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Los jóvenes esto y los jóvenes aquello...


y la juventud no es un excluyente de ello.


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Por poner un poco de contexto, citando a la siempre infalible Mafalda (muy de mi época, para nada de la época de la generación siguiente), en la relación paternofilial, estamos dos partes: padres por un lado e hijos por el otro. Dos roles diferenciados, con objetivos conflictivos por definición.

El rol de padres-educadores busca, con distintos enfoques ("amiguetes", "tiranos", "colegas", "doctores", "hippies", "asustados", "perdidos"...) transmitir conocimientos y valores a los que se ven forzados a asumir el rol de hijos-estudiantes. En las culturas japonesas esto está perfectamente definido como la relación senpai-kōhai ("compañero de antes" vs "compañero de después"). El senpai (o sempai) es el maestro sabio, generalmente mayor en edad, que educa, entrena y forma al joven aprendiz, kōhai. Se supone que el aprendiz, lleno de respeto y ganas de aprender, absorberá toda la sabiduría infinita que el anciano maestro ha atesorado a lo largo de su fructífera vida.

¿Qué ocurre cuando los jóvenes prefieren no escuchar las palabras de un anciano supuestamente sabio, sino que prefieren tomar sus propias decisiones, equivocadas o no? Aparece el principio del conflicto generacional, que es tan viejo como la historia de la humanidad, como veremos.
Por favor, les rogaría que presten especial atención a frases tales como:
  1. Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos.
  2. Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.
  3. Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos.
  4. Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura.
Si las leemos con perspectiva, veremos que son relativamente similares a frases que escuchamos o leemos hoy en día sobre la juventud. Parecen la descripción más viva de la generación que nos reemplazará: maleducada, perdida, sin intereses, ociosa y adicta al lujo... un reflejo de los jóvenes que nos rodean.

Pero, realmente, estas frases forman parte de una conferencia titulada "En mis tiempos" impartida por el médico británico Ronald Gibson. La primera frase, tan "aplicable hoy en día" a la realidad de nuestros jóvenes, en realidad es de Sócrates (470-ib - 399 a.C.), la segunda frase es de Hesíodo (siglo VIII o siglo VII a.C.), la tercera es de un supuesto sacerdote del año 2.000 a.C. y, la cuarta, se encontró escrita en una vasija babilónica datada en más de 4.000 años de antigüedad (no estoy completamente convencido de que la historia de esta conferencia sea real, pero para el propósito de este artículo sirve).
El conflicto generacional, el tópico de "la juventud confundida" es uno de esos clichés que se repiten en cada generación senpai, sin que necesariamente sean sabios, ni tengan el menor valor que transmitir a jóvenes que, en muchas ocasiones, son mucho más inteligentes, más valientes y con más ganas de aventurarse que lo que sus antecesores siquiera pudieron soñar.

Creo que es el momento de decir basta ya a tanto comentario de anciano amargado, de prepotentes autoritarios que creen que sus "experiencias vitales" les han otorgado sabiduría; nunca olvidemos que una persona puede sentarse en una silla y dejar pasar el tiempo sin que nada productivo entre en su mente. La edad no es garantía de sabiduría o conocimiento, y la juventud no es un excluyente de ello.

Los jóvenes que yo conozco en primera persona, son alegres, inteligentes, fuertes y poderosos. Hablar con ellos me regala energía, me hace recuperar pasión y me abre los ojos a realidades que, debido a mis propios prejuicios de viejo, a veces soy incapaz de descubrir o siquiera entender.
Son admirables en tantas formas, que no puedo sentir otra cosa que enamoramiento por ellos. Y ustedes deberían sentir lo mismo, y olvidarse ya de sus "experiencias valiosas" y sus "consejos para ayudar".

Cierro con este vídeo imprescindible IMPRESCINDIBLE de los Monty Python, que resume lo dicho de una forma tan perfecta como la viñeta de Mafalda:

“Convertimos problemas cotidianos en trastornos mentales”. Se ha perdido el control.

Un inflación diagnóstica que produce mucho daño,
especialmente en psiquiatría infantil.
Los mejores expertos, 
aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, 
están horrorizados. 
Se ha perdido el control.


Entrevista a Allen Frances*, 
Catedrático emérito de la Universidad de Duke.

Milagros Pérez Oliva

P. En 2009, un estudio realizado en Holanda encontró que el 34% de los niños de entre 5 y 15 años eran tratados de hiperactividad y déficit de atención. 
¿Es creíble que uno de cada tres niños sea hiperactivo?
R. Claro que no. 
La incidencia real está en torno al 2%-3% de la población infantil y sin embargo, en EE UU están diagnosticados como tal el 11% de los niños y en el caso de los adolescentes varones, el 20%, y la mitad son tratados con fármacos. 
Otro dato sorprendente: entre los niños en tratamiento, hay más de 10.000 que tienen ¡menos de tres años! Eso es algo salvaje, despiadado. 
Los mejores expertos, aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, están horrorizados. Se ha perdido el control.

Allen Frances.

