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Save the Children sale a la calle para pedir que la infancia deje de ser un objetivo de guerra

Cuando la guerra en Ucrania entra en su tercer año y la de Gaza inicia un nuevo escenario tras la incursión terrestre de las fuerzas israelíes en Rafah, Save the Children sale a la calle para pedir que la infancia deje de ser objetivo de guerra en cualquier conflicto que existe en el mundo, y especialmente para pedir un alto el fuego en Gaza.


Save the Children 

Madrid, 8 de mayo 2024



Alrededor de 468 millones de niños y niñas, uno de cada seis, vivían en zonas de conflicto en 2022, según un informe de la ONG que todavía no contemplaba la escalada de violencia en el Territorio Palestino Ocupado del pasado 7 de octubre. 


En el acto callejero en formato de flashmob, que ha tenido lugar hoy en la Puerta de Alcalá de Madrid, han expuesto maletas rojas para representar todo lo que las niñas y los niños en países en guerra desearían poder salvar al tener que huir de sus casas. Según datos de Save the Children, en 2023, cada día unos 29.000 niños y niñas se vieron obligados a abandonar sus hogares en los principales escenarios de crisis del mundo, con un total de más de 10 millones.  


“Hoy salimos a la calle para pedir un alto el fuego en Gaza, en Ucrania, en Siria, en Yemen, en Sudán… En todos los lugares donde la infancia es atacada y privada de sus derechos. La infancia no es un objetivo de guerra. Los niños y las niñas no deben continuar pagando el precio más alto en ningún conflicto”, sentencia Andrés Conde, director general de Save the Children España. 


La organización celebra este acto en el marco de su campaña ¿Qué te llevarías?, con la que recauda fondos para actuar antes, durante y después de que se produzca una crisis humanitaria. En situaciones de emergencia, Save the Children proporciona todo aquello que las familias y los niños y niñas no pueden meter en una maleta cuando tienen que huir de sus hogares: protección, alimentos, medicamentos, kits de higiene… y también espacios seguros para la infancia donde los niños y las niñas puedan seguir con su educación y cuidar su salud mental. 


Conde explica que “los niños y las niñas no causan ni inician las guerras, pero es innegable que son sus víctimas más vulnerables. Ahora mismo en el mundo, más de 468 millones viven en una zona de conflicto. Y la situación está empeorando con la violencia permanente en Gaza. Pero hay muchas otras guerras poco recordadas y demasiados niños y niñas implicados. Es hora de decir basta.” Y añade: “Pedimos que se respete el Derecho Internacional Humanitario. "Ahora más que nunca necesitamos un alto el fuego inmediato y definitivo en Gaza. Hay mucho más que puede y debe hacerse para salvar las vidas de las niñas y los niños en esta guerra y en todas”.  


Desde que comenzó la guerra el 7 de octubre, Rafah ha sido el principal punto de entrada de ayuda y combustible a Gaza. Su cierre tendrá consecuencias catastróficas para los niños, niñas y sus familias. El bloqueo de la ayuda humanitaria pone en peligro la vida de un millón de niños y niñas pende de un hilo


LAS PETICIONES DE SAVE THE CHILDREN 


La organización pide a la comunidad internacional que todos los actores implicados en los conflictos armados respeten el derecho internacional, y hace un llamamiento a la ciudadanía a firmar su petición para garantizar que la infancia no sea un objetivo de guerra, garantizar escuelas seguras para los niños y las niñas, y justicia ante las violaciones de derechos humanos. 

Sobre Save the Children  


Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja en más de 115 países salvando vidas, proporcionando seguridad y protección a los niños y las niñas y defendiendo sus derechos en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.    


En España tiene operativos desde hace más de 30 años diferentes programas de atención a la infancia más vulnerable. A través de ellos, proporciona una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.


Recursos audiovisuales para medios: https://stces.me/4dsctGJ 


Declaraciones de Andrés Conde, director general de Save the Children:  https://stces.me/3Uv5oww 

Los jóvenes, protagonistas de la protesta.

El informe "Juventud, Protestas y la Policrisis",
Explorando cómo las protestas juveniles pueden ayudar 
a generar apoyo público para el cambio,
presenta las tendencias y aconseja tanto a activistas como a instituciones.

