"Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación". Informe IDH 2021/2022


Tiempos inciertos, vidas inestables: 
configurar nuestro futuro en un mundo en transformación.  

El Informe sobre desarrollo humano 2021/2022 constituye la última edición de la serie de Informes sobre desarrollo humano publicados a escala mundial por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 1990. Estos informes ofrecen una explicación independiente, analítica y basada en datos empíricos sobre los principales problemas, tendencias y políticas en el ámbito del desarrollo.

Programa ONU para el Desarrollo (PNUD)


El Informe sobre Desarrollo Humano, titulado "Tiempos inciertos, vidas inestables: Configurar nuestro futuro en un mundo en transformación", dibuja un panorama de una sociedad global que va de crisis en crisis y que corre el riesgo de dirigirse hacia un mayor estado de penurias e injusticias.

La pandemia del COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania lideran la lista de sucesos que están causando importantes perturbaciones en el mundo, a los que se suman los profundos cambios sociales y económicos, las peligrosas transformaciones en el planeta y el enorme aumento de la polarización.

1) Primer descenso consecutivo en tres décadas

Por primera vez en los 32 años que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lleva calculándolo, el Índice de Desarrollo Humano, que mide la salud, la educación y el nivel de vida de una nación, disminuyó a nivel mundial durante dos años consecutivos.

Este dato refleja una crisis cada vez más profunda para muchas regiones, especialmente para América Latina y el Caribe, el África subsahariana y el sur de Asia.

El desarrollo humano retrocedió a niveles de 2016 tirando para atrás gran parte de los avances obtenidos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que conforman la Agenda 2030, el programa de la ONU para lograr un futuro más justo para las personas y el planeta.

El administrador del PNUD, Achim Steiner, afirmó que "el mundo está luchando en la respuesta a las sucesivas crisis" y que con las dificultades “asociadas al aumento del coste de la vida y del sector energético hemos visto que, aunque es tentador centrarse en soluciones rápidas como subvencionar (a la industria) de los combustibles fósiles, las estrategias de ayuda a corto plazo están retrasando los cambios estructurales que debemos introducir a largo plazo".

Steiner pidió una mayor solidaridad mundial para enfrentarse a los "retos comunes interrelacionados", pero reconoció que la comunidad internacional está actualmente "paralizada a la hora de efectuar estos cambios".

El estudio apunta a la inseguridad y a la polarización de opiniones, como los grandes obstáculos para avanzar en la consecución de la solidaridad que permita afrontar los grandes retos mundiales.

El COVID-19 y la inseguridad alimentaria en Myanmar aboca a las personas más vulnerables a la pobreza.
© UNICEF/Nyan Zay Htet
El COVID-19 y la inseguridad alimentaria en Myanmar aboca a las personas más vulnerables a la pobreza.

2) El COVID-19 abre "una ventana a una nueva realidad”

El informe describe la pandemia, que ha entrado en su tercer año, como la aparición de una “ventana a una nueva realidad", más que desvío de las formas convencionales de actuar.

Además, considera que el despliegue de vacunas efectivas contra la enfermedad representó “un logro monumental” que salvó las vidas de unos 20 millones de personas, y que también sirvió como muestra del enorme potencial que nace al juntar la innovación con la voluntad política.

En cambio, resaltó que el reparto de las vacunas puso al descubierto las enormes desigualdades de la economía mundial, que su acceso fue ínfimo en muchos países de bajos ingresos, y que las más perjudicadas por la pandemia fueron las mujeres y las niñas, al tener que asumir más responsabilidades domésticas y de cuidado y enfrentarse a un aumento de la violencia.

Más de cuatro mil millones de personas en todo el mundo, incluidos muchos vendedores ambulantes, carecen de una protección social adecuada, según la OIT.
OIT/MArcel Crozet
Más de cuatro mil millones de personas en todo el mundo, incluidos muchos vendedores ambulantes, carecen de una protección social adecuada, según la OIT.

3) Estamos viviendo un nuevo "conjunto de incertidumbres”

Las oleadas de nuevas variantes del COVID-19 y las advertencias sobre futuras pandemias contribuyeron a agravar una atmósfera de incertidumbre generalizada que iba creciendo en respuesta al vertiginoso ritmo de los cambios tecnológicos, sus efectos en los puestos de trabajo y los temores cada vez más profundos relacionados con la crisis climática.

Los autores del estudio advierten que el trastorno global causado por la pandemia no es nada comparado con lo que experimentaría el mundo si se produjera un colapso de la biodiversidad y las sociedades se encontraran con el reto de cultivar alimentos a gran escala, sin insectos polinizadores.

