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Mario Lodi, maestro rural, que puso el paidocentrismo y la proximidad entre niño/maestro/entorno/naturaleza en el base de la acción educativa.

Hace unas semanas se cumplieron cien años del nacimiento de Mario Lodi, 
uno de los grandes educadores italianos del siglo XX. 
Sus experimentos en la escuela rural de una pequeña aldea de Lombardía quedaron registrados con precisión narrativa. 
Lodi plasmó la propuesta pedagógica de Célestin Freinet con un inconfundible acento rural. 
Paidocentrismo y cooperación definen su forma de entender la docencia.


Nacido hace un siglo en Piádena (Lombardía), Mario Lodi no fue mucho más lejos de su localidad natal para desarrollar la actividad educativa por la que ha pasado a la historia de la pedagogía. En rigor, ni siquiera se movió de ella, ya que Vho —la pequeña aldea en cuya escuela rural llevó a la práctica su particular enfoque didáctico— no deja de ser, administrativamente, una pedanía de Piádena.
Mario Lodi. Imagen toma da de www.antonellalenti.it

Conviene no soltar la noción de cercanía para acercarse a la figura de Lodi, seguidor del francés Célestin Freinet, cuyas ideas y técnicas enriqueció con un barniz de cosecha propia. En especial, mediante un fuerte énfasis en la cooperación y un paidocentrismo a ultranza, habituales también en otros maestros y pedagogos italianos de la segunda mitad del siglo XX. “Allí dieron una impronta propia a las propuestas freinetianas, centrándose en el diálogo y la interrelación de alumnos con alumnos, de los chavales con el profesor, y entre profesores. Lodi es el paradigma de la corriente italiana”, asegura Javier Casado, maestro jubilado y miembro del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular, que agrupa a los freinetianos españoles.

Lodi se graduó como maestro en el año 1940. Tampoco en este caso se desplazó en exceso: estudió en el Istituto Magistrale de Cremona, capital de la provincia lombarda homónina a la que también pertenece Piadena (apenas 30 kilómetros separan a ambas localidades). El italiano obtuvo el título de maestro en plena Segunda Guerra Mundial. El fervor bélico-fascista de aquella época soliviantó profundamente al joven Lodi, que pasó unos años en la cárcel por oponerse al régimen de Mussolini.

Tras el fin de la contienda, este compromiso político había sentado con solidez las bases de un compromiso pedagógico que no le abandonaría el resto de su vida. Casado traza una clara analogía entre la trayectoria de Lodi y la de tantos maestros renovadores españoles que, como el propio Casado, dieron —especialmente durante el franquismo tardío y la transición— continuidad a en el aula a sus convicciones políticas: “Fuimos maestros militantes pedagógicos, quizá pecando a veces de idealistas. Lodi también era un utópico, pero en esta profesión es bueno aspirar a una utopía, tenerla como horizonte”.

En los años 50, los escritos de Freinet se popularizan entre los educadores transalpinos más críticos con la escuela tradicional. Muchos maestros y maestras (y en menor medida profesores de secundaria) experimentan en aquellos años con las principales técnicas freinetianas: el texto libre, la imprenta, el cálculo vivo… Se funda entonces el Movimento di Cooperazione Educativa, con Lodi como una de sus figuras más destacadas. La institución —que influyó notablemente en su homóloga española— inicia entonces una incansable actividad de difusión, intercambio de ideas e innovación pedagógica que dura hasta nuestros días.

En 1956, Lodi recala en la pequeña escuela de Vho y encuentra, por fin, un lugar de libertad para aplicar sus ideas educativas. Allí permanece hasta 1978. Más de 20 años de clases dinámicas en las que alumnas y alumnos tienen voz y voto, con la figura del maestro oscilando entre el mero observador y el facilitador de conexiones no tan evidentes para una mente sin madurar. En una entrevista de Francesco Tonucci a Lodi, reproducida en el último número de la revista Educar(NOS), el maestro italiano afirmaba, a una pregunta sobre su supuesto “espontaneísmo”, lo que sigue: “Partir del niño significa aceptar su experiencia como el material sobre el que trabajar para conectarlo con los problemas del ambiente y de la sociedad, en un proceso continuo de ampliación […] del saber individual y de grupo”.

En los 22 años que enseña en Vho, Lodi publica también algunas de sus obras más conocidas. Cipi, que cuenta la sencilla historia de un pájaro y supone un referente esencial de escritura colectiva entre alumnos y maestro. O Il paese sbagliato (traducido, según algunos estudiosos, confusamente al español como El país errado, cuando sería más correcto traducir, en este caso, paese como pueblo, y quizá sbagliato como equivocado).

Más que sesudos ensayos pedagógicos, la mayoría de libros escritos por Lodi reflejan con precisión lo ocurrido en el aula, la magia que surge cuando el maestro facilita a sus alumnas un espacio de libertad genuina. “Era un forofo de la historia oral, de dejar a los niños que se expresaran. Transmite en sus obras cómo los chavales van reflexionando sobre su propia realidad y quieren saber más. Son transcripciones de conversaciones reales en las que los alumnos, a través de sus razonamientos sobre lo que les atañe más directamente, van desarrollando conocimiento, van aprendiendo”, explica Casado. Y añade que Lodi ejerció en él una influencia notable en su modo de entender la acción educativa: “Logró que mi afán como maestro fuera escribir un diario, unos cuadernos llenos de anotaciones”. Aunque Casado no se plantea, por el momento, dar forma editorial a ese material en bruto de apasionada observación docente, sí pudo, hace unos años, dar a conocer su forma de trabajar a alumnos de Magisterio mediante una colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid.

A principios de los años 60, Lodi fue a visitar a Lorenzo Milani y su famosa Escuela de Barbiana (Toscana), otra gran experiencia pedagógica del rico siglo XX italiano. La visita fue corta pero tremendamente fructífera. Según José Luis Corzo, editor de Educar(NOS) y principal difusor de Milani en España, este pudo conocer de primera mano las experiencias de escritura colectiva que Lodi ya estaba llevando a cabo en Vho. “Le resulta algo nuevo y muy beneficioso, Milani lo repitió una y otra vez. Con el tiempo, va desarrollando su propio método, que culmina en Carta a la Maestra [otra cumbre de la escritura colectiva escolar]”.

Corzo sostiene que ambos educadores adaptaron dicho método a la etapa educativa de sus alumnos (primaria para Lodi, secundaria para Milani). “En el caso de Lodi, era deductivo: tenían la idea de escribir sobre un pajarito y los niños proponían capítulos: cómo creció, cómo se hizo papá… Y lo iban desarrollando en textos libres que corregían entre todos”, explica Corzo. El de Barbiana, sin embargo, optó por la vía inversa. “Para Milani, el proceso era inductivo: proponía escribir, por ejemplo, al jefe del Estado, y cada chico escribía su texto. A partir de ese material, digamos empírico, se iban reuniendo similitudes, se organizaban y se construía un texto colectivo que, como siempre insistió Milani, superaba a cada uno de sus autores”.

Lodi deja la enseñanza reglada en 1978, pero ni mucho menos abandona el mundo de la educación. Tampoco arrincona el contacto directo con los chavales. Hasta su fallecimiento en 2014, se vuelca en iniciativas variopintas en las que traslada su apuesta pedagógica más allá de la escuela. A propuesta de las autoridades de Piadena, diseña y lidera a finales de los 70 la Scuola della Creatività, abierta a niños entre 3 y 14 años, así como a adultos. La scuola se erige en auténtico laboratorio de tormentas creativas que trascienden las fronteras disciplinares, aunque las artes escénicas tuvieron un gran peso específico. Ya en los 80, la creatividad infantil también articula su siguiente proyecto: un repositorio con 5.000 cuentos elaborados por niñas y niños de toda Italia.

Las décadas posteriores sitúan a Lodi en múltiples frentes de batalla. La lucha contra el efecto pernicioso de la televisión entre los menores y la revalorización del juego como instrumento educativo esencial son solo dos de ellas. También fundó Il Giornale dei Bambini, un periódico íntegramente escrito e ilustrado por chavales. Todas sus iniciativas surgieron de una premisa que acompañó su vida y obra: la educación no debería implicar cadenas, sino un aprendizaje de la libertad. Como dijo a finales de los 80 en un congreso internacional (recuerda el especial de la revista Educar(NOS)), “el niño no es propiedad de la familia, ni de la escuela, ni del estado; cuando nace, tiene derecho a la felicidad”.

Hablando sobre la muerte y el duelo con niños y niñas.

¿Qué significa morir?, ¿qué creencias religiosas, espirituales o filosóficas tenemos los adultos sobre el final de la vida?, ¿qué preguntas se hacen los niños?, ¿por qué hablar con ellos de este tema?,  ¿cómo lo hacemos si a nosotros como adultos no cuesta y nos angustia asumir este hecho vital? 


Los niños y niñas se hacen infinidad de preguntas sobre la muerte sin necesidad de haber vivido un duelo o haber sentido el dolor de perder a un ser querido. Intuyen, observan y se dan cuenta perfectamente de los cambios que experimentan las plantas, los animales y las personas. Preguntarse el porqué de estos cambios no responde más que a su deseo de aclarar y confirmar lo que ya desde muy pequeños intuyen y quieren saber, porque lo que realmente vive un niño con mayor angustia es que sus cuestiones queden sin explicación.

Comprender este concepto no es sólo un cuestión racional sino que la emoción tiene un papel fundamental. Nosotros podemos explicar a los niños lo que la muerte significa pero su asimilación dependerá de su edad, su momento evolutivo y grado de madurez, sus experiencias vitales, su desarrollo cognitivo así como el estilo de comunicación que utilicemos y la actitud que tengamos ante este tema. Y es que saber no es lo mismo que asimilar lo que se sabe.

No importa si tenemos dudas o no tenemos respuestas para todo. De lo que se trata es de saber reconocer nuestras propias limitaciones, de acercarnos al niño no como “sabedores” de todo, sino como personas también limitadas con dudas y con preguntas sin resolver.

