HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
La
eliminación de las interfaces-físicas (teclado, ratón, lápiz óptico,
etc…) provocó la proliferación de uso de las TIC (Tecnologías de la
Información y de la Comunicación) por niñas y niños. Más, con la
utilización de interfaces gráficas amigables y táctiles.
El
aprendizaje si es memoria es porque se reproduce colectivamente. A
estas alturas reniego de profetas (quienes usan un interfaz no usable
por otros para interactuar con un sistema no programable), reniego de
educadores (quienes licencian la potestad de uso del interfaz privado
para examinar sobre el recuerdo dado de su conocimiento del sistema),
reniego de ideólogos (quienes se apropian la potestad de uso del
interfaz particular para imponer su interpretación del sistema).
Posiblemente
la no necesidad de aquellos roles daría como resultado llevar a efecto
la memoria y trasladarse a aquellos territorios donde se identificaron
las interrelaciones. A territorios donde es posible regresar por
reconocimiento de los elementos al reencontrarse los objetos
performativos que soportan el relato disgregado en su memoria
compartimentada.
La ética
se reconstruye al dar valor al otro, sin necesidad de grado ni rango
porque hemos permitido que el otro se nombre al identificarse. Ningún
elemento de un acontecimiento es excluible ni anonimizable. Lo que rige
es todo el valor de lo que performativamente sucede.
Aprendemos
si facilitamos espacios de reconocimiento de cualquier identidad, de
cualquier momento de la identidad, sin exclusión. Pero en una sociedad
abstraída el efecto único de la educación es la abstracción. Se nos
educa cognitivamente para abstraernos, y salir de las esferas de la
mismidad de las cosas concretas. Y ese fin suele ser el vacío, la
absoluta exterioridad, la exterioridad discriminante. En un territorio
donde ya no es posible reconocer con certeza, traducido a la falsedad,
sólo la explosión de la expresividad espontánea nos saca del vacío, si
logra sintonizar una frecuencia, un ‘tempo’ concreto.
Tendentes a
lo ilimitado, a reproducir el vacío, encontramos el límite expresivo o
expresable si acontece al decirse con otros. A consultarse con todas y
todos. El riesgo vivido en los territorios globales contemporáneos
localiza su límite en la expresión emotiva, porque desacelera el vértigo
y nos hace partícipes al podernos localizar en un espacio social
tangible y concreto. Sobre los límites de la memoria al recordarnos con
otros, con aquellos amigos, quienes recíprocamente aprendieron a
nombrarse. La memoria es escucha.
Teniendo
en cuenta lo dicho, por qué no hacer extensiva las consultas del tipo
que sean y a todas las áreas de la vida que repercuten de igual manera a
adultos y a niños y niñas. Se me ocurre, por ser una cuestión actual, ¿es
legítimo que los adolescentes no puedan opinar y decidir en el BREXIT o
sobre el tipo de gobierno que queremos para España… Más, sabiendo, tras
la consulta y las elecciones la distinta distribución del voto entre
adultos y jóvenes; y teniendo en cuenta que las decisiones ‘de ahora’ de
los adultos están determinando la vida futura de estos niños, niñas y
adolescentes impidiendo su participación presente y/o proyectada?
La Plataforma de Infancia celebra la creación de la Comisión
permanente de Derechos de Infancia y Adolescencia en el seno del
Congreso de los Diputados
El Congreso de los Diputados ha
aprobado en el día de ayer, en la primera sesión plenaria de la presente
legislatura, la propuesta de creación de una Comisión Permanente de
Derechos de la Infancia y Adolescencia promovida por los grupos
parlamentarios de Ciudadanos y Podemos. 338 votos a favor y 6
abstenciones ha sido el resultado de la votación quedando aprobada la
propuesta. Se prevé que se constituya oficialmente en la Cámara Baja a
lo largo del día de hoy.
Adolfo Lacuesta, presidente de la Plataforma de Infancia, ha
expresado su satisfacción por la constitución de la Comisión sobre
Derechos de Infancia y Adolescencia y por su condición de Permanente,
aseverando que “la infancia y sus problemas están siendo cada vez más
visibles en el discurso político y en los medios de comunicación”. No
obstante, Lacuesta lamentó que “esta realidad ha ido cambiando más
motivada por el empeoramiento de las condiciones de vida de los que se
han convertido en la población más vulnerable de España: los niños y las
niñas, y no tanto por la existencia de una mayor sensibilidad respecto a
sus propios problemas”.
Las altas tasas de pobreza infantil, fracaso y abandono escolar, la
ausencia de inversión pública adecuada, la falta de equidad de la
educación, entre otros aspectos, han sido una constante en la historia
de nuestro país, señala Lacuesta, pero también recuerda que “ha sido
tras la crisis económica y financiera cuando estas situaciones
preocupantes han llegado a convertirse en emergencia y han alcanzado,
incluso, niveles alarmantes”.
Los grupos políticos hacen mención cada vez más a estos problemas y
empiezan a articular más propuestas para revertir la situación. En la
sociedad, empieza a no cuestionarse esta realidad, a tener más la
conciencia de que el bienestar de la infancia no recae únicamente en la
responsabilidad de los progenitores; sino que el Estado debe ser el
garante del cumplimiento de sus derechos y, por tanto, de su protección.