"Por primera vez en la historia de la humanidad las amenazas existenciales antropogénicas [provocadas por el hombre] se ciernen sobre las naturales", dice el informe.

Las tres capas que plantea el actual “conjunto de incertidumbres" son: los peligrosos cambios planetarios, la transición a nuevas formas de organización de las sociedades industriales y la agudización de la polarización política y social.

Una científica trabajando en el centro de transferencia de tecnología ARNm en Sudáfrica.
MPP/OMS/Rodger Bosch
Una científica trabajando en el centro de transferencia de tecnología ARNm en Sudáfrica.

4) La incertidumbre brinda nuevas oportunidades

Aunque el cambio es inevitable, no lo es la forma en que reaccionamos ante él. Pese a que hay un gran temor respecto al uso creciente de la Inteligencia Artificial, la tecnología también puede aportar muchas ventajas cuando ayuda a simular los impactos del cambio climático, a mejorar el aprendizaje personalizado y al desarrollo de medicamentos.

Uno de los resultados del mundo post-COVID es la creación de una nueva categoría de vacunas, las que usan tecnología de ARN mensajero, y que auguran grandes avances en el tratamiento de otras enfermedades.

Las energías renovables son un valor fundamental en la lucha contra el hambre y el cambio climático. Foto: Banco Mundial/Curt Carnemark
Las energías renovables son un valor fundamental en la lucha contra el hambre y el cambio climático. Foto: Banco Mundial/Curt Carnemark

5) Podemos fijar un nuevo rumbo

Los últimos tres años nos pueden servir para demostrar de lo que somos capaces, cuando vamos más allá de las formas convencionales de actuar, y nos permiten transformar nuestras instituciones para adaptarlas mejor al mundo actual.

Según Steiner, el estudio puede ayudar a trazar un nuevo rumbo que nos permita salir de la actual situación de incertidumbre mundial. "Tenemos un estrecho margen para reiniciar nuestros sistemas y garantizar un futuro construido en base a una acción climática determinante y con nuevas oportunidades para todos", afirmó


