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"LAS MIGRACIONES DE JÓVENES Y ADOLESCENTES NO ACOMPAÑADOS: UNA MIRADA INTERNACIONAL", Libro.

Coordinadores:
    Rodríguez García de Cortázar, Ainhoa,
    Gimeno Monterde, Chabier.
ISNN 978-84--338--63-1

Resumen:

Los niños, las niñas y las personas jóvenes migrantes o solicitantes de protección internacional protagonizan un fenómeno humano de creciente importancia que plantea numerosos retos para las políticas sociales y las profesiones que las aplican y desarrollan (trabajo social, educación intencional, etc.). 
Las migraciones de jóvenes y adolescentes no acompañados: una mirada internacional es una monografía colectiva que analiza en profundidad temas de máxima actualidad. Desde la pluralidad de disciplinas académicas y enfoques teóricos y prácticos, un equipo internacional de especialistas de reconocido prestigio expone las claves para comprender las migraciones infantiles y juveniles autónomas, la trata de niñas y jóvenes con fines de explotación sexual y las transformaciones de los sistemas de protección de la infancia. 
Se reúnen aquí autoras y autores muy presentes en la documentación científica especializada que comparten su compromiso con los derechos de la infancia y de las personas migrantes, ofreciendo una mirada poliédrica y global que muestra las particularidades de estas cuestiones en países europeos (España, Suecia e Italia), africanos (Nigeria y Mozambique) y americanos (México y Nicaragua). El resultado es un texto sin fronteras.

¿Está España en primera línea en acogida e integración?. Informe

SOBRE LOS SOLICITANTES Y BENEFICIARIOS 
DE PROTECCIÓN INTERNACIONAL INFORME NACIONAL PARA ESPAÑA, NIEM.
Francesco Pasetti, Elena Sánchez-Montijano.

Fuente



La acogida e integración de solicitantes y beneficiarios de protección internacional se ha convertido en uno de los temas de mayor repercusión en nuestras sociedades. 
La eficaz gestión de los miles de personas que llegan a nuestro territorio huyendo de sus países de origen debe estar entre las prioridades de España como país firmante del Convenio de Ginebra. Sin embargo, nos preguntamos: ¿Está España cumpliendo con sus obligaciones? ¿Dónde se sitúa en comparación con los países de nuestro entorno? ¿Está en primera línea en acogida e integración en el marco de la UE?.

Para responder a estas preguntas, esta conferencia (celebrada el 5 de Marzo en Madrid) reunirá a los principales actores implicados en la gestión de la protección internacional y presentará los resultados del proyecto National Integration Evaluation Mechanism(NIEM, 2017-2021), dirigido por CIDOB en España. Durante el evento se discutirán las ventajas y los inconvenientes del sistema de acogida e integración en España y se comparará la situación del país con la de otros 15 estados miembros de la UE.


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Los niños invisibles. La carrera de todos.



"En España tenemos más de 15.000 niños viviendo en residencias y nadie lo sabe". 
 Presentación de la Media Maratón Universitaria de Madrid
que este año se correrá por ellos.


17 de marzo, Madrid.
Organizan Cruz Roja y ASEAF.

El objetivo es dar visibilidad a los más de 15.000 niños y niñas que actualmente en España crecen en centros residenciales, tutelados por las Comunidades Autónomas y esperando una familia de acogida. Una realidad que nuestra sociedad, una de las más generosas del mundo, no conoce
Los niños y niñas, como menores que son, no tienen capacidad de representarse a sí mismos, por ello queremos que estén representados por nosotros los adultos, mediante un dorsal, para que nuestra sociedad conozca esta realidad. Para lograr este objetivo nos haces falta tú. El día 17 de marzo puedes dar visibilidad a uno de nuestros más de 15.000 niños y niñas "invisibles" para que en nuestra sociedad no nos olvidemos de ellos.

1.- Difúndelo. Muchas personas no conocen esta realidad.
2.- Da visibilidad a un niño/a. El día 17 de marzo ponte el dorsal que representará a un niño/a (descárgalo por 3€ pinchando aquí) en un lugar visible: la luna de tu coche, tu mesa de trabajo, tu carpeta de estudios, tu bolsa de la compra o el escaparate de tu tienda. Si vas a hacer deporte, colócatelo como si fuera un dorsal, mándalo por correo a todos tus conocidos... En cada impreso figurará el nomre de un niño/a junto con su edad y el tiempo que lleva en una residencia. Hagamos visibles a nuestros niños para que no nos olvidemos de ellos. 
3.- Inscríbete en La Carrera para Todos, XXXIX Medio Maratón Universitario en Madrid. El 17 de marzo tod@s correremos, incluso caminaremos, 7, 14 o 21 km, representando cada uno/ a un niño/a. Llevarás un dorsal con el nombre de un niño/a, su edad y el tiempo que lleva en una residencia. (Inscríbete aquí)
4.- Haz una donación a Cruz Roja Española al nº de cuenta: ES88 0049 6729 1037 9703 poniendo en concepto ACOGIMIENTO. (O pincha aquí). Los fondos recaudados se destinarán a la promoción de esta realidad en nuestra sociedad. (Más información sobre la campaña).

