"¡Cómo se atreven!".

video.


"Estamos en el comienzo de una extinción masiva y todo de lo que podéis hablar es de dinero y de cuentos felices de crecimiento económico eterno ¿Cómo os atrevéis?", ha señalado. "Dicen que nos escuchan. No importa lo enfadada y triste que esté, no quiero creerlo porque si realmente entendieran la situación y no actuasen, sería algo maligno y me niego a creerlo", ha añadido.
Tras dar cifras sobre los efectos del calentamiento global, Thunberg ha comentado: "Estos datos son demasiado incómodos y ustedes no son los suficientemente maduros para decirlo tal y como es". "Nos están fallando, pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Si eligen fallarnos, yo les digo: nunca les perdonaremos. El cambio viene les guste o no", ha concluido.

Espacio para la Infancia 2019, Primera Infancia.

Avances en el Desarrollo de la Primera Infancia.



Fundación Bernard van Leer.

Esperamos que todo aquel que trabaja para mejorar la salud y el bienestar de los bebés, los niños pequeños y las personas que los cuidan, pueda encontrar experiencias inspiradoras en la edición de 2019 de Espacio para la Infancia.
Entre los autores se encuentran María Fernanda Espinosa, presidenta de la 73.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas; Daniel Kablan Duncan, vicepresidente de la República de Costa de Marfil; Hugo de Jonge, vicepresidente del gobierno holandés; Geraldo Júlio, alcalde de Recife; Kate Hampton, directora ejecutiva del Children’s Investment Fund Foundation; y Gerda Verburg, coordinadora del Movimiento para el Fomento de la Nutrición (SUN).Editora invitada: Joan Lombardi

El día en el que los que mandan callaron y escucharon a las chavalas y chavales.

La ONU acoge una cumbre protagonizada por activistas menores de 29 años, 
 con Greta Thunberg a la cabeza. 

Abundan las críticas por el legado que recibirán las generaciones futuras.


Patricia Peiró.








La mayor Movilización de la Historia 
la han promovido y protagonizado adolescentes (video accede),

El viernes 27 volvemos a la calle!.


En foto, el secretario general de la ONU saluda a Greta Thunberg. En vídeo, las activistas Greta Thunberg y Bruno Rodríguez y el secretario general de la ONU. EFE
"Nunca se han visto tantos jóvenes tomar Naciones Unidas”. 
La frase de un trabajador del organismo define el ambiente que se respira en Nueva York en los días previos a la Cumbre sobre la Acción del Clima, que comienza el lunes. Como aperitivo, este sábado, la ONU acogió un encuentro de alto nivel inédito en el que activistas, emprendedores, deportistas e incluso influencers menores de 29 años tomaron la palabra, mientras los mayores se limitaron a escuchar. Al frente de todos ellos, la omnipresente Greta Thunberg, la adolescente sueca que ha liderado esta revolución verde.
“Los conflictos han existido siempre entre humanos, esta es la primera vez que el conflicto se produce entre las personas y la naturaleza. No hablamos solo de cómo se derriten los polos, sino directamente del sufrimiento de los pueblos”, explicó el secretario general de la ONU, António Guterres, en la que prácticamente fue la única intervención de alguien que superara la treintena. Cien de los asistentes habían sido reconocidos con un ticket verde por su labor en la defensa del planeta y el premio ha sido el viaje con gastos pagados hasta la cumbre. Estos son algunos de los protagonistas de la jornada.

Timoci Nausala. La voz en el Pacífico

Fue a través de un concurso de colegio de escritura de discursos cómo Timoci Nausala, de 14 años, tuvo la oportunidad de contar al mundo cómo la furia de la naturaleza destroza vidas. En 2016, cuando tenía 12, el ciclón Winston arrasó la provincia de Tailevu, en las islas Fiji, su hogar. Un año más tarde viajó hasta la cumbre del clima celebrada en Bonn (Alemania) para leer ante decenas de líderes mundiales su vivencia. “Con ese concurso empezó todo, no me podía creer que fuera a viajar con el presidente de mi país para hablar delante de toda esa gente”, cuenta en un descanso de la cumbre juvenil de la ONU mientras come un bocadillo.




Timoci con Antonio Guterres en Fiji.


Timoci con Antonio Guterres en Fiji.

“Recuerdo que mi colegio, mi casa, los campos de mi familia quedaron destruidos. Mi vida se convirtió en un caos y solo podía preguntarme a mí mismo por qué nos pasaba eso”, explica. Su caso es significativo porque Nausala vive en una de las regiones más amenazadas por el cambio climático. Los expertos de la London School of Economics estiman que en las islas del Pacífico, donde viven 10 millones de personas, hasta 1,7 millones podrían tener que marcharse de sus hogares debido al cambio climático de aquí a 2050.
Desde aquel discurso, el adolescente se ha convertido en una de las estrellas emergentes de la lucha verde, trabaja por esta causa para Unicef, e incluso fue el anfitrión del Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, en su visita a Fiji este año. “Quiero seguir dedicándome a concienciar sobre este problema, quiero construir un planeta mejor. Estoy aquí en el mismo sitio que los líderes actuales y pienso me gustaría convertirme en un líder del futuro”, explica.

Bruno Rodríguez: "Los líderes están obligados a un cambio radical"

Su potente voz ha liderado la revolución verde en Argentina. Este estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires, de 19 años, es uno de los fundadores de la agrupación Jóvenes por el Clima, que forma parte del movimiento iniciado por Greta Thunberg. Además, participó en la elaboración de dos leyes en su país. Latinoamérica y El Caribe tienen en él a un representante en esta batalla. ONU Medio Ambiente estima que en toda la región, unos 100 millones de ciudadanos viven en áreas susceptibles a la contaminación atmosférica.




Rodríguez junto a Greta Thunberg y Antonio Guterres en la ONU.


Rodríguez junto a Greta Thunberg y Antonio Guterres en la ONU.

