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¿Sirven las películas infantiles para educar en igualdad?

Análisis de Género del Cine de Animación Infantil como Recurso para una Escuela Coeducativa.
A pesar de los esfuerzos por construir una sociedad igualitaria, seguimos encontrando
 en la infancia patrones de comportamiento que perpetúan las desigualdades de género.
 Estas actitudes se hacen más evidentes a partir de la educación secundaria, 
pero tienen su origen en la socialización de la primera infancia.
Acceder al contenido integro: 

Los medios de comunicación son un agente socializador principal: influyen, junto a las familias y a los centros educativos, en la construcción de la identidad. El cine es uno de los más potentes transmisores de valores e influye de forma considerable en las actitudes y conductas de los espectadores.

El hecho de que gran parte del cine infantil muestre una realidad estereotipada de los personajes tiene, por tanto, una influencia significativa en la sociedad.

Hemos analizado** once películas infantiles de animación teniendo en cuenta los siguientes criterios:

  1. Número equitativo de personajes mujeres y hombres.

  2. División del trabajo.

  3. Aspiraciones y expectativas de vida en las mujeres.

  4. Estereotipos estéticos, de personalidad o emocionales sobre la mujer.

  5. Redes de amistad entre mujeres.

  6. Relaciones entre mujeres y hombres no centradas en el amor romántico.

  7. Comentarios y acciones sexistas o misóginas.

A estos factores hemos añadido los criterios de rebeldía de género (es decir, la no conformación al estereotipo como algo intrínsecamente rebelde) y alarde de excepcionalidad (cuando una situación de igualdad se presenta como algo excepcional).

Lista de películas analizadas. Author provided

Desarrollo de la imagen propia

Las niñas, a menudo, se sienten atraídas por las películas de princesas y heroínas, se disfrazan como ellas y las imitan. La visualización de estas historias contribuye al desarrollo de la imagen de sí mismas, a la constitución de sus creencias y a la forma de entender el mundo que les rodea.

Pero ¿son realmente estos personajes modelos a seguir en términos de igualdad?

En las películas infantiles los protagonistas masculinos aparecen representados como héroes centrados en nobles propósitos. La elocuencia, actividad, nobleza y valentía son sus rasgos característicos. El amor se representa como una trama secundaria dentro del conjunto de ideales que el personaje masculino ansía.

¿Amar o no amar?

En muchas de las películas que hemos analizado que están protagonizadas por un personaje femenino, el eje central de la trama suele ser el amor. En ellas, la mujer aparece felizmente abnegada, dedicada al cuidado de la familia, o con el amor y el matrimonio como fin preferente.

En algunas de ellas, como en La Bella y la Bestia, se hace incluso una idealización romántica del control, el secuestro, el maltrato y la pérdida de intimidad. Bella, la protagonista, que aspira a viajar y conocer mundo, abandona su sueño para casarse con su secuestrador. En cambio, en una película de protagonista masculino como Robin Hood, la trama ya no se centra en la búsqueda del amor o el enamoramiento.

Número de personajes masculinos o femeninos

Tanto en La bella y la bestia (11 a 6) como en Blancanieves (16 a 6), hay más personajes masculinos que femeninos, a pesar de tratarse de películas con protagonista femenina.

Los Increíbles tienen 14 personajes masculinos y 5 femeninos. Se sale de esta tendencia Los Croods, con más personajes femeninos (11) que masculinos (7).

Sexualización

A pesar de ser películas dedicadas a un público infantil, la figura de la mujer aparece, de forma recurrente, hipersexualizada y cosificada: se la presenta como mujer objeto y de intercambio, y se normalizan el secuestro por amor o el matrimonio por conveniencia. El personaje más significativo en este sentido es Jazmín, que seduce a Jafar para dar tiempo a Aladdín.

Los comentarios sexistas son habituales en todas las películas analizadas, aunque a menudo se camuflan y pasan desapercibidos debido a que se les da un carácter cómico o jocoso, lo que neutraliza el rechazo que estos comentarios deberían producir.

Jazmín besa a Jaffar en la película Aladdin (John Musker y Ron Clements, 1992). Walt Disney Pictures

¿Quién es la más bella del reino?

La película Toy Story representa el paradigma de la película de colegas masculinos: en ella un sentimiento de envidia se convierte en una relación de amistad profunda. Los personajes varones, incluso secundarios, presentan cualidades como la fidelidad, la lealtad, la nobleza, la colaboración y el liderazgo.

Sin embargo, la figura femenina aparece desvinculada de las relaciones de amistad entre mujeres. Cuando hay más de una mujer, estas se relacionan de forma fraternal (como en Los Croods) o se presentan como rivales (como en Blancanieves) o no se explora la relación (Chicken Run).

Los afectos entre mujeres, si aparecen, están enmarcados, en un porcentaje muy elevado de casos, en relaciones familiares, como es el caso de Vaiana, Los Croods o Lady Marian de Robin Hood.

Imagen promocional de Zootrópolis (Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush, 2016). Walt Disney Animation Studios

Rebeldía y derechos

En los últimos tiempos, hay una tendencia a adecuarse a las demandas y evolución de la sociedad en cuestión de igualdad. Pero a menudo se hace desde la perspectiva de rebeldía y excepcionalidad, proporcionando una visión sesgada de estos derechos.

En las películas en las que la mujer aparece representada en una faceta más activa, como es el caso de Jazmín en Aladdín o Bella en La bella y la bestia, esta actitud se muestra como un acto de desobediencia y rechazo al rol de género asignado social y culturalmente.

En un público femenino no formado, asumir esta excepcionalidad puede crear una conciencia de inferioridad con respecto a su papel en la sociedad y la creencia de que para tener los mismos derechos deben convertirse en rebeldes heroínas.

La normalidad como algo excepcional

En otras ocasiones, como es el caso de Juddy en Zootrópolis, se muestra al personaje femenino desempeñando un rol al que tiene derecho, pero que la tradición atribuye preferentemente al género masculino. La película lo trata como un hecho de excepcionalidad positiva que resta normalidad a la situación que representa.

Mientras que los personajes masculinos corren aventuras y ocupan esos espacios sociales de forma normalizada, con los personajes femeninos se enfatiza esta situación como excepcional, convirtiéndola, en muchos casos, en la trama argumental principal de la película Zootrópolis.