Si desea más información o comunicarse con la iniciativa, hágalo a través de: info@outsidecomunicacion.es o 915268080



Además, todas aquellas personas que quieran participar en la causa para promover el acogimiento familiar en España pueden adquirir el "dorsal solidario" por 3 euros a través de las webs de ASEAF, Cruz Roja y Corricolari. La idea es que las personas que corran la Media Maratón Universitaria de Madrid puedan salir a la calle ese día a hacer deporte o cualquier otra actividad y se coloquen el dorsal para dar a conocer la situación.




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"El dinero de los menores tutelados se lo quedan gestores que administran el hambre ajena".

José Bautista*.

Tras más de 40 años como educador de jóvenes desfavorecidos, 
este filósofo, psicólogo, pedagogo y escritor madrileño repasa 
las carencias del sistema de protección y acogida de menores y su giro en la década de los 80 
de la pedagogía a la vigilancia de los chicos y chicas acogidos.

Hace 70 años que un estudio que mostró que los bebés que no reciben amor corren riesgo de morir.

Por supuesto, no le creyó nadie, ni la "ciencia".


Sin embargo el trabajo del pionero René Spitz fue confirmado décadas después: 
los bebés que crecen sin amor pueden llegar a morir, 
y la mayoría de ellos crece con enfermedades físicas y mentales.

La importancia del afecto en la salud ha sido demostrada 
por estudios como este de Harvardpero nunca de manera tan radical 
como fue el caso de la investigación de Rene Spitz 
en la década de los años 50 del siglo XX.


Desde antes de Spitz se había notado que los orfanatos tenían un altísimo índice de mortandad, y a principios del siglo XX se creía que la causa debía de ser las enfermedades contagiosas producto de la falta de limpieza de estos lugares.

los infantes sufrían de falta de amor. 

Para probar esto, Spitz comparó un grupo de infantes que eran criados en cunas de hospital aisladas con infantes criados por madres en prisión. Si el problema eran los patógenos del lugar, entonces los niños criados en la cárcel debían de tener peores resultados. El estudio mostró que el 37% de los infantes criados sin madre en un hospital murieron, mientras que no se registró ninguna muerte entre los bebés encarcelados con sus madres. A su vez, los bebés de la cárcel crecieron más rápido y mostraron mejores resultados en diversas pruebas de salud. La investigación siguió algunos años más, y Spitz notó que los huérfanos que sobrevivieron tuvieron una tendencia mucho más marcada a contraer enfermedades y a tener problemas psicológicos.

En 1945, Spitz investigó el hospitalismo en niños en una residencia de menores protegidos. Encontró que el desequilibrio del desarrollo causado por las condiciones desfavorables ambientales durante el primer año de niños produce daño psicosomático irreparable a infantes (hijos) normales. 
Otro estudio de Spitz mostró que, en circunstancias favorables y con la organización adecuada, puede alcanzarse un desarrollo positivo infantil. 
Declaró que, por lo tanto, los métodos en hospicios deberían ser evaluados con cuidado.

Spitz también registró su investigación en filmes. La película "Enfermedad Psicogénica en la Primera Infancia" (1952) muestra los efectos de privación emocional y maternal sobre el accesorio. La película fue la causa de cambio principal, sobre todo en las secciones de cuidado de los niños de institutos, casas y hospitales, porque la gente ganó el conocimiento sobre el impacto de privació.

El trabajo de Spitz fue desprestigiado por la ciencia. Se argumentó simplemente que los genes de los padres que abandonan a sus hijos debían de ser deficientes en comparación, y otras ideas por el estilo. 
Sin embargo, la ciencia dio la razón a Spitz: en el 2007, un estudio controlado en Rumanía comparó el crecimiento de bebés en orfanatos y bebés que crecieron en hogares con padres adoptivos. Dicha investigación sólo tomó en cuenta a infantes sin defectos genéticos. En este caso el estudio probó que los niños de orfanato crecen menos, tienen un IQ menor y el 52% desarrolla una enfermedad mental, mientras que sólo el 22% de los niños con padres adoptivos lo hacen. Los investigadores explican estas cifras sugiriendo que este 22% podría deberse al hecho de que estos niños con padres adoptivos pasan tiempo en orfanatos antes de ser adoptados.

El doctor Bruce Perry lo dice de manera muy sencilla: "el problema básico de criar un infante en un orfanato es que la oportunidad de establecer una relación amorosa con un pequeño grupo de adultos es rara". Los bebés no están hechos para aprender a conectar con las personas cuando son expuestos a decenas de ellas durante períodos cortos. La realidad es que los orfanatos no son lugares sanos para que los bebés crezcan y esta información debe tomarse cuenta, para que en casos en los que no hay otra opción, se intente asignar a un adulto responsable que sea algo así como una madre temporal para el bebé, focalizando el tiempo y el trato e intentando prodigar afecto físico y emocional. Ciertamente es difícil encontrar muchas personas para hacer esto, pero hay que decir que aquellas que puedan llenar este vacío son verdaderamente heroicas.

Fuente web  pijamasurf.


La infancia del femicidio.

A la muerte de las niñas y los niños 
como como herramienta de venganza 
se le llama femicidio vinculado.
Las pesadillas de la infancia que vio morir a su madre a golpes 
en manos de su padre no tienen nombre. 
El terror con el que crecerá no tiene alivio.