“El cambio climático es la crisis económica y cultural de nuestro tiempo, es una emergencia existencial y nuestros líderes están en la obligación de dar un cambio radical a la situación”, aseguró en un potente discurso inaugural. El activista va directo al corazón del problema y habla del “comportamiento delictivo” de las grandes empresas. “Exigimos que las 100 compañías responsables del 71% de la emisión de los gases de efecto invernadero cambien su modo de producción”, explica Rodríguez. Ante la audiencia de la ONU también defendió que la historia de América Latina es la de “cinco siglos de robos y saqueos” y afirmó que “la cuestión del clima tiene que ver con los derechos humanos y la justicia social”.
Rodríguez ha sido uno de los premiados con el ticket verde, un reconocimiento que la ONU ha otorgado a 100 candidatos de todo el mundo para viajar hasta Nueva York y participar en la cumbre juvenil. “Esto solo se va a cambiar si lo demandamos millones de personas, por eso los jóvenes salimos a la calle junto a los trabajadores y las comunidades marginadas, para luchar contra todo lo que están generando los líderes actuales. No vamos a esperar, hay que exigir acción ya”, defiende el argentino.

Patricia Ramos. "Este movimiento nace de la frustración"

Patricia Ramos llega a Nueva York desde Madrid y tiene 19 años. Se trata de una de las 500 candidatas seleccionadas entre más de 7.000 solicitudes para acceder a la cumbre juvenil. Acude de la mano de la ONG Plan Internacional, dedicada fundamentalmente a los derechos de las niñas y mujeres. "En 2017 realicé un viaje a Paraguay con esta organización y fui consciente de que el cambio climático les afecta principalmente a ellas", explica Ramos, que es estudiante de medicina.




Patricia Ramos, representante de Plan Internacional en la cumbre.


Patricia Ramos, representante de Plan Internacional en la cumbre.

"Hemos venido aquí para pedir a los líderes que tengan en cuenta cómo afecta este problema al género femenino a la hora de hacer leyes. Son ellas las que más expuestas están a inundaciones, las encargadas de ir a por agua, con lo que la sequía les toca especialmente... En muchos casos las consecuencias del cambio climático son responsables de que no vayan al colegio", explica Ramos. La madrileña responsabiliza a los mandatarios pasados y también a los actuales de la situación. "Este movimiento lo lideramos los jóvenes por la frustración. Son los mayores los que nos han puesto en esta situación y no han hecho nada por arreglarlo", puntualiza.
La realización de este artículo ha sido posible gracias al apoyo de UN Foundation.




MÁS INFORMACIÓN


“Somos la primera generación que lo sufrirá,somos la última que puede hacer algo para detener este desastre”.

Generación Greta. 
Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta:
“Somos la primera generación que sufrirá, o, 
más bien, que ya sufre, los efectos de la crisis ecológica y climática. 
Sin embargo, somos la última que puede hacer algo para detener este desastre”. 


Una tarde soleada del final del verano, Roger Pallàs, un universitario catalán de 22 años, melena rubia y cuerpo nudoso, va al volante de su furgoneta de camino a la Costa Brava mientras tararea: “The people gonna rise like the waters, we’re gonna face this crisis now… [el pueblo se va a alzar como el agua / vamos a enfrentarnos a esta crisis ya]”; uno de los himnos que ha tratado de propagar en las huelgas por el clima de Girona. Lo pasaron por el kilométrico grupo de WhatsApp, pero cuesta que la gente se lo aprenda, dice Roger, y poco después se detiene y recoge a Lucas Barrero, compañero de clase y de batallas climáticas, un andaluz de 22 años y discurso sólido. Cuando prosiguen la ruta hacia el mar, Barrero habla del libro que acaba de publicar, El mundo que nos dejáis (Destino), que es más bien un “manifiesto”, asegura, con el que espera “remover un poco las conciencias”. En él escribe cosas como esta: “Somos la primera generación que sufrirá, o, más bien, que ya sufre, los efectos de la crisis ecológica y climática. Sin embargo, somos la última que puede hacer algo para detener este desastre”. 
Luego, a medida que va asomando el Mediterráneo tras los pinos, la conversación discurre por el veganismo —Roger, que ha crecido en una comarca dedicada masivamente a la industria porcina, lo es— y por la Ley de Cambio Climático —“nació muerta”, dispara Lucas—, y también hablan de la ministra belga de Medio Ambiente, a la que se le ocurrió sugerir que las huelgas de estudiantes por el clima que han sacudido el mundo en los últimos meses no eran un “movimiento espontáneo”, sino una campaña orquestada (aseguró poseer información de los servicios secretos sobre el asunto). Se vio obligada a dimitir. Barrero aporta entonces un dato clave de unas concentraciones iniciadas por la adolescente sueca Greta Thunberg hace un año: las protagonizan niños y jóvenes, cierto; pero por cada uno de ellos hay, potencialmente, dos padres y cuatro abuelos. Es decir: cada millón de estudiantes sumaría hasta seis millones de adultos detrás. Lo cual lo convierte en un movimiento juvenil, pero de influencia exponencial; y en eso anda la charla cuando Roger maniobra y se adentra en un sendero y se detiene a las puertas de una escuela de buceo junto a la playa de Sant Pere Pescador, donde trabaja el tercero de los amigos que importaron el movimiento de Greta a España. De entre neoprenos surge Ander Congil, vasco de 22 años y sonrisa expansiva, y los tres se abrazan porque, debido al verano, hace un tiempo que no se ven.

