Cuando los padres ponen en riesgo la imagen de sus hijos,

Sharenting.


Puede que el término resulte poco conocido, pero la mayoría de madres y padres (y por descontado los abuelos) lo practican, aún sin saberlo. Están orgullosos de sus hijos, y consideran que cada fotografía y vídeo merece ser compartido. ¿Dónde está el problema? 


Si tenemos hijos/as, basta con entrar a la galería de nuestro móvil para que aparezcan cientos de momentos capturados día a día. ¿Nos paramos a pensar cuántas imágenes y vídeos realizamos con nuestros adorables protagonistas? ¿Y cuántas enviamos a través de aplicaciones de mensajería o publicamos en redes sociales?

Por qué aparece el término ‘sharenting

Los tiempos han cambiado, y lo que antes era un lujo excepcional y complejo, hoy es una acción cotidiana, accesible y rápida. Hacemos fotografías a diario, más si en el hogar hay menores de edad. Después, resulta difícil resistirse a compartirlas. Es habitual ver cómo en los medios digitales abundan las imágenes de bebés, niños y adolescentes. Como dato, con solo seis meses de edad, el 81% de los bebés tiene presencia en Internet.
El término sharenting es la unión de conceptos como compartir y paternidad (en inglés ‘share’ y ‘parenting’), y surge debido a que, en relativamente poco tiempo, se ha comenzado a percibir los efectos de estos nuevos hábitos, sobre todo en lo relativo a la imagen de los menores. El problema entonces es, en parte una cuestión de cifras (cuando se difunden demasiados contenidos en los que aparecen los menores), pero también de contenido (cuando se expone al menor en situaciones que se pueden malinterpretar, que pueden considerarse poco favorecedoras o incluso humillantes). Como consecuencia, se pone al menor en riesgo.
Imagen foto a bebe

Puede parecer que compartir una o varias fotos ‘graciosas’ de nuestro hijo/a en un grupo de mensajería familiar o en nuestro perfil de redes sociales, es un gesto inocente que no tendrá mayor repercusión. Pero es un contenido sensible por el mero hecho de afectar a la imagen de un menor, y pasa a formar parte de una cadena de difusión de información: nosotros la enviamos, un par de familiares la comparten con terceras personas, y estas a su vez con otras tantas. Puede llegar a manos de alguien desconocido, que sin conocer a tu hijo/a, decida publicarlo en la Red o simplemente guardarlo en su móvil.
Por tanto, esa pérdida de su privacidad que asumimos al difundir su imagen en Internet implica riesgos graves, como el uso malintencionado de imágenes y vídeos por parte de desconocidos, ciberacoso escolar, suplantación de identidad o grooming, entre otros.
Varios medios han publicado noticias de casos de menores que han denunciado o se han enfrentado a sus progenitores por la cantidad y el tipo de imágenes que compartían sobre ellos/as en sus redes sociales. La protección de la propia imagen, y hasta qué punto el menor tiene derecho a decidir sobre la suya, han generado debate y dudas en estos últimos años. Lo que sí se ha demostrado a estas alturas, es que no todas las personas disfrutan con la exhibición de su vida privada en Internet, y los menores pueden no estar de acuerdo (ahora o en el futuro) en compartir esta información.

Reflexionar sobre la necesidad de compartir

imagen móvil con InstagramLa rápida evolución de la tecnología y su entrada en los hogares es la causa de que nos hayamos visto desbordados por la multitud de opciones disponibles a la hora de compartir datos personales, imágenes y vídeos. Internet y sus aplicaciones nos lo ponen cada vez más fácil, y tenemos que entender que, a menudo, existen intereses detrás para que hagamos pública cada vez más información.
Además, existe cierta presión social que también fomenta este hábito. Los propios familiares y amigos suelen insistir en que nunca son suficientes fotos, más aún ahora que vivir en diferentes ciudades o barrios, o incluso países, es algo bastante habitual. Vemos como personajes de referencia en las redes sociales, famosos o nuestras amistades, también lo hacen. Parece que ‘lo normal’ es plasmar cada segundo de las vidas de nuestros hijos/as en Internet.
¿Nos extraña que los menores puedan llegar a sentirse abrumados al descubrir con los años, que cientos de contenidos propios están al alcance de cualquiera en Internet? Además, hay que ser conscientes de que es una situación que no puede deshacerse por completo: algunas imágenes y vídeos pueden ser imposibles de eliminar o recuperar después de ser compartidas.

¿La solución pasa por blindar la imagen de los menores?