A la muerte de las niñas y los niños como como herramienta de venganza se le llama femicidio vinculado. Las pesadillas de la infancia que vio morir a su madre a golpes en manos de su padre no tienen nombre. El terror con el que crecerá no tiene alivio. Los que todavía estaban en la panza de su madre cuando la asesinaron murieron con ella. En algún caso lograron nacer. ¿Tiene nombre el potencial transcurso de esa vida? La infancia que se quedó sola, con madre asesinada y padre preso o suicidado lleva la carga de su historia sobre las espaldas. Su referencia de familia será la tragedia. Habrá puesto a la madre en el lugar del martirio. Y habrá destituido al padre de su rol legendario. A todas las madres y todos los padres, en su abstracción. 

La nena de 10, de 13, convertida en madre por la prepotencia del poder, 
a la que por la misma prepotencia se le impide el aborto legal, 
a la que se la obliga a parir un niño no querido, 
será víctima y sombra de ese niño que vivió, con ella o sin ella.


Los que no llegan a nacer y mueren con sus madres son ignorados por los talibanes que toman los hospitales e impiden una interrupción legal del embarazo. Será que a la interrupción del embarazo de cinco meses de Juana Brítez la decidió su marido el 31 de enero. Y no ella misma. Que murió entre las llamas que él le encendió en su cuerpo. Será que el fin del embarazo de siete meses de Jésica Riquelme lo decidió su pareja, de un golpe brutal en la cabeza, que la mató a ella y a su hijo.


En diez años casi 3500 hijos se quedaron sin madre. Centenares no llegaron a nacer, bajo el fuego, las balas o el cuchillo de quien cree tener en sus manos el boleto de compra y venta de una mujer. Los niños son elementos laterales. Sus muertes son daños lógicos en una guerra de siglos. Los ojos que miran morir a su madre estarán perseguidos de por vida por esa imagen.

La niña muerta el 7 de enero de 32 puñaladas en la cocina de su madre es un mensaje de su propietario para que sepa de lo que es capaz. Para que sepa que puede tocar donde más duele. Joselín Mamani tenía decenas de años para soñar, jugar, tropezar, disfrutar y sufrir. Pero viva. Su madre ya es un fantasma prendido fuego que nunca dejará de quemarse. Viva pero extinguida.


Tomás tenía 9 años cuando la ex pareja de su madre lo mató a golpes en 2011. Después hizo fotos y videos con el bebé que tuvieron con la mamá de Tomás. Mientras Tomás moría solo y aterrado en un descampado. Baldío como su suerte. El bebé fue instrumento de dominación y coartada. Tomás, de venganza. Ambos son niños estragados. Uno vivo y el otro muerto.

Las chiquitas que sufren la apropiación de sus cuerpos desde la niñez y las desaparecen, las abusan y las matan han sido el 8,3 % de los femicidios de enero de 2019.

En los últimos cinco años dos nenas de menos de 15 años fueron asesinadas por mes. Unas 28 muertes al año. El 20 % de quienes determinaron sus asesinatos, los que les dejaron en claro quién maneja los hilos de la vida y de la muerte, se dispararon en la cabeza. Mensaje claro de que no acatarían sometimiento posible. Ni a la justicia ni a la cárcel.

Esta semana murió Sofía, en General Roca. Tenía tres años y estaba internada con su cuerpo roto por los golpes y el abuso sexual. Están presos su madre y la pareja de su madre.

Chiara Páez tenía 14 cuando fue asesinada por su novio de 16 años, en 2015. La enterró en el patio de su casa. Estaba embarazada y ni él ni su familia aceptaban ese inconveniente. En ese patio comieron un asado todos, después de quitarse de encima el problema. Los problemas: una niña de 14 y un bebé que llegaría en algunos meses a generar obligaciones.

Angelina Cáceres tenía 13 años y un mes de desaparecida cuando el 25 de enero encontraron su cuerpo, ya irreconocible, en una zona rural de Resistencia. Había ido a la iglesia evangélica del barrio y no regresó. Está detenido Javier Peralta, de 21 años.


Cuando agonizaba 2018, Claudia Dino trabajaba en la tarefa y jugaba al fútbol En Misiones. Tuvo pegaditos a su cuerpo a sus cuatro hijos hasta el que el hombre que le escrituró la vida la mató a cuchillazos. Los cuatro niños no sólo son huérfanos, sino que llevarán en la voluntad el freno constante de la imagen de su madre muriendo.

Cada semana los daños colaterales de esta guerra subterránea donde uno es el que domina y sólo ese uno maneja el armamento, agrega seis nuevas víctimas. Seis niños más que vivirán con la familia si la hay. O serán institucionalizados. O terminarán con el femicida o sus cómplices como en el increíble caso de José Arce, que junto a su madre mandó a matar a Rosana Galliano. Los niños terminaron viviendo con el femicida en prisión domiciliaria.

Las infancias del sometimiento son víctimas silenciosas de un patriarcado que es socio inseparable del capitalismo. El estado que los legitima replica esa violencia en todos sus estamentos. Dispone una casa donde los niños viven en una espiral de violencia y de abuso de poder –que legitima y desencadena esa violencia- y naturaliza que por ahí pasen las relaciones afectivas. Aunque no llegue al femicidio, esa cadena determinante marcará sus días.

El estado plantea una respuesta desde la misma dominación 
en la escuela, en la justicia, en las fuerzas de falsa seguridad. 
Y en un círculo fatal, habrán repetido, los niños, una historia que los victimizó.
Sin una profunda transformación de los determinantes del poder, 
no habrá revolución en la vida. 
No habrá niñas y niños que se planten en una subjetividad política 
que pueda cambiar la generación de poder. 
Y hacerse cargo, desde el túnel más oscuro, 
de que hay que frotar las lámparas extinguidas 
para que aparezca la luz.