La semilla de Girona

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
Ander Congil, Roger Pallàs y Lucas Barrero (de izquierda a derecha), en la playa de Sant Pere Pescador (Girona). Tienen 22 años y fueron los primeros en organizar este enero una huelga por el clima en España, emulando a Greta Thunberg. Barrero creció en la sierra de Aracena (Huelva), Congil en Tolosa (Gipuzkoa) y Pallàs en Folgueroles (Barcelona). Apasionados de la naturaleza, se conocieron como alumnos del doble grado en Ciencias Ambientales y Biología de la Universidad de Girona. “Cuando vimos el movimiento en Europa, dijimos, bua, tenemos que coger esto y trasladarlo aquí porque esto es muy potente”, recuerda Pallàs. “Nos plantamos enfrente de la Generalitat de Girona, éramos tres amigos, llegaron dos amigas más, se pararon dos personas…, hasta que lo sacamos en redes y esto explota”, añade Congil. “Hemos sido los jóvenes los que hemos salido a la calle porque somos los más perjudicados”, explica Barrero. “Reclamamos nuestro futuro porque si no nos abocamos a un colapso”.

Les unió su pasión por la naturaleza: se conocieron en el doble grado de Ciencias Ambientales y Biología, un programa con pocos alumnos y que solo ofrece la Universidad de Girona (de las públicas). Han compartido piso, caminatas por el monte, viajes. A los tres les noqueó la protesta de aquella sueca y su discurso “impactante” pronunciado ante los líderes mundiales en Katowice (Polonia) durante la conferencia de la ONU sobre cambio climático a finales de 2018: “A ustedes se les han acabado las excusas”, les regañó Thunberg, “y a nosotros se nos está acabando el tiempo”.
Y así fue cómo un viernes del pasado enero, víspera de San Canuto, un andaluz, un vasco y un catalán decidieron sentarse frente al edificio de la Generalitat de Girona con un cartel que decía: “Vaga pel clima”. La primera huelga en este país. Ese día se les unieron dos amigas y pararon dos curiosos. A las pocas semanas, les estaban llamando de otras ciudades, preguntando cómo sumarse al movimiento Fridays for Future (viernes por el futuro). A medida que la ola verde iba tiñendo el globo, participaron en reuniones de coordinación regionales, estatales, internacionales, se encontraron con científicos, viajaron al Parlamento Europeo y lograron sacar a la calle en Girona a centenares de personas, a los que trataron de enseñar ese himno: “The people gonna rise like the waters…”. Como resume Roger Pallàs, sentado en las dunas de la playa, mientras se esconde el sol tras las colinas y una bruma púrpura se dibuja sobre el mar oscuro: “Hubo un boom que no esperábamos. Nos dio mucha fuerza y a partir de ahí fue un no parar”.
Puede que nunca antes un movimiento de masas se haya extendido de forma tan rápida. La activista sueca hizo su primera sentada el 20 de agosto de 2018. Empezó sola. Siete meses más tarde, en la primera huelga mundial por el clima, el 15 de marzo, salieron a la calle 1,4 millones de personas, según los organizadores. Se sumaron más de dos millares de ciudades de 128 países y Thunberg se consolidó como el símbolo de una generación muy internacional, cosida por el inglés y las redes sociales y también, según la mayoría de entrevistados para este reportaje, por la frustración acumulada ante la pasividad de los adultos y los líderes políticos frente a un planeta amenazado. Greta ha aglutinado a los más jóvenes con un mensaje y una misión. Su visión del mundo ha traspasado fronteras. Viaja de Oceanía a América. De Nueva York a Tomelloso (Ciudad Real). En palabras de Hugo Abad, un universitario de 19 años originario de esta localidad agrícola y manchega: “Cuando vi a Greta sentí esperanza. Esperanza porque somos muchas más Gretas por el mundo, moviéndonos con una sola voz y una única demanda: dejar un planeta habitable”. Se sumó al movimiento en Madrid, donde estudia. Y este verano, cuando volvió a casa por vacaciones, lanzó a través de Instagram las semillas de una movilización en este municipio de unos 36.000 habitantes. En agosto se concentraron decenas de chavales en Tomelloso y solicitaron al Ayuntamiento la declaración de “emergencia climática”, una petición habitual del movimiento.

Fridays rurales

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
El efecto Greta no conoce fronteras y se ha trasladado de las capitales a los entornos rurales. Arriba, miembros de Juventud por el Clima de Tomelloso, un municipio agrícola de unos 36.000 habitantes en Ciudad Real. Los jóvenes posan sobre campos cosechados a las afueras de la localidad manchega. Hace unas semanas registraron en el Ayuntamiento una solicitud de declaración de emergencia climática, una de las iniciativas promovidas por Greta Thunberg. “Es inspirador que alguien tan pequeño pueda mover a tanta gente en el mundo”, dice Alicia Serna, de 20 años. Este colectivo también está elaborando un listado de propuestas concretas. Entre ellas, recuperar el mercado de abastos para poder comprar género local. “En las grandes superficies no podemos acceder a estos productos que están siendo cultivados a unos pocos kilómetros”, se queja Hugo Abad, de 19 años. Ximena y Sergio.

Adelaïde Charlier, una belga de 19 años, cabeza visible de las huelgas en Bruselas, ha marchado por la capital europea junto a Thunberg y ha sido recibida, entre otros, por el presidente francés, Emmanuel Macron. Le marcó el primer vídeo de Thunberg que vio en Facebook, ese en el que exhortaba a políticos, banqueros y empresarios del Foro Económico Mundial de Davos: “Nuestra casa está en llamas (…) quiero que entréis en pánico”, y les recordaba que, según el IPCC, el panel científico de la ONU que aglutina a más de 700 expertos en cambio climático, “nos quedan menos de 12 años para ser capaces de enmendar nuestros errores”. “¡Es tan potente lo que dice!”, cuenta al teléfono la belga. “Todas esas frases… Cuando las escuchas en una chica tan joven, quieres hacer lo mismo, unirte a ella, y piensas que todo el mundo debería hacerlo. Creo que este discurso cambió la mentalidad de los jóvenes. Ya éramos conscientes del problema, pero no veíamos la urgencia. Es importante darse cuenta de que es una crisis, una emergencia. Y la única fórmula para ser escuchados y presionar a los adultos es por medio de la huelga”.

