Repensando el trabajo de los niños


Con motivo de la próxima celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, publicamos este articulo de nuestra compañera en el grupo GSIA, Lourdes Gaitan.

Repensando el trabajo de los niños

Lourdes Gaitán Muñoz


La interpretación adulta de la vida de los niños cuenta en su haber con un repertorio de clichés para aplicar en cada caso, sin necesidad de entrar en mayores consideraciones. Uno de tales clichés se refiere al trabajo, el cual, por definición, se considera inadecuado en esta etapa, destinada sobre todo a la preparación para el ingreso en la sociedad adulta, donde el individuo contará ya plenamente como ciudadano.

Sin embargo, hablando en términos generales, podemos afirmar que los niños no han dejado de trabajar nunca. En las sociedades más antiguas su trabajo se desarrollaba en el ámbito doméstico, colaborando en las actividades agrícolas o artesanales que sostenían la economía familiar, o bien realizando tareas del hogar o colaborando en el cuidado de sus miembros más dependientes (ancianos, impedidos o niños más pequeños). En la primera industrialización, junto con las mujeres y los hombres, pasaron a engrosar un ejército de mano de obra barata. Pero a medida que aumentaba el grado de mecanización en la industria, no eran ya necesarias manos pequeñas, sino manos hábiles, así como destrezas y conocimientos que se adquieren fuera del ámbito fabril. Los niños pasaron así de la fábrica a la escuela con objeto de ser formados como un capital humano cada vez más especializado y capaz de responder a los requisitos de las nuevas formas de producción.

No es sólo, por lo tanto, una motivación de carácter reformista, sino también las necesidades del mercado las que sacan a los niños de los canales formales del trabajo remunerado por cuenta ajena. A la vez el trabajo doméstico de los niños (o más especialmente, de las niñas) continúa, si bien, como cuando lo realizan las mujeres, éste es un trabajo invisible, que no alcanza valoración social, pese a su evidente repercusión económica, tanto en el nivel intrafamiliar como en el general. En adelante, la escuela se define como la principal actividad propia de los niños y, aunque en realidad la formación forma parte del proceso productivo, la tarea escolar no es considerada como actividad socialmente útil, sino como un beneficio que se concede a los niños.

Los niños no constituyen un mundo aparte, pese a que la sociedad adulta haya decretado una suerte de moratoria para ellos respecto al ejercicio y disfrute de sus derechos como personas,  a que se empeñe en construir una campana aislante en torno a ellos o en recluirlos en una especie de “reserva” considerada como apropiada para el desarrollo de su vida “infantil”. Porque no constituyen un mundo aparte, las razones para que los niños, hoy, trabajen, las condiciones en las que lo hacen, y el valor de su trabajo para sí mismos, para su grupo familiar y para su comunidad o su país, no son ajenas, sino que están estrechamente relacionadas con las condiciones económicas, sociales y culturales que rigen en su entorno, tanto local como global.

EL TRABAJO DE LOS NIÑOS EN EL SUR forma parte de las estrategias de supervivencia que las familias ponen en marcha ante situaciones de precariedad y ausencia de políticas sociales adecuadas, y representa un aporte concreto, valioso y esencial para el sostenimiento de las mismas. Pero no sólo es eso; también como en el pasado fueron otros niños, lo son ahora estos parte de una subclase disponible para desempeñar una clase de trabajos, bien en la economía formal, bien en la informal, que requieren menor o ninguna cualificación, o son menos valorados y más penosos. Una subclase que resulta funcional  a un sistema económico que requiere costes salariales cada vez más bajos. La escuela es muchas veces una alternativa difícil para ellos, en primer lugar por su escasez, y en segundo porque no representa una oportunidad clara de mejora si no va acompañada de cambios en el acceso al mercado de trabajo.