Pregunta. En el libro entona un mea culpa, pero aún es más duro con el trabajo de sus colegas en el DSM V. ¿Por qué?

Respuesta. Nosotros fuimos muy conservadores y solo introdujimos dos de los 94 nuevos trastornos mentales que se habían sugerido. Al acabar, nos felicitamos, convencidos de que habíamos hecho un buen trabajo. Pero el DSM IV resultó ser un dique demasiado endeble para frenar el empuje agresivo y diabólicamente astuto de las empresas farmacéuticas para introducir nuevas entidades patológicas. No supimos anticiparnos al poder de las farmacéuticas para hacer creer a médicos, padres y pacientes que el trastorno psiquiátrico es algo muy común y de fácil solución. El resultado ha sido una inflación diagnóstica que produce mucho daño, especialmente en psiquiatría infantil. Ahora, la ampliación de síndromes y patologías en el DSM V va a convertir la actual inflación diagnóstica en hiperinflación.

P. ¿Todos vamos a ser considerados enfermos mentales?
R. Algo así. Hace seis años coincidí con amigos y colegas que habían participado en la última revisión y les vi tan entusiasmados que no pude por menos que recurrir a la ironía: habéis ampliado tanto la lista de patologías, les dije, que yo mismo me reconozco en muchos de esos trastornos. Con frecuencia me olvido de las cosas, de modo que seguramente tengo una predemencia; de cuando en cuando como mucho, así que probablemente tengo el síndrome del comedor compulsivo, y puesto que al morir mi mujer, la tristeza me duró más de una semana y aún me duele, debo haber caído en una depresión. Es absurdo. Hemos creado un sistema diagnóstico que convierte problemas cotidianos y normales de la vida en trastornos mentales.













P. Con la colaboración de la industria farmacéutica...
R. Por supuesto. Gracias a que se les permitió hacer publicidad de sus productos, las farmacéuticas están engañando al público haciendo creer que los problemas se resuelven con píldoras. Pero no es así. Los fármacos son necesarios y muy útiles en trastornos mentales severos y persistentes, que provocan una gran discapacidad. Pero no ayudan en los problemas cotidianos, más bien al contrario: el exceso de medicación causa más daños que beneficios. No existe el tratamiento mágico contra el malestar.

P. ¿Qué propone para frenar esta tendencia?
R. Controlar mejor a la industria y educar de nuevo a los médicos y a la sociedad, que acepta de forma muy acrítica las facilidades que se le ofrecen para medicarse, lo que está provocando además la aparición de un mercado clandestino de fármacos psiquiátricos muy peligroso. En mi país, el 30% de los estudiantes universitarios y el 10% de los de secundaria compran fármacos en el mercado ilegal. Hay un tipo de narcóticos que crean mucha adicción y pueden dar lugar a casos de sobredosis y muerte. En estos momentos hay ya más muertes por abuso de medicamentos que por consumo de drogas.

P. En 2009, un estudio realizado en Holanda encontró que el 34% de los niños de entre 5 y 15 años eran tratados de hiperactividad y déficit de atención. ¿Es creíble que uno de cada tres niños sea hiperactivo?
R. Claro que no. La incidencia real está en torno al 2%-3% de la población infantil y sin embargo, en EE UU están diagnosticados como tal el 11% de los niños y en el caso de los adolescentes varones, el 20%, y la mitad son tratados con fármacos. Otro dato sorprendente: entre los niños en tratamiento, hay más de 10.000 que tienen ¡menos de tres años! Eso es algo salvaje, despiadado. Los mejores expertos, aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, están horrorizados. Se ha perdido el control.

P. ¿Y hay tanto síndrome de Asperger como indican las estadísticas sobre tratamientos psiquiátricos?
R. Ese fue uno de los dos nuevos trastornos que incorporamos en el DSM IV y al poco tiempo el diagnóstico de autismo se triplicó. Lo mismo ocurrió con la hiperactividad. Nosotros calculamos que con los nuevos criterios, los diagnósticos aumentarían en un 15%, pero se produjo un cambio brusco a partir de 1997, cuando las farmacéuticas lanzaron al mercado fármacos nuevos y muy caros y además pudieron hacer publicidad. El diagnóstico se multiplicó por 40.

P. La influencia de las farmacéuticas es evidente, pero un psiquiatra difícilmente prescribirá psicoestimulantes a un niño sin unos padres angustiados que corren a su consulta porque el profesor les ha dicho que el niño no progresa adecuadamente, y temen que pierda oportunidades de competir en la vida. ¿Hasta qué punto influyen estos factores culturales?
R. Sobre esto he de decir tres cosas. Primero, no hay evidencia a largo plazo de que la medicación contribuya a mejorar los resultados escolares. A corto plazo, puede calmar al niño, incluso ayudar a que se centre mejor en sus tareas. Pero a largo plazo no ha demostrado esos beneficios. Segundo: estamos haciendo un experimento a gran escala con estos niños, porque no sabemos qué efectos adversos pueden tener con el tiempo esos fármacos. Igual que no se nos ocurre recetar testosterona a un niño para que rinda más en el fútbol, tampoco tiene sentido tratar de mejorar el rendimiento escolar con fármacos. Tercero: tenemos que aceptar que hay diferencias entre los niños y que no todos caben en un molde de normalidad que cada vez hacemos más estrecho. Es muy importante que los padres protejan a sus hijos, pero del exceso de medicación.