Son muchos los que desearían una respuesta contundente, pero la realidad, actualmente, es que es una cuestión personal que cada uno debe valorar. Ahora bien, hay algunos aspectos que sí se pueden delimitar.
La normativa actual especifica que siempre debe prevalecer el bienestar del menor, y que este puede decidir sobre su propia imagen a partir de los 14 años, según la Ley de Protección de datos de carácter personal. Esta también puntualiza que cuando otros menores aparecen en la imagen, siempre debemos tener el permiso de sus responsables legales para poder compartirla.
Así, podemos afirmar que, con la ley en la mano, es nuestra obligación reflexionar sobre las imágenes o vídeos que compartimos, plantearnos si nuestra forma de proceder conlleva riesgos para nuestros hijos/as, si ellos/as están de acuerdo con esta práctica, o si lo estarán en el futuro. La conclusión en la mayor parte de los casos, implica cambiar en cierta medida nuestros hábitos, buscar un equilibro y reducir la exposición de los menores en Internet.
¿Parece un panorama demasiado estricto? Lo cierto es que existen multitud de alternativas para compartir nuestros recuerdos multimedia. Podemos optar por sistemas de difusión más limitados, como grupos o perfiles privados en los que solo estén nuestros familiares o amigos más cercanos. También podemos imprimir las imágenes o crear álbumes para mostrarlos en persona, o enseñarlas desde el propio dispositivo.

Imagen niño con abuelos leyendo libro
Otra forma de reducir riesgos, es limitar la exposición procurando que no siempre se pueda reconocer al menor en la imagen (por ejemplo retratándole de espaldas, o solo una parte del cuerpo). Ya son muchos los instagramers o youtubers que eligen esta técnica para poder compartir su día a día de una forma más respetuosa.
En cualquier caso, la difusión de imágenes de otra persona siempre debe ser consensuada, y nuestros hijos/as también merecen ser partícipes de esta decisión. Preguntarles y pedir su opinión sobre las fotos que vamos a compartir, es darles un buen ejemplo y fomentar un buen hábito. Dentro de unos años, serán ellos los que tengan que hacer un uso responsable de las imágenes de sus amigos o sus parejas.

Complementariamente, una buena práctica es enseñar a las personas que tienen acceso a las imágenes de nuestros hijos/as la forma adecuada de gestionarlas. De nada vale que nosotros hagamos un esfuerzo por proteger su privacidad, si nuestros familiares y amigos terminan publicándolas en sus perfiles de redes sociales. Por eso es importante explicarles qué pueden hacer con las imágenes y vídeos que les enviemos o que ellos mismos graben, haciéndoles ver por qué es importante proteger su intimidad.
Disfrutar de la tecnología y las opciones que nos ofrece para guardar nuestros recuerdos familiares, no es incompatible con la seguridad y el bienestar de nuestros hijos/as. La moderación y el sentido común son la clave.

¿Os habéis planteado estas cuestiones en familia? ¿Habéis sufrido algún problema en la Red por compartir este tipo de fotos? Podéis contarnos vuestra experiencia en los comentarios.

Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras.

UNESCO,                                                                                     


12 de noviembre de 1997.                                                



La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 29ª reunión celebrada en París del 21 de octubre al 12 de noviembre de 1997,

Teniendo presente que en la Carta de las Naciones Unidas los pueblos han expresado solemnemente su voluntad de “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” así como los valores y principios que consagran la Declaración Universal de Derechos Humanos y todos los demás instrumentos pertinentes del derecho internacional,

Tomando en consideración las disposiciones del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y del Pacto Internacional de Derechos Cívicos y Políticos, aprobados el 16 de diciembre de 1966, y las de la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada el 20 de noviembre de 1989,

Preocupada por la suerte de las generaciones futuras ante los desafíos vitales que plantea el próximo milenio,

Consciente de que en esta etapa de la historia corren peligro la existencia misma de la humanidad y su medio ambiente,

Poniendo de relieve que el pleno respeto de los derechos humanos y los ideales de la democracia constituyen una base esencial para proteger las necesidades y los intereses de las generaciones futuras,

Afirmando la necesidad de establecer nuevos vínculos equitativos y globales de colaboración y solidaridad entre las generaciones y de promover la solidaridad intrageneracional con miras a la perpetuación de la humanidad,

Recordando que las responsabilidades de las actuales generaciones para con las futuras ya se han mencionado en distintos instrumentos, como la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO el 16 de noviembre de 1972, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobados en Río de Janeiro el 5 de junio de 1992, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo aprobada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo el 14 de junio de 1992, la Declaración y el Programa de Acción de Viena aprobados por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos el 25 de junio de 1993, y las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la protección del clima mundial para las generaciones presentes y futuras aprobadas desde 1990,

Decidida a contribuir a la solución de los problemas mundiales actuales mediante una cooperación internacional reforzada, a crear las condiciones para que la carga del pasado no comprometa las necesidades ni los intereses de las generaciones futuras y a legar a éstas un mundo mejor,