Para ayudarnos a dar respuesta a algunas de nuestras inquietudes como educadores, ya sea en el ámbito familiar o escolar, hay publicada bibliografía muy interesante (en español y en inglés) que nos invita a reflexionar y nos acerca pautas básicas a tener en cuenta a la hora de abordar este tema con nuestros hijos o nuestros alumnos:

Hablemos de Duelo: Manual Práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes. Fundación Mario Losantos del Campo, octubre de 2016.

Un manual práctico que podéis descargar de forma gratuíta y que ayuda a los padres, profesores y adultos en general a solucionar sus dudas sobre el duelo infantil y a encontrar la mejor forma de explicar a los niños qué es la muerte en las diferentes etapas del desarrollo. Señala aquellas emociones y cuestiones que son más habituales y nos ayuda a identificar los signos de alarma que debemos tener en cuenta en caso de que el niño necesite ayuda profesional.

Incluye un apartado para abordar este tema con personas con discapacidad intelectual.

Recoge bibliografía recomendada para educadores, cuentos para leer con los niños así como películas y otros recursos didácticos.

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“Las pedagogías alternativas agravan las desigualdades de clase”.


Ani Pérez, en Tetuán, Madrid. Álvaro Minguito
Ani Pérez,
 Doctora en educación, investiga las pedagogías libres, así como su impacto en escuelas alternativas y su entrada en la educación pública. Ha puesto voz a murmullos. Y lo ha hecho desde la investigación. Ani Pérez defendió en marzo su tesis La educación libertaria en un contexto neoliberal. Dilemas, desafíos y aportaciones en la Universidad Autónoma de Madrid. Ahora prepara con la editorial Virus una versión del tratado donde aborda las luces y sombras de las pedagogías libres y cómo estas se pusieron de moda hace más de una década, con el surgimiento de escuelas alternativas, y cómo han llegado incluso a la escuela pública a través de programas filantrópicocapitalistas. En la tarde de ayer dio una charla en la Mostra del Llibre Anarquista de Castelló de la Plana, organizada por el espacio comunitario autogestionado La Verduleria.

Vamos a intentar no pisar muchas cabezas con esta entrevista. Seremos amables y elegantes, como una escuela privada Montessori a 500 euros la mensualidad. ¿Te parece?
Amable sí, pero no con la amabilidad impostada de las Montessori.

Tenemos hijas casi de la misma edad, por lo que hemos asistido al boom de las escuelas alternativas, también llamadas libres. En mi caso, primero celebré esas iniciativas, luego asistí a jornadas a puertas abiertas y, finalmente, las rechacé y matriculé a la cachorra en centros públicos. Tú haces una doble crítica, tanto hacia la segregación que fomentan como al método pedagógico que imparten. ¿Empezamos por lo fácil? La segregación.
La decepción de gente que empezamos a interesarnos por estas experiencias, bien por respeto a la infancia, bien por una crítica al autoritarismo y totalitarismo, es una experiencia compartida por muchas personas. Me preocupa la desesperanza y creo que nace, precisamente, en esa segregación que nombras: son proyectos muy elitistas. ¿Qué familias hay? No siempre son estereotipos de familia burguesa que buscan una escuela privada, pero hay otras formas de segregación. Los mecanismos se vuelven más invisibles y, cuando estas pedagogías no directivas entran en la escuela pública, privatizan de alguna manera la pública. La antropóloga Maria Menegaki indica que la terminología acompañamiento y no directividad suponen una barrera muy grande para los barrios obreros. 

Vayamos entonces con lo difícil: la domestificación de nuestras herederas.
Estas pedagogías se basan en concebir que educar es extraer potencialidades innatas de los niños. En contextos de izquierdas, esta idea se justifica con que educar es violento y autoritario. En las pedagogías alternativas incluso no hablan de educar, sino de acompañar el despliegue de la propia individualidad. Acompañar, descubrir talentos de cada niño y niña, pero sin entender el origen como contexto que se tenga que compensar para dar más a quien menos tiene, sino en el sentido de dar más a que quien más tiene. Si una niña está interesada en la lectura, deberá dársele más libros. 

A la escuela se le exige compensar desigualdades, y en eso fracasa, pero sí tiene un papel que cumplir: por lo menos, que no se agraven

Voy a hacer de abogada del diablo: ¿acaso cada una no tiene sus propios intereses? Hay críos que son unas máquinas corriendo, otros construyendo presas con arena para ríos de agua de parque infantil.
Sí, cada uno los tiene, pero la lectura que busco es que una no puede interesarse por algo que no conoce. Hay que ser críticas con las visiones esencialistas que consideran que esos intereses no tienen que ver con el contexto del niño o niña, porque claro que lo tienen. Y por supuesto no defiendo una escuela que no tenga en cuenta los intereses previos. Al contrario. Es importante que haya espacio para ponerlos en común, la escuela tiene que estar en relación con lo que surge fuera de ella. El problema es que las pedagogías alternativas no favorecen la construcción colectiva. Hay una frase de Georges Snyders sobre la función de la escuela que me gusta mucho: dice que la escuela debería servir para ampliar los límites de nuestro deseo. Lo bonito es que cada una trae a la escuela, o a cualquier espacio social, tus propios intereses y estos se comparten. Otra cosa importante de los intereses es que si no pongo en cuestión que tienen que ver con el contexto de cada niño y niña, ¿qué puede ocurrir? Que esté legitimando o naturalizando desigualdades sociales. Por ejemplo, es mucho más probable que alguien se interese por la lectura si sus familiares tienen libros en casa y leen que otra persona que no tiene experiencias placenteras relacionadas con la lectura. A la escuela se le exige compensar desigualdades, y en eso fracasa, pero sí tiene un papel que cumplir: por lo menos, que no se agraven, y las pedagogías alternativas lo que hacen es agravarlas.

Mucho de lo que nos venden a las madres es basura con enfoques muy peligrosos, que tienen que ver con supeditar necesidades de las madres a sus hijos, pero muchas veces no son las necesidades de los hijos, sino sus deseos

Tengo una amiga psicóloga que cuando me entra la paranoia de mala madre porque grito demasiado me dice que tranquila, que ser madre es meter la pata y ser hija es heredar los traumas de tus progenitores. Pero cada dos por tres me llega un mail de la Fundació Bofill alertándome de lo mal que está todo y de lo guay que es el filantrocapitalismo. ¿Qué hago, Ani?
Para empezar, siempre intento transmitir tranquilidad. Algo que está ocurriendo con las pedagogías alternativas y la crianza respetuosa es la profesionalización de la crianza, parece que haga falta leerse muchos libros para ser madre. Intento transmitir tranquilidad y recordar que muchas formaciones que se venden por aquí y por allá potencian la culpabilidad de las mujeres. Mucho de lo que nos venden es basura con enfoques muy peligrosos, que tienen que ver con supeditar necesidades de las madres a sus hijos, pero muchas veces no son las necesidades de los hijos, sino sus deseos. Además, se hace un abuso al atribuir los problemas que tenemos como adulta a la relación con la familia. Claro que la familia es importante, pero para cualquier cosa que te pasa como adulta no hay que indagar si tu madre te levantó la voz de pequeña.

Muerte a las constelaciones familiares.
Totalmente.

Hablemos de la Fundación Bofill. 
Controlo más a la Botín, del Banco Santander. Hacen negocio entorno al pensamiento positivo. Desarrolló un programa llamado Educación Responsable de educación emocional, que consistía en formar al profesorado, también de la pública, para trabajar la educación emocional en el aula. Las críticas son muy delicadas de plantear, porque no estamos defendiendo que no importa cómo se siente un niño en la escuela, ni mucho menos, el buen trato es importante. Lo que se critica es el propio enfoque de la educación emocional que tienen, y que lo indignante de la Fundación Botín es que el Banco Santander desahucia a centenares de familias y, al mismo tiempo, da talleres en las escuelas de barrios obreros y se publicitaron diciendo que les ayudaban a gestionar los miedos a ser desahuciados. Esto es tremendo. Igual esos niños lo que necesitan es conocer la PAH y no que les hagan un taller de resiliencia basado en el pensamiento positivo.

En Catalunya, Bofill y La Caixa han metido la pezuña hasta el fondo en el sistema concertado de las escuelas, Gobierno catalán mediante (sobre todo de Junts, posconvergencia). ¿La vanguardia catalana es una amenaza real para el resto de territorios?
No quiero pecar de analizar una realidad que no es la mía, pero lo que puedo comentar son mis impresiones cuando trato de profundizar ahí. Frente al contexto de Madrid, que hay determinadas políticas del PP y una apuesta por la concertada y que la izquierda tiene claro que, como mínimo, hay que empezar desconfiando de términos como libertad de elección y autonomía de los centros. El caso de Catalunya me parece mucho más complejo de analizar porque hay políticas de la administración publica en la que la innovación educativa está tejida de una manera más compleja. Me parece que es una realidad que ha calado más.

La no directividad sustituye el poder de la palabra por el poder del silencio. Y el silencio puede influirnos de maneras mucho más directivas, pero mucho más caóticas que la palabra

Citando a Michel Cornaton, dices que la no directividad que defienden las escuelas alternativas es imposible y que renunciar a ella implica técnicas de camuflaje.
Muchos pedagogos marxistas así lo han señalado. Hay gente que considera que la no directividad es educar de una manera poco directiva, y para mí no es así, sino la renuncia a educar, la renuncia a influir. Pero si se llamara así, tendría menos buena prensa. La no directividad sustituye el poder de la palabra por el poder del silencio. Y el silencio puede influirnos de maneras mucho más directivas, pero mucho más caóticas que la palabra.

Y tanto, pero pongamos un ejemplo por si acaso.
Si tú percibes que una amiga está enfadada contigo y te lo dice, puedes tomar una decisión, puedes orientar tu conducta, puedes hablarlo y solucionarlo. Pero si recibes silencio, no puedes tomar una decisión clara. Modificas tu conducta de forma errática y quizá el problema se agrava. Es el silencio como castigo. El silencio tiene mucha influencia, pero esta es caótica y resulta mucho más difícil decidir con autonomía.

