20º Aniversario de la Ley reguladora de los Consejos de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Comunidad de Madrid.

Jornada con motivo del 20º Aniversario de la Ley 18/1999, de 29 de abril 
reguladora de los Consejos de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Comunidad de Madrid


El día 16 de diciembre
de las 09 a 14 horas, 

en el Archivo Regional, 

c/ de Ramírez de Prado 3, Madrid


Esta ley forma parte del amplio repertorio legislativo que regula y justifica la necesidad y conveniencia de coordinar las actuaciones de los diferentes servicios de atención a la infancia, que aun dependiendo de distintas administraciones confluyen en el mismo ámbito territorial. 
Se contribuye de esta forma a dar una mayor efectividad y eficiencia al trabajo entre las diferentes redes de actuación así como de los recursos disponibles, fortaleciendo de este modo las políticas públicas dirigidas a favorecer los derechos de la infancia y adolescencia en LA Comunidad Autónoma, velando por su calidad de vida, que es en definitiva la misión de esta Ley.





Mujer, joven, rica, asperger... ¿Por qué molesta tanto Greta Thunberg?



Si ha imaginado a Greta Thunberg pronunciando estas palabras en algún congreso sobre el clima, se equivoca. 

Este duro discurso fue pronunciado por la activista Severn Cullis-Suzuki, de entonces 12 años, durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (Brasil) de 1992. La joven canadiense, sin embargo, no sufrió las críticas que hoy recibe su homóloga sueca. Si no ha oído hablar de su intervención es porque, como mucho, fue ignorada.


Cierto es que Cullis-Suzuki, al contrario que Greta, vivía en un mundo sin internet. Aun así cabe preguntarse por qué la sueca cosecha, a sus 16 años, ataques feroces que superan a los recibidos por Al Gore hace más de un decenio. En el caso de Thunberg, muchas de las críticas van más allá de su discurso, llegan al terreno personal e incluso hacen diana en su condición de asperger. "La mascota internacional del alarmismo climático", "mentalmente inestable", "niña petulante" y "mesías profundamente perturbada" son solo algunos ejemplos.
Los principales sospechosos de tanta tirria son los negacionistas, que rechazan que el cambio climático tenga lugar o que sea debido a la acción del ser humano. Se trata de una postura con poco apoyo entre los españoles –que están entre los ciudadanos más preocupados por este tema–, pero con bastantes adeptos en países como Estados Unidos, Reino Unido y Noruega.

El perfil del negacionista: hombre y conservador

"Desquicia a los negacionistas, sobre todo hombres de EEUU, porque sus tácticas no funcionan con ella, que pasa de lo que dicen los demás", explica a SINC el divulgador ambiental Andreu Escrivà.
No son pocos los estudios y encuestas que han intentado trazar un "perfil del negacionista climático", que tiende a ser hombre y conservador. Esto ha llevado a algunos investigadores a analizar la posible relación entre negacionismo y misoginia. El sociólogo de la Universidad Chalmers (Suecia) Martin Hultman es uno de ellos.
"Hay tres grupos de negacionistas climáticos: CEO de industrias extractivas, políticos financiados por ellas y hombres conservadores", resume Hultman a SINC. "Cuando una mujer presenta resultados que implican que estos individuos, negocios, ideologías y estructuras necesitan cambiar, no es de extrañar que intenten matar al mensajero".
Hultman se refiere a un tipo de mentalidad que "no ve la naturaleza como algo vulnerable que puede ser destruido" sino como algo a explotar porque "el crecimiento económico es más importante que la supervivencia de la humanidad".
Las encuestas muestran, explica Hultman, que esta forma de pensar es más frecuente en hombres conservadores, que aceptan los argumentos negacionistas con mayor frecuencia. De hecho, un estudio de 2016 señaló que un motivo por el que ellos son menos respetuosos con el medioambiente es porque perciben su defensa como una actitud femenina.
"Muchos ven a Greta como una evangelizadora que te dice cómo tienes que vivir tú, un señor de 40 años de un país desarrollado, y no habla de China o India, que tienen un crecimiento brutal en emisiones de CO2", comenta Escrivà, que reflexiona: "¿De verdad pensamos que una adolescente tiene que dar todos los discursos para todas las cuestiones? Ya hace bastante con dar un toque de atención a los que vivimos en una sociedad occidental".

Adultos vs. niños

Negacionistas y misóginos aparte, Escrivà considera que los 16 años de Greta suponen un choque generacional que puede ser contraproducente para transmitir su mensaje. "Me parece positivo revindicar el futuro, pero se les dice a los mayores que son culpables, cuando hay mucha gente que no lo es, y eso te galvaniza contra el mensaje. Una cosa es que dé lecciones a un rapero que va en avión privado y otra, que le diga qué hacer a gente cuya vida ya es difícil".
La psicoterapeuta de la Universidad de Bath (Reino Unido) Caroline Hickman ha analizado por qué algunos adultos parecen rechazar a la juventud activista. "Muchos proyectan sus propios miedos y ansiedades en ella, y la rechazan de manera inconsciente como una forma de librarse de ellos", dice.
Considera que es un ejemplo de niños que se comportan como adultos y adultos que lo hacen como niños: "Estos ataques son rabietas infantiles de adultos que no tienen la madurez psicológica necesaria para contener sus respuestas emocionales. En cuanto a los que insultan a Greta, considera que "hacen bullying para intentar recuperar un poder que sienten que han perdido".