Prólogo del Informe Desarrollo Humano.
Vivimos en tiempos inciertos. La pandemia de COVID-19, actualmente en su tercer año, continúa produciendo nuevas variantes. La guerra en Ucrania resuena en todo el mundo, provocando un inmenso sufrimiento humano, incluida una crisis relacionada con el costo de la vida. El mundo se ve amenazado todos los días por desastres climáticos y ecológicos. Resulta tentador pensar que las crisis son problemas puntuales, y muy natural confiar en una vuelta a la normalidad. Sin embargo, será imposible apagar el incendio más reciente o echar al nuevo demagogo a menos que comprendamos que el mundo está experimentando una transformación fundamental. No hay vuelta atrás. Múltiples niveles de incertidumbre se acumulan e interactúan, desestabilizando nuestras vidas de maneras sin precedentes. No es la primera vez que la población se enfrenta a enfermedades, guerras y problemas ambientales. Sin embargo, la confluencia de presiones planetarias desestabilizadoras y desigualdades crecientes, unida a las profundas transformaciones sociales necesarias para aliviar esas presiones y la polarización generalizada, plantea al mundo y a todas las personas que habitan en él nuevas y complejas fuentes de incertidumbre que interactúan entre sí. Esa es la nueva normalidad. Comprenderla y responder a ella son los objetivos del Informe sobre desarrollo humano 2021/2022, Tiempos inciertos, vidas inestables: Configurar nuestro futuro en un mundo en transformación. Con él culmina una trilogía de informes que comenzó con el informe de 2019 sobre las desigualdades, seguido del informe de 2020 sobre los riesgos del Antropoceno, la época en la que los seres humanos se han convertido en una poderosa fuerza que está provocando un peligroso cambio planetario. Hace 32 años, el primer Informe sobre desarrollo humano declaró solemnemente que “la verdadera riqueza de una nación está en su gente”. Esta poderosa afirmación ha guiado desde entonces al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y sus informes sobre desarrollo humano. Los mensajes y significados que transmite adquieren matices de una riqueza que aumenta con el tiempo. En la actualidad, personas de todo el mundo nos están diciendo que se sienten cada vez más inseguras. El Informe especial sobre seguridad humana publicado por el PNUD este mismo año constató que, a escala mundial, 6 de cada 7 personas declaraban sentirse inseguras acerca de muchos aspectos de sus vidas, incluso antes de la pandemia de COVID-19. ¿A quién puede sorprender, por tanto, que muchas naciones se tambaleen bajo el peso de la polarización, el extremismo político y la demagogia, todos estos sobrealimentados por los medios sociales, la inteligencia artificial y otras potentes tecnologías? ¿O que, en lo que supone una impactante reversión con respecto a lo que sucedía hace tan solo un decenio, el retroceso democrático entre los países se haya convertido en la norma y no en la excepción? Por no mencionar que, por primera vez, el valor del Índice de Desarrollo Humano ha descendido por segundo año consecutivo a escala mundial a resultas de la pandemia de COVID-19. La verdadera riqueza de una nación está en su gente, una riqueza que surge de nuestras relaciones con nuestros Gobiernos, nuestros entornos naturales y nuestros semejantes. Cada nueva crisis nos recuerda que cuando se ponen trabas a las capacidades, opciones y esperanzas de futuro de las personas, el bienestar de sus naciones y del planeta sufre las consecuencias. Imaginemos la situación opuesta: ¿qué aspecto tendrían nuestras naciones y nuestro planeta si ampliáramos el desarrollo humano, incluidas la capacidad de actuar y las libertades de las personas? Sería un mundo en el que nuestra creatividad se liberaría para reimaginar nuestros futuros, renovar y adaptar nuestras instituciones y crear nuevos relatos acerca de quiénes somos y qué valoramos. No sería tan solo algo deseable; sería algo imprescindible en una época en la que el mundo se encuentra inmerso en cambios constantes e impredecibles. La pandemia de COVID-19 nos ha dado un ejemplo de lo que puede ocurrir. Se calcula que una batería de nuevas vacunas, algunas de ellas basadas en tecnologías revolucionarias, salvó 20 millones de vidas en un año. Se trata sin duda de un logro extraordinario en los anales de la humanidad. Igualmente extraordinaria es la cantidad de vidas que se perdieron innecesariamente, sobre todo en los países de ingreso bajo y mediano, como consecuencia de la notable desigualdad en el acceso a las vacunas. La pandemia ha sido un poderoso recordatorio del modo en que el deterioro de la confianza y la cooperación, tanto entre las naciones como dentro de ellas, limita absurdamente lo que podemos conseguir juntos. La historia de incertidumbre actual tiene una protagonista que actúa al mismo tiempo como heroína y como villana: la elección humana. Es demasiado simplista animar a las personas a buscar el lado positivo o afirmar que el vaso está medio lleno en lugar de medio vacío, pues no todas las elecciones son iguales. Algunas —probablemente las más importantes para el destino de nuestra especie— están impulsadas por la inercia institucional y cultural que lleva gestándose varias generaciones. El Informe de este año nos invita a considerar con visión crítica las hipótesis arcaicas y excesivamente simplificadas acerca de la toma de decisiones humanas. Las instituciones ignoran la complejidad de las personas —nuestras emociones, nuestros sesgos, nuestro sentimiento de pertenencia—, lo cual supone un gran peligro para nosotros. Como los que le precedieron, el Informe cuestiona también las ideas convencionales de “progreso”, basadas en compensaciones autodestructivas. Las ganancias en determinados ámbitos, como los años de escolaridad o la esperanza de vida, no compensan las pérdidas producidas en otros, como la sensación de control sobre la propia vida. Tampoco podemos disfrutar de la riqueza material a expensas de la salud del planeta. Este Informe se plantea firmemente que el desarrollo humano no solo es un fin, sino también un medio para determinar el camino a seguir en tiempos inciertos, recordándonos que la verdadera riqueza de las naciones está en su gente, con toda nuestra complejidad, diversidad y creatividad. 
Achim Steiner 
Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PRÓL

Pide a los líderes mundiales convertir el acceso a una educación gratuita para todos los niños y niñas en un derecho humano.

 
Queridos amigos y amigas:
Acabamos de firmar esta carta abierta urgente que pide a los líderes mundiales convertir el acceso a una educación gratuita para todos los niños y niñas en un derecho humano.

Dentro de unos días, Avaaz entregará personalmente nuestro llamamiento al secretario general de la ONU - únete, ¡y ayudemos a que millones de niños y niñas acudan a la escuela!
Apreciados líderes mundiales:

244 millones de niños y niñas no van a la escuela.

Es una cifra mayor que la de la población de Brasil, a la que se le está negando la oportunidad de aprender. Los niños y niñas de las familias que viven en la pobreza tienen menos posibilidades de acceder a una educación, y muchos de ellos sencillamente no pueden permitirse las tasas de matriculación.

