Mostrando entradas con la etiqueta Infancia y Latinoamérica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Infancia y Latinoamérica. Mostrar todas las entradas

Sistemas nacionales de protección integral de los derechos de la niñez y la adolescencia en América Latina: estado de aplicación.

Estudio pormenorizado de las características que debe reunir un sistema de protección 
de los derechos de la niñez y la adolescencia para poder ser considerado integral.

Colección: Alternativa 1ª Edición.
Isbn Papel:     9788411300407 
Isbn Ebook:    9788411300414.

Incluye a Isaac Ravellat y Claudia Patricia Sanabria, 
miembros del Consejo Asesor de nuestra Revista Sociedad e Infancias.


El objetivo de esta obra se centra en el estudio pormenorizado de las características que debe reunir un sistema de protección de los derechos de la niñez y la adolescencia para poder ser considerado integral. 

Asimismo, se procede al análisis detallado de la forma cómo dichos modelos integrales se vienen instalando en América Latina, para con ello resaltar los avances alcanzados y los desafíos todavía pendientes de resolver en este contexto material. 

De esta suerte, la presente monografía reúne a un grupo de destacadas y destacados juristas, expertos en derechos de la niñez y la adolescencia, para que examinen de manera minuciosa los sistemas de protección a niñas, niños y adolescentes vigentes en la actualidad en Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Honduras, Perú, México, Argentina y Paraguay.
 
Esperamos que este libro se convierta en un texto de consulta obligatoria cuando de los derechos de la niñez y la adolescencia se trate, especialmente para operadores jurídicos, abogados litigantes, académicos, investigadores, estudiantes, y profesionales del ámbito de la protección de los derechos de la niñez y la adolescencia. 

Las juventudes latinoamericanas y caribeñas y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: una mirada desde el sistema de la ONU.

Estado de un grupo de metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en lo que atañe a la población joven de América Latina y el Caribe.



En este documento se examina el estado de un grupo de metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en lo que atañe a la población joven de América Latina y el Caribe, y se definen líneas para orientar la acción futura dirigida a promover un desarrollo resiliente, sostenible e inclusivo entre las juventudes de la región. Las orientaciones se brindan sobre la base de tres grandes ejes de desafíos y áreas de oportunidad relacionados con el desarrollo, a saber: i) la inclusión, ii) el cambio climático y la protección del medio ambiente y iii) la gobernabilidad. En ese marco se analizan los ODS en función de los factores que están obstaculizando o potenciando su cumplimiento entre las juventudes, y se ofrecen elementos propositivos para profundizar las acciones orientadas a acelerar el progreso hacia su consecución. El documento es fruto de la labor conjunta de entidades del sistema de las Naciones Unidas en el marco de la Plataforma de Colaboración Regional de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe.

Índice

Introducción: 
la Agenda 2030 y los tres ejes que enmarcan los desafíos de las juventudes de América Latina y el Caribe .-- 
I. Los ODS y las juventudes: un diagnóstico con fundamento empírico .-- 
II. Mirando hacia el futuro: participación de las juventudes e inversión en ellas .-- 
III. Conclusiones.

La batalla sin fin de los niños soldado en Colombia

Si a la violencia en Colombia se le pusiera una edad, la niñez y la adolescencia serían, sin duda, una de las poblaciones más golpeadas.
La muerte de una chica de 15 años tras un bombardeo del ejército sobre un campamento guerrillero reabre las heridas de una realidad histórica: el reclutamiento ilícito de menores. Estas son algunas de las historias del millón de adolescentes víctimas del conflicto.


Giselle, de 18 años, avanza con otros miembros
de las FARC en la región de Antioquia, en Colombia,
en enero de 2016, Rodrigo Abd/AP/Gtres
A los 15 años Yeimy Sofía Vargas ya forma parte del registro de niños y adolescentes víctimas del conflicto armado colombiano. La menor murió en marzo tras un bombardeo de la Fuerza Aérea sobre un campamento de disidentes de las antiguas FARC en Guaviare, una zona de tradición insurgente al sur del país. 

Tras los hechos, el Ministro de Defensa, Diego Molano, quiso proyectar una imagen de autosuficiencia y seguridad. Además, hizo responsables a las disidencias guerrilleras, quienes, a su juicio, convertían a los menores en “máquinas de guerra”. Analistas del conflicto armado como Andrés Aponte señalan que el Gobierno conservador de Iván Duque buscó con aquellas declaraciones evadirse de su obligación constitucional de proteger a una de las poblaciones más vulnerables del conflicto, y de paso, cargarles con el peso de una “gran estigmatización”.

