Informe de UNICEF Chile: Niños y niñas identifican qué necesitan para tener un “buen vivir”

Según la última encuesta CASEN, niños, niñas y adolescentes siguen siendo el grupo más pobre de la población.



UNICEF Chile

Santiago / Chile

19 de agosto de 2024




UNICEF Chile

En el marco de un nuevo aniversario de la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño por parte de Chile, UNICEF dio a conocer las opiniones de niños y niñas sobre lo que ellos consideran importante para tener un buen vivir, en contraposición a vivir en pobreza. Entre los elementos que mencionan están tener una familia que los quiera y los cuide, vivir en ambientes sin violencia, contar con entornos con áreas verdes y sin contaminación, y con acceso a servicios y transporte público, entre otros. Estas opiniones forman parte del informe realizado por UNICEF Innocenti “La pobreza infantil en medio de la riqueza”, que analiza la situación de 43 países de ingresos medios y altos de la Unión Europea (UE) y de la OCDE, donde se incluye a Chile. 


Según la última encuesta CASEN (2022), los niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza por ingresos llegan a un 10,5% y representan un 36% de la población del país que vive en pobreza, aunque son un 24% del total de esta. A eso se suma que un 8,9% de los hogares con niños, niñas y adolescentes está en pobreza por ingresos, situación que afecta a un 3,5% de los hogares sin niños.


El Representante Adjunto de UNICEF, Glayson dos Santos, explicó que la pobreza es un obstáculo para que niños, niñas y adolescentes puedan ejercer sus derechos, incluido su derecho a ser protegido contra todo tipo de violencia en los entornos donde se desarrollan. “Claramente la pobreza es una vulneración de derechos y tiene grave consecuencias en la vida de niños, niñas y adolescentes, que muchas veces también tienen efectos durante la vida adulta. Vivir y crecer en pobreza los expone a múltiples vulnerabilidades”.


El Representante Adjunto de UNICEF señaló que uno de los principales desafíos que tiene el país es reducir los niveles de pobreza que afectan a la niñez y adolescencia. “Aquellos países que protegen en forma más robusta a la infancia han logrado revertir esta tendencia y disminuir la mayor incidencia de la pobreza en ese grupo. Chile puede avanzar en esa dirección y reducir los niveles de pobreza, así como el impacto que esta tiene en el desarrollo de la población menor de 18 años”.


En este sentido, señaló que la Ley de Garantías permitirá que el Estado destine los recursos para garantizar la protección y ejercicios de los derechos a niños, niñas y adolescentes, lo que incluye la protección social para el ejercicio de derechos como la alimentación, la salud, educación, vivienda, cuidado, entre otros, especialmente cuando sus familias tienen dificultades para proveerles esta protección. Agregó, que, además el país debe avanzar en la creación de un Piso de Protección Social sensible a la Niñez, que posibilite que los hogares con niños y niñas cuenten con un ingreso seguro que les garantice el acceso a alimentación, educación, cuidados y otros bienes y servicios necesarios. “Países como Polonia, Grecia, Turquía, Japón y Corea hicieron un esfuerzo especial y aumentaron las prestaciones en efectivo para las familias con niños y niñas. En el caso de Corea las triplicó y de Polonia las duplicó, ambos países lograron reducir la pobreza infantil”.


Medición pobreza infantil


El Representante Adjunto de UNICEF señaló que además el país debe perfeccionar su metodología para medir la pobreza que afecta a niños, niñas y adolescentes, de manera de incluir las dimensiones e indicadores que son importantes para ellos y ellas. “En este sentido el estudio de UNICEF Innocenti, al incorporar las voces de niños y niñas, logra identificar aquellos elementos que son relevantes para este grupo de la población y que muchas veces no son considerados dentro de las variables para medir la pobreza”.


La gran mayoría de la investigación sobre pobreza infantil ha sido concebida y realizada por adultos; sin embargo, los escasos estudios que se han hecho con niños y niñas revelan que sus puntos de vista y experiencias de pobreza no siempre coinciden con las ideas de los adultos. “Un desafío clave para el futuro es la plena inclusión de la visión y la experiencia de los niños, niñas y adolescentes en la comprensión sobre la pobreza infantil”, explicó Glayson dos Santos.