Por ello, destaca Lacuesta, “en la Plataforma de Infancia vemos
urgente pasar de las palabras a los hechos y situar a los niños y niñas
en el centro de las políticas. El mejor comienzo es garantizar que los
más de 8 millones de menores de edad que viven en España estén presentes
en las leyes, en los programas, en los planes y en los presupuestos,
teniéndolos en cuenta y haciendo efectivo el principio del interés
superior” contemplado en la Convención sobre los Derechos del Niño,
(instrumento internacional de derechos humanos más ratificados en el
mundo, en su día, también por España).
Para la Plataforma de Infancia y las 60 entidades que la integran, la
creación de la Comisión de los Derechos de Infancia y Adolescencia en
el seno del Congreso de los Diputados supone una demanda histórica que
se viene solicitando desde hace ya varios años. “Hoy celebramos su
constitución porque con ello se demuestra la implicación de los grupos
parlamentarios con la población infantil, se facilita en el seno de la
cámara un debate plural con la participación de expertos y esperamos que
también se tenga en cuenta, la opinión de los propios niños y niñas en
el seno parlamentario”, recalcó Lacuesta.
Por último, Lacuesta pidió a los diputados y las diputadas como
presidente de la Plataforma de Infancia y en nombre de las 60 entidades
sociales a las que representamos, que “en el marco de esta Comisión sea
posible trabajar para mejorar la legislación que afecta a la infancia,
las políticas que realice el ejecutivo y el diálogo con las
organizaciones que trabajan por los derechos de la infancia. Por nuestra
parte, nos comprometemos a hacer lo posible para trabajar con los
distintos grupos parlamentarios para conseguir que el trabajo en la
Comisión sea lo más productivo y efectivo posible para garantizar el
cumplimiento de la aplicación de los derechos de los niños y niñas en
España”.
The DGD is organised once every two years to foster a deeper understanding of the content and implications of the Convention on the Rights of the Child as they relate to specific articles or topics.
The participants present on the day took part in two working groups, with one focusing on 'Children's exposure to environmental toxicants' and the other on 'Children and the effects of environmental degradation'. Both panels included experts in children's rights, the environment, and several children who were invited to speak about their rights, activism and the state of the environment in their countries.
During the lunch break the CRIN team also attended a side event on 'The Unsound Management of Chemicals and the Rights of the Child', hosted by the permanent mission of Uruguay and co-sponsored by CRIN and Terres Des Hommes.
The Human Rights Council held its 33rd session from 13 to 30 September. For more information on the session, you can refer to the programme of work, view the reports for the session, and read summaries of the meetings that have taken place. Other information can be found on the homepage of the Human Rights Council website. Below is a summary of the developments concerning children’s rights.
The Council held a panel discussion onYouth and Human Rights, following the adoption of aresolutionon the same theme in June, to discuss the exercise of human rights by young people. The Envoy of the Secretary General on Youth, Ahmad Alhendawi, said in a video message that significant gaps remained in human rights protection for youth, including access to political rights, the right to seek health services, and the right to education. He recalled that the first ever organisedForum on Human Rights, Democracy and the Rule of Lawwill focus on “Widening the Democratic Space: the role of youth in public decision-making”. Johanna Nyman, President of the European Youth Forum, urged the Council to call for the preparation of a report that would map the obstacles that young people face in accessing their rights. She also suggested the establishment of a Special Procedure on the human rights of young people, such as an Independent Expert or Special Rapporteur.
The session also saw the launch of the newGeneral comment No. 19of the Committee on the rights of the child on public budgeting for the realisation of children’s rights. During an event organised by children's rights organisations, the States which are party to the Convention on the Rights of the Child were reminded of their obligation to invest in children’s rights and to make all the rights enshrined in the Convention a reality. Professor Jorge Cardona, a Committee member, stressed the principles that need to guide public budgeting for children’s rights: effectiveness, efficiency, equity, transparency, sustainability. For a short presentation on the General comment, see thevideoproduced by Child Rights Connect.
A side event was held to celebrate the 10th Anniversary of the UN Study on Violence against children (UN Study) and examine the main achievements made since the launch of the study in 2006. Panelists discussed emerging challenges and opportunities for accelerating progress towards the elimination of all forms of violence against children in the context of the new 2030 Agenda for Sustainable Development Goals (SDGs). During the past ten years, 51 States introduced legislation to ban corporal punishment in all settings, including in the home, the latest States being France and Paraguay. A representative from the World Health Organisation (WHO), presented the new 2016-2020strategyof the Global partnership to End violence against Children and explained that the Partnership aimed to: 1) build and sustain political will to achieve the SDGs; 2) accelerate action at the national and local level, and 3) strengthen the collaboration between countries, civil society and other stakeholders.
