Por fin una ley sobre la violencia contra la infancia



Jorge Cardona
Por fin una ley sobre la violencia contra la infancia
La semana pasada se aprobó el Proyecto de Ley Orgánica de Protección Integral de Violencia contra la Infancia. El texto inicia ahora el trámite parlamentario. Pero esta aprobación nos plantea varias preguntas.

Primera pregunta: ¿realmente hay tanta violencia contra la infancia como para necesitar una ley?

Sorprende la dificultad para encontrar datos sobre violencia contra la infancia. No existen datos globales que nos describan el fenómeno. Pero sí tenemos datos parciales que nos muestran la punta de un iceberg de dimensiones dramáticas. Durante los últimos nueve años, el teléfono de ayuda a la infancia ha recibido dos millones y medio de llamadas. De ellas, la mitad hacían referencia a situaciones de violencia contra niños y niñas. Del informe que presenta periódicamente la Fundación ANAR, que gestiona esta línea de ayuda, se constata que la violencia se da en espacios que deberían ser los más protectores: 7 de cada 10 agresiones se producen en el hogar, el 73% del abuso sexual se produce en el seno de la familia, y aunque la violencia en el entorno escolar sólo supone un 28%, ha aumentado un 500% en los últimos nueve años. En el último año se produjo un promedio de 21 llamadas diarias relatando casos graves que necesitaban la intervención urgente de servicios sociales, sanitarios y/o policiales. Y los datos provisionales del confinamiento por el COVID-19 hablan de un gran aumento de esa violencia. Y son sólo los supuestos en que los niños llaman. Piénsese en el enorme porcentaje de niños y niñas que no llaman: niños con discapacidad intelectual o psicosocial, niños que no conocen la línea de ayuda o que están aterrados y no se atreven.
Los datos demuestran que la violencia contra los niños aumenta cada año en frecuencia, intensidad y gravedad. Pero la violencia contra los niños no está en el debate social. Se oculta. Como se ocultaba la violencia de género hasta hace no muchos años. UNICEF España lleva años trabajando para visibilizarlo.

Segunda pregunta: ¿en esta situación de crisis provocada por la pandemia del COVID-19 es una prioridad este proyecto de ley?
Esta ley llega 10 años después de que el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas recomendara a España elaborar una ley de estas características, cinco años después de que España se comprometiera en los ODS a erradicar la violencia contra la infancia en 2030 y tres años después de que todos los grupos parlamentarios, por unanimidad, solicitaran al gobierno que iniciara «en el plazo de tiempo más breve posible», los trabajos para su aprobación. En cumplimiento de este mandato, el Gobierno presidido por Mariano Rajoy, en febrero de 2018, declaró ante el Comité de Derechos del Niño que en pocas semanas presentaría el proyecto y, tras la moción de censura, el gobierno presidido por Pedro Sánchez se comprometió, en diciembre de 2018, ante la Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, a hacerlo en 2019. A lo largo de todos estos años UNICEF España ha trabajado con los partidos políticos, las organizaciones de infancia y la sociedad civil para lograr esta ley. ¡Esta ley es una prioridad desde hace 10 años! La pregunta, por tanto, no es por qué ahora. La pregunta debería ser por qué no antes.

Tercera pregunta: el maltrato a la infancia ya está prohibido ¿Para qué es necesario hacer una ley sobre este tema?
La violencia contra la infancia es un fenómeno estructural para cuya erradicación es necesaria, no sólo castigar al culpable (que también), sino sobre todo concienciar a la sociedad sobre esta realidad y sus consecuencias, adoptar medidas de prevención, de detección temprana y de rehabilitación de las víctimas. Por eso es necesaria una ley que contemple el fenómeno de la violencia integralmente, abarcando todas esas actividades y cubriendo todos los ámbitos donde se produce: familia, instituciones de protección y de reforma, escuela, ámbito deportivo y de ocio, medios de comunicación, sistema judicial, sistema sanitario, etc.

Cuarta pregunta: ¿y con una ley se erradicará la violencia?
Para la erradicación de la violencia contra la infancia no basta una ley. Es necesaria una estrategia integral que, con carácter plurianual, prevea objetivos y metas mensurables y la coordinación de todos los actores implicados. Y ello debe hacerse, tal y como señala el proyecto de ley, con participación de todos los actores, incluidos los niños, niñas y adolescentes.
Ninguna violencia contra la infancia es admisible y toda violencia contra la infancia es prevenible. Conforme con estas premisas, UNICEF España está comprometida en conseguir la erradicación de la violencia contra la infancia en España y seguiremos trabajando para, durante el proceso parlamentario, ayudar a mejorar el proyecto de ley y, tras su aprobación, ayudar en su aplicación.

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