La noticia revivió, además, el recuerdo devastador de los ocho menores de edad que fallecieron en 2019, tras otra descarga de plomo aéreo sobre la misma facción guerrillera. El hecho trató de ser ocultado por la cartera de Defensa y le costó el puesto al entonces ministro Guillermo Botero.

Una de las poblaciones más golpeadas por la violencia en Colombia

El reclutamiento ilícito de menores de 18 años en la guerra colombiana es una antigua realidad. A pesar de la opacidad de las cifras, sabemos que 6976 niños, niñas y adolescentes han sido acogidos entre 1999 y 2021 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad estatal que atiende a los jóvenes que se desvinculan, o son rescatados, de cualquier grupo armado ilegal.

Por su parte, la Unidad de Víctimas del conflicto ha registrado desde 1985 unos 16.045 homicidios de personas de entre 12 y 17 años. Y otras cifras apuntan que, del total de más de nueve millones víctimas del conflicto registradas en la misma entidad, algo más de un millón son adolescentes.

El politólogo Carlos Otálora es enfático en señalar que si a la violencia en Colombia “se le pusiera una edad, la niñez y la adolescencia serían, sin duda, una de las poblaciones más golpeadas”.

Así mismo lamenta que los medios locales se hayan limitado a replicar la faceta más llamativa de una problemática profunda y compleja. Andrés Aponte añade, en el mismo sentido, que el lenguaje noticioso ha distorsionado la realidad: “La prensa en Colombia repite como muletilla que se trata de ‘reclutamiento forzoso’ de menores. Un estudio detallado muestra que eso es impreciso y que en nuestro país el grueso de los casos de incorporación a los grupos ilegales es voluntaria”. 

De la misma manera, añade que el tratamiento correcto sería el de “reclutamiento ilícito”. Y remata asegurando que, allí, "prefieren las condenas moralistas y se forman ideas erróneas. En el caso colombiano no sucede lo que en Nigeria, donde Boko Haram rapta a los niños y les corta violentamente toda capacidad de elección”.

Cruce de caminos

A los 13 años, Pedro Pablo Ibatá ya era un muchacho con nociones políticas y relatos de guerra en la cabeza. A esa edad tomó la decisión de alistarse en la guerrilla marxista de las FARC y seguir los pasos de su padre, que formó parte de las primeras cuadrillas insurgentes a principios de los años 60. Del universo rural que dejaba atrás, solo añoraba a su familia, ya que la mayoría de chicos en la zona apostaron también, en un punto u otro, por la lucha armada. 

En Vistahermosa, la población del centro del país donde Ibatá fue criado, a finales de los 80 quedaban ya pocos conocidos. Muchos acabaron en las tropas antagónicas de la extrema derecha paramilitar, que, por entonces, se empleaba a fondo en eliminar del mapa a los miembros de la Unión Patriótica, una formación política legal de raíz guerrillera.

Ibatá recibió el nombre de Guillermo como alias de guerra y pasó casi 30 años en la clandestinidad, donde llegó a ser uno de los mayores expertos en explosivos con varios delitos en la capital. Hoy, tras los acuerdos de paz de 2016 en La Habana con el Gobierno, es uno de los 19.000 desmovilizados de las antiguas FARC. Cuenta que a sus 47 años ya es abuelo y tiene canas. A pasar de ser un hombre precavido, muestra entusiasmo cuando habla de su nueva misión al frente de una de las dependencias del programa de reinserción a la vida civil para jóvenes combatientes.

Las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fueron, históricamente, los mayores reclutadores de jóvenes, con un 56%, según las cifras de menores acogidos por el ICBF, la mayoría de ellos tenía entre 14 y 17 años. A las FARC las siguen el aún activo Ejército de Liberación Nacional, con un 19% del total de menores reclutados y las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia, con el 15%.  

Casi todas las fuentes coinciden en que, a pesar de que es innegable que ha habido reclutamiento forzoso, se trata de un fenómeno residual a lo largo de medio siglo de conflicto interno. Hay documentación, por ejemplo, que demuestra que en la década de los 90 las FARC ejercieron un sistema de cuotas. En determinadas regiones se llevaban para la selva, bajo extorsión, a un menor por cada familia. En 2012 se descubrió el escándalo de unos escuadrones, bautizados los "pisa suave", de niños especializados en operaciones especiales que llegaron a degollar a miembros de la fuerza pública. 