El movimiento sigue extendiéndose. Este verano, 400 chavales de Fridays for Future de 38 países se juntaron en Lausana (Suiza) para tratar de encontrar puntos en común y coordinar acciones inminentes como la próxima huelga mundial por el clima del 27 de septiembre. En la declaración acordada en este encuentro, piden mantener el incremento de la temperatura global “por debajo de 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales”. Y lanzan un grito de alerta generacional: “El colapso de nuestra sociedad y nuestros ecosistemas se encuentra en el horizonte y el tiempo se agota. Lo que ocurra en los próximos meses y años determinará el aspecto de la humanidad en el futuro. Nuestra extinción colectiva es una posible consecuencia. (…) Nos hemos juntado en Lausana porque nos unen nuestros miedos comunes y los objetivos y porque el momento de actuar es ahora”.
Kelmy Martinez, suizo de 21 años, uno de los organizadores de la cumbre, cree que hay elementos comunes que definen su generación: “Nuestros padres crecieron en un mundo en el que todo iba bien; era el final de la Guerra Fría, la economía subía. Nosotros hemos visto otra cara. El 11-S, los atentados de Madrid y Londres, la crisis económica de 2008, la crisis de deuda de 2011”, enumera. “Hemos empezado a hacernos preguntas: ¿es esta la forma correcta de vivir y de hacer negocios? Y a darnos cuenta de que hay una crisis humana y medioambiental. De que algo falla en el sistema, porque esto no pasa en uno que funciona”. Y sobre la niña sueca y lo que supuso su aparición: “Greta llegó en un momento clave. La gente estaba lista para unirse y salir a la calle”.

Salto a México

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
Clara Martínez, Camila González, Jorge Martínez y Valeria Cruz, en un parque de Ciudad de México. Pertenecen al movimiento Fridays for Future de este país, uno de los más activos de América Latina, con presencia en 60 ciudades. Hector Guerrero.

Camila González, por ejemplo, no había ido a ninguna marcha en su vida, pero decidió sumarse a este movimiento gestado a casi 10.000 kilómetros de su hogar en Ciudad de México. Con 15 años, estaba harta de sentir que su opinión no contaba, y el hecho de que fuera una chica de su edad la que alzara la voz, añade, hizo que abriera los ojos. “Antes estaba mal visto que un niño reclamara a un adulto, pero se están invirtiendo los papeles”, afirma González, que se ha convertido en una de las participantes más activas de Fridays for Future en México. “Hoy, nuestra generación tiene la voz y el poder para mejorar las cosas”. Y las chicas esta vez han tomado el liderazgo. Hay unas tres mujeres por cada hombre en la coordinación mexicana del movimiento. “Es toda una revolución”, dice Clara Martínez, de 22 años, una de las organizadoras de la protesta mundial de marzo. Todo se preparó en menos de un mes, sobre la marcha, en chats de Whats­App, publicaciones de Instagram y videollamadas. “Mi corazón latía muy rápido, no sabíamos qué esperar”, recuerda Martínez emocionada.
La representación mexicana se ha afianzado como la más activa en Latinoamérica, con 220 actividades realizadas y presencia en 60 ciudades. Pero México no es Suecia e importar Fridays for Future implica reconocer una realidad muy diversa en este país en el que viven 52 millones de pobres, donde la corrupción ha permitido abusos atroces y la violencia se cobra decenas de miles de vidas al año; 21 ambientalistas fueron asesinados en 2018, según documenta el Centro Mexicano de Derecho Ambiental. América Latina es la región en la que resulta más letal defender el medio ambiente: en ella se producen más de la mitad de los homicidios contra activistas medioambientales en el mundo, advierte Global Witness.
El continente cuenta con una larga tradición de lucha por la defensa del clima, los ecosistemas, los recursos. De hecho, antes de que Greta fuera Greta, los más pequeños también plantaron cara a los adultos en Colombia con la intención de preservar el pulmón del mundo. En 2017, 25 niños y jóvenes presentaron en este país una acción jurídica colectiva —conocida como tutela— para proteger el Amazonas. Animados por DeJusticia, un centro de estudios jurídicos y sociales, plantearon un caso visionario: demandaron al Estado por no garantizar sus derechos a la vida y el medio ambiente en el futuro. Para sorpresa de todos, el año pasado la Corte Suprema de Justicia les dio la razón.

