“La infancia pobre siempre fue vigilada y castigada”. Entrevista a



 respecto de las complejidades e intereses detrás de la propuesta del Gobierno (Argentina) para bajar la edad de imputabilidad. 

Medida que, según él, “criminaliza la niñez”.

Por Roberto Álvarez Mur
En pleno marco de debate respecto de la propuesta del macrismo para bajar la edad de imputabilidad de dieciséis a catorce años, diversas asociaciones del campo de los derechos humanos y el ámbito jurídico manifestaron rechazo a la iniciativa y la necesidad de abordar la problemática desde una perspectiva de inclusión y protección de los derechos de la infancia.
–Se ha hablado de los “jóvenes que cometen delitos” como un problema en sí mismo. ¿Qué intereses enmascara la instalación de ese debate?
–En primer lugar, creo que hay una concepción de “juventud” o “las juventudes” en este Gobierno muy clara, que es absolutamente negativa. Hay una construcción de un estereotipo mediático de juventudes que, podríamos decir, se reduce a “ser joven es ser sospechosos”. Los medios construyen esa sospecha y especialmente en aquellos que pertenecen a los sectores populares, de esos barrios. La discusión debería ser por reforzar los derechos humanos de los adolescentes y no generar mayores mecanismos de control de los que existen.
Muchos de los adolescentes que hoy cometen delitos es porque las Policías los utilizan como mano de obra barata y las organizaciones criminales también. Cometen delitos porque son eslabones débiles y están en situación de vulnerabilidad. Creo que ese reclutamiento juvenil es uno de los grandes problemas que se avecinan con la pauperización de las juventudes y debe ser encarado con políticas educativas.
–En el decálogo elaborado para una Ley Penal Juvenil se hace hincapié sobre “la no criminalización de las vulneraciones a los derechos de la niñez”. ¿Existe hoy esa criminalización a la niñez?
–Hoy existe un terrible sistema punitivo que se dedica directamente a construir, de alguna manera, un modelo de juventud negativa en función de estereotipos sociales estéticos. Los medios construyen a partir de ahí un imaginario y los sistemas policiales selectivizan sobre ese imaginario. Y el Poder Judicial, finalmente, lo consume haciendo prisionalización de ese imaginario selectivizado. Después, está el sistema carcelario que le pone el moño y lo encierra. Ese sistema está dividido hoy entre institutos de menores y las cárceles, que casi no tienen diferencias entre sí. Ambos tienen lógicas de depósito.
En ese sentido, ¿se construye un tipo de niñez que resulta, de algún modo, castigable y perseguible?
–Históricamente, la infancia pobre ha sido castigada. Es decir, siempre se debió vigilar y castigar a la infancia pobre y vulnerable. Pero hace diez años, la infancia pobre y vulnerable era controlada a través de un sistema que era el Patronato de la Infancia, que consistía en el control por parte de Policías, y encerraban selectivamente a esos niños que encontraban en situación de vulnerabilidad, como si fueran objetos. Pero el dispositivo de poder, como diría Foucault, cambió. Lo que hoy existe es la peligrosidad de la infancia.
El control de la infancia ya no es a través del Patronato sino a través del “peligrosismo” juvenil, que consiste en sistemas policiales agresivos que detectan a jóvenes en la vía pública y directamente aplican este sistema de criminalización. Y los castigos llegan a instancias extrajudiciales, como pueden ser la tortura, el gatillo fácil, o incluso la desaparición de un joven.
–La criminalización de las juventudes ¿siempre está circunscripta a una lógica de clases sociales?, ¿o abarca a todos los estratos?