The Council held its half-day annual discussion on the rights of indigenous peoples, focusing on the causes and consequences of violence against indigenous women and girls, including those with disabilities. Adam Abdelmoula, Director of the Human Rights Council and Treaty Mechanisms Division, said that indigenous women and girls who had suffered violence faced too many barriers in accessing justice, including sheer discrimination or mistrust in the judicial system. Victoria Tauli-Corpuz, Special Rapporteur on the rights of indigenous peoples, urged States to develop mechanisms that allowed indigenous women and girls to pursue other means of recourse against violence if they were unable to obtain support and access to justice within indigenous communities.
In a resolution on the human rights situation inBurundi, the Council decided to create for a period of one year acommission of inquiry. The Commission will conduct a thorough investigation into human rights violations and abuses in the country since the eruption of violence following the disputed candidacy of President Nkurunziza in April 2015. The Commission will also identify alleged perpetrators of human rights violations and abuses in Burundi with a view to ensuring full accountability.
Paulo Sérgio Pinheiro, Chairperson of theCommission of Inquiry on Syriasaid that six years into the Syrian conflict and five years into the Commission’s work, the Commission’s ability to access information sources was as critical as ever. Presenting the Commission’s latest report, he stressed that children remained one of the groups most vulnerable to human rights violations. The Commission found that boys have been recruited to fight and many children attempted to leave the country on their own, but instead of safety some found themselves being held abroad for weeks in unsanitary detention cells.
UN Special Rapporteur on Human Rights and Toxics (SR), Mr. Baskut Tuncak, warned during the biennial Day of General Discussion that thewidespread childhood exposure to toxics and pollution has triggered a ‘silent pandemic’. In hisannual reportthe SR reminded States and businesses that they have an obligation to prevent children from being exposed to toxics and pollution, and that myriad rights are violated when States and businesses fail to prevent the exposure of children to toxics and pollution. He also stressed that children are arguably the most vulnerable to toxics and pollution, as they are completely defenseless in their early years. They are impacted in ways in which adults are not, exposed at higher levels than adults, and can be born pre-polluted through toxic chemicals found in their mother’s body.
Special Rapporteur on the situation of human rights in Cambodia
The SRfocused her annual reporton marginalised groups, using discrimination as a lens to view the prevailing human rights situation. Her report noted that continued efforts are needed to reach the most vulnerable groups, including children, demonstrated by a lack of progress in reaching targets on child labour and child malnutrition. A number of other key children's rights issues were also addressed, including the detention of children with medical needs and psychosocial disabilities with adults and in poorly equipped facilities, the failure to include indigenous culture and traditions in school curriculums, and the need for Cambodia to improve secondary school enrolment and completion rates.
Independent Expert on the situation of human rights in Somalia
Thereport of the Independent Expert(IE) on the situation in Somalia highlighted the progress around the political, security, national and State-building processes in Somalia and welcomed the accession by the State to the Convention on the Rights of the Child. However, major challenges around the rights of women, children, persons with disabilities and other minorities were raised. The IE warned about the impact of children being recruited by armed groups and while some have been captured and subsequently transferred to rehabilitation facilities, many remain in detention and some have even been sentenced to death.
Independent Expert on the situation of human rights in the Central African Republic
TheIE’s annual report notes that the situation for children in Central African Republic remains worrying as they continue to be victims of violence, sexual violence and are recruited by armed groups. Many children continue to be kidnapped by the Lord’s Resistance Army (LRA) and are being used to carry stolen goods or for other support roles, while abducted girls are often kept as sex slaves. The IE encouraged the establishment of rehabilitation centres for children in conflict with the law.
Special Rapporteur on contemporary forms of slavery including its causes and consequences
The SR’s annual reportfocused on the issue of debt bondage. The SR highlighted that children are particularly vulnerable to debt bondage and in such situations can be vulnerable to additional rights violations, due to their lack of access to education and opportunities to participate in cultural or recreational activities. The SR highlighted the threat of women and children becoming trapped in situations of bonded labour because of debt contracted, or inherited by other members of their family.
Special Rapporteur on sale of children
This year marks the 25th anniversary of the mandate of the Special Rapporteur on the sale of children, child prostitution and child pornography. In this context, the SR produced a handbook, a fact sheet and a child friendly version of this fact sheet on her mandate, with the support of Plan International. The fact sheet and its child friendly version are available in the four working languages, English, Spanish French and Arabic.
La diputada indígena peruana Tania Pariona, líder de los derechos de los niños y niñas trabajadoras de Latinoamérica y diputada del Frente Amplio de Perú.
Tania asegura que "siempre que
sea digno, el trabajo infantil puede ser positivo para los niños".
"Diferenciamos
entre la explotación y otras formas de trabajo en las que los niños
tienen poder de decisión y un papel importante para su país y su
familia".
"Un niño trabajador es visto siempre como un pobre, excluido y explotado, pero nadie cuestiona en Europa que un niño sea actor".
Cuando tenía 10 años, Tania Pariona trabajaba y
estudiaba.
El peso de esa experiencia, asegura, recae sobre su defensa
del empleo infantil en condiciones dignas. Sus recuerdos de aquella
época, en la que se organizaba con sus compañeros para defender sus
derechos por sí mismos, le empujan a cuestionar desde el Congreso
peruano el "paternalismo" con el que, dice, suele observarse a los niños
trabajadores.