Pacto por la Amazonia

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
De izquierda a derecha y de arriba abajo, Yurshell Rodríguez, de 24 años; Aymara Cuevas, de 10; Laura Jiménez, de 23, y Pablo Cavanzo, de 14. Los cuatro forman parte de un grupo de 25 niños y jóvenes colombianos que, ante el avance de la deforestación de la Amazonia, plantearon en 2017 una acción jurídica colectiva contra el Estado exigiendo que garantice su derecho futuro a disfrutar del medio ambiente. La Corte Suprema de Justicia les dio la razón en esta demanda revolucionaria, ha exigido al Gobierno que construya “un pacto intergeneracional” y advierte del “perjuicio inminente y grave para todos los colombianos, para las generaciones presentes y futuras” si no se toman medidas para frenar la destrucción del pulmón del mundo. Tras la victoria, los demandantes se han convertido en símbolos de una juventud activa frente a la pasividad de los mayores. Pablo Cavanzo, uno de los más pequeños, explica sus motivos: “Los mayores no están abriendo los ojos. Somos nuestra generación peleándole a los adultos para que tomen decisiones razonables, pues cuando nosotros tengamos la posición para cambiarlo ya va a ser muy tarde. Estamos a tiempo”. Camilp Rozo.
Gracias a ellos, hoy la Amazonia colombiana es reconocida como sujeto de derechos; el Estado tiene la obligación de construir un “pacto intergeneracional”, y se le advierte al Gobierno que la deforestación provoca “un perjuicio inminente y grave para todos los colombianos, para las generaciones presentes y futuras, pues desboca incontroladamente la emisión de dióxido de carbono hacia la atmósfera”.
Los 25 demandantes, en mayor o menor grado, se han convertido en símbolos de la causa verde. La pequeña Aymara Cuevas, de 10 años, que vive en Itagüí, cerca de Medellín, es hoy la voz del comité ambiental de su colegio y se pone en primera fila de las marchas a las que asiste con otros niños. Yurshell Rodríguez, de 24, nació en medio del Caribe, en el archipiélago de San Andrés y Providencia. Hace unas semanas aseguraba ante más de 1.000 empresarios y académicos en una cumbre de sostenibilidad en un coliseo de Bogotá: “Los pronósticos dicen que en 2070, el 17% de mi isla va a estar cubierta de agua. Es decir, que las playas en las que he estado y, probablemente, mi cultura raizal [pueblo indígena de San Andrés] pueden desaparecer. No lo podemos permitir”. El huracán Greta llegó a Colombia para sumar fuerzas, según Laura Jiménez, de 23 años, otra de las demandantes: “Cuando Greta apareció entendimos que hay muchas formas de movilizarse. A mí, por ejemplo, no me gusta estar en primera línea, mi forma de manifestarme ha sido la tutela. En realidad, no importa si no eres un ambientalista puro. No necesitamos 100 activistas perfectos, sino que todos seamos activistas imperfectos conscientes de que cada uno desde su posición, en su hogar, puede hacer algo”.
Thunberg ha logrado que el discurso se vuelva sólido y homogéneo. Da igual el rincón del mundo, todos piden por igual que se escuche a los científicos y hablan con urgencia. “Este no es un problema del futuro. Ya estamos viviendo la emergencia climática”, sostiene, por ejemplo, la brasileña Nayara Almeida, de 21 años, que ha ayudado a promover en Río de Janeiro un grupo similar al de la sueca. Participaron en la huelga mundial del 15 de marzo; las protestas se extendieron a 24 urbes del país. “Organizamos todo en cuatro días, hablando con amigos y conocidos. Hoy, el movimiento tiene alrededor de 2.000 jóvenes en 50 ciudades”, cuenta Almeida. Son los días en los que arde la Amazonia y las agrupaciones de Fridays for Future de todo el globo convocan manifestaciones frente a las Embajadas brasileñas y la marea verde exhibe su capacidad de movilización en tiempo récord.

Las voces de Brasil

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
Miembros del movimiento Fridays for Future de Río de Janeiro (Brasil). De izquierda a derecha, Juliana de Araujo, de 23 años; Nayara Almeida, de 21; Ana Gil, de 24; Tua Frank, de 26, y Manu Amaral, de 24. En Brasil, el movimiento suma unas 2.000 personas. Y las retratadas explican por qué Greta ha sido clave en la creación de un movimiento global: “Su mensaje tiene mucho poder. Es la narrativa de toda la juventud del mundo”. Daniel Ramalho.
“Para 2050 el planeta va a ser inhabitable”, advierte una pancarta ante la legación de Brasil en Buenos Aires. Es 23 de agosto y viernes, por supuesto, el día en que se han promovido protestas en ciudades de medio mundo. Entre los congregados se encuentra Bruno Rodríguez, estudiante de Ciencias Políticas y Derecho de 18 años. Viste una camiseta de Jóvenes por el Clima, la agrupación a la que pertenece y a la que representa en la Cumbre de la Juventud sobre Acción Climática de Naciones Unidas (celebrada el 21 de septiembre en Nueva York). Del centenar de participantes becados por la ONU, 13 son latinoamericanos y Rodríguez el único argentino. “La idea es llevar una propuesta como región para que se entienda qué pasa en nuestros países”, responde.
Este encuentro juvenil precede al oficial, que empieza el lunes 23 de septiembre: la cumbre de Acción Climática de la ONU en Nueva York, el foro que motivó la odisea atlántica de Greta. La adolescente, por coherencia, evita el avión para reducir su huella de emisiones, de modo que para arribar a Manhattan navegó dos semanas en velero. La revista The Economist aprovechó la travesía para publicar un artículo titulado ‘El efecto Greta’, en el que se explicaba cómo desde su ascenso mediático en Suecia se ha extendido el flygskam: una palabra que resume la “vergüenza de volar” en avión y que, según la gráfica que ilustraba el escrito, ha provocado considerables descensos en el número de viajeros aéreos en su país.

Huelga climática en Buenos Aires

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
A la izquierda, Julieta Itzcovich, de 17 años, una de las decenas de jóvenes que salen a la calle en Buenos Aires (Argentina) cada viernes replicando las huelgas por el clima iniciadas en Suecia hace un año. “Somos la generación a la que más nos va a afectar”, dice. “Si no se hace nada, para 2030 vamos a llegar al punto de no retorno”. A la derecha, Bruno Rodríguez, de 18 años, cofundador de la organización Juventudes por el Clima de Buenos Aires y representante de Argentina en la Cumbre de la Juventud sobre Acción Climática de la ONU, celebrada el 21 de septiembre en Nueva York. Mariana Eliano.
El efecto Greta quizá explique en parte el resultado histórico de Los Verdes en las últimas elecciones europeas: los sondeos a pie de urna indicaron que los ecologistas fueron la primera opción para los jóvenes en Alemania, Austria y Francia. Pero no se trató solo de una chispa generacional. Una encuesta poselectoral del Parlamento Europeo reflejó que “combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente” fue la principal motivación para ir a votar en siete países: Dinamarca, Suecia, Holanda, Alemania, Luxemburgo, Austria y Francia. Y en un año ha pasado de ser la quinta a la segunda preocupación ciudadana en la UE.
El concepto Fridays for Future ya no es una cuestión juvenil. Se ha extendido a todo tipo de colectivos. Según Miriam Leirós, una maestra de 42 años que encabeza Teachers for Future (profesores por el futuro) en España, el movimiento le ha provocado “esperanza y vergüenza” a partes iguales: “Esperanza porque ves que las generaciones no están dormidas y son capaces de luchar. Y vergüenza porque han tenido que ser los jóvenes quienes vengan a tirarnos de las orejas”.