P. ¿En la medicalización de la vida, no influye también la cultura hedonista que busca el bienestar a cualquier precio?
R. Los seres humanos somos criaturas muy resilientes. Hemos sobrevivido millones de años gracias a esta capacidad para afrontar la adversidad y sobreponernos a ella. Ahora mismo, en Irak o en Siria, la vida puede ser un infierno. Y sin embargo, la gente lucha por sobrevivir. Si vivimos inmersos en una cultura que echa mano de las pastillas ante cualquier problema, se reducirá nuestra capacidad de afrontar el estrés y también la seguridad en nosotros mismos. Si este comportamiento se generaliza, la sociedad entera se debilitará frente a la adversidad. Además, cuando tratamos un proceso banal como si fuera una enfermedad, disminuimos la dignidad de quienes verdaderamente la sufren.

P. Y ser etiquetado como alguien que sufre un trastorno mental, ¿no tiene también consecuencias?
R. Muchas, y de hecho cada semana recibo correos de padres cuyos hijos han sido diagnosticados de un trastorno mental y están desesperados por el perjuicio que les causa la etiqueta. Es muy fácil hacer un diagnóstico erróneo, pero muy difícil revertir los daños que ello conlleva. Tanto en lo social como por los efectos adversos que puede tener el tratamiento. Afortunadamente, está creciendo una corriente crítica con estas prácticas. El próximo paso es concienciar a la gente de que demasiada medicina es mala para la salud.

P. No va a ser fácil…
R. Cierto, pero el cambio cultural es posible. Tenemos un magnífico ejemplo: hace 25 años, en EE UU el 65% de la población fumaba. Ahora, lo hace menos del 20%. Es uno de los mayores avances en salud de la historia reciente, y se ha conseguido por un cambio cultural. Las tabacaleras gastaban enormes sumas de dinero en desinformar. Lo mismo que ocurre ahora con ciertos medicamentos psiquiátricos. Costó mucho hacer prosperar la evidencia científica sobre el tabaco, pero cuando se consiguió, el cambio fue muy rápido.

P. En los últimos años las autoridades sanitarias han tomado medidas para reducir la presión de los laboratorios sobre los médicos. Pero ahora se han dado cuenta de que pueden influir sobre el médico generando demanda en el paciente.
R. Hay estudios que demuestran que cuando un paciente pide un medicamento, hay 20 veces más posibilidades de que se lo prescriban que si se deja simplemente a decisión del médico. En Australia, algunos laboratorios requerían para el puesto de visitador médico a personas muy agraciadas, porque habían comprobado que los guapos entraban con más facilidad en las consultas. Hasta ese punto hemos llegado. Ahora hemos de trabajar para lograr un cambio de actitud en la gente.

P. ¿En qué sentido?
R. Que en vez de ir al médico en busca de la píldora mágica para cualquier cosa, tengamos una actitud más precavida. Que lo normal sea que el paciente interrogue al médico cada vez que le receta algo. Preguntar por qué se lo prescribe, qué beneficios aporta, qué efectos adversos tendrá, si hay otras alternativas. Si el paciente muestra una actitud resistente, es más probable que los fármacos que le receten estén justificados.


P. Y también tendrán que cambiar hábitos.
R. Sí, y déjeme decirle un problema que he observado. ¡Tienen que cambiar los hábitos de sueño! Sufren ustedes una falta grave de sueño y eso provoca ansiedad e irritabilidad. Cenar a las 10 de la noche e ir a dormir a las 12 o la una tenía sentido cuando hacían la siesta. El cerebro elimina toxinas por la noche. La gente que duerme poco tiene problemas, tanto físicos como psíquicos. 

* Allen Frances (Nueva York, 1942) dirigió durante años el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), en el que se definen y describen las diferentes patologías mentales. Este manual, considerado la biblia de los psiquiatras, es revisado periódicamente para adaptarlo a los avances del conocimiento científico. El doctor Frances dirigió el equipo que redactó el DSM IV, a la que siguió una quinta revisión que amplió considerablemente el número de entidades patológicas. En su libro ¿Somos todos enfermos mentales? (Ariel, 2014) hace autocrítica y cuestiona que el considerado como principal referente académico de la psiquiatría colabore en la creciente medicalización de la vida.

“Valoración de la mediación familiar en España”, Informe UNAF.








La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) presenta el informe ‘Valoración de la mediación familiar en España’, que es fruto del trabajo en red de diversas organizaciones integradas en UNAF y comprometidas con la mediación.

Se trata de un documento que analiza la situación actual de esta forma de resolución de conflictos ante los numerosos cambios producidos en materia de formación, legislación y políticas públicas durante los últimos años en nuestro país.