Una escuela coeducativa debería seleccionar las películas que proyecta en las aulas abordando un análisis con perspectiva de género que permita a los espectadores infantiles reflexionar, cuestionar modelos antiguos y proponer nuevos modos de relación.


*Este artículo y la investigación en que se basa fueron realizados con la colaboración de la alumna de máster Tarxilia Heras Peinado.
Rosario Mérida Serrano, Catedrática de Didáctica y Organización Escolar, Universidad de Córdoba.
** Para acceder al contenido integro: Análisis de Género del Cine de Animación Infantil como Recurso para una Escuela Coeducativa, Tarxilia Heras Peinado, Rosario Mérida Serrano . Pixel-Bit, Revista de Medios y Educación, nº 62 Septiembre 2021, pag.183...

"Yo soy Ratón", música infantil respetuosa.

 


Un grito de los niños y niñas pidiendo que los adultos bajemos a su altura y les ofrezcamos un entorno
comprensivo y amoroso sobre el que puedan ir construyendo su propio yo.

Yo soy Ratón se aleja de la música infantil al uso:
composiciones dignas de las mejores bandas rock con letras que tratan desde la mirada de los niños y niñas aquellos temas que verdaderamente les afectan.
Música con la que sentir, jugar y disfrutar mayores y pequeños, juntos en familia.


Menos 'Masterchef' y más 'La brigada de la cocina', una emotiva mirada a los menores no acompañados. Película

que ofrece una mirada luminosa y encantadora a un tema tan dramático 
como el de los menores extranjeros no acompañados, 
una realidad que empieza a estar presente en el audiovisual, 
tanto en el documental como en la ficción, 
y que da voz a la infancia migrante.. 


En 'La brigada de la cocina' se rompen
prejuicios hacia los menores no acompañados
con humor y buen rollo.
La televisión y el espectáculo han fagocitado todo, también a la cocina. Desde hace años, gracias al auge de programas como Masterchef, se ha convertido en un show que tiene más que ver con Gran Hermano y otros realities que con las recetas que cocinaban tus abuelas, como se nos quiere hacer vender. Los talents de cocina quieren mostrar que existe la meritocracia, pero realmente vemos cómo se explota lo personal y se hace que el público participe cuestionando las actitudes y no las capacidades culinarias de los concursantes.

Quizás la cocina podría servir para mostrar otras realidades, como nexo de unión entre culturas, como grito antirracista y antixenófobo. Eso es lo que intenta la película La brigada de la cocina, dirigida por Louis-Julien Petit, y que ofrece una mirada luminosa y encantadora a un tema tan dramático como el de los menores extranjeros no acompañados, una realidad que empieza a estar presente en el audiovisual, tanto en el documental como en la ficción. No lo banaliza, pero decide ofrecer humor y profundizar en esa comedia social que ya experimentó con las mujeres sin hogar en Las invisibles.

Aquí da el protagonismo a menores extranjeros reales que se ponen por primera vez delante de la cámara para contar una historia basada en un hecho real, el que protagonizó la cocinera Catherine Grosjean, que se dedicó a dar clase de cocina a jóvenes migrantes. En una sociedad que suele mirarles con odio, donde la extrema derecha les señala con campañas en el metro, el director les muestra como personas que solo necesitan una oportunidad. Les pone nombre y rostro, les da una historia y saca su lado más humano y divertido.

Su película nace para romper tópicos. “Estos jóvenes quieren trabajar y están estigmatizados, y la película nace también para crear un vínculo entre ellos y estos sectores como la cocina, donde hace falta gente para trabajar en Francia. Quería hacerlo usando el humor, con un género que tanto me gusta como la dramedia o la comedia social”, explica el realizador que termina su filme con un número de teléfono para que los empresarios ofrezcan empleo a los jóvenes migrantes. Ese número comprado por él cuando escribía el guion, ya ha recibido más de 6.000 peticiones.

La comparación con los realities de cocina como Masterchef viene incluida en la propia película, que muestra cómo la cocinera se niega a participar en un show que podría darle la fama y que finalmente se convierte en un recurso narrativo para un final esperanzador. Una idea que da rienda suelta a mostrar los tics visuales y la explotación sentimental de estos programas en una versión “satírica” de shows que todo el mundo tienen en mente y que siguen triunfando en la televisión.

Aunque la historia de los menores de la ficción no concuerde exactamente con la de los protagonistas reales, todos aportaron sus vivencias. De hecho, en una escena en la que cuentan sus orígenes sí que se escucha lo que cada uno aportó. “Todos llegaron con menos de 18 años a Francia, pero por motivos de producción solo el actor que hace de Gusgus es menor”, explica el director. Para preservar “su emoción y su espontaneidad” se rodó en orden cronológico y se improvisaron muchas escenas en un acto de confianza que Petit agradece. “Muchos directores quieren ser creíbles, yo quiero ser autentico, quiero que ellos se olviden de los diálogos, de las estrellas, y que nos catapulten en la emoción”.

La comedia social significa estar en un hilo. Si te caes hacia un lado caes en el miserabilismo, pero si te caes al otro entras en lo burlesco. Tienes que guardar el equilibrio.  Louis-Julien Petit — Director de cine

También quería evitar contar su historia real ya que, como muchos de los personajes, tuvieron que mentir para mantenerse en estos centros. Como ocurre en España, en cuanto cumplen 18 años son abandonados a su suerte, por lo que el director no quiso “jugar con su intimidad” y contar algo que “incluso podía tener consecuencias graves”. La película, en uno de los momentos más dramáticos, muestra esas pruebas que se les realiza para acreditar que no son menores y poder expulsarles. Radiografías, análisis… conejillos de indias donde se les deshumaniza y que el director compara con las que se “hacía a los judíos para mandarlos a los campos de concentración”.

Le parecía importante mostrar también “el horror”, porque una comedia social no puede huir de la realidad. “Cogemos cariño a los personajes, nos reímos con ellos y casi el espectador se olvida de que son inmigrantes, pero la realidad sigue ahí, y así es como veo a la comedia social. Significa estar en un hilo. Si te caes hacia un lado caes en el miserabilismo, pero si te caes al otro entras en lo burlesco. Tienes que guardar el equilibrio. SI tensas el hilo es cuando pasas de la comedia a la realidad y de ahí a la emoción”, dice sobre el tono de sus filmes.

