No es 2.019, es 1.992.
No es Nueva York, es la cumbre histórica de Río
de Janeiro.
En la foto el acceso a vídeo del discurso de Greta en presencia de Severn en Vancouver.
"La gente en el poder todavía está actuando como si no hubiera un mañana", dijo Thunberg.
"Los jóvenes les estamos diciendo que dejen de hacer eso, que dejen de ignorar las consecuencias de sus acciones e inacciones".
"Somos una ola de cambio y, juntos, somos imparables".
"Haremos que los líderes mundiales actúen. Podemos y lo haremos".
Greta Thunberg y Severn Cullis-Suzuki.Octubre 2019.
Icíar Gutiérrez,
Medio Ambiente.eldiario.es.
"La gente en el poder todavía está actuando como si no hubiera un mañana", dijo Thunberg.
"Los jóvenes les estamos diciendo que dejen de hacer eso, que dejen de ignorar las consecuencias de sus acciones e inacciones".
"Somos una ola de cambio y, juntos, somos imparables".
"Haremos que los líderes mundiales actúen. Podemos y lo haremos".
Greta Thunberg y Severn Cullis-Suzuki.Octubre 2019. |
Icíar Gutiérrez,
Medio Ambiente.eldiario.es.Entrevista a Severn Cullis-Suzuki.
Severn Cullis-Suzuki |
1992, una niña se sube al estrado ante
líderes mundiales de todo el mundo convocados en una cumbre por el
medioambiente. Con gesto serio, les recrimina la falta de soluciones.
Les exige que, como adultos, actúen urgentemente para proteger el
planeta.
En la isla, desde donde atiende por teléfono a eldiario.es, Cullis-Suzuki
se dedica al estudio del idioma Haida y cursa un doctorado sobre cómo
revitalizar esta lengua. Se licenció en la Universidad de Yale en Ciencias de la Ecología y Biología Evolutiva. También
ha trabajado en televisión, ha publicado varios libros, da conferencias
y sigue formándose en la lucha contra el calentamiento global.
Asimismo, trata de apoyar a los grupos de jóvenes de la zona que también
se están movilizando en los últimos días. "Ayer estuve con ellos. Hoy
y mañana nos volveremos a reunir. Quieren formarse sobre el cambio
climático y hablar sobre cuáles son sus problemas", recalca.
A Severn Cullis-Suzuki
(Vancouver, 1979) la conocen como la 'niña que silenció al mundo'
durante los seis minutos que duró su discurso en la que fue la primera conferencia climática de este tipo. Mencionaba el agujero de la capa de
ozono, la extinción de las especies, las aguas contaminadas, la tala de
los bosques. Con 12 años, logró hablar de frente sobre estos problemas a
los dirigentes mundiales con la ayuda de los compañeros de la
organización que ella misma fundó tres años antes para que otros niños
pudieran aprender sobre las cuestiones medioambientales que ya por aquel
entonces inquietaban a la sociedad.
"Estuvimos durante más de un año recaudando fondos para
que se nos escuchara en Río", explica en una entrevista con el
ediario.es. "Aunque nos enteramos en el último minuto de que íbamos a
hablar en la ONU, habíamos estado trabajando mucho y yo estaba muy
preparada. Tuve la oportunidad de decirles lo que pensaba",
asegura.
CullisSuzuki recuerda, sobre todo, la sensación de enfado que
recorría su cuerpo. Por eso, dice, no pudo evitar verse reflejada en
Greta Thunberg durante su emotivo discurso en la cumbre de Nueva York
que dio la vuelta al mundo.
"Me emocioné mucho, me
sentí muy identificada con ella en varias cosas, como el uso de la
ciencia, aunque ella es muy especial, claro. Pero conozco esa
frustración, esa emoción y esa pasión, porque yo también me sentí así.
La entiendo totalmente", asegura la canadiense, que ahora tiene 39 años,
es ecóloga de formación y continúa con su activismo. No ha sido la
única en ver las semejanzas. En los últimos días, muchos han tirado de
hemeroteca en las redes sociales para recordar que en 1992 hubo otra
menor que habló alto y claro al mundo sobre la urgencia de proteger el
medioambiente.
Casi
treinta años después, esa urgencia sigue siendo la misma, mientras la
cuenta atrás para tratar de paliar los efectos de la crisis climática
sigue avanzando. A lo largo de la conversación, Cullis-Suzuki repite
varias veces las mismas preguntas con la misma determinación de aquella
niña de 12 años ante un problema que, lejos de revertirse, se ha
agravado: "¿Por qué no actuamos? ¿Por qué hemos ido en la dirección
opuesta? ¿Por qué nos no dimos la vuelta antes?".
"En
1992, el mundo quería cambiar. Los líderes mundiales firmaron
documentos que, a día de hoy, serían muy radicales. Pero el poder
corporativo ha ganado terreno y hoy estamos en una posición muy
diferente. Ahora el cambio climático nos mira de frente, ya está aquí",
lamenta.
"Vamos
a vivir en un mundo drásticamente alterado con un sufrimiento humano
masivo. Hemos empeorado mucho. Ahora nos va a resultar mucho más difícil
actuar por las medidas extremas que tenemos que tomar en comparación
con lo que hubiéramos tenido que hacer en 1992. Todos tenemos que
convertirnos en expertos sobre cómo dejar de emitir CO2", apuntala la
ecóloga.