¿Cómo podemos lograr el mundo que queremos, resolver la crisis climática y hacer justicia cuando 4 de cada 10 niños ni siquiera acaban la escuela secundaria?

No se puede.

Por eso, en tanto que galardonados con el premio Nobel de la Paz, relatores especiales de la ONU retirados y en activo, expertos en derechos de la infancia, ONGs, activistas por la educación y ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo, nos dirigimos a ustedes con UNA GRAN IDEA:

Crear un nuevo tratado internacional que proteja el derecho de los niños y los jóvenes a acceder a una educación gratuita – desde preescolar hasta el final de secundaria.

Sabemos que puede funcionar. Después de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos se vieron en la obligación de garantizar una educación primaria gratuita – y, en la actualidad, más del 87% de los niños y las niñas terminan la escuela primaria. Ahora debemos hacer algo igual de transformador y asegurarnos de que TODOS los niños y niñas acudan a la escuela.

No se trata únicamente de un salvavidas para los niños. Es un salvavidas para la humanidad. La educación de las niñas es una de las soluciones más efectivas de las que disponemos para combatir el cambio climático.

Usemos ese salvavidas. ¡Ampliemos ya el derecho a la educación gratuita!

Con esperanza y determinación,
SUMA TU NOMBRE
Con esperanza,

Vanessa Nakate, Malala Yousafzai y el equipo de Avaaz

Los niños y los adolescentes en el informe anual del Defensor del Pueblo 2021.

Esta publicación recoge todos los contenidos del informe anual 2021 del Defensor del Pueblo relacionados con los menores y los adolescentes. 


Se sigue el mismo orden del informe anual, indicando entre corchetes, detrás de cada título, los correspondientes números de los capítulos, epígrafes y subepígrafes del informe al que pertenecen. 

Además, se señalan con puntos suspensivos entre corchetes [...] todas aquellas partes del informe que se omiten del presente documento, que solo recoge cuestiones directamente relacionadas con niños y adolescentes. 


En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre.

#NoalosDeberes

Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), creemos que:

LOS DEBERES SON UN MÉTODO DE APRENDIZAJE ERRÓNEO

Los deberes, lejos de fomentar el desarrollo integral de la persona, son la herencia dañina de un método pedagógico obsoleto que está basado en la memorización y en la repetición de los contenidos. Se pretende encubrir la ineficiencia de dicho modelo educativo con una sobreacumulación de tareas a realizar sin supervisión docente directa, cuyo fin es derivar la responsabilidad de dicha ineficiencia al alumnado y sus familias.


LOS DEBERES SOBRECARGAN AL ALUMNADO

La presión institucional que se provoca con estas tareas provoca una ampliación real de la jornada escolar del alumnado, que llega a límites inaceptables. En ocasiones, la jornada llega a superar las 60 horas semanales. Ello provoca que alumnos y alumnas vivan su proceso educativo como una película continua que les deja habitualmente sin posibilidad de descanso real y les desmotiva para implicarse en un proceso de aprendizaje que les ilusione.


LOS DEBERES SUPONEN UNA INTROMISIÓN E INJERENCIA EN LA VIDA FAMILIAR Y EL TIEMPO DE OCIO

Estas tareas, y las consecuencias que supone no realizarlas, hacen que el tiempo familiar se supedite a su realización, alterando e impactando en el modo de comunicación familiar, generando consigo tensiones e influyendo negativamente en el tiempo libre y de ocio familiar. El Tribunal Constitucional puso límites ya a la presión institucional de los deberes, estableciendo que “el tiempo situado fuera del horario escolar pertenece a los padres y es indisponible para la escuela”. Los deberes son, por tanto, una injerencia en la vida familiar que se produce por una errónea aplicación de una libertad de cátedra mal entendida.


LOS DEBERES GENERAN SITUACIONES DE DESIGUALDAD ENTRE EL ALUMNADO

Existen factores como la cantidad de tiempo, los recursos económicos disponibles o la cualificación del conocimiento académico de los padres y madres que influyen directamente en la realización de los deberes. Se conforma así un “currículum oculto” para los alumnos y las alumnas que nada tiene ver con su capacidad o su interés y que provoca, de manera objetiva, la desigualdad entre el alumnado.