Publican en español los discursos de la activista adolescente Greta Thunberg
La activista adolescente Greta Thunberg EFE

En defensa de la neurodiversidad

"Parece una niña muy feliz", se burló el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a través de Twitter tras el discurso de Greta en la ONU. El político hacía caso omiso al hecho de que la joven activista se expresa de forma normal para una persona con síndrome de Asperger, quien respondió añadiendo dicha descripción a su perfil.
El neurobiólogo de la Universidad de Salamanca especializado en autismo José Ramón Alonso considera que uno de los motivos del rechazo a Greta puede ser nuestra falta de costumbre a ver pacientes con trastorno del espectro autista (TEA) en la esfera pública.
"Son personas que tienen problemas para transmitir emociones con el lenguaje corporal y el tono de voz, y les cuesta mucho adaptarse a situaciones distintas", explica Alonso. "No estamos acostumbrados a que alguien tenga expresiones poco ajustadas a una situación, y es injusto que se lo pidamos a ella".
El investigador considera que su popularidad puede ser positiva para visibilizar no solo la crisis climática, sino también "la aportación que pueden hacer a nuestro mundo las personas con TEA". Esto siempre y cuando vaya acompañada de una "educación". "Si no, volveremos a la discriminación y los prejuicios, y a decirle a las familias que sus hijos están mal educados".
¿Puede ser el síndrome de Asperger, tal y como Greta afirma, un "superpoder" en la lucha contra el cambio climático? "Es verdad que [las personas asperger] se centran en un tema que para ellos es de importancia suma y a veces no saben transmitirlo o sacarle partido. Su atención a los detalles es clave, aunque luego tengan mayores dificultades en la interacción social".
A esto añade el hecho de que los demás adolescentes suelen estar "muy pendientes de las jerarquías". "[Los asperger] eso lo entienden menos y dicen las cosas con una crudeza y sinceridad que en muchos casos es un valor positivo".
En este sentido, parte de las críticas a Greta recaen en sus padres por permitir que una adolescente con síndrome de Asperger se convierta en activista. "Conozco a una madre que decía que su hijo iba a ser un 'autista moderno", dice Alonso, "en vez de recortar sus posibilidades".
Por todo ello defiende que debemos ser mejores con ellos y darles su espacio. "Hay personas diferentes y la solución no puede ser la talla única. Es responsabilidad nuestra hacerles un sitio, valorarlos y entenderlos.".

Una verdad incómoda

Por muchos factores que puedan contribuir al rechazo de Greta, solo sirven de excusa para repudiar su mensaje. Este aboga por cambios en nuestro modo de vida y en el propio sistema y, encima, con emergencia. "Dice que hay que ponerse las pilas y que cada uno debe hacer lo que pueda para frenar esto. Eso a mucha gente no le gusta porque nadie quiere cambiar sus hábitos", explica el catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira Serra.
"Cuando confrontas a la gente con decisiones reales que tiene al alcance de su mano para luchar contra el cambio climático, la incomodas muchísimo", dice Escrivà. "Me impactó cuando Greta fue a The Daily Show, dijo una parrafada muy bien dicha y el público empezó a aplaudir", recuerda. "Pensé que si fueran capaces de traducir sus palabras a un nivel de recorte de emisiones en su vida diaria no iban a aplaudir, y menos en Estados Unidos, que es el país con una mayor huella ecológica por persona".
Un estudio de 2017 exploró cómo las recomendaciones para reducir las emisiones suelen obviar las acciones más efectivas. "Reciclar, mantener la temperatura justa e instalar LED es lo que menos cuenta. Lo que más es la energía renovable, disminuir el consumo de carne y dejar el coche y el avión", explica el divulgador. "Son cosas que pican mucho más y la gente, cuando entiende eso, alucina".
"Aislar la casa y dejar el coche es complicado y no todos pueden, pero podemos demostrar a políticos y empresas que se han apuntado a patrocinar la COP25 que no les compramos sus productos si no cambian", dice Ruiz de Elvira. "Esto es un mensaje que les llega… ¡no veas cómo!", añade sobre los motivos por los que el mensaje de Greta "pincha" a tantos.

Greta Thunberg rechaza un premio medioambiental por inacción en crisis climática
Greta Thunberg durante una manifestación EFE