La diputada
indígena peruana y líder del movimiento de los niños y niñas trabajadores de Latinoamérica defiende que no se incluya en el saco de
la explotación infantil muchos trabajos que, en su opinión, "dignifican a
los niños, les hacen crecer en valores y mejoran su
desarrollo educativo".
Insiste en que bordar tejidos durante su niñez le permitió aprender el
arte de sus antepasados indígenas. Vender gelatinas en el mercado,
añade, contribuyó a comprar su material escolar. "Lo hacía porque
quería, y lo hacía feliz", reitera la líder indígena. En ningún momento
dejó de estudiar.
No siempre ocurre así. Alrededor
de 17 millones de niños indígenas trabajan en América Latina en labores
agrícolas o desempeñan en las ciudades actividades domésticas, en la
construcción o como vendedores ambulantes, según datos de la OIT. "Parte
de ellos pueden estar sometidos a labores que se identifican dentro de
la explotación infantil", recuerdan desde la Agencia de la ONU para la
Infancia.
La distribución que Unicef considera
necesaria para el correcto desarrollo de un niño consiste en ocho horas
para estudiar, ocho horas para jugar, ocho horas para dormir. "No es que
un niño no pueda ayudar a sus padres en una tienda los sábados por la
mañana o colaborar en el campo, pero hay que tener siempre en cuenta que
si está trabajando, alguna de esas tres partes se resiente",
puntualizan desde Unicef.
Invitada a Madrid por Podemos, Tania Pariona responde
a las preguntas de eldiario.es para exponer su enfoque y explicar sus
diferencias con respecto al punto de vista de otras organizaciones.
Incide en diferenciar entre trabajo infantil en condiciones de
explotación y el empleo digno, reiterando que la clave de la protección
de la infancia está en ellos mismos: "Basta con saberles escuchar".
¿En qué se diferencia el discurso de su colectivo sobre el trabajo
infantil del que hacen otras organizaciones como la OIT, el Banco
Mundial o Unicef?
La consideración de la
niñez que hacemos nosotros es distinta. Actualmente el discurso sobre la
infancia es muy paternalista, sobreprotector y adultocentrista. El niño
es visto como un objeto de sobreprotección, sin capacidades, no
preparado, incapaz. Su opinión no vale. Y con ello se invisibiliza la
capacidad de los niños para ser actores que construyen y defienden sus
propios derechos, que eligen. La escucha y el derecho a participación de
los niños en la sociedad actual están anulados.
En
este sentido, un niño trabajador es visto como un pobre, excluido,
explotado y, además, sin capacidades. Y esto no siempre es así. Se
asocia al niño que trabaja con aquel que no va a la escuela, sin futuro,
y todos esos clichés que, por lo general, han tenido un impacto fuerte
dentro de la manera de abordar las políticas públicas de protección de
la infancia.
¿Por qué no abogan por la abolición del trabajo infantil?
El trabajo infantil en sí mismo no es malo, pero sí algunas formas en
las que se da. Ahí es cuando hay que denunciar y condenar la
explotación. Nadie está de acuerdo con que se explote a los niños en
ningún contexto. Pero tampoco se puede echar en el mismo saco todas las
formas de trabajo, sin diferenciar cuáles pueden contribuir a la
educación de estos niños, porque algunas pueden sumar al desarrollo de
su conocimiento y sus capacidades.
¿En qué casos consideran positivo que un niño trabaje?
Bueno, pensemos en los niños en el campo, por ejemplo. En zonas donde
la agricultura es la base de la subsistencia, ellos van creciendo y
aprendiendo colaborando en la chacra, aprendiendo de las labores que
hacen sus padres. Ese aprendizaje es mucho más que solo verlos labrando
la tierra, porque tiene que ver con su entorno, su cultura, la relación
del hombre con la naturaleza, con las responsabilidades que van
adquiriendo en un contexto familiar y comunitario.
Nuestra crítica pasa precisamente por saber diferenciar entre aquellas
formas de trabajo que sí son explotación, y otras en las que los niños
tienen poder de decisión y una autoría importante para su país y su
familia. Y no pierden su dignidad, por supuesto, sino todo lo contrario.
Yo cuando era niña crecí en un espacio organizativo. Trabajaba y
estudiaba a la vez, y eso me permitió educarme en valores y en derechos,
en reciprocidad y hermandad con otros niños y otras culturas.
[La OIT reconoce que "no todas las tareas realizadas por los niños
deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar". En su último informe,
la organización señala que "la participación de los niños en trabajos
que no atenten contra su salud y desarrollo personal ni interfieran en
su escolarización se consideran positivos. Ver también reciente doc de la OIT "Abordaje contra el trabajo infantil desde el Mercosur. Sistematización de la experiencia regional en prevención y erradicación del trabajo infantil" ].
La infancia es un colectivo especialmente vulnerable, ¿cómo se
garantiza que no se les exponga en mayor medida a situaciones de
explotación en un entorno laboral?