–A veces los sociólogos hablan de “clasismo judicial” en los sistemas de infancia. El sistema policial siempre selectiviza a los mismos, de los mismos barrios. Buscan siempre a los mismos jóvenes con maneras de hablar o de vestirse. Cometan o no cometan delitos. Lo cierto es que el sistema policial va a buscar a esos. Eso no significa que no haya otros jóvenes de otros sectores que no caigan en estas lógicas, lo que pasa es que  el sistema policial no los va a ir a buscar, porque en el imaginario que construyen los medios sólo tienen que ingresar los mismos de siempre. El sistema de criminalización juvenil está construido sobre la pobreza. Por eso, cuando uno piensa un sistema penal juvenil, debe pensarlo para todos, no para un sector.
–¿Cómo se puede articular, entonces, una defensa integral para los derechos de la infancia en su totalidad?
–Uno de los puntos principales del decálogo es el de robustecer la defensa de la niñez y la infancia a través de mecanismos de defensa de derechos humanos. Lo más importante de estos instrumentos de leyes es que no deben servir para criminalizar a los adolescentes, sino para dotarlos de mayores derechos y garantías para enfrentar el sistema penal.
Un ejemplo de eso es la creación de los Defensores del Niño, algo que nunca pasó. Hay un mandato a nivel provincia y nación de crear esa figura y nunca se creó. La figura del abogado del niño ante los procesos civiles. Hay provincias como Catamarca, Córdoba o Santa Fe donde ni siquiera existe el Defensor Penal Juvenil, por lo tanto los niños tienen defensores de adultos. Lo que debe garantizarse es el derecho de Especialidad, ahí hay otra clave. Se habla de la baja de la edad pero no de todos estos otros problemas. Por otro lado, es una deuda urgente que el Congreso derogue los decretos legados de la dictadura y sancione una Ley Penal Juvenil de la democracia.
–¿Qué efectos determinan el Decreto-ley 22.278 y la Ley 22.803 y por qué es urgente su derogación?
–Produce efectos brutales, porque está dirigida directamente a los pobres, permite que se apliquen incluso penas perpetuas en niños. Permite que se utilice a los niños como objetos de tutela y permite el secuestro de adolescentes y su transferencia a una institucionalización. Por eso deben ser derogadas lo más rápido posible, pero no en el sentido que Garavano lo está planteando. No solamente fijado en la baja o no baja de la edad.
–Teniendo en cuenta esta propuesta actual y lo que fue la gestión de 2016, ¿qué modelo de ley está instaurando Cambiemos frente a la sociedad?
–Creo que el paradigma de “ley y orden”. Tal como lo demostraron las reformas impulsadas por Blumberg en 2004, lo único que dejaron entrever es su ineficacia para combatir el delito. En ese sentido, lo que se busca es poner pantallas de humo que no resuelve el problema de fondo, que es una juventud que necesita ser encarada a través de políticas de prevención social y no a través de políticas punitivas.
Una nueva Ley Penal Juvenil –que es necesaria– se debe discutir sobre la necesidad de dar a los jóvenes garantías y no criminalizarlos. El Gobierno actual está pensando en un concepto de juventud muy restrictivo. Son sólo los adolescentes de barrios y colegios privados los que cuentan y son considerados por estas políticas. Y esos adolescentes también son un estereotipo.
*Julián Axat, abogado y especialista en juventud, forma parte del equipo de abogados que elaboró los “Diez puntos básicos para pensar una futura Ley Penal Juvenil Nacional”, divulgado en estos días como respuesta a la avanzada de Germán Garavano para reducir la discusión a la edad de imputabilidad. 