Pero el politólogo y ex guerrillero del ELN, Álvaro Villarraga, matiza que en el esquema clásico de las guerrillas campesinas predominó un sistema de convencimiento político y factores de tipo hereditario. Los documentos de inteligencia militar clasificaban como familias “farianas” o “elenas” a los clanes de milicianos que se sucedían por las estructuras a través de generaciones.

El caso de los paramilitares es distinto. Su modelo consistía en atraer delincuentes jóvenes más avazados, muchas veces ex guerrilleros o ex militares, a los que se les ofrecía un sueldo o la promesa de todo tipo de bienes. A diferencia de las guerrillas, su centros de preparación se situaban a las afueras más pobres de ciudades medias, y no en el campo.

Andrés Aponte, de la Fundación Ideas para la Paz, se refiere a una “mercenarización” de la guerra. “A partir de los 80 se abre una ventana de ascenso social distinto para jóvenes humildes. En la guerrilla no había pago, pero en el caso de los paras sí, y la remuneración dependía de la destreza de cada guerrero.”, señala el investigador. 

Generaciones rotas

A los 14 años, José Sánchez ingresó a la guerrilla de las FARC para evitar la cárcel. Su padrastro había violado a una de sus hermanas y como venganza decidió “zamparle un tiro para que aprendiera a respetar”. Por eso huyó. Allí recibió el alias de "El tuerto". No reniega de su pasado, pero confiesa que, en las más de tres décadas en la montaña, lo único con lo que nunca congenió con su organización fue en la fe religiosa. “Los lineamientos marxistas-leninistas imponen el ateísmo. Con eso nunca pude. Siempre creí en la existencia de Dios y antes de cada misión me echaba la bendición sin falta”, aseguró.

Sánchez tuvo en sus manos la misión de reclutar nuevos integrantes para “la causa”. Asegura sin titubear que nunca mintió ni tampoco obligó a nadie a seguirlo. Hoy, desmovilizado y con 57 años, trabaja como conductor de maquinaria pesada y no reniega de su pasado.

"No había más nada"

Camila, en cambio, se muestra reacia a hablar de su vida en la guerrilla. Además de haber perdido una pierna al pisar una mina antipersona, ha tenido problemas de salud y su única preocupación en la vida es velar por el futuro de su hijo de seis años.

También entró a las FARC con 14 años porque en su municipio “no había más nada”. Ni escuela, ni ejército, ni nada. Allí aprendió a leer, cumplió funciones como enfermera y odontóloga. Su voz es seca y dura. Su vida no ha sido muy distinta. Tras preguntar una y otra vez cuál es la finalidad de la entrevista, pide una única condición: que no se mencione su nombre. No quiere que su hijo lea en el futuro sobre un pasado que quisiera enterrar.

Las motivaciones para escoger el camino de las armas han variado muy poco en el último medio siglo. La violencia ha amainado, pero de ninguna forma ha desaparecido. De hecho, el cierre de escuelas debido a la crisis sanitaria ha espoleado nuevos casos de reclutamiento documentados por Organizaciones como la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado colombiano (Coalico). 

El vínculo entre niños y maestros se ha visto interrumpida. Y el repliegue por el confinamiento ha ahondado aún más el vacío institucional. 

En los últimos tiempos, nuevos grupos ilegales, así como bandas más pequeñas apoyadas en el sempiterno y lucrativo narcotráfico, han sumado herramientas digitales para enganchar a chicos en los suburbios urbanos (en la ruralidad la cobertura de internet no supera en promedio el 9,6%). Se trata de muchachos mucho menos ideologizados, más interesados en subsistir. Muchas veces, migrantes venezolanos vulnerables.

José lo resume claro: “Desde hace rato el Estado se lo pone muy fácil a los grupos armados”. Basta repasar las declaraciones de los excombatientes para constatar que hay patrones que se repiten: precariedad, ausencia estatal, venganza o violencia. Pero también pequeñas dosis de esperanza de que en un futuro no muy lejano las próximas generaciones no tendrán que crecer bajo el silbido de las balas.

Informes COVID-19 CEPAL-UNICEF.

Publicaciones Infancia de la Cepal.  
.-  Violencia contra niñas, niños y adolescentes en tiempos de COVID-19.

En el presente documento se abordan el agravamiento de los riesgos y la disminución de los factores de protección ante la violencia física, psicológica y sexual a la que se exponen en su hogar los adolescentes, niños y —especialmente—niñas de la región durante la pandemia de COVID-19. 
Asimismo, se ofrecen recomendaciones sobre cómo integrar acciones concretas en los mecanismos de respuesta que los Estados de América Latina y el Caribe han dispuesto para enfrentar la crisis del COVID-19.






.- Protección social para familias con niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe: un imperativo frente a los impactos del COVID-19. 