Cambio y esperanza en Madrid

Generación Greta. Así son los jóvenes que han dicho basta a la destrucción del planeta
Un grupo del movimiento Fridays for Future de Madrid, inspirado en las huelgas de los viernes por el clima de Greta Thunberg. De pie, empezando por la izquierda: Manuela Martín, de 16 años; Matías Spatz, de 17; José Ferreras, de 23, y Koro López de Uralde, de 23. Sentados, Alejandro Martínez, de 25; Marta Macías, de 20, y Pablo Sallabera, de 23. Los siete posan el día de la protesta convocada a finales de agosto frente a la Embajada de Brasil en Madrid para denunciar la quema descontrolada de la Amazonia. Martín, la más joven, cuenta que es “relativamente nueva” en el movimiento. “Me metí de cabeza en cuanto lo conocí, me pareció algo muy necesario y llevo cuatro meses dándolo todo”. Ferreras, representante de Madrid en el ámbito estatal, añade: “Lo esencial es la esperanza en que puede haber un cambio. Somos muchísimas personas y esto va creciendo”. Macías reflexiona sobre su impacto: “Gracias a la difusión de lo que hacemos, estamos poniendo el tema del cambio climático, de la emergencia climática, en el orden del día”. Ximena y Sergio.
A mediodía del 23 de agosto, en el centro de Madrid, jóvenes activistas preparan ese tirón de orejas a un paso de la Embajada brasileña. Saúl Flores, poeta y estudiante universitario, instruye a un grupo de novatos en el arte del die-in, algo así como una muerte simulada que deja al manifestante tirado en la calle, obstaculizando de forma pacífica las labores de la policía. Esta defunción se ha convertido en una de las señas de identidad de Extinction Rebellion, otro movimiento ecologista nacido en Londres en 2018. No tan juvenil. Y de métodos más contundentes: en abril paralizaron el centro de la capital británica durante días y más de 1.000 activistas fueron detenidos. En Madrid han comenzado a organizar talleres de introducción a la desobediencia civil, en los que, entre otras cosas, uno juega a tumbarse en el suelo mientras el compañero, a modo de policía, trata de voltearlo.
“¡Rebelión o extinción!”, corean los convocados ante la Embajada. Tres adolescentes acuden a la llamada, se sientan y se aprenden himnos con ojos encendidos; en ellos se intuye el romanticismo de las primeras manifestaciones. “¡No es fuego, es capitalismo!”, exclaman. Una mujer ha acudido con sus hijas, de 12 y 16 años. “Greta es un modelo a seguir, una persona muy valiente”, dicen las niñas. Y la progenitora: “Soy fan absoluta. Pero me da miedo lo que la sobreexposición mediática le puede acarrear”.
Al día siguiente, en el Centro Social Okupado La Ingobernable, convertido en cuartel general de los activistas por el clima, se reúnen en asamblea un nutrido grupo de Fridays for Future de Madrid. No permiten el acceso, pero en el receso para la comida (de táper) varios de ellos acceden a ser entrevistados en un aula presidida por el grafiti de un inmenso ratón Mickey con ojos de haber ingerido LSD. Despliegan sobre la mesa gazpacho, ensalada de garbanzos, pasta con verduras. Todos se están esforzando en cambiar su estilo de vida.

Alejandro Martínez, de 25 años, explica por qué cree que han sido los más jóvenes quienes se han rebelado: “Hasta ahora, los mensajes de las generaciones anteriores siempre eran esperanzadores. Pero la emergencia climática es real. Según el IPCC, tenemos solo 10 años para evitar que la temperatura global ascienda por encima de 1,5 grados. Hemos crecido siendo conscientes del peligro y viendo cómo no se hacía nada”. Koro López de Uralde, de 23 años, y curtida en ecologismo desde la cuna (es hija del líder de Equo y exdirector de Greenpeace España Juantxo López de Uralde), añade: “Había mucha gente a la que este tema le preocupaba, pero no sabía cómo aportar. Ha sido una manera de canalizar toda esa energía”. Y Manuela Martín, que con 16 años es la más joven y comparte edad con la niña que lo empezó todo, resume ese sentimiento generacional en una palabra: “Rabia”.

Experiencias Adversas en la Infancia desde el año 1994 al 2017.

Mapeo bibliométrico de la literatura científica en la Web of Science.

Maribel Vega-Arce,Universidad Católica del Maule.Chile,
Gastón Núñez-Ulloa, Escuela de Lenguaje S. Clemente.Chile, 
nº 29(1):73-88 · January 2018.



Este estudio analiza la evolución de la estructura conceptual en el campo de las Experiencias Adversas en la Infancia desde el año 1994 al 2017, así como la productividad y la calidad alcanzada en seis períodos, y particularmente en la fase actual. Para esto, se realizó un mapeo bibliométrico basado en los artículos científicos referidos al área, indexados en la colección principal de la Web of Science. 
Mediante el análisis de términos se construyeron redes en un marco longitudinal, lo que permitió la identificación de temas principales y los nexos entre estos. Los resultados obtenidos permiten concluir que las Experiencias Adversas en la Infancia son un dominio de estudio relativamente nuevo, con un aumento sostenido en el volumen de artículos desde el período 1998-2001 al 2017 y un impacto creciente desde el año 1998 al 2013. 
El aumento en el volumen y el impacto de las publicaciones se relaciona con la progresiva complejización temática del campo, el cual evoluciona como conjunto y ha adquirido estabilidad en el período 1998-2001. 
En la actualidad, el área cuenta con un importante volumen de producción e impacto concentrado en sus temas motores (Experiencias Adversas en la Infancia, Factores de Riesgo y Violencia). Salud Física figura como principal núcleo del área básica y transversal, mientras que Disparidades Racial-Étnicas constituyen un tema principal desarrollado, pero aislado. Será necesario esperar a constatar la evolución del campo para asegurar si Resiliencia, y Embarazo y Posparto emergen para consolidarse como núcleos, o pierden su capacidad para aglutinar a otros nodos del área.
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CONSIDERACIONES FINALES 
Los resultados obtenidos permiten comprender la evolución de la estructura conceptual del área EAI a lo largo de los 24 años en los cuales existen artículos indexados en la Web of Science que cumplen con los criterios de inclusión, así como la producción y calidad de estas publicaciones, particularmente en lo referido al período 2014-2017.