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Más de 3.000 menores extranjeros vagan por España,

 sin sus padres



Sólo en 2015 entraron por las costas españolas 414 menores, 
un 85% más que en 2014. 
De esta desprotección sacan partido las mafias de trata de seres humanos. 

El último registro de menores desprotegidos corresponde a 2015 y eleva la cifra a 3.342 niños en esta situación. En la imagen, un niño mendigo duerme junto a un perro en la calle. EFE
Foto EFE
El último registro de menores desprotegidos corresponde a 2015 y eleva la cifra a 3.342 niños en esta situación. En la imagen, un niño mendigo duerme junto a un perro en la calle. 

Ese es el dato acumulado, pero el que reflejó el propio 2015 no fue menos preocupante: 414 niños llegaron a las costas españolas en pateras u otras embarcaciones rudimentarias. En comparación con los años precedentes, supone un 85,65% más que en 2014, cuando llegaron 223, y un 160% si se observa 2013, cuando hubo 159 casos.


La desprotección de los menores la aprovechan las mafias de trata, que trafican directamente con ellos o chantajean a sus madres para que se prostituyan si quieren volver a verlos.

Esta desprotección es aprovechada por las redes de trata, que, o bien trafican directamente con ellos, o chantajean a sus madres para que ejerzan la prostitución si quieren volver a verlos, secuestrando a los menores (en buena parte, bebés) y recluyéndolos en pisos donde se hacinan junto a otros en esta situación, en provincias diferentes de donde están sus madres o directamente en el extranjero. 

Según datos de la memoria de la Fiscalía de Extranjería de 2015 (la última publicada), en donde se recogen todas las sentencias judiciales relativas a delitos de trata en ese año, y a los que ha tenido acceso el semanario de información religiosa Vida Nueva, estamos ante un drama de enormes dimensiones. 

Si hablamos de niñas vendidas por sus padres a las mafias y traídas desde Nigeria o Rumanía, nos encontramos con 45 menores prostituidas en pisos, teniendo además siete de ellas algún tipo de discapacidad intelectual.

Secuestro, tortura y prostitución de menores

En este punto, resulta estremecedor conocer algunas de las historias reseñadas en las sentencias judiciales. Es el caso de la protagonista de la sentencia 34/2015, una chica rumana de 15 años traída engañada desde Bucarest y obligada a ejercer la prostitución.

"Tras ser brutalmente torturada, la chica de 15 años fue exhibida ante el resto de mujeres, para que vieran las consecuencias de desobedecer e intentar huir”.

Tras sufrir palizas, consiguió huir con la ayuda de un taxista. Pero, una vez que la mafia dio con ella, meses después y la volvió a recluir en un piso de Valdemoro (Madrid), pasó por este castigo: “El acusado la azotó repetidamente con un cable doblado en dos por todo el cuerpo, propinándole puñetazos en toda la cara y clavándole lentamente la punta de un cuchillo en diversas partes de su cuerpo, como cuello, piernas y manos, golpeándola también con una barra de hierro en ambos brazos. Asimismo, le realizó un tatuaje en la cara interna de su muñeca derecha, consistente en un código de barras. (…) 
Con una máquina de afeitar, le rasuró el cuero cabelludo y las cejas, y le pulverizó harina en el rostro con un secador de pelo, mientras se reía. A continuación, le colocó una peluca de color rojo, le golpeó la cara con guantes de boxeo y le roció la cara con un spray. (…) A la mañana siguiente, fue exhibida, en las condiciones referidas, al resto de las mujeres que se hallaban en la vivienda, con el propósito de que estas vieran las consecuencias en caso de desobedecer e intentar huir”.

La Fiscalía de Extranjería aconseja espacios seguros ajenos a la Administración en los que las mujeres puedan vivir con sus hijos  para que éstos no acaben abandonados
Un caso similar es el que recoge la sentencia 25/2015, relativa a dos menores rumanas, hermanas mellizas de 16 años, que fueron vendidas por su madre para ser prostituidas en nuestro país. Primero estuvieron en un piso de Gerona, sin recibir remuneración. Luego, en Málaga, fueron explotadas sexualmente en dos clubes de alterne, llevándose apenas la mitad de las ganancias. 

En Ávila, pasaron por un parecido trance otras dos ciudadanas rumanas, explotadas por dos compatriotas hermanos. Una fue internada en un piso, extorsionada tras ser separada de su hijo. Fue violada salvajemente hasta en tres ocasiones por cada uno. La otra fue forzada a prostituirse en clubes de Ávila y Segovia, en régimen de acuartelamiento y sin recibir ningún salario.

Chantaje a las madres

La sentencia 292/2015 muestra el horror vivido por una madre nigeriana y su bebé. Su llegada en patera le supuso una deuda estratosférica de 35.000 euros. Para asegurarse de que la pagaba, los tratantes la sometieron a un rito vudú. Fue así como abandonó el Centro de la Cruz Roja en el que estaba con su hijo y llegó a Valmojado (Toledo).

Al poco de ingresar en centros de protección con sus hijos, las víctimas de la trata los abandonan por la influencia de las mafias que las chantajean.

