estamos frente a un cambio de época en la que la actual generación de niñas, niños y adolescentes se ha visto impactada por los eventos de orden macrosocial y han visto transformadas sus vidas en el nivel microsocial. Por lo tanto, resulta oportuno plantearse la necesidad de una “democracia generacional” en un escenario de incertidumbre, con la cuarta revolución en plena marcha, el dominio de las redes sociales y la manipulación mediante algoritmos, a contrapelo de la capacidad de acción o agencia infantil que ha quedado demostrada.
En este sentido, la presente convocatoria llama a reflexionar sobre cuáles son los grandes desafíos del mundo actual, la sociedad y los sistemas políticos y económicos en este momento, de cara a las generaciones más jóvenes y las que vendrán. Así mismo a mostrar qué papel juegan (o no juegan) los niños y las niñas en estos procesos, cuáles son sus intereses y cómo se relacionan con las del mundo adulto en el plano político.
Se espera recibir artículos de investigación, ensayos, reseñas y notas en torno a los siguientes tópicos:
Relación de la infancia como fenómeno estructural con los grandes retos de la humanidad, la globalización y los desafíos de una ciudadanía global, la solidaridad mundial, las conexiones generacionales y la vida social postpandemia.
Niños, niñas y adolescentes ante la crisis de las democracias y de los sistemas políticos. Su participación social, política y económica. La idea del bien común.
La biodiversidad, los retos políticos y medioambientales y las relaciones con el mundo animal, desde la comprensión, el juicio y la mirada de niños, niñas y adolescentes.
La infancia y la adolescencia como desafíos para los nuevos feminismos y las nuevas masculinidades: encuentros y desencuentros.
El reconocimiento de la diversidad sexual, racial, étnica y de capacidades diferentes.
La actividad de las niñas y los niños y en el cuidado de las otras, los otros, de su comunidad, de la tierra que pisan y del planeta.
Las tecnologías, la colaboración, las redes sociales, la inteligencia artificial y la educación a distancia como herramientas cotidianas de niños, niñas y adolescentes.
Activismo de niños, niñas y adolescentes en los movimientos sociales actuales ¿son ellas y ellos nuevos sujetos políticos? Se aceptarán contribuciones escritas tanto en español como en portugués.
Fechas límite de recepción de artículos: Sección monográfica: 15 de Septiembre de 2021 Secciones miscelánea, reseñas y otras colaboraciones: sin límite de fecha
Forma de envío El envío de cualquier tipo de contribuciones se realizará a través de la página web de la revista: http://revistas.ucm.es/index.php/SOCI donde figuran en detalle las normas para autores.
Sociedad e Infanciases una revista interdisciplinaria, cuyo objetivo es promover el conocimiento científico sobre las vidas de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en el ámbito español.
El estudio advierte que los avances para acabar con el trabajo infantil se han estancado por primera vez en 20 años, invirtiendo una tendencia a la baja que permitió reducir esta lacra en 94 millones entre 2000 y 2016.
Pero esas no son las únicas malas noticias que aporta el informe, lanzado un día antes de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, ambos organismos advierten que la cifra todavía podría crecer más debido a debido a la COVID-19.
Se calcula que la pandemia del coronavirus podría abocar a nueve
millones más de niños al trabajo infantil hacia finales de 2022 y que,
según las predicciones de un modelo de simulación, esta cifra podría
aumentar hasta los 46 millones si los menores carecen de acceso a una
cobertura de protección social básica.
En cifras concretas, el reporte señala que se ha producido un aumento
significativo del número de niños de 5 a 11 años que trabajan, una
franja de edad que representa algo más de la mitad de la cifra total
mundial, y que desde 2016 también creció en 6,5 millones el número de
menores de 5 a 17 años que desempeñan tareas peligrosas, hasta alcanzar
los 79 millones.
Estamos lejos de acabar con el trabajo infantil para el 2025
Sin embargo, el nivel de progreso varía drásticamente según las regiones.
Aunque desde el 2008 disminuyó el porcentaje y el número de niños que trabajan en Asia y el Pacífico y en América Latina y el Caribe, la aparición de la COVID-19 pone en peligro ese avance.
Por otro lado, desde 2016 aumentó en 16,6 millones en África
subsahariana, región responsable de gran parte del incremento global del
trabajo infantil. La subida se debió a múltiples factores como el
crecimiento de la población, las crisis recurrentes, la pobreza extrema y
las medidas inadecuadas de protección social.
El estudio indica que el mundo no está en vías deeliminar el trabajo infantil para 2025, como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para cumplir esa meta, el progreso global tendría que ser casi 18 veces
más rápido que el ritmo alcanzado en las dos últimas décadas.
Según las estimaciones realizadas antes de la pandemia del
coronavirus y basadas en la velocidad de los cambios entre 2008 y 2016,
en 2025 habrá unos 140 millones de niños trabajando si no se toman las
medidas adecuadas de forma acelerada.
Un niño turco trabajando en el campo. El 70% del trabajo infantil ocurre en la agricultura.
El sector agrícola concentra la mayoría del trabajo infantil
Otras conclusiones clave del informe son:
Por sectores, el agrícola, con un 70% o 112 millones, es donde
se desempeñan la mayoría de los niños que trabajan, seguido por el 20%
en los servicios con 31,4 millones de menores afectados, y el 10% en la
industria, que emplea a 16,5 millones de niños.
Casi el 28% de los niños de 5 a 11 años y el 35% de los niños de 12 a 14 años que trabajan van a la escuela.
El trabajo infantil es más frecuente entre los niños que entre las
niñas en todos los grupos de edad. Sin embargo, la brecha de género en
el trabajo infantil se reduce si se tienen en cuenta las tareas
domésticas realizadas por las niñas durante al menos 21 horas a la
semana.
La prevalencia del trabajo infantil en las zonas rurales (14%) es casi tres veces superior al de las zonas urbanas (5%).
Los niños que trabajan corren el riesgo de sufrir daños físicos y
mentales. El trabajo infantil compromete su educación, restringe sus
derechos y limita sus oportunidades futuras, además de que conduce a
círculos viciosos de pobreza y trabajo infantil por generaciones.
UNICEF/ Nyani Quarmyne
Niños
trabajando en una instalación informal de procesamiento de oro en
Ghana. El trabajo infantil es algo común, debido a la pobreza.
Para invertir la tendencia al alza del trabajo infantil, la OIT y UNICEF piden:
Una protección social adecuada para todos, que incluya prestaciones universales para los niños.
Aumentar el gasto en educación de calidad y conseguir que todos los
niños vuelvan a la escuela, incluidos los que no iban antes de la
COVID-19.
Fomentar el trabajo decente para los adultos, de modo que las
familias no tengan que recurrir a la ayuda de los niños para generar
ingresos familiares.
Acabar con las normas de género nocivas y la discriminación que influyen en el trabajo infantil.
Invertir en sistemas de protección de la infancia, desarrollo
agrícola, servicios públicos rurales, infraestructuras y medios de vida