Yo no
diría que la infancia es vulnerable, sino que está en una situación de
vulnerabilidad. No es que sean de por sí seres indefensos, sino
que los estados no garantizan sus derechos adecuadamente. En Perú, por
ejemplo, tenemos una política nacional de protección de la infancia, con
un plan escrito y concreto, pero que no está ni presupuestado.
Para mejorar esto hay que escuchar a los niños, dejar que se organicen.
Un ejemplo de buena práctica en este sentido, también en mi país, es el
de los 'CONOS', en Lima: consejos de niños y adolescentes dentro de las
autoridades municipales, donde ellos mismos ponen la agenda de las
cosas que les afectan, son consultados y opinan sobre las medidas
políticas que les afectan.
¿Dónde está la línea roja en el trabajo infantil?
En el trabajo digno. Porque la explotación no es un trabajo, es
explotación. Para que un trabajo sea digno para un niño debe tener
garantizados todos sus derechos: acceso a la educación, a la sanidad, a
la salud, a ser escuchados y a participar.
Si esto se
logra, el trabajo permite el crecimiento de las capacidades de un niño,
no las limita. Siempre que ellos decidan, claro. Porque trabajo digno
también es eso: cuando un niño opta, elige, se siente feliz porque nadie
le impone y nadie le dice "a ti te toca hacer esto".
¿Y eso cómo se logra? ¿Cómo se asegura que un niño trabaje porque quiere y no por una situación de pobreza o necesidad?
Es evidente que hay contextos en los que esas situaciones de necesidad
se dan, y tiene que ver con un problema de pobreza estructural. ¿Cómo se
mide la libertad de un niño en esos casos? Yo creo que haciendo
más estudios cualitativos que evalúen las circunstancias, para saber en
qué medida estos chicos tienen opción de sentirse bien y de decidir.
En mi caso, por ejemplo, nunca tomé como obligación contribuir a la
economía familiar, lo decidí libremente. Mi mamá tenía un puesto en el
mercado donde vendía quesos y gelatinas, y yo quise ir a vender a las
losas deportivas porque sabía que ahí habría más compradores. Conseguí
vender en un día unos 200 helados, apenas gané 20 soles (unos 10
dólares), pero me sentí superbien porque sabía que con eso podía
contribuir a que todos juntos tomásemos algo un domingo, o a tener más
útiles en la casa.
Su postura es
crítica con la prohibición de todas las formas de trabajo infantil.
Hablan de excluir la explotación, pero, ¿por qué no concretan límites en
la edad mínima o el tipo de trabajo?
Porque
hay realidades que sobrepasan los marcos legislativos, y no por ello
podemos invisibilizarlas o hacer que el Estado no cumpla con su
responsabilidad política. ¿Qué pasa con los niños que trabajan con menos
de 14 años, la edad mínima legal para trabajar en Perú? ¿No existen?
¿Están desprotegidos? ¿Son niños a los que hay que borrar? ¿A los que
hay que sacar de las calles? Eso es por lo que se está optando ahora,
una limpieza social. En lugar de proteger sus intereses y estudiar sus
casos, los estamos tratando como un estorbo, porque están "faltando a la
imagen pública del país".
Sobre las formas de
trabajo, a veces tiene que ver con lo que está bien o mal visto. ¿Qué
ocurre, por ejemplo, con los niños actores? ¿Por qué esas formas de
trabajo no entran en la discusión sobre el trabajo infantil? Claro, les
vemos actuar y nos encanta, pero lo que hacen es trabajo también. Nadie
pone en duda en estos casos que lo que están haciendo les está aportando
cosas buenas, y que pueden estudiar a la vez.
¿Condiciona el trabajo infantil las oportunidades de futuro de ese niño?
Cuando escucho algunos discursos de la OIT o el Banco Mundial, en los
que se tacha al niño que ha trabajado como un niño fracasado, no es tan
cierto. Los jóvenes de mi generación que hemos estado involucrados en el
movimiento por la defensa de nuestros derechos como niños y
trabajadores hoy estamos mucho más comprometidos con el cambio social,
hemos accedido a estudios superiores y alcanzado niveles grandes de
profesionalización.
Limpiabotas, niños que vendían
helados en la zona, vendedores ambulantes... hoy son chicos
profesionales, antropólogos, facilitadores de procesos, etc. En todos
esos casos, el hecho de haber trabajado y haberse organizado para
defender sus derechos como niños trabajadores ha hecho de ellos mejores
ciudadanos.
¿Es posible compaginar los trabajos de estos niños con el colegio sin que esto repercuta en su rendimiento?
Depende mucho de los horarios. Yo, por ejemplo, trabajaba en mis días
libres y los fines de semana, pero siempre tenía y sabía que debía
responder a la escuela. Claro que es posible, y no es una carga o una
obligación. Muchos se sorprenderían al hablar con ellos y ver cómo
estos chicos se organizan tan bien ellos solos, sin que sea una carga.
Yo invito a todo el mundo a que conozca la situación a través de lo que
explican ellos. Solo así podemos evitar un discurso sesgado y conocer
las realidades de las infancias, porque no hay una única infancia
homogénea y monocultural.