Ellos la explotaron sexualmente en Poitiers (Francia) mientras su bebé se quedaba aquí, maltratado en un piso. Cuando la policía lo rescató junto al bebé de otra mujer subsahariana prostituida, lo encontró “solo en una habitación, extremadamente delgado, tendido sobre una cama y con un pañal, en actitud abúlica e indiferente”. Atado a las barras de la cama, permanecía drogado. La posterior exploración médica señaló varias quemaduras en su cuerpo. 

Este último caso refleja una situación muy frecuente, la de las víctimas de la trata que, al poco de ingresar en centros de protección con sus hijos, los abandonan por la influencia de las mafias que las chantajean. Actúan por miedo a perder definitivamente a sus hijos, aunque, sin saberlo, rechazan la última posibilidad de protección real de la que disponen. Para evitarlo, la Fiscalía de Extranjería aconseja la promoción de espacios seguros ajenos a la Administración en los que estas mujeres puedan vivir junto a sus hijos por un tiempo.

"En España se han documentado tres matrimonios forzosos en 2015, todos ellos padecidos por menores"
La idea es que, en un ámbito de confianza, en el trato diario con el personal de instituciones especializadas (las religiosas adoratrices son referentes desde hace décadas en este reto), las mujeres sí se reconozcan al fin como víctimas de la trata, un primer paso imprescindible para una posible solución a su problema.

59 bebés llegaron en 2015

Otro fenómeno es el de los matrimonios forzosos, documentándose tres en España en 2015, todos ellos padecidos por menores: una niña rumana vendida por su familia por 8.000 euros, otra menor rumana de 11 años de edad que acabó siendo violada, y una niña marroquí, siendo finalmente detenido su propio padre.
"De los 545 dictámenes de ADN hechos en 2015, sólo en tres la prueba demostró que el adulto que acompañaba al menor a su llegada en patera no era su progenitor"
Frente a este horror, del que solo se percibe la punta del iceberg, queda un espacio final para la esperanza: si en 2015 llegaron a España por patera un total de 59 bebés o niños de corta edad “en unión de adultos que afirmaban tener vínculo paterno-materno filial con el niño sin acreditarlo de manera fehaciente”, este fenómeno se ha cortado en seco gracias a la prueba del ADN. 

De hecho, de los 545 dictámenes de ADN realizados en 2015, solo en tres la prueba demostró que el adulto que acompañaba al menor no era su progenitor. La conclusión es que, apercibidas las mafias de que la policía conoce su estrategia, ya la han abandonado.  

... Y un adolescente da la bienvenida a 2017

"Necesitamos seguir luchando por esta causa".

Isidoro Martínez, 14 años
Iniciador de la campaña de recogida de firmas contra las reválidas.
Asociación GSIA

Por el reconocimiento de los adolescentes en 2017

No existe el juguete sexista, existe el juego sexista: ¿Jugar tiene sexo?

¿El juego y los juguetes siguen marcados por los estereotipos de género?

¿Jugar tiene sexo?

¿Estamos de acuerdo en perpetuar estereotipos sexistas 
o queremos ampliar y dejar que los más pequeños tengan libertad 
para escoger su propio juego y futuro?

Tanto los niños como las niñas pueden disfrutar jugando con un muñeco, de la misma manera que tanto unos como otras pueden reírse y gritar de emoción con una carrera de coches. 
Es a partir del momento en que el adulto les permite, 
o no, jugar con determinado juguete, 
que se convierte, a ese juguete, en un juego sexista. 
Y esa actitud responde a un factor cultural, por tanto educable.

En esta línea hace unas semanas hablé con Mayte Rius de La Vanguardia sobre la pregunta que me hacen muchos padres “¿Qué pasa si le compramos al niño un muñeco o carrito para pasearlo?”. Curiosa pregunta, ya que nunca me han puesto la cuestión contraria “¿Qué pasa si regalamos a una niña un balón, un coche teledirigido o un dron?

Relaciono esta pregunta con el miedo que aún suscita el fantasma de la homosexualidad masculina (¿la femenina es tan tabú que ni suscita la pregunta?) y con la creencia, consciente e inconsciente, de otorgar más reputación a los valores masculinos que a los femeninos.  Muchos niños piden jugar con muñecos cuando llega un nuevo bebé a la familia y ven a sus padres cuidándolo. 
El papel del hombre como cuidador está mucho más presente que en generaciones anteriores. Los papás varones dan el biberón a sus bebés, le cambian los pañales, le cantan canciones y le sacan a pasear. 
Sin embargo, continúa suscitando inquietud salir a pasear con nuestro hijo varón de 5 años y su cochecito de pasear a su muñeco. 
Posiblemente un repertorio más amplio de muñecos así como de accesorios con los que ellos y ellas se puedan identificar y proyectar, facilitaría rebajar esas inquietudes.