Cuidado con las soluciones mágicas

Escrivà tiene clara su principal crítica a Greta: "Perpetúa una cosmovisión en la que hay una solución mágica que los políticos no están aplicando, pero que podrían hacerlo si escucharan a los científicos".
El divulgador considera que presuponer que la actuación contra el cambio climático no despega por culpa de la falta de información es "muy simplista" y defiende que los políticos "llevan mucho tiempo escuchando a los científicos". Asegura que la inacción política "responde a intereses, cortoplacismo, inercias, miedo a asumir el coste político, dificultades para cambiar nuestro modo de vida y a que la ciudadanía no quiere".
"Estamos con Greta, pero externalizamos nuestro activismo ambiental a base de likes a ella y pensamos que con eso ya somos verdes". Esto "nos desapega de los cambios reales que debemos incorporar y promover, porque la acción debe ser colectiva, no solo de los políticos".
Escrivà lamenta que la joven activista no ejemplifique ese cambio de valores, ya que lleva a cabo acciones difícilmente imitables por el resto de la población, que no puede depender de que los Grimaldi le dejen un barco para ir desde Reino Unido a Nueva York, ni de que unos navegantes la lleven en catamarán desde Salt Ponds hasta Lisboa.
"El cambio real no es venir de cualquier forma a España. Es preguntarse: ¿necesito ir a Madrid? ¿No doy mejor ejemplo a mucha gente si voy a una reunión tan importante como la COP25 por videoconferencia?".
Por eso, teme que esa hiperperfección lleve a mucha gente, incapaz de prescindir de los plásticos o el coche de la noche a la mañana, a tirar la toalla. "Me importa más que el 80% de la población occidental reduzca un 50% el uso de plásticos o los vuelos que una pequeña élite del 5% lo haga todo bien, porque eso desmoraliza".
También teme que gritar "que viene el lobo" cause rechazo contra la causa cuando, en diez años, "no se haya acabado" el mundo. "Habrá más sequías, huracanes y alguna especie invasora más, pero no será Mad Max. En cuarenta años ya veremos".

El nuevo negacionismo es no hacer nada

"Chirría que una adolescente con una calidad de vida extraordinaria diga que le han robado el futuro. No nos han robado el futuro: nos han dejado un mundo destrozado, hay que reconstruirlo y exigir responsabilidades, pero a millones de niños les están robando el presente", asegura Escrivà. "No todo es cambio climático, el mundo es complejo y me parece peligroso cualquier mensaje que tienda a simplificarlo", añade en referencia a las empresas que se "suben al carro" de la sostenibilidad pero "no al de los derechos de los trabajadores".
La consecuencia de dichas soluciones mágicas y de, en palabras de Escrivà, pensar que las empresas son malas per se, es caer en el nuevo negacionismo: el negacionismo de soluciones. En otras palabras, no hacer nada hasta que lo hagan los gobiernos y las corporaciones. "Las cien empresas que producen el 70 % de los gases de efecto invernadero del mundo no lo hacen porque tengan un botón que emite CO2, sino porque fabrican el cemento y acero de tu casa y el petróleo de tu coche".
El problema, según el divulgador, es que "si todo el mundo espera a que alguien haga algo, entonces nadie hace nada". Considera que "siempre vamos a encontrar vías para autojustificarnos y no bajar nuestro consumo", y por eso "debemos darnos el menor número de excusas" para mantener la inacción. "Si en tu esquema mental tú eres el bueno y los otros los malos, para qué vas a hacer algo".
Por todo ello, Escrivà ve a Greta como un "ariete" que abre las puertas, pero que debe ir acompañado del resto del ejército para que sirva de algo. "Es un activador de la conversación, pero creo que ya ha jugado su papel".
Su mejor legado, afirma, "sería que dejáramos de hablar de lo que hace y hubiera una conversación más allá, de cómo nos afecta el cambio de paisaje, de si estamos dispuestos a dejar el avión y el coche". Todo eso, mientras apoyamos a las Gretas de nuestro alrededor.

Iº Diálogo sobre contenidos infantiles y juveniles.

 Analizar el “Derecho de los niños y jóvenes a la información".
 Reflexionar sobre la situación de los contenidos audiovisuales infantiles y juveniles.

Próximo 11 de diciembre
 a las 17.00 horas,
Sala de Profesores (3ª Planta)
Ftad.CC de la INFORMACIÓN, UCM,
Av. Complutense, 3. 
Campus de Moncloa. Madrid.

Con motivo de la celebración del 30 aniversario de la Convención sobre los derechos del niño, la Academia de Televisión, la Cátedra Complutense de comunicación y marketing por la infancia y la adolescencia (Universidad Complutense de Madrid), y la Muestra de TV de Calidad para los niños "La Maleta Prix Jeunesse", 
se unen para reflexionar sobre la situación de los contenidos audiovisuales infantiles y juveniles. 
Persuadidas de la gran oportunidad que ofrece el escenario actual para la producción de contenidos audiovisuales de calidad para niños y jóvenes, estas instituciones se proponen tender puentes entre el ámbito educativo, la industria y las instituciones para promover la producción de contenidos audiovisuales de calidad. 




El próximo 11 de DICIEMBRE a las 17.00 horas en la FACULTAD de CIENCIAS de la INFORMACIÓN de la UNIVERSIDAD COMPLUTENSE de MADRID (Av. Complutense, 3. Campus de Moncloa. Madrid), SALA de PROFESORES (Tercera Planta), inauguramos un CICLO DE ENCUENTROS Y CHARLAS con una sesión para analizar el “DERECHO DE LOS NIÑOS Y JÓVENES A LA INFORMACIÓN”. 

El diálogo se centrará en el artículo 17 de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas sobre el derecho de acceso de los niños y las niñas a la información de calidad. Este foro abierto, está dirigido a todas aquellas personas interesadas en la temática. Y cuenta como ponentes invitados con personas de diferentes ámbitos y sectores: medios e industria audiovisual, instituciones, política y universidad.

