HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
El Hospital Vall d’Hebron y UNICEF España han desarrollado un material básico para ayudar a los familiares y cuidadores de niños, niñas y adolescentes refugiados afectados por conflictos armados, a comprender y manejar las reacciones psicoemocionales que estos presentan una vez que han abandonado sus países de origen.
Se trata de una serie de consejos básicos organizados por tramos de edad, que persiguen, por un lado, dotarles de herramientas para contribuir al bienestar emocional de estos niños, niñas y adolescentes y prevenir problemas graves, a la vez que buscan evitar una “psiquiatrización o psicologización” innecesarias, puesto que muchas reacciones son emociones y conductas normales ante situaciones absolutamente extraordinarias.
¿Qué reacciones podemos esperar de los niños, niñas y adolescentes? ¿Cómo ayudarlos a sentirse seguros y protegerlos de daños mayores? ¿Qué recomendaciones se pueden hacer también para el autocuidado de familiares y cuidadores? ¿Dónde acudir para solicitar información o ayuda en España? Son algunas de las preguntas a las que pretende dar respuesta este contenido.
Desde UNICEF España nos gustaría pedirte una amplia difusión de este material, disponible en español, ucraniano, ruso, inglés y francés.
En las primeras fases de la acogida, es crucial facilitar acceso a herramientas para el bienestar emocional y primeros auxilios psicológicos de los niños, niñas y adolescentes refugiados.
Las bases del bienestar psicosocial son:
El disfrute de los derechos y acceso a las necesidades básicas (alimentación, vivienda, sustento, atención médica, educación, participación).
La sensación de seguridad, que proviene de vivir en un entorno seguro y de apoyo, con un entorno familiar o cuidador.
Cuando
este bienestar se ve interrumpido por una guerra o crisis humanitaria,
puede provocar un impacto en el desarrollo psicológico y social de los
niños, niñas y adolescentes.
Las
niñas y niños, al igual que el resto de la ciudadanía, tienen derecho a
ser informados sobre los
productos que les interesan y perciben la publicidad como parte de su
vida cotidiana.
El presente Código se inserta en el marco de la estrategia de
protección del menor que lleva desarrollando la Asociación Española de
Fabricantes de Juguetes (AEFJ) desde 1993, y cuyo objetivo es promover
el derecho a la comunicación comercial y a la libre
competencia de las empresas jugueteras, salvaguardando los intereses de
la infancia.
Han transcurrido casi tres décadas desde que la AEFJ y la UCE firmaran el primer código de autorregulación de la publicidad en España, el Código Deontológico para la Publicidad Infantil,
al que posteriormente se adhirieron las asociaciones de consumidores: ASGECO, ATR, AUC, CECU, FUCI, HISPACOOP y UNAE.
Su aplicación a partir del año 2003 se encomendó al organismo español de autorregulación publicitaria, AUTOCONTROL.
Durante este periodo se han producido cambios tecnológicos, comunicativos y socioculturales que han tenido repercusiones legales y normativas sobre la publicidad de juguetes, que han exigido actualización de este documento en 2010 y 2015 y ahora en 2021.
Las empresas adheridas al Código se comprometen a respetar en su publicidad dirigida a menores las normas contenidas en él, a través de las cuales se precisa y amplía el alcance de las obligaciones legales exigibles a la publicidad y promoción de juguetes dirigida a NNA, en beneficio del interés general, de los consumidores y del mercado.
El Código entrará en vigor el día 1 de diciembre de 2022 para todos los anuncios que se emitan por primera vez a partir de esa fecha. Los anuncios ya emitidos antes de esa fecha tendrán un periodo de un año para adaptarse a las nuevas disposiciones deontológicas, hasta el 1 de diciembre de 2023.
Tanto la Organización para las Naciones Unidas como el Consejo de Europa han mostrado su preocupación por la situación de las personas adolescentes privadas de libertad en instituciones penitenciarias juveniles.