La producción en el área confirma que es un dominio de estudio relativamente nuevo, 
cuyos primeros documentos datan del año 1994. En forma marcadamente ascendente, el volumen de artículos aumenta en cada período, lo cual se acentúa en el 2014-2017. El impacto de las publicaciones evidencia un cambio en la repercusión de los artículos publicados en 1994-1997 y los de 1998-2001. Al respecto, puede afirmarse que el texto de Felitti y otros  es el artículo seminal que marca la dinamización del área gracias al número de citas recibidas. 
El aumento en el volumen e impacto de las publicaciones se relaciona con la progresiva complejización temática del campo, el cual aún varía en su conformación entre períodos. La red conceptual conecta los principales 20 temas presentes en los 6 periodos estudiados, de modo tal que son parte de la misma área que evoluciona como conjunto y que ha adquirido  estabilidad desde 1998-2001. 
En el período 2014-2017, el área cuenta con un importante volumen de producción e impacto concentrado en sus temas motores EAI, Factores de Riesgo y Violencia. En este último período, por primera vez el área adquiere como principal tema motor un núcleo etiquetado igual que el dominio científico en estudio (EAI). El que este tema sea la evolución directa del núcleo Maltrato, que concentró la mayor centralidad y densidad entre los años 1998 y 2013, se explica conceptualmente porque las EAI contienen y amplían su delimitación. En la actualidad, el núcleo Salud Física figura como principal tema del área básica y transversal; mientras que Disparidades Racial-Étnicas es un tema principal desarrollado, pero aislado. Será necesario esperar a constatar la evolución en el
período 2018-2021 para asegurar si los temas Resiliencia y Embarazo y Posparto emergen para consolidarse como núcleos, o pierden su capacidad para aglutinar a otros nodos del área.

En conclusión, las EAI emergen como un área científica reciente y en proceso de 
desarrollo, que ha ido evolucionando a través de diferentes temas principales que se han ido complejizando a lo largo del tiempo, a la vez que suman mayor volumen de 
producción desde el período 1998-2001 a la actualidad y un impacto sostenido desde 1998 al 2013. Esto permite observar el panorama de un dominio que invita a comprender la adversidad temprana desde un modelo de ecobiodesarrollo  en el que la persona, a través de su trayectoria vital, acopla su desarrollo físico, mental y relacional, con el contexto donde está situado.

Por último, es necesario señalar las limitaciones de este trabajo. A este respecto, 
debemos indicar que la extracción de datos excluye los artículos que no están en la WoS, la cual es una plataforma eminentemente conformada por revistas de América del Norte y Europa Occidental; de igual modo, no considera otros tipos de publicaciones que podrían ser de relevancia, como capítulos de libro y revisiones; e integra artículos solo hasta octubre del año 2017, lo cual afecta los indicadores del último tramo temporal. Finalmente, el análisis realizado no examina en profundidad el contenido de los artículos, lo cual podría ayudar a una mejor comprensión de los patrones observados, especialmente aquellos referidos al impacto. Investigaciones futuras pueden abordar estas limitaciones y ampliar este estudio al integrar el análisis de la estructura social o intelectual del área, mediante el análisis de coautorías o de las referencias utilizadas, respectivamente; o incluir los artículos de otros catálogos para ilustrar el escenario internacional y/o regional respecto de este dominio científico de relevancia para la salud pública.




Una carta abierta a los niños del mundo: "Queridos niños de hoy y de mañana,

Ocho razones por las que siento preocupación, 
pero también esperanza, por la próxima generación.


UNICEF,

Henrietta H. Fore,Directora Ejecutiva de UNICEF.

Queridos niños de hoy y de mañana,

Hace 30 años, cuando el orden mundial se encontraba en un flujo de cambio constante –la caída del muro de Berlín, el declive del apartheid, la creación de la Red Informática Mundial– el mundo se unió en defensa de los niños y de la infancia. Si bien la mayoría de los padres y madres del mundo de entonces habían crecido bajo dictaduras o gobiernos fallidos, esperaban que sus hijos disfrutaran de una vida mejor, de mayores oportunidades y de un mayor número de derechos. Por lo tanto, cuando los dirigentes de numerosos países se reunieron en 1989, en un momento de rara unidad mundial, para contraer un compromiso histórico con los niños del mundo destinado a proteger y hacer realidad sus derechos, surgió un verdadero sentimiento de esperanza para la próxima generación
.
¿Cuánto hemos progresado? En las tres décadas posteriores a la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño hemos conseguido reducir el número de niños que no asisten a la escuela primaria en casi un 40%, a pesar de la explosión demográfica mundial. El número de niños menores de cinco años con retraso en el crecimiento disminuyó en más de 100 millones. Hace tres décadas, la poliomielitis paralizaba o mataba a casi 1.000 niños todos los días. Hoy en día, se han eliminado el 99% de esos casos. Muchas de las invenciones que han hecho posible estos progresos –como las vacunas, las sales de rehidratación oral y una mejor nutrición– han demostrado que no solo eran prácticas sino que también eran rentables. El auge de la tecnología digital y móvil, y otras innovaciones, han facilitado y aumentado la eficiencia en la prestación de servicios esenciales en comunidades de difícil acceso, y la ampliación de las oportunidades.
“Ocho razones por las que estoy preocupada por su futuro, y ocho razones por las que creo que hay esperanzas.”
Sin embargo, la pobreza, la desigualdad, la discriminación y la distancia siguen impidiendo que millones de niños disfruten cada año de sus derechos, ya que 15.000 niños menores de cinco años siguen muriendo todos los días, en su mayoría debido a enfermedades que se pueden tratar y a otras causas evitables. Estamos haciendo frente a un aumento alarmante del número de niños con sobrepeso, pero también de niñas que sufren anemia. Los persistentes problemas que presenta la defecación al aire libre y el matrimonio infantil siguen amenazando la salud y el futuro de los niños. Aunque el número de niños escolarizados es más alto que nunca, el desafío que supone lograr una educación de calidad no se ha conseguido superar aún. Estar en la escuela no es lo mismo que aprender; más del 60% de los alumnos de las escuelas primarias de los países en desarrollo todavía no alcanzan un nivel mínimo de competencia en el aprendizaje, y la mitad de los adolescentes del mundo hacen frente a la violencia en la escuela y no consideran la escuela como un lugar seguro. Los conflictos siguen privando a los niños de la protección, la salud y el futuro que merecen. La lista de problemas actuales en materia de derechos del niño es considerable.