Revolución Digital: ciudadanía y derechos en construcción.

Diciembre 2015.

Introducción
En 2006 el novelista Alesandro Baricco compiló en el libro Los bárbaros un conjunto de  ensayos sobre la profunda mutación cultural que ocurre en el presente. Su intención es captar el momento bisagra en que se produce la transformación de una cultura y son
derribadas las ciudadelas en las que se construyeron las nociones de calidad, profundidad y pureza y sus anatemas (que en toda cultura funcionan como anclaje) de mediocridad, superficialidad y corrupción. A juicio de Baricco, es la cultura occidental de los últimos
siglos la que está siendo jaqueada por nuevas prácticas y soportes. La conmoción es provocada por la emergencia de una revolución digital que es partera de sociedades nformacionales en las que conviven de modo irregular tendencias globalizadoras con
tradiciones y brechas profundas. 
Un ejemplo de ello se encuentra en el “Informe sobre Tendencias Sociales y Educativas en América Latina 2014” de SITEAL, que cita como cambio paradigmático la “pantallización del entorno” que, en su extensión y ubicuidad, es característica, efecto y también causa de cambios culturales, sociales y políticos en las sociedades contemporánea. 

Pero no todo es incertidumbre en el nuevo contexto. Es posible ya identificar una lógica comercial de funcionamiento de las redes y de la cultura digital que se nutre de distintas estrategias de negocios, tales como la publicidad, el pago por uso/consumo o la captura de datos personales para mercantilizarlos.  

En este marco, el concepto de ciudadanía en plena ebullición de la cultura digital  una reflexión profunda. El ejercicio de derechos (y sus alcances), el acceso a bienes y servicios y la creación de una institucionalidad que pueda contener la escala global de operaciones de las tecnologías digitales son cuestiones centrales que convocan a esa reflexión sobre la ciudadanía en un presente aludido como “sociedades de la información” o “sociedades red”. Hay prácticas sociales masivas y personalizadas en red, constitutivas de un espacio público de nuevo tipo, pero hasta el presente no hay derechos consagrados para los usuarios, aunque existen avances en muchos países que formulan políticas inclusivas y debaten el reconocimiento de esos derechos que serían fundantes de la  ciudadanía digital, así como su articulación con los derechos humanos y su proyección a os entornos digitales. 

El acceso a los recursos de la información, la educación y el conocimiento define el proceso de alfabetización en sentido amplio, cultural, que podría denominarse “alfabetización ciudadana” que es inherente a la construcción social de ciudadanía. Este proceso fue históricamente sostenido dentro de contornos nacionales de referencia y apoyado de forma sistemática por la institucionalidad estatal primero, a través de la extensión de los sistemas educativos (tanto de gestión estatal como privada), y luego por a configuración de un espacio público protagonizado por las industrias culturales y mediáticas que operaron como apéndices en algunos casos y relevos en otros de la escolaridad. En muchos países latinoamericanos, por ejemplo, es importante considerar el rol de la radio y la televisión en la construcción de imaginarios nacionales y de nociones acotadas de ciudadanía, como señala Jesús Martín Barbero (1987). 
En efecto, el troquelado identitario fue asistido por la producción y circulación masiva de noticias y entretenimientos que canalizaron las industrias culturales y mediáticas, dotando de características singulares al espacio público. Esa construcción está siendo dinamitada por la expansión de la revolución digital, cuyo alcance es global y cuyos actores introducen incertidumbre en la institucionalidad educativa y en la esfera cultural y mediática. ¿Emerge, pues, una nueva dimensión de la ciudadanía? Para contribuir a la reflexión sobre qué significa la noción de ciudadanía digital, o de ciudadanías digitales, es necesario caracterizar el impacto de la revolución digital en curso y atender, en especial, al escenario que se configura en América Latina puesto que una parte de los condicionamientos que tiene la ciudadanía son de carácter socioeconómico y cultural. 

La perspectiva que sostiene el presente artículo relaciona la ciudadanía con el ejercicio de derechos. Para ejercer derechos estos deben estar previamente reconocidos y debe haber políticas que garanticen su concreción. Sin embargo, en el contexto de las llamadas
“sociedades de la información” el reconocimiento de derechos y su promoción a través de políticas activas resultan tareas pendientes o en curso. Sobre todo en América Latina, región del mundo que se caracteriza por desigualdades que condicionan precisamente el
ejercicio pleno de derechos sociales, culturales, políticos y económicos. 

Para ello, se abordará en primer lugar el concepto de “revolución informacional o digital” directamente vinculado con el de “sociedades de la información”, luego se analizará el problema de la/s brecha/s digital/es con especial atención a América Latina, para abordar  así la noción de ciudadanía digital. Por último, se presentan conclusiones y  recomendaciones. 