Aquellas familias que no disponen de tiempo, no tienen la formación necesaria o no poseen la capacidad de transmitir dichos conocimientos, se ven ante la tesitura de tener que elegir entre que sus hijos e hijas se enfrenten en solitario a esta barrera educativa o costear clases particulares o academias, para intentar evitar las sanciones que producen en el seno de las instituciones escolares si los deberes no son realizados correctamente. Estas sanciones, como son por ejemplo la bajada de notas o los castigos sin recreo, hacen que el propio sistema educativo genere desigualdades.


LOS DEBERES VULNERAN LOS DERECHOS DEL NIÑO

El aprendizaje integral conlleva el respeto al tiempo libre del niño o de la niña. En este sentido, atendiendo a una visión de la educación centrada en el desarrollo de las personas, el artículo 31 de los Derechos del Niño establece que “los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad (…) en condiciones de igualdad”.

ES NECESARIO  PASAR  A  LA  ACCIÓN
Por ello, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), impulsa y promueve esta campaña de sensibilización y movilización en contra de los deberes escolares, que se basa en tres objetivos:
.- Sensibilizar sobre que una educación integral y moderna para el siglo XXI no puede basarse en modelos educativos del siglo pasado.
.- Alertar sobre el impacto negativo que los deberes tienen en la vida diaria, en la salud y en los derechos de nuestros niños y niñas.
.- Movilizar en favor de una educación integral, moderna, comprometida, basada y centrada en los alumnos y alumnas, en su formación integral y en la defensa de sus derechos, limitando las tareas escolares al ámbito y horario escolar.

Únete a esta petición para acabar con la práctica de los deberes 
cómo método de educación en los colegios.
¡Firma desde aquí!

En la escuela falta una asignatura: 
Mi tiempo libre. 
No a los Deberes!


¡Quiero tener una verdadera educación integral! ¡No quiero que malgasten mi vida!



"Experiencias participativas de niños, niñas y adolescentes desde el ámbito local:

pilares que facilitan la participación".

Ciudades Amigas de la Infancia,
Unicef España.



En España existen hoy 342 entidades locales que forman parte de la red de Ciudades Amigas de la Infancia. En ellas hay más de 28.000 niños, niñas y adolescentes organizados en consejos locales de participación, elementos clave a la hora de garantizar este derecho a nivel local.

Este documento, elaborado por UNICEF España en colaboración con la Universidad de Barcelona, recoge algunos ejemplos de experiencias de participación inclusivas y significativas que responden a la diversidad territorial. Además, muestra cómo la participación de la infancia y la adolescencia puede ir ganando terreno y volverse cada vez más relevante, tanto para los propios niños, niñas y adolescentes como para sus entornos y representantes políticos.

Plan de Acción Estatal de España para la Implementación de la Garantía Infantil Europea (2022-2030)

Infancia con Derechos.
  
La Garantía Infantil Europea  (GIE) es una Recomendación del Consejo de la Unión Europea aprobada el 14 de junio de 2021 por unanimidad por los Estados miembros cuyo  objetivo es romper el ciclo de la pobreza infantil garantizando el acceso de todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social a seis derechos o servicios básicos.



El Gobierno ha aprobado el Plan de Acción Estatal para la Implementación de la Garantía Infantil Europea (2022-2030  (acceso), la herramienta principal con la que España podrá en marcha la Garantía Infantil Europea (GIE), una Recomendación del Consejo de la Unión Europea destinada a romper el círculo de la pobreza infantil. 

El objetivo de la GIE es garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes en la Unión Europea tengan acceso a seis derechos básicos: educación y cuidado infantil, educación y actividades extraescolares, al menos una comida saludable por día lectivo, asistencia sanitaria, vivienda adecuada y alimentación saludable. 

Estas son las consecuencias de la falta de tiempo libre en niños y adolescentes

El juego permite aprender de los errores, de las caídas, de la pandilla de amigos, 
de las risas, de las riñas, del ir y venir, del hacer y deshacer, del entretenerse 
y de aburrirse en mayúsculas.

Hace unos meses, en una ponencia realizada por videoconferencia en el marco de las jornadas  Madrid, ciudad de las niñas y los niños, el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, afirmaba: 
Hoy los niños no tienen tiempo libre entre la escuela, los deberes 
—que para mí deberían ser ilegales— 
y las múltiples extraescolares a las que les apuntan sus padres con la obsesión 
de que estén bien preparados para el futuro”.