El
discurso actual y legislativo sobre el trabajo infantil y la protección
de la infancia, ¿tiene en cuenta esta multiculturalidad de la infancia?
No siempre. Recuerdo un profesor de una escuela rural que estaba en
contra de que los niños aprendieran el arte de su pueblo porque decía
que "eso ya no servía". Pese a que es el saber más cercano y que tiene
un vínculo identitario enorme para el niño.
En las
políticas públicas hacemos algo parecido. Estamos asistiendo a un
discurso mayoritario que construye cómo debe ser la niñez a partir de un
único niño modelo, basado en una visión casi europea. Así estamos
creando niños sin voz, invisibles.
Ahora que recordamos la matanza del 68 en México y el
segundo año de Ayotzinapa,
y que Colombia pone en jaque su proceso de
paz,
María Fernanda Maquieira, Pilar Lozano, Inés Garland, Jeannete Winter, Nuria Santiago, María Baranda, Perla Suez y Lola Larra
nos hablan de crímenes de Estado, desapariciones forzadas, guerra y estudiantes en lucha, para nombrar y recordar.
Ellas recuerdan. Y no lo hacen para
informarnos o dar cátedra histórica de la dictadura militar argentina,
la guerrilla colombiana, el régimen talibán, el crimen organizado en
México o las movilizaciones estudiantiles, escriben para contarnos una
historia. Hay memoria y dolor, pero primero están los personajes y sus
deseos.
Sobre la pertinencia de ubicar a esos personajes en contextos violentos en la literatura para niños y jóvenes, dice María Fernanda Maquieira: “Creo
que en la LIJ caben todos los temas, aún se traten cuestiones
difíciles, duras, traumáticas como el abandono, el desamor, la
desaparición, la violencia, las guerras, la muerte. Y la historia
reciente de nuestros países, con todos sus dolores, es uno de los
tópicos que considero pertinentes”.
Pero, otra vez: “Debe prevalecer la
historia y no perder de vista el hecho estético. Es decir que el tema no
se imponga al hecho literario”, continúa Maquieira. Y además: “Creo que
debe haber un abordaje acorde a la edad y a la emoción de los niños, un
cuidado porque en el texto haya una tabla de salvación que de alguna
manera les permita elaborar el duelo, la pérdida, la tristeza. Y ese
abordaje debe ser con verdad, emoción y empatía con el lector”.
También Michèle Petit
parece ofrecernos una respuesta cuando afirma que: “La lectura no puede,
como tampoco el dibujo, reparar los desórdenes del mundo ni tener en
todas las ocasiones una función catártica. Sin embargo, entre
más violento e insensato es el contexto, más vital resulta mantener
espacios de respiro, de ensueño, de pensamiento, de humanidad. Espacios en los cuales rehacerse, en los cuales mantener la propia dignidad”.
Aquí, entonces, ocho libros que, sin apartarse de esa difícil realidad, la trastocan.
Ganadora del Premio Fundación Cuatrogatos 2015, Rompecabezas
es primero una novela de amigas inseparables, “Las Chicas de Siberia”,
que crecen, empiezan a enamorarse y se cuentan todo en la cotidianidad
del colegio, entre tareas, bromas, dudas y primeros besos. Pero ese
entorno, que sentimos familiar, va transformándose poco a poco con una
guerra que estalla en las Malvinas (con reclutas muy jóvenes, uno de
ellos hermano de un compañero del cole), las composiciones escolares
sobre “Patria”, “Soberanía” y “Amigos soldados” que están obligados a
escribir, las manifestaciones de las madres que buscan a sus hijos en
una plaza y la repentina huída de una amiga: Gabi. Este
hecho reavivará en Mora, la protagonista y narradora de esta historia,
la duda central en su vida: ¿dónde están sus padres? ¿qué pasó con
ellos? Mi vida era un curso intensivo de ausencias y espacios vacíos, de preguntas con respuestas múltiples, de fantasmas y secretos.
Un rompecabezas, como metáfora perfecta
del crecimiento, que el lector querrá armar y rearmar, él también, tras
la pista de esas piezas que a todos nos faltan.
2. Era como mi sombraPilar Lozano, Ediciones SM, 2015.
Yo tenía algo muy claro: uno puede
ser muy pelión, pero no falta que por ahí una bala lo coja y lo vuelva
nada. Eso se lo hice entender de entrada a Julián… Temía quedar con las
piernas partidas, sin un brazo… Prefería, mil veces, un tiro en la
frente.
Son guerrilleros sin dejar de ser niños.
Dos adolescentes, que buscan mejorar sus condiciones de vida uniéndose a
la guerrilla colombiana, se emocionan cuando entrenan, cuando salen a
combate y disparan. Pero también quisieran poder jugar con sus canicas y
saltar libres en una cama; tienen miedo, recuerdan a sus familias y
ruegan por ser enterrados dignamente si los matan.