Resuelta a actuar para que las generaciones actuales tomen plena conciencia de sus responsabilidades para con las generaciones futuras,

Reconociendo que la tarea de protección de las necesidades y los intereses de las generaciones futuras, en especial mediante la educación, es fundamental para el cumplimiento de la misión ética de la UNESCO cuya Constitución consagra los ideales “de la justicia, la libertad y la paz” fundados en “la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”,

Teniendo presente que el destino de las generaciones venideras depende en gran medida de las decisiones y medidas que se tomen hoy y que los problemas actuales, comprendidos la pobreza, el subdesarrollo tecnológico y material, el desempleo, la exclusión, la discriminación y las amenazas al medio ambiente, deben resolverse en beneficio de las generaciones presentes y futuras,

Convencida de que existe una obligación moral de formular, para las generaciones presentes, unas reglas de conducta que se inscriban en una perspectiva amplia y abierta al porvenir,

Proclama solemnemente, en este día 12 de noviembre de 1997, la presente 

Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales 
para con las Generaciones Futuras

Artículo 1 Necesidades e intereses de las generaciones futuras


Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de garantizar la plena salvaguardia de las necesidades y los intereses de las generaciones presentes y futuras.

Artículo 2 Libertad de elección

Es importante tomar todas las providencias necesarias para que, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales, las generaciones presentes y futuras puedan escoger libremente su sistema político, económico y social y preservar su diversidad cultural y religiosa.

Artículo 3 Mantenimiento y perpetuación de la humanidad

Las generaciones actuales deben esforzarse por asegurar el mantenimiento y la perpetuación de la humanidad, respetando debidamente la dignidad de la persona humana. En consecuencia, no se ha de atentar de ninguna manera contra la naturaleza ni la forma de la vida humana.

Artículo 4 Preservación de la vida en la Tierra

Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de legar a las generaciones futuras un planeta que en un futuro no esté irreversiblemente dañado por la actividad del ser humano. Al recibir la Tierra en herencia temporal, cada generación debe procurar utilizar los recursos naturales razonablemente y atender a que no se comprometa la vida con modificaciones nocivas de los ecosistemas y a que el progreso científico y técnico en todos los ámbitos no cause perjuicios a la vida en la Tierra.

Artículo 5 Protección del medio ambiente

1. Para que las generaciones futuras puedan disfrutar de la riqueza de los ecosistemas de la Tierra, las generaciones actuales deben luchar en pro del desarrollo sostenible y preservar las condiciones de la vida y, especialmente, la calidad e integridad del medio ambiente.

2. Las generaciones actuales deben cuidar de que las generaciones futuras no se expongan a una contaminación que pueda poner en peligro su salud o su propia existencia.

3. Las generaciones actuales han de preservar para las generaciones futuras los recursos naturales necesarios para el sustento y el desarrollo de la vida humana.

4. Antes de emprender grandes proyectos, las generaciones actuales deben tener en cuenta sus posibles consecuencias para las generaciones futuras.

Artículo 6 Genoma humano y diversidad biológica

Ha de protegerse el genoma humano, respetándose plenamente la dignidad de la persona humana y los derechos humanos, y preservarse la diversidad biológica. El progreso científico y tecnológico no debe perjudicar ni comprometer de ningún modo la preservación de la especie humana ni de otras especies.

Artículo 7 Diversidad cultural y patrimonio cultural

Las generaciones actuales deberán velar por preservar la diversidad cultural de la humanidad respetando debidamente los derechos humanos y libertades fundamentales. Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de identificar, proteger y conservar el patrimonio cultural material e inmaterial y de transmitir ese patrimonio común a las generaciones futuras.

Artículo 8 Patrimonio común de la humanidad

Las generaciones actuales han de utilizar el patrimonio común de la humanidad, según lo define el derecho internacional, sin comprometerlo de modo irreversible.

Artículo 9 Paz

1. Las generaciones actuales deben velar por que tanto ellas como las generaciones futuras aprendan a convivir en un ambiente de paz, seguridad y respeto del derecho internacional, los derechos humanos y las libertades fundamentales.

2. Las generaciones actuales deben preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra. Con ese fin, han de evitar que las generaciones futuras sufran las consecuencias perjudiciales ocasionadas por los conflictos armados y otros tipos de agresiones y la utilización de armas, contrarios a los principios humanitarios.

Artículo 10 Desarrollo y educación

1. Las generaciones actuales han de legar a las futuras las condiciones para un desarrollo socioeconómico equitativo, sostenible y universal, tanto individual como colectivo, en particular, mediante una utilización justa y prudente de los recursos disponibles a fin de luchar contra la pobreza.

2. La educación es un instrumento importante para el desarrollo de los seres humanos y las sociedades. Debe utilizarse para fomentar la paz, la justicia, el entendimiento, la tolerancia y la igualdad en beneficio de las generaciones actuales y futuras.