Los motivos de este recelo son el impacto negativo que la privación de libertad tiene sobre la salud y el desarrollo integral de ellas, la magnitud del sufrimiento de la población adolescente interna y las consecuencias negativas que tiene el internamiento sobre la futura reinserción.
Aislamiento penitenciario en Adolescentes y Jóvenes.
Si bien las legislaciones de justicia penal juvenil europeas y estadounidenses han procurado tomar en cuenta los estándares internacionales de protección a la adolescencia en conflicto con la ley penal, muchas de ellas prevén el uso de prácticas de aislamiento en instituciones penales para adolescentes (las prácticas de aislamiento cumplen con diversas funciones, pero principalmente se usan como sanción disciplinaria o como medio de contención). Estas prácticas están extendidas por Europa y Estados Unidos.
El aislamiento consiste en mantener a la persona adolescente sola en una celda, sin estímulos significativos o contacto humano suficiente durante la mayor parte del día. El aislamiento penitenciario juvenil se utiliza como un recurso de contención ante conductas que alteran el orden o funcionamiento del centro destinado al cumplimiento de medidas judiciales. Sin embargo, normalizar estos medios conlleva su uso como castigo físico y psicológico hacia las personas adolescentes privadas de libertad, lo que a su vez se constituye como una práctica de maltrato. El abordaje de las conductas disruptivas en personas privadas de libertad por el sistema de justicia penal juvenil debe hacerse desde un enfoque educativo, proporcionando medios para lograr la resolución de conflictos y la gestión emocional, en lugar de con una práctica que colisiona con los principios básicos de la justicia penal juvenil, cuyas consecuencias sobre la persona adolescente aislada a nivel físico, psicológico, psiquiátrico y social.
El posicionamiento de la comunidad internacional es claro: se aboga por la abolición del aislamiento penitenciario. Por un lado, los textos Internacionales que de forma implícita o explícita prohíben su uso son: la Convención sobre los Derechos de Niño, las Reglas de la Habana, los Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos y las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela). Por otro lado, los organismos internacionales que se han pronunciado en contra de esta práctica han sido: el Comité de los Derechos del Niño, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, diversos Relatores Especiales contra la Tortura y el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura. Es por ello que la práctica del aislamiento contradice a los códigos legislativos nacionales e internacionales, que promueven el contenido educativo y de reinserción respecto la conducta infractora en la adolescencia.
El Comité de los Derechos del Niño ha publicado recientemente la Observación general número 24, relativa a los derechos del niño en el sistema de justicia juvenil. La posición sostenida por el Comité en esta observación es la necesidad de reducir al mínimo el recurso a la privación de libertad y la necesidad de garantizar los derechos y el bienestar físico y psicológico de las personas adolescentes privadas de libertad (en consonancia con lo dispuesto en los artículos 37 y 40 de la Convención sobre los Derechos del Niño).
Como se ve, el abordaje de las prácticas de aislamiento en los centros penitenciarios de detención juvenil es un asunto de agenda pendiente, ya que parece haber un desajuste entre la protección integral de las personas adolescentes privadas de libertad y la legislación vigente.
Es por ello que para tratar esta cuestión Defensa de Niñas y Niñas – Internacional, DNI Internacional España, Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA) Justicia Juvenil Internacional (JJI) el Secretariado Internacional de DNI Internacional y el Campus Global de Justicia Juvenil, suman esfuerzos y convocan dos webinares especializados para abordar la cuestión del aislamiento penitenciario juvenil.
El primer día se contará con una mesa de expertos internacionales sobre justicia penal juvenil,
mientras que el segundo día se presentarán investigaciones empíricas para conocer la realidad del aislamiento penitenciario en centros de detención juvenil en diferentes países y seguidamente, se tratarán experiencias prácticas para su abolición a nivel mundial
UNICEF/Khan La incineración de basura contribuye gravemente a la contaminación del aire y al calentamiento global.
El
medio ambiente tiene una gama de influencias en la salud física, el
bienestar mental y el desarrollo pleno de los niños, pero la infancia mundial crece en entornos poco saludables,
rodeada de contaminantes nocivos y otros elementos que la perjudican,
debido a las prácticas consumistas de los países más ricos, revela un
informe divulgado este martes(24/05/22) por el Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (UNICEF).
