Lourdes Gaitán compareció ante la
‘Subcomisión para abordar el problema de violencia contra las niñas y los niños’
en calidad de Presidenta de la asociación GSIA
Ver abajo el texto íntegro de la Comparecencia
Ver abajo el texto íntegro de la Comparecencia
Entre los objetivos de la subcomisión, constituida el 7 de octubre, y dependiente de la comisión de Sanidad y Servicios Sociales, destaca llegar a ofrecer una visión global e integradora de la situación de la violencia contra los niños y niñas que supere la invisibilidad de este grupo social, tanto a nivel de la cuestión a análisis por la subcomisión como por la ausencia una mayor información estadística en relación a la infancia y adolescencia. Esta subcomisión sentará las bases del ‘Estudio de la situación de la violencia contra los niños y niñas’ en España.
La asociación GSIA considera relevante superar los clichés a los que se ven expuestos los niños, niñas y adolescentes a través de los medios de comunicación para desde el enfoque de derechos de los niños posibilitar una mirada sociológica que comprenda la posición, y su motivo de ser, de los niños y niñas en la sociedad.Esta perspectiva macrosocial incardina, a entender de la asociación GSIA, la explicación de la existencia de la violencia contra los niños y niñas en una sociedad donde éstos ocupan un lugar determinado en su estructura social, como en el imaginario colectivo reflejado en la manera en que la infancia es tratada a nivel informativo.
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIÓN DE SANIDAD Y SERVICIOS SOCIALES.
Subcomisión para
abordar el problema de la violencia contra los niños y las niñas (15412)
Comparecencia: Dª Lourdes Gaitán Muñoz. Presidenta de la Asociación
Grupo de Sociología
de la Infancia y la Adolescencia
Fecha: 10 de diciembre de 2014
A.
LA
INFANCIA COMO FENÓMENO SOCIAL
1.
Para empezar podemos hablar de la infancia, no
tanto como etapa vital sino como el espacio social reservado para los niños. Un
espacio en el que se define la forma de ser niño en un momento histórico y en
un contexto geográfico, socioeconómico y cultural determinado.
2.
Por eso no significa lo mismo ser niño (o niña,
o adolescente) hoy, que serlo hace veinte, o cincuenta, o cien o doscientos
años antes. Tampoco es lo mismo ser niño hoy en un país europeo, que en uno
latinoamericano, que en otro asiático o africano.
3.
Sin embargo hay algo en común entre todos los
llamados niños, tanto histórica como coyunturalmente, y esto es su posición de
dependencia frente al colectivo adulto, las limitaciones impuestas sobre su ser
y su actuar, unas limitaciones que, si bien tienen una base biológica evidente,
ya que los seres humanos nacemos al mundo bastante incompletos, se hace más y
más social a medida que transcurren los años de la niñez (Gaitán, 2006).
4.
La infancia se concibe como un tiempo de espera
(“cuando seas padre, comerás huevos”, dice el viejo refrán castellano) una
clase de moratoria vital, una “reserva” para una especie que se supone en riesgo
de extinción, y con ella todo lo que de bello, inocente, espontáneo, no
reglado, libre de responsabilidades y obligaciones puede tener la vida del ser
humano.
B.
LOS
NIÑOS Y NIÑAS COMO ACTORES SOCIALES
- Frente
a una concepción de la infancia eterna, intemporal, proyectada hacia el
futuro, mantenida en general por los adultos, la infancia es el tiempo en
el que se es niño y se vive como niño, a los ojos de sus protagonistas.
- Los
niños son actores en el proceso continuo de crear y re-crear la infancia,
cuestión que se hace evidente solo con observar sus conductas, pero que es
poco reconocida por parte de los adultos, quienes tienden constantemente a
reconducir la infancia al orden, a su orden.
- La vida de los niños
se desarrolla principalmente en el ámbito de lo privado. Escondidos en la
familia, su vida diaria permanece oculta y desconocida para la mirada
adulta, salvo cuando su comportamiento problemático amenaza al orden
social, el incumplimiento paterno remueve las conciencias hacia el deber
colectivo, o las necesidades reproductivas de la sociedad requieren su
participación en los procesos educativos.