Políticas de inclusión social de la infancia y la adolescencia, una perspectiva internacional, libro Edt. Grupo 5



Picornell-Lucas, Antonia* y 
Pastor Seller, E. (coords.)
Editorial Grupo 5, 
Madrid, 2016

P.V.P.: 22.95 €
ISBN: 978-84-943980-8-7

ha contado con la participación de treinta expertos e investigadores de un total de ocho países latinoamericanos y europeos 
(Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Portugal y España) 
provenientes de diversos campos (psicología, derecho, etología, antropología, sociología, etnografía, trabajo social y educación social) 
vinculados con 


La obra pone el punto de partida y transversal en el derecho a la participación infanto-juvenil y su influencia en las políticas de inclusión de niños, niñas y adolescentes. 

Un enfoque basado en los derechos de la infancia planteado escasamente en otros trabajos y que puede resultar relevante para el avance en la docencia y la investigación y para la generación e implementación de la agenda pública dirigida a los niños, niñas y adolescentes hasta ahora fundamentada en un enfoque basado en necesidades.

La obra se estructura en dos partes
Una primera parte teórica analiza las categorías de inclusión social y la participación infanto-juvenil en un esfuerzo por contribuir a una mejor comprensión del concepto de ciudadanía infantil, abordando temas cruciales como inclusión, jurisprudencia, género, protección de derechos, violencia, diversidad funcional, mediación o coparentalidad en la infancia. 
En la segunda parte se sistematizan experiencias prácticas aplicadas en diversos ámbitos: migraciones, participación infanto-juvenil, trabajo infantil, participación en la vida cultural de los niños y jóvenes, proyectos de refuerzo educativo, nueva legislación sobre infancia y referencias a aspectos metodológicos como las aportaciones de la etnografía o la investigación cualitativa en trabajo social.

Una obra necesaria en la actual coyuntura de crisis y cambios legislativos y de estructuras en las políticas sociales de la infancia y adolescencia en el ámbito internacional, dirigida a los profesionales de las entidades de la sociedad civil vinculados al campo de la infancia y de la adolescencia y a investigadores, docentes y estudiantes de grado y posgrado universitario.

*.-  Antonia 
Picornell-Lucas es miembro de la Asociación GSIA

Los 5 síes de la educación, Francesco Tonucci.

1º) ‘SÍ’ A LA CONFIANZA EN LOS NIÑOS.
2º) ‘SÍ’ A ESCUCHAR A LOS NIÑOS.
3º) ‘SÍ’ A LAS DIVERSIDADES.
4º) ‘SÍ’ A LOS MUCHOS LENGUAJES.
5º) ‘SÍ’ A LOS ÚLTIMOS.
Los ‘sí’ de la Educación
por Francesco Tonucci
Fuente Fundación Telefónica



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Francesco Tonucci (Fano, Italia, 1941) es un pedagogo y docente italiano referente de la innovación educativa en Europa y Latinoamérica. “Abuelo y educador de educadores”, se define él. Aprovechando su paso por el ciclo ‘Hay Vida en Martes’ de Espacio Fundación Telefónica, ha perfilado para Fundación Telefónica una especie de manual asertivo para aplicar en las aulas. Los 5 síes de la educación, como lo hemos llamado, mejorarían la calidad educativa en muchos colegios de Europa y América.

Referente de la innovación educativa, el investigador y pedagogo italiano es partidario de dejarle a los niños tiempo para jugar porque así podrán desarrollar ideas que enriquezcan el diálogo en la clase. Tonucci aboga asimismo por fomentar la participación y el trabajo colaborativo: crear conocimiento entre toda la comunidad escolar.


fratoTonucci divulga entre docentes y pedagogos el modelo educativo en el que él cree, porque lo ha visto y estudiado. Un modelo basado en las escuelas abiertas, capaces de acoger a todos los alumnos y que pongan en valor las inteligencias múltiples, ya que todas valen. Según Tonucci, los maestros están para “ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades” y las escuelas deberían ser “el lugar idóneo para que el niño pueda encontrar su naturaleza y luego desarrollarla”.



"Solo soy una persona que va contando cosas que aprendí de maestros innovadores que he tenido la suerte de tener cerca”, afirma Tonucci con la humildad de los grandes. 

Antes de despedirse con uno de sus dibujos, el investigador italiano se ha prestado a hacer un esquema con los 
cinco síes de la educación:

1º) ‘SÍ’ A LA CONFIANZA EN LOS NIÑOS.

Saber que los niños saben es la primera premisa. Tenemos que confiar en la competencia y la capacidad de los niños. A partir de ahí, todo el planteamiento anterior que arrastramos se derrumba: la idea de que la escuela está hecha para niños que no saben y que por tanto ellos tienen que escuchar y nosotros, los maestros, hablar, porque nosotros sabemos y ellos no… Todo eso es equivocado: los niños saben. La consecuencia de esta afirmación llega con el segundo sí:

2º) ‘SÍ’ A ESCUCHAR A LOS NIÑOS.

Escuchar a los niños significa que tenemos que abrirnos al mundo que ellos llevan consigo a la escuela. Y este es el material principal de la escuela. La capacidad de abrir los oídos al mundo interior de cada alumno lleva implícita una tercera consecuencia:

3º) ‘SÍ’ A LAS DIVERSIDADES.