Con sus películas rompe ese mantra que parece que el cine perpetúa, y es que “en la precariedad no hay humor”. “No me gusta el miserabilismo, por eso me gusta la dramedia o la comedia social, porque en un contexto duro, en el que los personajes están contra la pared, nosotros como espectadores vamos a amar más a los personajes si vemos a combatientes modernos que buscan soluciones que nosotros no encontramos. Necesitamos esperanza, la necesitamos mucho, y yo necesito reírme”, zanja.

Los ataques a los menores extranjeros no son exclusividad de Vox, la extrema derecha de Francia, con Le Pen y Zemmour a la cabeza, también los usan, especialmente “cada vez que hay elecciones”. “Siempre sacan el problema migratorio, pero es que siempre ha existido. Nuestros padres, nuestros abuelos… todos hemos emigrado por la guerra, por el cambio climático, por movimientos sociales o humanos… todos. Con esta película quería mostrar que la inmigración no es ningún problema y que las diferentes culturas aportan riqueza. Hacerlo a través de algo que nos une a todos, como es la cocina. Al comenzar en España la promoción internacional de la película me doy cuenta de que la humanidad, el amor y el humor no tienen fronteras, y esos son los valores y el mensaje de mi película: no hay fronteras”.


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Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud

Calderón Gómez, Daniel ; Gómez Miguel, Alejandro
Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, 
Fundación FAD.
ISBN (13): 978-84-17027-77-3.


Desde el Centro Reina Sofia sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD Juventud, con el apoyo de Telefónica y Banco Santander, han publicado «Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud».


Una investigación que profundiza en las experiencias, percepciones y motivaciones de adolescentes y jóvenes alrededor de sus prácticas de ocio digital. 

El informe «Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud», realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD Juventud profundiza en las experiencias, percepciones y motivaciones de adolescentes y jóvenes alrededor de sus prácticas de ocio digital. Para ello, se ha realizado una encuesta online a 1.200 jóvenes de 15 a 29 años residentes en España.

  • Aproximadamente, el 70% de jóvenes tiene al menos 4 dispositivos tecnológicos diferentes, siendo el más común el smartphone (86,4%) y seguido del PC portátil (79,8%) y la smart TV (64,8%).
  • El 79,9% utiliza las tecnologías digitales para actividades de ocio digital todos los días, sólo por detrás de los usos para comunicación (84,1%) y búsqueda de información (83,6%). Además, el promedio es de 6,95 horas al día dedicadas al consumo de contenido audiovisual y otras actividades de ocio vinculadas con las tecnologías digitales.
  • 3 de cada 4 jóvenes tienen suscripciones a algún tipo de servicio online de contenido audiovisual de pago, si bien la mitad comparte la suscripción con otras personas (54%).
  • Prácticamente, la totalidad de jóvenes sigue activamente a personas que crean contenido online e influencers, sobre todo a través de Instagram (81,6%), la red social más popular, junto con YouTube (58,9%) y TikTok (55,6%).
  • Cada vez hay más jóvenes que ven la creación de contenido como una posible carrera profesional: 1 de cada 3 declara que le gustaría dedicarse a ello y 1 de cada 10 ya lo está intentando.
  • Los videojuegos se han consolidado como una dimensión fundamental del entretenimiento juvenil. Casi 9 de cada 10 jóvenes son gamers (86,8%).

Entre la juventud aparece un ecosistema tecnológico múltiple, multimediado y diversificado: casi la mitad utiliza entre 4 y 6 dispositivos, siendo los más comunes el smartphone (86,4%) y el ordenador portátil (79,8%). Entre las mujeres destacan comparativamente las tabletas, mientras entre los hombres destacan las videoconsolas y los ordenadores de sobremesa.

El ocio digital está enormemente integrado en la vida diaria de la juventud. 4 de cada 5 jóvenes realizan prácticas de ocio digital a diario, dedicando una media de 6,95 horas al día. Las actividades más frecuentes se relacionan con escuchar música, ver contenido audiovisual (vídeos, películas, series, etc.) y el uso de redes sociales, si bien los videojuegos son también muy frecuentes entre los chicos. Además, 3 de cada 4 jóvenes tienen suscripciones de pago a contenido audiovisual, con un gasto mediano de 20 euros.

El tipo de contenido consumido es enormemente variado y, salvo la música (habitual entre toda la juventud), muy diversificado por género. Entre las chicas destaca el contenido audiovisual de cine o música, de belleza y moda, animales o gastronomía, mientras entre los chicos destacan los videojuegos y el contenido de deporte. Por plataformas, Instagram está generalizada, mientras que TikTok destaca entre los 15 y 19 años y las plataformas vinculadas con los videojuegos (Twitch) destacan entre los chicos. Además, un 31,2% de jóvenes gasta dinero en creadores de contenido, sobre quienes tienen, en general, una opinión positiva, si bien las mujeres son especialmente críticas con la publicidad, las promociones y la sexualización del contenido.

La creación de contenido digital es un acto cotidiano: más de 4 de cada 5 jóvenes crea algún tipo de contenido en la red, especialmente en Instagram (75,6% ellas y 60,6% ellos), pero también en otras plataformas, como TikTok o Facebook (más ellas) y YouTube o Twitch (más ellos). La juventud percibe la creación de contenido como una práctica con gran potencial profesional, con mayor libertad que los medios tradicionales y que ayuda a difundir causas sociales y sensibilizar, si bien las mujeres están especialmente preocupadas por la exposición de la privacidad en la red. Además 1 de cada 10 jóvenes dice estar intentando dedicarse profesionalmente a la creación de contenido, aunque la juventud opina ampliamente que es una práctica poco valorada socialmente y que es muy difícil vivir de ello profesionalmente.

Los videojuegos se han consolidado como una faceta fundamental del ocio juvenil, pues 9 de cada 10 jóvenes juega a videojuegos. Aun así, se trata de un sector bastante masculinizado (ellos juegan más frecuentemente que ellas). El smartphone es la plataforma mayoritaria, seguida por la videoconsola y el ordenador. El 92% realiza algún gasto relacionado con videojuegos y un 32,6% realiza microtransacciones (loot boxesDLCs, etc.) mensualmente, siendo la compra online el canal mayoritario de adquisición (58%), seguido de las tiendas físicas (52,4%). Aunque la experiencia mayoritaria jugando es positiva, aparecen algunas experiencias negativas: se critica el modelo de negocio basado en contenido descargable de pago, que puede generar adicción, y se critica la toxicidad de la comunidad: insultos, amenazas, necesidad de ocultar la identidad, etc.