La reflexión de Tonucci tiene poco de opinión personal. Así lo demuestran los resultados del programa Hablan los niños y niñas: el bienestar subjetivo de la infancia en Barcelona, coordinado por el Institut Infància y Adolescència del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. Con base en los resultados de una encuesta en la que participaron 4.000 niños y niñas de entre 10 y 12 años de la ciudad, se elaboró y se dio a conocer un documento que recogía 11 demandas y 115 propuestas de actuación importantes. 


Las dos primeras demandas eran

“tener más tiempo para disfrutar con su familia”

“menos tiempo de estudios y más tiempo libre para jugar y estar con amigos y amigas”

Estas demandas coinciden con la percepción sobre el tiempo libre que se observó en los niños, niñas y adolescentes del distrito Fuencarral–El Pardo del Ayuntamiento de Madrid. 

Según los resultados de un informe elaborado por el Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), un 46% de menores decía no estar de acuerdo con la afirmación de que tienen suficiente tiempo libre, un porcentaje que se dispara hasta casi el 75% en el caso de los adolescentes.


Niños juegan en un parque. T. M. BARWICK (GETTY I.)
"Vivimos en sociedades totalmente institucionalizadas en función de brindar formación y cuidados al niño. Las exigencias laborales de los adultos y las ideas respecto al futuro de esa persona que está en una etapa en la cual debe primar el cariño y el cuidado signan el presente de los niños, sus necesidades actuales y, por lo tanto, los derechos de su niñez en función de un futuro incierto”

afirma Beatriz Migues Pouy, vocal de Comunicación de la Asociación GSIA, que considera que en esta falta de tiempo libre confluyen dos factores primordiales. Por un lado, la idea del tiempo productivo, que hace que los adultos consideren erróneamente el tiempo de ocio en la infancia como un tiempo no-productivo. Por otro, la falta de disposición de espacio, especialmente en las grandes ciudades, para la realización de actividades de ocio y tiempo libre no dirigido.

Antes los niños nos pasábamos el día en el cole preguntándonos qué íbamos a hacer por las tardes. Ahora son los padres los que se preguntan qué van a hacer con sus hijos por las tardes”, afirmaba Tonucci en su ponencia, haciendo hincapié en esta idea de la falta de espacios. Las respuestas a esa pregunta son limitadas: parque o extraescolares. Y las extraescolares, a diferencia del tiempo libre, siempre tienen ese aura de tiempo productivo. 

Más aún, en un contexto marcado, según Kepa Paul Larrañaga (Asociación GSIA), sociólogo e investigador de la Universidad Complutense de Madrid, por la obsesión adulta por la sobreformación” de los niños y niñas, una situación que según el experto se acentúa más si cabe en los estratos sociales más favorecidos, donde los niños pasan más tiempo haciendo deberes y actividades extraescolares.

Las extraescolares, en muchos casos, buscan rellenar los baches de la educación formal, además de constituir la canalización de los miedos adultos respecto a que sus hijos e hijas no estén adecuadamente preparados para las futuras necesidades del mercado laboral”, expone Kepa Paul Larrañaga, que destaca que la educación formal no tendría que ser una carrera de fondo para ver quién llega mejor preparado al mercado laboral. “Por lo menos los niños y niñas no tendrían que vivirlo de esa manera, ni sus padres transmitírselo”, añade. 

En ese sentido, recuerda que el documento La comparación internacional para la mejora escolar: PISA para Centros Educativos destaca a Finlandia como “un excelente ejemplo de un sistema educativo con éxito” que parte de un objetivo: que todos los niños encuentren en el centro educativo de su barrio lo suficiente y necesario para cubrir sus necesidades y las expectativas de sus padres. Sin necesidad de extraescolares.


Consecuencias de la falta de tiempo libre


Para Beatriz Migues Pouy existe una consecuencia directa de la ausencia de tiempo libre de los niños y las niñas: “No cumplir con uno de los derechos fundamentales de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas: el derecho al juego y, por tanto, al tiempo libre. Y no cumplir tampoco con el Interés Superior del Niño si estos ni tan siquiera participan en la toma de decisiones con los adultos para gestionar el tiempo personal o el que comparten con sus progenitores”, reflexiona la experta, que lamenta que el espacio-tiempo de la infancia esté colonizado por los adultos, obviando así el derecho de los niños a disfrutar y decidir sobre el mismo: “Sería muy importante preguntarse de qué manera los niños eligen qué tipo de actividades extraescolares quieren realizar y cuántas”.