Las diversidades son la riqueza, la igualdad es la pobreza de la educación. Yo estoy proponiendo mezclar las edades: no tiene sentido que tengan todos 8 años, deberían ser grupos heterogéneos para aprovechar esta diversidad. A la diversidad de la raza, de las capacidades, del género, la diversidad de la educación de proveniencia… todo eso enriquece la escuela. Habría que sumar a todas estas diversidades la de la edad. La consecuencia de este ‘sí’ conlleva una quinta premisa para mejorar la educación:

4º) ‘SÍ’ A LOS MUCHOS LENGUAJES.

La proyección de la diversidad en la escuela es que ésta reciba a cada alumno con sus distintas particularidades y en función de ellas, les ofrezca posibilidades de expresión diferentes, como prevé el artículo 13 de la Convención de los Derechos del Niño que hace referencia a la libertad de expresión.

5º) ‘SÍ’ A LOS ÚLTIMOS.

El objetivo de una escuela pública (entendiendo por ella una escuela abierta a todos, no importa si la gestión es privada o estatal) es la de ser la escuela de los últimos. Los últimos deben ser nuestros preferidos, los que necesitan más que todos, porque no tienen una posibilidad alternativa. Solo la escuela puede ayudarles a recuperar las lagunas que la vida le ha dado naciendo con dificultades… económicas, culturales… con lo cual deben ser los alumnos preferidos.

Hay vida en martes
Para saber más, no te pierdas la sesión íntegra del ciclo ‘Hay Vida en Martes’ con Franceso Tonucci y César Bona.


C. Castromil





Justicia amigable para los niños, niñas y adolescentes

Cada año cientos de miles de niños en toda la UE 
están implicados en procedimientos judiciales. 

Informe      





La justicia adaptada para niños y los derechos del niño (CRIN)



La Justicia  necesita hacer más para atender a las necesidades de estos niños.
El informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA), Haciendo justicia amigable para los niños, mejora la protección de los niños y su participación significativa en los procesos judiciales.



"No podemos permitir que los niños se confundan o sufran ​​cuando participan en los procesos judiciales", dice el director interino de FRA,  Constantinos Manolopoulos. 
"La UE y sus Estados miembros tienen la obligación de asegurar que los niños sean respetados y cumplidos derechos. Este es especialmente el caso de los procedimientos judiciales. Los Estados miembros deben garantizar que las directrices del Consejo de Europa sobre la justicia favorable a los niños se aplican en la práctica diaria de todos los involucrados ".

Mejora de la protección de los derechos del niño en los sistemas judiciales se encuadra desde la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CRC), que todos los Estados miembros de la UE han ratificado. El Consejo de Europa elaboró ​​directrices especiales sobre la justicia favorable a los niños, porque este es un tema que afecta a muchos niños. Por ejemplo, alrededor de 74.000 niños fueron víctimas de la delincuencia y 495.000 se vieron afectados por el divorcio en 11 Estados miembros de la UE en 2010.

La investigación de FRA alcanza las  principales conclusiones referdas a los derechos del niño específicas:

· En los últimos años el respeto y el cumplimiento del derecho del niño a ser escuchado ha mejorado, sobre todo en los procesos penales. En los procesos civiles los hijos no siempre se escucharon. Se necesitan mayores esfuerzos para asegurar que los niños sean escuchados en habitaciones seguras y acogedoras para los niños, el uso de técnicas apropiadas para la edad y madurez del niño. Los niños deben ser escuchadas en el menor número posible de audiencias que implica un número reducido de profesionales bien entrenados;

· La legislación nacional a menudo contiene disposiciones sobre el derecho a la información, pero en la práctica hay una variación significativa en la forma en que a los niños se informó, cuándo, por quién, sobre qué y cómo. Se precisa información periódica para niños y el material sobre los derechos del niño y los procedimientos judiciales, adaptado a la edad del niño, durante todo el proceso, ello puede mejorar su confianza en la justicia;

· La mayoría de Estados miembros han realizado importantes esfuerzos para garantizar el derecho del niño a la intimidad y el derecho a la protección contra el daño y re-traumatización, especialmente en los procesos penales. En la práctica, sin embargo, las medidas de protección son a menudo infrautilizados. Habitaciones separadas para evitar el contacto con los acusados ​​y el uso de grabaciones de vídeo y enlaces de vídeo por profesionales capacitados en los tribunales y comisarías debe convertirse en una práctica habitual en la UE para proteger adecuadamente a los niños;

· A pesar de las disposiciones legales sobre la igualdad de trato, el personal a menudo carecen de la experiencia necesaria para hacer frente a los niños en situaciones vulnerables, como los discapacitados o los que tienen un origen étnico minoritario. Hay una necesidad de garantizar que el acceso de los niños a la justicia y que  su tratamiento en los procedimientos judiciales se controle con eficacia para evitar cualquier tipo de discriminación. El acceso a la asistencia jurídica y apoyo a los niños en situación de vulnerabilidad debería ser facilitada.

