El cuento ha sido ganador del Certamen de Relatos contra la Violencia de Género.
Mi mar
¿Recuerdas aquellas palabras que te dije cuando nos conocimos?. Quería conocer el mar y me aseguraste que los contemplaría. Después de tantos años todavía no lo he hecho, pero conozco la fuerza con la que glopean las olas un barco, el sentimiento que produce sumergirte en el agua, hundirte y hundirte hasta llegar al fondo, notar entonces cómo se te acaba el aire y querer subir con agustia a la superficie, pensando que tal vez no vuelvas a respirar; conozco, incluso, lo que es estar en la oscuridad más cruda del océano, el miedo y la soledad que crea; sé cuál es el frío que se siente en sus profundidades y también domino la presión de sus abismos, porque tú fuiste mi mar.
Aguanté mil veces tus noches de tormenta, sorporté tu oleaje sobre el piélago sin naufragar.
Y el motivo, por el que hoy estoy aquí, es porque un día me cansé de tener que soportarlo, decidí remar hacia la orilla; ya eran demasiados otoños, primaveras y veranos convertidos en fríos inviernos de pánico y llantos; un amor en el que ya sólo existía la desonfianza y el miedo, después de todo, no me dejabas fuerzas ni para odiarte. No podía creer que, después de haber compartido tantas caricias, sueños e ilusiones, me trataras de esta forma, traicionando todas y cada una de tus palabras, echando a perder en cada oleada los momentos que habíamos compartido, nuestra complicidad y nuestro amor.
Hoy, sentada en la playa de este paraiso llamado liberación, puedo decir que tus actos fueron suficientes para romper mi corazón, pero aún así mantuve la razón y obtuve de ella el valor suficiente como para apartarte de mi, y mantener la ilusión de contemplar el reflejo de la Luna en el mar, pero del que realmente quería conocer.
Ana Berdugo Sánchez
Ana, la autora, curso en un IES del Distrito de Tetuán
Hola Ana:
ResponderEliminarMe he impresionado la fuerza de tu poesía. Me alegro de que consiguieras salir de un mundo oscuro para encontrar la libertad que te hiciera volver a vivir de una forma saludable.
¡Enhorabuena por tu fuerza y por recuperar esa autoestima que habías perdido, para volver a confiar en ti y salir del infierno del que hablas!. Un cálido saludo.
Mar García Bernabeu
Psicóloga del Centro de Psicología Gestalt.