Pero sobre todo alertas de que uno de los riesgos de la actividad autodirigida es que desaparezca la lucha de clases, como si la única pugna en la vida de una criatura fuera la de luchar contra la persona adulta. ¿Puedes explicarnos esta hipótesis?
En las escuelas no directivas se defiende que la adulta tiene que retirarse porque eso va a permitir a las niñas y niños ser libres, como si las violencias que reciben vinieran únicamente de los adultos. Se espera que así se genere armonía, buenas relaciones y buen trato, pero creo que hace falta pasar poco tiempo con niños para darse cuenta de que el conflicto entre personas ocurre. Todos los conflictos se entienden como malentendidos entre dos personas iguales porque los dos son peques y que, una vez se retira la adulta, ya no va a haber agresiones machistas o racistas. Pero la infancia también tiene clase, género, raza, orientación sexual. Todas estas visiones que romantizan la infancia, que afirman que es buena e inocente, son muy peligrosas, porque es como cuando nos dicen a las mujeres que somos amables y cuidadosas por naturaleza. Eso conlleva a negar derechos o a castigar con más dureza a quien se sale de este camino.

Pareciera que defiendes la escuela tradicional, ¿es así?
En absoluto, no soy en absoluto nostálgica, ni pesimista, soy una persona que se emociona enseguida.

¿Qué características tienen las pedagogías libertarias y por qué triunfan?
Hay gente que me describe como una pedagoga anarquista y en realidad lo que hago es investigar sobre pedagogía libertaria. No hago una defensa, ya que la pedagogía libertaria ha hecho cosas contradictorias entre sí. Cuando describo las características de la pedagogía libertaria suelo enumerar unos principios dejando claros que son cajones que caben muchas prácticas, y que luego hay que analizar: antiautoritarismos, educación integral, autogestión, solidaridad y apoyo mutuo y coeducación. No los nombro como una receta, si no que sirven para reflexionar sobre las prácticas. Dentro del movimiento libertario se ha idealizado figuras y experiencias. En parte lo entiendo, porque ha habido ganas de combatir el estigma del anarquismo, pero en esa idealización se ha perdido la autocrítica. Idealizar limita mucho nuestra capacidad de autocrítica y dejamos de imaginar realidades mejores.

¿Cómo debiera ser el sistema educativo público?
Esta pregunta es complicada porque al responderla es fácil que una acabe aceptando implícitamente la existencia de un Estado burgués que controle las condiciones en las que se desarrolla la educación. Es decir, hacer propuestas de mejora supone de alguna manera aceptar las bases dadas y nos lleva a una mirada cortoplacista que para mí es una trampa. El problema es que, si intento pensar a largo plazo, me resulta muy difícil imaginar cómo podría ser la educación en una sociedad utópica porque ahora mismo pienso en redes de pequeñas escuelas populares que tengan cerca bibliotecas, museos, espacios al aire libre…, pero estoy segura de que hay posibilidades que aún no puedo ni concebir, que lo que puedo pensar está muy condicionado por lo que ya conozco. Y por eso sigo formándome y profundizando en la crítica, porque creo que la crítica orienta y, sobre todo, nos permite rechazar respuestas simplistas como las que dan las pedagogías alternativas.

Y si fueras ministra de Educación, ¿qué es lo primero que intentarías modificar? O lo más viable.
Pues nunca sería ministra de Educación, pero me parece urgente que el profesorado tenga acceso a una formación más rigurosa y completa, bajar las ratios, eliminar los conciertos a escuelas privadas, crear más escuelas públicas y dotarlas de más recursos, acabar con las políticas de libertad de elección ―que solo han servido para aumentar la competición entre centros y la segregación escolar―. Esto teniendo muy presente que la lucha no puede pasar solo por la escuela, porque entonces está perdida.

Educar no es adoctrinar, justo lo contrario: la educación te permite pensar mejor y, también, dudar de lo que piensas

¿Educar es adoctrinar?
No, es justo lo contrario. La educación te permite pensar mejor y, también, dudar de lo que piensas. Si no, no merece llamarse educación. Lo que pasa es que hay quien confunde influir con adoctrinar y, conscientemente o no, al renunciar a influir lo que hace es favorecer el adoctrinamiento. Estoy muy de acuerdo con Jesús Palacios, que decía que la educación necesita de una dirección, pero “no una dirección que pretenda hacer niños estándar, todos iguales y cortados por el patrón que el maestro haya escogido, sino una dirección que permita a las individualidades expresarse y desarrollarse, una dirección que abra posibilidades en lugar de cegarlas”. Y la dirección, así entendida, no tiene nada que ver con el adoctrinamiento.

¿Ya has presentado la tesis?
La defendí en marzo de este año, pero he seguido trabajando en ella después. Ahora estoy justo terminando de revisarla para publicarla en unos meses con la editorial Virus

"Podemos conseguir muy buenos resultados con nuestros niños sin utilizar castigos ni recompensas"

Entrevista a Jane Nelsen*, educadora.
La autora de 'Cómo educar con firmeza y cariño', obra clave de la educación respetuosa, 
cuenta en esta entrevista las claves de la disciplina positiva.



Jane Nelsen (Utah, EEUU, 1937) es la mayor referente internacional en disciplina positiva, una corriente educativa basada en el respeto mutuo. Su libro Cómo educar con firmeza y cariño, que escribió en 1981 y fue revisando y ampliando a lo largo de los años, es la obra clave de esta corriente. Traducido a varios idiomas, la edición revisada fue publicada en España por Medici en 2007. 
En sus páginas puede encontrarse una guía completa para educar desde el respeto mutuo, favoreciendo la autoestima de niños y niñas con el objetivo de formar personas independientes.

Nelsen establece los principios fundamentales de esta corriente: firmeza y disciplina a la vez, sentido de pertenencia, educación a largo plazo, respeto mutuo y autoconfianza.

Es educadora y psicóloga, y a sus 84 años continúa en activo y asegura haber pasado bien la pandemia. “Ya me han vacunado, me encuentro bien. Este último año he disfrutado de poder bajar el ritmo y de estar en contacto con mucha gente de todo el mundo gracias a Internet”, cuenta al principio de la entrevista. Atiende a las preguntas de elDiario.es a través de videoconferencia desde Los Ángeles, donde vive actualmente.

Entrevista.

Su libro Cómo educar con firmeza y cariño es un referente internacional para hablar de disciplina positiva. ¿Cómo, cuándo y por qué empezó a escribirlo?
Es una historia interesante, porque tengo siete hijos, a los que suelo llamar los de antes, durante y después de aprender disciplina positiva. Quería ser una buena madre pero no sabía cómo. Me movía entre los dos extremos: ser demasiado autoritaria y ser demasiado permisiva. No me sentía bien siendo autoritaria, con castigos y recompensas, y entonces empezaba a ser demasiado permisiva, con lo que los niños se volvían demasiado demandantes y consentidos. Estaba frustrada, como les ocurre a muchos padres.
Entonces decidí ir a una clase en la universidad sobre desarrollo infantil que estaba basada en el trabajo de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs [quienes formularon, a principios del SXX, las primeras teorías sobre crianza democrática]. En esa clase el profesor nos dijo: “No voy a enseñaros un montón de teorías, sino solamente una y sus aplicaciones prácticas, que realmente funciona para enseñar a los niños autodisciplina, responsabilidad y cooperación”. Pensé que aquello sonaba fenomenal. Empecé a aprender mucho sobre esta forma de educar, de manera firme y amable a la vez, y quise compartirlo con otra gente.

Según usted, la clave para educar bien es ser amables y firmes a la vez. ¿Cómo se consigue eso?
Combinar ambas cosas puede ser complicado para aquellos padres que se mueven entre ambos extremos, pero es fundamental ser amables y firmes a la vez. La amabilidad es importante para demostrar que respetamos al niño, mientras que la firmeza es importante para demostrar que nos respetamos a nosotros mismos y entendemos las necesidades de la situación. Los métodos autoritarios carecen habitualmente de amabilidad, y los métodos permisivos carecen de firmeza.
Uno de los puntos principales es pensar cuál es el desafío y cuál la solución, al contrario que en un modelo autoritario, donde pensaríamos cuál es el problema y cuál es el castigo, o en un modelo permisivo, en el que dejaríamos a los niños decidirlo todo. Es un enfoque completamente diferente.

Para usted, educar solo con firmeza o solo con cariño es igual de peligroso. ¿Cuáles son los riesgos de ambos extremos?
Un comentario muy típico de algunos padres es el de: “Bueno, a mí me castigaban y no salí tan mal”. Lo que intento explicarles siempre es que, efectivamente, hemos salido bien, pero no sabemos cómo habríamos salido si hubiéramos sido tratados con respeto y hubiéramos sentido un amor incondicional por parte de nuestros padres. A mí me castigaban cuando era pequeña, y es cierto que salí bien, pero yo no creo que mi madre disfrutase haciéndolo. Y yo tampoco disfrutaba haciéndolo con mis hijos. En esa clase de la que te hablaba, me encantó aprender que podemos conseguir muy buenos resultados con nuestros niños sin utilizar castigos y recompensas.
A otra gente le gusta la disciplina positiva porque no quieren castigar a sus hijos, y a veces se van al otro extremo y se convierten en demasiado permisivos. Y nos encontramos con los niños decidiéndolo todo: a dónde se va la familia de vacaciones, qué programa quieren ver en la televisión… Muchos padres tienen un concepto equivocado de la amabilidad, se vuelven demasiado permisivos porque no quieren ser punitivos. Algunos creen erróneamente que están siendo amables cuando complacen a sus hijos, o cuando los rescatan y protegen de cualquier decepción. Pero esto no es ser amable: es ser permisivo. Ser amable entraña ser respetuoso con el niño y con uno mismo. No es respetuoso consentir a los niños.

Defiende que la dignidad del niño o niña debe ser respetada. ¿Cree que la sociedad actual respeta a la infancia?
Alguna gente dice que la disciplina positiva es otra forma de manipular a los niños para que hagan lo que los adultos queremos, y eso no es verdad. No puede ser entendida así. Los padres tienen que entender que es una metodología que se basa en la dignidad y el respeto, en animar a los niños a hacer las cosas bien. Una de mis frases más conocidas es: ¿Cuándo tuvimos la genial idea de que para conseguir que los niños hagan las cosas mejor tenemos que hacerles sentir mal? La ciencia ha demostrado que los niños hacen las cosas mejor cuando se sienten mejor. Alfred Adler fue uno de los primeros en decir que todo el mundo merece ser tratado con dignidad, incluso los niños. Se trata de respeto mutuo.