Un informe de UNICEF analiza las investigaciones 
sobre el papel protagonistas de adolescentes y jóvenes 
en las protestas y las reacciones de cambio. 
 Preocupaciones como la democracia o el cambio climático, 
están dentro de las cuestiones que les llevan a protestar. 

El objetivo de este análisis es ver cómo las tendencias actuales pueden llevar 
a impulsar un futuro mejor para todas y todos. 


Camila Teixeira,

Acceder al informe completo (en inglés) aquí.

Protestar pacíficamente es un derecho humano, de hecho es también un derecho de la infancia, como se recoge en la Convención sobre los Derechos del Niño. Las personas se reúnen en espacios públicos para protestar en marchas, manifestaciones, y/o en desfiles. El objetivo es expresar sus puntos de vista y atraer la atención de las autoridades, los medios de comunicación y otros. El activismo de los jóvenes es una expresión de su capacidad para exigir cambios y presentar soluciones.

En los últimos años, el activismo juvenil revela la brecha entre las aspiraciones de los jóvenes y la combinación de crisis –o ‘policrisis‘- que enfrenta el mundo. UNICEF ha querido aproximarse a este fenómeno a través del informe Juventud, Protestas y la Policrisis’, Este análisis ha tenido como objetivo explorar cómo y por qué los jóvenes protestan y qué impulsará el activismo en el futuro. Uno de sus hallazgos es que las protestas juveniles pueden desempeñar un papel importante en la construcción de futuros mejores. Los activistas, jóvenes y adultos, así como los responsables de la formulación de políticas, deberían tomar medidas para aprovechar este potencial.

Los activistas, jóvenes y adultos, así como los responsables de la formulación de políticas, deberían tomar medidas para aprovechar este potencial

El informe señala que el aumento de las protestas juveniles genera preocupación pero también esperanza ya que pueden desempeñar un papel importante en la construcción de mejores futuros. Es difícil predecir cómo serán los movimientos de protesta en el futuro, pero esta investigación de UNICEF identifica varios factores y preocupaciones que conducen al activismo juvenil: valores culturales, oportunidades políticas, recursos disponibles para manifestarse, factores estructurales (como el nivel de urbanización), características individuales (como el nivel educativo).

La democracia, cuestiones ambientales (especialmente el cambio climático), la discriminación por motivos de género, orientación sexual o etnia, o temáticas que les afectan como la educación, el empleo o las condiciones de vida, son algunas de las preocupaciones que les llevan a protestar. Todo apunta a que las protestas aumenten y que tengan a los y las jóvenes como protagonistas. Una conclusión con la que están de acuerdo los propios protagonistas del estudio...


Guerra narrativa.

Nuestros gobiernos están produciendo tecnologías 
cada vez más innovadoras y destructivas en el negocio de la guerra, 
también invierten en la guerra narrativa.
Obviamente, la guerra narrativa tiene poco que ver con la verdad.
"La veracidad nunca se ha contado entre las virtudes políticas, 
y las mentiras siempre se han considerado herramientas justificables en las relaciones políticas".

Pero no funcionó en el pasado y no funcionará hoy. 
Cerrar una conversación es una forma de estrechez de miras, de miedo a la verdad. 
Es el último refugio de quienes han perdido su posición moral.

"Puedes cortar todas las flores pero no puedes evitar que llegue la primavera".
- Pablo Neruda.


Si bien nuestros gobiernos están produciendo tecnologías cada vez más innovadoras y destructivas en el negocio de la guerra, también invierten en la guerra narrativa. Convencer a la gente de la necesidad de la guerra, de quién es el mal, de quién es la mayor víctima, de quién no merece ninguna compasión y de otras disputas narrativas polarizadoras, puede ser más importante que las batallas que se libran sobre el terreno.

Obviamente, la guerra narrativa tiene poco que ver con la verdad. Como dijo Hannah Arendt: (y seguimos citando) “La veracidad nunca se ha contado entre las virtudes políticas, y las mentiras siempre se han considerado herramientas justificables en las relaciones políticas”. Esto es tan cierto ahora como lo fue en el pasado.

Para aquellos de nosotros que buscamos y defendemos la verdad, esto es difícil de cuestionar. Los hechos por sí solos no convencen a la gente. La mayoría de nosotros no tenemos la plataforma, la influencia o los recursos para igualar las narrativas institucionales, y parece que cuantas más mentiras se exponen, más mienten.