Antes de la crisis del COVID-19, las niñas, niños y adolescentes ya eran una población con marcada vulnerabilidad, con una mayor incidencia de la pobreza respecto de los demás grupos etarios, y se veían afectados por múltiples desigualdades en diversas dimensiones. Ante la emergencia actual, las familias no solo enfrentan la pérdida de sus medios de vida y la percepción de menores ingresos, sino que los niños, niñas y adolescentes también encuentran grandes barreras para acceder a la atención sanitaria (incluso a los esquemas de vacunación) y a la educación, con lo que experimentan un mayor riesgo de rezago o abandono escolar. También corren más riesgo de padecer inseguridad alimentaria y de sufrir violencia o maltrato físico. Es urgente, por lo tanto, invertir en la infancia y garantizar su desarrollo en un contexto lleno de adversidades, unas nuevas y otras más antiguas.


.- Desafíos:  Boletín de la infancia y la adolescencia.   

América Latina y el Caribe es la segunda región más urbanizada a nivel global y la que presenta los índices más altos de desigualdad. Por ello la relevancia de considerar distintos aspectos sobre las posibilidades de desarrollo que el entorno urbano otorga a las niñas, niños y adolescentes que viven en ciudades. El artículo central de este boletín se centra en la precariedad habitacional que caracteriza a los más de 80 millones de niñas, niños y adolescentes que enfrentan algún tipo de precariedad relativa a los materiales de construcción, a condiciones de hacinamiento y falta de acceso a agua, saneamiento y energía en sus viviendas. Ello implica la vulneración de derechos y, en consecuencia, la disminución de sus oportunidades de desarrollo. Reconocer y recoger la voz de la infancia y adolescencia acerca del entorno urbano que habitan, así como sus propuestas para convertirlo en espacios amables y en los cuales ejercer sus derechos, son elementos clave para sumar a las políticas involucradas en la materia. Diversas publicaciones y experiencias son presentadas en las demás secciones de este boletín.


.- Otras publicaciones Cepal Infancia:




 D

Infancia, democracia y libertad de expresión.


El  derecho  a  la  libertad  de  expresión  de  los  niños  vino  para  quedarse,  entre  otras  razones  porque constituye el emergente de un proceso que, a falta de mejor nombre, podría denominarse como de profunda democratización de las relaciones sociales.

Esto, sin embargo, no significa la ruptura de la autoridad entre padres e hijos. 
Lo que implica el proceso de democratización de las relaciones familiares es la ruptura del autoritarismo, entendido este último como una falsa autoridad. 
El autoritarismo es una pseudo autoridad despojada de toda razón argumental.


García Méndez, Emilio [autor]*,
Serie: Cuadernos de discusión 
de comunicación e información; nº 16, 
UNESCO Office Montevideo and Regional Bureau 
for Science in Latin America and
the Caribbean, 2019.


Conclusiones y Recomendaciones.

En primer lugar, se trata de crear las condiciones para que en el diseño de las políticas públicas los niños puedan emitir su voz con el menor grado de interferencia posible. 
No se ignora aquí el problema de la legitimidad de la voz de los niños. La legitimidad de la voz de los niños participa de todas  las  dificultades  que  afectan  a  los  adultos  con el agregado del obstáculo ya mencionado de la  mediación  de  los  adultos.  
Poner  de  manifiesto los problemas vinculados con la mediación por parte de los adultos constituye tal vez la recomendación más fuerte en este campo. 
Se trata también de reformular las estrategias de protección  de  la  infancia  no  solo  sin  afectar  su  libertad  de  expresión  sino  expandiendo  esta  libertad.  
Encontrar  estrategias  de  diálogo  franco  y  sincero entre los niños y los adultos constituye en todo caso el corazón de cualquier estrategia seria en este ámbito. 
Aceptar la libertad de expresión que plantean las nuevas  tecnologías  (redes  sociales)  sin  demagogias y sin condicionamientos que excedan lo previsto normativamente es uno de los desafíos centrales, no solo de la relación con la infancia sino de la posibilidad de ensanchamiento de las bases de la democracia.

*Emilio García Méndez: Abogado Universidad de Buenos Aires (1974). Doctor en Derecho por la Universidad del Saarland Alemania (1984). Profesor Regular Titular de la Cátedra de Criminología, Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (since 1988). Diputado Nacional mandato cumplido (2005-2009). Presidente de la Fundación Sur Argentina

Seamos panarceros!.

Caminos para la convivencia pacífica entre estudiantes colombianos y venezolanos.