También es importante que el niño se sienta parte de la comunidad y que tenga confianza en sus propias capacidades. ¿Por qué?
Dos necesidades básicas de los seres humanos son el sentido de pertenencia y sentirse importantes. Alguna gente cree que estos dos conceptos son lo mismo, pero no. Tenemos que querer a los niños para que se sientan parte de la comunidad, pero para sentirse importantes tienen que contribuir en algo. A mí me encanta la idea de que los niños tienen que sentir la conexión antes que la corrección.
Los niños se sienten bien cuando sienten que forman parte de su comunidad, se sienten importantes cuando son capaces de hacer cosas por sí mismos. Por eso es tan importante decirles: “Sé que puedes hacerlo, voy a apoyarte, pero no lo voy a hacer por ti”. Al principio los niños protestarán, pedirán que lo hagas por ellos, pero cuando lo consigan se sentirán bien porque lo han logrado. Y también, si hay algo que no quieren hacer, se sentirán mejor si validamos sus sentimientos: “Sé que querías tener ese juguete y no puedes tenerlo en este momento”. Es mucho mejor eso que hacerles sentir vergüenza, culpabilidad o dolor cuando quieres que hagan algo.

En realidad, estas herramientas funcionan no solo para la crianza, sino que son habilidades que van a utilizar a lo largo de su vida adulta.
Exacto. Lo que nos encontramos muchas veces es que los padres que llegan a nuestros talleres vienen pensando en adquirir herramientas para criar a sus hijos y acaban diciendo: “Creía que quería cambiar a mis hijos pero soy yo el que tiene que cambiar primero”. Tenemos que aprender nuevas habilidades para enseñárselas a nuestros hijos. Además, hay mucha gente que nos dice que todo lo que aprenden con la disciplina positiva funciona también para sus relaciones de pareja, en sus trabajos, con sus jefes, en otros entornos fuera de la familia. Como se basa en principios básicos para motivar a la gente a ser mejores, funciona en todos los aspectos de la vida.

También propone pequeños cambios, que parecen sutiles pero no lo son tanto, a la hora de abordar diferentes situaciones con los niños. ¿Puede ponernos algunos ejemplos?
Por ejemplo, cuando no quieren lavarse los dientes, podemos decirles: “Sé que no quieres lavarte los dientes, sé que puede ser molesto, y lo vamos a hacer juntos. ¿Hacemos una carrera hasta el baño?”. Esto en lugar de decir: “Tienes que hacerlo o te voy a castigar”. Otro ejemplo, para validar los sentimientos de los niños: lo que tenemos que enseñarles es que lo que sienten siempre está bien, pero lo que hacen no siempre lo está. Decirles: “Puedes estar enfadado pero no por eso puedes pegar a tu hermana pequeña”. Y ofrecerles opciones: “Está bien que te sientas enfadado, pero piensa qué puedes hacer que no haga daño a otras personas”. O si han sacado un sobresaliente, en lugar de celebrar eso, decirles: “Sé que te has esforzado mucho para lograrlo, debes estar orgulloso por ello”. 

¿Y qué pasa si fallamos en el proceso, qué ocurre cuando hay errores?
Tenemos que entender los errores como oportunidades para aprender. Este es un principio muy básico de la disciplina positiva. Los niños no se tienen que sentir mal si fallan en algo, no tienen la presión de ser perfectos, así que pueden ser más creativos. No tienen que sentir vergüenza si cometen un error, sino que pueden aprender de él. Y esto funciona también para los padres: la disciplina positiva no hace a tus hijos perfectos, pero a ti tampoco como padre. Una de las habilidades que los padres aprenden con la disciplina positiva es a disculparse con sus hijos cuando cometen un error.

¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus a la convivencia familiar? ¿Se hace más difícil aplicar los principios de la disciplina positiva durante un confinamiento?
Esta crisis ha hecho que muchas cosas sean un poco más difíciles, pero también ha traído beneficios. A muchas familias les ha ayudado, por ejemplo, a establecer rutinas, a implicar a los niños en esas rutinas para hacerlas juntos. Y a otras la disciplina positiva les ha ayudado a sobrellevar la situación, por ejemplo a través de las reuniones familiares. Yo siempre recomiendo que, al menos una vez a la semana, las familias se sienten y hagan una reunión en la que resolver problemas, buscar soluciones y favorecer la colaboración. La crisis de la COVID-19 ha sido una oportunidad para hacer que los niños se impliquen, que contribuyan y que aprendan a ayudarse unos a otros: cómo hacemos para mantener la casa limpia entre todos, para hacer las comidas, para hacer los deberes, etc…

Tiene siete hijos, 22 nietos y 18 bisnietos. ¿Funcionaron estos principios en su casa, para criar a su familia?
¡Sí, claro! Estos principios funcionaron y yo disfruté mucho más de ser madre de esta forma. Mis hijos han sido siempre mi fuente de inspiración, he aprendido mucho de ellos. A veces incluso me decían: “¡Mamá, eso no parece muy de disciplina positiva!”. Aprendieron a ser respetuosos, a permitirse cometer errores. Aprendieron los principios universales de la disciplina positiva, que son la clave para que funcione en tantos países, ya que fija los principios básicos de la mayoría de la gente: el amor, la dignidad, el respeto, la responsabilidad, la contribución a la familia y a la sociedad.

* Jane Nelsen: Es educadora y psicóloga, y a sus 84 años continúa en activo y asegura haber pasado bien la pandemia. Además de su obra clave, ha escrito otros 18 libros y ha sido coautora de una lista interminable de artículos y ensayos.  Tiene siete hijos, 22 nietos y 18 bisnietos. ¿Funcionaron estos principios en su casa, para criar a su familia?

Génesis de la profesionalización y el cierre ocupacional de la intervención con la infancia y adolescencia.

Exigencias a España del Comité de Derechos del Niño y la Niña, 
sobre la necesidad de especial cualificación profesional para todos los agentes 
que intervienen con niños, niñas y adolescentes.

Tomás Luis Martín Rodríguez*,
Artículo del Magistrado, 
  publicado en el Anuario Didania 2020.

La Ley Orgánica 1/1996 de Protección Jurídica del Menor, supuso en nuestro ordenamiento jurídico el avance más importante que en materia normativa de protección a la infancia y adolescencia se había producido en décadas. 
A la luz de dicho texto, y en el marco de cumplimiento de las obligaciones derivadas de la Convención de los Derechos del Niño, el Comité de los Derechos de Niños y Niñas (Aunque el propio Comité ha indicado: “In Spanish, chlidren should be rendered as niños, niñas y adolescentes”, considero igual de ajustada y más inclusiva la traducción mixta.), examinó el segundo informe periódico de España presentado en 1998. 
Del contenido de estas observaciones finales prestaremos especial atención a las exigencias de especial cualificación profesional a todos los agentes que intervienen con niños, niñas y adolescentes.
El Comité recomendaba que España debía emprender programas sistemáticos de educación y enseñanza de los principios y las disposiciones de la Convención a todos los grupos de profesionales que trabajan con y para los niños, profesionales del sistema de justicia, abogacía, policías, funcionarios públicos, personal sanitario, docente y del trabajo social. 

Las sucesivas normas autonómicas que siguieron a la publicación de la ley 1/1996 implicó un reforzamiento de los trabajos que se venían desarrollando en el abordaje del maltrato
infantil. En una de sus publicaciones sobre esta materia el Grupo de Trabajo sobre Maltrato Infantil del Observatorio de la Infancia incidía de forma particular en que la actuación en casos de maltrato infantil, independientemente del nivel en que se produzca, tiene que cumplir unos requisitos mínimos. Debe realizarse por un equipo de profesionales con formación específica en los problemas familiares y de la infancia, con conocimientos de recursos y estrategias propias de estas situaciones (equipo especializado, no por un conjunto de especialistas).  Lo que implica el desarrollo de un trabajo coordinado, en equipo y con bases científicas, y no desde el voluntarismo. 

El Comité en el informe del año 2010, recomendaba al Estado que prosiguiera su labor de asegurar la amplia difusión y comprensión de todas las disposiciones de la Convención.
A este respecto, lo alentaba a elaborar programas educativos sistemáticos sobre los principios y las disposiciones de la Convención dirigidos a las familias, niños y niñas y los
profesionales que con ellos trabajan.

Respecto al interés superior del niño solicitaba que se impartiera capacitación a todos los responsables de la adopción de decisiones (funcionarios públicos, órganos legislativos y de la Administración de Justicia). Igualmente recomendaba que intensificara su labor y promoviera el debido respeto por las opiniones de niños y niñas a cualquier edad en los procedimientos administrativos y judiciales sobre su custodia y las causas sobre inmigración, así como en la sociedad en general. Efectivamente una adecuada capacitación de los profesionales, parte de la comprensión del derecho de niños y niñas a ser escuchados. 

En el ámbito de la justicia juvenil instaba a mejorar los programas de capacitación sobre las normas internacionales pertinentes para todos los profesionales del sistema de justicia. Conviene recordar que es este informe el primero que recomienda que se apruebe una ley integral sobre la violencia contra los niños, texto en el que desembocaremos. 
En el año 2018, el Comité presentaba nuevas observaciones finales, reiterando que se intensificaran los esfuerzos para asegurar que el derecho de niños y niñas a que su interés superior sea una consideración primordial, esté incorporado de manera apropiada y sea interpretado y aplicado de manera consistente y en consecuencia que se impartiera a los profesionales formación sobre la manera de determinar ese interés superior.