Han confirmado su asistencia, a expensas de otras confirmaciones, los siguientes ponentes: 
- Francisco García Novel - Director y presentador de "La Semana". 
- Beatriz Sainz de Rozas y Luis Renes - Presentadores del informativo juvenil 2.4. Canal 24 Horas.
- Gustavo Puerta Leisse - Director de ¡La Leche!, revista ilustrada de periodismo cultural, destinada a niños de nueve a doce años. 
- Beatriz Lucas - Directora de espacio radiofónico hecho por y para la infancia y la juventud madrileñas, "Alumnos radioactivos M21". Una voz directa a sus opiniones sobre la actualidad.
- Tina Olivares - Directora y creadora del formato. Los Investigadores (premio Iris 2019). -Por confirmar-
- Ana Etchenique - Vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). 
- Reinhard Maiworm - Director del Goethe Institut con experiencia internacional en tv infantil de calidad.

Nos gustaría contar con tu participación en este primer encuentro de profesionales de la industria, expertos, académicos y responsables políticos. ¡APÚNTATE! 

*Plazas restringidas para un aforo máximo de 30 personas.


"A veces estábamos solo ella y yo".

Esta es el argumentario de Greta Thunberg:
"Está claro, los niños no hacemos lo que ustedes nos dicen que hagamos. 
Hacemos lo que ustedes hacen. 
Y como ustedes, adultos, se están cagando en mi futuro, 
yo también lo hago".
El relato del primer adulto que se sentó a protestar junto a Greta Thunberg.
Esta es su historia como testigo de los inicios de un fenómeno mundial. 
Greta Thunberg no es única, ni la única: 
miles de adolescentes, y por distintos motivos, están asumido una responsabilidad 
sobre los problemas que no asumen los adultos, más bien los crean...

Fuente eldíario.es,

Benjamin Wagner junto a Greta Thunberg en agosto de 2018. (Mårten Thorslund)

Me enteré de la foto que Greta Thunberg había subido el 20 de agosto de 2018 a Instagram cuando alguien la republicó en Facebook. Llevaba sus medias de leopardo y tenía esa hoja de la que tanto se ha hablado después (la que está debajo de la piedra), con los motivos para faltar al colegio: "Está claro, los niños no hacemos lo que ustedes nos dicen que hagamos. Hacemos lo que ustedes hacen. Y como ustedes, adultos, se están cagando en mi futuro, yo también lo hago".


Era un texto cabreado, acusador y moralista, sin ninguna sombra de disculpas. Me gustaba esa actitud. Ese verano yo había estado diciéndole cosas parecidas a mis amigos, despotricando porque nadie hacía nada. Veía hipocresía y falta de sinceridad en todos los niveles, desde las personas que me rodeaban hasta las instituciones y los políticos.

Me daba la impresión de que mis amigos estaban incómodos, avergonzados, y era genial ver a alguien hablando de una manera tan directa. Yo había estado sintiéndome tenso y culpable por no hacer nada, así que decidí ir al edificio del Parlamento para ver qué estaba pasando con Greta y para apoyar su denuncia.

La protesta de Greta comenzó ese día, el 20 de agosto de 2018, y yo estuve con ella todos los días desde el 21, cuando también se unió Rolf Sauer, un colegial de 12 años. Hasta el penúltimo día, tres semanas después, estuve hablando con la gente que pasaba por la calle sobre los temas que queríamos abordar. En ese momento yo estaba empleado como profesor suplente, pero no tuve problemas en el trabajo –tampoco me pagaron, por supuesto.

Greta no era tan intimidante como había pensado yo a partir de su hoja con los motivos. Ella y yo hablábamos casi siempre de temas relacionados con la crisis climática. Me impresionó: daba la bienvenida a todo el mundo y animaba a la gente a que se uniera. Como hemos visto desde entonces, su retórica era maravillosa.

En aquellos primeros días, un hombre de mediana edad y traje se detuvo y nos miró. Yo me preparaba para responder con un comentario sarcástico porque otras personas parecidas a él ya habían sido groseras con nosotros. Algunos transeúntes eran agresivos, le decían estúpida a Greta y le gritaban "¡Vuelve al colegio!". Pero lo que nos dijo este hombre fue que no podía entender cómo era posible que no hubiera más protestas así. Tras una larga conversación me dio su tarjeta y vi que era un alto cargo del Gobierno.
Benjamin Wagner durante una protesta frente al parlamento sueco el 22 de agosto de 2018.
Que me viera tanta gente fue algo nuevo para mí, no tengo un historial de activismo, y en varias ocasiones tuve ganas de rendirme. Aquello no era cómodo, a veces llovía o hacía frío, y tenía la sensación de que mis amigos consideraban ridículo lo que hacía. Algunos días sólo éramos Greta y yo, pero a medida que pasaba el tiempo, más gente se unía a la protesta.

Después de tres semanas de protestas, y pasadas las elecciones del 9 de septiembre, Greta redujo la protesta a los viernes. Era un proyecto a largo plazo y no todos podían hacer una huelga diaria. Cuando nuestra protesta terminó dejé de seguir a Greta por un tiempo. En verdad, traté de no pensar en la crisis climática. Hasta que empecé a verlo en todos los periódicos. Incluso mi madre hablaba del tema.