En los focus group realizados, los niños y niñas destacaron la importancia de contar con áreas verdes, descritas también como parques, árboles, tierra, flores; con servicios como salud, policía, comercio, transporte público, iluminación; y con espacios libres de contaminación, con aire limpio, ríos, lluvias, entre otros. 


Por último, señalan como importante contar con espacios seguros, sin ladrones ni drogas.  En sus propias palabras mencionan: “en verdad, lo que importa es que tenga una vivienda, una habitación donde dormir, comida, agua y salud”, “para vivir, tiene que tener comida, agua, nevera, cocina, plantas, pasto, árboles”, “Ser libre, poder tener diversión”, “Salir a jugar con los amigos”, “poder comprarse ropa, por ejemplo, y si no tiene (dinero) no se la puede comprar”; “con el dinero se puede comprar, por ejemplo, las cosas que necesita para la higiene personal”.


El Representante Adjunto de UNICEF, explicó que “hay dimensiones que no son consideradas actualmente, como el juego. Para niños y niñas es muy importante el juego, lo que implica contar con espacios seguros para jugar, adecuados a sus necesidades y etapas de desarrollo”. 

Día de las Infancias en Argentina: pensar sus derechos más allá del nombre

Más allá de la controversia por la denominación, en este día debemos preguntarnos sobre los derechos de la niñez, que en la actualidad no se cumplen.



Canal 10 Tucumán

18 agosto, 2024





El 16 de agosto, Argentina celebra el Día de las Infancias. Este nombre vino a reemplazar el del Día del Niño en el año 2020, impulsado por el Ministerio de Desarrollo Social. El objetivo del cambio de denominación, como todo lo que pretende una nueva mirada cultural, genera controversia. Sin embargo, es importante entender que se trata solo de un concepto que intenta incluir la diversidad, nada más. Y en esa diversidad quizás el que se encuentre representado sea tu hijo, hija… sobrino, sobrina… nieto o nieta.


De igual manera, más allá del significado de las palabras – que sí son importantes- quizás hay otras cuestiones más urgentes que nos deberían interpelar. Como es el hecho de que más de un millón de niños y niñas de nuestro país no tienen las cuatro comidas garantizadas.


Los números revelados por UNICEF


La dura estadística fue dada a conocer por UNICEF, que lanzó una campaña para revertir la dramática situación. Florencia Vallino, directora de Andhes (Abogadas y abogados del noroeste argentino en derechos humanos y estudios sociales), denunció la gravedad de lo que está sucediendo.

“En este Nuevo Día de las Infancias, como Organización de Derechos Humanos, nos resulta ineludible reflexionar sobre lo que está pasando. Los chicos y chicas están creciendo hoy en contextos de pobreza. Uno de cada dos niños y niñas de nuestro país está yéndose a dormir con hambre”, criticó 


Además, señaló que siete de cada diez niñas y niños de nuestro país está transitando múltiples falencias. Se les están vulnerando sus derechos a la educación, a la salud, a la recreación, a poder crecer en una vida libre de violencias. Y este gobierno ha desmantelado muchas políticas públicas que tenían por objetivo central garantizar esos derechos”, especificó.


Como ejemplo de esta realidad que relata, se refirió al desmantelamiento de las políticas vinculadas a la Educación Sexual Integral (ESI). “El acceso a la ESI permitía no solo un abordaje amoroso sobre la construcción de lasidentidades, sino también les acercaban herramientas para que puedan identificar situaciones de violencia sexual y que se animen denunciar”, explicó.


Al respecto, agregó: “Nuestra democracia tiene hoy muchas deudas para con los chicos y las chicas. En este día de las infancias nos resulta fundamental reflexionar sobre todo eso que todavía falta por hacer”.


¿Por qué ahora decimos Día de las Infancias? 


Este enfoque se centra en los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, va más allá de los derechos básicos. Es decir, no sólo hace hincapié en que los niños y niñas deben tener garantizados la alimentación, la educación y/o la salud. La perspectiva es mucho más amplia.