Instó a que se promoviera el debido respeto por las opiniones de niños y niñas, se promovieran los conocimientos de los profesionales de distintos ámbitos que trabajan con la infancia y adolescencia, incluidos los jueces, juezas y fiscales de familia, y se impartieran programas de formación acerca de los derechos y de la aplicación del derecho de la infancia y adolescencia a ser escuchados, entendido como un derecho y no como una obligación. El Comité considera imprescindible que en España se emprendan programas y actividades de concienciación para promover la participación significativa, basada en el empoderamiento, de todos a cualquier edad, en la familia, en la comunidad y en las escuelas, prestando especial atención a las niñas y a los niños desfavorecidos o marginados. 
Son varias las materias en las que reitera esta necesaria mejora profesional, así para abordar casos de abusos y agilizar la elaboración de protocolos de atención. Con referencia a los derechos de los niños con discapacidad, insta a aplicar plenamente a las cuestiones de discapacidad un enfoque basado en los derechos humanos que garantice la igualdad de acceso a una educación inclusiva de buena calidad en las escuelas ordinarias, lo que incluye el funcionamiento de mecanismos apropiados que permitan recurrir contra decisiones de colocación en centros educativos y la imprescindible formación permanente de buena calidad a todo el personal docente.  Con relación al derecho de niños y niñas al disfrute del más alto nivel posible de salud, el Comité recomendó que se aumentara el número de pediatras y velara por que los médicos generalistas que prestan servicios de salud a la infancia adquirieran experiencia y conocimientos especializados adicionales y reciban más formación sobre la atención a los niños, niñas y adolescentes. 

En el contexto de la migración internacional y sobre las obligaciones de los Estados relativas a los derechos humanos en los países de origen, tránsito, destino y retorno, el Comité recomendó a España, impartir a todos los profesionales que intervienen en cuestiones de protección internacional y de migración formación sobre la Convención, los derechos de la infancia y el deber de proteger a los niños y niñas que solicitan protección internacional, ello implica mejorar la capacidad de guardias de fronteras y otros profesionales competentes para identificar adecuadamente a los niños y niñas y determinar sus necesidades de protección específicas, teniendo en cuenta su edad, género y diversidad, y asegurar una rápida transferencia a centros de recepción adecuados.

En materia de Trata requirió que se fortaleciera la capacidad de agentes de policía, guardias de fronteras, funcionarios de los servicios consulares, inspección de trabajo y trabajo social, entre otros, de modo que puedan identificar a las niñas y niños víctimas de la trata.
En la Administración de la justicia juvenil solicitó el aumento del número de jueces y juezas especializados en la infancia y adolescencia y que se disponga de juzgados especializados
en justicia de menores y de procedimientos que tengan en cuenta las necesidades de niños y niñas. En palabras del Comité, España debe fortalecer la capacidad y la concienciación
de la judicatura en lo relativo a la Convención y sus Protocolos Facultativos y velar por que se asignen a este respecto los recursos humanos, técnicos y financieros apropiados.
 
El Comité lamentó, ya ese año, la falta de progresos en la aprobación de una ley general sobre la violencia contra los niños. 
Dentro de las muchas novedades propuestas en el Proyecto de Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, una de las más relevantes es la
atención a los mandatos expuestos, más considerando que, en el actual trámite de enmiendas, parece admitirse la propuesta del texto en esta materia. Por ello incide de manera particular en elevar el nivel formativo y capacitación de los profesionales que trabajan, en todos los sectores, público o privado, retribuido o voluntario, con niños, niñas y adolescentes. 

Establece como uno de los Principios Rectores la especialización y capacitación de los profesionales que tienen contacto habitual con niños, niñas y adolescentes para la detección de posibles situaciones de violencia sufrida por los mismos. 
Prevé que las Administraciones Públicas, promoverán y garantizarán una formación especializada y continua a los distintos profesionales que tengan un contacto habitual con las personas menores de edad en materia de derechos fundamentales de la infancia y la adolescencia. Dicha formación comprenderá como mínimo: La educación en la prevención y la detección precoz de toda forma de violencia. Posibles actuaciones a llevar a cabo una vez que se han detectado indicios de violencia. Formación específica en seguridad y uso seguro de Internet para mejorar la prevención y detección de toda forma de violencia. El buen trato a los niños, niñas y adolescentes. Identificación de los factores de riesgo. Y mecanismos para evitar la victimización secundaria.  
Además, las Administraciones Públicas deberán desarrollar programas de formación inicial y continua destinada a los profesionales cuya actividad requiera estar en contacto habitual
con niños, niñas y adolescentes, con el objetivo de detectar precozmente la violencia ejercida contra los mismos. 
Se instaurará el Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia con el objetivo de erradicar la violencia contra niños y niñas con especial incidencia en los ámbitos familiar,
educativo, de servicios sociales, sanitario, judicial, y de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. 

En el campo de los Servicios Sociales se incrementan las exigencias de formación inicial y continua toda vez que pasan a ser considerados autoridad. Para ello las Administraciones Públicas competentes dotarán a los servicios sociales de atención primaria de profesionales y equipos de intervención familiar especialmente entrenados en la detección, valoración e intervención frente a la violencia ejercida sobre la infancia y adolescencia.

En el ámbito escolar las Administraciones Públicas, deberán garantizar que los docentes y educadores reciben formación específica en materia de educación inclusiva. Se crea la figura del Coordinador de Bienestar y Protección (a la espera de su nominación final)  que deberá acreditar una particular formación, en relación con la discapacidad y la detección y prevención de la violencia. En el campo de la Educación superior se promoverá la inclusión en todos los ámbitos académicos de la docencia e investigación en derechos de la infancia
y adolescencia y en la lucha contra la violencia ejercida sobre la misma. Los programas de especialización de las profesiones sanitarias, del ámbito educativo, de Periodismo y Ciencias de la Información, del Derecho, y de aquellas otras titulaciones conducentes al ejercicio de profesiones en contacto habitual con niños y niñas, promoverán la incorporación en sus planes de estudios de contenidos específicos dirigidos a la prevención, detección e intervención de los casos de violencia.  

En el sector sanitario se concreta que las Administraciones sanitarias deberán garantizar la existencia de recursos especializados en el tratamiento de personas menores de edad
víctimas o agresores de violencia sexual y/o violencia de género. 

Estas exigencias también se trasladan al campo de la Administración de Justicia. Los Colegios de Abogados facilitarán a sus miembros el acceso a formación específica sobre los aspectos materiales y procesales de la violencia sobre la infancia y la adolescencia, tanto desde la perspectiva del Derecho interno como del Derecho de la Unión Europea y Derecho internacional, así como a programas de formación continua en materia de lucha contra la violencia sobre la infancia y la adolescencia. También deberán existir agentes de policía especializados en el abordaje de niños, niñas y adolescentes y en recoger su testimonio.  

Exigiendo la especialización en materia de infancia y adolescencia a tribunales y fiscales, en previsión de la creación de órganos especializados, se estructura todo un conjunto de acciones encaminadas a esta formación y a la de los miembros de los equipos psicosociales, cuyo número debe aumentar.  

En las actividades deportivas y de ocio se regula que quienes trabajen en entidades que realizan de forma habitual actividades deportivas o de ocio con niñas, niños y adolescentes, deberán recibir formación específica en la prevención y detección de cualquier forma de violencia, así como para atender adecuadamente las diferentes aptitudes y capacidades físicas e intelectuales y la discapacidad para el fomento y el desarrollo del deporte inclusivo.

En consecuencia y tras tanto tiempo, viene la nueva norma a suplir el gran vacío existente en nuestro país para una adecuada atención, con su participación, a niños, niñas y adolescentes, como es la exigible cualificada formación de los adultos que con ellos intervienen. 


*Tomás Luis Martín Rodríguez
. Magistrado de Carrera desde 1997, recientemente nombrado para poner en marcha el 1º Juzgado de España especializado en violencia contra los NNA.
Máster sobre “Necesidades, Derechos y Cooperación al Desarrollo de la Infancia” por la Universidad Autónoma de Madrid. 
Experto Universitario, con certificado de excelencia, en Aspectos Clínicos, Prevención y Tratamiento del Maltrato Infantil. Formación Continua en “Estudios Jurídicos Avanzados en Derechos Humanos”. 
Especialización en perspectiva de género y perspectiva de género, ámbito penal, del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.  
Miembro del Grupo de Sociología de Infancia y Adolescencia (GSIA).

“Tramados estéticos y pedagógicos”: 25º Congreso IRSCL2021.



Sociedad Internacional para Investigación en Literatura Infanti
En su versión en línea, el 25º bienal de la IRSCL tendrá un satélite virtual que se llevará a cabo desde el 19 de octubre hasta el 3 de noviembre de 2021.
La versión presencial del congreso se llevará a cabo en Santiago, Chile, del martes 26 al sábado 30 de octubre de 2021.

Tema del congreso
El tema central del congreso es “Tramados estéticos y pedagógicos”
Para más información, por favor diríjase a Convocatoria.

Los aspectos pedagógicos y estéticos de la literatura para la infancia y juventud han sido confrontados constantemente. Sin embargo, si pensamos en la literatura infantil como una práctica participativa y mediada, las dimensiones estéticas y pedagógicas dejan de parecer opuestas. En las últimas dos décadas, hemos sido testigos de un ‘giro educacional’ en las prácticas artísticas contemporáneas, donde el énfasis ya no está en el objeto estético acabado, sino en el proceso y en las relaciones establecidas con la audiencia y la comunidad, quienes pasan a formar parte del proyecto artístico; un proceso que también es facilitado por las plataformas digitales. Hablar de literatura infantil como una práctica mediada cuestiona la autonomía del arte y los límites del ‘no-arte’; no solo celebra el ‘nacimiento del lector’ ante la ‘muerte del autor’, sino que destaca y cuestiona las convenciones que sostienen lo artístico....

¡Está abierta la Convocatoria de Ponencias para IRSCL2021
El llamado para la presentación de ponencias permanecerá abierto hasta el 15 de Marzo de 2021. Enlace a formato, modalidades y registro de presentación


Ubicación del congreso
El 25º Congreso Bienal de IRSCL (presencial) será realizado por el Centro de Justicia Educativa (Pontificia Universidad Católica de Chile), en Santiago, Chile, en octubre de 2021


Para más información
diríjase a Información práctica.
Coordinadora: Macarena García González
Correo electrónico: mgarciay@uc.cl 

¡Bienvenidas y bienvenidos al Congreso IRSCL 2021 en Santiago!


"El niño es el maestro. Vida de María Montessori", libro y entrevista a Cristina De Stefano .