- Pero a pesar de ser
invisibles los niños actúan. Actúan unas veces porque su propia existencia
modifica el entorno y obliga a adoptar medidas con relación a ellos, y
otras veces porque, al irse introduciendo en el mundo social empiezan a
intervenir en él.
- Tanto en el ámbito microsocial, como en el nivel de la estructura social, los niños, no sólo pueden actuar, sino que actúan de hecho, e interactúan otras personas y con los demás grupos sociales, modificando, construyendo y contribuyendo a los cambios que se producen en la sociedad, a la vez que son afectados por ellos en forma no exactamente igual que son afectados sus padres o los otros adultos, y sí de modo bastante semejante a como resultan afectados otros niños.
C. LA INFANCIA ES UNA CONSTRUCCIÓN SOCIAL
- Cuando se habla de
“construcción social de la infancia” no se está haciendo referencia a un
acto físico ni consciente, sino a un proceso dialéctico de producción de
sentido por el cual se dota a la infancia, como a cualquier otro aspecto
de la realidad social, de un significado, que es aprehendido como un hecho
objetivo que se internaliza a través de la socialización y se reproduce,
pero ya no de forma igual, sino transformado por la conciencia.
- El orden social que
rige y se nos presenta como parte de esa realidad, no forma parte de la
naturaleza de las cosas, existe solamente como producto de la actividad
(cognitiva) humana, como resultado de la constante interacción entre el
ser humano (productor) y el mundo social (su producto).
- En la construcción
social vigente, la infancia viene a ser una etapa de preparación orientada
al futuro, lo que ensombrece buena parte de su realidad escrita en
presente. Se considera a las personas menores de edad como seres
incompletos, dependientes, moldeables, controlables, definidos no por un
“ser” sino por un “aun-no-ser” adultos. Y así, el niño no es considerado
como un "ser humano" sino como un "potencial humano".
D. LOS NIÑOS SON UNA MINORÍA SOCIAL
13.
Los niños presentan un rasgo significativo en su
consideración social: ser menores de edad es lo que les adscribe a un grupo, es
su condición común más aparente. Se trata de un grupo que presenta los rasgos
clásicos de una minoría social: discriminación en materia de derechos, de
acceso al poder, de bienestar y prestigio, así como una subordinación al grupo
dominante.
14.
Quienes pertenecen a una minoría son considerados
inferiores y frecuentemente son víctimas de prejuicios, discriminación, abuso y
humillaciones que poco tienen que ver con sus valores individuales sino que son
precisamente un resultado de su estatus minoritario.
15.
Como otros grupos minoritarios los niños disfrutan
de unos derechos, aunque no de otros, pero su principal peculiaridad consiste
en ser el único grupo social cuya limitación de derechos está fundamentada en
la edad, y el único que está privado de la representación directa de sus
propios intereses ya que, como antes las mujeres estaban representadas por sus
padres o esposos, así los niños lo siguen estando por sus progenitores o por
sustitutos de éstos.
E. LAS RELACIONES INTERGENERACIONALES COMO
RELACIONES DE PODER
- La
cuestión de las relaciones entre las generaciones infantil y adulta
resulta ser uno de los puntos clave en la concepción de la infancia. Ambas
generaciones se necesitan, aunque más la primera de la segunda, que está
llamada a introducir a los nuevos miembros en las pautas y normas de la
vida social, que es lo que hace a unos y otros seres humanos, esto es,
seres sociales.
- Por
ese camino el colectivo adulto puede lograr su principal finalidad, cual
es, asegurar el futuro de la especie, pero si en esta tarea se limitara
simplemente a reproducir lo ya vivido, estaría negando cualquier
posibilidad de avance en la condición humana. Por el contrario, con la
contribución de todos (hombres, mujeres, niños) reconocida o no, es como
se producen los cambios.
- Tomando la
perspectiva de los niños, cabe señalar que estos tienen bastante clara la
existencia de un orden generacional
presente en las relaciones entre personas adultas y personas menores de
edad.
- La idea central en
la noción de orden generacional
es que existe un sistema de ordenación en las sociedades modernas que se
relaciona específicamente con los niños como categoría social y
circunscribe para ellos lugares sociales particulares, desde donde los
mismos actúan y participan en la vida social.