Fuentes de datos: MuMaLá; Casa del Encuentro; GDA, grupo de estudios que integran once diarios de América Latina; Ahora que sí nos ven.
Edición: 3809


Proyecto de la revisión de la Observación general Nº 10 (2007) sobre los derechos del niño en la justicia de menores.

Convocatoria para la entrega de comentarios 
antes del 8 de enero 2019.

ONU.


El Comité de los Derechos del Niño está revisando actualmente su Observación general Nº 10 (2007) sobre los derechos del niño en la justicia de menores.


El Comité invita ahora a todas las partes interesadas a formular observaciones sobre el actual proyecto de su Observación general Nº 10 revisada (2007). 

 Comentarios sobre todos los aspectos del proyecto de observación general, son bienvenidos, con especial atención en las siguientes cuestiones:

  • Edad mínima a efectos de responsabilidad penal;
  • Límite máximo de edad del sistema de justicia de minores (mayoría criminal);
  • Asesoramiento jurídico y de otro tipo de asesoramiento apropiado;
  • Edad mínima de privación de libertad;
  • Sugerencias para nuevos temas para su inclusión en la Observación general.

Luego de la debida consideración de los aportes proporcionados, el Comité decidirá el contenido de la versión final de la Observación general.


Todos los comentarios:

  • Deben presentarse en uno de los idiomas de trabajo del Comité – inglés, francés o español;
  • Deben estar en un documento conciso y enfocado que indique con precisión los párrafos a los que se están haciendo comentarios y no debe exceder de 5 páginas;
  • Deben enviarse electrónicamente en formato WORD a la siguiente dirección de correo electrónico: crc@ohchr.org;
  • No serán traducidos;
  • Se publicará en la página web del Comité dedicada a este proyecto de la Observación general revisada Nº 10 (2007).


Plazo:


Los comentarios deben enviarse antes del 8 de enero de 2019. No se considerarán ni se publicarán en la página web las sumisiones recibidas después de esta fecha tope.

La versión actual del proyecto de la Observación General se puede encontrar aquí: Word | PDF (disponible sólo en inglés).

Stop Hacinamiento, Stop Experimentos....

Última hora:
Madrid 29 de octubre de 2018. 

DESCONVOCADA CONCENTRACIÓN DEL PERSONAL DE  CENTROS DE MENORES


En el día de hoy, en la extensa reunión mantenida entre las Organizaciones sindicales, Comité de empresa y representantes de la Dirección General de la Familia y el Menor y la Gerencia del AMAS, se ha alcanzado un preacuerdo para la mejora de  la situación insostenible en la que se encuentran actualmente los Centros de Primera Acogida Hortaliza
e I.C.E Por lo que se ha desconvocado temporalmente la concentración convocada por UGT y CCOO para mañana 30 de octubre, día en el que se llevará este preacuerdo a los centros afectados para su ratificación o no por parte de los trabajadores y trabajadoras de los mismos. 

No descartamos continuar con más movilizaciones si nuestras reivindicaciones no se convierten en hechos. 

Concentración (desconvocada)
por una PROTECCIÓN REAL de los niños y las niñas, 
de las trabajadoras y trabajadores.

Día 30 de Octubre, martes,
a las 11 hrs,
en calle O´Donnell 50.

. En defensa del Sistema de Protección de Menores de la Comunidad de Madrid.
. Contra el hacinamiento en Primera Acogida.
. Por unas condiciones de protección real a los niños y niñas acogidas.
. Por unas condiciones de trabajo dignas para las trabajadoras y trabajadores.
. Ante la inacción de la Consejería de Políticas Sociales y Familia y el abandono a su suerte de menores y plantillas.
. Ante el incumplimiento continuado y sistemático por parte de la Administración de los acuerdos alcanzados para la mejora de la situación.

Las trabajadoras y trabajadores de la red de Protección de Menores NOS CONCENTRAMOS ANTE LA CONSEJERÍA DE POLÍTICAS SOCIALES Y FAMILIA EN LA CALLE O’DONNEL 50 PARA EXIGIR:
.- Poner fin inmediatamente a la insoportable situación de sobreocupación en Primera Acogida.
.- Medidas de urgencia para hacer frente a situaciones de emergencia como la actual.
.- Recursos ESTRUCTURALES, PUBLICOS Y ESPECÍFICOS para adaptar la red la las necesidades actuales.
.- NO a los macrocentros, a las permutas y traslados de residentes y plantillas. QUEREMOS SOLUCIONES, NO REPARTIR LA PRECARIEDAD.
.- Creación de plazas suficientes para la atención individualizada a los diversos perfiles de menores en riesgo.
.- Criterio técnico y participación real de las y los profesionales ante la toma de decisiones.
.- Recuperación del IMFM. Un organismo específico para una labor específica.

EL DÍA 30 DE OCTUBRE A LAS 11 H. En O’DONNEL 50
Por una PROTECCIÓN REAL de los niños y las niñas, de las trabajadoras y trabajadores


Cuando los menores extranjeros no son el problema.

Itziar Gómez Fernández.

¿Tenemos un problema con los menas
Lo tenemos. 
Y no uno, sino muchos. 
Pero los medios se están equivocando al identificarlo.


Colapso, emergencia social, desbordamiento, avalancha. Son las palabras que se repiten en las últimas semanas en la prensa generalista al tratar la cuestión de la llegada, acogida y atención a los menores extranjeros no acompañados (menas) que llegan a nuestro país por la frontera sur; que lo es de España y lo es también de Europa, con todo lo que ello supone. 