Universidad de Sto. Tomás,
Bogotá, Colombia.
Herramienta pedagógica que se desarrolla en Colombia con el objetivo de mejorar la convivencia entre estudiantes colombianos y venezolanos en el ambiente escolar. 
Este material busca generar reflexiones entre los niños, niñas y adolescentes, sus maestros y familias, en torno a una serie de conceptos clave vinculados a los procesos migratorios, tales como: frontera, derechos humanos, refugio, desplazamiento forzado, trata de personas, xenofobia, discriminación, entre otros. 
Así también ofrece 50 orientaciones prácticas para el acompañamiento psicosocial.






La caída del adultocentrismo.



El adultocentrismo está en crisis y 
no logramos verlo detrás de todas las cifras que nos muestran dicha situación,
 buscando siempre a los culpables fuera 
y responsabilizando a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Analizando los pilares que sustentan esta caída del adultocentrismo.

por Juan Pablo Venegas,




La caída del adultocentrismoLa situación actual de la niñez en el país (CHILE) se explica en gran medida por un olvido sistemático y negligente de las instituciones adultas respecto de las necesidades principales de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), así como también por los resultados de problemáticas sociales que ligan conductas y comportamientos validados culturalmente en la crianza y que sustentan la pobreza infantil, las altas incidencias en violencia y una severa crisis de salud mental, entre otros flagelos. 
Lo anterior obliga a analizar los pilares que sustentan esta verdadera caída del adultocentrismo.

El Fracaso de las Instituciones Adultas: Estado, Iglesias, Escuelas, la Justicia, SENAME, todos espacios de relacionamiento que han devenido en rotundas crisis de legitimidad, de funcionamiento y resultados, de generación de desigualdad, de equidad jurídica y de oportunidades. En particular, hacia la niñez, el Estado no ha cumplido con su promesa de brindar protección y garantías de derechos para NNAJ; la cantidad de niños, niñas vulnerados al interior del mismo SENAME y, en los últimos dos años, la crisis de los colegios emblemáticos que ha sido tratada principalmente desde la crítica, la sanción y la reacción coercitiva, con poco y nulo diálogo resolutivo y un acercamiento real a sus demandas.

El Fracaso Ético – Cultural de la Adultez: Un segundo ámbito a destacar es el de la cultura y las costumbres, en donde la crisis ética y moral de la adultez, que ha amparado la violencia, el maltrato, la discriminación, el abuso y en donde existe una cultura de subestimar la niñez, la adolescencia y la juventud
El científico Pablo Razeto lo define como “una crisis sistémica y generacional, donde se ha subestimado a los adolescentes”. Clave en esto han sido las inconsecuencias mostradas tanto en fallos judiciales para delitos económicos, donde connotados empresarios han sido condenados a multas y a clases de ética, y jóvenes vendedores ambulantes son privados de libertad.
En el caso de las iglesias, la caída ética de la Iglesia Católica por abusos sexuales y el escándalo económico, así como las reacciones ultraconservadoras de iglesias evangélicas, distancian y decepcionan a la adolescencia y juventud de los valores tradiciones y costumbres que sustentan el contrato social.
En esta línea, en el estudio de Modelos Culturales de Crianza (WorldVision, 2017) se configura el concepto de “Complejo de Disciplinamiento”, entendido como un sistema de comportamientos que aloja de manera difusa y ambivalente formas de crianza basadas en la ternura y el afecto, con otras asociadas al castigo y el uso de la violencia.

El Fracaso Económico y Social: en este punto, tanto los datos como la vivencia cotidiana de la crisis de desigualdad de nuestro modelo de sociedad tiene un correlato directo con la niñez, adolescencia y juventud, pues junto con ser los más pobres entre los pobres, el 56,4% de los menores pertenecen a los primeros dos quintiles. Esto quiere decir que más de la mitad de los niños del país son parte del 40% más pobre de la población. Asimismo, el 13,9% de los menores de edad son catalogados como pobres según sus ingresos, y un 22,9% es considerado pobre multidimensional. Se suma a esto que la cifra de “NINI´s”, que supera los 520 mil en el país y que el desempleo entre los 15 y 29 años, la población más joven, bordea el 20%.

El adultocentrismo está en crisis y no logramos verlo detrás de todas las cifras que nos muestran dicha situación, buscando siempre a los culpables fuera y responsabilizando a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Cambio climático y derechos humanos: contribuciones desde y para América Latina y el Caribe


El cambio climático constituye la principal amenaza al pleno ejercicio de los derechos humanos,
también para niños, niñas y adolescentes.

Autor institucional CEPAL
Editorial: CEPAL diciembre 2019.