- Este sistema de
ordenación es comparable con otros mejor conocidos, como los que se
refieren al género, la etnia o la clase social. Como en estos pueden
observarse los conflictos, las alianzas, la jerarquía, las relaciones de
poder, etc., que se dan entre los distintos actores en liza, que serían
las unidades generacionales en este caso.
F.
LA IMAGEN SOCIAL DE LA INFANCIA
21. La imagen
de infancia que se comparte actualmente de modo mayoritario la presenta como una etapa de preparación y
aprendizaje, de dependencia y también de cierta irresponsabilidad, por lo que
necesita ser protegida frente a los demás y también, en cierto modo, de sí
misma.
22. Una contribución importante a la construcción actual de
la imagen de la infancia ha venido de la mano de la idea y la puesta en
práctica de los derechos humanos universales, lo que ha llevado a extender el
ámbito de estos derechos hacia los colectivos que se consideran más necesitados
de protección por su especial vulnerabilidad, entre ellos, el conformado por
los niños, niñas y adolescentes.
23. La virtud más
notable de la Convención reside en la expresa y reiterada atribución de
derechos a los niños por sí, a los niños como personas. Junto a ello es
destacable que son los Estados que la suscriben los que reconocen estos
derechos y adquieren el compromiso de velar por su cumplimiento, y asimismo que
se establezca en la misma un sistema continuado para el seguimiento de los
avances que se van logrando en los distintos países respecto a la protección de
aquellos derechos y a la promoción del bienestar de los niños.
24.
Del lado de los defectos, los más señalados derivan de una concepción
adultocéntrica de las relaciones niño-sociedad, y de una visión basada en la
cultura occidental dominante, latentes ambas cosas en el texto de la
Convención. Pese a ello, la existencia de este instrumento legal y la amplia
difusión del mismo, ha repercutido, indudablemente y a escala universal, en
beneficio de los niños, quienes han entrado de hecho en la agenda política.
25.
De forma concreta, en su artículo 19 la Convención establece que los estados
partes adoptarán todas las medidas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra
toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se
encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
G. LA VIOLENCIA CONTRA LOS NIÑOS Y NIÑAS
26. Los estudios de carácter histórico han puesto de manifiesto que el
maltrato, el abuso y en general la violencia ejercida contra niños y niñas ha
venido a ser un fenómeno tan antiguo como la propia humanidad.
27. Durante mucho tiempo se ignoraron las necesidades físicas y
emocionales de los niños y no es hasta épocas tan tardías como finales del
siglo XIX cuando se comienza a legislar contra el maltrato infantil (a imagen
por cierto de lo legislado en relación a la protección de los animales) o más
aún, hay que esperar a los años 70 del siglo XX para ver identificado como un
síndrome el que se refiere al niño maltratado.
28. El aumento de la sensibilidad social con respecto a la violencia
inflingida a los niños se pone de manifiesto en la incorporación de la
protección frente a la misma en la Convención de los Derechos del Niño, pero
también en todas las acciones y medidas que, desde su aprobación, se han puesto
en práctica.
29. Pese a ello, las cifras de la violencia contra los niños siguen
considerándose inadmisibles. Y esto último es lo que se puede ver en parte una
buena noticia, porque significa, no tanto que la violencia haya aumentado, sino
que nuestro umbral de tolerancia
frente a la misma ha descendido notablemente.
30. La violencia contra los niños y niñas debe ser considerada como un
fenómeno relacionado con un modelo de sociedad en el que rige un orden
generacional en el que el poder se encuentra en manos de un grupo dominante
(adulto) que lo ejerce frente a un grupo infantil, definido como dependiente,
incapaz, y falto de autonomía.
31. Cualquier mejora de la situación actual debería pasar por un
cambio en mentalidad colectiva (de la imagen social de la infancia) y asimismo
por conseguir un equilibrio diferente en el balance de poder entre niños y
adultos. Por más que esto resulte más difícil de modificar que las conductas
individuales, o más lento de implantar que unas nuevas leyes.