Existen algunos riesgos en el ocio digital juvenil, tanto materiales como psicosociales. Por un lado, es preocupante el elevado desconocimiento sobre el gasto en suscripciones a contenidos de pago, donaciones y microtransacciones entre los grupos más vulnerables. Desde la óptica psicosocial, encontramos algunas experiencias de acoso, hostigamiento y vulneración de la intimidad, tanto en las prácticas de creación de contenido como en los videojuegos online. Este tipo de experiencias negativas son más frecuentes entre las mujeres, más proclives a ocultar su identidad online, si bien la recepción de insultos jugando online es más habitual entre los chicos.

27º Festival Internacional de Cine para niños (...y no tan Niños)

 La Matatena, Asociación de Cine para Niñas y Niños, A.C., 
invita a participar en el 27º Festival Internacional de Cine para niños (...y no tan Niños), 
que se llevará a cabo del 9 al 14 de agosto del 2022 en México vía online, 
y si las condiciones de salud lo permiten, en diversas salas cinematográficas.

La fecha límite para recibir los materiales para preselección, así como el paquete de información será el próximo Viernes 29 de abril de 2022.

Esta convocatoria tiene por objeto reunir y exhibir la producción cinematográfica de calidad, tanto nacional como internacional dirigida al público infantil en las siguientes categorías:

♦Largometrajes de ficción o animación
♦Cortometrajes de ficción
♦Cortometrajes de animación
♦Documentales dirigidos para la población infantil
Cortometrajes realizados por niñas y niños de México y otros países (Esta categoría no está en competencia)

El Jurado Infantil del 27° Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan Niños) otorgará un premio simbólico y un diploma en cada categoría en competencia, así como un premio para la mejor producción nacional dirigida a la niñez.  El Festival se hará cargo de enviar el premio y el diploma a cada uno de los ganadores después del evento.

Bases

A. Para la preselección de los materiales cinematográficos se recibirán los trabajos en formato digital (.mov /.mp4) independientemente de su formato original.  En caso de ser seleccionado, para la proyección se requerirá la película en HD (1920 x 1080) en archivo .mp4 (MPEG-4). Codec H.264 para video, de al menos 10 Mbps.

B. La fecha de realización de los materiales deberá ser del 2017 a la fecha actual.

C. La inscripción de los materiales es gratuita.

D. Para completar la inscripción de los materiales es necesario descargar la ficha de inscripción,  llenarla y enviarla junto con:

  • Link de visionado de la película (En caso de que esté protegida con contraseña, incluirla)  
  • Cinco fotos fijas de la película 
  • Ficha técnica completa, longline y sinopsis
  • Lista de diálogos en español y/o inglés
  • Información de la película y de la productora
  • Fotografía de la / del director (en formato JPG a 300 dpi de resolución)
  • Biografía y filmografía de la / del director 
  • Póster
  • Premios recibidos
  • Tráiler

Se deberá enviar el paquete de información en una liga de descarga al correo festivallamatatena.org

E. Cabe mencionar, los materiales se exhiben en su idioma original, de no ser español se deberá anexar una lista de diálogos en español y/o inglés, la cual se enviará junto con el resto del paquete de información (apartado D) al mismo correo.

F.  La fecha límite para recibir los materiales para preselección, así como el paquete de información será el Viernes 29 de abril de 2022

El Festival contará con un Comité de Selección, el cual se llevará a la tarea de realizar la selección oficial de los materiales para integrar el programa de exhibición.

G. Dentro del 27º Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan Niños) se contempla la participación de cinco categorías, de las cuales, cuatro entrarán en competencia: Largometrajes de ficción o animación, Cortometrajes de Ficción, Cortometrajes de Animación y Documentales. La quinta categoría, cortometrajes realizados por niñas y niños de México y otros países, únicamente participará en exhibición. También el Jurado Infantil otorgará un premio para la Mejor Producción Nacional dirigida a la niñez.

H.  Se notificará vía correo electrónico a las y los directores, productores y/o distribuidores de los materiales seleccionados para participar en el 27º Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan Niños) en el mes de mayo.

I.  Los gastos de envío de los materiales para exhibición correrán a cargo de los participantes.

J. La exhibición del 27º Festival Internacional de Cine para Niños (...y no tan Niños) se realizará vía online, y si las condiciones de salud lo permiten, en diversas salas cinematográficas. La información correspondiente aparecerá en la página de Internet www.lamatatena.org y redes sociales.

K. Los materiales para exhibición deberán hacerlos llegar al siguiente correo en la fecha acordada: festivallamatatena.org
 

Para mayores informes escribir a:
festivallamatatena.org
www.lamatatena.org 

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La censura en la Literatura Infantil y Juvenil. Unos apuntes. Día Int. del Libro Infantil y Juvenil, 2 de Abril.

 

Corren tiempos difíciles en los que las ideologías y los ismos se abren paso. Prejuicios, demagogias e intereses flotan en el aire, por lo que ha llegado la hora de hablar de un tema que, a pesar de estar estrechamente relacionado con la política y la sociedad, nos atañe a todos, más todavía a los que sugerimos lecturas y literatura. Es el momento de hablar de censura.
Aunque se figura un tema bastante escabroso en el que es difícil ser imparcial y ortodoxo, aquí les traigo una serie de apuntes sobre ciertos aspectos relacionados con esta, que bien pueden abrir nuevas ventanas desde donde mirar la realidad o simplemente exponer desde mi punto de vista puntos tratados por otros, quedando abiertos todos ellos a sus comentarios y aportaciones.


Ha sido uno de los libros más censurado alrededor del mundo por ser una obra perturbadora que incita al desequilibrio mental y las tendencias homicidas.