El estudio alerta de las condiciones insalubres, peligrosas y nocivas creadas
por las naciones industrializadas, que incluyen una alta exposición al
aire tóxico, los plaguicidas, la humedad y el plomo, y sin acceso a una
luz adecuada, espacios verdes y carreteras seguras.
Estos daños ambientales, afirma UNICEF, son consecuencia del consumo excesivo en los países más ricos,
que contribuyen enormemente a la emergencia climática, agotan los
recursos naturales y generan grandes cantidades de residuos electrónicos
que se vierten el mundo en desarrollo.
Aunque el informe de UNICEF se limita a examinar comparativamente los casos de 43 países de
la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Unión
Europea, da una idea de la situación en la que se pueden encontrar los
niños de las economías más pobres del mundo.
La agencia de la ONU explica que si bien en una niñez sana el hogar
es un lugar seguro y estable, con alimentos suficientes y saludables,
agua limpia y una familia armónica, muchos niños, incluso en los países
más ricos, carecen de estos elementos y están rodeados de aire tóxico, contaminación por plomo, ruido fuerte o paredes con moho. Otros viven en casas demasiado oscuras, frías o abarrotadas.
Un niño pasa frene a un punto donde queman basura y materiales de caucho en Yenagoa, Nigeria. Foto: UNICEF/Tanya Bindra
Daños irremediables
“Las condiciones de vida insalubres dañan irremediablemente el bienestar mental y físico de
los niños, su desarrollo cognitivo y sus perspectivas de una vida feliz
y saludable. Para un niño que vive con altos niveles de tráfico o sin
suficiente espacio verde para jugar, las opciones para escapar o
contrarrestar estos peligros son pocas”, señala Gunilla Olsson,
directora de la Oficina de Investigación de UNICEF.
Los datos muestran que los niños de las familias más pobres y grupos
marginados no tienen una vivienda adecuada, lo que profundiza la
desventaja y perpetúa los ciclos de pobreza.
Fuera de la casa, el aumento de las temperaturas, la pérdida de biodiversidad,
los fenómenos meteorológicos extremos, la presión sobre los recursos
naturales y el creciente desperdicio son perjudiciales tanto para los
niños como para el planeta.
PNUMA Los niños y las mujeres embarazadas están expuestos al plomo tóxico de la pintura.
Harían falta varios planetas
El nivel de consumo en la mayoría de los países ricos requeriría 3,3 planetas Tierra si se replicara en todos los países. Y si el ritmo universal fuera igual al de Canadá, Luxemburgo y Estados Unidos, se necesitarían más de cinco planetas.
Además, los desechos electrónicos, el tipo de desechos domésticos de
más rápido crecimiento, contienen sustancias peligrosas que dañan el cuerpo y el cerebro, y cobran el mayor número de víctimas entre los niños.
Conscientes de los perjuicios que causan, las naciones más ricas,
-como Finlandia, Islandia, los Países Bajos y Noruega-, organizan
entornos más saludables en sus territorios para proteger a su infancia
mientras ponen en riesgo el presente y el futuro de los niños del resto del mundo al seguir destruyendo desproporcionadamente el medio ambiente global.
El análisis muestra que si se toman en cuenta los indicadores de
emisiones de CO2, residuos electrónicos y consumo general de recursos
per cápita en los países más ricos -como como Australia, Bélgica, Canadá
y Estados Unidos-, se observa que el impacto sobre el medio ambiente
mundial es grave y generalizado.
En cambio, en las naciones menos ricas de América Latina y Europa incluidas en el estudio, el impacto ambiental mundial es mucho menor.