Artículo 11 No discriminación

Las generaciones actuales deben abstenerse de realizar actividades y de tomar medidas que puedan ocasionar o perpetuar cualquier forma de discriminación para las generaciones futuras.

Artículo 12 Aplicación

1. Los Estados, el sistema de las Naciones Unidas, otras organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, los particulares y los organismos públicos y privados han de asumir plenamente las responsabilidades que les incumben en la promoción, especialmente mediante la educación, la formación y la información, del respeto de los ideales consagrados en la presente Declaración y fomentar su pleno reconocimiento y aplicación efectiva por todos los medios apropiados.

2. Teniendo presente la misión ética de la UNESCO, se invita a la Organización a difundir la presente Declaración lo más ampliamente posible y a adoptar todas las medidas necesarias en sus esferas de competencia, para sensibilizar al público a los ideales que en ella se consagran.

Cancelación de deuda estudiantil.


Mayoría en EE.UU. respalda matrícula universitaria gratuita y 
Las propuestas de los Sens. Bernie Sanders y Elizabeth Warren 
han sido descartadas como "extremas" por algunos de sus oponentes, 
pero la mayoría de los estadounidenses apoyan tales ideas.



Students pull a mock "ball & chain" representing the $1.4 trilling outstanding student debt at Washington University in St. Louis, Missouri. (Photo: Paul J. Richards/AFP/Getty Images)
A  majority of voters support the bold proposals for free college tuition and the wiping out of student debt put forward by Sens. Bernie Sanders and Elizabeth Warren in the 2020 Democratic primary, according to a new Hill-HarrisX poll out Friday.

The survey found that out of more than 1,000 respondents, 58 percent of people said they support government-funded public college tuition and the cancellation of student debt for the more than 44 million Americans who currently hold it.

"We will make public colleges and universities and HBCUs debt-free. And what we will always also do, because this is an incredible burden on millions and millions of young people who did nothing wrong except try to get the education they need, we are going to cancel all student debt in this country." —Sen. Bernie Sanders (I-Vt.)The student debt crisis has left young Americans as a group owing more than 1.5 trillion for their college and graduate educations, and is largely blamed for keeping millennials from being able to buy homes and start families. 

At the Democratic debate on Thursday night, Sanders restated his support for wiping out student debt and allowing all Americans to attend two- and four-year state colleges tuition-free.

"What we will also do is not only have universal pre-K, we will make public colleges and universities and HBCUs debt-free," the Vermont independent senator said. "And what we will always also do, because this is an incredible burden on millions and millions of young people who did nothing wrong except try to get the education they need, we are going to cancel all student debt in this country."
According to the Hill-HarrisX poll, 72 percent of Democrats and 58 percent of independent voters support free college tuition and student debt cancellation, while 40 percent of Republicans back the plans.


While both Sanders and Warren have proposed offering free public college to all Americans, Warren's debt cancellation program would only be offered to families who earn under $250,000 per year—the bottom 95 percent of earners. Sanders has proposed wiping out student debt for all those who carry it.
Sanders would fund his plan by imposing a speculation tax on stock trades, raising an estimated $2.4 trillion over 10 years, while Warren's Ultra-Millionaires Tax would fund her proposal.

At the Democratic debate, Sen. Amy Klobuchar (D-Minn.) suggested progressive candidates are "extreme" and have made "promises [they] can't keep," while South Bend, Indiana Mayor Pete Buttigieg said in an earlier debate only that he supports "reducing" student debt and addressing college "affordability."
On MSNBC Thursday, Sanders campaign co-chair Nina Turner said that while poll numbers have fluctuated slightly for the top candidates in recent weeks, surveys have consistently shown that Americans support free college tuition and student debt forgiveness.
"Polls are snapshots in time," Turner told Katy Tur, adding that Sanders "understands the cries, the fears, the needs, and the dreams of the American people in this country. Hello Green New Deal, hello college for all, canceling student debt, standing up for the working people of this country."

Los campos de concentración para bebés,

 "son el peor y el último lugar en el que querrías poner un niño".



Amidst the latest noise about the latest outrage - treason and Ukraine and extortion oh my - a grisly reminder: Crimes against small, brown humanity are ongoing. Thousands of migrant kids are still imprisoned - children as pawns, children in cages, sick, dirty, hungry, alone, frightened, experiencing "trauma after trauma" until "every heartbeat hurts." Does it need to be repeated: Baby concentration camps "are the worst and the last place you would ever want to put a child," say doctors and functioning human beings. "You wouldn't want to live there. I wouldn't want to live there. We wouldn't want our families to live there." Their horrors came to light again with a recent report by the DHHS Inspector General on 45 detention facilities, just half of this country's multiple abominations. In two separate House committee hearings, lawmakers called the report's findings of "intense trauma" and worsening mental health problems so "twisted and shameful" they constitute "deliberate, government-sanctioned child abuse.”