Todos somos censores

Antes de meterme en harina con un tema que suscita interés y polémica, he querido abrir esta caja de Pandora parafraseando las palabras de Perry Nodelman en su artículo homónimo que les recomiendo a manos llenas y que pueden leer aquí.
De acuerdo con Nodelman, la censura en los libros para niños no es llevada a cabo de manera exclusiva por agentes gubernamentales que adornan su brazo con la cruz gamada o la hoz y el martillo, no. Censores somos todos (o podemos serlos, dejemos la duda en el aire). Sólo basta ser humano, tener una educación determinada, unas preferencias o pertenecer a un grupo social concreto, y por tanto, desechar otras ideas por el mero hecho de ser diferentes.
Por ello y a pesar de la libertad que todos nos presuponemos, debemos interiorizar que cualquiera, desde la bibliotecaria de su barrio, pasando por el librero, el maestro de sus hijos, ustedes o yo mismo, somos censores. Censuramos a nuestra madre para que no vaya cascando las miserias familiares, censuramos a nuestros hijos a la hora de elegir libros infantiles, censuramos al vecino cuando apunta alguna inconveniencia, o al locutor de radio de turno por no poner entera la canción que nos gusta.
Pero, ¿por qué censuramos? Por el mero hecho de ser humanos y adscribirnos a unas normas, estereotipos y razón social, nos pasamos el día con la censura a cuestas sin darnos cuenta. Son las diferencias en cuanto a ideas y estereotipos las que condicionan la censura. Lo que James Moffett define como “agnosis”, el deseo de no saber, esa cualidad del adulto que se hace más patente cuando de él depende el hecho de seleccionar libros para los niños  y que deben mostrar la realidad que más le conviene. Si a ello añadimos que la literatura infantil es un territorio frágil, indefenso ante el control de los adultos, la cosa es mucho más llamativa y afianza más el concepto de que la infancia es una etapa a rebosar de oprimidos, en este caso niños, menospreciados por razones de edad (y otras muchas cosas).


Fue censurado en los Emiratos Árabes por incitar a la brujería. En Tejas (EE.UU.) y Toronto (Canadá) hubo quien fue a los tribunales para que se eliminara de sus páginas la batalla contra los Muggles.

El individuo y la sociedad. La censura individual y la censura colectiva

Aunque todos somos censores según lo dicho, debemos hablar de la censura desde dos perspectivas, las que se refieren a las dos realidades de nuestra condición, la personal y la social. Generalmente el ser humano tiende a comportarse de manera diferente cuando está solo y cuando se encuentra acompañado. Las relaciones que el hombre establece con sus iguales pueden modificar las ideas y conductas que este tenga cuando se encuentra sólo, incluidas las preferencias sobre la literatura infantil.
No me pregunten sobre las bases antropológicas que llevan a esta situación pues las desconozco. Lo único que he apuntado durante mis numerosas charlas y encuentros sobre libros para niños es que las personas modifican sus preferencias en torno a los libros dependiendo de las opiniones vertidas por los demás, de los prejuicios que surjan en el momento y los estereotipos de moda en el instante. Esa socialización de la ideas a la que apelaba Foucault se hace más palpable cuando hablamos de censura.
Es por esto que me atrevo a definir dos grupos de censura, aquella que realiza el individuo por sí mismo, con sus preconcepiones y su experiencia, cuando se encuentra solo ante un libro, y aquella que lleva a cabo el mismo individuo cuando se halla en un grupo de personas.


En 1931 fue censurado en Hunan, China, porque en esta obra  los animales hablaban, algo inadmisible ya que ponía a los animales al mismo nivel del hombre.

La censura gubernamental e institucional: el poder traducido

Desde España solemos mirar la censura hacia cierta dirección ya que todavía hacen mella en nuestra sociedad los cuarenta años de dictadura franquista, algo que también ha sucedido en países como Italia, Alemania o Chile en los que las dictaduras de derechas han ejercido una opresión ideológica más que palpable. Pero, ¿es la censura exclusiva de los gobiernos conservadores? El NO debe ser rotundo pues existen casos de territorios gobernados por regímenes comunistas en los que la censura literaria es el pan de cada día, algo que se puede constatar en lugares como China, Rusia, Corea del Norte, Cuba o Venezuela.
Seguramente también estén pensando que la censura es patrimonio de los totalitarismos, pero un servidor sigue negándolo ya que existen democracias de dilatada trayectoria como los Estados Unidos, Francia o Inglaterra en las que también hay ejemplos de censura literaria. Más bien podríamos aclarar que en los totalitarismos (unas veces despóticos, otras no tanto) la visibilidad de estos instrumentos censores ha sido mayor y ha alcanzado identidad como daño colateral a unas acciones mucho más deleznables y como instrumento propagandístico que ha rodeado la relación entre oprimidos y opresores.
Resumiendo, la censura gubernamental o institucional es un medio de poder que se pone en práctica en mayor o menor medida dependiendo del interés de quien ostenta dicha hegemonía, proceda esta de siglas diferentes, religiones varopintas o sindicatos de cualquier índole. Si desean definiciones más académicas les remito a este artículo de Raquel Merino Álvarez o a este otro de Roberto Martínez Mateo.


Este libro fue censurado en Dakota del Norte (EE.UU.) por contener "imágenes perturbadoras". Asimismo muchos sectores polemizaron porque incitaba a los niños a la desobediencia y violencia. Incluso se llegó de decir que alguno de sus poemas "glorifican a Satanás, el suicidio, el canibalismo o la pura pereza"

Cada época, cada sociedad, tiene sus propios tabúes, llámense erotismo, sexismo, nacionalismo, progresismo, o maltrato animal. Unos demonios que el poder y sus medios utilizan a su antojo para contentar a sus partidarios, menospreciar a sus detractores y capar ideológicamente a todos (no sea que la líen). Es así como la censura se balancea sobre un finísimo hilo que, unas veces nos deja caer a un lado y otras, al otro; algo que el hecho histórico constata de manera fehaciente.
Como hay poco espacio y no tengo tiempo para enumerar todos los libros infantiles que han sido censurados en diferentes países y sociedades a lo largo del tiempo, les invito a echar un vistazo a las imágenes que acompañan estos apuntes (todos ellos han sido censurados en diferentes lugares del planeta) y a tres títulos que recogen innumerables ejemplos de libros infantiles que se han visto afectados por las censuras gubernamentales e institucionales: Prohibido leer. La censura en la literatura infantil yjuvenil contemporánea (edición de Pedro C. Cerrillo y César Ortiz Torremocha, 2016, Ediciones UCLM), Literaturas y Poder. La censuras en la LIJ (Angel Luis Luján y César Sánchez Ortiz, 2016, Ediciones UCLM), y Niños, niggers, Muggles. Sobre literatura infantil y censura de Elisa Corona Aguilar (2012, Deléatur).