Mª Montesori, Wikipedia.
“Creyeron que hipnotizaba niños 
 porque estaban tranquilos en clase”.

En el 150 aniversario del nacimiento Mª Montessori
una apasionante biografía de una pionera de las nuevas pedagogías 
cuyo método está hoy más vivo que nunca. 

Cristina de Stefano nació en 1967 en Italia y vive en Francia. Es periodista y autora de obras como La corresponsal, su aclamada biografía de Oriana Fallaci. 
Esta vez quiso saber más de otra mujer que le fascinaba.  Ha tenido acceso a cartas y material inédito.

El resultado es 
El niño es el maestro. Vida de Maria Montessori.
Editorial Lumen.



¿Alguna sorpresa?
La mayor, para mí, descubrir el lado espiritual del personaje y su larga colaboración con el fascismo, dos aspectos de los que se habla poco.

Entonces... ¿qué tipo de feminismo era el suyo?
Reformista y práctico. Luchaba por el voto de las mujeres, acceso a la universidad, baja maternal de las puérperas más pobres, educación sexual. La política no le interesaba, pero sí cambiar la vida real de las mujeres necesitadas y de sus hijos.

¿Fue o no la primera mujer en doctorarse en Medicina en Italia?
Solo nos llega su pedagogía… Ella no fue la primera mujer médico en Italia. Esta es una de las muchas leyendas transmitidas por sus admiradores y que yo desmiento en el libro. Pero sí una pionera: fue la única mujer de su curso en la facultad, antes de ella tan solo se habían licenciado dos mujeres en Roma.

¿Qué aprendió de los niños con hándicaps?
Como joven psiquiatra en el manicomio de Roma, descubre el horror de niños discapacitados y encerrados de por vida. Eso la turba tanto que se pasa años estudiando métodos especiales y construye el suyo. Milagro. ¡Llevó a los niños del psiquiátrico a realizar el examen para la licencia de la escuela primaria! Mientras todo el mundo se sorprende de los resultados obtenidos por aquellos pequeños retrasados, ella se pregunta qué había de equivocado en la escuela para que los niños normales aprendieran tan poco.

¿Desconfiaron de su método?
Toda la vida. O la adoraban o la detestaban. Porque era mujer, ajena al mundo académico, obtenía resultados asombrosos (la acusaron incluso de hipnotizar a los niños: en sus clases estaban demasiado tranquilos) y proponía ideas radicales. Seguirla significaba descartar todo lo que se hacía en los colegios.

¿Montessori es un referente al que asirse ahora que estamos a punto de estrenar el año escolar más raro de la historia?
Ella cree que la escuela de antes –como ahora– es completamente incorrecta. Cambia lo esencial. Nada de aulas, pero sí espacios comunicantes, nada de lugares cerrados, pero sí trabajo en la naturaleza, nada de niños pasivos que escuchan, pero sí niños que trabajen solos, ejercicio práctico, autocorrección. Un niño Montessori desde preescolar puede enfrentarse mejor a la educación a distancia, porque sabe trabajar solo
.
¿Qué concepto tenía sobre la maternidad y la paternidad?

No tenía una concepción mística de la maternidad, tenía una concepción mística del niño. Le fascinaba el funcionamiento de su cerebro, tan distinto al nuestro. No era de esas que acarician niños o les dan caramelos: los observaba, como un científico en un laboratorio




La segregación escolar: un modelo competitivo basado en la elección de centro

Skitterphoto on @pexels
Carmen Rodríguez Martínez,
Javier Esteban Marrero,
Rodrigo Juan García. 
Diario de la Educación.
Fundación Periodismo Plural.

Existen cuestiones tan contradictorias como las declaraciones de Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE y creador de PISA, cuando afirma que, “la segregación escolar no es el camino para mejorar la educación”, mientras extiende por el mundo el neocolonialismo que supone PISA contribuyendo a las clasificaciones de los sistemas educativos y aumentando la desigualdad.
Tan contradictoria como el interés de la OCDE junto al Banco Mundial en conseguir una educación en equidad, con metodologías instrumentales, que se apoyan en políticas basadas en datos evaluados para que conduzcan a una educación de calidad y eficiente, además de en modelos de financiación privada y en lo que se considera una inversión sostenible basada en los resultados, para satisfacer una ideología de mercado que reproduce las clases sociales y las jerarquías. Para ello son organizaciones económicas, para proteger al capitalismo y fomentar la iniciativa empresarial.

Un modelo competitivo para educación basado en el éxito

La nueva concepción de la educación como un elemento central para la transformación hacia una sociedad más competitiva y con una mayor producción crea un imaginario social hacia la mejora educativa basada en el éxito. Lo que antes eran mercados restringidos a las industrias del entretenimiento, el cine, deporte, arte… se aplican a abogados, médicos, bancos de inversión, escuelas, universidades… Con el objetivo de conseguir la sublimación permanente, hay que ser competitivo, compararse, medirse y optimizarse. De ahí que en los programas televisivos triunfe la elección de la mejor cantante, el mejor cocinero… costurera o famoso que deben demostrar un talento o algo adicional que suponga su “éxito”. Este modelo de mercado se traslada a todos los ámbitos sociales generando una situación de agravio para la mayoría de las personas; resignación de los que no acceden a una situación de vida cómoda porque se vulnera una convivencia justa y presión de los ganadores para mantenerse en la competición.
En educación la transferencia de las “buenas prácticas”, el “nobel de la educación” o el docente global (negocio para la empresa Varkey), las políticas de incentivos, etc… representan el triunfo del éxito, que solo sirve para destacar la crisis generalizada de la educación, para volver a reclamar los discursos elitistas ante el fracaso de la escuela. Y destacar que el profesorado es uno de los actores más relevantes que están sirviendo con sus malas praxis a unos resultados catastróficos. La responsabilidad recae solo en el profesorado, no en los niveles socioeconómicos del alumnado, ni en la calidad de la educación o en la falta de recursos personales o materiales. Todos estos discursos solo sirven para potenciar la escuela privada o modelos de escuelas con gestión privada que se basan en incentivos al profesorado y trasladan los modelos de la economía al sistema escolar.

La elección de centro: escuelas Charter, autónomas y concertadas

Cada vez hay una mayor tendencia a potenciar la elección de centro haciendo competir a las escuelas públicas entre ellas, y a las públicas con las privadas. Para poder elegir escuela éstas deben ser diferentes y para eso las acompañan de toda una serie de políticas educativas como son los vouchers, la ampliación del distrito, los proyectos educativos, los rankings, evaluaciones, o cualquier tipo de estrategia que potencie la competitividad entre las mismas.
Tanto las escuelas Charter (en EE. UU.), como las escuelas de Chile tienen como punto central de sus políticas el postulado neoliberal de la elección, que plantea que se puede acceder a todo lo que se desea, sin existir barreras y sin estar determinado por la clase social, etnia o género. En educación defenderá que las familias tienen derecho a escoger la escuela que prefieren para sus hijos e hijas, que se comportaran de la misma forma para pobres y ricos.
Los partidarios de los programas de elección escolar argumentan que estas políticas atraen a los estudiantes de un rango geográfico más amplio que las escuelas públicas, por lo que tendrían una mayor pluralidad de estudiantes. Pero las investigaciones realizadas en el Estado de Arizona ven incrementada la segregación por raza, status socioeconómico y hasta por capacidad. Las escuelas Charter buscan estudiantes dotados o con necesidades especiales. Permiten formal o informalmente que las escuelas seleccionen a estudiantes y excluyan a otros. Algunas buscan seleccionar problemas minoritarios y con desventajas económicas, pero la mayoría buscan a estudiantes de altas capacidades, con antecedentes favorables en las escuelas públicas para evitar aquellos que requieren más recursos (Gilblom y Sang, 2019). En tres ciudades con altas proporciones de escuelas autónomas, Detroit, Nueva Orleans y Washington DC., las escuelas mostraban patrones de exclusión para mejorar la posición en el mercado y aumentar la segregación racial y socioeconómica (Lubienski, Gulosino y Weitziel, 2009).
Además, las familias menos privilegiadas carecen de recursos (capital social, empleos flexibles, apoyo familiar, transporte) para participar en opciones de elección.
Lógicamente, solo tendrá sentido la elección de centros en sistemas educativos con una oferta diferenciada. La situación de España al respecto es propicia para su aplicación porque ya contamos con dos redes escolares, pública, y privada concertada (centros privados sostenidos con fondos públicos), esta última supone un 30% de la escolarización obligatoria, siendo mayoritariamente de instituciones religiosas católicas (64%)(1). Teniendo en cuenta que la privada y concertada acoge solo al 7,5% de los alumnos/as desfavorecidos y que un alumno de un entorno más pobre tiene 5,5 veces más probabilidades de repetir curso. En España cada vez hay una mayor tendencia a potenciar la elección de centro haciendo competir a las escuelas públicas entre ellas, y a las públicas con las privadas. La crisis de 2008 ha influido en el aumento de la segregación escolar, rompiendo la disminución que se estaba produciendo desde el año 2000. A ello ha contribuido la reducción de financiación pública en el sistema educativo, junto a las políticas educativas introducidas con la LOMCE (2013) que han conseguido que Madrid sea la segunda región de Europa en segregación escolar, con un 45% de escuelas privadas (Murillo y Martínez-Garrido, 2018). Y España será el sexto país con más segregación de la Unión Europea, con un índice del 31% y un aumento en los dos últimos años de un 14,5% (Save The Children España, 2016).
Actualmente el gobierno del Partido Popular y Ciudadanos, con el apoyo de Vox plantean en su Decreto de admisión el fomento de la privada y una reducción del nivel socioeconómico en la baremación, que tendrá como consecuencia un nuevo éxodo hacia la privatización de la región más poblada de España, con uno de los niveles socioeconómicos y culturales más bajos. La educación pública en Andalucía recoge un 77% de la población escolar, 9 puntos más que la media española, y 4 por debajo de la media europea. Con estas políticas pronto alcanzará a Madrid en segregación escolar.
La segregación escolar no solamente incide en el aprendizaje de los estudiantes, sino que empobrece la educación socializadora, la convivencia y la integración social. No se puede construir una ciudadanía democrática creando escuelas de ricos y de pobres, la educación debe estar comprometida con la cohesión social y con los derechos fundamentales de la igualdad. No existe el derecho fundamental a la educación con el desarrollo de políticas que van en contra de la educación pública y a favor de la segregación escolar.

