https://cms.aldeasinfantiles.es/uploads/2022/10/resumen-ejecutivo-los-retos-del-acogimiento-residencial.pdf
En contra de lo establecido en la Ley, que recomienda priorizar el acogimiento en familia, el residencial continúa siendo el modelo de protección más extendido en España, habiendo experimentado en los últimos años una tendencia alcista, especialmente en la población masculina, que se explica solo en parte por el aumento de la llegada de niños y adolescentes migrantes no acompañados. En dicho aumento también influyen las dificultades para encontrar familias acogedoras para niños y niñas con edades cercanas a la adolescencia y para grupos de hermanos, así como la aparición de nuevos perfiles de niños, niñas y adolescentes que presentan un daño emocional producido por las situaciones vividas que se manifiesta en problemas de conducta.
Según explica Aldeas Infantiles SOS, materializar los mejores intereses de los niños, niñas y adolescentes implica tener en cuenta su opinión en la toma de decisiones que les afectan y que estas
prioricen actuaciones encaminadas a la preservación familiar y a evitar la ruptura de vínculos con su
entorno. Si la separación se produce, es trascendental que mantengan la relación con sus familias
biológicas y que no se separe a los hermanos dentro del sistema de protección.
Sin embargo, tal y como se desprende de la investigación realizada por el Grupo de Sociología de la
Infancia y la Adolescencia (GSIA) para Aldeas, no solo no se tiene en cuenta la opinión del niño, niña
o adolescente para determinar lo que es mejor para él o ella, sino que a menudo los interesados desconocen el tiempo que durará la medida de protección y son víctimas de largos tiempos de espera
y de la cronificación de unos plazos que se pueden extender hasta la mayoría de edad. Esta
incertidumbre les genera una falta de estabilidad.
Asimismo, su recorrido por el sistema de protección no está determinado por las necesidades individuales que presentan, sino por elementos de tipo estructural como la disponibilidad de plazas, la
edad, las competencias del personal o si se acogen varios hermanos. La gestión del vínculo emocional que el niño, niña o adolescente deberá reconstruir queda supeditada, por tanto, a aspectos organizativos y de gestión de recursos.
La desvinculación familiar lleva al niño, niña o adolescente al desarraigo, lo que afecta a la construcción de su identidad y a su autoestima. La separación de hermanos en acogimiento se da, tiene que ver con la falta de recursos y contribuye a debilitar sus redes sociales básicas. El informe afirma, asimismo, que el sistema favorece la segregación por edad, ya que dependiendo de esta se accede a una modalidad de acogimiento u otra.
Para Aldeas Infantiles SOS, el resultado de todo lo expuesto, unido a la discriminación que produce el
desconocimiento que buena parte de la sociedad tiene del sistema de protección, lleva a la anonimización de los niños, niñas y adolescentes en acogimiento residencial.
El niño, niña o adolescente como sujeto de derechos
Todas las recomendaciones de Aldeas Infantiles SOS para transformar el acogimiento residencial parten de la consideración del niño, niña o adolescente como sujeto de derechos, no como objeto de intervención.
Entre las medidas que propone la organización para para avanzar hacia un modelo que garantice el
bienestar de los niños, niñas y adolescentes privados del cuidado parental, se encuentran las siguientes:
1. En la toma de decisiones, permitir que los niños, niñas o adolescentes participen en la determinación de sus mejores intereses, comunicarles las medidas, impedir las demoras en los plazos y favorecer los aspectos relacionales sobre los estructurales.
2. Promover la creación de vínculos afectivos sólidos y duraderos, fortaleciendo sus redes sociales básicas, impidiendo la separación de hermanos, facilitando el vínculo con la familia biológica y evitando la segregación por edad.
3. Ayudarles a construir su historia de vida, promover el arraigo e impedir la anonimización.
4. Limitar en lo máximo posible la frecuencia en la rotación de personal, sobre todo los educadores sociales.
5. Terminar con el estigma social realizando campañas de sensibilización y abriendo los centros a la comunidad.
Aldeas Infantiles SOS proporciona distintas opciones de cuidado alternativo de calidad a 1.250 niños,
niñas y adolescentes en nuestro país: 401 en ocho Aldeas Infantiles SOS; 65 en cinco Residencias
de Jóvenes y 1 piso para Adolescentes Migrantes; 738 en ocho Programas de Apoyo al Acogimiento
en Familia y 46 en un Programa de Primera Acogida y Valoración.
El modelo de acogimiento residencial de Aldeas Infantiles SOS es de carácter familiar. Los niños,
niñas y adolescentes reciben una atención personalizada, lo cual es posible porque viven en hogares
en los que hay grupos muy reducidos, donde los hermanos permanecen juntos independientemente
de su edad, y cuentan con figuras de referencia estables, que son esenciales para que generen
vínculos afectivos fuertes y, a su vez, para que desarrollen un sentido de pertenencia y sepan que
tienen personas que les van a apoyar de forma incondicional. El acompañamiento que reciben es
continuado y se extiende más allá de la mayoría de edad. Aldeas favorece su integración en la
comunidad y la relación con su familia biológica.
Sobre Aldeas Infantiles SOS
Aldeas Infantiles SOS está presente en España desde 1967. Forma parte de una Federación Internacional
fundada en 1949 en Austria, con presencia en 138 países (SOS Children’s Villages). En 2016 fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
Su misión es garantizar el derecho de todos los niños y las niñas a crecer en familia: en un hogar en el que se sientan queridos, protegidos y seguros. Para lograrlo, acompaña a las familias que están pasando por dificultades y fortalece sus capacidades para que puedan cuidar mejor de sus hijos, y ofrece un nuevo hogar a los niños y niñas que no pueden vivir con sus padres, bajo el cariño y la protección de personas de referencia estables y garantizando el principio de no separación de hermanos. Un acompañamiento que continúa más allá de la mayoría de edad, hasta la plena integración de los jóvenes en la sociedad. Su objetivo es asegurar que cada niño, niña, adolescente y joven crece con los vínculos afectivos que necesita para convertirse en la mejor versión de sí mismo.
Equipo de GSIA que se ha encargado de la investigación y realización del Informe:
.- Paco Mielgo García, socio de la Asociación GSIA, Diplomado en Trabajo Social en la UGR. Especialista en Mediación Familiar y Civil. Profesional especializado en intervención socio-familiar con infancia en riesgo social en la Asociación IMERIS de Granada. Dentro de este organismo es promotor de técnicas de supervisión de la intervención profesional, con el objetivo de reflexionar sobre los modelos de intervención con infancia, establecer sinergias de trabajo en red y combatir el estrés laboral (burn out) de profesionales de la intervención socio-educativa. Profesor asociado en la UGR en Facultad de Trabajo Social y docente en asignatura “Intervención social con menores conflictivos” en Master “Criminalidad e intervención social con menores” de la Facultad de Derecho.
.- Kepa Paul Larrañaga Martínez, socio de la Asociación GSIA, Ethógrafo. Interesado en el análisis del uso de las Redes Sociales de Internet por los niños, niñas y adolescentes. Implementa sus líneas de investigación para el avance y consolidación de los derechos de los niños y las niñas. Autor de la guía sobre el uso adecuado de Internet por adolescentes editada por Thomson Reuters “Atención Mamás y Papás”. Coordinador del “Diccionario de Política e Intervención Social sobre Infancia y Adolescencia” coeditado por SENAME y Thomson Reuters-Aranzadi, y del libro coeditado por UNED, Ministerio de Justicia y Thomson Reuters Aranzadi: “Menores e Internet”.