Apreciados líderes mundiales:
244 millones de niños y niñas no van a la escuela.
Es una cifra mayor que la de la población de Brasil,
a la que se le está negando la oportunidad de aprender. Los niños y
niñas de las familias que viven en la pobreza tienen menos
posibilidades de acceder a una educación, y muchos de ellos
sencillamente no pueden permitirse las tasas de matriculación.
¿Cómo podemos lograr el mundo que queremos, resolver la crisis climática y hacer justicia cuando 4 de cada 10 niños ni siquiera acaban la escuela secundaria?
No se puede.
Por
eso, en tanto que galardonados con el premio Nobel de la Paz, relatores
especiales de la ONU retirados y en activo, expertos en derechos de la
infancia, ONGs, activistas por la educación y ciudadanos y ciudadanas
de todo el mundo, nos dirigimos a ustedes con UNA GRAN IDEA:
Crear un nuevo tratado internacional que proteja el derecho de los niños y los jóvenes a acceder a una educación gratuita – desde preescolar hasta el final de secundaria.
Sabemos
que puede funcionar. Después de la Segunda Guerra Mundial, los
gobiernos se vieron en la obligación de garantizar una educación
primaria gratuita – y, en la actualidad, más del 87% de los niños y las
niñas terminan la escuela primaria. Ahora debemos hacer algo igual de
transformador y asegurarnos de que TODOS los niños y niñas acudan a la
escuela.
No se trata únicamente de un salvavidas para los niños. Es un salvavidas para la humanidad. La educación de las niñas es una de las soluciones más efectivas de las que disponemos para combatir el cambio climático.
Usemos ese salvavidas. ¡Ampliemos ya el derecho a la educación gratuita!
Con esperanza y determinación,
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