Pero el impacto de la falta de tiempo libre va mucho más allá de los derechos y también tiene un reflejo a nivel psicológico. Así lo mantiene la psicóloga Sara Tarrés, miembro del Grupo de Trabajo en Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de la Psicología de Catalunya y autora de Mis emociones al descubierto. Guía y cuaderno emocional para trabajar en familia, que considera que jugar de forma libre —y si puede ser al aire libre, mejor— debería ser la principal actividad de la infancia, porque jugar, sostiene, “permite aprender de los errores, de las caídas, de los golpes, de la pandilla de amigos, de las risas, de las riñas, del ir y venir, del hacer y deshacer, del entretenerse y de aburrirse en mayúsculas”. Al no disponer de tiempo para ese juego libre, sin embargo, y al invertirse este en actividades estructuradas, organizadas, dirigidas y supervisadas siempre por un adulto, “el desarrollo de determinadas habilidades y capacidades físicas, intelectuales y emocionales se ve afectado”.

Según Tarrés, a corto plazo, la falta de tiempo libre y de juego se traduce en un aumento de la irritabilidad por cansancio, falta de iniciativa y dificultad para la organización del tiempo de forma autónoma. “Poco a poco vamos viendo como estos niños se vuelven más dependientes, inseguros, con dificultades para saber qué les gusta y cuáles son sus intereses reales, propios, más allá de los que los padres y madres les insuflan, porque siempre tienen un adulto que les organiza, gestiona y resuelve cualquier cuestión, incluido el juego y su tiempo libre”, reflexiona.

A largo plazo, añade, la ausencia de tiempo libre se puede traducir en la aparición de problemas de ansiedad y depresión ante cualquier pequeña dificultad o adversidad. “Nos encontramos frente a niños y adolescentes que no han podido desplegar sus habilidades sociales ni emocionales porque ya había quién lo hacía y pensaba todo por ellos, padres y madres que desde el amor —y creyendo hacer lo mejor por sus hijos— les llenaron el tiempo de actividades privándoles de la libertad de experimentar y aprender por ellos mismos”, concluye.

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MÁS INFORMACIÓN

"El cambio climático es el mayor desafío a los derechos humanos de nuestra era", Bachelet, Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

 La Alta Comisionada reconoció que el “mundo no ha mejorado” en los últimos cuatro años y que ha recibido “fuertes presiones” tanto de Gobiernos como de la sociedad civil. En la parte positiva de su mandato, Bachelet citó el reciente reconocimiento al derecho universal a una medio ambiente limpio y sano y los avances contra la pena de muerte.



En su última aparición ante la prensa antes de dejar su cargo, la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha destacado este jueves los logros y los retos que quedan en esta materia “que nunca termina”, asegurando que “el mundo ha cambiado sustancialmente en el transcurso de su mandato.

Ahondó en esa idea diciendo que el profundo impacto de la pandemia del COVID-19, los efectos cada vez mayores del cambio climático y las repercusiones de la crisis alimentaria, energética y financiera derivada de la guerra contra Ucrania han sido los tres principales problemas.

A eso añadió, el hecho de que “la polarización dentro de los Estados y entre ellos ha alcanzado niveles extraordinarios y el multilateralismo está bajo presión”.

Pero de entre todos los asuntos, señaló el cambio climático como el mayor desafío para todos en este momento.

“Los fenómenos meteorológicos extremos de los últimos meses han vuelto a poner de manifiesto, de forma contundente, la necesidad de actuar urgentemente para proteger nuestro planeta para las generaciones actuales y futuras. Satisfacer esta necesidad es el mayor reto en materia de derechos humanos de esta época, y todos los Estados tienen la obligación de trabajar juntos en este sentido, y de cumplir con lo prometido, para aplicar plenamente el derecho a un medio ambiente sano”, aseguró Michelle Bachelet.

Para la alta funcionaria, cuyo último día como Alta Comisaria será el 31 de agosto, “la respuesta a la triple crisis planetaria de la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad debe centrarse en los derechos humanos, incluidos los derechos a la participación, al acceso a la información y a la justicia, y abordando el impacto desproporcionado de los daños ambientales en los más marginados y desfavorecidos”.

En este sentido, dijo sentirse orgullosa del esfuerzo y del fuerte apoyo que su Oficina ha brindado a la cuestión medioambiental y que ha culminado con el reciente reconocimiento al derecho universal a un medio ambiente sano y limpio por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas

Los niños invisibles de la educación en casa, Homeschooling’s Invisible Children.

En 2013, se creó una base de datos, 
Homeschooling’s Invisible Children (los niños invisibles de  la educación en casa), 
para “registrar todos los casos conocidos de crímenes 
contra niñas,niños y adolescentes cometidos en contexto de educación domiciliaria”. 
“Las niños educadas en sus casas corren más riesgo 
cuando están aisladas de sus iguales u otros adultos responsables”
La lista es alarmante.

“En EEUU, el homeschooling suele blindar a los padres abusivos de cualquier control y el resultado es el sufrimiento infantil. También habilita a los padres a enseñar a sus hijos ideologías extremas sin ninguna objeción”, dijo a openDemocracy la estadounidense Jerusha Lofland, ex estudiante domiciliaria y sobreviviente de castigos corporales.

Lofland no está en contra del homeschooling. Ella misma lo practicó con su prole. Hay situaciones “en las que el homeschooling puede servir al interés superior del niño”, dijo. Pero “las criaturas educadas en sus casas corren más riesgo cuando están aisladas de sus coetáneos y de otros adultos responsables”, agregó.

En un blog donde postea memorias críticas de su crianza en una familia de homeschooling estrictamente religiosa, Lofland escribió: “Las criaturas más chicas eran azotadas casi todos los días por infracciones tan nimias como no rezar antes de la comida. Yo era una mujer en desarrollo de 13 años cuando recibí mis últimos azotes, tendida sobre el regazo de mi padre y vestida con una falda de lana que había heredado del guardarropas de mi madre. Como de costumbre, el castigo (golpes con una cuchara de madera) fue por mi ‘actitud’ ante una tarea asignada”.

Las referencias a los instrumentos de castigo –varas, paletas y en especial cucharas de madera– son frecuentes en los libros estadounidenses sobre ‘disciplina bíblica’ y ocupan un lugar en la cultura popular estadounidense.

Homeschooling's Invisible Children (HIC) es una base de datos pública en línea que documenta casos de abuso y negligencia infantil en entornos de educación en el hogar. HIC es un proyecto de la Coalición para la Educación Responsable en el Hogar (CRHE). En esta página encontrará información sobre cómo navegar por HIC, que incluye:

Nota de contenido: Esta base de datos incluye descripciones de violencia severa infligida a niños, incluidos abuso y negligencia, violencia sexual, tortura y asesinato, así como menciones de suicidio y violencia doméstica. En la base de datos también se incluyen fotos de víctimas y perpetradores de violencia.

Antedentes del proyecto

Si bien la educación en el hogar puede ser beneficiosa cuando la practican educadores en el hogar responsables, también ofrece a los cuidadores abusivos una herramienta poderosa para ocultar y escalar su abuso, lo que se traduce en resultados extremadamente dañinos o fatales para los niños. Las historias catalogadas aquí representan algunos de los casos más extremos de abuso infantil que se han documentado desde la década de 1980. Con base en parte en los datos recopilados para este proyecto, CRHE cree que las soluciones políticas básicas y de sentido común evitarían muchos de estos daños y salvaguardarían el derecho de los niños educados en el hogar a la atención necesaria para su bienestar, seguridad física y mental y respeto. por su dignidad humana.

Métodos de proyecto

El proyecto HIC cataloga casos de abuso criminal y negligencia de niños educados en el hogar con el objetivo de identificar temas para desarrollar políticas de prevención basadas en evidencia. Los casos se extraen de fuentes públicas, como informes de los medios, documentos legales y sitios web. Definimos la educación en el hogar de manera inclusiva, que abarca a todos los niños cuyos cuidadores afirman estar dirigiendo su educación en el hogar. Muchos casos incluyen los nombres y fotografías de sobrevivientes adultos que han decidido presentarse y contar sus historias.

Buscar en la base de datos

Se puede buscar en nuestra base de datos y se actualiza con frecuencia a medida que surgen nuevos casos. Además del campo de búsqueda en la barra lateral derecha, también puede buscar en la base de datos usando los siguientes parámetros:

Como complemento a la base de datos principal, también incluimos catálogos separados de lo siguiente:

Visite estas páginas para obtener más información.

Hallazgos del proyecto

Hemos identificado numerosos temas en el abuso de niños educados en el hogar que lo diferencian cualitativamente del abuso de niños que asisten a la escuela. Nuestra investigación sugiere que los niños educados en el hogar tienen un mayor riesgo de morir por abuso infantil que los niños que asisten a la escuela.

Tu puedes hacer la diferencia

Su apoyo a CRHE financia proyectos como HIC para ayudar a #MakeHomeschoolSafe y proteger a los niños educados en el hogar. ¡ Tome acción o haga un regalo a CRHE hoy!