EL TRABAJO DE LOS NIÑOS EN EL NORTE se produce, de una parte, a edades más avanzadas y, de otra, supeditado al trabajo escolar que aquí sí es accesible y se presenta acompañado de valores positivos en las sociedades meritocráticas. Precisamente cuando la formación deja de aparecer como medio para alcanzar o mantener una posición, o para acceder a bienes de consumo, el trabajo se convierte en una alternativa más atractiva que la escuela, lo que se refleja en el absentismo o el abandono de la escolaridad.

Lo que asemeja bastante al trabajo de los niños en el Sur y en el Norte es la valoración que los propios niños hacen del mismo, viéndolo como una fuente de reconocimiento y autoestima, que les proporciona un sentimiento de autonomía, y les permite adquirir experiencia o aprender de forma práctica. Esta visión podría cambiar la concepción adulta acerca del lugar y el papel del trabajo en relación a los niños mas, como en otros temas, su voz no se escucha y su opinión no cuenta, siendo los mayores quienes definen su espacio y determinan lo que es mejor para ellos.

Como el presente, tampoco el futuro del trabajo de los niños puede imaginarse de forma aislada e independiente de la evolución de la economía y del mercado de trabajo en general. Frente a la explotación cabe escribir un futuro en el que el trabajo (entendido no sólo como mercancía, sino también como actividad humana con un componente económico y otro componente social que repercute en beneficio de toda la comunidad) pueda reportar satisfacción a la persona que lo realiza (sea ésta mayor o menor de edad) así como medios suficientes para atender a sus necesidades. Y llevarse a cabo de forma compatible con la formación, el juego, la diversión, la convivencia con otros y la autorrealización.

9 comentarios:

  1. EStoy de acuerdo con el enfoque y con el denso contenido de este artículo.
    Ante el trabajo infantil nos parece extraño pensar en la clave de lo que vive, y para lo que le sirve su trabajo infantil para el niño y adolescente.
    A priori pensamos, ¡qué pobrecitos, cómo les explotan!.
    Parece muy acertado preguntarles a ellos, y en sus contextos, qué significación y vivencia tiene su trabajo infantil para ellos.
    Además se podría pensar que clase de influencia tiene el trabajo infantil en la madurez psicosocial de los niños y adolescentes trabajadroes

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  2. Lourdes; antes que todo aprovecho para saludare y agradecerte por el artículo que siempre sirve como disparador de las reflexiones. Creo que el artículo refleja una parte de un problema que necesariamente debe facilitar la opinión de las/los propi@s niñas y niños en este proceso de opiniones. Sin embargo y en general como sucede en el diseño de las política los nna muy pocas veces son consultad@s. Pero creo que jamás se debe perder el enfoque de hacia dónde o debemos mirar o qué infancia deseamos como sociedad. Seguramente que desde la mirada sociológica que le das al tema habría que matizar muchas cuestiones y formas de trabajo infantil que atañen a millones de niñas y niños. Creo que no sirve la polarización de la mirada proteccionista vs la mirada abolicionista. Debemos ser capaces de matizar sin generalizr sobre un problema que en el fondo esconde la forma de un mundo capitalista donde la precariedad del trabajo adulto, la falta de oportunidades, la desigualdad y la exclusión, la falta de acceso a servicios públicos y el trabajo infantil, entre muchas otras cosas, son parte de un sistema capitalista que posterga el desarrollo de una infancia mas saludable y una sociedad con mayor justicia social. Matizaría que no es lo mismo la niña que trabaja en la casa que la niña que lo hace en la agricultura siendo banderillera y expuesta a los pesticidas; tampoco es lo mismo el niño que se dedica aal reciclaje que al que se mete en una mina de carbón o que está en las ladrilleras. Por eso priorizo la no generalidad de un tema que guarda una complejidad que necesariamente debe ser cuidada para evitar caer en esta polarización. Te saludo nuevamente agradeciendo tus escrito que posibilita y facilita el intercambio de opiniones.

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  3. Estoy de acuerdo en que los niños no son escuchados...

    En el mundo hay 400 millones de niños esclavos. La esclavitud de seres humanos es inmoral. Desgraciadamente es una pieza clave en el engranaje de nuestro sistema capitalista. Hay niños, como Iqbal Masih, que han luchado contra la esclavitud, que han tomado la palabra y la han llevado a las máximas consecuencias.