Niño enfermo de neumonía. Foto: UNFPA
Los hallazgos
Entre los principales hallazgos, el estudio destaca los siguientes:
Más de 20 millones de niños de los países evaluados presentan niveles elevados de plomo en la sangre
Finlandia, Islandia y Noruega se sitúan en el tercio superior en la
provisión de un medio ambiente saludable para sus niños, pero se
encuentran en el tercio inferior mundial en materia de contaminación,
con altos índices de emisiones, residuos electrónicos y consumo
En Islandia, Letonia, Portugal y el Reino Unido, un 20% de los niños está expuesto a la humedad y el moho en su casa, mientras que en Chipre, Hungría y Turquía esa exposición alcanza al 25%
Muchos niños respiran aire tóxico fuera y dentro de sus casas.
México es uno de los países con más años de vida saludable perdidos por
la contaminación atmosférica, con 3,7 años por cada mil niños.
Finlandia y Japón se registran los datos más bajos, con 0,2 años
En Bélgica, Israel, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suiza, más del 8% de la infancia está expuesta a una elevada contaminación por plaguicidas
UNICEF sostiene que rectificar la injusticia y los daños causados por
las economías más ricas a la infancia de los países más pobres y hacer
realidad los derechos ambientales de los niños, requiere una acción política a todos los niveles.
“La cooperación internacional es necesaria para
encontrar soluciones globales. Pero algunos problemas pueden y deben ser
abordados por cada Estado. Todos los países deben tomar medidas tanto
individual como colectivamente”, asevera.
El informe concluye con cinco recomendaciones concretas para todos los países:
Concentrarse en los niños ahora y proteger su
futuro. Los gobiernos a nivel nacional, regional y local deben liderar
las mejoras en los entornos de los niños hoy, reduciendo los desechos,
la contaminación del aire y del agua, y asegurando viviendas y
vecindarios de alta calidad donde los niños puedan vivir, desarrollarse y
prosperar
Mejorar el entorno de los niños más vulnerables.
Los niños de familias pobres tienden a enfrentar una mayor exposición al
daño ambiental que los niños de familias más ricas. Con el fin de
reducir las desigualdades, los gobiernos y autoridades nacionales,
regionales y locales deben priorizar las inversiones para optimizar la
calidad de la vivienda y las condiciones de los barrios más marginados
Garantizar que las políticas ambientales tengan en cuenta a los niños.
Los gobiernos y los responsables de las políticas deben asegurarse de
que las necesidades de los niños estén integradas en la toma de
decisiones. La adaptación al cambio climático también debe estar a la
vanguardia de la acción tanto para los gobiernos como para la comunidad
mundial, y en varios sectores, desde la educación hasta la
infraestructura
Involucrar a los niños, que actualmente son los menos escuchados.
Los adultos que toman decisiones en todos los niveles, desde padres
hasta políticos, deben considerar las opiniones de la infancia en
incluirlas al diseñar políticas que afectarán a las generaciones
futuras. Los niños deben participar en los debates y decisiones
ambientales y en el diseño de sus entornos inmediatos
Asumir la responsabilidad global hoy y en el futuro.
Los gobiernos y las empresas, a través de regulaciones o incentivos,
deben identificar y mitigar su impacto global en el medio ambiente. Los
gobiernos deben implementar medidas efectivas ahora para cumplir sus
compromisos ambientales planteados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050
Para lograr estos propósitos, el organismo insta a los actores implicados a basarse en dos instrumentos internacionales: .- la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y .- la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
5 informes de cumplimiento restantes en el contexto de su evaluación de la medida en que las Partes de la Convención han implementado las recomendaciones contenidas en su informe especial "Proteger a los niños afectados por la crisis de refugiados de la explotación y el abuso sexuales". Estos informes se refieren al seguimiento de R7 sobre mecanismos para la recopilación de datos, R11 sobre protección de niños víctimas, R13 sobre coordinación y colaboración de diferentes actores, R31 sobre procedimientos adaptados a los niños y R37 sobre un enfoque coordinado entre las agencias responsables.