En octubre de 2018, me mudé de Estocolmo a Gotemburgo para estudiar Bellas Artes y en septiembre de 2019, tomé partido en acciones directas contra una nueva infraestructura de gas natural bloqueando el acceso de camiones al puerto. La empresa, Swedegas, había invertido mucho dinero y ya tenía el permiso de construcción pero el Gobierno sueco detuvo el proyecto en octubre. Una vez más, se demostró que el activismo sí sirve para algo.


Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cuidado del planeta:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.
Traducido por Francisco de Zárate

Cumbre Social por el Clima

Los adolescentes y jóvenes están marcando el camino contra el cambio climático:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.


Más allá de la COP25: los pueblos por el clima
Las decisiones unilaterales del gobierno chileno de Sebastián Piñera de cancelar la celebración de la COP 25 en Chile –ignorando a los movimientos sociales chilenos y del resto de América Latina y su trabajo previo de meses– y del gobierno de Pedro Sánchez de acoger el evento, obligan a los movimientos sociales del Estado español a tomar un relevo sobre el que no han sido consultados, en un marco temporal casi inasumible para garantizar una participación y contestación social adecuadas.
Siendo conscientes del claro eurocentrismo que implica la celebración de una COP en un país europeo por tercer año consecutivo, aceptamos el reto de articular protestas y críticas contra estas políticas como una enorme responsabilidad. Lo hacemos desde la rabia e impotencia ante las injusticias y atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo chileno, desde la solidaridad y apoyo frente a la decisión de continuar con la celebración de la Cumbre de los Pueblos y de la Cumbre Social por la Acción Climática en Chile, y desde la determinación de intentar generar un espacio donde su voz también pueda ser escuchada.
Condenamos de forma tajante y sin tapujos la violación de derechos humanos en Chile y exigimos su cese. La declaración de guerra contra el pueblo chileno por parte de su gobierno es un ataque a la democracia y a la lucha por la justicia social. Demandamos que los responsables de esta represión sean sancionados. Queremos poner bajo el foco que la protesta social en Chile y en otros lugares del mundo es también la expresión de la crisis ecológica. El paradigma del crecimiento económico ilimitado está estrellando a la humanidad contra unos límites planetarios que desde el sistema económico se insiste en invisibilizar.
Vivimos tiempos convulsos de auténtica emergencia ecológica, climática y social. El diagnóstico científico es diáfano respecto a la gravedad y la urgencia del momento. El crecimiento económico se produce a costa de las personas más vulnerables: las personas racializadas, las personas indígenas, el campesinado, las personas empobrecidas, las personas migrantes, las personas LGBTI y queer, las comunidades de vanguardia en resistencia… Y se produce también a costa de nuestro entorno, las demás especies y los ecosistemas. Las mujeres, que forman parte de todos estos colectivos, se ven afectadas diferencialmente y son víctimas de las peores consecuencias del modelo capitalista cisheteropatriarcal.
Como activistas con base en el Estado español y la Unión Europea, queremos asumir la responsabilidad de denunciar el papel explotador de las regiones enriquecidas del mundo y su protagonismo en la generación de “zonas de sacrificio” en países empobrecidos, a través del extractivismo energético, material y cultural, que destruye comunidades y bienes comunes. Estamos viviendo en países que impulsan el consumo y la destrucción de la humanidad y la naturaleza, imponiendo nuestros modelos y visiones del mundo en otras partes del planeta.
Desde estos mismos países, que poseen una gran capacidad militar (especialmente armamento nuclear), se impulsa un nuevo concepto de securitización climática para proteger sus intereses por medio de la ocupación de importantes nichos de poder y dejando el control de tecnologías clave para la transición energética en manos grandes empresas de seguridad, mientras se incrementa la militarización de las fronteras y se acaparan tierras por todo el planeta. El cambio climático continuará alimentando conflictos armados y guerras a gran escala y violencia entre comunidades.
Desde esta posición privilegiada, nos comprometemos a asumir la responsabilidad de nuestro pasado común, presente y futuro. Nos rebelamos para cambiar este sistema letal.
Es necesario desenmascarar la hipocresía de gobiernos que llevan décadas fracasando en las negociaciones climáticas, al tiempo que blindan tratados comerciales y de inversiones como herramientas de dominación del capital, dirigidos a perpetuar el desequilibrio de poder que permiten el lujo de unas pocas personas a costa del sufrimiento de la mayoría, acaparando, privatizando y financiarizando cada vez mayores esferas de la vida. Esos mismos gobiernos alimentan la industria fósil con subsidios millonarios y protegen y rescatan bancos fósiles que se lucran con la crisis climática y la devastación ambiental y social.
