Vencimiento del Call for Papers, Volumen 6(1), Rev. Sociedad e Infancias, día 15 de Febrero.

 Bajo el Tema: CRISIS CLIMÁTICA Y PRIMERA INFANCIA
Vence el plazo del Call for Papers, Volumen 6(1), 
Revista Sociedad e Infancias, día 15 de Febrero. 

Recordamos que en esa fecha vencerá el plazo de recepción de los trabajos  para el primer número de la revista de 2022 dedicado al tema:  CRISIS CLIMÁTICA Y PRIMERA INFANCIA

Por lo tanto, la fecha límite para el envío de contribuciones es el próximo 15 de febrero de 2022. 
Pueden consultar las normas para el envío de trabajos: https://revistas.ucm.es/index.php/SOCI/about/submissions
Se aceptarán contribuciones escritas tanto en español como en portugués. 
Forma de envío: registro en la página web de la revista http://revistas.ucm.es/index.php/SOCI  
Contacto: Secretaría de la Revista:  sociedadeinfancia@ucm.es 







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Pensar de otra forma sobre la infancia migrante.

Los movimientos migratorios de niñas, niños y adolescentes vienen siendo una constante desde hace décadas, y lo seguirán siendo en el futuro de la Unión Europea y también de España. 
De ahí la necesidad de dejar de negar una realidad que debe ser abordada de forma planificada, con previsión de recursos y ofreciendo respuestas que tengan en cuenta las causas globales que están detrás del hecho de que hay una infancia en movimiento a la que se debe dar protección desde los Estados de conformidad a lo que establecen los instrumentos internacionales, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y, por supuesto, la Convención de los Derechos del Niño y sus protocolos facultativos.

Violeta Assiego Cruz*,
F.Ortega y Gasset/Gregorio Marañón.

Es fundamental que la mirada sobre las personas menores de edad en movimiento, al igual que para las personas adultas, parta del respeto a su integridad y dignidad. Es necesario que prime en las respuestas y las políticas el enfoque de “seguridad humana” y el interés superior del menor sobre el enfoque de “seguridad nacional” que interpreta la migración como una amenaza a la seguridad y/o a los derechos de la ciudadanía residente.

Las propuestas políticas migratorias deben reforzar y garantizar un modelo que sitúe en el centro de atención y la protección a los derechos de las personas menores de edad a través de estrategias institucionales y respuestas multisectoriales que garanticen que son tratados como niños y como niñas, que cualquier en decisión que se tome sobre la vida de estas personas debe primar su interés superior priorizando su condición de niño/a-adolescente por encima de la condición de migrante.

El primer problema que nos encontramos cuando hablamos de infancia migrante es la total ausencia de esa perspectiva de infancia en el análisis de los movimientos migratorios Una ausencia total de cómo afectan estas situaciones a las niñas y niños. El adultocentrismo y la deshumanización en el uso de un lenguaje impersonal y estigmatizante -por ejemplo, el uso de acrónimos como MENA (menores extranjeros no acompañados) o NNA (niños, niñas y adolescentes)- evita tratar a las niñas y niños como personas en específico, a conocer sus historias de vida y, por supuesto, a comprender la especificidad que ha dado origen a que tengan que salir de su casa, su familia, su comunidad y su país.

España tiene la obligación de proteger a cada niño, niña y adolescente que se encuentre en su territorio, independientemente de cual sea su situación migratoria o el modo en que haya entrado a ese territorio. El principio de partida de toda actuación de identificación, acogida, atención y protección de la infancia, e incluso de repatriación, debe ser su interés superior, es su determinación la que debe guiar la sucesiva toma de decisiones, incluida la adopción de la solución duradera más apropiada para la niña, niño o adolescente migrante.

Sin embargo, en nuestro país, existe una preocupante y creciente “ideologización de la migración” que busca agitar un discurso anti-migrante y xenófobo que, usando a los más vulnerables dentro de la categoría de infancia migrante (las niñas y niños migran solos), quiere dividir a la población, avivar un problema identitario que la señala como una amenaza y obtener un rédito político a costa de esta weaponization de la migración. Sin embargo, muy lejos de protagonizar las tasas de criminalidad, la infancia migrante, tanto de forma individual como sus familias cuando viven en España, encabezan las tasas de precariedad, pobreza, desigualdad y vulneraciones de derechos.

En consecuencia, las propuestas de políticas públicas para la infancia migrante deben tomar tres direcciones. 