Los belicistas luchan por imponer sus relatos, sus versiones de la historia. Ya sea preservando su versión del pasado o decidiendo el futuro. Sin embargo, a pesar de lo que algunos puedan creer, la historia ya no la escriben sólo los que ganan, el vencedor, el imperialista. ¿Podría esto ser una ventaja para nosotros?

La historia se mueve. La historia es abierta y cambiante. La historia nunca deja de descubrirse. La historia es colectiva. Y también lo son nuestras palabras.
Si bien debemos cuidar las historias que escribimos, publicamos y compartimos, también debemos negarnos a permitir que nuestras palabras y nuestros idiomas sean rehenes. Ningún gobierno, grupo o individuo es dueño de nuestras palabras.

Debemos liberar nuestro lenguaje del dominio de quienes buscan cerrar el intercambio de ideas, de quienes creen que son dueños de la historia.
Mantener las palabras como rehenes es una estrategia, no una búsqueda de la verdad. Los gobiernos e instituciones que tildan de antisemita a cualquiera que critique las acciones de Israel no están tratando de erradicar y eliminar el antisemitismo. Están utilizando el lenguaje como arma. Es una caza de brujas. Su objetivo es convertir a las personas en chivos expiatorios, sofocar las críticas, cerrar el debate, aislar a las personas en grupos opuestos y evitar admitir que están equivocados.

Pero no funcionó en el pasado y no funcionará hoy. Cerrar una conversación es una forma de estrechez de miras, de miedo a la verdad. Es el último refugio de quienes han perdido su posición moral.

Si bien puede dañar la democracia y su comprensión en el corto plazo; la gente no deja de expresar sus opiniones, preocupaciones e indignación ante las injusticias porque los gobiernos legislan contra ello. Todo lo contrario, de hecho. Basta mirar lo que está sucediendo en los campus universitarios de Estados Unidos
. Está en nuestra naturaleza resistir.

La represión envalentona. Nos hace subversivos, más radicales, más creativos. Sembra nuevas solidaridades. Cualquiera que sea el medio que se utilice, lo que tenemos en común es nuestra búsqueda de la verdad y de un terreno común. No importa lo difíciles o desgarradoras que puedan parecer las cosas.

Pero debemos tener cuidado de no utilizar tácticas similares en nuestros intercambios interpersonales. Cada vez más vemos y experimentamos el cierre de conversaciones dentro de nuestras familias, comunidades y organizaciones. Al controlar el idioma de todos estamos haciendo el trabajo del autoritarismo.

Al escritor y activista Vu Le le preocupa que la gente se haya molestado más por el uso de la palabra genocidio que por el genocidio real que se está cometiendo. "Debemos centrar la justicia sobre la civilidad", dice, "tenemos que preocuparnos más por la masacre de civiles que por la elección de palabras y el tono que la gente utiliza para denunciarla".

La seguridad es otra palabra que se está utilizando como arma. La gente equipara sentirse inseguro con estar inseguro y utiliza esto para cerrar el debate. Y esto, escribe Natasha Lennard, se ha normalizado en el discurso liberal demasiado simplificado. "La necesidad de distinguir entre sentirse seguro y estar seguro es urgente e innegablemente complicada", escribe.

Al escribir como profesor y judío, con un profundo compromiso con la seguridad y el bienestar de mis alumnos”, escribe Lennard, veo que es imperativo que aprendan a distinguir entre amenaza genuina y paranoia: que sus juicios sobre el mundo tener los pies en la tierra y estar atentos al funcionamiento del poder, la propaganda y la ideología”.

¿Asi que que hacemos?
Es más importante decir la verdad que ser complaciente. Debemos resistir la autocensura. Rechazar la clasificación. Rechaza el pro esto o aquello. Rechacemos prohibir palabras que describan los horrores infligidos a las personas. Negarnos a responder preguntas que nos condenan a posiciones fijas. Debemos buscar refugio en las zonas grises, en la confusión, en los matices. Debemos negarnos a quedarnos tontos. Y debemos responder a las preguntas estúpidas con preguntas profundas.

En palabras de Franz Kafka: “No todo el mundo puede ver la verdad, pero él puede serla”.

Palabras, Verónica Yates
Ilustración, Miriam Sugranyes.