Y si el recurso a este tipo de expresiones, cuando se habla de movimientos migratorios de personas adultas, exige la mayor prudencia para evitar las reacciones xenófobas de indeseables efectos, cuánta más prudencia debiera exigirse cuando se refieren a niños, niñas y adolescentes que están, por imperativo legal, bajo la tutela y protección de nuestro Estado.

Ahora bien, la necesaria prudencia no supone obviar un problema, que sin duda existe en España cuando hablamos de gestionar los flujos migratorios de menores. Un problema que no es nuevo y que tiene un alcance mucho más complejo que el que se ve reflejado en las noticias. 

Si debiera sintetizar en 1.000 palabras lo que pasa en España con los menas, resaltaría lo siguiente:

1. El flujo de menores que migran solos ha aumentado en los últimos años. Cierto. Las cifras de la Memoria de la Fiscalía del año 2017 ponen de manifiesto que se ha incrementado el número de menores llegados en patera a nuestras costas, como lo ha hecho también el número de menores que pasan la frontera terrestre de Ceuta y Melilla.  
Pero las cifras no lo dicen todo. Por ejemplo, cuando nos cuentan que el 97,05% de los migrantes menores son varones, nos indican que las niñas, que también migran, son invisibles porque circulan en el submundo de la trata de seres humanos. De ellas, simplemente, no se ocupan los medios porque no están durmiendo en los pasillos de los centros de menores. Eso significa que las cifras pueden ser mayores, como también podrían aumentar si todos los menores con documentación acreditativa de su edad fueran considerados como tales y no fueran declarados mayores por la Fiscalía de Extranjería, que los saca de este modo de la estadística y, simultáneamente, de los sistemas de protección.

Ahora bien, las cifras de llegadas, que son de primera acogida o de atención de urgencia, no se corresponden con las de presencia en España, ni con las cifras de atención efectiva tendente a la integración en territorio nacional. Muchos de esos menores pasan a otros países europeos. Muchos se pierden, porque una vez que salen de los centros o de los pisos donde se les atiende, y dejan de dar señales de vida durante seis meses, se les da de baja del sistema de protección (artículo 172 de la Ley Orgánica 1/1996). Por tanto, el análisis de las cifras de la avalancha exige una mirada más crítica y pausada, que no debe perder de vista el origen mayoritario de esos menores, que es Marruecos, con quien España está condenada a entenderse a la hora de formular una política razonable de control de fronteras que, sin duda alguna, debe incluir en la ecuación la ordenación de los movimientos transfronterizos de niños y niñas. Pensar en un sistema ordenado de visados de estudios, por ejemplo, o en un refuerzo de la cooperación al desarrollo con especial atención a los niños y los adolescentes podrían ser las vías.

2. Hoy se habla de desbordamiento porque se han reducido drásticamente las plazas de primera acogida, perdiéndose la capacidad de reacción de las administraciones públicas ante situaciones de incremento de llegadas. A esto se une el hecho de que los centros de primera acogida debieran ser centros de derivación rápida (una vez determinada la situación de desamparo del menor y asumida su tutela por la Administración autonómica) hacia recursos específicos en que haya menos niños, donde se les pueda atender adecuadamente y responder a sus necesidades; por ejemplo, de acceso a la educación (artículo 27 de la Constitución Española) y a la asistencia sanitaria (art. 43 de la CE).
Esa derivación no se está dando con la celeridad que debiera, de un lado porque se demora innecesariamente la declaración de desamparo (con el cuestionamiento sistemático de la documentación de los menores) y, de otro, porque también se han reducido los recursos de atención a la integración. En síntesis, hoy se da un problema evidente de cuello de botella. El colapso, en parte, lo ha generado la propia Administración por una gestión ineficiente y por una falta patente de diálogo y colaboración entre las comunidades autónomas, que son las que tienen atribuida la tutela de los menas una vez se declara su situación de desamparo. El caso de las 13 menores trasladadas de Palencia a Melilla es un ejemplo paradigmático de gestión que, superada la calificación de ineficiencia, llega a la consideración de absurdo, si se tiene en cuenta que Melilla es uno de los enclaves que protagoniza ese problema de colapso.

3. Existe un problema con los ‘menas’ en los centros de protección de la infancia de las CCAA. Cierto también, pero no es un problema nuevo. Denuncias relacionadas con las condiciones de aislamiento, hacinamiento, maltrato psicológico y físico por parte del personal de los centros de Madrid, Cataluña, o Melilla se han hecho públicas por distintas organizaciones de atención a la infancia y han sido llevadas hasta el Defensor del Pueblo, la Fiscalía y, en ocasiones, incluso al Juzgado sin que exista condena alguna. Los denunciantes también se pierden, se van. El funcionamiento interno de los centros es tan abierto para los niños (salen cuando quieren) como opaco para la ciudadanía. No son públicos (si es que existen) protocolos de actuación en caso de maltrato o agresiones por parte de los propios chicos o de los vigilantes o educadores; no hay sistemas de prevención, detección temprana o denuncia frente a situaciones de violencia; no existe adecuada orientación educativa; en muchas ocasiones no se tramita la documentación a la que los menores tienen derecho. Sencillamente, los chicos (y algunas chicas, muy pocas) se quedan varados en esos centros, lo que explica en parte el abandono de los mismos.