Por un lado, comprender que la solución a la migración no está en las fronteras, que no se puede dejar solos a los territorios que hacen de frontera sur de Europa (Ceuta, Canarias, Melilla y Andalucía), que se necesita una respuesta de Estado que ofrezca una solución colectiva basada en derechos que atienda de forma integral a la infancia en movimiento. 

Por otro, urgir a una regularización dirigida específicamente a aquellas familias encabezadas por personas migrantes sin papeles con hijas e hijos de manera que puedan eliminarse los obstáculos administrativos, económicos y educativos que interfieren en el acceso de estos a derechos que, en España, deben garantizarse de forma universal a toda la infancia sin distinción alguna. 

Y, por último, políticas que doten de recursos que sean capaces de atender de forma individualizada las diferentes situaciones y eviten los cuellos de botella. En definitiva, políticas que potencien un cambio en la forma en cómo pensamos en la migración en general y, de forma muy concreta, en cómo atendemos a la infancia migrante, esa que requiere especial cuidado porque el factor migrante la hace más frágil y vulnerable, nunca más sospechosa y amenazante.

Accede al vídeo conferencia 18 enero.



*Violeta Assiego Cruz es abogada, investigadora, escritora y activista en vulnerabilidad social y derechos humanos.


Codimg y la cámara Gesell: Optimiza los informes forenses en el proyecto piloto del Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia.

El Magistrado Tomás Martín y la psicóloga forense Mónica Rincón explican
cómo trabajan con la cámara Gesell y la tecnología de Codimg,
dentro del proyecto piloto del Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia, 

Codimg Video Analysis

Acceder al vídeo



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Manual para la atención a situaciones de Maltrato Infantil.

Gancedo Baranda A, editor
Editorial Grupo 2 Comunicación Médica; 2021
D.L.: 09/240051.9/21
ISBN: 978-84-123334-0-4 


Prólogo
Es un privilegio poder prologar esta 2.ª edición del Manual para la atención a situaciones de maltrato infantil. Este manual ha sido elaborado por el Grupo de Trabajo de Atención al Maltrato Infantil de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) y creo contribuirá a la mejora en el diagnóstico y manejo de los niños víctimas de maltrato, en los Servicios de Urgencia de nuestro país.

El maltrato infantil (MTI) está muy presente en nuestra sociedad y genera siempre sufrimiento, en ocasiones lesiones de gravedad, e incluso muertes, y muchas veces secuelas de por vida. Sus diferentes formas de presentación, muchas veces sutiles, hacen difícil su diagnóstico, por lo que es preciso mantener un alto índice de sospecha y disponer de recursos que faciliten su manejo. La protocolización del proceso para establecer la sospecha de maltrato, y las actuaciones a llevar a cabo, es una de las claves para ofrecer una atención adecuada a los niños que consultan en cualquier ámbito sanitario y más concretamente en urgencias. 
En los Servicios de Urgencia muchas veces no disponemos de la suficiente información sobre la salud global del niño y de su entorno social, pero sí de los medios para el diagnóstico e inicio de los trámites que garanticen la protección de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Por este motivo, es preciso contar con documentos que  faciliten la identificación de los casos sospechosos y el manejo global del maltrato infantil, adaptados al ámbito de urgencias. 

Esta nueva versión aborda los diferentes tipos de maltrato, pero añade nuevas formas como la violencia
de género en adolescentes y la vinculada a las nuevas tecnologías.
También detalla cómo realizar y registrar los datos de una adecuada historia y exploración física,  la redacción de informes y comunicación de los casos, además de otros muchos aspectos, como la normativa legal, la prevención, el autocuidado de los profesionales que atienden estos casos, etc. 
En definitiva, aporta un documento de referencia para los profesionales que atienden las urgencias pediátricas. 

Por último, y no por esto de menor importancia, agradecer a los miembros del Grupo de Trabajo de Atención al Maltrato Infantil de SEUP la labor desarrollada, no solo por la elaboración de este manual,
sino también por la labor de investigación y docencia que viene desarrollando
todos estos años.

Deseo que esta obra tenga una gran difusión, ya que estoy seguro contribuirá a incrementar la detección
del maltrato en urgencias y facilitará las complejas gestiones que en ocasiones es preciso realizar en estas situaciones. 

Dr. Javier Benito Fernández
Jefe de Servicio de Urgencias de Pediatría - Hospital Universitario Cruces
Profesor Asociado del Departamento de Pediatría
de la Universidad del País Vasco (UPV)
Presidente de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP)

Gancedo Baranda A, editor. Manual para la atención a situaciones de Maltrato Infantil.
Editorial Grupo 2 Comunicación Médica; 2021
D.L.: 09/240051.9/21
ISBN: 978-84-123334-0-4 


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¿Y si enseñamos a gestionar el fracaso, la frustración y el éxito?.

Toda la enseñanza debería ser como la educación infantil.
Atribuyen al escritor Charles Dickens la siguiente sentencia: 
«Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender»
Sin embargo, los fracasos habitualmente se esconden porque suelen estigmatizar. 
Esta forma de actuar obedece a muchos factores, que van desde ser una cuestión cultural, 
a un rasgo de debilidad tanto individual como colectiva.
La escuela, en todas sus etapas, debe abordar con decisión la educación 
en la gestión del éxito y el fracaso personal, y de los escenarios de frustración y de egocentrismo. 
La familia, es decir, la sociedad, también


Sea cual sea el motivo para ocultar una situación de fracaso, lo importante es que actuando así no se consigue normalmente aprender nada de esa vivencia. Si volvemos a las citas, nadie podrá afirmar que desconoce esa de «el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra». Y esto casi siempre es consecuencia de no asumir el fracaso para poder aprender, reflexionando para ello con calma y sinceridad interna.

En la vida, nuestros jóvenes fracasarán muchas veces y lograrán el éxito en pocas, como le ha ocurrido a sus mayores. No obstante, orientamos la enseñanza a castigar el fracaso y le cerramos fácilmente las vías de progreso a quienes tropiezan en algún momento. Es consecuencia de un modelo basado en evaluaciones sumativas y no en modelos formativos. Se trata de acumular aprobados mucho más que de ayudar a descubrir las carencias que están detrás de cada «suspenso». Y con esta forma de enseñar no sólo desperdiciamos el gran potencial que tiene cada persona sino que engañamos a la inmensa mayoría porque acaban asumiendo que se trata de no fracasar y eso, obviamente, lleva aparejado que piensen que es mejor no hacer, no arriesgarse, no probar. Les enseñamos a autocensurarse.

Es más, en demasiadas ocasiones hemos escuchado como padres y madres mensajes de los docentes como “pregunta demasiado e interrumpe la clase”. Y seamos sinceros, tampoco son muchos los padres y madres que encajan con serenidad una sucesión de preguntas del tipo “y por qué…”. La primera ni se cuestiona, se suele responder de forma automática. Las siguientes pueden incluso parecer graciosas, pero pronto aparece el pensamiento de “no se callará” o de “a ver si encuentro la respuesta que lo calle”. Tarde o temprano sucederá el cierre brusco de la situación, enviando un mensaje al menor en el sentido de “preguntas demasiado”, es decir, que le decimos con nuestra actuación que debe preguntar menos si no quiere enfadarnos. Listo, círculo cerrado. Ese camino lleva a que deje de preguntar.

Toda la enseñanza debería ser como la educación infantil
Cuando me han preguntado sobre cómo pensaba que debía ser la enseñanza, siempre he respondido que como la educación infantil. Las más de las veces me han respondido que eso es imposible, confirmando con ello también lo que decía antes de la autocensura. Como es difícil cambiar el sistema, es más fácil decir que es imposible.

Recordarán que está demostrado -no es una opinión- que los primeros años de la vida son un periodo de aprendizaje constante. Es una etapa vital que marca el resto de nuestras vidas, y que se desarrolle en ambientes ricos de experiencias es imprescindible.

Sin entrar ahora en otras consideraciones, me interesa visibilizar cómo aprenden los bebés y los menores en sus primeros años. Utilizan la técnica del ensayo y el error, aprendiendo de este último siempre. No tienen miedo al fracaso porque no lo conocen, nadie les ha enseñado todavía a quedarse en quietud para no fracasar. Gracias a eso, nuestra especie ha evolucionado y evitado su desaparición. Recuerden, por ejemplo, a Edison y su célebre respuesta sobre el invento de la bombilla: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.

Pero cuando vamos creciendo, nuestra sociedad se empeña en frenar esa ansia por aprender y estropea las oportunidades de aprendizaje de la inmensa mayoría. Les contamos a los y las estudiantes en la escuela, a nuestros hijos e hijas en la familia, que existe el fracaso, y que lo deben evitar para no ser objeto de señalamiento negativo. Es decir, fastidiamos el invento.

Fracasar es inevitable. Siempre habrá dos o más personas que piensen en la misma dirección, tengan iniciativas coincidentes, busquen las mismas salidas a las situaciones que vivan conjuntamente, pugnen por los mismos puestos en algún trabajo o experiencia vital, ansíen ocupar las mismas responsabilidades… Y solo habrá una persona “ganadora” en esa carrera por conseguir lo deseado. El resto fracasará, o eso pensará. Habrá quien se reponga rápido y quien no, pero seguro que no conseguir lo ansiado generará frustración en mayor o menor medida. Quien la sienta con fuerza se paralizará, e intentará evitar el volver a tomar cualquier decisión que le pueda conducir a un escenario de posible fracaso. Con carácter general enseñamos a evitar el fracaso en lugar de aprovecharlo, y además no preparamos para afrontar la frustración y superarla. No es que lo hagamos muy bien que se diga.

Debemos entonces estar haciéndolo bien con la gestión del éxito individual
Ya que ponemos tanto énfasis en que se logre el éxito individual y se esquive por todos los medios el fracaso -habría que definir muy bien qué se entiende por ambas cosas-, deberíamos ser una sociedad muy bien enfocada a educar para gestionar adecuadamente ese éxito. Pero resulta que tampoco ocurre esto. Cuando alguien “triunfa” en algo, pocos nos apresuramos simplemente a reconocerlo y felicitarlo. Siempre hay quien se dedica a sufrir envidia hacia la persona que ha triunfado -no sana en demasiadas ocasiones-, y también quien se afane en buscar razones que argumenten -sean ciertas o no- que su éxito se debe a la casualidad o la influencia de terceros que estaban interesados en que ello ocurriera. Esto último busca en el fondo justificar no haber sido la persona que aparezca como triunfadora, al seguir pensando en ser la verdadera merecedora del éxito ajeno, algo que se ha evitado injustamente según su parecer. Siempre he dicho que se debe distinguir entre argumentos y excusas.

La persona triunfadora estará muy contenta, obviamente, pero muchas veces no sabrá exactamente a qué se debe realmente su éxito. Casi nunca es una cuestión sencilla de descubrir, por no ser habitualmente una simple relación directa entre lo hecho y el resultado obtenido. En un éxito suelen influir múltiples factores y, si no se analizan bien, es improbable que el éxito pueda repetirse salvo por casualidad. Hagámonos, por ejemplo, una sencilla pregunta: cuando dos personas pugnan por ascender a un puesto de mayor responsabilidad, quien lo consigue ¿ha acertado más en su propósito que la persona rival, o ha sido ésta la que ha fallado más que la agraciada sin que ésta última haya sido especialmente brillante?

Atribuyen a Séneca la siguiente sentencia: «Una persona inteligente se repone pronto de un fracaso. Un mediocre jamás se recupera de su éxito.» Y les sonará más “de éxito también se muere”. Cuando apostamos por no analizar los éxitos obtenidos, lo hacemos a la vez también por aceptar una falsa sensación de inteligencia en muchas personas que son mediocres pero que, por razones que desconocen, obtuvieron éxito en alguna actuación que realizaron. Esa forma de actuar va generando “bombas de relojería” que tarde o temprano estallan, y no siempre de forma inocua. Es más, seguro que han escuchado -sobre todo en la política- eso de “si tienes un problema con alguien, patada para arriba y que el problema vaya para otro sitio”. Explicaría esto en parte la cantidad de mediocres que llegan a ocupar cargos de alta responsabilidad, por ejemplo en la política. Y de que no educamos bien para gestionar el éxito -sin salir del ejemplo de la política- es prueba lo sucedido con líderes que aparecieron como exitosos porque sus formaciones políticas alcanzaron niveles de respaldo que inicialmente nadie hubiera imaginado; algunos ya no están al frente de las mismas y sus partidos han bajado tan rápidamente como subieron a los altares. Siempre se ha dicho que lo difícil no es tanto llegar como mantenerse.

Cambiemos la situación a futuro
Nadie con algo de sentido común pensará que se puede reeducar a personas de mediana edad, supuestamente exitosas, que son mediocres tanto en su fuero interno como en su exposición pública. Piensan que sus habilidades les han llevado a estar en esa situación de éxito, sin pararse quizás a pensar -o a reconocer- que son los errores ajenos los que han podido causar que estén en esa posición. Pero lo que nadie debería dudar es que podemos hacer las cosas de otra forma para las siguientes generaciones, tanto para las que están ahora en los centros educativos como para las que lleguen en el futuro.

En mi opinión, debemos dar más protagonismo a la educación emocional y al análisis crítico de cuanto nos rodea. Solo con personas que tengan, como se suele decir, la cabeza bien amueblada, conseguiremos superar estos escenarios de mediocridad que nos invaden constantemente. Por ejemplo, cuando nos preguntamos cómo existen tantas personas dispuesta a creer en bulos, difundirlos, e incluso a generarlos personalmente, deberíamos asumir que hemos educado personas con carencias que les llevan a no saber analizar los mensajes que reciben.

Recuerden, les hemos enseñado a que preguntar -cuestionar- no es deseable. A que enfrentarse a probar cosas distintas a las que les ofrecemos es un camino que debe abandonarse. A que asuman lo que se les diga y guarden silencio.

La escuela, en todas sus etapas, debe abordar con decisión la educación en la gestión del éxito y el fracaso personal, y de los escenarios de frustración y de egocentrismo. La familia, es decir, la sociedad, también. No es una cuestión baladí. Generar personas bien formadas en el plano individual, además de ayudarlas a mejorar su transcurso vital, nos permite construir escenarios positivos hacia el bien común. Y necesitamos avanzar en esto último de forma decidida porque tenemos cada vez más una sociedad individualista, egoísta y despreocupada de los problemas ajenos. No estamos construyendo sociedad, sino burbujas artificiales de grupos e individuos aislados, muy manejables por quienes muevan los hilos, por su falta de análisis crítico y de resiliencia ante el posible fracaso.

Y esto debe cambiar. Hay que sacar a todo el mundo de su zona de confort, porque de lo contrario seguirán disfrutando de privilegios inmerecidos quienes simplemente los han heredado. Necesitamos personas con ideas propias, con capacidad para argumentarlas y defenderlas, con coraje para hacerlas realidad y cambiar la sociedad actual por otra en la que tanto nuestros aciertos como nuestros errores sean siempre oportunidades para aprender y crecer. Se trata de orientar todo el sistema social y educativo a educar con mayúsculas.

“…pero crecerás, te harás mayor, y tendrás tus ideas, las mías o las de tu padre, y te darás cuenta de que son mucho más de lo que parecen, de que son una manera de vivir, una manera de enamorarse, de entender el mundo, no tengas miedo de las ideas, Julio, porque los hombres sin ideas no son hombres del todo, los hombres sin ideas son muñecos, marionetas o algo peor, personas inmorales, sin dignidad, sin corazón…”, Almudena Grandes, El corazón helado.

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‘Juntos por una Internet mejor´: Día de Internet Segura 2022

El 8 de febrero de 2022 se celebra en todo el mundo el Día de Internet Segura o Safer Internet Day #SID2022, bajo el lema en esta edición ‘Juntos por una Internet mejor (Together for a better internet)’. 
Se trata de un evento promovido por la red INSAFE/INHOPE con el apoyo de la Comisión Europea, que se celebra cada mes de febrero con el objetivo de promover un uso seguro y positivo de la tecnología, especialmente entre niños y jóvenes.

Participa en el Día de Internet Segura 2022: 
Si estás interesado en ampliar tus competencias digitales y las de tu familia o mejorar la formación del alumnado en el uso seguro y responsable de las redes sociales, 



 

.- ¡Únete con tu centro educativo al SID2022!

El día 8 de febrero apúntate al programa de mañana:

Sigue el evento del Día de Internet Segura de INCIBE en streaming, con dinámicas protagonizadas por jóvenes (‘Charla inspiracional para menores: su visión sobre una experiencia más cibersegura en redes sociales’, recomendada a partir de 12 años), charlas con gamificación (‘Autorregulación y redes sociales’, recomendada a partir de 12 años), y una función de teatro sobre ciberseguridad (‘Todo por un like’, recomendada a partir de 9 años).

    A partir de las 12:30, conéctate desde el aula a los talleres online (60 minutos) sobre ciberseguridad en redes sociales, adaptados a diferentes edades, con actividades prácticas y Kahoot!:
        Taller online para alumnado de 5 a 8 años: ‘Círculos de confianza en Internet’, con Manu Velasco.
        Taller online para alumnado a partir de 9 años: ‘Detectar las estafas en Internet’, con Rosa Liarte.

Deberá realizarse un único registro por clase, no por alumno, facilitándose las instrucciones para el centro educativo y el material imprimible para el alumnado participante (una copia por alumno/a). Consulta la información en https://www.incibe.es/sid/talleres-online

.- Y si eres padre o madre, educador o público sénior…

    Durante la tarde se realizarán charlas y talleres prácticos retransmitidos en streaming, sobre competencias digitales y ciberseguridad en el entorno educativo, mediación parental en Internet o habilidades digitales, a partir de los 60 años. Si te interesa asistir presencialmente al evento en el Auditorio Ciudad de León es necesario registrarse previamente.

    Si como usuario de Internet quieres profundizar más en ciberseguridad, el 9 de febrero puedes participar en los talleres online, orientados a la identificación de riesgos y fraudes.

El programa del Día de Internet Segura de INCIBE contará con interpretación en lengua de signos. Más información: https://www.incibe.es/sid

¡Que no te lo cuenten, vívelo! Juntos por una Internet mejor

 

Acto en Léon.
Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), y como cada año, nos unimos a la iniciativa internacional y celebramos el #DíaDeInternetSegura con un evento que tendrá lugar el martes 8 de febrero en el Auditorio Ciudad de León. De esta manera, retomamos la organización de esta jornada en formato presencial, con un completo programa de actividades que también se retransmitirán en directo.


Safer Internet Day

A modo de curiosidad, el SID se celebra el segundo día de la segunda semana del segundo mes del año y reúne a millones de personas de todo el mundo para impulsar cambios positivos y concienciar acerca de la seguridad en Internet, organizando distintos eventos y actividades.

Este día no solo pretende la creación de una Internet más segura, sino una Internet mejor, a través del uso responsable, respetuoso, crítico y creativo que todos hagamos.

El SID se dirige a todos los públicos: niños y jóvenes; padres, tutores, profesores, educadores y trabajadores sociales; así como las empresas, organismos y responsables políticos, animándoles a participar de forma activa en la creación juntos de una Internet mejor.



'La juventud es más que una palabra', estudio REDR sobre recursos para la juventud rural.


El estudio REDR 'La juventud es más que una palabra', que recoge las líneas comunes de los programas de juventud desarrollados por las CCAA, así como el marco normativo y la legislación existente, los planes o estrategias de juventud puestas en marcha a nivel regional..., con el fin de crear un catálogo sistematizado, actualizado y comparado de recursos disponibles para la juventud rural; del que Propuestas para un futuro con jóvenes rurales
  • Para reconocer la importancia del bienestar, desarrollo, implicación y participación de los jóvenes en la sociedad, la Unión Europea ha decidido que 2022 sea el Año Europeo de la Juventud.
  • REDR publica un estudio con el objetivo de formular conclusiones y recomendaciones que sirvan para reforzar el papel de la juventud rural en los territorios y crear una base documental con capacidad para apoyar políticas e iniciativas que promuevan su empoderamiento.
  • El estudio sistematiza un catálogo de políticas de juventudrecursos y legislación existente en cada una de las 17 CCAA.
  • María Gafo, jefa adjunta de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE; María Teresa Pérez, directora general del INJUVE; o Fernando Soriano, presidente de la Comisión de Juventud e Infancia de la FEMP, son algunos de los participantes que comparten sus propuestas y visiones sobre la realidad de la juventud.
  • Descarga el estudio completo aquí [PDF] o accede online / 
  • Descarga aquí el resumen ejecutivo [PDF] o accede de manera online.

La juventud rural española debe ocupar un papel fundamental en el presente y el futuro del desarrollo de nuestras áreas rurales y protagonizar la lucha contra el reto demográfico, pese a los múltiples desafíos a los que se enfrenta. Estimular el emprendimiento juvenil, apostar por la digitalización de la economía o impulsar el papel del asociacionismo para integrar a la juventud en los procesos de toma de decisiones, son algunas de las principales alternativas que pueden ayudar a garantizar la supervivencia de las zonas rurales y mejorar la calidad de vida de la juventud rural.

Sin embargo, la complicada situación que atraviesan los jóvenes, marcada por las dificultades de acceso al mercado laboral y a la vivienda y una sensación de crisis económica crónica, se ve agravada en las zonas rurales por problemáticas endógenas -envejecimiento de la población, brecha digital...-, una realidad que evidencia más que nunca la necesidad de elaborar políticas públicas dirigidas a corregir esta desigualdad y apostar por la juventud.

Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio que acaba de publicar la Red Española de Desarrollo Rural. La publicación 'La juventud es más que una palabra', es una radiografía sobre la realidad de los/as jóvenes rurales de nuestro país. A partir de un diagnóstico actualizado sobre la situación de la juventud española y una recopilación de recursos y testimonios de jóvenes y actores vinculados con el medio rural, el estudio quiere servir como base documental para apoyar políticas e iniciativas que contribuyan a mejorar de manera significativa la calidad de vida de nuestros jóvenes, y otorgarles herramientas para que su voz sea escuchada. El estudio de REDR aspira a llamar la atención sobre la necesidad urgente de empoderar a la juventud rural, y otorgar a nuestros y nuestras jóvenes un mayor peso en las instituciones y en los espacios de toma de decisiones.

Propuestas para un futuro con jóvenes rurales

Además de ser uno de los países más envejecidos y con menor tasa de natalidad del mundo, España también ocupa el ranking europeo con mayor porcentaje de población joven en regiones predominantemente urbanas. Siendo un grupo social cada vez menos numeroso, la juventud española lidera asimismo una de las mayores tasas de desempleo juvenil de la UE (30%). Ante esta situación que, a su vez, ven agravada respecto a sus homólogos urbanos, la juventud del medio rural necesita palancas y herramientas para liderar el desarrollo de sus territorios. Si queremos ofrecerles un futuro, es imprescindible cambiar nuestro paradigma de desarrollo y sostenibilidad y apostar por nuestra juventud sin perder más tiempo.

En primer lugar, reforzando el emprendimiento juvenil como principal vector de desarrollo socioeconómico: el medio rural ofrece infinidad de oportunidades de emprendimiento para todos los sectores, especialmente para aquellos centrados en la sostenibilidad y la oferta de servicios de calidad. Para ello, es necesario apoyarse en la digitalización de la economía y en garantizar una cobertura de banda ancha en todo el territorio, lo que generará un espacio óptimo para la innovación y el desarrollo de nuevas actividades económicas.

Para reactivar e impulsar el regreso de nuestros jóvenes al territorio, es necesario asegurar su participación activa en los procesos de toma de decisiones, a través del fortalecimiento del asociacionismo y el trabajo en red. La existencia de Grupos de Acción Local representa una oportunidad única para los jóvenes que quieran involucrarse en el diseño de sus territorios y participar de manera activa en la configuración futura de sus municipios y comarcas.

Existen tres vías principales de participación: integrarse en el Grupo de Acción Local como asociación conformada; recibir apoyo para la creación de una asociación y solicitar apoyo para el desarrollo de iniciativas o proyectos de emprendimiento. Es necesario destacar que las asociaciones juveniles son uno de los colectivos más demandados por los Grupos de Acción Local y existe una voluntad general de integrar a este colectivo en el nuevo período de programación. Para ello, la implementación de la Metodología LEADER supone una gran oportunidad.

Políticas públicas existentes, pero insuficientes: el papel de LEADER y los grupos de acción local

La transferencia de competencias en materia de juventud a las comunidades autónomas ha provocado un alto grado de variabilidad en su marco normativo. El estudio de REDR analiza las líneas comunes de los programas de juventud desarrollados por las CCAA, así como el marco normativo y la legislación existente, los planes o estrategias de juventud puestas en marcha a nivel regional..., con el fin de crear un catálogo sistematizadoactualizado y comparado de recursos disponibles para la juventud rural.

Otro de los aspectos relevantes de la publicación es la inclusión de entrevistas en profundidad actores fundamentales en el desarrollo de políticas de juventud. María Gafo, jefa adjunta de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE; María Teresa Pérez, directora general del INJUVE; Fernando Soriano, presidente de la Comisión de Juventud e Infancia de la FEMP; o Anna Sanmartín, Subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, son algunos de los participantes que comparten sus propuestas y visiones sobre la realidad de la juventud. Asimismo, el estudio recoge los testimonios de varios jóvenes rurales, divididos por temáticas, con la participación de Borja Castro, Alcalde de Alcocer (Guadalajara), que aporta su experiencia sobre el papel de la juventud rural en las administraciones públicas; Patricia Alonso, creadora del Proyecto Kinesfera Artística en Sobarzo (Cantabria), en materia emprendimiento juvenil en el medio rural; Ana M. Corredoira, Ganadera en A Cernada, Palas del Rei (Lugo), que reflexiona sobre el sector primario y el relevo generacional; y Enrique Collada, Carlos Llobregat, Carlo Stella y Elsa Arnaiz, de la asociación Talento para el Futuro, que elaboran cuatro propuestas para el futuro de la juventud rural.


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La niñofobia: oponerse a los menores es un nicho de mercado.

Batalla no es entre niños y adultos, sino entre los adultos que, 
en lugar del diálogo y la empatía mutua, se colocan etiquetas unos a otros.

Veo una tanda de diez monólogos. Cuatro sobre cómo los niños pueden cansar y sacar de quicio a los adultos. Un monologuista dice que el aborto debería ampliarse hasta los diez años para controlar las rabietas de los niños. «Si no te portas bien…», dice el monologuista pasándose el índice por el cuello. El público ríe y aplaude.

Monólogos que desafían a la corrección política. (Este artículo no ataca la libertad de expresión —que defenderé en todo momento—: es una observación sobre la televisión y la sociedad). Monólogos que años atrás no hubieran sido emitidos. Nadie habría escrito contra los niños y su naturaleza.

La televisión certifica a su manera que se acabó el tabú de hablar contra los niños y contra la infancia. La televisión rara vez trata asuntos defendidos por un público reducido. Para que una corriente de pensamiento o una moda interese a la televisión, los seguidores deben sumarse por millones. (Millones de espectadores = mayores ingresos por publicidad).

Ahora la oposición a los niños es un nicho de mercado.

Los monologuistas lo saben. Hablan de temas que «están en el ambiente» porque necesitan las risas. Su público: padres agotados (con hijos grandes o pequeños) y personas sin hijos con prejuicios. Personas que no ocultan en reuniones de amigos y las redes sociales que no soportan a los niños. Este rechazo está etiquetado como «niñofobia» por quienes aman a los niños.

Niñofobia, un tema del siglo XXI

La niñofobia es un tema de nuestro siglo. Google muestra un resultado de niñofobia antes de 2000. Anterior a 2006, cinco enlaces: dos erróneos (son recientes); una queja en un blog porque está mal visto decir que los niños hacen ruido («y no tengo niñofobia»), y dos comentarios en foros. Anterior a 2010, 40 enlaces. Anterior a 2016, 5.600 enlaces. Uno de los primeros establecimientos en colgar «no se admiten menores de 12 años» en España (2011) recibió fuertes críticas de personas e instituciones.

Poco después, otros bares y cafeterías se sumaron al «no se admiten niños». Siguieron las ofertas de hoteles solo para adultos y los vagones de tren que no admiten niños. Los últimos «no se admiten niños» están en las bodas y han creado roces entre los novios e invitados que lo consideran inaceptable. Más de una novia visualiza la boda perfecta sin críos correteando, gritando y padres riñéndolos.

Quienes muestran su rechazo a los niños ya no se ocultan por temor a ser recriminados. Saben que recibirán críticas, pero también saben que no están solos.

Hay reuniones de vecinos a la gresca por el horario de luces en el patio: unos quieren las luces apagadas a las diez de la noche. No quieren que los niños tengan luz para jugar. Muchos de los que tienen hijos menores quieren luz hasta pasadas las once.

En las redes sociales hay una lucha incruenta pero constante. Hay personas que suben imágenes de bebés y se quejan: «Menudo viaje me espera». Hay madres y padres que denuncian las quejas con «Stop NiñoFobia». Relatan en blogs «casos» de niñofobia. La mayoría comienzan con una madre entrando con su bebé en un transporte público y la mirada acusatoria de los adultos. Miradas en las que se adivinan prejuicios: bebé = ruido.

Pero, ¿realmente existe la niñofobia? ¿La discriminación y el rechazo a los niños por ser niños equiparable al racismo y la homofobia?

Hay distintas clases de rechazo. Hay padres que sólo soportan a sus hijos y detestan a los ajenos; padres que para «una noche sin niños» eligen establecimientos que no admiten menores de edad; y sí, hay personas sin hijos que rechazan a los niños en menor o mayor medida sin motivo aparente. Adultos que consideran que los niños son culpables de ser niños hasta que se demuestre lo contrario. Aunque la auténtica batalla no es entre niños y adultos, sino entre los adultos que, en lugar del diálogo y la empatía mutua, se colocan etiquetas unos a otros. Posturas mantenidas en algunos casos de manera visceral que da pie a pensar que los adultos no somos tan adultos —responsables y capaces de gestionar nuestras emociones— como deberíamos.


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