2da ronda de monitoreo La protección de los niños contra la explotación y el abuso sexuales facilitada por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
Corren tiempos oscuros. Tal vez por ello, la prensa del mes de abril, ha recogido noticias que reflejan un escenario hostil especialmente para niños, niñas, adolescentes y personas jóvenes. Las noticias encontradas ubican a los niños, niñas y adolescentes como víctimas de conflictos, de violencias o abusos y no así como sujetos que proponen, hacen, construyen y producen en los distintos contextos y la heterogeneidad que ello implica. En esta columna intentaremos hacer una reflexión sobre el lugar que asigna la prensa a la infancia en tiempos de guerra y fatiga pandémica; el manejo del lenguaje por parte de los medios de comunicación en temas que involucran a las infancias, los cuales muestran lenguajes adultocéntricos y poco inclusivos.
Es evidente que desde hace dos meses el foco informativo se centra en los efectos sobre la población civil de la invasión rusa en Ucrania por parte del ejército ruso. Por lo general, los niños, niñas y adolescentes en contextos bélicos son representados como las víctimas más indefensas e injustas (si se puede hablar en términos de justicia ante la violencia de la guerra). Siendo cierto de que la guerra sitúa a los niños y niñas en una extrema situación de riesgo, también es relevante el papel activo que adquieren para visibilizar y denunciar su situación con las herramientas que tienen a su alcance. La más importante, las redes sociales. A lo largo de la contienda han sido muchas las personas adolescentes que intentan mostrar y denunciar una guerra que ha impactado en sus vidas y su supervivencia de manera dramática.
Como en otros casos, las redes sociales resultan ser un buen recurso y aliado para evidenciar los efectos de la guerra en Ucrania en la vida de niñas, niños y adolescentes, y el severo impacto en su desarrollo; como medio para las frecuentes denuncias que realizan grupos de mujeres y niñas por las violaciones a las que les someten como “arma de guerra”....
Para terminar recordamos lo que escribiera Augusto Monterroso “cuando se despertó, el dinosaurio seguía allí”, cuando acabamos este artículo, la sombra de una terrible Guerra seguía allí. Esperemos que los próximos meses nos deparen mejores noticias.
En ESCAPARATE GSIA hablamos este mes Los horarios escolares: un no-debate con la ausencia de los más interesados. El creciente cuerpo de evidencia en la literatura
sobre cronobiología y cronomedicina cuestiona si la organización de los tiempos de aprendizaje escolar tiene en cuenta el tiempo biológico y, en particular, en relación con el tiempo para descansar y comer, y los ciclos de actividad académica alerta-fatiga (?). Tanto en los campos de los estudios de salud como de la educación, la preocupación es cada vez mayor por las consecuencias para la salud y el rendimiento académico de un desajuste permanente entre el reloj social y los relojes internos del estudiantado.
¿Y si los adultos hemos decidido el horario escolar sin tener en cuenta esos datos, y sin consultar a los interesados?.
Interesante Escaparate GSIA que conviene leer entero...
GSIA es una asociación sin ánimo de lucro, de carácter independiente, que fue creada hace 10 años por un pequeño pero apasionado grupo de profesionales de diferentes especialidades.
Su finalidad principal es la de contribuir al reconocimiento de los derechos humanos en la infancia y la adolescencia, a través del estudio, la formación, la sensibilización y la difusión de los mismos.
¡AYÚDANOS A MANTENER Y AMPLIAR NUESTROS PROYECTOS!.
Esta Guía considerará los derechos del niño, los derechos y responsabilidades pertinentes de los representantes legales de los niños y los intereses de los niños en relación con los de sus familiares.
La Guía debe estar dirigida principalmente a los profesionales de la salud, pero también debe ser accesible a los padres/representantes legales de los niños.
Objetivo: Fortalecer la participación de los niños en la toma de decisiones sobre asuntos relacionados con su salud.
La percepción general sobre la autonomía y protección de los niños está cambiando en términos de su capacidad para participar en la toma de decisiones. Esta tendencia es confirmada y reconocida por los instrumentos de derechos humanos, en particular la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que reconoce que los niños son titulares de derechos cuya capacidad de tomar sus propias decisiones evoluciona gradualmente.