4. El Estado y las comunidades autónomas incurren en una falta de respeto, excesivamente frecuente, hacia los derechos legales y constitucionales de los menores. Más allá del déficit asistencial, vinculado a la falta de recursos, existen problemas de índole sistémica muy enraizados y a los que resulta imprescindible hacer frente. A ellos se hacía referencia en el análisis Menores extranjeros en la frontera de los derechos humanos. Existen fallos graves en el procedimiento de determinación de la edad de los menores, sobre todo cuando el mismo se aplica a menores documentados, obviando la presunción de minoría edad que debiera primar en cualquier supuesto de duda; las dificultades de acceso a la jurisdicción son evidentes y se manifiestan desde el momento en que no existe un recurso jurisdiccional directo contra los decretos de determinación de la edad; el derecho a ser oído, y a que la preservación del interés superior del menor sea la ratio decisoria principal, pasa a un segundo plano desde el momento en que los intereses de quien representa al menor (la Administración) suelen contraponerse a los del niño; los retrasos en el acceso a la documentación de los menores generan barreras infranqueables de acceso al mundo laboral, a la solicitud de nacionalidad, a la regularización de su situación una vez alcanzan la mayoría de edad, de modo que las garantías legales no se corresponden con garantías reales en un alto porcentaje de supuestos.
Buena parte de estas cuestiones están pendientes de ser valoradas por el Comité de Derechos del Niño de la ONU, que ha decretado la adopción de medidas cautelares en una serie de asuntos sin que el Estado español, responsable de la aplicación de la Convención de Derechos del Niño, tratado de obligado cumplimiento desde que integró el ordenamiento nacional (artículo 96 de la Constitución), las haya asumido ni ejecutado. Vendría a ser la guinda del pastel.

¿Tenemos un problema con los menas? Lo tenemos. Y no uno, sino muchos. Pero los medios se están equivocando al identificarlo. Y ello hace un flaco favor a los niños y a las administraciones que no asumen su grado de responsabilidad y que, por tanto, no se colocan en el camino adecuado para resolverlos.

Dadnos una oportunidad.







Como usuario de lo que se conoce comúnmente como “centro de menores” voy a compartir lo que estamos viviendo y cómo nos sentimos por las etiquetas que se nos colocan. 
Primero, no es un centro de menores, es una unidad familiar por motivos que muchas veces no tienen que ver con nuestro comportamiento, sino por el de los familiares. Nos etiquetan como niños no sociables, maleducados, inadaptados o como pequeños delincuentes. 
Debido a esto, tenemos que hacer grandes esfuerzos para adaptarnos en el colegio, en el instituto y en la comunidad. Para nosotros es más difícil hacer amigos y entrar en pandillas porque nos miran con recelo y/o porque los padres no quieren que sus hijos se relacionen con chicos de “centros”. 
Pero no todo es tan malo; por suerte, contamos con la ayuda de nuestros educadores, que nos aportan la ayuda y el amor que nuestras familias no pueden o no saben darnos y los queremos. No somos malos chicos, dadnos una oportunidad antes de etiquetarnos.
Álvaro Edu Ayang Ekua. Santander.

Niño impregnado en su caca para evitar violación:

 Niño impregnado en su caca para evitar violación: 
testimonio impactó a agente ONU por Sename.
Yerko Roa,
Fuente BioBioChile.

Jorge Cardona, miembro del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, tiene claro cuál fue el testimonio que más lo impresionó de la situación de los menores bajo el cuidado del Estado de Chile: el de un exresidente de un centro de menores que le contó que se embadurnaba en sus propias heces para que los otros menores no lo violaran por las noches.

Max Pixel

El abogado español vino en enero a Chile a visitar cuatro centros que se consideran bajo la tutela del Estado: los Centros de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) de Playa Ancha y Galvarino en Santiago; y los centros de Organismos Colaboradores (OCAS) Aldea Cardenal Silva Henríquez en Punta Tralca y Pequeño Cottolengo en Santiago. En el país, además, se reunió con trabajadores, autoridades y exinternos de los centros. Finalmente esta semana se conoció el duro informe del Comité de Derechos del Niño.
El martes desde el Sename llamaron a Radio Bío Bío en Valparaíso para quejarse por el titular de la nota publicada ese día (“Tras nuevo informe de la ONU: la promesa incumplida del Estado de cerrar Cread Playa Ancha”).

En la ocasión, aseguraron que no era una promesa incumplida porque nunca se había comprometido una fecha.
Por ello BioBioChile se contactó con la ONU y con el abogado con residencia en Valencia, quien en esta entrevista exclusiva confirmó que el Estado incumplió su promesa de cerrar el Cread de Playa Ancha en abril. Además, criticó duramente el actuar del Estado chileno, que poco ha hecho, dice, para garantizar los derechos de estos menores.

En el informe mencionan, entre otros datos, que el 48,4% de los niños, niñas y adolescentes (NNA) bajo la tutela del Estado han sufrido violencia física o piscológica. ¿Le sorprendió encontrarse con estas cifras?

—Lo primero es que todos los datos que hay en el informe son datos proporcionados por el propio Estado, por organismos oficiales. En segundo lugar, hay muchos NNA que se encuentran bien cuidados, pero un gran número de ellos está en una situación dramática. Y sobre todo la estructura del sistema no favorece el respeto de los niños, niñas y adolescentes. Por eso el informe habla de la responsabilidad del Estado: las violaciones no sólo son graves, sino que son sistemáticas. Es algo que se produce con generalidad y que se produce no por casualidad, sino que porque el propio sistema favorece que así se produzca.