The hearings also revealed that Florida's infamous Homestead facility, the largest, unlicensed, for-profit kiddie jail, which at is peak held over 3,000 children until public pressure emptied it in August, is still inexplicably paying 2,500 employees at a Trump-hotel cost of $600 to $775 a bed - $720,000 a day, now approaching a total of $33 million - to house imaginary, non-existent children. Officials explained that "retaining bed capacity is necessary to provide care and services as mandated," adding they "anticipate an uptick in the number of referrals  based on historical trends." English translation: Damn straight we're still gonna make some bucks from this human tragedy.

Toward that end, soulless cretins for the "government," seeking to re-open Homestead as soon as October, argued in court Friday that a judge should ignore experts' and doctors' testimony about the ravages inflicted on children there because, c'mon, what do experts and doctors know and what are a few human rights abuses in the name of catching bad guys and profits? Opposing them, lawyers seeking to close Homestead permanently cited many of those abuses: They said children were subject to "prison-like rules," harmed by too-lengthy detention, not advised of their rights or  told they could have visitors or given access to lawyers, and often waited days for medical help. Their conclusion: "The government is causing irrevocable mental and physical harm to every immigrant child held (in) detention.


Confronted with those harsh facts, desperate Trumpian lawyers went low, and played games. They argued evidence should be inadmissible because multiple members of visiting teams did interviews with children; evidence from a Texas doctor and decade-long head of the American Academy of Pediatrics Immigrant Health should be barred because she's not "an expert";  testimony from a Stanford psychiatrist of "clear ongoing psychological harm directly attributable to detention and separation practices" should be tossed out because he didn't adequately describe his methodology; findings by a Stanford professor and expert in pediatric health, emergency medicine and health services were not "relevant." To these monsters, we offer one simple, relevant truth: A child is a child is a child. In light of their atrocities, treason charges pale. Put 'em all away for a long, long time, and may justice be served.









Honrar la memoria de los niños 
que murieron en los centros de detención de EE. UU.



Greta Thunberg o el caso de los adultos que no se toman en serio el activismo de las jóvenes.

Las críticas para desacreditar a la activista sueca por su edad durante su paso por la cumbre climática 
han puesto de relieve la persistencia de una visión adultista, 
que ignora los derechos e inquietudes de una generación 
que supone el 18% de la población mundial.

MA Lóprez Villores.
Greta Thunberg. FOTO: GETTY
El paso de los jóvenes activistas por la cumbre climática de la ONU en Nueva York, con Greta Thunberg a la cabeza, ha hecho historia
Bajando considerablemente la media de edad de los asistentes habituales, los discursos y demandas de un grupo de chicos y chicas de entre 8 y 17 años llamando la atención a los líderes políticos por su falta de actuación frente a la situación de crisis y por la desprotección de los derechos de la infancia, han acaparado titulares. 
Entre ellos, también los que recogen los insultos y vejaciones que algunos de esos líderes y personajes mediáticos les han dedicado. Donald Trump mofándose con un tuit del discurso de Greta: “Una chica joven y feliz que espera un futuro brillante y maravilloso” -del que la propia activista sueca se reapropiaba ironizando usándolo a modo de biografía en Twitter-. Michael Knowles, comentarista de Fox News, insultándola en directo con un “niña enferma mental sueca” por su condición de Asperger. O el periodista francés Bernard Pivot escribiendo en Twitter: “En mi generación, los chicos buscaban a las muchachitas suecas, que tenían la reputación de ser menos estrechas que las francesas. Me imagino nuestro asombro, nuestro terror, si nos hubiéramos acercado a Greta Thunberg…”.

No es la primera vez que Greta y los chavales que abanderan diferentes causas de activismo de su generación se enfrentan a las críticas, descrédito y acoso de los poderosos. 
Emma González, la joven superviviente del tiroteo de Parkland que desencadenó el movimiento anti armas March For Our Lives – a quien la propia Thunberg reconocía como influencia-, ya tuvo que encarar los comentarios homófobos que el candidato republicano estadounidense Leslie Gibson le dedicaba (“lesbiana cabeza rapada”). Las acusaciones sobre si los niños y jóvenes deberían estar en el colegio y no haciendo las huelgas escolares de los viernes (Fridays For Future), que han materializado universalmente el movimiento ecologista estudiantil, han sido constantes en redes sociales. Y las especulaciones sobre si estas huelgas no han surgido de manera espontánea entre los jóvenes sino que son marionetas de empresas, partidos políticos o sus propios padres, han tenido consecuencias: llevaron a la dimisión a la ministra belga de Medio Ambiente, Joke Schauvliege, que insinuó públicamente la existencia de intereses ocultos tras ellas.