«Los niños han echado de menos a sus amigos y han acabado hartos de deberes». Entrevista a Francesco Tonucci.


“Tengo 80 años y es la primera vez que he vivido una experiencia así, imagínate lo que ha sido para los niños”, comenta Francesco Tonucci, pedagogo italiano, alter ego del dibujante Frato, y una de las voces mundialmente más respetadas en materia de infancia. La cuarentena le ha dejado recluido en casa durante tres meses y le ha aclarado la agenda, pero ha estado tan activo como siempre en su lucha por que los adultos escuchemos más a los niños, sin filtros ni prejuicios. Y que las ciudades se desarrollen pensando en ellos y no en los coches o las prisas. Hace unos días Tonucci participó en un webinar sobre la importancia de la participación infantil en el marco del proyecto Alimentando el Cambio, que promueven la Fundación Ashoka y Danone, junto con la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y el Ministerio de Educación y FP.

¿Cómo ha llevado estos meses?
Los viejos y los niños hemos sido los más afectados por este virus. Nosotros, porque el virus nos mata, y los niños porque no podían entenderlo. Yo he estado tres meses encerrado y sin ver a mis hijos ni mis nietos, y lo raro fue ver cómo mi agenda, que en marzo estaba llena de viajes y compromisos, se vació de repente. Aunque ahora ya se ha vuelto a llenar. Lo que me sorprendió mucho es que, en esta situación de dificultad y de crisis, se ha generado una audiencia mucho mayor de la habitual. Yo he participado en conferencias virtuales en las que había 70.000 y 100.000 personas escuchando. Para llegar a un público así yo tengo que viajar mucho, y cada vez me cuesta más hacerlo. En realidad, cada vez que se borra un viaje de mi agenda para mí es una pequeña alegría.

¿Qué lecciones deberíamos sacar de esta situación?
Antes de que empezara esto todos estábamos, por suerte, reflexionando y preocupados por el medio ambiente. Pero ahora parece que esa preocupación ha desaparecido, Greta ya no es noticia, sino algo del pasado. Y sin embargo es un tema que sigue ahí, encima de nosotros, con toda su gravedad. Y probablemente las dos cosas estén relacionadas, y no sea casual que donde más ha afectado el virus es donde más contaminación hay. Es decir, en nuestras ciudades más desarrolladas y más ricas. Este es un virus rico, que viaja en avión, y por eso llega rápido y a todas partes, mientras que antes los virus eran más lentos porque viajaban en barco. Pero, a la vez, ha afectado especialmente en los lugares de mayor masificación, donde vive la gente en peores condiciones. Y esto me lleva a pensar que ocurre lo mismo en las zonas de monocultivos intensivos, en los que es más probable que ocurra algo grave. Y que sobre todo este virus ha afectado donde tenemos el monocultivo de ancianos, en las residencias. Es decir, la pérdida de diversidad se convierte en debilidad. Y esta lógica vale también para la escuela, que establece grupos de edad homogéneos, lo cual la vuelve más frágil.

¿Los niños no deberían estar agrupados según su año de nacimiento?
Por supuesto que no, por el principio que comentaba: a menor diversidad mayor empobrecimiento. El error de tener niños iguales es que te lleva a pensar que efectivamente son iguales. Y no lo son, pero lo pensamos, y los libros de texto y los programas escolares están hechos con este criterio. No hay ninguna otra experiencia en nuestra vida cotidiana donde se reproduzca este esquema de grupos homogéneos de edad. Ni en la familia, ni en el trabajo… Siempre que doy una charla en un teatro le pregunto al público cómo se sentiría si, al entrar, a cada uno le mandáramos a una fila en función de si está en los treinta, los cuarenta o los cincuenta años. No tendría sentido y más de uno se rebelaría.
Las dos principales referencias de mi formación como maestro y pedagogo son de clases en las que había mezcla de edad. En primer lugar, la experiencia de Freinet, un maestro que en tiempos de entreguerras tenía un aula de 40 niños de 4 a 16 años y que tenía muy poca voz y salud, porque era tísico, y al que con sus 10 minutos de voz al día no le quedó más remedio que imaginar una escuela en la que los alumnos se enseñaran entre ellos. La otra experiencia es la de Don Milani y su escuela de Barbiana, cerca de Florencia; también él era una persona enferma, que murió joven, y también aquí los mayores ayudaban a los más pequeños. Y en ambas experiencias los mayores también aprendían cosas de los pequeños.

Algunas voces han considerado que los niños han sido los grandes olvidados de esta crisis. ¿Comparte esta opinión?
Totalmente. Es lo primero que denunciamos desde el proyecto de la Ciudad de los Niños. En Italia, casi la mitad de los 30.000 muertos son ancianos que vivían en residencias, pero desde el principio todos notaron que los niños y las niñas eran los que vivían esta experiencia de la manera más difícil, porque era difícil para ellos entender el sentido y soportarlo. Vivir encerrados en casa, sin poder conectar con sus amigos… Cuando en Italia se empezó a hablar de los niños lo que nos sorprendió es que empezaron a salir en televisión mis colegas psicólogos para dar consejos a los padres y mis colegas pedagogos para dar consejos a los maestros. Y nadie pensó en hablar con los niños. Nosotros lo primero que hicimos fue invitar a los alcaldes de las ciudades de nuestra red internacional a hablar con los niños, a enviarles mensajes y convocar los consejos de niños y niñas. Y entonces empezamos una investigación, proponiendo un cuestionario a estos niños y niñas para que nos dieran su punto de vista de lo que estaba pasando. Y salieron tres elementos, que fueron siempre los mismos al margen del país donde se realizó la encuesta. El primero es que los niños echaban de menos a sus amigos. A veces escribían que extrañaban la escuela, y algunos periodistas explicaron que, por primera vez, los niños echan de menos su escuela, pero en realidad era a los amigos. Lo que pasa es que desde hace años el lugar de los amigos es la escuela, cosa que es una equivocación grave, porque el lugar de los amigos tiene que ser la calle. Hace poco Frato dibujó una viñeta en la que se decía que de la escuela han desaparecido los recreos, las entradas y salidas… y se han quedado solo los deberes y las clases. Es decir, que la escuela ha quedado reducida a lo que no gusta.

¿Y qué otras dos cosas decían los niños?
Lo segundo que dicen es que lo han pasado bastante bien con sus padres, es decir, que nunca antes habían tenido a sus padres tanto tiempo para ellos, y que la experiencia les ha gustado, porque han hecho y han aprendido cosas juntos. Y lo tercero que salió es que están hartos de deberes, y están cansados y aburridos de seguir clases a través de una pantalla.
La primera semana parecían unas pequeñas vacaciones, porque iba a ser poco tiempo, pero luego ya se vio que iba para largo, y claro, había que seguir el temario…
Yo me atreví a proponer a la escuela que considerase la casa como un laboratorio; es decir, si el mundo de los niños se ha reducido a su casa, y lo están pasando bastante bien con sus padres, ¿por qué no pedimos a los padres que ayuden a la escuela, asumiendo una especie de papel de asistentes en este laboratorio nuevo que es la casa? Había que cambiar la naturaleza de los deberes y renunciar por un tiempo al programa, los libros de texto y los deberes tradicionales. Hagamos otra cosa. Pidamos a los padres que ayuden a la escuela, pero para hacer con sus hijos las mismas cosas que hacen siempre: poner una lavadora, tender la ropa, plancharla, cocinar… La cocina se tenía que considerar como un laboratorio de ciencias, y que un maestro les dijera a sus alumnos que para mañana el deber es preparar una pasta, y que cada semana haremos un plato diferente, y la escuela trabajará sobre estos deberes, porque trabajará sobre la matemática de la pasta, las cantidades, el peso, la duración de la cocción, la temperatura… o incluso el lenguaje de la receta… Esto se lo propuse a muchos países.
Ya sabemos que es difícil convencer a los maestros de que dejen sus costumbres. Yo les decía que estamos en un momento raro, y nadie os controla demasiado, con lo que podéis aprovechar para intentar una cosa nueva, y que si funciona, adelante, y si no lo hace, cuando vuelvas a la escuela vuelves a lo de siempre. Me consta que quien lo probó lo valoró muy bien, porque este laboratorio gustó a los niños y también a las familias, ya que no tenían que ayudar a los hijos a hacer cosas que no sabían hacer. Y, sobre todo, gustó a quienes tenían situaciones más complicadas de falta de dispositivos. Pero esta fase ya está acabada y ahora nos asomamos a la segunda, que es pensar qué hacemos ahora.

Eso le quería a preguntar. Aquí ha habido un debate muy fuerte porque la mayor parte de niños estarán seis meses sin pisar su centro educativo, ya que en España se han abierto los centros en junio pero de forma muy limitada, han ido muy pocos alumnos.
En Italia no se ha abierto nada.

Pues aquí hay quien sostiene que esa desconexión de tantos meses traerá mayor desigualdad y un incremento en la tasa de abandono escolar prematuro. Me gustaría saber su valoración.
No sé si eso ocurrirá, pero si lo hace sería una prueba de que la escuela no es la que se necesita. Uno no pierde a sus amigos por estar seis meses sin verles, al contrario, cuando les vuelves a ver es una fiesta. Si la escuela pierde alumnos porque ha ocurrido este incidente significa que no era lo que la ley ofrece y promete, y luego diré por qué me refiero a la ley. Yo creo que en este tiempo los niños y las niñas han aprendido mucho, y me gustaría que la escuela ahora no se preocupara de saber si se acuerdan de las clases que han tenido por pantalla, o si se acuerdan de lo último que aprendieron antes de la cuarentena. Me gustaría que trabajara intensamente sobre todo para saber lo que ganaron en términos de competencias. En nuestros cuestionarios muchos niños han dicho que han aprendido a cocinar, o a quedarse solos, o a hacer menos cosas que las deseadas… ¡Esto son temas enormes! A nivel emocional se puede trabajar muchísimo, han tenido que asistir a escenas impresionantes, con montones de muertos, y es probable que muchos niños hayan perdido a alguien de su familia. Hay que reflexionar sobre esto y es un trabajo enorme al que creo que la escuela tiene que sumarse. La escuela no tiene que hacer psicología, yo nunca les he pedido a los maestros que hicieran de psicoterapeutas, pero hay que exigirles que el mundo entre en la escuela. Por eso propuse la casa como laboratorio, porque el mundo de los niños había quedado restringido a su casa. Una sugerencia que daba durante el confinamiento es que los niños tuvieran un diario secreto, un lugar donde desahogar sus sentimientos, alguien con el cual hablar, y, si querían, tenerlo secreto. Porque los niños lo van a olvidar todo, tienen una capacidad de resiliencia más fuerte que la nuestra, pero han vivido una experiencia muy rara y tener memoria de esta experiencia puede ser interesante para ellos, para reelerlo pasado mañana con sus hijos.

Dice que los maestros no tienen que hacer de psicólogos, pero a la vez se da mucha importancia al acompañamiento emocional que tendrán que hacer en septiembre, para poder evaluar las secuelas que este periodo haya podido dejar en cada uno de sus alumnos. ¿Esto no les obliga a ser un poco psicólogos?
Las emociones forman parte del mundo de los niños, y como tal son competencia de la escuela. La cuestión es si la escuela se ocupa únicamente de sus disciplinas o si lo hace del mundo de los niños. En mi opinión, una buena escuela debe tener las puertas abiertas para que puedan entrar las experiencias de los niños. En este caso ha sido lo que han vivido dentro de casa, pero espero que mañana sea lo que vivirán fuera de casa y de la escuela. El mayor regalo que podrían tener los niños después de esto es que sus padres les den más autonomía, para que en su memoria se junten la tristeza del confinamiento con la conquista de la autonomía, esa sería la mejor forma de que les quede un buen recuerdo de esta experiencia. Y esto también vale para la escuela. Freinet propuso el texto libre, que es exactamente esto: si te ha ocurrido algo importante fuera de la escuela, escríbelo y llévalo a la escuela. La escuela tiene muchas fuentes, pero la más importante debería ser el mismo niño. Por lo que, claro, el niño tiene que explicar sus emociones, pero esto no es un tema de psicología, el maestro no tiene que tratar de interpretarlas, sino facilitar que se puedan expresar.

¿Qué le ha parecido la gestión de los distintos gobiernos en relación a la pandemia y la infancia? ¿Ha tenido la ocasión de comparar lo que hacían en distintos países?
He notado una sensibilidad distinta en distintos países. En países como Nueva Zelanda o Suecia las autoridades han celebrado encuentros virtuales con niños. También vi que en España hacían algo así. En Argentina me llamó el ministro de Educación, al que yo no conocía, y me pidió que le explicara lo que pensaba, y luego organizó un encuentro público en el que participaron más de 100.000 personas. En Italia, en cambio, nada de esto ha ocurrido. Lo hicieron algunos alcaldes respondiendo a nuestra invitación, pero a nivel nacional no.
Pero lo que estoy viendo, sobre todo, es que estamos pensando en cómo podemos volver a lo de antes. Y, por tanto, lo que ahora nos preocupa es qué cosas raras tenemos que hacer durante este tiempo de espera provisional, que esperemos que sea breve. Ahora mismo se van a abrir los cines, y se están preparando para que haya siempre espacio entre butacas. Esto no es preparar algo distinto para mañana, sino pasar la temporada problemática a la espera de volver lo más pronto posible a lo de antes, a cuando sea posible ocupar todos los sitios. Y así en cualquier ámbito. Y lo mismo está ocurriendo en educación, lo cual me parece un error. Los de la sala de cine pueden pensar que lo que tenían antes ya estaba bien, pero no entiendo cómo la escuela puede pensar lo mismo. En una encuesta que se hizo pública durante la cuarentena, Italia aparecía en el penúltimo lugar en un ranking de analfabetismo funcional. Tenemos un 30% de jóvenes que son analfabetos funcionales, es decir, que aprendieron a leer y a escribir, pero que ni escriben ni leen. También tenemos en Italia un porcentaje muy alto, mayoritario, de niños que no quieren ir a la escuela, que sufren cuando van a la escuela, y algunos lo somatizan hasta ponerse enfermos. La mayoría se aburre, y cuando un niño se aburre en la escuela tampoco aprende o su aprendizaje es superficial. Con este resultado, si en lugar de una escuela fuera una empresa, debería cerrar. La Seat no podría existir si el 30% de sus coches salieran mal de la fábrica. Einstein decía que si queremos que algo cambie no podemos seguir haciendo siempre lo mismo. Pues ahora lo que estamos haciendo son cosas raras, como dividir un grupo en dos, para poder seguir haciendo lo de antes cuando todo pase.

Antes me hablaba de la ley ¿A qué se refería?
El psicopedagogo Jerome Bruner decía que lo peor de la escuela es que los niños se aburren y que de esto hay que salir a toda costa, porque, decía, si se aburren no puede ser educación. Por eso, para no hablar de deseos que vayan a ser calificados de utópicos yo me refiero a la ley. En la Constitución italiana se dice que el objetivo de la educación es el pleno desarrollo de la personalidad, y este principio está recogido también en el artículo 29 de la Declaración de los Derechos del Niño, que es un tratado internacional y está por encima de las legislaciones nacionales. El artículo de la escuela es el 28, ahí se habla de la escuela pública, gratuita y obligatoria. Pero el artículo 29 habla de educación, e involucra las responsabilidades de la familia y de la escuela. Me gustaría que se asumiera este artículo como una refundación de una nueva relación entre familia y escuela, querría ver a estas dos entidades sentadas en una mesa, leyendo este artículo y preguntándose: “¿Cómo lo hacemos?”. Porque el artículo habla de desarrollar la personalidad de los niños, y sus aptitudes psíquicas y físicas hasta el máximo nivel posible. Y esto, lo que significa no es que los niños consigan los resultados que han previsto los adultos, sino que cada uno pueda descubrir su vocación y recibir por parte de la familia y de la escuela las herramientas para poder desarrollarla hasta el máximo nivel posible. Diversos autores le han puesto nombres distintos a esto que la ley llama aptitudes. Yo lo llamo “aquello para lo uno ha nacido”. Con lo cual, la escuela no puede ser solo la de la lengua y las matemáticas, porque si es así va a excluir a muchos alumnos. No los va a expulsar, pero los va a excluir.

¿Pero entonces cree o no cree que va a haber algún cambio, o que volveremos a lo de antes?
Un consejero de Educación de una comunidad autónoma española me preguntó lo mismo. ¿Cómo puedo favorecer el cambio?, me decía. Presuponía que la mayoría de los maestros no quiere cambios y que solo una minoría se atreve a hacer cosas. Yo le contesté que es muy sencillo: usted tiene que ponerse al lado de los que cambian, que los que cambian se sientan privilegiados, apoyados por el consejero, por le ministro; es decir, yo no puedo obligar a todo el mundo a cambiar, pero sé que la escuela lo necesita, los niños lo necesitan y la ley lo pide, pues aquellos que se pongan manos a la obra tendrán más apoyo, y llegarán a ser ejemplos para que más personas se muevan.

¿En qué dirección deberían ir esos cambios?
La escuela que yo imagino no está hecha de aulas. Pensar en aulas supone utilizar menos de la mitad del espacio de la escuela, y además son espacios cerrados, todas iguales, con el mismo mobiliario, y volvemos a lo de antes, si no hay diversidad no hay vida. En la casa cada espacio tiene una finalidad muy clara, y lo mismo en los espacios donde trabajan los científicos, los artistas, los artesanos… Lo que yo propongo es renunciar a las aulas para tener laboratorios, de manera que cualquier espacio de la escuela se aproveche para hacer cosas distintas.
Pero no es solo la escuela la que se tiene que hacer cargo de la reapertura, esto es cosa de toda la comunidad. Lo que propongo es que se cree una mesa que no sea ministerial, sino de ciudad, en la que se sienten el alcalde, los docentes, los padres y los alumnos… ¡es muy importante que no falte nadie! En Italia estamos esperando a que sea la ministra quien nos diga cuáles son las reglas nuevas. Si a los niños les damos reglas que vienen de arriba intentarán librarse de ellas, siempre ha sido así, es casi imposible que respetes una regla que no reconoces como tuya.

Como ha participado en el webinar de ‘Alimentando el cambio’ imagino que en el ámbito de la alimentación también pensará que hay que cambiar cosas.
De todas las cosas que se están diciendo en Italia, posiblemente la que más me gusta es la propuesta de que se coma en el aula. Yo hace 50 años que lo digo, porque siento una gran aversión hacia los comedores escolares.

¿Y eso?
Muchos de los problemas de la mala alimentación tienen que ver con el comedor. Son lugares donde se concentra demasiada gente, hay demasiado ruido, y se tira demasiada comida ¡Todo es negativo! La comida tiene que ser un momento de placer, de estar a gusto, de estar juntos, de compartir un tiempo… Y de hacerlo con mucha autonomía. En muchas escuelas te dicen lo que tienes que comer, cómo y en cuánto tiempo. Cuando yo pregunto por qué os gusta el comedor, muchas veces me contestan que allí los niños pueden socializar, pero eso es absurdo, porque en una comida socializas con los cuatro que tienes al lado. Cien niños en un comedor no tiene nada que ver con socializar.
Yo hace muchos años fui responsable de formación de una escuela infantil en Livorno, en la que pasamos a comer en las aulas. Y el comedor lo transformamos en un estupendo taller de arte. Y como las cocineras no querían servir a los niños, solo llevaban a las aulas las fuentes con la comida, con lo que los niños se levantaban con su plato y se servían de lo que querían y la cantidad que querían, y tras unos cuantos días de aprendizaje ya no se tiró nada de comida. Comían lo que se servían y lo pasaban muy bien, preparaban las mesas… fue un cambio total.


El día 26 de junio Francesco Tonucci participó en el 2º Encuentro Intergeneracional: 

Ciudad y ciudadanía de la infancia y la adolescencia en el COVID, organizado por la Asociación GSIA, GSIA Lab..