Así que nos podríamos hacer la pregunta… ¿Jugar tiene sexo? Sobre este tema hablé hace unos días en Catalunya Ràdio en el programa “L’ofici d’educar”. 
Creo que es importante no convertir el juguete en una lucha ideológica y dejar que los niños y niñas los utilicen libremente
Es decir, ni obligar a los niños a jugar con muñecos y a las niñas con balones, ni prohibírselo. 
El uso que hacen sobre los juguetes está relacionado y vinculado con los modelos que proyectamos a los niños, muchos modelos son estereotipos que la sociedad nos ha ido imponiendo a lo largo de este tiempo. Ser más conscientes y más críticos con nuestros propios estereotipos, facilitará un juego más abierto y rico en nuestros hijos y hijas.


¿Estamos de acuerdo en perpetuar estereotipos sexistas o queremos ampliar y dejar que los más pequeños tengan libertad para escoger su propio juego y futuro?

La Asociación Gsia os desea: !Mejor año 2017!. Una niña despide el año...

"Por favor, dejen de matarnos, necesitamos paz. Yo necesito paz para llegar a ser profesora".

Bana Alabed, 7 años
Sitiada en Alepo con su familia
Asociación GSIA

Paz en la tierra y respeto
a los Derechos de los Niños en 2017

“Convertimos problemas cotidianos en trastornos mentales”. Se ha perdido el control.

Un inflación diagnóstica que produce mucho daño,
especialmente en psiquiatría infantil.
Los mejores expertos, 
aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, 
están horrorizados. 
Se ha perdido el control.


Entrevista a Allen Frances*, 
Catedrático emérito de la Universidad de Duke.

Milagros Pérez Oliva

P. En 2009, un estudio realizado en Holanda encontró que el 34% de los niños de entre 5 y 15 años eran tratados de hiperactividad y déficit de atención. 
¿Es creíble que uno de cada tres niños sea hiperactivo?
R. Claro que no. 
La incidencia real está en torno al 2%-3% de la población infantil y sin embargo, en EE UU están diagnosticados como tal el 11% de los niños y en el caso de los adolescentes varones, el 20%, y la mitad son tratados con fármacos. 
Otro dato sorprendente: entre los niños en tratamiento, hay más de 10.000 que tienen ¡menos de tres años! Eso es algo salvaje, despiadado. 
Los mejores expertos, aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, están horrorizados. Se ha perdido el control.

Allen Frances.

Pregunta. En el libro entona un mea culpa, pero aún es más duro con el trabajo de sus colegas en el DSM V. ¿Por qué?

Respuesta. Nosotros fuimos muy conservadores y solo introdujimos dos de los 94 nuevos trastornos mentales que se habían sugerido. Al acabar, nos felicitamos, convencidos de que habíamos hecho un buen trabajo. Pero el DSM IV resultó ser un dique demasiado endeble para frenar el empuje agresivo y diabólicamente astuto de las empresas farmacéuticas para introducir nuevas entidades patológicas. No supimos anticiparnos al poder de las farmacéuticas para hacer creer a médicos, padres y pacientes que el trastorno psiquiátrico es algo muy común y de fácil solución. El resultado ha sido una inflación diagnóstica que produce mucho daño, especialmente en psiquiatría infantil. Ahora, la ampliación de síndromes y patologías en el DSM V va a convertir la actual inflación diagnóstica en hiperinflación.

P. ¿Todos vamos a ser considerados enfermos mentales?
R. Algo así. Hace seis años coincidí con amigos y colegas que habían participado en la última revisión y les vi tan entusiasmados que no pude por menos que recurrir a la ironía: habéis ampliado tanto la lista de patologías, les dije, que yo mismo me reconozco en muchos de esos trastornos. Con frecuencia me olvido de las cosas, de modo que seguramente tengo una predemencia; de cuando en cuando como mucho, así que probablemente tengo el síndrome del comedor compulsivo, y puesto que al morir mi mujer, la tristeza me duró más de una semana y aún me duele, debo haber caído en una depresión. Es absurdo. Hemos creado un sistema diagnóstico que convierte problemas cotidianos y normales de la vida en trastornos mentales.













P. Con la colaboración de la industria farmacéutica...
R. Por supuesto. Gracias a que se les permitió hacer publicidad de sus productos, las farmacéuticas están engañando al público haciendo creer que los problemas se resuelven con píldoras. Pero no es así. Los fármacos son necesarios y muy útiles en trastornos mentales severos y persistentes, que provocan una gran discapacidad. Pero no ayudan en los problemas cotidianos, más bien al contrario: el exceso de medicación causa más daños que beneficios. No existe el tratamiento mágico contra el malestar.

P. ¿Qué propone para frenar esta tendencia?
R. Controlar mejor a la industria y educar de nuevo a los médicos y a la sociedad, que acepta de forma muy acrítica las facilidades que se le ofrecen para medicarse, lo que está provocando además la aparición de un mercado clandestino de fármacos psiquiátricos muy peligroso. En mi país, el 30% de los estudiantes universitarios y el 10% de los de secundaria compran fármacos en el mercado ilegal. Hay un tipo de narcóticos que crean mucha adicción y pueden dar lugar a casos de sobredosis y muerte. En estos momentos hay ya más muertes por abuso de medicamentos que por consumo de drogas.

P. En 2009, un estudio realizado en Holanda encontró que el 34% de los niños de entre 5 y 15 años eran tratados de hiperactividad y déficit de atención. ¿Es creíble que uno de cada tres niños sea hiperactivo?
R. Claro que no. La incidencia real está en torno al 2%-3% de la población infantil y sin embargo, en EE UU están diagnosticados como tal el 11% de los niños y en el caso de los adolescentes varones, el 20%, y la mitad son tratados con fármacos. Otro dato sorprendente: entre los niños en tratamiento, hay más de 10.000 que tienen ¡menos de tres años! Eso es algo salvaje, despiadado. Los mejores expertos, aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, están horrorizados. Se ha perdido el control.

P. ¿Y hay tanto síndrome de Asperger como indican las estadísticas sobre tratamientos psiquiátricos?
R. Ese fue uno de los dos nuevos trastornos que incorporamos en el DSM IV y al poco tiempo el diagnóstico de autismo se triplicó. Lo mismo ocurrió con la hiperactividad. Nosotros calculamos que con los nuevos criterios, los diagnósticos aumentarían en un 15%, pero se produjo un cambio brusco a partir de 1997, cuando las farmacéuticas lanzaron al mercado fármacos nuevos y muy caros y además pudieron hacer publicidad. El diagnóstico se multiplicó por 40.

P. La influencia de las farmacéuticas es evidente, pero un psiquiatra difícilmente prescribirá psicoestimulantes a un niño sin unos padres angustiados que corren a su consulta porque el profesor les ha dicho que el niño no progresa adecuadamente, y temen que pierda oportunidades de competir en la vida. ¿Hasta qué punto influyen estos factores culturales?
R. Sobre esto he de decir tres cosas. Primero, no hay evidencia a largo plazo de que la medicación contribuya a mejorar los resultados escolares. A corto plazo, puede calmar al niño, incluso ayudar a que se centre mejor en sus tareas. Pero a largo plazo no ha demostrado esos beneficios. Segundo: estamos haciendo un experimento a gran escala con estos niños, porque no sabemos qué efectos adversos pueden tener con el tiempo esos fármacos. Igual que no se nos ocurre recetar testosterona a un niño para que rinda más en el fútbol, tampoco tiene sentido tratar de mejorar el rendimiento escolar con fármacos. Tercero: tenemos que aceptar que hay diferencias entre los niños y que no todos caben en un molde de normalidad que cada vez hacemos más estrecho. Es muy importante que los padres protejan a sus hijos, pero del exceso de medicación.

P. ¿En la medicalización de la vida, no influye también la cultura hedonista que busca el bienestar a cualquier precio?
R. Los seres humanos somos criaturas muy resilientes. Hemos sobrevivido millones de años gracias a esta capacidad para afrontar la adversidad y sobreponernos a ella. Ahora mismo, en Irak o en Siria, la vida puede ser un infierno. Y sin embargo, la gente lucha por sobrevivir. Si vivimos inmersos en una cultura que echa mano de las pastillas ante cualquier problema, se reducirá nuestra capacidad de afrontar el estrés y también la seguridad en nosotros mismos. Si este comportamiento se generaliza, la sociedad entera se debilitará frente a la adversidad. Además, cuando tratamos un proceso banal como si fuera una enfermedad, disminuimos la dignidad de quienes verdaderamente la sufren.

P. Y ser etiquetado como alguien que sufre un trastorno mental, ¿no tiene también consecuencias?
R. Muchas, y de hecho cada semana recibo correos de padres cuyos hijos han sido diagnosticados de un trastorno mental y están desesperados por el perjuicio que les causa la etiqueta. Es muy fácil hacer un diagnóstico erróneo, pero muy difícil revertir los daños que ello conlleva. Tanto en lo social como por los efectos adversos que puede tener el tratamiento. Afortunadamente, está creciendo una corriente crítica con estas prácticas. El próximo paso es concienciar a la gente de que demasiada medicina es mala para la salud.

P. No va a ser fácil…
R. Cierto, pero el cambio cultural es posible. Tenemos un magnífico ejemplo: hace 25 años, en EE UU el 65% de la población fumaba. Ahora, lo hace menos del 20%. Es uno de los mayores avances en salud de la historia reciente, y se ha conseguido por un cambio cultural. Las tabacaleras gastaban enormes sumas de dinero en desinformar. Lo mismo que ocurre ahora con ciertos medicamentos psiquiátricos. Costó mucho hacer prosperar la evidencia científica sobre el tabaco, pero cuando se consiguió, el cambio fue muy rápido.

P. En los últimos años las autoridades sanitarias han tomado medidas para reducir la presión de los laboratorios sobre los médicos. Pero ahora se han dado cuenta de que pueden influir sobre el médico generando demanda en el paciente.
R. Hay estudios que demuestran que cuando un paciente pide un medicamento, hay 20 veces más posibilidades de que se lo prescriban que si se deja simplemente a decisión del médico. En Australia, algunos laboratorios requerían para el puesto de visitador médico a personas muy agraciadas, porque habían comprobado que los guapos entraban con más facilidad en las consultas. Hasta ese punto hemos llegado. Ahora hemos de trabajar para lograr un cambio de actitud en la gente.

P. ¿En qué sentido?
R. Que en vez de ir al médico en busca de la píldora mágica para cualquier cosa, tengamos una actitud más precavida. Que lo normal sea que el paciente interrogue al médico cada vez que le receta algo. Preguntar por qué se lo prescribe, qué beneficios aporta, qué efectos adversos tendrá, si hay otras alternativas. Si el paciente muestra una actitud resistente, es más probable que los fármacos que le receten estén justificados.


P. Y también tendrán que cambiar hábitos.
R. Sí, y déjeme decirle un problema que he observado. ¡Tienen que cambiar los hábitos de sueño! Sufren ustedes una falta grave de sueño y eso provoca ansiedad e irritabilidad. Cenar a las 10 de la noche e ir a dormir a las 12 o la una tenía sentido cuando hacían la siesta. El cerebro elimina toxinas por la noche. La gente que duerme poco tiene problemas, tanto físicos como psíquicos. 

* Allen Frances (Nueva York, 1942) dirigió durante años el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), en el que se definen y describen las diferentes patologías mentales. Este manual, considerado la biblia de los psiquiatras, es revisado periódicamente para adaptarlo a los avances del conocimiento científico. El doctor Frances dirigió el equipo que redactó el DSM IV, a la que siguió una quinta revisión que amplió considerablemente el número de entidades patológicas. En su libro ¿Somos todos enfermos mentales? (Ariel, 2014) hace autocrítica y cuestiona que el considerado como principal referente académico de la psiquiatría colabore en la creciente medicalización de la vida.

Derechos, Remedios y Representación.

Informe Global sobre el 




Este reporte es el resultado de un proyecto de investigación 
en el que han sido analizados los sistemas legales de 197 países y 
cómo en  cada uno de ellos se materializa la posibilidad de que los niños puedan hacer respetar sus derechos, o, por el contrario, cómo se perpetúan las vulneraciones que se deberían combatir...

El acceso a la justicia es un derecho humano, pero también es lo que hace que los demás derechos humanos sean una realidad. Para que los derechos de los niños sean más que una promesa, tiene que haber una forma de que estos derechos se cumplan.

El acceso a la justicia para los niños significa que los niños, o sus defensores en su caso, puedan ser capaces de utilizar y confiar en el sistema legal para proteger sus derechos humanos. El sistema legal debe proporcionar a los niños los medios para obtener una respuesta rápida, eficaz y justa para proteger sus derechos; los medios para prevenir y resolver los conflictos; mecanismos para controlar el abuso de poder; y todo esto debe estar disponible a través de un proceso transparente, eficiente, responsable y que el dinero no sea un obstáculo para ello. La importancia del acceso a la justicia se aplica por igual a niños y adultos, sin embargo, los derechos de los niños en esta área siempre se han descuidado e ignorado.
Este reporte es el resultado de un proyecto de investigación en el que han sido analizados los sistemas legales de 197 países y cómo en  cada uno de ellos se materializa la posibilidad de que los niños puedan hacer respetar sus derechos, o, por el contrario, cómo se perpetúan las vulneraciones que se deberían combatir. Con el apoyo de cientos de abogados y ONG de alrededor del mundo, hemos publicado un reporte por cada país en el mundo, definiendo cuál es el estatus de la Convención sobre los Derechos del Niño de Nacioens Unidas respecto a la legislación nacional; cómo la ley trata a los niños involucrados en procesos legales: los medios que tienen a su disposición en esos sistemas para impugnar violaciones a sus derechos; y consideraciones prácticas a tener en cuenta al momento de que querer utilizar esos medios del sistema legal para impugnar violaciones a los derechos.

Esta investigación muestra las maneras en las que pueden utilizarse los sistemas legales nacionales para impugnar violaciones a los derechos de los niños y las maneras en las que los niños pueden hacer uso de la ley para hacer valer sus derechos. Sirve para identificar en qué se queda corta la ley y las formas en las que los sistemas legales están diseñados para dificultar o hacer imposible el combatir vulneraciones a los derechos de los niños. Hemos documentado lo bueno, lo malo, lo poco efectivo, lo radical y lo revolucionario en materia de acceso a la justicia de los niños alrededor del mundo y ahora queremos utilizar esa información para promover sus derechos.
No son solo los gobiernos los que juegan un papel en mejorar el acceso a la justicia de los niños; innumerables personas y entidades causan su impacto, desde las cortes, institutos de derechos humanos, la ONU, los organismos regionales y la sociedad civil, hasta llegar a los padres y otros representantes legales, los abogados, los medios y los donantes. Esperamos que este proyecto sirva para guiar a los gobiernos en cómo mejorar el acceso de los niños a las cortes y otros mecanismos de denuncias para hacer cumplir sus derechos , y alentar a la ONU y a los organismos regionales a tratar el tema del accesoa  la justicia de los niños en una forma más sistemática a través de su trabajo. Esperemos que inspire a ONG a considerar formas de promoción más fuertes y estratégicas, así como a alentar a abogados a que asistan a niños y a sus representantes a buscar compensación a través del sistema legal
El acceso a la justicia debería estar en el centro de la tarea de garantizar los derechos de los niños alrededor del mundo

"Los Municipios ante la Violencia entre Niños, Niñas y Adolescentes”, Guía

Manifiesto sobre los derechos de los niños

Pepa Horno Goicoechea
Áurea Ferreres Esteban

Su objetivo es visibilizar la violencia entre niños, niñas y adolescentes como un problema de la comunidad, no sólo de los centros escolares. 

La violencia se ejerce en todos los ámbitos de convivencia de los niños: parques, calles, redes sociales, familias y por supuesto escuelas. 

Por ello la mejor protección de la infancia es una comunidad consciente.

RECURSOS