El papel de las empresas transnacionales españolas y europeas en regiones como América Latina han supuesto una prolongación de la larga noche de los 500 años de colonialismo, acrecentando la crisis ecológica, y minando las posibilidades de soberanía de los pueblos. Chile, hoy, es la expresión del cansancio de las políticas neoliberales y extractivistas en todo el continente. América Latina es Chile y Chile es América Latina.
Creemos en la justicia climática como el eje vertebrador de la lucha social de nuestro tiempo: porque la sostenibilidad es imposible sin justicia social, y la justicia no existe sin un respeto a todos los seres que viven en el planeta. La justicia climática es el paraguas más amplio que existe para proteger bajo su esfera toda la diversidad de luchas por otro mundo posible: ecologismo, activismo climático, feminismo, LGBTIQ+, sindicalismo, antirracismo, antifascismo, antimilitarismo, movimientos decoloniales, movimiento indígena, movimiento campesino, movimiento rural… Promovemos la justicia climática como un movimiento de movimientos en el que quepan muchos mundos diversos.
Nos comprometemos a trabajar para dar visibilidad a las demandas que garanticen una transición justa realizada con la rapidez suficiente, para evitar nuevas catástrofes, como un calentamiento por encima de los 1.5°C o el colapso de los ecosistemas y la sociedad. Es necesario tomar decisiones basadas en la ciencia; la comunidad científica ya ha indicado con claridad la necesidad de dejar la mayor parte de los combustibles fósiles en el subsuelo, sin extraer, para lograr unas reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero que estén a la altura del reto climático.
Por ello nos rebelamos contra los modelos extractivistas relacionados con la producción y consumo de energía fósil en todo el mundo, así como rechazamos también con especial énfasis el uso civil y militar de la energía nuclear.
Instamos a un cambio radical en el modelo de movilidad que conduzca a la reducción del transporte masivo de mercancías y personas, causantes entre otros problemas de la turistificación y gentrificación exacerbadas en las ciudades, donde generan graves desigualdades sociales. El modelo de transporte debe paliar al mismo tiempo el creciente aislamiento del medio rural, una de las causas de su progresivo despoblamiento.
Denunciamos los intentos de promover falsas soluciones como aquellas basadas en la geoingeniería, que pretenden mantener el statu quo del actual sistema productivo, aleja el foco de las verdaderas soluciones y amenaza, además, con desiguales impactos a escala planetaria que nuevamente sacrificará primero a las comunidades más desfavorecidas.
Denunciamos también la imposición de un modelo de producción y consumo que no reconoce la alimentación como un derecho y que es corresponsable de la crisis climática y de biodiversidad y condena al hambre a más de 800 millones de personas. Exigimos una transición agroecológica que impulse sistemas justos y sostenibles, que respeten la soberanía alimentaria de los pueblos.
De igual forma, denunciamos la imposición de un modelo de producción y consumo basado en el “usar y tirar” que afecta una vez más a las personas más empobrecidas. Las cantidades ingentes de residuos producidos por los países enriquecidos son trasladados en su mayor parte a países del Sur obligando a vivir en una espiral de pobreza, violencia y condiciones insalubres a las comunidades y colectivos más vulnerables que habitan esos lugares.
Por otra parte la explosión social chilena y su brutal represión nos muestra que la crisis civilizatoria que vivimos es también una crisis democrática. Necesitamos avanzar hacia la construcción de modelos más democráticos de sociedad, que garanticen la toma de decisiones colectivas poniendo el bien común en el centro. En este sentido, la decisión de trasladar la COP 25 a Madrid supone también una merma democrática al comprometer los trabajos de meses de numerosas redes, colectivos y organizaciones de todo el mundo que no podrán ahora participar de la forma que habrían deseado.
Nos solidarizamos con quienes más sufren, con las personas trabajadoras y con las comunidades que están en primera línea de resistencia en todos los continentes. También nos solidarizamos con quienes menos han participado en alimentar la crisis climática y más acusan sus impactos. Apoyamos a todas las personas de cualquier género, origen, lengua, raza, etnia, capacidad física, orientación sexual, experiencia, edad y creencia.
Hacemos un llamamiento a personas y colectivos a rebelarse frente a un sistema capitalista opresor que expulsa cada vez a más personas –muchas de las cuales se ven obligadas a migrar de sus territorios– y esquilma de forma creciente las bases que sostienen la vida. Hacemos un llamamiento a participar en la respuesta social a la COP25 y a tejer red y construir comunidad frente a una crisis climática que es solo el síntoma más visible de un sistema profundamente injusto.
Invitamos a todas las personas y colectivos que se sientan interpelados por estas demandas a participar en la construcción de la Cumbre Social por el Clima, para rebelarse, proponer y tejer comunidad. Frente a la creciente represión y las estrategias para dividir y desmovilizar a los movimientos, mostraremos más unidad que nunca en la lucha común por la justicia.
Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cuidado del planeta:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.