Sin embargo, cuando se trata de su salud y bienestar general, existe incertidumbre sobre cómo abordar un mayor reconocimiento de su capacidad de toma de decisiones. Encontrar el equilibrio adecuado entre autonomía y protección es difícil cuando se considera que los derechos del niño son parte de un conjunto más amplio de derechos y responsabilidades de los padres que también se centran en el interés superior del niño.
Estas recomendaciones y orientaciones surgen del conocimiento que hemos recogido de nuestra experiencia sobre cómo se vive la revelación de la violencia sexual por parte de familiares y personas cercanas del entorno del niño, niña y adolescente (NNA) que la ha sufrido.
Por ello, pretenden servir como guía inicial en el momento de la revelación o descubrimiento.
Cada niño, niña y adolescente tiene sus necesidades, personalidad y circunstancias particulares, además de su propia forma de vivir la violencia sexual. Por lo tanto, ante cualquier duda, consulta con especialistas que puedan ayudarte sobre la decisión más beneficiosa para cada caso.
Adolescentes y progenitores tienen una perspectiva distinta sobre la devolución de la capacidad de decidir abortar sin permiso de los progenitores que Igualdad plantea en la reforma de la ley del aborto, pero coinciden en algo:
lo importante es prevenir, para no llegar a esa situación.
María, de 18 años; Alba, de 16, y Rosario, de 19. El País.
“Nunca he pensado en el aborto, la verdad, pero lo que sí sé es que no querría ser madre a los 16″. Lo dice Clara, acaba de cumplir 17 años, y asegura que este no es uno de los temas de los que habla con sus amigas. Tampoco Paula, Marta, Alba, Mía, Alicia, Marina, Bea, Mercedes, Lucía o Rosario.
El aborto no está entre sus preocupaciones y esperan que siga sin estarlo. A todas, menos a una, les parece bien la bajada de la edad a los 16 para abortar sin permiso de madres y padres que el Ministerio de Igualdad ha incluido en la reforma de la ley del aborto que irá el próximo martes al Consejo de Ministros. Y todas añaden algo: “Se lo diría a mi madre”.
¿Y si sus madres no estuvieran de acuerdo? Casi todas acaban respondiendo lo mismo: decidirían abortar. Para madres y padres es distinto. Las posiciones van del rechazo frontal al apoyo, aunque deseando que nunca llegue el momento. Muchos se debaten entre el respeto a la autonomía de sus hijas y el miedo a no saber qué pasa en sus vidas.
Lourdes Gaitán, doctora en Sociología y fundadora de Grupo de Sociología de la Adolescencia y la Infancia (GSIA) incide en los cambios vividos por la sociedad desde la primera regulación del aborto, en 1985. “No es lo mismo ser niña hoy que hace 20 años o 50. Las jóvenes tienen ahora acceso a tecnologías y medios de comunicación que les permiten adquirir experiencias y conocimientos, tienen más elementos para tener criterio”.
“Decir que somos niñas dependientes a los 16 y que a los 18 es como si explotara un globo y ya no lo somos es una raya arbitraria que usamos para tener el control de quienes son más pequeños que nosotros”, dice Gaitán. De ahí las repercusiones en el ámbito familiar. “Si nuestras hijas legalmente nos tienen que pedir permiso para trabajar y no pueden votar... ¿Para este momento si consideramos que están preparadas?”, reflexiona Silvia, que es madre.
Sí hay otros ámbitos en los que los 16 años son el límite: es la edad de consentimiento sexual y la establecida por la ley de autonomía del paciente. Gaitán lo enlaza con los derechos de los niños: “Padres y madres, la niña no es suya, no les pertenece”, afirma la socióloga a sabiendas de que es un concepto difícil de encajar. También para las adolescentes. A pesar del tan repetido “hago lo que me da la gana”, llegado un momento crítico, como un embarazo con 16 años, el muro de contención que puede suponer la familia, importa.