References


Concurso Internacional de Cuentos, "A todo color: Cuentos para luchar contra el racismo y la xenofobia". MPDL

 Un niño con un libro en las manos 
de mayor nunca tendrá un arma entre ellas.
                                                    Gloria Fuertes


En el marco de la semana del Día del Libro, el Movimiento por la Paz -MPDL- lanza el Concurso Internacional de Cuentos “A todo color: Cuentos para luchar contra el racismo y la xenofobia”.


A través de la escritura creativa de cuentos
, esperamos que cada vez más personas, tanto escritoras como lectoras, identifiquen, reflexionen y tomen acción sobre las actitudes y prejuicios que existen hacia las personas migradas y racializadas en todo el mundo, minando sus derechos, su bienestar y las posibilidades de que todas las personas disfrutemos de sociedades orgullosamente interculturales.

Lanzamos el Concurso Internacional de Cuentos “A todo color: Cuentos para luchar contra el racismo y la xenofobia” para sumarnos y aportar iniciativas contra el racismo y la xenofobia. Los cuentos ganadores serán publicadas en una antología física y digital, que realizaremos con la colaboración de la editorial Ediciones Dorna.


La infancia en Gaza y el trauma del genocidio: "Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña"

"Una persona de 18 años que vive hoy en Gaza, habrá vivido conflictos en 2006, 2008, 2012, 2014, 2021 y desde octubre de 2023, presenciando cosas que ningún niño o niña debería vivir. Esto tiene un impacto muy profundo y duradero en una mente joven", denuncia Unni Krishnan, director humanitario de Plan International. En otras palabras, un joven gazatí de 18 años ha presenciado un conflicto armado cada tres años, de media. 


Público

ADRIANA RODRÍGUEZ

MADRID, 08/04/2024



"En este momento, Gaza es el contexto de respuesta humanitaria más intrincado del mundo. Es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño o una niña y para el personal humanitario", añade Krishnan. La ONG alerta, además, de que las personas que logren sobrevivir quedarán dañadas psicológicamente.


Tras seis meses de genocidio, los bombardeos de Israel han hecho que casi toda la población civil de Gaza dependa de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Sin embargo, "las agencias humanitarias solo han logrado permisos para entregar una pequeña parte de los suministros necesarios", incide Plan Internacional en un comunicado.


Gaza, un mal lugar para la infancia


Según la ONG, además del riesgo de morir en los ataques, la infancia se enfrenta al hambre, la falta de asistencia médica y a sufrir consecuencias psicológicas de por vida tras presenciar la muerte de familiares, amistades y el propio contexto de guerra. Se teme que el número de personas asesinadas en Gaza ya son 33.175, entre ellas 14.500 menores, 484 trabajadores médicos y más de 100 periodistas, según el Ministerio de Salud Palestino. Además, se intuye que hay otros 8.000 cuerpos bajo los escombros.


"El tiempo se acaba para los niños y niñas en Gaza. Es crucial y urgente que se produzca un aumento significativo en la ayuda humanitaria", explica Krishnan. "A pocos minutos en coche de Rafah, donde las familias se refugian en condiciones inimaginables y rudimentarias, hay miles de camiones que contienen alimentos y otros suministros que salvan vidas. Es absolutamente crítico que se garantice un acceso humanitario seguro a Gaza rápidamente", añade.


Hambruna en Gaza


Después de que siete trabajadores de la organización World Central Kitchen murieran en un ataque aéreo de Israel, otras ONG se han visto obligadas a salir de la Franja. De 2,3 millones de gazatíes, dos millones están forzosamente desplazados. Organizaciones humanitarias y la ONU acusan a Israel de usar el hambre como arma de guerra, y la mitad de la población del enclave está en riesgo de hambruna.


Sin embargo, el hambre ya es una realidad: 27 niños y niñas han muerto por desnutrición hasta la fecha. Mientras, otros 28.180 menores padecen malnutrición, según la ONU, que también expone que, entre los menores de dos años, la cifra de desnutrición se eleva a uno de cada tres


Durante el mes de marzo, unos 161 camiones de media con ayuda humanitaria cruzaron cada día a Gaza, lo cual es un cifra muy por debajo de la capacidad que tienen los pasos de Kerem Shalom y Rafah, por donde podrían pasar unos 500 diarios. Este agravamiento de la situación ha impulsado que Plan International, junto con otras organizaciones humanitarias, haya hecho un llamamiento "a todas las partes involucradas en el conflicto a garantizar la seguridad del personal humanitario y la población civil, de acuerdo con el derecho internacional humanitario".