"Traería a Greta a la isla donde vivo"
Por
esta razón, confiesa sentirse "orgullosa y emocionada" por las miles de
movilizaciones juveniles que han sacado a la calle a jóvenes de más de
150 países en los últimos días. "Para los que llevamos en esto 30 años y
seguimos involucrados, es absolutamente conmovedor, porque nos hacemos
mayores y nos desespera mucho que no haya cambio. Así que cuando vemos
que estas generaciones más jóvenes asumen la responsabilidad, es
increíblemente poderoso e inspirador", indica.
"Hay
algo que es patrimonio de los niños, esta cualidad de decir la verdad.
Si miramos atrás, los jóvenes siempre han estado en primera línea de las
revoluciones y por eso es increíble ver cómo se están movilizando. Me
emocionan las fotos de niños de todo el mundo que entienden claramente
lo que está pasando mientras los adultos seguimos haciendo lo mismo. Se
están levantando con Greta y se están convirtiendo en guerreros. Pero es
una mezcla de sentimientos. También esperas que estos menores tengan
apoyo en sus vidas personales, porque es difícil ser un guerrero,
tenemos que cuidar de nuestros jóvenes", prosigue Cullis-Suzuki.
¿Qué
le recomendaría, entonces, a la adolescente sueca desde su experiencia?
La ecóloga guarda silencio durante unos segundos para, después, soltar
entre risas: "La traería aquí para esconderla un poco". Ese "aquí" es el
lugar donde reside con sus hijos y su marido: el archipiélago Haida
Gwaii, frente la costa oeste canadiense y hogar del pueblo indígena
Haida, la comunidad de su pareja. "La traería para que sepa cómo
recargar la energía. Cuando yo era joven, una mujer indígena me guió y
me ayudó a cuidarme para poder seguir con la labor que estaba haciendo".
"Se está hablando ya de 'depresión climática', el dolor que la gente siente por los efectos del cambio climático.
¿Cómo lidiamos con el hecho de matar la vida? Por eso me preocupa que
la gente joven salga sin apoyo, que la carga pueda ser aplastante para
algunos. Así que si tuviera la oportunidad de hablar con Greta, lo
haría sobre qué herramientas hay para lidiar con esta carga", prosigue.
A
la vez, confiesa su admiración por cómo habla o maneja las redes
sociales. También, alaba de ella cómo responde a los comentarios y las
burlas recibidas por dirigentes del calibre de Donald Trump, quien, tras
su emocionado discurso, afirmó que "parece una chica joven muy feliz". Thunberg decidió entonces cambiar su biografía en Twitter replicando las mismas palabras del mandatario. "Es
increíble cómo se enfrenta a los ataques. Demuestra que tienen miedo.
En la cultura Haida, la forma en que hablas refleja quién eres. Cuando
escucho esos ataques de hombres poderosos que hacen comentarios sobre su
apariencia, su intelecto... solo muestra quiénes son. Y ella es
brillante", opina.
Severn Cullis-Suzuki en la actualidad. Dana Moraes |
Asegura
que, para ella, es clave que la batalla contra la crisis climática se
centre en la 'justicia intergeneracional', es decir, no perder de vista
cómo nuestras políticas actuales hipotecan el futuro de las generaciones
más jóvenes.
Al fin y al cabo, es lo mismo que reclamó en 1992 a los
líderes mundiales. Aquella vez lo hizo siendo aún esa generación
futura.
"Solo soy una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que comprendan que ustedes tampoco las tienen", les dijo.
Ahora,
lo hace desde su posición de adulta.
"Es una cuestión de Justicia entre
generaciones.
Algún día nos daremos cuenta de que es un crimen contra
las generaciones futuras, contra nuestros hijos.
Ellos no votan y no
tienen ningún poder económico.
Así que sigo luchando por esa
causa".
Igualmente, dedica parte de su activismo a la defensa de los
derechos de los pueblos indígenas. "Todavía mantienen la conexión con
cómo vivir en la tierra. La sociedad dominante ha perdido esa conexión.
Tenemos que volver a aprender a vivir de forma sostenible y todavía hay
gente que sabe cómo hacerlo, cómo sobrevivir, son los indígenas. Tenemos
que apoyar a los pueblos indígenas que están defendiendo sus
ecosistemas. Porque nos dirigimos a la extinción".
Cuando se subió al estrado, Severn Cullis-Suzuki tuvo palabras de preocupación para los niños que aún no había tenido. "En
mi vida he soñado con ver grandes manadas de animales salvajes, junglas
y bosques tropicales llenos de pájaros y mariposas. Pero ahora me
pregunto si existirán para que los vean mis hijos".
Si tuviera la oportunidad de volver a hablar en la ONU, ¿qué es lo que diría?.
"Buena pregunta", responde Cullis-Suzuki.
Se lo piensa unos segundos y le vuelven a venir a la cabeza sus hijos,
ahora reales, con su propio rostro, su nombre y su personalidad.
"Hablaría
de lo que es ser madre. De las responsabilidades que he aprendido, que
son deberes humanos sagrados como es traspasar la tierra a la siguiente
generación. No heredamos la tierra de nuestros padres. La tomamos
prestada de nuestros hijos. Todos somos como las principales
generaciones en el poder. Hemos basado nuestra sociedad el crecimiento
económico de forma irresponsable. Hablaría de ese deber que todos
tenemos que proteger. Y de por qué, si todos prometimos que íbamos a
cambiar, hemos ido en sentido en contrario".
más INFO
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- Ahora que hablamos tanto de Greta, recordáis a Severn Suzuki? Con 12 añitos dio este discurso en la Cumbre del Clima de Rio https://t.co/9NSiB23NOP— Irene Milleiro (@irenemilleiro) September 24, 2019