Este libro fue acusado de "minar la autoridad paterna" o "incitar a los niños a huir de casa y vengarse de los adultos", mensajes frecuentes en las obras de Dahl.

El espectáculo de la censura: medios de comunicación y redes sociales

Cuando hablamos de medios de comunicación y redes sociales seguro que nos vienen a la cabeza todo tipo de opiniones. Medios de poder, altavoces y micrófonos intervenidos, amarillismo, modas, demagogia y un largo etcétera de cuestiones poco deseables son las que despiertan la prensa escrita, la digital, la televisión o la radio. Todas manipulan la información y la traducen a su antojo. La 1, la CNN, Al Jazeera o TV3, da igual que estén de un lado o de otro: muy pocas veces ostentan independencia (a no ser que sean minoritarias... y ni aún así...).
Lo más inesperado viene cuando tenemos que hablar de redes sociales, unas que se suponen plurales y populares, también se adscriben a movimientos y partidismos, por ejemplo léanse Twitter o Linkedin, una de corte progresista y otra más conservadora, en las que sus usuarios vomitan todo tipo de ideas e improperios incendiarios.
Por otro lado todos estos medios de masas tienen papeles fundamentales en la censura que pueden reunirse en dos claras tendencias, o bien promueven la censura, o bien aúpan lo censurado. Todo ello con salvedades y grises, claro está.
Sobre los mecanismos censores me limitaré a remitirles a los paripés propagandísticos de las diversas facciones que intervienen en cualquier conflicto político y que incluso han provocado en ocasiones la modificación de la intención de voto de unos y otros.. No hay más que decir.


Este libro de Dahl fue censurado en Colorado (EE.UU.) por presentar una "pobre filosofía de vida". Asimismo los entrañables Oompaloompas fuero percibidos como una ofensa hacia los afroamericanos.

Sobre lo de la promoción, hay más chicha que embutir... Desde los comienzos de la literatura infantil ha existido la censura, y curiosamente y muy a pesar de los adultos censores, la popularidad de estas obras ha crecido entre los niños, su éxito ha subido como la espuma y se han vendido millones de ejemplares de obras como las de Roald Dahl.
Por todos es sabido (incluidos medios de comunicación y gurús de las redes sociales) que en este mundo capitalista donde el escándalo vende, estar en el candelero da una mayor visibilidad a las obras literarias, es decir, conlleva una publicidad la mayoría de las veces gratuita que tiene sus consecuencias en la adquisición del producto por parte del consumidor, más todavía cuando los padres y maestros (opresores en este caso) están implicados en ello.
Campañas de prestigio basadas en la censura (esto es de traca) y ejercida desde ciertos sectores de la opinión pública se han convertido en una herramienta de doble filo para el consumo literario, y son comparables con las maniobras publicitarias de sagas como Crepúsculo o Los juegos del hambre. ¡No todo tenía que ser negativo en esto de la censura!
“Censura y polémica, victimismo y negocio” ¿Quién se atreve a escribir este libro? 


Esta obra fue censurada en dos ocasiones en Estados Unidos en las décadas de los años 30 y 60. En los 30 se relacionó con la brujería y el esoterismo y en la de los 60 por constituir una metáfora del comunismo.

Nuevas formas de censura colectiva. El buenismo, las minorías y lo políticamente correcto.

Siguiendo con el hilo del epígrafe anterior continuo con la tormenta que desató hace dos veranos el libro 75 consejos para sobrevivir en el colegio de María Frisa. Yo estaba haciendo de las mías por las playas españolas y preferí mantenerme un poco al margen (¡Tampoco voy a estar en todos los fregaos!) aunque seguí con detenimiento todos los comentarios que se vertían sobre la innecesaria polémica. Unos hablaban de autopromoción, otros de literatura ofensiva, y algún otro de victimismo. Eso sí, en el fondo, todos se referían a lo mismo: censura.
Lo que más me llamó la atención de esta polémica fue que era bastante paradójico que un libro que pretendía ser humorístico (N.B.: Lo siento por todos aquellos que blandieron la espada subversiva de la LIJ o que citaron a Barrie o Sendak para justificar este libro. Me pareció un exceso), se tornara incómodo.
Algo por el estilo sucede con Twain y Huckleberry Finn, con esa parte de la comunidad afroamericana que ha censurado este libro por considerar que Jim recibe por parte de Huck un trato ofensivo y vejatorio (la palabra con connotaciones despectivas “nigger” se lee una y otra vez en esta obra), y que no deja de ser un personaje elaborado a base de los clichés racistas de la época. Me parece extremista y descabellado que lo realmente interesante de un libro tan excepcional sean las formas y no que Huck deje a un lado sus prejuicios de blanco supremacista y reconozca a Jim como un verdadero amigo, un compañero de viaje a pesar del color de su piel.


Como ya dije en este otro post, la dictadura de la piel fina ha cambiado la percepción que tenemos del mundo. Lo políticamente correcto nos aboca a un ejercicio censor que tiene que ver con lo preestablecido más que con nosotros mismos. Todo ello nos conduce a unas de esas paradojas modernas sobre las censuras. La doble moral, los dobles raseros, lo desvirtuada que se siente la sociedad con el ser y el parecer y que nos lleva a una perdida de sentido crítico por culpa de la imposición política, de los discursos morales erróneos.
No somos censores por nuestros propios prejuicios, sino que los somos porque otros se empeñan en censurar aquello que podría ser censurado y de paso lapidar a un tercero que probablemente se ha censurado a sí mismo como producto de otros prejuicios e intentaba ser crítico en primera instancia... Nota: Si no se lían con este trabalenguas, les animo a leer los juegos de palabras que con más razón que un santo Perry Nodelman apuntó en este otro artículo que tiene mucho que decir sobre censura y objetividad.


Fue censurado en muchos países por considerar que trataba temas de corrupción política, los sentimientos anti-belicistas y poner sobre la mesa el debate de la colonización. Por esta razón muchos lo camuflaron como libro de viajes.

Libreros, bibliotecarios, influencers... ¿literatura infantil realmente libre?