¿Cuál fue su reflexión respecto a estos hechos?

—Lo principal es que esta situación era conocida desde hace tiempo por el Estado, a través de distintos informes de sus propios órganos, y que no ha hecho nada para cambiarla o lo que ha hecho es muy poco. En ese sentido es especialmente llamativo que un Estado, del que no tengo ninguna duda que es democrático y de derecho, se haya olvidado de un grupo de sus ciudadanos, se haya olvidado de tal vez los ciudadanos que se encuentran en la situación de mayor vulnerabilidad de todo Chile. Porque han llegado a esas residencias porque han sido vulnerados ya antes en sus derechos. Es bastante sorprendente que el Estado, que está obligado a protegerlos, en lugar de hacerlo haya seguido violando sus derechos y además sabiendo que eso se producía no haya cambiado esa situación.

En los centros del Sename se ha acusado de golpes de funcionarios a menores, que se aplican llaves para contenerlos, que se los sobremedica.

—La formación que tiene el personal de trato directo no es una formación especializada, tienen los estudios básicos, y muchos de ellos carecen de formación de psicología y para el trato de niños que vienen de situaciones durísimas, donde pueden haber sufrido abuso sexual, que han sufrido malos tratos, que han estado en entornos desestructurados y que llegan ahí y se encuentran con un personal que no está formado para recibirlos. Además es un personal que se encuentra especialmente estresado ya que muchos de ellos doblan o triplican su horario de trabajo para cubrir cuando hay una baja de algún compañero. Entonces es una persona que está en una situación de tensión, sin formación y con 24 horas seguidas de atención a niños que traen todos esos problemas… Yo no los justifico, esas personas son culpables y deben ser juzgadas por lo que han realizado. Pero sí digo que el sistema ha ayudado a que esas personas violen los derechos, y que también es culpable el que ha puesto a esas personas en esas condiciones.

Considerando la situación de los centros, ¿a qué número de niños por hogar debe intentar llegar Chile?

—Lo ideal es que no haya ningún niño en ninguna residencia, lo ideal es que los niños vivan en familia, ya sea la suya biológica; cuando ello no sea posible en la familia amplia, con los abuelos, con los tíos; y cuando ello no es posible en familias de acogida. Es cierto que para atención especializada en casos realmente graves es bueno que haya algún centro pequeño donde haya especialistas que puedan atender, por el menor tiempo posible, a niños y niñas que traen traumas especiales, para que lo antes posible se encuentren en las condiciones de ser desviados, ya sea para retornar a su familia biológica, para ir a la familia amplia o para ir a una familia de acogida. Todo lo que no sea un entorno familiar es una violación del derecho del niño a su desarrollo holístico. Por lo tanto todas las residencias deberían de no existir.

Después de haber conocido los casos, ¿qué es lo que más hay, torturas o maltratos?

—Es que la tortura es algo muy concreto jurídicamente hablando, y se conocen casos de torturas. Normalmente lo que hay más es malos tratos. Y hay inclemencia y hay una especial violación, que también se da en los OCAS, que duele especialmente que es que también hay violencia entre iguales. Es decir, también hay niños y niñas que ejercen violencia contra otros niños y niñas, y el personal no tiene recursos de capacitación para poder intervenir e incluso en ocasiones lo fomenta como un medio de contención, un medio de dominio sobre los otros niños. Y eso es terrible.

¿Hay alguno de esos testimonios, de personas que pasaron por esa situación, que recuerde especialmente?

—Una de las cosas que más me impresionó de toda mi visita a Chile fue una conversación con una persona egresada de un centro. Su experiencia es que cuando él llegó al centro oía cómo entre los más mayores se iban repartiendo a los que entraban: “Este será para mí, este será para ti”. Y él por las noches se embadurnaba en sus propias heces para no ser violado por otros niños. Hay que imaginarse el sufrimiento de esa persona para ser capaz de embadurnarse en sus propias heces al acostarse en la cama para dar asco y no ser violado. Y pensar que ese niño había sido sacado de su familia porque se consideraba que corría peligro en su familia y había sido llevado a un centro de protección. Es terrible pensar que el Estado, y cuando hablo del Estado hablo de la sociedad chilena, acepta que esa situación se dé y no piensa que son hijos suyos los que están en esos centros. Porque los niños y niñas que se encuentran en los centros residenciales se encuentran bajo la tutela del Estado, y por lo tanto el Estado ejerce de padre de esos niños y niñas. Son sus hijos los que están sufriendo esas violaciones y ante los que no ha reaccionado, ha estado permitiendo que eso suceda y eso es terrible.

Cread de Playa Ancha

Usted visitó cuatro centros, pero la única solicitud urgente fue cerrar el Cread de Playa Ancha. ¿Por qué?

—El mismo día de mi llegada a Ginebra desde Chile pedí al comité que solicitara, y así se acordó por unanimidad, que se cerrara con carácter inmediato el Cread de Playa Ancha. Lo que vi fue una estructura física que en sí misma es una violación de derechos. Me encontré con un centro donde había niños y niñas que estaban encerrados en pequeños recintos con llave (las llamadas casas) y que no podían salir si no estaba el encargado o la encargada para abrir la puerta. Eso en sí mismo es peligroso. Las condiciones materiales: los cristales estaban rotos, las duchas estaban arrancadas en varios de los locales, el andar entre esos hogares, de un lado a otro, era peligroso también, porque había unas especies de zanjas en las que si te caías te podías hacer mucho daño. Es decir, las condiciones materiales era lo más alejado a un hogar que uno pueda imaginarse y bastante cercano a una prisión.