Y la generación de todos ustedes, los niños de hoy, confronta una nueva serie de desafíos y cambios mundiales que eran inimaginables para sus progenitores. Nuestro clima está cambiando de manera irreconocible. La desigualdad se está agravando. La tecnología está transformando la forma en que percibimos el mundo. Y el número de familias que tienen que emigrar es mayor que nunca. La infancia ha cambiado, y nosotros necesitamos cambiar nuestros planteamientos con respecto a ella.

Así que, al contemplar los 30 años transcurridos desde la Convención sobre los derechos del Niño, nosotros también deberíamos mirar hacia adelante, hacia los próximos 30 años. Debemos escucharlos a todos ustedes –a los niños y los jóvenes de hoy– sobre las cuestiones que más les preocupan y empezar a trabajar con ustedes para encontrar soluciones del siglo XXI a los problemas del siglo XXI.
Con todas estas cuestiones en mente, quisiera describir las ocho razones por las que estoy preocupada por su futuro, y las ocho razones por las que creo que hay esperanzas:

La crisis climática, según UNICEF, entre las mayores amenazas para Niños, Niñas y Adolescentes.


18 September 2019.

Protracted conflicts, the worsening climate crisis, a rising level of mental illness among young people, and online misinformation are some of the most concerning emerging global threats to children, UNICEF said today in an open letter issued by the organization’s Executive Director Henrietta Fore.
In addition to existing threats to young people, such as access to education, poverty, inequality and discrimination, the inaugural letter warns of emerging threats to children’s rights, and outlines a path to stepping up efforts to address them. The letter is being issued as part of UNICEF’s commemoration of the 30th anniversary of the Convention on the Rights of the Child – the world’s most widely ratified human rights treaty.
“And your generation, the children of today, are facing a new set of challenges and global shifts that were unimaginable to your parents,” writes Fore. “Our climate is changing beyond recognition. Inequality is deepening. Technology is transforming how we perceive the world. And more families are migrating than ever before. Childhood has changed, and we need to change our approaches along with it.”
The letter outlines eight growing challenges for the world’s children: prolonged conflicts; pollution and the climate crisis; a decline in mental health; mass migration and population movements; statelessness; future skills for future work; data rights and online privacy; and online misinformation.
On conflict, the letter notes that the number of countries experiencing conflict is the highest it has been since the adoption of the Child Rights Convention in 1989, with one in four children living in countries affected by violent fighting or disaster.
On climate change, the letter warns that children are already having to contend with rampant destruction to the planet and a global climate crisis that has the potential to undermine most of the gains made in child survival and development over the past 30 years. The rise in extreme weather patterns and toxic air, prolonged drought and flash floods are all part of this crisis, and are disproportionately affecting the poorest, most vulnerable children.
UNICEF is working to mitigate the impact of the climate crisis in countries across the world. For example, in Ethiopia, UNICEF has pioneered new technology to map groundwater, and is developing solutions for chronically water-scarce communities. In Malawi, UNICEF has developed a long-lasting, eco-friendly system using solar power to improve access to clean water for communities. Yet more must be done to slow down climate change altogether.
“Governments and business must work hand in hand to reduce fossil fuel consumption, develop cleaner agricultural, industrial and transport systems and invest in scaling renewable energy sources,” writes Fore.
The letter also expresses concern that the majority of children will grow up as natives of a digital environment saturated with online misinformation. For example, so-called ‘deep fake’ technology uses artificial intelligence techniques to create convincing fakes of audio and video content, relatively easily. The letter warns that an online environment where truth can become indistinguishable from fiction has the potential to totally undermine trust in institutions and information sources, and has been demonstrated to skew democratic debate, voter intentions, and sow doubt about other ethnic, religious or social groups.
The letter warns that online misinformation is already leaving children vulnerable to grooming, abuse, and other forms of exploitation; skewing democratic debate; and, in some communities, even prompting resurgence in deadly diseases due to distrust in vaccines fueled by online misinformation – the results of which could be the creation of an entire generation of citizens who do not trust anything. To respond to this challenge, UNICEF has been piloting media literacy programme, such as the Young Reporters programme in Montenegro, aimed at teaching young people about spotting misinformation online, how to fact check online content, and the roles and techniques of responsible journalism.
“We can no longer rest on the naïve assurance that truth has an innate upper hand against falsehood in the digital era, and so we must, as societies, build resilience against the daily deluge of falsity online,” writes Fore. “We should start by equipping young people with the ability to understand who and what they can trust online, so they can become active, engaged citizens.”
On mental health, the letter cautions that mental illness among adolescents has been on the rise in the years since the adoption of the CRC, and that depression is now among the leading causes of disability in the young. The letter urges that appropriate promotion, prevention and therapeutic treatment and rehabilitation for children and young people affected by mental health issues be prioritized, and that the stigma and taboo surrounding mental illness be challenged so that treatment can be sought and support provided.
Finally, the letter recognizes that children and young people have already created movements across the world in search of solutions to overcome the challenges they – and their peers – face, and calls for world leaders to follow their lead.
“Children and young people of today are taking the lead on demanding urgent action, and empowering yourselves to learn about, and shape the world around you,” writes Fore. “You are taking a stand now, and we are listening.”