“Seguramente me harían tenerlo” Marta y Mía saben que la decisión de su familia pesaría más que la suya, y sienten además que así debe ser. Marta tiene 16: “Me parece bien [la bajada de la edad] por un lado, por otro no tanto. Al ser menor quizá el control lo deberían tener los padres”. Ella se lo contaría “primero” a su madre: “Sabría guiarme. Aunque seguramente me harían tenerlo”. Mía, que cumplió 18 en abril, es la única que no está de acuerdo con el límite en los 16: “Los padres están para algo. A la primera que yo avisaría sería a mi madre. A los 16 hubiese abortado seguro, ahora con 18… Creo que no”. Y Lucía, de 17, piensa “en todas esas que no tienen la confianza con sus madres”.
Esas, dice Ada Santana, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes, son la parte vulnerable: “Es preocupante que una mujer de 16 años se quede embarazada, pero las que nos preocupan más son las que no podrán contarlo en casa, es a ellas a quienes tenemos que proteger”. Juan José, padre, le da vueltas a eso: “El problema está en familias en las que si el padre se entera de que la hija está embarazada, le pega una paliza... Y si el embarazo se vuelve peligroso, ¿depende de que ese padre la autorice?”. Pueden parecer situaciones extremas, pero ocurren.
Santana apunta a las muchas madres que defienden su derecho a “proteger a sus hijas”. ”¿Entienden que sus hijas no tienen capacidad para decidir abortar pero sí para ser madres a los 16?”. Marina, que cumplirá 16 años el próximo agosto, habla de “locura” y de cómo “es comprensible lo que sienten los padres”, pero “en ningún caso se puede permitir que decidan” sobre eso: “Me pongo en la situación de que me obligaran a tener un bebé el año que viene y se me viene el mundo encima”.
La rotura del patrón hogar y familia a favor del desarrollo personal En las últimas décadas las generaciones han crecido y se han socializado de otra manera. Sobre todo las mujeres. “Las chicas jóvenes rompieron ya casi del todo con aquel patrón de que a los 18 el sueño es casarse y tener hijos”, expone Santana. Las mujeres han conquistado espacio público y libertad. “Las nuevas generaciones no están dispuestas a renunciar a eso, hay un cambio de concepción que pasa por crecer, desarrollarse profesionalmente, encontrar su autonomía...”, añade.
El estudio de maternidades juveniles de la Fundación Fad Juventud, de 2017, que recogió datos de mujeres entre los 18 y los 35 años, refleja que la inmensa mayoría entre los 18 y los 24 no querían ser madres en ese momento (64,8%), un 12,8% no sabía si le gustaría o no ser madre y un 10,2% tenía claro que no quería tener hijos. Solo un 8,1% respondía “pronto” a la idea de tenerlos. Rosario, que con la ley actual puede abortar desde el año pasado, tiene claro que hace tres años, cuando tenía 16, hubiese ido “de cabeza” a contárselo a su madre: “Y abortar. No tenía el cuerpo, ni la mentalidad, ni el dinero, ni nada para tener hijos. Si tengo uno para que lo cuiden mis padres no quiero”.
Según el último informe del Ministerio de Sanidad sobre interrupción voluntaria del embarazo, con datos de 2020, la tasa de mujeres por cada 1.000 que abortan por debajo de los 19 años es la segunda más baja, con un 7,41 y ha descendido a casi la mitad desde 2011 (13,68). Solo la de mujeres por encima de los 40, con un 3,97, es menor. Y la más alta está en la de 20 a 24, con 15,81.
Educar, prevenir, educar, prevenir
En el origen está la forma de evitar “algo que no es banal”, resalta Lourdes Gaitán: “El aborto es un riesgo físico y psicológico. Para prevenirlo es necesario promover el acceso de chicas y chicos a medios anticonceptivos y promover que los chicos los usen”. A veces, dice el informe Entre la confianza y la violencia: ambivalencias en las sexualidades juveniles, de Fad, tanto la píldora del día después como la interrupción voluntaria del embarazo “se plantean como atenuantes de la gravedad de un posible embarazo no deseado”. Y matiza: “Esta idea suele ser planteada por los chicos”. La clave en este punto es la educación afectivo sexual.