H. EL ESTADO DE LA CUESTIÓN EN LA PROTECCIÓN DE LOS
NIÑOS CONTRA LA VIOLENCIA
32. El informe realizado por un experto independiente por mandato de
la Asamblea General de las Naciones Unidas
y publicado en 2006 constituye un marco indispensable para la
comprensión actual del fenómeno (http://www.unicef.org/violencestudy/spanish/).
33. El documento Cómo eliminar
la violencia contra los niños, editado por UNICEF y la Unión
Interparlamentaria contiene una serie de recomendaciones y sugerencias para
parlamentarios, inspiradas en el documento anterior (http://www.ipu.org/PDF/publications/violence_es.pdf)
34. El informe Ocultos bajo la
luz, de UNICEF, publicado en septiembre de 2014, con cifras referidas a la
violencia contra los niños y niñas en todo el mundo trata de aproximar las
dimensiones del fenómeno en todo el mundo, con el fin de aumentar el inter (http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/ocultos-plena-luz-un-analisis-estadistico-de-la-violencia)
35. Las Observaciones Generales del Comité de los Derechos del Niño Nº
8 (2006) sobre el derecho a la protección de los castigos corporales y otras
formas de castigos crueles y degradantes, y Nº 13 (2011) sobre el derecho a no
ser objeto de ninguna forma de violencia.
36. Diferentes publicaciones de Save the Children (España) referidas a
los niños como víctimas en la violencia de género, acoso y ciber acoso,
protección contra la trata, etc.
I. PROPUESTAS PARA LA ACCIÓN
37. El informe del experto independiente para Naciones Unidas finaliza
con 12 recomendaciones generales, así como con otra serie de ellas, aplicables
particularmente a los ámbitos en los que se desarrolla la vida de niñas y niños
que son, por ende, donde se produce la violencia contra los mismos.
38. Es preciso ajustar estas recomendaciones a la realidad particular
de cada país, y a los perfiles propios con los que se presenta la
violencia en el mismo.
39. Desde nuestra perspectiva (sociológica y centrada en la infancia)
nos permitiríamos destacar las siguientes:
·
Elaborar
y aplicar sistemáticamente sistemas nacionales de reunión de datos e
investigación. La primera aproximación a un fenómeno consiste
en dimensionarlo, en “tomarle las medidas”.
Pero además este
conocimiento es la base para poder establecer objetivos concretos, y mensurables,
que puedan ser evaluados en su eficacia, eficiencia e impacto para avanzar en
la reducción de la violencia contra los niños en cada uno de los ámbitos
identificados.
·
Aumentar
la capacitación de todos los que trabajan con y para los niños. Se
trataría de influir en el cambio de mentalidades, especialmente en las de
aquellas y aquellos que tienen mayor capacidad de decisión sobre los arreglos
de vida de niñas y niños: jueces, fiscales, trabajadores sociales. Así mismo
sobre los grupos profesionales que se encuentran en contacto cotidiano y más
próximo con niños, niñas y adolescentes: profesores, educadores, pediatras. Sin
olvidar a quienes, por su profesión, pueden prestar un auxilio inmediato a los
que están siendo víctimas de violencia o se encuentran en riesgo de serlo,
especialmente la policía.
·
Garantizar
la participación de los niños en todos los asuntos que les afectan. La
participación social de los niños y niñas debe dejar de ser una frase retórica,
ni limitarse a representaciones simbólicas de su “futura ciudadanía”. El
mandato de la Convención es claro: ellas y ellos tienen derecho a expresar su
opinión en todo aquello por lo que se encuentran implicados, que les incumbe y
que les repercute. Y todo es TODO.
·
Promover
valores no violentos y concienciación. El papel de los medios de
comunicación es fundamental para difundir mensajes que pueden, o bien
contribuir a un cambio en la imagen social de la infancia, en el sentido de
poner de manifiesto las capacidades y los valores de niños, niñas y
adolescentes, o bien servir para alimentar estereotipos referidos a ellos como
víctimas o victimarios. Establecer vías de diálogo entre protagonistas (los
niños) y profesionales de los medios, podría ser en este sentido una vía a
explorar.
Madrid, 10 de diciembre de 2014