El informe también pone de relieve una serie de ejemplos de prácticas prometedoras.

Para leer el informe y el material conexo: la página del FRA en la justicia para los niños.

 

La transmisión en vivo del debate radiofónico Euranet sobre cómo hacer que la justicia de la UE más favorable a los niños se puede encontrar aquí.

“Etiquetas y recetas. Medicalización de la realidad de niños y adolescentes”. Reseña 1º Coloquio GSIA 2015


“Etiquetas y recetas. 
Medicalización de la realidad de niños y adolescentes”

Como viene siendo ya una costumbre, el primer coloquio del Programa anual 2014/15 de Los Coloquios del GSIA,Etiquetas y recetas. Medicalización de la realidad de niños y adolescentes se celebró en la sede y con la participación del Colegio Oficial de Trabajadores de Madrid (reiteramos la gracias al colegio por la acogida en su sede y por su participación como ponente en la persona de Míguela Arévalo).

Ana Sánchez, en representación del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid y Lourdes Gaitán, como presidenta de la Asociación GSIA, dieron la bienvenida a los asistentes al coloquio e inauguraron el Programa anual de los Coloquios del GSIA. 

Acto seguido se inició el coloquio con el encuadre del tema del coloquio y la presentación de los tres ponentes participante, por la moderadora de la mesa 
Justina de Pablo, coordinadora de la Vocalía de Sensibilización de GSIA.

En este encuadre se señalaron los tres elementos que dan lugar a la medicalización de la realidad de niños/as y adolescentes:
- La necesidad social de “etiquetar”, codificar y tratar los diferentes aspectos y conductas de niños/as y adolescentes
- La clasificación /registro de los niños/as y adolescentes con dificultades sociales o escolares como “síntomas” y “problemas”, p.ej. “el niño hiperactivo” aunque en estas situaciones se confluyan una gran variedad de factores psico-sociales derivados del entorno familiar o social (rupturas familiares, dificultades escolares /no adecuación a las necesidades escolares, violencia familiar/ entre iguales
- Los factores psico-sociales que influyen y determinan las situaciones de enfermedad, más difíciles de “tratar”.

En el contexto de medicalización de la realidad de niños/as y adolescentes, la enfermedad estrella es sin ninguna duda EL TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH), que nos va a servir para seguir ese proceso de etiquetaje y medicalización que se aplica a algunos aspectos de la realidad y conductas de niños/as y adolescentes. 
Señalando por un lado la magnitud y las características de estas etiquetas:
- Una prevalencia de entre un 5 y 8%
- Diversidad de enfoques en el diagnóstico y su tratamiento (en algunos casos diametralmente opuestos).
- Quienes presentan esta sintomatología pueden verse atrapados en un juego de intereses, destacando entre otros,  los intereses de la industria farmacéutica.

Y algunas de las posibles causas de estos procesos de medicalización de la realidad pueden ser:
- Las  características de las descripciones nosológicas, manuales y clasificaciones de enfermedad utilizadas (DSM V y CIE 10). Son clasificaciones descriptivas, no exclusivamente diagnósticas; incluyen ejes psicosociales, no habitualmente utilizados y que,sin embargo, ponderan el riesgo psicosocial como elemento clave para la intervención
- Diferencias entre las concepciones teóricas y los aspectos culturales en la tolerancia a las conductas  de niños/as y adolescentes
- Influencia de los intereses de la industria farmacéutica, del contexto social y de la  demanda social inducida desde algunos sectores profesionales y organizaciones sociales de Infancia-Adolescencia

A partir de este marco se inició el desarrollo del contenido del coloquio con la participación de los tres ponentes. De las que destacamos.


Luis Martín Álvarez (Pediatra y socio de GSIA)
Previniendo la medicalización. Los determinantes sociales de la salud en la infancia.

A partir de la aproximación al concepto de medicalización (la acción de prevalecer lo médico en algo, de forma que el ámbito de la medicina se ha expandido hacía problemas que antes no estaban considerados como entidades médicas; desembocando en la medicalización de la salud que supone la intervención médica en aspectos de la vida antes no considerados como patológicos) presenta los dos elementos para entender y prevenir el proceso de medicalización:
- Los determinantes de la salud en la infancia (Factores positivos-Escuela, Educación Infantil, SS.SS, Servicios de salud, Cultura centrada en la Infancia, Apoyo económico a la familia, Integración Social; Factores negativos- Medio ambiente insalubre, No Educación Infantil, No Influencia Social Participación, Crisis económica, enfermedad, MM comunitarios negativos, No sensibilización social, Futuro incierto, Pobreza, Aislamiento Social, Desempleo, Déficit Leyes)
- Los determinantes sociales de las salud(Gradiente social, Estrés, salud en la primera infancia, Exclusión social, Condiciones de trabajo, Desempleo, Apoyo Social, Adicciones, Alimentación saludable, Transporte)