En el documento que maneja su área, se hace referencia a que la reforma “viene a cubrir las lagunas de la regulación anterior”. Y se lee: “Se amplía el objeto de la norma, dando un mayor peso a la educación sexual, que pasa a ser obligatoria en todas las etapas educativas”. También se alude a campañas periódicas institucionales y contempla “la incorporación de contenidos de calidad, adaptados y suficientes sobre salud, derechos sexuales y reproductivos en las carreras relacionadas con las ciencias jurídicas, las ciencias de la educación, las ciencias sociales y en los currículos de oposiciones vinculada a estas”.
“Lo que sí sé seguro es que una chica de 16 años no está capacitada para ser madre” Álvaro García es profesor de secundaria en un instituto madrileño y cree que “hay niveles de madurez distintos a los 16 años”. Pero lo que “sí” sabe, “seguro”, es que una chica de 16 “no está capacitada” para ser madre. “Tiene que aprender y experimentar muchas otras cosas antes. Además, los cuidados no recaen solo en ella sino en la familia”. Para este educador, “es preferible que con esa edad reciba atención psicológica pública de un profesional que la ayude a valorar su situación y tomar una decisión a que la familia, que muchas veces por convicciones no piensa en las consecuencias, decida por ella”. La confianza que se haya trabajado en cada casa es fundamental. Cristina, madre, tiene “abierta” la puerta a sus hijas, “para todo, y ellas lo saben”. Pero es consciente de que “no en todas partes es igual”. Gaitán, la socióloga, se decanta por que “no necesiten permiso pero sí consulta, apoyo”.
Paula, que cumplió en marzo la mayoría de edad, cree que “los padres son tutores y no estaría bien hacerlo sin que lo supieran”. Alba, de 16, “jamás lo haría” sin decírselo a su madre: “Ella me acompañaría, yo me sentiría más tranquila”. María, ya con 18, va más allá, pero también con su madre: “Eres tú quien tiene el bebé, es tu decisión. Eso sí, yo se lo diría a mi madre, sería la única persona a la que se lo diría”.
Hace unos días, Leslie Jamison, ensayista estadounidense, escribía en este periódico: “La crianza de los hijos cambia completamente los pilares básicos de la experiencia: tiempo, sueño, dinero, soledad. En otras palabras: cada momento del cuidado de los hijos —cada hora, cada día— es un argumento de por qué es importante que la maternidad y la paternidad sean una elección. El aborto no tiene que ver únicamente con el embarazo o el parto; tiene que ver con toda esa vida que le sigue: una vida de responsabilidad absoluta, sin paliativos, sin interrupciones; y también con la vida del niño”.
"La cosa es no llegar ahí" “La cosa es no llegar ahí, digo yo”. Habla Bea rapidísimo, a punto de cumplir los 18, en un audio de Instagram: “A veces el problema es cómo no llegas ahí, porque no veas si hay trampas por el camino: cuando hay que convencer a tu novio, o no tu novio, de que o con condón o nada”, o “cuando te crees que porque estás enamorada ya no hace falta”.
El informe Entre la confianza y la violencia: ambivalencias en las sexualidades juveniles, de Fad Juventud, ahonda en “la carga que se traslada a las mujeres, en muchos de los casos, a la hora de conseguir que se introduzca el preservativo dentro de la relación sexual”. Eso genera, según el informe, “un escenario de fuerte desigualdad" a la hora de "abordar la prevención en el marco de sus relaciones sexo afectivas”.
Mercedes no sabe explicar “por qué, pero está como la cosa de que si le dices lo del preservativo se va a molestar” y “a veces, cedes”. Pero sí sabe que “al final, si pasa algo, a la que le caen las consecuencias es a ti”. El estudio de Fad constata “los procesos de dominación y las situaciones de desprotección a las que se enfrentan las jóvenes hoy día donde ellas aún siguen soportando, en muchos casos, todo el peso, simbólico y físico, tanto del uso del condón como de asumir las consecuencias”.
* Isabel Valdés: Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.