Acceso al pdf.

Descripción:

Publication coverEl cambio climático constituye la principal amenaza al pleno ejercicio de los derechos humanos. Conforme a los estándares internacionales de derechos humanos, la acción climática debe tener en cuenta y asegurar el respeto, la protección y la realización de los derechos de todas las personas, en particular las más vulnerables.

En los países de América Latina y el Caribe se han realizado notables avances en la incorporación de una perspectiva de derechos humanos a la acción climática. Con esta publicación conjunta, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) ponen de relieve las numerosas contribuciones al enfoque de derechos humanos realizadas desde y para la región. Estas se manifiestan en numerosos frentes, desde los procesos y las iniciativas de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), hasta las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), las recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú) y los marcos legales y de políticas climáticas nacionales.

Índice:

Prólogo .-- 
I. El inseparable vínculo entre el cambio climático y los derechos humanos .-- 
II. Estándares internacionales de derechos humanos aplicables al cambio climático .-- 
III. Contribuciones desde América Latina y el Caribe .-- 
Consideraciones finales.

El reconocimiento de las niñas y los niños pequeñas/os como sujetos de derecho.


El uruguayo Victor Giorgi, que, desde el 2015 actúa como Director General del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN-OEA), participó de un diálogo sobre los desafíos y propuestas para la garantía del derecho humano a la educación y al cuidado en la primera infancia en la región, durante el seminario virtual “30 años de la Convención de los Derechos del Niño: La primera infancia en diálogo



Video con análisis, aportes y recomendaciones de Victor :



“El violador eres tú”, coreografía feminista, protagonista la juventud.

Colectivo (feminista) Las Tesis; cabras (muchachas) de Valparaiso. 

El pasado lunes 25 de noviembre, el colectivo chileno conocido como “Las Tesis”, realizó por primera vez la performance “El violador eres tú” (acceso a coreografía), o “Un violador en tu camino”.
Las manifestantes gritan consignas contra las fuerzas de seguridad
durante una protesta contra el gobierno de Chile en Valparaíso. (REUTERS / Rodrigo Garrido)

Luego de esa primera presentación en su natal Valparaíso, la canción de protesta se ha vuelto un himno para los movimientos feministas alrededor del mundo.

El nombre de la agrupación proviene de las tesis que toman como ejemplo para escribir las letras de sus canciones. Los textos de escritoras como Rita Segato son el eje principal de “Las Tesis”.

-La letra-
El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer, y nuestro castigo, es la violencia que no ves. 
Es feminicidio. Inmunidad para mi asesino. Es la desaparición. Es la violación. 
Y la culpa no era mía ni donde estaba ni cómo vestía. Y la culpa no era mía ni donde estaba ni cómo vestía. 
El violador eras tú. El violador eres tú. Los jueces. El Estado. El presidente”.

- Freno a la represión machista -
“Un violador en tu camino” copó en la última semana las redes sociales y este viernes se transformó en el himno de la lucha contra el patriarcado más allá de la Cordillera de los Andes y el océano Pacífico.

Tomar las calles con esta canción “sale del colectivo (feminista) Los adolescentes y jóvenes están marcando el territorio del cuidado del planeta:
Son protagonistas, son ciudadanos, son personas con iguales derechos que los adultos.
El mundo es suyo, y el futuro de ese mundo con más motivo.; cabras (muchachas) de Valparaíso que difundieron la performance con el fin de que el mensaje no pare de cantarse en todos lados y todo el mundo pueda escuchar”, dijo a la AFP Amaru Rivera, estudiante de actuación en Universidad de Chile que llegó a la sede del gobierno, La Moneda, para dirigir la intervención.

Con un megáfono en sus manos, Rivera, de 22 años, lideró el grupo que entonó la canción, afrontando con sus puños en alto la fachada de la casa de gobierno. A su alrededor, decenas de personas detenían su camino para filmar con sus celulares, lo que luego transformó a #LasTesis en una de las tendencias del día en redes sociales.
“Exigimos respeto por ser mujeres” comentó a la AFP Catalina Farias, profesora de historia y geografía que participó de una representación en Plaza de Armas, ubicada a unas 6 cuadras de La Moneda.

A seis semanas del inicio de la convulsión social en Chile, que estalló con protestas de estudiantes contra el aumento en las tarifas del ferrocarril metropolitano, el gobierno de Sebastián Piñera sigue sin poder frenar las manifestaciones que piden mayor igualdad a través de profundas reformas sociales.

Ni un acuerdo histórico alcanzado en el Congreso para cambiar la Constitución heredada de Augusto Pinochet (1973-1990), ni un paquete de medidas que incluye un aumento en las pensiones menos favorecidas, han desactivado el descontento.

Con 23 muertos y miles de heridos -cerca de 300 personas con lesiones oculares y dos con ceguera total- las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad alertaron a organismos internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que recomendó reestructurar la Policía.

Fuente: "El Universal de México, GDA / AFP

"No me digas chiquita": #30añosCDN.

Yo no soy una nena a la que hay que cumplirle el caprichito infantil, 
sino una joven que representa a ciudadanos que la han elegido.
Ofelia Fernández se convierte en icono de la política argentina con 19 años.
A la juventud le prometan el futuro como una forma de decir 
¡que esperen ahí, que les tocará su turno más adelante!. 
Pero no, los chavales son presente. Pero es un presente distinto.

Luciana Peker,
Buenos Aires (Argentina),

. Con un escaño en el órgano legislativo de la ciudad de Buenos Aires, la candidata del Frente de Todos se ha convertido en la legisladora más joven de la historia del país 
. "Es una conquista colectiva y el comienzo de algo, soy consciente que si voy a estar sentada ahí es porque hay un fenómeno que me excede, el movimiento feminista y la juventud", afirma a eldiario.es
. Su elección ha despertado un aluvión de críticas cargadas de machismo que cuestionan su experiencia y su edad, a pesar de contar con trayectoria como líder estudiantil

"No me digas chiquita", frenó Ofelia Fernández a un periodista que quiso callarla por su edad, en septiembre del 2017. Tenía 17 años y era Presidenta del Centro de Estudiantes del colegio Carlos Pellegrini, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina. Ahora tiene 19 años y, en las elecciones del 27 de octubre, fue elegida como diputada. No es un cargo más, es la diputada más joven de la historia del país latinoamericano.

"Es una conquista colectiva y el comienzo de algo. Soy consciente de que si voy a estar sentada ahí es porque hay un fenómeno que me excede, que tiene que ver con el movimiento feminista y la juventud, que tanto protagonismo hemos tenido en la lucha contra el neoliberalismo en estos años", explica Ofelia Fernández en una entrevista con eldiario.es.
Ofelia Fernández, Instagram.

Los campos de concentración para bebés,

 "son el peor y el último lugar en el que querrías poner un niño".



Amidst the latest noise about the latest outrage - treason and Ukraine and extortion oh my - a grisly reminder: Crimes against small, brown humanity are ongoing. Thousands of migrant kids are still imprisoned - children as pawns, children in cages, sick, dirty, hungry, alone, frightened, experiencing "trauma after trauma" until "every heartbeat hurts." Does it need to be repeated: Baby concentration camps "are the worst and the last place you would ever want to put a child," say doctors and functioning human beings. "You wouldn't want to live there. I wouldn't want to live there. We wouldn't want our families to live there." Their horrors came to light again with a recent report by the DHHS Inspector General on 45 detention facilities, just half of this country's multiple abominations. In two separate House committee hearings, lawmakers called the report's findings of "intense trauma" and worsening mental health problems so "twisted and shameful" they constitute "deliberate, government-sanctioned child abuse.”

The hearings also revealed that Florida's infamous Homestead facility, the largest, unlicensed, for-profit kiddie jail, which at is peak held over 3,000 children until public pressure emptied it in August, is still inexplicably paying 2,500 employees at a Trump-hotel cost of $600 to $775 a bed - $720,000 a day, now approaching a total of $33 million - to house imaginary, non-existent children. Officials explained that "retaining bed capacity is necessary to provide care and services as mandated," adding they "anticipate an uptick in the number of referrals  based on historical trends." English translation: Damn straight we're still gonna make some bucks from this human tragedy.

Toward that end, soulless cretins for the "government," seeking to re-open Homestead as soon as October, argued in court Friday that a judge should ignore experts' and doctors' testimony about the ravages inflicted on children there because, c'mon, what do experts and doctors know and what are a few human rights abuses in the name of catching bad guys and profits? Opposing them, lawyers seeking to close Homestead permanently cited many of those abuses: They said children were subject to "prison-like rules," harmed by too-lengthy detention, not advised of their rights or  told they could have visitors or given access to lawyers, and often waited days for medical help. Their conclusion: "The government is causing irrevocable mental and physical harm to every immigrant child held (in) detention.


Confronted with those harsh facts, desperate Trumpian lawyers went low, and played games. They argued evidence should be inadmissible because multiple members of visiting teams did interviews with children; evidence from a Texas doctor and decade-long head of the American Academy of Pediatrics Immigrant Health should be barred because she's not "an expert";  testimony from a Stanford psychiatrist of "clear ongoing psychological harm directly attributable to detention and separation practices" should be tossed out because he didn't adequately describe his methodology; findings by a Stanford professor and expert in pediatric health, emergency medicine and health services were not "relevant." To these monsters, we offer one simple, relevant truth: A child is a child is a child. In light of their atrocities, treason charges pale. Put 'em all away for a long, long time, and may justice be served.









Honrar la memoria de los niños 
que murieron en los centros de detención de EE. UU.



Los delitos sexuales contra menores no prescribirán en Chile.

"A partir de hoy, el paso del tiempo no será 
nunca más un cómplice de los abusadores de nuestros niños, ni un aliado de la impunidad (...).
La responsabilidad de los que abusan de nuestros niños será imborrable, 
igual como es imborrable el dolor que ellos causaron".

La nueva ley, promulgada el 11/07/2019 , acaba con el plazo de entre 5 y 10 años 
para denunciar desde que la víctima alcanza la mayoría de edad.

Santiago de Chile,






Los delitos sexuales contra niños y adolescentes en Chile no prescribirán, una vez entre en vigor la ley promulgada, que se aprueba después de varios escándalos de abusos contra menores que han sacudido el país, sobre todo por parte de miembros de la Iglesia católica. El nuevo texto no es retroactivo, algo que generó un arduo debate durante la tramitación del proyecto en el Congreso.

"A partir de hoy, el paso del tiempo no será nunca más un cómplice de los abusadores de nuestros niños, ni un aliado de la impunidad (...). La responsabilidad de los que abusan de nuestros niños será imborrable, igual como es imborrable el dolor que ellos causaron", dijo el presidente chileno, Sebastián Piñera, que firmó la ley en un acto en la sede del Ejecutivo.


Hasta que entre en vigor la ley, en los próximos meses, los delitos sexuales contra menores de edad tienen un plazo de prescripción de entre 5 y 10 años desde que la víctima alcanza la mayoría de edad si esta no presenta una denuncia, algo que ocurre muy a menudo. 

En España, la legislación fija la prescripción en cinco años para el abuso y 15 para la agresión sexual desde que la víctima cumple los 18 años. El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en diciembre pasado un anteproyecto de ley que prevé que el plazo empiece a contar a los 30 años de edad.

"Todos sabemos que denunciar un abuso sexual es algo muy difícil, especialmente para aquellos que sufrieron los abusos sexuales durante su niñez o su adolescencia", señaló Piñera, quien añadió que muchas víctimas consiguen el valor y la fuerza para denunciar muchos años después de haber sufrido los abusos y con ayuda de profesionales.
El presidente aseguró que, entre 2015 y 2018, las denuncias de abuso sexual aumentaron un 33% y el año pasado superaron las 10.000, aunque esas cifras están lejos de mostrar la magnitud real del problema. Según una estimación de la Fiscalía chilena citada por Piñera, por cada víctima de abuso sexual que presenta una denuncia, hay otros siete menores de edad que también fueron abusados y no lo denunciaron.
"El silencio se debe al miedo, a la culpa, a la vergüenza, a los traumas, al sufrimiento y también al abuso de poder, porque detrás de los abusos sexuales muchas veces hay abusos de poder, manipulación, redes de encubrimiento", dijo el mandatario. Piñera lamentó que a las víctimas que deciden dar el paso de denunciar los abusos, el proceso penal posterior las lleva a "revictimizarse", un factor que incide en que muchas veces prefieran no acudir a la Justicia.
El presidente agradeció al Congreso por la rápida aprobación del proyecto y tuvo un gesto especial con James Hamilton y Vinka Jackson, dos representantes de la sociedad civil que colaboraron activamente en la elaboración de la ley. Hamilton es uno de los denunciantes del sacerdote Fernando Karadima, protagonista de uno de los casos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero más mediáticos y destacados. Jackson, por su parte, es psicóloga, escritora y activista por los derechos de la infancia que, además, fue víctima de abusos cuando era una niña.

La nueva legislación también impide que prescriban las acciones judiciales civiles para perseguir la responsabilidad de los cómplices y los encubridores de los abusos, no solo a los responsables directos de los delitos.
Solamente en los casos conocidos en el interior de la Iglesia católica chilena, actualmente están abiertas 166 causas, contra 221 personas investigadas y que implican a 248 víctimas, de las que 131 eran menores de edad al sufrir los delitos, según datos de comienzos de mayo ofrecidos por la Fiscalía Nacional.