Cambio climático: lo que dice la Ciencia. Conoce COP25.

Conoce el trabajo del panel de expertos de la ONU sobre cambio climático.


Ya en el año 2001 el Tercer Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ponía de manifiesto la evidencia proporcionada por las observaciones de los sistemas físicos y biológicos que mostraba que los cambios regionales en el clima, en concreto los aumentos de las temperaturas, estaban afectando a los diferentes sistemas y en distintas partes del globo terráqueo. Señalaba, en definitiva, que se están acumulando numerosas evidencias de la existencia del cambio climático y de los impactos que de él se derivan.

En 2007, en su cuarto informe, el IPCC dio un paso más allá: se señaló que el calentamiento del sistema climático es inequívoco y ya apuntaba que, en un porcentaje altamente probable, este fenómeno se debe sea debido al incremento observado en las concentraciones en la atmósfera de gases de efecto invernadero como consecuencia de actividades humanas principalmente vinculadas al uso de combustibles fósiles, los cambios en el uso de la tierra y determinadas prácticas agrícolas. 

En el quinto informe, en 2014, el panel constataba que la influencia humana en el sistema climático es clara y que las actuales emisiones antropogénicas de GEI, son las más altas de la historia. Las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso no tienen precedentes, al menos, en los últimos 800000 años. Sus efectos se han detectado en todo el sistema climático.
Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cuidado del planeta:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.

En octubre de 2018,el IPCC publicó el primer Informe especial sobre los impactos de un calentamiento global de 1,5ºC y las sendas de emisión relacionadas. Fue encargado a la ONU por los cerca de doscientos países que integran la convención de cambio climático de la ONU tras la adopción del Acuerdo de París, en 2015, que tiene como objetivo que la temperatura del planeta no aumente más de 2ºC a finales de siglo, y si es posible que no supere los 1,5ºC. 
En concreto, este informe especial analiza los impactos de un aumento de temperatura de 1,5ºC y las sendas de descarbonización que deben seguir los países para no sobrepasar ese límite, en comparación con lo que supondría el límite de 2 grados. Y sus conclusiones fueron claras: es necesaria una transformación sin precedentes para limitar el aumento de la temperatura global del planeta a 1,5ºC. El informe pone de manifiesto que los compromisos de reducción de emisiones puestos actualmente sobre la mesa son insuficientes para evitar un aumento de la temperatura media global de 1,5ºC. Es, por tanto, necesario aumentar la acción por el clima.

En agosto de 2019, el IPCC emitió un segundo informe sobre “Cambio Climático y Uso de la Tierra”, en el que hace una llamada a los países a desarrollar estrategias que garanticen en el corto plazo la protección de la tierra, clave para alimentar o vestir a la creciente población mundial, así como para luchar contra el cambio climático. El estudio recuerda que la adecuada gestión de este recurso, cuya explotación se ha visto acelerada en las últimas décadas, es clave para frenar la pérdida de biodiversidad, evitar la degradación de los suelos y la inseguridad alimentaria, y detener la desertificación, a la que España es especialmente vulnerable. Y añaden que todos estos fenómenos se están viendo agravados por los impactos ya observados del cambio climático.

Y en septiembre de 2019, el IPCC presentó el último informe del presente ciclo, centrado en los océanos y la criosfera, la parte helada del planeta. 
Elaborado a partir de casi 7.000 artículos científicos de más de 100 expertos en clima y océanos, el informe sostiene que sólo en un escenario de menores emisiones, protección y restauración de ecosistemas y una gestión adecuada de los recursos naturales será posible preservar el océano y la criosfera como fuente de oportunidades que apoya la adaptación a los cambios futuros, limita los riesgos para los medios de subsistencia y ofrece múltiples beneficios adicionales para la sociedad.
Entre los efectos del calentamiento global sobre los océanos y la criosfera, el informe cita pérdidas masivas de glaciares a escala global; reducción del permafrost y las capas de nieve en sistemas de alta montaña, del continente antártico o Groenlandia;  una mayor frecuencia de olas de calor marinas y de fenómenos como El Niño o La Niña; o un aumento del nivel del mar, lo que unido al incremento de la temperatura y de la acidificación, puede exacerbar los riesgos para las comunidades de las zonas costeras.
De igual modo, consideran necesario y urgente actuar para paliar las consecuencias de la pérdida de la biodiversidad asociada a los cambios en los océanos y la criosfera, así como el impacto sobre las pesquerías, con efectos sobre los ingresos, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de quienes dependen de los recursos marinos.

¿Cómo trabaja el IPCC?
El IPCC utiliza sistemáticamente en sus informes un lenguaje calibrado para expresar el grado de certeza de sus principales conclusiones. El grado de certeza que se asigna a cada afirmación se basa en la valoración del grado de comprensión científica sobre los temas en los que se fundamentan las conclusiones establecidas. El IPCC expresa el grado de certeza en forma de nivel cualitativo de confianza y cuando la confianza es alta, y es posible, en forma probabilística. A modo de ejemplo, cuando en los informes se indica que un suceso es “probable”, “muy probable” o “virtualmente cierto” se está asignando a la afirmación una probabilidad de certeza superior al 66%, 90% o 99% respectivamente. El cambio climático y la influencia del ser humano en el calentamiento global están comprobados con un grado de certeza absoluto.

Proteger, restaurar, financiar.



por si a alguien aún no le ha quedado claro: 



Hola,
Greta Thunberg: Esto no es un simulacro.  Mi nombre es Greta Thumberg. Estamos viviendo el inicio de una extinción masiva. Nuestro clima se está desmoronando. Los niños como yo estamos renunciando a nuestra educación por protestar. Pero aún podemos arreglar esto. Tú puedes arreglar esto. Para sobrevivir, necesitamos dejar de quemar combustibles fósiles, pero esto por sí solo no es suficiente. Se habla de un montón de soluciones, pero ¿qué pasa con la solución que está justo delante de nosotros? Dejaré que mi amigo George lo explique.
George Monbiot: Hay una máquina mágica que absorbe carbono del el aire, cuesta muy poco y se construye a sí misma. Se llama... árbol. Un árbol es un ejemplo de una solución climática natural. Manglares, turberas, selvas, pantanos, fondos marinos, algas, bosques, pantanos, arrecifes de coral, sacan carbono del aire y lo encierran. La naturaleza es la herramienta que podemos utilizar para reparar nuestro clima roto. Estas soluciones climáticas naturales podrían ser una gran diferencia.


Greta Thunberg: Bastante guay, ¿no?
George Monbiot: Pero solo si dejamos los combustibles fósiles en el suelo.
Greta Thunberg:  Aquí viene la parte loca, ahora mismo los estamos ignorando. Gastamos 1000 veces más en los subsidios mundiales a los combustibles fósiles que en soluciones basadas en la naturaleza.
George Monbiot: Las soluciones climáticas naturales obtienen solo el 2% de todo el dinero utilizado para abordar la crisis climática.


Greta Thunberg: Es tu dinero. Son tus impuestos y tus ahorros.
George Monbiot: Aún más loco, en este momento en el que más necesitamos la naturaleza, la estamos destruyéndolo más rápido que nunca.


Greta Thunberg: Más de 200 especies se extinguen cada día.
George Monbiot: Gran parte del hielo del Ártico se ha derretido, la mayoría de nuestros animales salvajes se han extinguido. gran parte de nuestro suelo se ha vuelto estéril.


Greta Thunberg: Así, ¿qué debemos hacer?
George Monbiot: ¿Qué puedes hacer?


Greta Thunberg:  Es fácil... necesitamos proteger, restaurar y financiar. 
Proteger. Los bosques tropicales se están talando a razón de 30 campos de football por minuto.
George Monbiot: donde la naturaleza está haciendo algo vital, debemos protegerla.


Greta Thunberg:  Restaurar. Gran parte de nuestro planeta ha sido dañado
George Monbiot: pero la naturaleza puede regenerarse y podemos ayudar a los ecosistemas a recuperarse.


Greta Thunberg:  Financiar.
George Monbiot: Hemos de dejar de financiar cosas que destruyen la naturaleza e invertir en cosas que la ayuden.


Greta Thunberg:  Es así de fácil: proteger, restaurar, financiar.
George Monbiot: Esto ya pasa en todas partes; mucha gente ya han comenzado a usar soluciones climáticas naturales, necesitamos hacerlo a gran escala.


Greta Thunberg:  Puedes ser parte de esto.
George Monbiot: Vota a las personas que defienden la naturaleza.


Greta Thunberg:  Comparte este video. Habla sobre esto.
George Monbiot: Alrededor de todo el mundo hay movimientos increíbles que luchan por la naturaleza. ¡Únete a ellos!.


Greta Thunberg:  Todo importa. Lo que haces importa.
#naturenow 

Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cuidado del planeta:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.

La seguridad y el estado democrático liberal. Criminalizando la política de los jóvenes.



 encaminadas a eliminar y criminalizar formas de activismo tales como 
las revueltas estudiantiles en Quebec, (la “maple spring”), 
o el movimiento de los indignados en España. 
 En los dos países se ha promovido la criminalización de las prácticas de muchos jóvenes.
¿Qué papel desempeñó en el desarrollo de políticas criminalizadoras 
el hecho de que las protestas ciudadanas contra la austeridad en 2011 y 2012 
tuvieran un marcado componente de protesta juvenil?

La seguridad y el estado democrático liberal. 
Criminalizando la política de los jóvenes,

Judith Bessant,
School of Global Urban Social Studies, 
RMIT University, Australia,
Maria Grasso,
Department of Politics and International Relations, 
University of Sheffield, Reino Unido,


Resumen



Las políticas de austeridad fueron la reacción de muchas democracias liberales ante la crisis económica iniciada en 2008. Esto provocó un aumento de la contestación y de la movilización social, protagonizada en muchos casos por personas jóvenes. 
Como reacción a su vez, muchos gobiernos desarrollaron políticas con el objetivo de combatir estas formas de movilización, incluyendo la criminalización de la protesta
Este artículo explora las prácticas por parte de instituciones y el Estado encaminadas a eliminar y criminalizar formas de activismo tales como las revueltas estudiantiles en Quebec, (la “maple spring”), o el movimiento de los indignados en España
A pesar de las diferencias entre ambos países, Canadá puede ser descrito como una ‘democracia liberal madura’ mientras España encaja mejor con la etiqueta de ‘democracia liberal emergente’, en los dos países se ha promovido la criminalización de las prácticas de muchos jóvenes que buscaban ejercitar su derecho constitucional de manifestarse y expresarse libremente a través de la acción colectiva. 
Aunque en cierto sentido estas prácticas pueden ser explicadas atendiendo a ciertas contradicciones inherentes a las democracias, las políticas criminalizadoras también reflejan algunos prejuicios muy arraigados contra las personas jóvenes. 
Fundamentamos esta afirmación en el hecho que los jóvenes han causado siempre una atención desproporcionada por parte de la policía y el sistema de justicia legal cuando se veían vinculados con formas convencionales de delincuencia. 
¿Qué papel desempeñó en el desarrollo de políticas criminalizadoras el hecho de que las protestas ciudadanas contra la austeridad en 2011 y 2012 tuvieran un marcado componente de protesta juvenil? 
La discusión sobre las ideas preconcebidas sobre la edad, y la creencia establecida entre algunos sectores de la población de que la juventud ha de ser ‘vigilada de cerca’ permite avanzar en la comprensión de las formas de respuesta estatal cuando son las personas jóvenes las que aspiran a participar activamente en la política.

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Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cambio social:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.

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