La potencia en la voz del protagonista,
franca y espontánea, cala hondo. No narra desde la miseria y el
abandono, narra desde la voluntad de sobrevivir, a pesar de un desánimo insuperable y aunque duela hasta la sangre. Y aunque tampoco nosotros podemos evitar preguntarnos: —¿Y no es injusto que un niño que debe estar jugando y estudiando termine en la guerrilla o en los paramilitares?, leemos porque estamos seguros que ese testimonio que tenemos entre manos, alguna justicia nos dará.
3. Piedra, papel o tijeraInés Garland, Alfaguara, 2014.
En capítulos breves, como instantes de
una vida, esta autora construye una atmósfera completamente envolvente y
una narración intimista imposible de soltar. Al paisaje visual y
sonoro lleno de juncos, cañas, chapoteos, pequeños muelles y noches
plagadas de estrellas y chicharras, se integra el paisaje afectivo de
los personajes con sus desconciertos y alegrías. Alma, Carmen y Marito
van y vienen, siempre al margen del río y, como él, cercanos, reales,
melancólicos, pequeños… el río era, para ella, una gran compañía.
—Con eso que tiene de pasar y pasar y estar siempre moviéndose, les
quita importancia a las cosas —decía.
El tono nostálgico con el que recuerda y
cuenta Alma la época dorada de su infancia y adolescencia, cuando iba
los fines de semana de Buenos Aires a su casa en el Tigre, con sutiles
toques humor y una fascinación constante por el devenir de las cosas, no
da casi ninguna señal, en toda la primera parte de la novela, del
contexto violento al que de pronto se verán enfrentados sus
protagonistas. Este giro dramático tiene mucha fuerza; es inesperado sin
perder verosimilitud. La historia de amor de Alma, ese paisaje afectivo
que tanto se ensancha y cambia, nos tocará profundamente.
4. La escuela secreta de NasreenJeanette Winter, Editorial Juventud, 2010.
Cada año la American Library Association
(ALA) publica una lista con los 10 libros más censurados en Estados
Unidos. En 2015, el libro álbum La escuela secreta de Nasreen
fue uno de ellos. Distintos grupos de censores, con una mirada
conservadora sobre la infancia, lo acusaron de difundir entre el público
infantil una realidad aterradora: la del régimen talibán en Afganistán.
Nasreen vivía con su abuela y sus padres en una ciudad pacífica, hasta que llegaron los soldados y todo cambió. El arte, la música y el saber desaparecieron. La ciudad se cubrió de nubes negras. Nasreen
se la pasaba encerrada pues los soldados talibanes prohibían que las
niñas fueran a la escuela. Por si fuera poco, un día, los allanaron y se
llevaron a su papá. Poco después, su mamá salió a buscarlo. Nasreen
dejó de hablar, sus padres no volvían, pero su abuela había oído hablar
de una escuela, una escuela secreta para niñas. Y su vida empieza a mejorar.
Seleccionado en el programa Libros del
Rincón de la SEP en 2011, una historia sobre el poder del conocimiento
para abrir espacios de libertad interior y las esperas que nunca
terminan.
5. Olivia, el bosque y las estrellasNuria Santiago. Ilustraciones de Ángel Campos, Ediciones SM, 2015.
No existía hasta ahora ninguna historia
para niños situada en México que abordara el tema de las desapariciones
forzadas perpetuadas por el crimen organizado en complicidad con el
gobierno. Esta breve novela, ganadora del Premio El Barco de Vapor 2015,
se acerca. Abre preguntas con especial resonancia en nuestro país: ¿Y si mi papá decide no aparecer? Peor: ¿y si hay algo que no le permite aparecer?, se pregunta Olivia.
Su papá no es el único que subió al
bosque y no regresó. Otros padres de sus amigos y gente de su pueblo
también han desaparecido. Los talamontes y la policía local parecen
estar involucrados. Olivia está decidida a averiguarlo.
¿A dónde va la gente cuando desaparece? (este era título original del libro: más sugerente pero menos comercial, opinarían, quizás, los editores), ¿Cómo puede algo dejar de estar? ¿O desaparecer? Hasta este martes el único que desaparecía era mi gato Michu.
Un punto de vista infantil, convincente,
mantiene el interés desde el arranque. Sin embargo, quizá por la
complejidad y la crudeza del tema, hacia la mitad, la autora decide
cambiar el tono y los niños vuelven a su lugar habitual, como
observadores de los adultos. Entonces los acontecimientos se suceden
rápidamente y predomina un mensaje de resistencia y lucha social que
diluye la historia. A pesar de ello, Olivia no pierde el coraje y el
libro es una apuesta valiente que abre brecha.
6. Diente de LeónMaría Baranda e Isidro R. Esquivel, Ediciones El Naranjo, 2012.
Laina tiene once años, cuatro hermanos,
dos amigos y, a veces, mucha hambre. La montaña en la que vive se llenó
de soldados. Su papá se fue lejos, / muy lejos; tanto, / que a veces ya no se oye / ni siquiera detrás de las nubes. Y
ahora, su mamá se ha ido también para huir de la tristeza y del hambre,
y se llevó a sus hermanos. Ella se quedó para cuidar a su abuela.