Los centennials no se cortan en poner altavoz, en las calles y en internet, a su hartazgo por la falta de acción política y su preocupación por el presente y el futuro, sin miedo a señalar a los adultos responsables. «Irreverencia, inmediatez e incertidumbre» son las tres palabras que mejor les definen según Nuria Vilanova e Iñaki Ortega, autores de Generación Z (Ed. Plataforma). Y esto es lo que, según explica a S Moda Myriam Fernández Nevado, socióloga, abogada y cofundadora de Asociación GSIA (Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia), inquieta a algunos. Estos movimientos activistas de los jóvenes como Greta están apelando a su derecho a la supervivencia, recogido en la Convención de los Derechos del Niño. Esto supone un cambio brutal del statu quo. Y ese movimiento es visto por los líderes desde una posición amenazante, que rompe con su visión adultista en la que solo este grupo [que excluye a los menores de edad y a los ancianos] toma las decisiones sin facilitar otros discursos y diálogos que incorporen otras voces más jóvenes. Lo ven como un ataque frontal a esas ideas obsoletas sobre cómo hacer políticas”.

Os caerá fatal Greta Thunberg, os podrá molestar que la patrocinen ciertos grupos, podréis pensar que con 16 años nadie debería estar liderando un movimiento así... Pero lo que está consiguiendo es alucinante.
299 personas están hablando de esto

Alabar la precocidad a conveniencia

Esos mismos niños que a los 16 años en España ya pueden trabajar, ir a la cárcel, heredar e incluso se plantea si deberían votar, como en otros países de la Unión Europea, son tachados en muchas ocasiones de incapaces e inmaduros cuando toca verlos como sujetos activos en la política, infantilizándolos para quitarles crédito. “Estamos acostumbrados a no reconocerles estas capacidades a los niños y adolescentes, que deben ejercerlas, con autonomía relativa, junto a los adultos. Necesitan su apoyo para cubrir esta necesidad, explica Myriam Fernández Nevado.

La edad del menor se juzga a conveniencia. Tradicionalmente se ha ensalzado a los pequeños prodigios que han despuntado jóvenes en el deporte o el espectáculo. Messi comenzó a jugar en clubes a los ocho años y a los 24 ya sumaba tres balones de oro. Rafa Nadal ganó su primer partido de torneo oficial dentro de la ATP a los 15. Jodie Foster comenzó a actuar a los dos años antes de debutar con 13 de la mano de Scorsese en Taxi Driver. Y Drew Barrymore, que apareció por primera vez en pantalla a los siete, será reconocida eternamente como ‘la niña de E.T’. En estos casos, a diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos días con los jóvenes activistas por el cambio climático, el relato sobre lo excepcional de sus logros y sus capacidades para soportar situaciones de presión, rutinas larguísimas e incluso estar separados de sus familias y no ir a la escuela tradicional, se ha aplaudido de forma unánime. Según explica la socióloga Fernández Nevado, no ocurre igual cuando hablamos de actividades relacionadas con el activismo y que instan a un movimiento en el orden establecido, por ejemplo: «El caso de un niño que triunfa haciendo deporte no les obliga a cambiar [a los políticos]».

Pero en 2019, incluso esos niños prodigio de la generación Z ya han incorporado el activismo a sus vidas y, en entrevistas, el discurso por el cambio. 
Millie Bobby Brown decía a S Moda: Creo que la generación más joven está tomando una posición activista, y pienso que se debe a que somos más conscientes de los problemas que existen (…) No nos quedaremos callados, advertía. Las estrellas del audiovisual compiten hoy en fama y popularidad con los jóvenes activistas que, desde redes sociales acumulan también miles y millones de seguidores y han encontrado un importante altavoz para exponer sus ideas y conectar con otros que estén en sintonía y organizarse. 
La afgana Sonita Alizadeh viralizó en YouTube un rap contra el matrimonio infantil gracias al que consiguió eludir hasta dos veces los matrimonios de conveniencia a sus 16 años. Jazz Jennings creó la Transkids Purple Rainbow Foundation, una fundación de apoyo para niños y niñas trans y para todo el colectivo LGTBIQ. 
Y Ethan Lindenberger, al cumplir los 18 años se hizo famoso por contar en un hilo de Reddit que decidía vacunarse en contra de las creencias antivacunas de su madre, infundadas, según él, por la información de mala calidad difundida a través de grupos de Facebook o webs sin evidencia científica. Y ahora abandera la lucha por un acceso a la información veraz y de calidad en internet al alcance de todos, contando su caso ante el Senado estadounidense.