    400 millones sometidos a trabajo esclavo, privados de libertad para que se sostenga nuestro frenético ritmo de consumo.

    No les escuchamos...

    Un tema delicado el que planteas, las multinacionales utilizan argumentos parecidos para justificar la explotación de niños. El sufrimiento de esos niños, su dolor, no es relativo.

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  4. Lourdes Gaitán13 jun 2011, 23:13:00

    Estimados Matías, Santano y Anónimo ¡cuánto me alegra haber provocado vuestros acertados comentarios! Es cierto que no existe lo simple, sino la simplificación, y este tema es una cuestión compleja que se simplifica cuando se pretende situarlo en la oposición entre dos "ismos" (proteccionismo y abolicionismo). Darnos cuenta de esto nos obliga a revisar el resto de las simplificaciones que asumimos sobre este tema, y a reflexionar sobre los procesos colectivos de construcción de significados sobre determinados hechos de la realidad social. Por ejemplo, y para seguir pensando juntos: yo opino que "trabajo infantil" y "trabajo de los niños" son conceptos distintos: hablar de trabajo infantil remite a la idea de un trabajo pequeño, subterráneo, vergonzante, infravalorado, desprotegido... mientras que hablar del trabajo de los niños me remite a la valoración de la contribución de los niños al bienestar colectivo, en cualquiera de sus dimensiones, sea como trabajo escolar, como trabajo doméstico o como trabajo económicamente productivo. Otra cosa que pienso es que la explotación laboral es explotación, y no trabajo, la realicen niños o mayores. Hay diferencias muy notables entre las multinacionales justificando el "trabajo infantil" y los niños trabajadores defendiendo sus derechos. Desde mi punto de vista la razón de fondo sería tanto el consumismo inducido como la ausencia de justicia social.

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  5. La realidad de la mayoría de los niños del mundo hoy es la esclavitud. Y ante esta reslidad debemos posicionarnos.

    Relativizar sobre un tema así es reaccionario y una putada para los que están sufriendo. Si mi hijo tuviera que extraer coltán en una mina del Congo durante jornadas interminables en terribles condiciones, seguro que ni el ni yo nos plantearíamos ese debate, no buscaría nuevos conceptos... Ese debate lo tenemos nosotros, que vivimos muy bien y que tenemos una mentalidad tan burguesa que nos impide ver la realidad con claridad.

    O estamos a favor de los niños o contra ellos. Y hoy la mayoría están sufriendo la esclavitud.

    Aurora

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  6. Solo agregar a lo que comenta Lourdes que -como sucede en estos temas- escasamente se considera la opinión de las propias niñas y niños que trabajan, sobre las causas, consecuencias y formas de abordar/estudiar/intervenir este fenómeno social.
    Y principalmente qué hacen ellas y ellos frente a este tema, es decir, considerarles verdaderamente como "sujetos de derechos" y no meros "objetos" de la protección adulta.

    Por este tiempo estoy realizando una estancia en Perú y he conversado con las niñas y los niños trabajadores sobre este punto y realmente puedo asegurar que la situación es bastante compleja, coincido con Lourdes en que no caben reduccionismos.
    Creo que se trata de un tema de fondo: cuál es el concepto de niñez que subyace a este tipo de políticas de la OIT o Telefónica, especialmente, sobre la niñez excluida y vulnerada.

    Siguiendo con el hilo de la discusión, quisiera aportar con un breve pronunciamiento que ha elaborado el MANTHOC de Perú respecto al día de la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT (va adjunto).

    Cariños desde Lima,

    Dra. Iskra Pavez Soto
    Grup d'Estudis d'Immigració i Minories Ètniques (GEDIME)

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  7. Porcedemos a publicar el contenido del
    Pronunciamiento que ha elaborado el MANTHOC de Perú respecto al día de la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT


    “35 AÑOS DE VIDA Y ACCIÓN PROTAGÓNICA DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES, PROMOVIENDO LOS DERECHOS DE TODA LA INFANCIA”

    LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES UNIDOS POR UN TRABAJO DIGNO SIN EXPLOTACIÓN NOS PRONUNCIAMOS

    Somos el Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos – MANTHOC, que agrupamos a 3 mil niños, niñas y adolescentes trabajadores-NNATs- en 13 regiones del Perú, con 35 años de vida y acción promoviendo los derechos del niño, niña y adolescente para mejorar sus condiciones de trabajo, educación, salud, recreación y participación ciudadana, y luchamos contra
    toda forma de explotación laboral hacia los NNATs.

    En marco al Día Mundial Contra el Trabajo Infantil queremos manifestarle a la opinión
    publica lo siguiente:

    1. Hay muchas organizaciones e instituciones que manifiestan que se debe erradicar el trabajo infantil y no toman en cuenta lo que se expresa detrás deesta frase. Somos un aproximado de 3 millones de NNATs que trabajamos y afrontamos una situación de pobreza y pobreza extrema. Frente a esto, las
    medidas que se toman son la prohibición y la culpabilidad a nuestros padres; cuando la realidad es que es un problema más grande que se debe a la mala distribución de la riqueza, que siempre beneficia los intereses de los que tienen más y los que tienen poco deben esperar con paciencia su turno. Con reprimirnos solo conseguirán que nos acostumbremos a programas
    asistencialistas y esperar a que nos llegue la caridad de la gente.

    2. Nosotros los peruanos, por herencia histórica, hemos recibido la cultura del trabajo y no se le miraba como condena. Por el contrario, era realizado en condiciones de acuerdo a la edad. Los más pequeños realizaban el trabajo de pastoreo, otros acompañaban a sus padres en la agricultura o pesca para aprender de ellos. De ese modo iban trabajando y no primaba el sentido económico; sino el de transmitir conocimiento y el seguir adelante con las comunidades andinas y el respeto a la madre tierra.

    3. Los NNATs organizados de la costa, sierra y selva del Perú, que trabajamos en condiciones dignas, convivimos diariamente con el trabajo como fuente de desarrollo para nuestras familias, ya que aportamos en el sustento económico del núcleo familiar, y como elemento significativo en nuestra formación personal, ya que nos provee de conocimientos y habilidades que complementan nuestra educación.

    4. El trabajo infantil desarrollado en condiciones de explotación, con malos tratos, hacia los NNATs vulnera su dignidad como ser humano y obstaculiza su formación integral, el trabajo por sí mismo no es malo; sino se debería
    considerar como delito a todas las labores que realizamos los trabajadores en el Perú.

    5. Pedimos y exigimos a nuestras autoridades que no se fijen solo en programas asistenciales de perspectiva caritativa, que a la larga son acciones represivas para erradicarnos; sino también en planes y programas sociales, de desarrollo de nuestra creatividad de modo productivo, en los que podamos aprender una
    labor y desarrollarla en condiciones dignas, de la misma forma proveer un trabajo con mejor remuneración para nuestros padres.

    ¡NO AL DIA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL!

    ¡VIVAN LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES!

    ¡VIVA LA DIGNIDAD DE LOS NNATS!

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  8. Adjuntamos la opinión de los NNAts sobre el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en el siguiente enlace. Es su pronunciamiento de 2010:
    http://www.manthocperu.org/contenido/index.php?option=com_content&task=view&id=70&Itemid=62

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  9. Horacio: Acabo de perder mi comentario al pulsar "vista previa". Después de hacer largas consideraciones sobre lo difícil de llevar a la práctica alguna solución, partiendo de la premisa que es de utilidad permitir el trabajo infantil en determinados casos, propuse considerar el otorgamiento de "licencias" infantiles para trabajar,que garanticen la debida vigilancia de los participantes en cuanto a seguridad y alcance de objetivos y anhelos de esos trabajadores infantiles o juveniles.

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