“Ven, papá, ven”, / grité por toda
la casa, / “que el sol nos arde mucho / hasta en los ojos”. / Después
llegó el silencio / como si estuviéramos / adentro de la noche.
Hasta que un día Laina decide ir a
buscar a su mamá a un “Campamento”. Va con su amigo Maki. Juntos se
preguntan por qué no hay nadie que los cuide. El camino se hace largo y
seco. Laina resiste.
Desde la poesía narrativa, con una
manera de decir sin censuras pero con sutileza, María Baranda pone en
tensión el abandono, la pobreza y la soledad de una niña con su voluntad
de sobreponerse y recuperar a su familia. La guiarán las palabras
cálidas de su abuela y una voz interna llena de sueños, que ha germinado
como un diente de león.
7. UmaPerla Suez y María Belén Sonnet, Comunicarte, 2016.
También el nuevo libro de Perla Suez nos
habla, desde la poesía narrativa y con la voz de una niña, de la
soledad que pueden enfrentar los niños y los nuevos caminos, en este
caso fantásticos, que se abren para ellos. Pero
aquí el tono es de una fábula antigua que se ve interrumpida por la
guerra. Uma, así intuimos que se llama la protagonista, aunque no se
dice explícitamente, vivía tranquila en una llanura. Daba de comer a los
patos y escuchaba historias alrededor del fuego. Pero un día eso cambió. / Una
sombra apareció entre los árboles, en la espesura. / Los murciélagos
gritaron en los techos de las casas, / y el pasto empezó a encorvarse, a
ponerse blanco / como si fuera un viejo (…).
El relato continúa sombrío acentuado por
las ilustraciones en blanco y negro, que en algo recuerdan a la
estética de los ilustradores de cuentos de hadas y fábulas del siglo XVI
y XVII en Europa, y hasta al Pinocho de Enrico Mazzanti (de hecho, a la
usanza de estos artistas, Sonnet firma cada uno de sus dibujos). Sólo
que es más que eso: su mezcla de técnicas también dan actualidad a la
propuesta visual y se corresponden con el poema, transparente, evocador e
inquietante.
Entonces vi hombres de cuero / enfundados en largas botas, / avanzaban, / sus ojos se encendían / como el carbón al arder.
Un bello libro para leer y releer con
pausa, y en el que será necesario quedarse, más tiempo del que dura una
página, a contemplar el final.
8. Al sur de la alameda.Lola Larra y Vicente Reinamontes, Ekaré, 2014.
Alguien los observa hacer y deshacer. Un
personaje que se va revelando poco a poco mira desde sus binoculares a
un grupo de jóvenes que ha tomado el colegio. Entre ellos hay uno, Nicolás, que vaga solitario, como perdido. Y escribe. Lleva un diario, “diario de una toma”: En
estos tres días de toma el colegio ha cambiado y los alumnos también.
Están las sillas amontonadas afuera, las mesas pegadas a las ventanas,
sacos de dormir en el suelo. Y aunque la mayoría anda todavía de
uniforme, se ven distintos, o yo los veo distintos.
Ese cruce de miradas es la clave de esta
novela gráfica. No sólo por las dos historias que se entrelazan (la del
observador y el observado) y los dos lenguajes: el visual y el escrito
(hay que destacar la cercanía que escritora e ilustrador tienen con los
lectores), sobre todo por el choque de mundos que implica enamorarse en
plena revolución y resistir al sometimiento del mundo adulto.
Este libro rescata un momento histórico
en la vida de Chile, la “Revolución de los pingüinos” de 2006, en la que
estudiantes tomaron sus colegios para exigir mejoras en el sistema
educativo. Desde su publicación, Al sur de la alameda
ha generado mucho interés de especialistas, mediadores de lectura,
jurados de premios (ha recibido todos los reconocimientos posibles) y,
principalmente, de sus lectores. Adolescentes, jóvenes, que se
encuentran en estas páginas. Que leen que aquí mandan ellos, con sus
porqués en lo alto.
................
Y
vale la pena mencionar que en 2015, un personaje secundario de la
novela, Pablo “el gordo” Mellado, puso en circulación un extraordinario
fanzine: Estudiantes en lucha: apuntes para una historia de las movilizaciones estudiantiles. Documento informativo, inspirado en las clases que “el gordo” dictaba a
sus compañeros durante la toma del colegio, que se puede descargar de
manera gratuita aquí. Si nos hemos lanzado a las protestas
para desafiar el orden establecido y el obsoleto sistema educativo, la
injusticia (…), lo mínimo que podemos hacer es saber un poco de lo que
pasó antes de nuestro modesto mayo de 2006 en esta materia. Conocer lo
que hicieron nuestros compañeros y compañeras en el pasado: en Córdoba,
en 1918. En París y en México, en 1968. En La Plata, en 1976 y en Pekín,
en 1989, dice Mellado y ofrece un vivo repaso por frases e
imágenes emblemáticas de las principales resistencias estudiantiles del
siglo XX. Da cuenta de los hechos respondiendo tres preguntas básicas: ¿Qué pedían los estudiantes? ¿Cómo? y ¿Qué pasó después? De consulta urgente.