La cumbre climática ha acabado y este 27 de septiembre tiene lugar la primera huelga mundial por el clima. Que las imágenes para el recuerdo que nos ha dejado esta semana por el clima no respondan a diplomacia y apretones de mano pensados para la foto, sino a pancartas reivindicativas que recogen el espíritu crítico e ingenioso de los jóvenes, o la cara de enfado y desaprobación del vídeo viral en el que Greta Thunberg se cruza con Trump y su discurso contundente sin un ápice de ira contenida -para mosqueo del patriarcado, como explica Begoña Gómez Urzáiz en este artículo para Vogue-, es significativo.

 Ante la pasividad y la condescendencia adultista, 
los centennials no se achantan, pelean.


Greta desenmascara replicantes.

"Greta Thunberg tiene edad legal para trabajar, casarse o ir a la cárcel, 
¿pero no para recordarte que nos vamos al carajo, que no hay planeta B y que comes demasiada carne?".

Ignacio Pato,



Hay una figura que no suele faltar en cualquier empresa: el esquirol perfeccionista. Todas las protestas –no digamos las huelgas– le parecen mal planteadas, pero es medalla de oro en turra sobre lo mal que está todo, y con que si el encargado lleva menos tiempo que él y que vaya moto se ha comprado. Hace bromas con rajarle las ruedas, pero no cuentes con él para la asamblea del comité porque a esa hora su primo tiene dentista o juega el peeseyé.
A Greta Thunberg parece que le han salido unos cuantos fans de esa épica paralizante que nunca te llama a filas. Por blanda, por greenwasher, por histérica, por joven, por mujer, por estar ahí. Por todo, por ser, todo mal, Thunberg les pone del hígado.
Es que con 16 años no debería estar ahíEs que los padresEs que y el cole quéHagamos entonces un gulag en los Monegros y metamos ahí a quien organiza y se lucra con Masterchef JuniorEs que es una niña de 16 años. La militancia, y esto lo sabe cualquiera que haya sido adolescente, normalmente comienza en esa etapa de la vida. Solo el 15M –y los matrimonios procesistas que no iban a una manifestación desde la Transición– quebró eso movilizando por primera vez a gente de toda edad. Ya me hubiera gustado a mí estar en la ONU y no en las Juventudes Comunistas de mi barrio a esa edad. O sea, que en nuestro país Greta Thunberg tiene edad legal para trabajar, casarse o ir a la cárcel, ¿pero no para recordarte que nos vamos al carajo, que no hay planeta B y que comes demasiada carne?
Es que ella misma no está bien y además solo apela a lo emocional. Lo realmente molesto son algunas de las risas condescendientes que se escuchan de fondo cuando Thunberg advierte en Naciones Unidas que ‘we will be watching you’. Si su discurso no es anticapitalista, entonces ¿qué sí lo es? ¿Una camiseta del Sankt Pauli de 70 euros, un hilo de Twitter sobre cosmonautas soviéticos, stories sobre la precariedad?
Otra cosa es que lo que ella dice no lo quieras oír. Que Thunberg sea un espejo que te devuelve una imagen, la tuya propia, de inacción, de aceptación de la derrota. 
En Blade Runner hacían un test, el Voight-Kampff, para averiguar si una persona aparentemente humana era un replicante. Si lo era, la ausencia de dilatación capilar –sonrojo– o del iris, delataba su carencia de empatía. Bajo una nueva versión del test, deberíamos considerar como replicantes –pero de los cutres, sin rastro de la romantización de las lágrimas en una lluvia que a este paso será ácida pasado mañana–, a aquellos que se emocionen con una victoria de Nadal, un cachopo o la fiesta de navidad de la empresa antes que viendo y escuchando a Thunberg.

Autismo, matemáticas y estereotipos.

 El problema es que según los estereotipos actualmente vigentes 

y los prejuicios sobre el autismo mucha gente pensará 
que alguien con TEA es incapaz de entender ficción 
y mucho menos de hacer su carrera profesional sobre ello. 

No es verdad.
José R. Alonso,
Neurociencia.





James McGrath es un profesor de literatura y estudios culturales en la Leeds Beckett University del Reino Unido. Además, tiene autismo. 

Este 2019 ha publicado un libro titulado Naming Adult Autism: Culture, Science, Identity en la editorial  Rowman & Littlefield International.





El libro explora los retratos de personajes adultos con autismo en novelas de E. M. Forster, Douglas Coupland y Margaret Atwood; en poesía (Les Murray; Joanne Limburg), en televisión (La Oficina; El puente) y en la música pop (el Tommy de The Who). También utiliza las herramientas de la crítica literaria para analizar algunos textos científicos clave en relación con el autismo. A través de esta técnica el autor pone de manifiesto algunos sesgos y errores tanto en artículos científicos como en cuestionarios ampliamente utilizados (ver abajo). 
Una de las conclusiones fundamentales de McGrath es que con objeto de mejorar y avanzar en el conocimiento sobre el autismo es necesario un mayor diálogo entre las ciencias y las humanidades.
McGrath escribió en The Conversation sobre los estereotipos que afectan a las personas con autismo y uno de ellos es que son buenos en matemáticas y en ciencias.