¿No había forma de arreglar esa estructura?

—Aunque no era una prisión, es un lugar que debe de ser destruido, no se puede arreglar. Me encontré con que había varios trabajadores pintando las paredes e intentando arreglar la situación y es un centro que sólo por su propia estructura debe de desaparecer. Lo que vi sólo de infraestructura era malo, pero el propio diseño intelectual hace que sea imposible la rehabilitación de los niños que llegan ahí. Con 100 niños y niñas heterogéneos, con niños con discapacidades respecto a los que no había ningún tipo de medida especial, donde estaban mezclados niños y niñas con patologías y con problemas que traían muy diferentes. Por lo tanto también como idea, como concepción, el centro era lo contrario a lo que debe ser un centro para la recuperación, rehabilitación y reinserción de niños y niñas vulnerados en sus derechos.

Ustedes también aseguran que el Estado se comprometió a cerrarlo.

—El Estado aceptó la solicitud del comité en 48 horas, porque conocía esa situación, pero se ve que necesitaba que alguien se lo pidiera. Se respondió diciéndonos que estaba de acuerdo y que se comprometía a cerrarlo en tres meses, cosa que se cumplía en el mes de abril. Y no lo han cerrado. El problema es que el Comité de Derechos del Niño tiene la autoridad de realizar investigaciones y hacer recomendaciones sobre lo que hay que hacer, pero no tiene la potestad para obligarlo a hacerlo. Sólo tenemos la autoridad y desde esa autoridad le volvemos a decir al Estado que debe adoptar medidas urgentes para sacar a los niños y niñas que allí se encuentran.

¿Qué le parece que en su respuesta el Estado haya dicho que lo cerrará en enero de 2019?

—Yo visité también el centro de Galvarino en Santiago, donde murió Lissette Villa. Cuando yo lo visité sólo tenía 20 y algo niños, porque estaban en trabajos de reforma y sí encontraron otros centros para llevar a los niños mientras se terminaban las obras. ¿Y por qué no hacen lo mismo con el centro de Playa Ancha? Tienen que buscar dónde llevar esos niños y niñas, analizando cuál es la situación de cada uno de ellos, y sacar a esos niños de ahí porque lo niños no están bien allí. Porque en cada hora de cada día los niños que se encuentran ahí están viendo violados sus derechos por encontrarse en ese centro. Y cuando a uno le están vulnerando sus derechos no se puede esperar a que se desarrolle, como he leído yo en prensa, un plan piloto de acogimientos familiares en Valparaíso que se llevará a cabo en 2019. Yo creo que con tres meses hubiera sido suficiente para encontrar soluciones alternativas. Al comité le pareció razonable, pero no le parece que se esté hablando de un año desde que se comprometieron a cerrarlo.

Según trascendidos, el presidente Piñera se va a comprometer el domingo a cerrar el Cread de Playa Ancha en cuestión de días.

—Me alegraré. Ahora, lo importante también es que no se cierre en falso, es decir, que los niños y niñas que se encuentran en el centro de Playa Ancha tengan soluciones alternativas que sean respetuosas de sus derechos. Que no se les envíe a centros que no cumplan con los requisitos o se les devuelva a sus familias si sus familias no se encuentran en condiciones de poderlos volver a acoger.

Hace algunos meses se conoció un caso en que un compañero violó a otro y en que fue el mismo Estado el que los devolvió a ambos al Cread de Playa Ancha.

—Eso es una aberración. Cualquiera que tenga el más mínimo sentido común sabe que eso es una aberración.

Después de todo el análisis, ¿de qué forma cree que se debe proseguir para cambiar la situación de los centros?

—Es importante comprender que no todos los NNA que han estado en el sistema durante los últimos 40 años han sido violados en sus derechos. Muchos de ellos son niños y niñas, y ahora adultos, que han tenido un buen trato, y que hay centros en que los profesionales son excelentes. Lo que ocurre que depende de la voluntad de esas personas el hacerlo bien, y muchas veces luchando contra el propio sistema. De ahí la importancia de que lo que hay que cambiar es la estructura, hay que cambiar todo el sistema de protección. No se puede achacar sólo a las personas que han violado los derechos los hechos dramáticos vividos durante todos estos años. Hay que darse cuenta de que hay que cambiar toda la estructura y, en segundo lugar, los NNA que durante todos estos años han sido vulnerados sus derechos tienen derecho a ser reparados, porque el Estado ha violado sus derechos y tienen derecho a reparación y deben ser reparados. Así lo dice el informe del comité.

Se habla en el informe que se debe reparar a quienes han sido vulnerados en sus derechos bajo el cuidado del Estado, ¿de qué forma se debería hacer?


—Hablaba en primer lugar de poder contar lo que has vivido. Por otro lado tener una reparación psicológica, moral y de educación, porque muchos de ellos no han tenido siquiera educación, porque no les daban clases dentro de la residencia, porque no podían ir al colegio ordinario. Pero también hay que plantearse en muchos casos una reparación económica. Si hay un responsable ese responsable, que no es la persona que lo atendió, sino quien creó el sistema que lo atendió, debe de pagar por lo que ha hecho