A veces me pregunto si el papel de blogueros, booktubers, bookstagramers, libreros, bibliotecarios y otros monstruos es esencial para que lo diverso se mantenga en la LIJ. No he tratado pocas veces este asunto en post como este o este otro, pero dejando a un lado las cuitas de los enteraos en libros infantiles, sí me atrevo a añadir que, a juzgar por las recomendaciones de final de año tan socorridas a la hora de recomendar libros, no parece que la cosa sea muy plural ya que existen muchas coincidencias entre unos criterios y otros.
La cosa cambia cuando los seguimos, nos siguen con más detenimiento y observamos que muchos de ellos, de nosotros, saltamos con algún título sobre el que nadie se había percatado. Es ahí cuando la censura colectiva se hace menos evidente y me atrevo a pensar que muchos son, somos necesarios, sobre todo porque diluimos el llamado sesgo y abrimos más puertas que las que cerramos. Seguramente yo esté harto de libros sobre emociones, compendios comportamentales y obras edulcoras, mientras que otra colega se pirre por este tipo de títulos. Todos están presentes y el público puede ojearlos y decidir, según su propio criterio, cuáles censura y cuáles no.


Libro censurado hoy en día en Estados Unidos por hacer alusiones a familias con progenitores homosexuales, el matrimonio igualitario y la adopción por parte de estas parejas.

Un lugar aparte merecen los enfrentamientos o guerras personales sobre el criterio de este booktuber o esta bloguera, sobre este o aquel libro. Es tal la fuerza que tienen algunos influencers que son capaces de denostar y degradar un libro que en principio parecía honesto a las cotas literarias más bajas. Como ejemplos me gustaría citar El monstruo de los colores de Anna Llenas y Por cuatro esquinitas de nada de Jerôme Ruillier. Aunque en principio son dos libros que nacían de una idea honesta, sin mucha pretensión, y con cierto fundamento artístico -que es lo que se les presupone a los álbumes-, la desvinculación de estos libros de la esfera literaria por parte de educadores y padres para llevarlas a un terreno más didáctico y pedagógico, ha supuesto un encasillamiento de los mismos dentro de los llamados “libros de valores”, unos que muchos especialistas y críticos aborrecen por desmarcarse de sus criterios y cánones. Se establece así un prejuicio que impide ver la obra de una manera global para pasar a ser censurado por quienes deberían ser abiertos y plurales.


Los puntos sobre las íes o la censura escolar

Aunque clásicamente la escuela ha sido la institución más criticada por ejercer la censura en lo que a la literatura infantil se refiere, algo que se desprende en obras como el Aprender a leer de Bruno Bettelheim y Karen Zelan, o el Como una novela de Pennac, tan aplaudidas desde los ámbitos más liberales del fomento lector, creo que es una acusación bastante extrema por dos causas principales.



Hasta 200 libros infantiles fueron retirados en 2019 de una biblioteca escolar de Cataluña por ser considerados "tóxicos" y "reproducir patrones sexistas". Entre ellos estaban cuentos tradicionales como La Cenicienta o Caperucita roja.

En primer lugar la escuela es una institución dependiente del estado, es decir, una extensión del poder y que por tanto sigue las directrices que desde los diferentes gobiernos se dispensan. A pesar de que a los docentes se nos presupone una libertad de cátedra, existen numerosas formas de control gubernamental, administrativo y jurídico, como leyes, decretos y órdenes que nos dicen qué tenemos que enseñar y qué deben saber nuestros alumnos. Seguramente a todos ustedes se les ocurrirán ejemplos de doctrina, bulos históricos y contenidos modificados o simplemente borrados de muchos libros, un intervencionismo que huele cuando nos ponemos a indagar en libros de texto o acudimos a las aulas de nuestras escuelas, institutos o universidades.


Libro censurado en muchos lugares de Estados Unidos hoy día por presentar a una niña transgénero, lo que incitaría a conductas impropias e impuras.

En segundo lugar también hay que hablar de las presiones sociales que la Escuela sufre por parte de otras instituciones o grupos sociales, entre las que cabe apuntar a las asociaciones de familiares de alumnos (en nuestro país conocidas como AMPAS) y a progenitores que, a título individual, denuncian las selecciones literarias que muchos maestros realizan para sus alumnos. 
Desde Roald Dahl hasta el Donde viven los monstruos que da título a este espacio, han sido señalados como obras que incitan a comportamientos poco deseables, a la rebelión y subversión de los niños y Dios-sabe-qué más cosas deleznables. Les conmino a que visiten el lugar que la ALA (American Librarian Association) llamó Frequently Challenged Books y construyó hace mucho tiempo para hacer visibles aquellos libros “prohibidos” o “peligrosos” y llamar así la atención sobre la censura que pervive en muchas instituciones, sobre todo las educativas.



Fue censurado en los Estados Unidos desde la década de los años 70 hasta bien entrado el siglo XXI por grupos feministas y educadores por presentar situaciones poco deseables, como niños sentados en la taza del water, adultos alcohólicos o fumadores.

Este tira y afloja que gobiernos y progenitores ejercen sobre la Escuela fomenta una censura institucional derivada del miedo, ese que coarta muchas veces a los docentes en la realización de actividades que puedan derivar en temas escabrosos y pongan en duda su profesionalidad como enseñantes. 
No obstante y para que no me tachen de corporativismo he de reconocer que en la Escuela al igual que en cualquier otra institución existe la opción personal de censurar aquello que no se atiene a la corrección esperada (N.B.: Estoy harto de que censuren mis pantalones cortos en verano mientras mis compañeras lucen piernas gracias a hermosos vestidos. Todo ello amenizado con cuarenta grados centígrados)


Este libro sigue encabezando la lista de libros censurables en Estados Unidos por su lenguaje ofensivo, racista y obsceno.