Para los que les gusten estos campos académicos puede ser favorable, pues puede generar respeto y una valoración positiva entre compañeros y profesores pero para otros, que prefieran otras disciplinas, puede ser algo contra lo que luchar, como que ni siquiera «hicieran bien» su autismo.
McGrath decía «La literatura es mi camino en el mundo. Me ayuda a entender mejor a las personas, incluido a mí mismo. Además, en las novelas y los poemas, las palabras están libres del peso del lenguaje corporal». El problema es que según los estereotipos actualmente vigentes y los prejuicios sobre el autismo mucha gente pensará que alguien con TEA es incapaz de entender ficción y mucho menos de hacer su carrera profesional sobre ello. No es verdad, y McGrath es la prueba viviente, pero puede ser interesante profundizar en esta idea, extendida también entre bastantes profesionales.
El Centro de Investigación sobre Autismo de la Universidad de Cambridge es uno los institutos académicos más relevantes sobre los trastornos del espectro del autismo (TEA) en el mundo, habiendo sido clave para mejorar el conocimiento y la concienciación social sobre esta condición. 

El director del centro, Simon Baron-Cohen ha defendido valientemente el valor para la sociedad de las personas con TEA y una de los argumentos usados es su capacidad superior a la media para determinadas tareas. El problema es si su idea de que el autismo va ligado a «mentes cableadas para la ciencia» implica que esas mentes no sirven o no están cableadas para un pensamiento creativo, para un pensamiento crítico o para un pensamiento artístico.
Simon Baron-Cohen también diseñó, junto con Sally Wheelwright y tres estudiantes el llamado Cociente de Autismo para Adultos, un cuestionario que permite medir el nivel de autismo de una forma general. 
A mí me gusta y lo he usado en clase con mis alumnos porque ayuda a aclarar algunas cosas: 
1) que todos tenemos un tanto de autismo, 
2) que un diagnóstico es siempre arbitrario y establece un límite en el cuál un punto más y tienes autismo (u otra condición) y un punto menos y no lo tienes, concepto que es peligroso y 
3) que el mundo es neurodiverso y eso es una riqueza para toda la sociedad.


El cuestionario busca «rasgos autistas» relacionados con las rutinas, la comunicación y la socialización y ayuda a generar una sospecha a un médico de familia, por ejemplo, que ayude a que ese paciente pueda ser enviado a un especialista para determinar si realmente tiene un TEA y que pueda recabar los servicios de apoyo a los que tiene derecho. Un segundo propósito, científicamente cuestionable en opinión de McGrath, es que da apoyo a la teoría de Baron-Cohen, muy «golosa» para los periodistas, de que los matemáticos y los científicos en general muestran más rasgos autistas que la población general. En realidad el cuestionario incluye cuestiones, cada una con su puntuación en relación con las matemáticas y las artes. Si tu contestas que te fascinan los números, por ejemplo, entonces incrementa tu puntuación de autismo y si dices que «Cuando leo un relato puedo imaginarme con claridad cómo podrían ser los personajes», una característica típica del interés por la ficción,  entonces te puntúa hacia ser neurotípico. No es difícil darse cuenta de que genera un sesgo, una profecía autocumplida, si gustarte los números es un rasgo de autismo, entre los que tienen autismo hay más probabilidades de que les gusten las matemáticas. Lo contrario también será cierto, si tienes autismo pero te gusta leer novelas, tu cociente de autismo se reducirá, con lo que disminuye la probabilidad de ser enviado a un especialista para valoración.
Esa idea permea en la sociedad general. De «Rain Man» a «The Good Doctor» a la trilogía «Maddaddam» de Margaret Atwood, la persona con autismo es un hombre blanco, sin una discapacidad observable y que es excelente en ciencias o matemáticas.
Es una caricatura, restrictiva y con ribetes problemáticos para conseguir una verdadera inclusión. Lleva a pensar que si tienes autismo y no eres bueno en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) no puedes ser bueno en nada. Puede, por tanto, afectar negativamente a las nuevas generaciones de personas con autismo que según esa línea de pensamiento no deberían seguir un camino, aunque sea el que les guste, porque en teoría no están «cableados» para ese futuro. No es verdad, la neurodiversidad también se cumple para el colectivo de personas con autismo. El futuro no está escrito en ninguna parte, no es un sitio al que vamos, es un lugar que creamos, entre todos.

Para leer más: