"Incarcerated Childhood and the Politics of Unchilding" libro de la prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian "invitada a renunciar" a su trabajo en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

 La prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian, Lawrence D. Biele Cátedra de Derecho,  
ha firmado recientemente la carta, que más de 1.350 especialistas y estudiantes 
en asuntos de infancia y adolescencia de todo el mundo han firmado, 
como un llamamiento a todos los políticos, jefes de estado del mundo
para que paren las miles de muertes, asesinatos.... a los que se está sometiendo 
a la infancia y adolescencia palestinas.

Su trayectoria investigadora y docente se centra en trauma, crímenes de Estado y criminología, vigilancia, violencia de género, derecho y sociedad. 

Estudia el delito de feminicidio y otras formas de violencia de género, la violencia contra niños en zonas asoladas por conflictos, los delitos de abuso de poder en contextos coloniales, la vigilancia, la seguritización y el control social.

Por el hecho de firmar esa carta, la prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian  ha sido "invitada a renunciar" a su trabajo en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Esa invitación 'solicitando' su renuncia representa un ataque atroz a la libertad académica y la democracia, y una desvergüenza que denota la falta de límites, cuando se pierden los referentes en los derechos humanos. 


Incarcerated Childhood and the Politics of Unchilding
Edit. Cambridge University Press (5 septiembre 2019).

¿Quién tiene derecho a una infancia segura y protegida?
La infancia encarcelada y la política del unchilding(sin hijos) profundiza la comprensión de los niños como capital político en manos de quienes están en el poder, involucrando críticamente las voces de los niños junto con material de archivo, histórico y etnográfico en Palestina. 

Al ofrecer el concepto de "no tener hijos", Shalhoub-Kevorkian expone el trabajo político de la violencia diseñada para crear, dirigir, gobernar, transformar y construir a los niños colonizados como otros peligrosos y racializados, permitiendo su desalojo del ámbito de la niñez misma. 

Al penetrar en los espacios íntimos cotidianos de los niños y, simultáneamente, en sus cuerpos y vidas, el unchilding funciona para habilitar una compleja maquinaria de violencia contra los niños palestinos: encarcelamiento, lesiones, pérdidas, traumas y ocupación política militarizada. 

Al mismo tiempo que el libro documenta las violaciones de los derechos de los niños y las consecuencias que esto tiene para su bienestar presente y futuro, traza la resistencia y el poder de los niños para interrumpir la violencia colonial, recuperando la infancia y, con ella, el futuro palestino.




Una de las más de 1.350 Investigadoras y Estudiantes de la Infancia, que pedimos un alto el fuego inmediato en Gaza, ha sido invitada dejar a la U. Hebrea de Jerusalén.

 Urgent actions - childhood in Gaza letter 
(Acciones urgentes: carta sobre la infancia en Gaza).

Profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian
Como resultado de firmar nuestra carta, a nuestra excelente colega, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian, se le pidió que renunciara a su puesto en la Universidad Hebrea de Jerusalén
.
 
La carta 'solicitando' su renuncia representa un ataque atroz a la libertad académica y la democracia y una negación del contenido de nuestra carta. 
Además, la 'carta de solicitud' circuló ampliamente e incluso fue tuiteada por los principales medios de comunicación, por ejemplo el Canal 12 y Kan, la emisora ​​pública de Israel. 
Como resultado de la carta, la profesora Nadera Shalhoub-Kevorkian se enfrenta ahora a una campaña de incitación e intimidación y, dado el clima actual, existe una amenaza real a su seguridad. Ejemplos de intimidación en Twitter: https://twitter.com/esd93350150/status/1718705460864299360 y https://twitter.com/DrorMalul/status/1718660979657990270 .

Para demostrar que respalda nuestra carta y al profesor Shalhoub-Kevorkian, considere adaptar el mensaje a continuación y enviarlo a: Asher Cohen (Presidente, hupres@savion.huji.ac.il ) y Tamir Sheafer (Rector, rector@savion.huji.ac.il ), Universidad Hebrea de Jerusalén.

.- Propuesta de Carta a Enviar a esos dos correos electrónicos

Dear Professors Cohen and Sheafer, 

I am writing to you as one of over 1000 signatories to the letter ‘Childhood researchers and students call for immediate ceasefire in Gaza’.  

I was shocked and dismayed to hear that you have asked Prof. Nadera Shalhoub-Kevorkian to step down from her post at the Hebrew University of Jerusalem as a result of signing our letter. I am also shocked by the claims you make as the basis for this request e.g., ‘The military operation that Israel is conducting these days, with the aim of defeating the murderous terrorist organization Hamas, does not come close to the definition of genocide, according to international law.’ 

I am a [fill in details about own post and expertise]. Based on my own expertise and my commitment to the well-being of children globally, I signed the letter against the unfolding genocide in Gaza and in support of an immediate ceasefire for the children and adults of Gaza. I stand behind the content and commitment to action in the letter.  

The historian and expert in modern genocide, Raz Segal, argues that what is happening in Gaza is a ‘a textbook case of genocide’. Further, over 800 lawyers and scholars internationally have called the indiscriminate bombing of Gaza including of schools, hospitals, media and aid workers; forcible transfers; use of white phosphorus in densely populated areas; deprivation of food, water, fuel, and communications systems; alongside dehumanizing treatment of Palestinians in Gaza as clear indications that a possible genocide is taking place in Gaza.  

Prof Shalhoub-Kevorkian is a globally renowned scholar of childhood, who has made extensive contributions to our understanding of children’s lives. Asking her to step down for bringing her expertise to bear on public debate violates democratic principles and goes against the values of an independent university sector.  

I urge you to immediately reconsider the decision to ask her to step down and urgently reconsider the concerns being raised by childhood and genocide experts from around the world. 

Sincerely, 

Name 

Affiliation 

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Childhood researchers and students call for immediate ceasefire in Gaza


27 de octubre 2023

A los Jefes de Estado, a las organizaciones mundiales,

La situación de las niñas y los niños palestinos en la Franja de Gaza es indiscutiblemente
crítica. Décadas de desplazamiento, asedio y ocupación han dejado como saldo:

1. Víctimas directas de la violencia: niños y niñas que han crecido siendo testigos y víctimas
directas de la violencia relativa a ataques aéreos, bombardeos y enfrentamientos armados.
Relativo a las víctimas directas también se han reportado casos del uso de interrogatorios con
apremios de diverso tipo. Esta exposición a la violencia ha causado traumas físicos y
psicológicos graves que difícilmente sanarán.

2. Falta de Acceso a Servicios Básicos: La Franja de Gaza enfrenta restricciones en el acceso a
servicios esenciales como atención médica, comida y agua potable debido al bloqueo israelí.
Estas restricciones atentan contra el derecho internacional y particularmente vulnera
derechos básicos consignados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

3. Miles de desplazados: Como consecuencia de los constantes desplazamientos, niños y niñas
palestinos se ven obligados a abandonar sus hogares debido a la violencia y los bombardeos,
lo que interrumpe el acceso a servicios de salud, educación, vivienda y estabilidad emocional.

4. Desnutrición y escasez de alimentos: El bloqueo y la limitación en la importación de
alimentos han llevado a una crisis de desnutrición y escasez de alimentos en Gaza, afectando
especialmente a los niños y niñas.

5. Acceso Limitado a la Educación: La educación de los niños palestinos en Gaza se ve afectada
por la falta de recursos, la destrucción de escuelas y la exposición constante a la violencia.
Muchos niños y niñas tienen dificultades para acceder a la educación.

6. Condiciones de Vivienda Precarias: Las condiciones de vivienda en Gaza son precarias, con
una alta densidad poblacional debido a las restricciones del desplazamiento y una
infraestructura dañada. Los niños a menudo viven en entornos inseguros y con falta de
servicios básicos.

7. La pérdida de sus vínculos: uno de los aspectos más traumatizantes y cuyos efectos son
incalculables son la pérdida de sus seres queridos, madre, padre, hermanos, hermanas,
abuelos, parientes, amigos, vecinos, etc. que siguen siendo asesinados diariamente por los
ataques israelíes. La desaparición de las figuras de afecto les dejan expuestos y aún más
vulnerables.

8. Futuro Incierto: Los niños en Gaza enfrentan un futuro incierto debido a la falta de
oportunidades y la persistente inestabilidad en la región. Muchos tienen dificultades para
acceder a una educación de calidad y perspectivas de empleo.

La población menor de 18 años en la región corresponde al 45%. A 20 días del conflicto han
sido asesinados más de 3000 niños y niñas, incluyendo menores de dos años, bajo el
bombardeo indiscriminado sobre civiles ejecutado por Israel, acción consignada por diversos
organismos internacionales de derechos humanos como crímenes de guerra.

Nosotros como investigadores y activistas por la niñez en distintas partes del mundo:
1.- Denunciamos la violencia sistemática de la que han sido víctimas los niños, niñas y
adolescentes por parte del Estado de Israel y la masacre que se encuentra en curso en esta
última agudización del conflicto.

2.- Exigimos la liberación de los niños, niñas y adolescentes que se encuentren secuestrados
por Hamas.

3.- Interpelamos a los distintos Jefes de Estado a ejecutar sanciones contra quienes han
vulnerado sistemáticamente los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

4.- Exigimos el cese al fuego inmediato e implementar medidas de urgencia como enviar
medicamentos, agua y alimentos a la población y la atención médica y psicológica en especial
a niños y niñas.



Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica, España. Una Respuesta Necesaria.

 "ESTE INFORME DA RESPUESTA A UNA SITUACIÓN DE SUFRIMIENTO Y SOLEDAD 
CUBIERTA POR UN INJUSTO SILENCIO". Ángel Gabilondo.

Los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. 
Un problema que ha causado mucho daño. 
La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, 
de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, 
y por una parte muy importante de la sociedad, 
en una institución que ha tenido un poder innegable en España 
y una autoridad moral en la sociedad.
La respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, 
ha estado caracterizada durante mucho tiempo 
por la negación o la minimización del problema.



El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha hecho entrega esta semana a la presidenta de las Cortes Generales, Francina Armengol, del “Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos”, Una respuesta necesaria, dando cumplimiento a la encomienda recibida del Congreso de los Diputados tras la aprobación de una Proposición no de Ley (PNL), el 10 de marzo de 2022, que contó con el voto a favor de la mayoría de los grupos políticos de la Cámara Baja.

El Informe cuenta con 777 páginas y está alojado íntegro  en la web del Defensor del Pueblo (www.defensordelpueblo.es). En el mismo, además de una presentación del titular de la institución y una introducción general, se recoge, entre otras cosas, los ámbitos de actuación, objetivos, metodología y fuentes empleadas, detalles de una encuesta encargada a GAD3, marco jurídico, y conclusiones-recomendaciones que son elevadas a las Cortes Generales y al Gobierno de España para “la adopción de las medidas necesarias en orden a cumplir con el objetivo de la encomienda”, según se explicita en la mencionada PNL.

El Defensor del Pueblo, señala, así lo hace constar en la introducción del Informe, que “se trata de un Informe necesario para dar respuesta a una situación de sufrimiento y de soledad que durante años se ha mantenido, de una u otra manera, cubierta por un injusto silencio”. Ángel Gabilondo pone de relieve la importancia que las víctimas han tenido en todo momento a la hora de abordar los trabajos que ahora concluyen. “Las víctimas son el sentido primero, el sentido último y el sentido central de este Informe”.

 Respuesta de la Iglesia y de los poderes públicos

El Informe apunta que la respuesta de la Iglesia católica, al menos a nivel oficial, ha estado caracterizada durante mucho tiempo por la negación o la minimización del problema. Algunas víctimas han tenido que hacer frente no solo a la negación y a la ocultación, sino incluso a presiones y a reacciones de representantes de la misma en las que se les culpabilizaba de los abusos sufridos.

Se ha de reconocer, al mismo tiempo, que la Iglesia católica es una institución plural y que la Comisión Asesora, creada ad hoc, pudo detectar buenas y malas prácticas. Y el Informe reconoce “el coraje institucional de quienes han optado por asumir la responsabilidad que corresponde a la institución por la victimización producida”.  

Por su parte, los poderes públicos carecieron de procedimientos adecuados para prevenir, detectar y reaccionar frente a la comisión de abusos sexuales de menores en los centros escolares de la Iglesia católica. Sólo muy recientemente, el año 2021, se introdujeron mecanismos y procedimientos de prevención y detección para la totalidad de los centros educativos de titularidad pública o privada. La mayoría de casos que han llegado a ser denunciados, pese a ser una muy pequeña parte de la realidad del problema, no han encontrado respuesta por parte del sistema judicial.

Recomendaciones

El Informe propone una veintena de recomendaciones concretas. Entre ellas, se encuentran la de celebrar un acto público de reconocimiento y reparación simbólica a las víctimas por el prolongado período de tiempo de desatención y de inactividad, en particular entre 1970 y 2020. La creación de un fondo estatal para el pago de compensaciones a favor de las víctimas y que un órgano administrativo especial -creado para la ocasión- sea el que instaurare un procedimiento de reconocimiento y reparación de las víctimas de agresión o abuso sexual infantil en el ámbito de la Iglesia católica. Así como diversas reformas normativas para la aclaración y reparación de lo sucedido, y para prevenir hechos similares. Además, entre las recomendaciones se incluye que la Iglesia católica debe poner los medios necesarios para ayudar a las víctimas de abusos sexuales en el proceso de recuperación, ofreciendo tratamiento a las víctimas o familiares, cuando lo requieran. Y que las diócesis y los institutos de vida consagrada abran a los investigadores la información contenida en sus archivos. (Todas las recomendaciones, integras, pueden ser consultadas en el Parte VIII Capítulo 2 del Informe).

Ángel Gabilondo, que ha dirigido los trabajos y presidido la Comisión Asesora de expertos, subraya que el Informe se ha configurado sobre la base de testimonios de las víctimas. “Escucharlas es encontrarse con la voz y la experiencia de un dolor. Y lo sucedido es para ellos y para la sociedad un verdadero desastre”. Y resalta, “el Defensor del Pueblo no tiene como misión juzgar, no es juez. No tiene como misión legislar, no es el legislador. Más bien analiza, pregunta, estudia, investiga y recomienda y sugiere”.

Testimonios

La Unidad de Atención a las Víctimas, también creada para abordar los trabajos del Informe, ha recogido información relevante sobre 487 víctimas, en entrevistas realizadas tanto en Madrid como fuera de la capital. De ellas, la inmensa mayoría (84%) fueron hombres. Las víctimas recalcan los problemas emocionales y de conducta que padecen como consecuencia de los abusos. Y un tercio de éstas señalaron haber tenido síntomas de estrés postraumático y, algunas de ellas, habían experimentado síntomas depresivos, sentimientos de vergüenza y estigmatización y de acción suicida.

La atención a las víctimas ha sido el trabajo de un equipo formado por especialistas contratados para la ocasión (tres psicólogos, una trabajadora social, una criminóloga y un abogado-psicólogo sanitario, que han contado con el apoyo administrativo de dos personas). Las primeras víctimas fueron atendidas, en la Unidad de Atención a las Víctimas, el 6 de julio de 2022.

Los testimonios recogidos de la escucha respetuosa a las víctimas revelan el impacto devastador que los abusos sexuales han tenido en sus vidas. “En ningún caso el número de testimonios pretende dejar determinado el alcance cuantitativo del problema. Lo importante, cuando se ofrece un determinado número de testimonios de víctimas, es tener presente la singularidad personal de cada una de ellas y la inviabilidad de reducirla a una cifra en una contabilidad”, subraya el Defensor del Pueblo.

Además de los testimonios directos recogidos para elaborar el Informe se ha tenido en cuenta otras fuentes provenientes de organismos oficiales, de la propia Iglesia y de investigaciones de medios de comunicación. Especial mención requiere la colaboración del diario El País, que inició sus investigaciones periodísticas en octubre de 2018 y que ha entregado hasta en cuatro ocasiones sus archivos a la institución Defensor del Pueblo para completar los trabajos.

Algunos de los testimonios recogidos en la Unidad de Atención a las Víctimas, con citas explícitas, se incluyen en el Parte III Capítulo 4 del Informe, tras contar con autorización previa del autor.

La mayoría de los victimarios conocidos son hombres. Y solo una pequeña parte de las personas acusadas de haber cometido abusos han sido juzgadas por parte de las autoridades civiles. La mayoría fueron mantenidas en sus puestos, trasladadas o, en menor medida, juzgadas a través de Derecho Canónico.

Comisión Asesora

Tras recibirse la encomienda del Congreso de los Diputados, se comenzó a trabajar en el ámbito de actuación en tres direcciones. Además de la Unidad de Atención a las Víctimas y de pensar en la constitución de un Foro de Asociaciones, se creó, como se ha  indicado, una Comisión Asesora, compuesta por expertos externos: diecisiete asesores que pertenecen al ámbito profesional y académico con experiencia en atención a las víctimas, con conocimientos jurídicos y victimología, y profesionales que han dedicado su vida a la docencia o a jóvenes o han escrito y estudiado sobre las consecuencias de traumas infantiles en la vida adultas. Esta Comisión se ha reunido en trece ocasiones. La primera, el cinco de julio de 2022. La última, el 28 de septiembre de 2023.

 Más de ochenta reuniones

El Defensor del Pueblo ha mantenido, además de reuniones con asociaciones de víctimas, más de 80 encuentros con el presidente y secretarios generales de la Conferencia Episcopal Española, con el presidente de la Conferencia Española de Religiosos y con superiores y miembros de la misma, con el decano del Tribunal de la Rota, con representantes de institutos de vida consagrada, y con la Comisión Asesora y Foro de Asociaciones de Víctimas.

Objetivo y Metodología

El objetivo del Informe ha sido el de describir la dimensión del fenómeno, sus causas y sus consecuencias en las personas afectadas, con el fin de que las recomendaciones emitidas sean útiles para la prevención y la reparación de las víctimas. Asimismo, se espera que los trabajos realizados y las conclusiones a las que los mismos han llegado contribuyan a la determinación de los hechos y responsabilidades, a la reparación de las víctimas y a la planificación de las políticas públicas orientadas a la prevención y atención de los casos de abusos sexuales cometidos sobre niños y adolescentes.

El Informe se ha realizado a partir del análisis interdisciplinar de la información recogida por diversas fuentes, como se ha apuntado, entre ellas los trabajos de campo propios, como una encuesta realizada por GAD3 para la institución Defensor del Pueblo que contextualiza el problema.

Esta revela, entre otras cosas, que el 11,7% de las personas entrevistadas afirman haber sufrido abusos sexuales, antes de cumplir 18 años. Un 3,36% manifiesta que ese abuso se produjo en el ámbito familiar. Asimismo, la encuesta de GAD3 también concluye que el 0,6% de la muestra representativa de la población encuestada ha sido agredida sexualmente por un sacerdote o religioso católico, y un 1,13 % que la agresión se registró en el ámbito religioso.

El 72% de los encuestados consideraron que el abuso sexual infantil es un problema social muy grave y un 24,4% lo valoraron de bastante grave. Sin embargo, la mayor parte de las personas encuestadas consideró que no se están tomando las medidas adecuadas para reducir el problema.

La encuesta demoscópica, encargada por la institución siguiendo el proceso de licitación de la Administración, contempla una muestra metodológica y numérica significativa de la población española (8.013 personas) a partir de datos anonimizados recogidos por la Unidad de Atención a las Víctimas que han sido objeto de tratamiento estadístico y del análisis de las demandas y preocupaciones plasmadas en el Foro de las Asociaciones. Los datos desglosados de la encuesta se incluyen en la Parte III Capítulo III del Informe. Esta es la primera encuesta que se realiza con estas características desde 1994, cuando el Ministerio de Asuntos Sociales hizo una similar, aunque la actual incluye más preguntas relacionadas con la problemática específica aquí examinada, y la muestra es muy superior.

El Informe indica que “los abusos sexuales en la Iglesia católica constituyen un grave problema social y de salud pública. Un problema que ha causado mucho daño. La gravedad del fenómeno deriva de la intensidad del daño que han sufrido las víctimas, de la cantidad de personas afectadas y de la defraudación de la confianza depositada por ellas, y por una parte muy importante de la sociedad, en una institución que ha tenido un poder innegable en España y una autoridad moral en la sociedad”.

Las conclusiones y las subsiguientes recomendaciones de este Informe no pretenden ser una última palabra. Y menos aún una solución definitiva o un punto final, ante un daño tan grande que ha afectado y que afecta a tantas personas desde hace tanto tiempo. Más bien aspiran a contribuir a la toma de conciencia iniciada hace unos años por parte de la sociedad española, recordando y requiriendo a la Iglesia católica y a los poderes públicos que sigue abierta la necesidad de dar una respuesta a las víctimas.

Ángel Gabilondo subraya que “el Informe aporta claridad, datos y argumentos ante una cuestión que a todos resulta difícil de abordar, pero que es imprescindible hacerlo. Se trata de que se asuman responsabilidades, lo que implica responder de, responder ante y responder a. Y esta respuesta necesaria exige que el Informe que hoy entregamos a la Cortes Generales, a través de su presidenta, contribuya a la toma de mayor conciencia de la cuestión, y a dar efectivamente una respuesta a las víctimas, una respuesta exigida por ellas con buenas razones”.

 


‘El silencio roto’: el ‘podcast’ sobre la investigación de la pederastia en la Iglesia española

Los periodistas de EL PAÍS que han destapado el escándalo de la pederastia en la Iglesia española cuentan cómo fueron los tres años de trabajo que llevaron a abrir por primera vez unas pesquisas sobre los oscuros episodios en la jerarquía eclesiástica

EL PAIS

MARTA CURIEL - ÍÑIGO DOMÍNGUEZ

Madrid - 07 MAY 2022 - 05:45 CEST



El silencio roto es una miniserie sonora de tres episodios que permite conocer los entresijos de tres años de investigación periodística. Un trabajo de EL PAÍS que ha propiciado la primera causa oficial sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia en España. Los periodistas que han destapado el escándalo de pederastia cuentan cómo fueron esos años de pesquisas que finalmente llevaron a que por primera vez en la historia se abriera una investigación oficial al respecto.





1. Un muro de silencio 

Cómo empezó la investigación sobre los abusos de la Iglesia española




2. Algo que nunca le conté a nadie 

Cómo, a pesar de los cientos de testimonios que recibió EL PAÍS, la Iglesia seguía tapando lo ocurrido



3. 385 páginas

Cómo el equipo del periódico hizo llegar un dosier con 251 denuncias inéditas al Papa. Y cómo eso lo cambió todo






Créditos

  • Marta Curiel: Entrevistas, guion, realización, montaje
  • Íñigo Domínguez: Narración
  • Isabel Cadenas: Diseño de sonido, edición, producción ejecutiva
  • Ana Ribera: Edición
  • Nicolás Tsabertidis: Diseño de sonido, mezcla, grabaciones en estudio
  • Fernando Hernández: Dirección de arte
  • María José Durán: Diseño

Disponible en las plataformas de podcast: Podium Podcast | Podimo | Spotify | Apple Podcasts | iVoox | RSS Feed

Hablemos de incesto

La mitad de agresiones a menores, como poco, la efectúan sus familiares. No quiero pensar que la voluntad de denunciar a una institución como la Iglesia supere a la de acabar con estos actos nefandos dentro del seno de las propias familias


Elisa Beni

elDirario.es


Dejó dicho Lord Byron que el mejor profeta del futuro es el pasado. No le faltaba razón. Uno se da cuenta a cada momento. La casualidad ha hecho que repare en ello al contemplar el mismo día en la prensa la presentación del informe del Defensor del Pueblo sobre abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia Católica –que afirma que ha afectado al 0,6% de la población española– y la impactante campaña del gobierno francés contra el incesto, es decir, contra las violencias sexuales y los abusos cometidos contra los niños en el seno de la unidad familiar. Si nauseabundo es el abuso cometido por los clérigos en uso de su supremacía escolar o espiritual, ¿qué dejamos para los abusos y violaciones cometidos por padres, abuelos, padrastros u otros en el seno de la familia? Cada tres minutos se comete uno de estos actos en Francia, así lo dice crudamente la campaña iniciada allí. ¿En España sucede menos o, simplemente, es una olla aún por descubrir? Más lo segundo que lo primero. 


Un “p'tit secret”. Así relata en los duros spots una niña el chantaje emocional que acompaña a las violaciones o abusos incestuosos. Ese secreto entre el menor y el abusador al que quiere y en el que confía. Creo en la necesidad de restauración de las víctimas de los sacerdotes y en la obligación de la Iglesia de hacer frente a esta indecente realidad, pero también creo en la obligación social de destapar lo que sucede muros adentro y de dejar de taparnos los ojos pensando que se trata de algo que sucede poco o que sucede solo en entornos desestructurados porque todos los informes existentes dicen lo contrario. “Todos los días te cruzas con personas que han sufrido el incesto en la infancia y con otros que lo han practicado”, afirma la secretaria de Estado de Infancia francesa. ¿De verdad creemos que esto no sucede en España?


Miremos al futuro también, a la prevención, a la muestra del rechazo social absoluto a esta realidad que sigue produciéndose y que incluso aumenta entre nosotros. La última preocupación expresada respecto a nuestro país es la de la ONU a través de su 'Observación sobre el noveno informe periódico en España', que la secretaria de Estado de Igualdad presentó hace tan solo seis meses. No habrán visto que el tema de la infancia abusada haya copado los titulares ni las campañas. Sin embargo, el comité “observa con preocupación que la legislación y los esfuerzos para atender las formas específicas de violencia de género contra las mujeres y las niñas como el incesto (...) son insuficientes en España”, de lo que alertan al gobierno. Los “informes oscuros” que se han manejado, aportados por asociaciones como Alanna, Clara Campoamor, Feminicidios y otras elevan las 3.206 denuncias oficiales recogidas en el Rumi de 2021 hasta 5.865 casos de los que sólo se habría producido condena judicial en 738. Recordemos que los niños no pueden denunciar y que tiene que hacerlo un adulto (la madre, un médico, un profesor...).


Nuestros niños son igualmente masacrados por estos delitos y por los cometidos por miembros de la Iglesia. Las consecuencias son igualmente devastadoras. No quiero pensar que la voluntad de denunciar a una institución como la Iglesia supere a la de acabar con estos actos nefandos dentro del seno de las propias familias. ¿Qué se ha hecho contra esto último? Claramente, poco o nada. Las asociaciones que trabajan estos temas llevan dirigiéndose al Congreso y al Senado desde 2015, con varias reiteraciones incluso este mismo año, que no han obtenido respuesta. ¿No le interesa esta horrible realidad a nuestros representantes? ¿Es un tabú demasiado difícil de vencer?


Ni siquiera nuestra Justicia ofrece una respuesta adecuada a los retos de una realidad más cruda de lo que queremos asumir., en aumento con visos de empeorar. La pornografía pederástica se ha convertido en un escándalo en alza donde estos degenerados encuentran una especie de normalización de sus peores instintos. Según el informe realizado en nuestro país hace unos años por Save the Children tras el análisis de procedimientos concretos, en pocos casos de denuncia se lleva a cabo por la Justicia una investigación exhaustiva, más bien se tiende al sobreseimiento que apenas es recurrido por la Fiscalía. La ong denunció también falta de motivación y ponderación en las resoluciones al aplicar el principio de superior interés del menor, insistencia en la “normalización” de la relación del menor abusado con el progenitor denunciado, poca especialización infantil de los equipos psicosociales, falta del impulso del procedimiento penal, fallos en la aplicación por los juzgados de Familia de la prejudicialidad penal y, llegan a decir, prejuicios de partida contra las madres denunciantes cuando está en marcha un proceso de divorcio. Al final ha calado el mensaje de la madre manipuladora que influye en los niños y denuncia al padre para sacar ventaja. Las infamias de ciertos grupos en la red no salen gratis y tienen repercusiones.


En medio de todo ese maremágnum burocrático y judicial hay muchos menores sufriendo, menores que serán adultos con un trauma difícil de superar y que tal vez intenten en el futuro exigir reparación y justicia a una sociedad que no ha sido capaz de protegerles ahora. ¿Somos como sociedad mejor que la Iglesia como institución? ¿No nos estamos, autoridades y ciudadanos, tapando los ojos como en su caso hicieron y hacen los prelados? ¿Somos de verdad mejores que ellos?

El Gobierno francés, por primera vez, ha utilizado la palabra incesto junto al abuso y violación de menores. Nunca antes se había hecho. Según los datos en el tiempo que han tardado en leer ese artículo un menor ha sido violentado por sus propios familiares. “Quería golpear en el estómago a nuestros conciudadanos” ha dicho la artífice de la valiente campaña francesa. Participo de su loable objetivo. El mejor profeta del futuro es el pasado y la byroniana reflexión nos permite afirmar que en el sufrimiento de los testimonios recogidos por Gabilondo podemos ver el dolor que ahora mismo se está fraguando en una infancia que será adulta. 


Hablemos del incesto y de que la mitad de agresiones a menores, como poco, la efectúan sus familiares. Estoy segura de que hasta este artículo será leído por el autor de un incesto porque están entre nosotros, cada día, asquerosamente impunes.


Hagamos algo, seamos mejores y más efectivos que las sotanas.


Un país de extraescolares

 Admitamos que la idea de madrugar para que todos entremos a trabajar a la misma hora, como hacían los primeros obreros bajo la tutela estricta de algún silbato, o de fichar en alguna máquina para demostrar que estamos ahí encadenados durante el tiempo suficiente debería hacerse extraña en el capitalismo volátil y globalizado de ese mismo siglo XXI. Pero, como las filas a la entrada del colegio, son realidades que resisten tozudas incluso tras una pandemia planetaria que –decían los agoreros- vendría a cambiar para siempre nuestras vidas.


La Encina

POR IVÁN RODRÍGUEZ

PUBLICADO EL: 9 DE OCTUBRE DE 2023



Pasó septiembre y volvió a dejarnos la imagen de ver caminar a nuestros hijos cabizbajos hacia su fila en el primer día de clase tras el receso estival. Y este texto quizás podríamos dedicarlo a preguntarnos por qué la educación del siglo XXI necesita todavía de filas cuartelarias. En su lugar me ha llamado la atención cuánto nos parecemos niños y adultos en aquello de dejar atrás la ficción vacacional.


Convertimos un tiempo que sabemos excepcional y conquistado a lo ordinario –el verano de nuestras vacaciones pagadas- en una improvisada realidad en la que nos sentimos más auténticos que nunca, lejos de rutinas, horarios y tareas en las que no nos vemos reflejados; por eso dejar ese tiempo es un poco como sellar una traición contra nosotros mismos y por eso se cobra su precio en la moneda del malestar emocional. Debe de ser eso lo que las psicohuestes de la posmodernidad han bautizado como depresión posvacacional. Una tristeza que brota de comprobar que lo que hemos tomado por realidad es una brillante invención, una hermosa pompa de asueto y holganzas varias que explotará cada año al morir agosto, dejando al descubierto lo que somos el resto del año: gente capaz de entregar sin resistencia su tiempo y sus energías a labores que, en muchos casos, ni nos llenan ni nos importan, y en otros nos laceran. ¿Acaso no es este el más pleno triunfo de las sociedades capitalistas que surgieron de la revolución industrial, que nos brindemos voluntaria y rutinariamente a los lazos inflexibles de la jornada laboral?


Admitamos que la idea de madrugar para que todos entremos a trabajar a la misma hora, como hacían los primeros obreros bajo la tutela estricta de algún silbato, o de fichar en alguna máquina para demostrar que estamos ahí encadenados durante el tiempo suficiente debería hacerse extraña en el capitalismo volátil y globalizado de ese mismo siglo XXI. Pero, como las filas a la entrada del colegio, son realidades que resisten tozudas incluso tras una pandemia planetaria que –decían los agoreros- vendría a cambiar para siempre nuestras vidas.


No es casualidad que el trabajo y el colegio hayan aparecido juntos mientras pergeño estas letras para La Enzina. Sería imposible entender el uno sin lo otro en cualquier sentido que se quiera considerar. Se mire como se mire la escuela sigue siendo, en su sentido más básico, un adiestramiento para la realidad laboral de nuestra sociedad. Es una vieja (y difícilmente contestable) idea de la Sociología de la Educación la de que existe alguna clase de correspondencia entre la organización escolar y la laboral. Es decir, que las rutinas escolares, los madrugones, sus rígidos horarios, las tareas repetitivas, los odiosos deberes que se siguen encargando a machamartillo por más que se demuestre su futilidad pedagógica o la nula relevancia de nuestros deseos en el seno de una institución orientada a la contención en la que hay que levantar la mano y pedir permiso hasta para ir al servicio, son un apropiadísimo entrenamiento para, el día de mañana, poder entregar dócilmente nuestra fuerza de trabajo. Miren que bien lo vio venir Irvine Welsh cuando tituló irónicamente su libro de ácidos relatos Si te gustó la escuela te encantará el trabajo (If You Liked School You’ll Love Work). Más que recomendable.


Pensemos en la realidad cotidiana que viven niñas y niños en España. A tenor de la impresión generalizada de la población adulta, que cree firmemente que hoy la educación no educa, que nadie estudia porque no se repite, que el profesorado pasa medio año de vacaciones y que no se exige lo suficiente; los colegios, en fin, son algo muy parecido a un spa vacacional. Pero vaya, no es este el día a día de la chavalada nacional. Un dato que desconoce la mayor parte de nuestra ciudadanía es que la población infantil española pasa más horas escolarizada por término medio que los niños alemanes, británicos o finlandeses. Y que en la secundaria obligatoria supera ya las 30 horas semanales (es decir, rondando una jornada laboral, pero no piensen mal, que es casualidad) y es una brecha con nuestro entorno que se ensancha. Esto por no mencionar que fabricamos los horarios escolares contra los niños y sus ritmos biológicos, en lugar de con ellos, como bien explicaba hace poco mi colega de riñas sociológicas Daniel Gabaldón. Añadan a este panorama de jornadas escolares que las familias tendemos a alargarlas con la parrilla (interminable) de actividades extraescolares, lo que posibilita que haya muchas niñas y niños que ingresen a un centro escolar a las 9 de la mañana pero no lo abandonen –inglés, judo o baile mediante- hasta las 5 de la tarde: 8 horas más tarde (¡ándele, otra jornadita laboral!). ¿Adivinan por qué? Exacto, hacemos coincidir el tiempo escolar con el ritmo de nuestros (locos e inflexibles) horarios laborales. A la fuerza ahorcan, se suele decir.


Ahora simplemente piénsenlo e imaginen los deberes como ese trabajo que –qué remedio- uno tiene que llevarse a casa; o conciban ese tiempo de extraescolares que no deseamos como unas horas de trabajo extra en las que habrá que “calentar la silla”. Eso por no hablar del fenómeno de la prolongación fraudulenta de la jornada laboral (es robar nuestra fuerza de trabajo, pero llámenlo así que suena más chic). Y junten el producto de su imaginación con un dato: en España se trabaja más tiempo que en la mayor parte de los países que se tienen a sí mismos por “la Europa que trabaja”[1]. Lo revelaba Eurostat con datos de 2022: el número promedio usual de horas semanales trabajadas en España y (sobre todo) Grecia y Portugal superaba con creces el dato alemán, holandés y danés. Vaya con los PIGS. Y ahora si quieren, sigan pensando que esta coincidencia entre la resignación al tedio escolar que se prolonga, que parece ser esa cosa tan de aquí, y la aceptación sumisa de que nuestras jornadas laborales deben estirarse más que un día sin pan son sólo una funesta casualidad.


En fin, que en esto del adocenamiento escolar y laboral es mejor no seguir al sentido común y fiarse un poco más de los datos. Eso y no descuidar la memoria porque gran parte del problema radica en una organización de nuestros tiempos laborales y sociales que roza el desvarío sistémico. Deberíamos trabajar menos y ser más productivos justamente para poder olvidar antes el tiempo del trabajo y entregarnos a ese otro en el que sí nos reconocemos y en el que, entre otras cosas, podríamos cuidar mejor de nuestros hijos. Para esto es perentoria e ineludible en nuestro paisaje sociopolítico una ley de racionalización de horarios que apueste, de una vez por todas, por acabar con este imperio de la insensatez que atenta contra nuestra salud física y emocional. Pues lo dicho, hagamos memoria: ¿cuál fue una de las iniciativas legislativas más novedosas de la pasada legislatura que quedó por poco en el tintero tras la convocatoria de las tórridas elecciones del pasado 23-j? Adivinen.


[1] El asunto, por cierto, no puede ser más paradójico si tenemos en cuenta que España fue uno de los estados pioneros, a principios del XX, a la hora de regular la jornada laboral para que esta no excediera de las ocho horas diarias. A veces el devenir histórico es como un chiste, no precisamente de los más logrados.