El Estado y la sociedad deben entender que las infancias están atravesadas por distintas realidades. Por ejemplo, por cuestiones de género, de diferencias culturales, regionales, de discapacidades, de clases sociales, etc … No se vive la infancia de igual manera si se tiene que salir a cartonear.


Además, al nombrar esta jornada como Día de las Infancias, se subraya la importancia del lenguaje en la construcción de realidades. Las palabras que usamos para nombrarnos son fundamentales para entender el mundo. El lenguaje, como convención social y práctica cultural, muchas veces cristaliza y reproduce desigualdades. De ahí la importancia en el cambio de concepto.


Sin embargo, esta iniciativa que ya lleva cuatro años aplicándose, no ha estado exenta de controversias. En las redes sociales, algunos usuarios han expresado su descontento con esta denominación, argumentando que la tradición debería mantenerse intacta.


Los comentarios en las plataformas de Canal 10 reflejan la indignación de una parte de la sociedad que ve en esta modificación un ataque a sus valores. Sin embargo, es necesario comprender que la nueva denominación busca ser más abarcativa, no solo desde una perspectiva de género sino que incluye también a niñas, niños y niñeces con discapacidades y diferentes contextos socioculturales.

Más allá de la denominación, que en definitiva cada uno le quiera dar, lo importante es practicar la empatía para que los derechos de las infancias sean respetados. 

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Avances y desafíos en el cumplimiento de sus derechos humanos en el Perú. Informe "Nuestras Voces" de Niñas, Niños y Adolescentes

Nuestras Voces 2024, 
Informe alternativo: Niñas, Niños y Adolescentes informan
sobre los avances y desafíos en el cumplimiento de sus derechos humanos en el Perú


Este informe recoge las voces de 93 niñas, niños y adolescentes (NNA) de 42 organizaciones en 17 regiones del país. Ellos se reunieron para analizar y presentar, desde sus propias perspectivas, un informe sobre los principales avances y desafíos en la situación de los derechos humanos de las NNA en el Perú, para el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.

Acceso al Informe.

Informe elaborado con el apoyo de: Acción por los Niños,  Aldeas Infantiles SOS Perú, CHS Alternativo, IFEJANT, IPRODES, MANTHOC, Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, Save the Children, Terre des Hommes Suisse, UNICEF, Voces Ciudadanas y World Vision Perú.




El 56,3% de los niños, niñas y adolescentes de Argentina fue pobre multidimensional en 2023

Más de la mitad de los niños/as y adolescentes del país sufrieron al menos una de las siguientes privaciones en 2023: Alimentación, salud y vivienda, Subsistencia, Crianza y socialización, Educación, Acceso a la información y Protecciones especiales: trabajo infantil



UCA

Universidad Pontificia Católica Argentina

15/08/2024





El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) junto al Banco Hipotecario, Infancia en Deuda, la Fundación Alimentaris, la Fundación La Nación y la Sociedad Argentina de Pediatría publicó el documento de investigación Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Argentina 2010-2023.


El documento ofrece una evaluación y monitoreo de los derechos de niños, niñas y adolescentes de la Argentina urbana durante los últimos trece años. Resalta que los enfoques monetarios de medición de pobreza basados en los ingresos de los hogares pueden ser cuestionados como indicador del bienestar especialmente cuando se trata de la infancia. Esto se debe a que hay privaciones que afectan a los niños, las niñas y adolescentes que no son visibles mediante la estructura de ingresos o gastos de los hogares.


Desde este enfoque, se ofrece un índice de pobreza multidimensional basada en cinco dimensiones del desarrollo de la infancia y adolescencia que en el país guardan correspondencia con derechos humanos. 


Se ha definido el desarrollo humano desde la etapa prenatal, reconociendo su crucial desarrollo en el entorno familiar durante la lactancia. Este proceso de crianza requiere tanto de una alimentación nutritiva como de un apoyo emocional. Además, para sostener el desarrollo humano, se necesitan una combinación integral de recursos materiales, sociales y culturales.


Satisfacer estas necesidades implica reconocer las formas socioculturalmente establecidas y aceptadas en la sociedad. Entonces no parece suficiente con que una sociedad alcance el despliegue de funcionamientos valiosos en algunos de sus miembros, sino que es necesario que al menos se pueda garantizar un “mínimo” para todos. El desarrollo humano se expresa en clave con el enfoque estructuralista en el modo en que se distribuyen las estructuras de oportunidades, pero también en el logro de igualdad en los resultados en el colectivo social.


Basándonos en el marco normativo del Estado Argentino y en el conocimiento científico, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) ha creado una gama de dimensiones e indicadores para evaluar y monitorear el grado de cumplimiento de los derechos de la infancia y adolescencia en entornos urbanos.


Las dimensiones de los estudios del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia son las siguientes: 1) Alimentación, salud y vivienda; 2) Subsistencia; 3) Crianza y socialización; 4) Educación; 5) Acceso a la información; y 6) Protecciones especiales: trabajo infantil.


A continuación, se presenta un resumen de los principales resultados y balance de la serie de indicadores que habitualmente se ofrece a nivel de la población de niños, niñas y adolescentes, en el período 2010-2023.

 

Resumen de resultados:


Desafíos de la Pobreza Estructural: progresos desiguales y privaciones injustas


Desde 2011 hasta 2023, se observa un aumento constante en la proporción de hogares y personas con dificultades para acceder a una canasta básica alimentaria o total, con un incremento más pronunciado en la pobreza. El esfuerzo de los hogares y la cobertura de las políticas públicas han tenido un papel crucial en la mitigación de la pobreza, pero persisten desafíos estructurales en la economía que requieren atención, y que ejercen un fuerte impacto en las estructuras de oportunidades de los hogares y sus miembros niños, niñas y adolescentes.


El impacto de la pandemia por COVID-19 fue significativo y regresivo en muchas otras dimensiones como salud, educación, crianza, y socialización, y si bien fue difícil la reversión en los primeros años de la postpandemia, en 2023, se retorna más claramente a situaciones previas que, aunque están lejos de expresar situaciones de bienestar y efectivo cumplimiento de derechos representan mejoras relativas destacadas en algunos casos, aunque en el marco de persistentes desigualdades sociales. 

  1. Erradicar la pobreza en todas sus formas

En el marco de los estudios del Barómetro, se ha construido un índice de pobreza multidimensional que establece un doble umbral de carencias, uno total y otro severo. Con tal propósito, se seleccionan seis dimensiones de derechos: alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información y estimulación/educación.


Se obtuvo que el 56,3% fue pobre multidimensional en 2023 según el umbral total. Es decir, más de la mitad de los niños/as y adolescentes del país sufren al menos una privación de las mencionadas.


Por otro lado, el 16,1% padece pobreza multidimensional en niveles severos, proporción tan alarmante como la de indigencia monetaria infantil (16,2%). Estos números eran aún más elevados al inicio del periodo analizado (2010). En este sentido, estamos en presencia de mejoras, particularmente en la pobreza multidimensional medida de acuerdo con el umbral severo. Esto es debido a los avances en indicadores del hábitat como el hacinamiento y la calidad de la vivienda y en materia de escolarización.

  1. Derecho a la alimentación

El 32,2% de los niños/as y adolescentes en la Argentina Urbana actual sufren inseguridad alimentaria. Es decir, no pueden acceder a alimentos nutritivos y variados por limitaciones económicas. Este índice está muy relacionado con el nivel socioeconómico: casi 1 de cada 2 niños/as y adolescentes pobres lo manifiesta al tiempo que entre los no pobres la incidencia no alcanza el 10%.


Entre 2010 y 2017, la inseguridad alimentaria ha permanecido estable en alrededor del 20% y luego ha pegado un salto importante en 2018 para alcanzar el tercio de la población infantil. Desde entonces, no ha bajado de esa cifra y tuvo un pico de 37,2% en 2020 en el contexto de la pandemia COVID-19 y el ASPO.


Los que sufren inseguridad alimentaria en términos severos representan el 13,9% en 2023. Estos declaran haber experimentado “hambre” por problemas económicos. Los programas alimentarios de transferencia de ingresos son esenciales para ayudar a las personas a satisfacer sus necesidades alimentarias básicas y garantizar este derecho tanto a corto como a mediano plazo. En 2023, estos programas alcanzaron una cobertura del 60,5% de la población infantil. Debido a los altos niveles de inflación y al bajo poder adquisitivo de los salarios es necesario mejorar la eficacia, cantidad y calidad de las ayudas directas e indirectas, especialmente en los sectores mas vulnerables de donde la pobreza infantil tiene una mayor prevalencia.

  1. Derecho a la salud

El 55,8% de la población de niños/as y adolescentes no cuentan con obra social, mutual ni prepaga por lo que dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica.


De este 55,8%, 90% son del estrato social mas bajo, 65,1% son del Conurbano Bonaerense y 65,4% son niños/as y adolescentes que pertenecen a hogares monoparentales. Por otro lado, si bien sigue siendo considerable la proporción de niños/as y adolescentes que no realizaron consultas médicas periódicas (17,3%) ni consultas odontológicas (35,9%) entre los 3 y 17 años, estos déficits se redujeron casi un 50% en comparación al año 2020.

  1. Derecho a un hábitat digno

La vivienda debe brindar protección y servicios esenciales que son cruciales para el desarrollo infantil. Tres servicios básicos relevantes conforman el déficit de saneamiento: el tener acceso a agua corriente, contar con red de cloacas y tener inodoro con descarga. el déficit de saneamiento trata de aproximar carencias en estos servicios en concreto. En 2023 un 39,5% lo padece, porcentaje que se mantiene bastante estable desde 2018.


Por otra parte, el déficit en las condiciones de medio ambiente alude a la presencia cercana al hogar de fábricas contaminantes, basurales, quema de basura y/o plagas. Asciende al 49,4% del total de niños/as y adolescentes y en los últimos años se ha incrementado a tal punto que se retrotrajo a valores cercanos de inicio del periodo en 2010.


Por último, deben mencionarse dos indicadores que aproximan otros problemas en el espacio de la vivienda. Las condiciones deficientes de construcción de la vivienda afectan al 18,7% de niños/as y adolescentes y el hacinamiento a un 18,7% y 18,4%, respectivamente.

  1. Derecho a la subsistencia

En 2023, el 62,9% de los niños/as y adolescentes vive en situación de pobreza y el 16,2% vive en situación de indigencia. Esta es la cifra más alta desde el 2010. Desde el 2020, las transferencias de ingresos no contributivas, entre la que se encuentra la Asignación Universal por Hijo (AUH), alcanzaron a mas del 44% de los niños/as y adolescentes.


Derecho en los espacios de los procesos de crianza y socialización


La EDSA ofrece una serie de indicadores relacionados a los estilos de disciplinamiento, opciones de formación y socialización secundaria no escolar para niños/as y adolescentes entre 5 y 17 años y oportunidades de estimulación emocionales e intelectuales en niños/as entre 0 y 8 años.


En el marco de la postpandemia y de la reapertura de los establecimientos educativos, la violencia de los adultos de referencia hacia los niños/as y adolescentes había disminuido fuertemente. Esta tendencia se acentuó en 2023, con indicadores que incluso llegaron a los valores más bajos de toda la serie 2010-2023. A pesar de ello, aún persisten disparidades sociales regresivas para los niños/as más vulnerables.


En el grupo de niños/as entre 0 y 8 años, se destaca que el déficit de estimulación verbal en esta población asciende al 28%, el déficit de interacción a través del dibujo entre 1 y 8 años al 16,4%, a través de las canciones al 11,5% y mediante el juego al 5,6%. Estos déficits en estas estrategias de estimulación se relevan estructurales y poco permeables a la situación socioeconómica del país.  


El 52,4% de la población entre 5 y 17 años no realiza deporte fuera de la escuela. Por otra parte, el 80,8% de este grupo etario no concurre a actividades culturales. Es decir, la mayoría de los niños/as y adolescentes de estas edades están excluidos de estos espacios alternativos al escolar.


Por otro lado, el comportamiento sedentario frente a pantallas, que hace alusión a la exposición excesiva y frecuente a pantallas, afecta a 7 de cada 10 niños/as y adolescentes entre 5 y 17 años. En 2020 aumentó considerablemente con respecto al anterior y desde entonces se sostuvo en esos niveles.

  1. Derecho a la información

Dentro de los que tienen entre 5 y 17 años, el 17,8% no accede a Internet, el 24,4% no lo usa, el 51,1% no tiene celular y el 54,7% vive en hogares sin computadora. Todos estos déficits han mejorado desde el 2010 hasta hoy. El que menos mejoró a lo largo del periodo fue el déficit en el acceso a una computadora doméstica, probablemente porque este recurso sigue siendo económicamente inaccesible para muchos hogares. En tal sentido, las diferencias por estrato socioeconómico son relevantes.


A inicios del periodo había 3 de cada 4 niños/as y adolescentes que no tenían acceso, en 2023 solo hay uno. La popularización de este recurso fue trasversal al nivel socioeconómico.


Por otro lado, el déficit en lectura de textos impresos y en tener una biblioteca en el hogar alcanzan al 60,1% y al 68,4% de los niños/as y adolescentes entre 5 y 17 años, respectivamente. Más de la mitad de los niños/as y adolescentes mayores a 5 años no presenta el hábito de lectura en 2023. Estos porcentajes son mayores a los del inicio del periodo en 2010, lo que denota una evolución opuesta a la del grupo de indicadores vinculados a las carencias de recursos tecnológicos.

  1. Derecho a la educación

El 23% de los niños/as de 3 a 5 años se encuentran no escolarizados. la inasistencia a establecimientos de educación inicial es siempre más alta que la no concurrencia a la escuela primaria y secundaria. Sin embargo, desde 2010 se advierte una tendencia positiva en la asistencia a centros educativos en los más pequeños y que tiene la característica de ser común a todos los estratos sociales.


Por otro lado, el 82,6% de los niños/as y adolescentes entre 6 y 17 años asiste a una escuela de gestión estatal. En 2023, no parecen existir diferencias importantes en la cobertura de la educación primaria en comparación a la secundaria. Donde sí se observan divergencias es entre estratos sociales. A medida que desciende el nivel socioeconómico, el desafío de cobertura por parte del Estado es mayor.


El déficit educativo es un indicador compuesto por aquellos que no asisten a establecimientos educativos o asisten, pero con sobreedad. En el estrato socioeconómico más bajo, su incidencia se ubica por encima del promedio general y es notablemente elevada en el universo de niños/as y adolescentes en edad de ir a la secundaria (53,9%). En casi todos los años de la serie temporal, se destaca también que es más alta en varones que en mujeres y en quienes viven con un solo adulto de referencia con respecto a quienes viven con dos.


En cuanto a las carencias en el dictado de algunas materias para niños/as y adolescentes que pueden concurrir a la escuela y en la extensión de la jornada. Para 2023, se estima que al 59,1% de la población escolarizada en la educación primaria no le enseñan computación. Por su parte, al 22,3% no le dictan asignaturas como música, plástica y/o educación física y el 44,9% no cursa una materia ligada al aprendizaje de un idioma extranjero.


En los tres indicadores existen grandes diferencias entre educación de gestión privada y estatal. Si se compara la incidencia de estas privaciones entre aglomerados, el déficit en materias de tipo programáticas se releva muy alto en el Conurbano Bonaerense al tiempo que las privaciones en computación e idioma extranjero se profundizan en el Resto urbano del Interior.


Por último, hay que subrayar que muy pocos en edad de cursar primaria (apenas el 9,9%) son los que asisten a doble jornada. No obstante, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires esta proporción asciende al 46,4% y toma una distancia considerable de los otros aglomerados del país.

  1. Derecho a la protección social contra el trabajo infantil

La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) contiene información del trabajo infantil en actividades domésticas intensivas y en el mercado. Si se tienen en consideración estas dos medidas, la estadística señala que el 13,7% realizó al menos una de las dos en 2023. De forma separada, el 5,2% participó de tareas domésticas y 9,5% en actividades económicas.


El indicador que mide propensión a realizar actividades domésticas intensivas en niños/as y adolescentes entre 5 y 17 años incide más en las mujeres que en los hombres mientras que el que mide propensión al trabajo en actividades económicas en niños/as y adolescentes entre las mismas edades tiene mas incidencia en hombres. Además, ambos tienen más frecuencia entre adolescentes que en niños/as en edad de cursar el preescolar o el colegio primario.



Acceder al documento: Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Argentina 2010-2023.