Sobre los determinantes sociales, tanto en la población general como en la Infancia-Adolescencia,  es posible intervenir mediante la aplicación de políticas públicas sociales y de salud, en todos los niveles de Prevención:
- P. Primaria /Promoción del desarrollo Psicosocial
- P. Secundaria /Atención a las enfermedades  y problemas detectados
- P. Terciaria /Rehabilitación)
- P. Cuaternaria /Evitar/Atenuar las consecuencias de la actividad excesiva o innecesaria del sistema de cuidados de salud / otros sistemas relacionados con la salud y el bienestar en la Infancia ( Comunidad Educativa, Servicios Sociales)


Arantxa Fernández (Psicóloga Equipo S.M. Infanto-Juvenil del Distrito de Fuencarral-El Pardo )
Aproximación a la causa y etiología de la salud mental Infanto-Juvenil

Arantxa compartió con los asistentes las reflexiones personales en torno a varias preguntas que se formuló a partir de su participación en el coloquio:

-¿Existe una medicalización de algunos aspecto de la realidad de los niños/as y adolescentes?
El TDAH no es una enfermedad, es un síndrome. Es decir, es un conjunto de síntomas, y en la práctica clínica se ha convertido en “un cajón desastre”; Está sobre-diagnosticado y medicalizado,  pero comienza a darse en el contexto médico un nuevo enfoque (atención a los aspectos psico-sociales que determinan la salud en la infancia) para evaluar, diagnosticar y tratar estos síntomas

-¿Se dan en estos momentos más patologías psiquiátricas y más graves en niños/as y adolescentes?
(Aunque hay un primer nivel de reflexión que parece confirmar esta situación, una parte si puede ser cierta. Se diagnostican más problemas en la infancia y se solicitan más valoraciones pero tiene que ver con una especial sensibilización de los médicos de Atención Primaria con los problemas y sintomatología que tienen que ver con lo emocional y el resto de factores del contexto social.)
 Hay varios factores que influyen en que cada vez se produzcan más derivaciones a Salud Mental Infanto-juvenil (aumento de población y disminución del número de profesionales que los atienden), pero uno de especial relevancia es la mayor sensibilidad de los médicos de Atención Primaria a la hora de detectar problemas emocionales o psicológicos. Esto permite intervenir en edades tempranas mejorando el pronóstico.
Por otra parte se da una sobre derivación y medicalización  de situaciones difíciles, sin permitir a los niños/as y adolescentes pongan en marcha sus recursos personales ante situaciones adversas. Parece que cualquier situación que origine sufrimiento en un menor o en sus padres, debe de ser tratado para eliminarlo o mejorarlo 

-Se deben valorar el apoyo que suponen para estos niños/as y adolescentes sus redes de apoyo (en sentido amplio).

-No sucumbir a la inmediatez de la satisfacción y permitir manejarse con la frustración.

-Redefinir los ámbitos de intervención de los distintos profesionales par que no se solapen


Miguela Arévalo (Trabajadora social de S.M. Colegio Social de Trabajadores Sociales de Madrid)
“Intervención social en Salud Mental Infanto-Juvenil”.

Finalmente Miguela partiendo de la premisa de que:
La tolerancia de una sociedad al funcionamiento de los niños se funda sobre criterios educativos variables y sobre la representación de la infancia en ese contexto social, señala que la situación de los niños y el contexto de adultos hoy, se podría identificar como, Situaciones de exclusión, Sobre-exigencia, Adultos desbordados, Adultos deprimidos, El niño como consumidor privilegiado y  en vez de diagnosticar al niño lo que hay que hacer es determinar cuáles son los  determinantes de ese sufrimiento y ver qué conflictos expresa y a quién incluye.

La intervención que propone una vez que se ha detectado una situación de sufrimiento en un niño se apoya en un modelo que tienen varios ejes
MODELO COMUNITARIO:
“CONTANDO CON EL PACIENTE COMO AGENTE ACTIVO DE CAMBIO “
Equipo interdisciplinar y multidisciplinar
Acciones coordinadas y conjuntas en red en el distrito
Continuidad asistencia “PROGRAMA DE CONTINUIDAD DE CUIDADOS” creación del vinculo y confianza con la familia y el paciente.
Situaciones de riesgo o exclusión social

Un modelo en el que se trata al niño de forma integral, como un sujeto complejo y en crecimiento y desde un modelo de crianza que considere al niño como un sujeto activo y con derecho a ser escuchado por ese contexto de adultos (padres y profesionales) que deben tener como horizonte :
ARMAR EL TRABAJO EN RED PARA  ACOMPAÑAR AL NIÑO 
EN SU PROCESO DE CRECIMIENTO  LO MÁS  NORMALIZADO POSIBLE 
EN SU ENTORNO EDUCATIVO, FAMILIAR, DE OCIO.


El coloquio se cerró con turno de palabras en torno a una reflexión importante sobre responsabilidad de todo el contexto de profesionales (de los SS.SS, educación y del propio contexto social) en la medicalización de algunos aspectos de la realidad de niños/as y adolescentes.