Editores, autores y autocensura

¿Por qué muchos autores de literatura juvenil edulcoran sus obras para hacerlas más comerciales? ¿Por qué existe cierta ausencia de personajes malvados en los cuentos infantiles actuales? ¿Por qué se ha desterrado al mal y los villanos de las historias dirigidas a los niños? ¿Por qué los cuentos populares no son aptos para las nuevas generaciones de niños pero sí para todas las anteriores? Sencillamente porque la compra-venta del producto cultural será más difícil a tenor de la censura.
Ciñéndome al estricto proceso creativo y de edición (dejo a un lado las modas, las tendencias, las denominaciones que buscan encasillar lecturas, las clasificaciones por edades que dirigen la industria editorial o las traducciones como mecanismo censor), hablaré del fino tul con el que se viste la autocensura. Bordado de palabras como “objetividad”, “criticismo”, “provocación”, “lirismo”, “compromiso”, “privilegio”, “humor”, “juego” o “poesía”... ¿Relativas? ¿Absolutas? ¿Necesarias? Todo depende del equilibrio que los creadores impriman a la obra y del prisma con el que se miren, algo que, a mi juicio depende del receptor final, el lector, que no necesita arengas ni disculpas, sino un poco de honestidad. ¿Libre, libertino o libertario? Es simplemente un extraño columpio sobre el que descansa la retórica. ¡Que más da!


Censurado en EE.UU. por contener un lenguaje ofensivo y vulgar, así como por poner en entredicho el llamado sueño americano.

Mientras que en nuestro país la censura gubernamental deja un poco de lado la literatura infantil, la industria editorial es la encargada de poner freno a diferentes publicaciones que pueden “tentar” a niños y jóvenes, que pueden “ofender” a padres y profesores, y que pueden “poner en peligro” el orden social.
No son pocos los autores que han denunciado el trato censor que muchas editoriales dan a sus creaciones, más si cabe cuando entran en juego aquellos grupos editoriales en los que la Iglesia (católica en nuestro caso, protestante en otros) y otras religiones meten mano. Todo empieza con palabras como “aborto”, “cocaína”, “puta”, “felación” o “cabrón”. Aunque son palabras que abundan en los pasillos de cualquier colegio o instituto, están mal vistas en la Literatura, no sólo por malsonantes, sino porque pesan. La disección de una sola palabra puede tener cientos de connotaciones, y si está inmersa en un contexto más amplio, miles.
A pesar de que muchos autores necesiten comer, hay que darse cuenta de que si se autocensuran, estarán provocando el fallecimiento prematuro de su arte y, sobre todo, que se desencadene la autocensura de otros, los mismos que leen sus libros con la esperanza de hallar algo de libertad, de pensamiento crítico y poder identificar sus experiencias personales con las de alguien más. Algo que poco tiene que ver con el arte incendiario y venenoso que usan muchos para abrirse hueco entre los lectores, porque esa realidad que a menudo se confunde con lo subversivo nada tiene que ver con Cortázar ni con el excelso capítulo 68 de Rayuela.


Este es uno de los libros más cuestionado en Estados Unidos hoy día por incitar al satanismo y la violencia y poseer un lenguaje ofensivo.

Luke, soy tu padre.” Familia y censura

En los tiempos que corren donde el superpaternalismo, la hiperalfabetización o el sobreproteccionismo son algunos de los pilares que sostienen la educación familiar, la censura es un arma más que fehaciente para construir hijos adecuados, intentos de niños modélicos. Chavales de proporciones aúreas que con estereotipos y prejuicios muy marcados se enfrentan a las miserias del mundo, a personajes infumables, a jetas y pillos, arribistas y trepas, mafiosos, asesinos, violentos y malhechores. También a encrucijadas inimaginables, diferencias lingüísticas, sociales, de raza, sexo o religión, es decir, al cúmulo de circunstancias que forma cualquier vida.
Por todo esto, cuando una madre, un padre o un hermano censura, está capando una elección que, al fin y al cabo, es en lo que consiste la supervivencia. Sin embargo, la tónica general es la de establecer pautas y comportamientos afines a los progenitores de tal manera que inculcar prevalezca sobre educar, es decir, la censura como herramienta de instrucción familiar.
Lo que nos quedaría por dilucidar es si la censura es positiva o negativa en dicho proceso. ¿Obligar a leer es censura? ¿Por qué es bueno leer? ¿El hecho de que tu leas te capacita para saber que va a ser bueno para mí? ¿Leer obras que tu detestes me hace peor persona? Generalmente, cuando un hijo disiente del modus operandi de sus progenitores y toma un camino diferente suele tener problemas en el seno familiar ya que, en cierto modo, reta a la autoridad familiar. Si a ello añadimos sentimientos y emociones, el enfrentamiento está servido. Y la censura se eleva a N.


Fue censurado en Argentina durante la dictadura militar de Videla por alentar a los niños a una "ilimitada fantasía".

Yo, censor

Cuando cojo un libro entre las manos y leo ciertas palabras, empiezo a retorcerme en el sillón y, aunque no suelo abandonar la lectura (“Soy fuerte, soy valiente. Soy fuerte, soy valiente”), me da por pensar que otros se recitarán lo mismo mientras me leen a mi, censor de tres al cuarto.
Aunque ustedes piensen que soy hombre de pocos filtros y menos pelos en la lengua, les confieso que yo también me censuro, y no pocas veces. Todo empezó cuando en una ocasión una mujer muy sabia (de más, diría yo) me dijo que la gente no estaba preparada para oír lo que tenía que decir. Me quedé callado y seguí dándole vueltas al jabón (es otra de mis aficiones, para enjuagarme de vez en cuando el cerebro, no sea que se llene de mugre). Y aquí sigo, pensando más de lo que escribo (¿Para qué? ¿Para que me censuren una vez más? Basta).
Y mientras estoy en esas del victimismo, veo pasar a un chico de unos veinte años, largo y seco como un ajo. Viste un top gastado, roquis azules, plataformas rosas y, como capa, nuestra bandera rojigualda. Los gitanillos de mi barrio se arrancan por el gran Peret. Una lo llama para que haga como que baila. Cuánta guasa... Me sonrío. Casi una carcajada. Y convengo conmigo mismo que lo mejor que podemos hacer contra la censura es tomarnos la vida con cierta ligereza. Y que si no lo hacemos, no hay de qué preocuparse: de hedonistas y bizarros está el mundo lleno.  


Toda la obra de Sendak es controvertida, prueba de ello es que las imágenes que abren y cierran estos apuntes pertenecen a dos obras censuradas en Estados Unidos. La cocina de noche fue censurada por presentar aun niño totalmente desnudo, mientras que Donde viven los monstruos fue tachado de promover la incorrección política e incitar a la brujería y la invocación de sucesos sobrenaturales.